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¿PUEDE LA POLÍTICA
EXTERIOR DE Donald Trump agitar el mercado lácteo y de alimentos?
¿Cómo es posible que el tipo de política exterior bajo la era Trump, tenga un impacto directo sobre el precio de los lácteos en el mundo? Esta, sin lugar a dudas, es una de las tantas preguntas que un lector podría hacerse tras percatarse del título de este artículo. No es para menos, a veces los vínculos entre política y economía no son tan simples de evidenciar.
Comprender esta estrecha relación nos demanda en primera instancia analizar cuál ha sido el comportamiento del mercado lácteo mundial durante los últimos años. Un buen punto de partida consiste en examinar el índice de precios lácteos que elabora la FAO.
Durante el primer semestre del año 2014 se marcó un punto de inflexión en la tendencia, momento en el que los precios comenzaron un pronunciado descenso, a tal punto que dos años más tarde el índice se había desplomado en un 50 por ciento.
El efecto Crimea sobre el mercado lácteo mundial
A comienzos del 2014, la UE en conjunto con Estados Unidos, introdujo una serie de sanciones económicas sobre Rusia, medidas que tenían por objeto ejercer presión internacional sobre lo que para ellos fue la participación de dicho país en la desestabilización de Ucrania. A su vez, Rusia, impuso una medida de embargo sobre los productos agroindustriales provenientes de la UE.
Las consecuencias de esta guerra económica no se limitaron tan solo a los volúmenes comercializados entre ambas partes, para algunos casos sus implicaciones trascendieron las fronteras y ocasionaron verdaderos desbalances desde el punto de vista de la oferta y demanda a nivel mundial, fenómeno que fue particularmente evidente en el mercado lácteo.
Muchos analistas vinculan al presidente de los Estados Unidos con la escuela realista de las relaciones internacionales.
¿Qué hacer cuando sobra la leche líquida en el mundo?
Previo al embargo, Rusia participaba con cerca de un 33 por ciento de las exportaciones de queso y un 25 por ciento de los despachos de mantequilla de la UE. Así las cosas, y ante la ausencia de uno de los clientes más importantes para la UE, no existió otro camino diferente al de canalizar los excesos de leche líquida hacia la producción de leche en polvo y mantequilla. La estrategia era bastante clara: inundar el mercado mundial.
Muchos analistas daban por descartado un desbalance desde el punto de vista de la oferta láctea mundial, toda vez que se esperaba una sustitución de oferentes. No obstante, dicha hipótesis nunca se materializó, al menos no por completo. El resultado de todo esto: desplome en los precios internacionales.
Unas sanciones cada vez más difíciles de mantener
Rusia participaba con cerca de un 33% de las exportaciones de queso y un 25% de los despachos de mantequilla de la UE.
Muchos analistas vinculan al presidente de los Estados Unidos con la escuela realista de las relaciones internacionales. “Make America great again”, el eslogan usado durante su campaña, da luces sobre lo que representa este nuevo abordaje diplomático.
Bajo esta nueva postura, la progresiva normalización de las relaciones bilaterales con la federación rusa no debería ser una sorpresa. De esta manera, se han comen- zado a manifestar preocupaciones por parte de algunos parlamentarios europeos sobre la dificultad de sostener dichas sanciones a futuro. Ante este nuevo contexto, muchas familias de la federación rusa estarían encantadas de volver a contar sobre sus mesas con los deseados quesos europeos, lo cual traería una recomposición sobre la oferta mundial de lácteos y por ende sobre sus
3.895 toneladas
se importaron en promedio de leche en polvo en 2016.
precios. En otras palabras: “Make the dairy price index great again”.
¿Cómo podría este nuevo escenario afectar a la industria láctea y de alimentos en Colombia?
Durante el año 2013, el promedio mensual de importación de leche en polvo en Colombia era de 530 toneladas, mientras que para el año 2016 la cifra se ubica en cerca de 3.895 toneladas; de igual manera, la importación de suero lácteo ha continuado ganando terreno de manera considerable en el mercado local.
Es claro que dichas importaciones no residen exclusivamente sobre las compañías de productos lácteos en Colombia; en efecto, la industria de alimentos ha venido siendo un jugador relevante dentro de este mercado, proceso que se ha acelerado durante los últimos años gracias a la eliminación de algunos eslabones dentro de la cadena de suministro.
Sin embargo, esta situación podría cambiar drásticamente en caso de concretarse un nuevo equilibrio en el mercado lácteo de la UE a modo de ejercicio y asumiendo que los precios de la leche en polvo retornan a los niveles anteriores a las sanciones, estaríamos hablando que la misma tonelada pasaría a costar cerca de $8.5MM a $16MM para el año 2018.
¿Estaría preparada la industria láctea y de alimentos en Colombia para este choque? Sin lugar a dudas esta es una pregunta que no se debería pasar por alto y que de paso nos recuerda que los análisis geoeconómicos comienzan a constituirse en piedras angulares dentro de la planeación estratégica de las compañías que pretenden anticiparse a los acontecimientos futuros.
*Para obtener mayor información relacionada con este artículo visite: www.grupobancolombia.com/capital-inteligente