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súper alimentos Granos andinos: para fortificar

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La panela promete

La panela promete

La quinoa, el amaranto y la kañiwa son algunos de los granos que se constituyen en los ingredientes ideales para fortificar alimentos de manera natural. Desde tiempos milenarios han estado en nuestras tierras, pero en la última década comenzaron a tomarse el mundo.

La industria de alimentos volcó sus ojos hacia la Zona Andina al notar que las comunidades indígenas se alimentan, desde tiempos ancestrales, con granos cultivados por ellos mismos y cuyas propiedades reúnen las necesidades nutricionales ideales para el desarrollo humano, para sustituir proteínas animales y para fortificar naturalmente alimentos de producción industrial.

El grano que ha tenido mayor desarrollo es la quinoa (quinua). De hecho, el 2013 fue declarado como el año internacional de este grano por la FAO, con el objetivo de promoverlo como una fuente nutritiva para combatir el hambre y, además, por ser amigable con el medio ambiente.

“El gran crecimiento que se ha dado con la quinoa es gracias al incremento de consumo de los alimentos orgánicos, mucho más palpable en los países europeos y americanos. Un 18% en Europa y un 21% en Estados Unidos es el crecimiento anual”, explica Javier Fernández Villalobos, Gerente General de Andean Valley, empresa productora de quinoa real en Bolivia. “Otro aspecto importante, es que en los últimos años se ha desarrollado mucho el mercado de los alimentos saludables de origen vegetal por toda la gran problemática que ha tenido el mundo a través de las fuentes de producción de proteínas animales como la gripe aviar, gripe porcina, vacas locas, etc. Todo eso ha hecho que la gente y la industria busque proteínas de origen vegetal para sustituirlas y ahí la quinoa tiene un posicionamiento muy interesante porque es muy completa en términos de aminoácidos, fósforo, calcio, zinc con niveles bastante superiores con respecto a otros granos”.

20 millones de personas en Brasil quieren incluir en su alimentación la quinua.

Más súper alimentos andinos para el mundo

La exploración por ingredientes con valores nutricionales en tierras andinas va más allá. “Hay un crecimiento de consumo de alimentos orgánicos y altamente nutritivos, nuestros países tienen posibilidades de ofrecer productos muy interesantes a este mercado, no solo con la quinoa, además con el amaranto, la kañiwa (qañiwa) –grano andino con un valor nutricional bastante mayor que el de la quinoa–, la chía, semilla oleaginosa que forma parte de la oferta de alimentos altamente nutritivos que se produce en Argentina, Bolivia o México, considerada como uno de los superfoods y está siendo observada por la industria de los alimentos para ser incorporada”, relata Fernández.

Una de las tendencias de las industrias que antes enriquecían los alimentos con extracciones químicas es sustituirlos por granos andinos ya que éstos aportan valores nutricionales que sintonizan con la preferencia del consumidor actual en obtener fuentes naturales.

En el mundo, Estados Unidos fue uno de los primeros países en aumentar notablemente el consumo de quinoa, especialmente; pero cabe destacar otros mercados como el brasileño que multiplicó su demanda a partir del año 2002. Andean Valley, por ejemplo, habla de 20 millones de personas en Brasil que quieren incluir en su alimentación la quinua.

No es solo cuestión de precio

El mercado ha cambiado en la última década. Antes se conseguían estos granos en tiendas especializadas muy pequeñas; hoy están en los supermercados porque se están masificando, están bajando los precios y entran fuertemente a la industria de alimentos.

En cuanto a la producción, el primer país exportador de quinua es Bolivia, pero este y otros granos son cultivados originariamente también en Perú,

Colombia, Ecuador, Chile y Argentina; últimamente han ingresado como proveedores países de otras latitudes como India o China que han acudido a la biotecnología para poder adaptar sus terrenos y poder producirlos allí, como respuesta a la creciente demanda de estos ingredientes.

Allí es donde nace la importancia de conocer el origen y la manera de producción de cada marca para no solo diferenciar las variedades de los granos o verificar certificaciones como orgánicas, sino también valorar otros atributos que atañen a las comunidades donde se cosechan y son unas de las variables que evalúan los consumidores.

“El tema del precio ha sido difícil porque nos ha tocado muchas variaciones debido a que la demanda de la quinoa es tan grande que ha sobrepasado la capacidad de los países productores, y la provisión de la quinoa es muy insipiente, se sigue produciendo en la mayoría de lugares de manera muy artesanal”, afirma el gerente general de Andean Valley.

Súper alimentos andinos

Según su contenido de nutrientes, los alimentos andinos nativos se pueden dividir en:

- Los que aportan una cantidad importante de proteínas (quinoa, kañiwa y amaranto).

- Los que tienen un elevado contenido de proteínas y grasas (tarwi o chocho).

- Los que aportan principalmente carbohidratos (tubérculos y raíces).

- Los que contienen buenas cantidades de carotenos (tomate de árbol, el aguaymanto o capulí y la arracacha).

- Los que tienen un buen contenido de minerales como la maca, la quinoa y la kañiwa.

Fuente: FAO

Bajo este panorama, el reto de los proveedores es el desarrollo de tecnología agrícola para poder masificar la producción, pero de forma sostenible y de manera orgánica. “Masificar puede no ser coherente con sostenible, pero nosotros buscamos la armonía de estos dos aspectos con un set de maquinaria: una sembradora, una cosechadora de productos orgánicos, control de plagas a base de sapolinas o trilladora de quinoa, entre otros para desarrollar metodologías sostenibles con el uso de estas máquinas, puntualiza Fernández.

“Hay que defender los alimentos que se cultivan en campos milenarios, pues el resultado de un país que de un momento a otro lo produce no es el mismo. El gran valor genético que tienen los productos en todos los sentidos tiene que mantenerse, no deberíamos pensar en seguir ciertas tendencias como modificar genéticamente o hacer alteraciones con el objetivo de conseguir mayor rendimiento, mayor resistencia a las heladas y a plagas”, concluye el gerente de Andean Valley.

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