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TECnOLOgíA qUE AbRIRíA puertas en Asia

La planta que está construyendo Agropecuaria Aliar en Puerto Gaitán, Meta, será la respuesta a la exportación de los llamados subproductos del cerdo. Procesos automatizados con última tecnología, clave para traspasar fronteras.

Agropecuaria Aliar decidió apostarle a la Altillanura y, en julio de este año, arrancó la construcción de su nueva planta de sacrificio y beneficio de cerdos. Hasta el momento, la empresa pecuaria ha trabajado con Frigorífico Guadalupe, pero allí la falta de tecnología y de espacio no le han dado mayor capacidad.

El complejo industrial, con procesos automatizados y mayores espacios, permitirá aprovechar los subproductos del cerdo. Con esta nueva planta, las puertas del mercado asiático se abrirán. En conversación con IAlimentos, el gerente de Producción Cárnica, Frank Hauser, afirmó que productos como los hocicos y el recto, entre otros, son muy apetecidos en países como China, Indonesia, Corea y Japón, en donde piensan venderlos tan pronto esté la planta en funcionamiento, fecha que se proyecta para finales de 2016.

La empresa, que vendió $144.000 millones en 2014, un 12,2% más que en 2013, aún no exporta carne por suplir la demanda local. No obstante, Hauser no descarta que en un futuro se pueda plantear la venta externa a países vecinos como Venezuela, ante la necesidad de expandir su marca La Fazenda.

Si bien la industria de la porcicultura ha avanzado en los últimos 15 años en materia sanitaria y productiva, aún hay un margen de diferencia con grandes países productores como Estados Unidos, Chile, Canadá y Brasil. Los problemas se atan a los altos costos de producción, el rezago en infraestructura y la capacidad de almacenamiento en frío.

Y aunque todavía no son competitivos frente a los demás países, Hauser afirma que “con el proyecto y su filosofía, vamos a ser competitivos y podremos ir al mercado internacional. Por el momento, hay mucho mercado en Colombia”.

Se utilizará la tecnología Restrainer, que consiste en choques eléctricos automáticos, que, según la compañía, permiten mantener una mejor calidad de la carne, con menor número de pérdidas y menor incidencia de salpicado.

Desangre

Se suministran unos sistemas de sangrado vertical y horizontal.

Escaldado

Un flameador automático opera como una especie de lanzallamas que quema los pelos remanentes. Esto reduce el nivel de contaminación de las carcasas.

Para el proceso de depilado se utilizan unos tanques en los que serán sumergidos los animales, y una máquina depiladora.

Pulidoras

Se usan para lavar a los porcinos y retirar el exceso de sangre y residuos orgánicos. En esta planta también contarán con pulidoras secadoras, que son utilizadas antes del proceso de flameado con el fin de secar las carcasas.

Este proceso consiste en quitar todos los órganos internos, un paquete de víscera blanca y otro de víscera roja. La blanca son los intestinos y el estómago. La roja son el corazón, los pulmones y el hígado. Estas operaciones son manuales.

Uno de los aspectos que destaca Hauser es la etapa de enfriamiento. Con los cuartos fríos se hará una diferencia en el mercado actual. “Nosotros vamos a poner frío, y eso es lo que se llama la cadena de frío. Cuando empieza no se puede interrumpir hasta que llegue al cliente final. Eso garantiza la conservación de la carne, que tenga vida útil, se habla de maduración y garantiza la inocuidad. Aquí también se aplica tecnología y es importante el diseño de los cuartos, con temperaturas y velocidad del aire. El proyecto tiene una asesoría de GPS y de los gurús en temas de enfriamiento”.

Según Procolombia, “la refrigeración es un proceso clave para la conservación de los alimentos, pues permite reducir sustancialmente las pérdidas o desperdicio de los mismos, así como mejorar significativamente la seguridad alimentaria, reduciendo riesgos de contaminación y proliferación de enfermedades”.

2,7 kilos

2001

5,8 kilos

2012

Importaciones de los subproductos crecieron 20% entre 2005 a 2012, llegando a 36.698 toneladas en 2012.

Procesos certificados

Hauser recalca que se tienen unas etapas de control sobre la sanidad, calidad e inocuidad, en las que se verifican que no haya enfermedades, parásitos y que se cumplan todos los procesos, que estarán certificados. También se contará con un Plan Haccp, certificado por el Invima, entidad que estará presente con sus técnicos e inspectores.

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