Ciudad Real-Febrero 2021
Sobre estas líneas Gran gala de peluquería de Manuel Peluqueros, en la discoteca Impala que había en Pozo Dulce, en colaboración con un instituto. Arriba, de izquierda a derecha, Pilar Vela González en la peluquería de su madre Maype en la calle Alarcos, 39; su madre, Pilar González, Javier Mirón cuando era alumno de la academia y una clienta, sobre el año 1985. Arriba a la derecha, Pilar y Manuel en la actual peluquería del pasaje Alcor de la plaza Mayor. A la derecha, abajo, en un desfile de novias
ría hecha para bodas, peinando al novio, a los padrinos, acompañantes… pero sobre todo a la novia, “son clientes especiales con los que estás tres o cuatro meses; hemos peinado en Madrid, Extremadura, Levante, por supuesto en Ciudad Real y ello ha enriquecido sobremanera nuestro trabajo pero también el trato con la persona”, comenta Manuel. Una actividad que desde 2020 ha
bajado drásticamente por la pandemia del coronavirus, aunque esperan retomarla de forma plena en 2022. En estos más de 30 años de trayectoria, la peluquería ha cambiado de forma radical y en Manuel Peluqueros han sabido adaptarse, “es importantísimo estar al día, evolucionar, estar atento a las modas, usar las redes sociales y perseguir esa ilusión de mejora para poder satisfacer al cliente innovando”. Manuel es muy gráfico en este sentido: “Antes llegaba la clienta y como si fuera un defecto de forma le preguntabas ¿qué se va a hacer?, y casi el 90% de la gente salía igual, era una peluquería simple, arcaica; pero hoy en día, más que atender, aconsejamos sobre el cuidado del cuero cabelludo, los cambios de imagen, los tratamientos 100% naturales…; además, los estudios de la morfología de la cara, las nuevas formas de trabajar y la idiosincrasia del cliente nos permiten hacer un peinado final único, que en nada se parece a ningún otro”. En sus sillones se han sentado alcaldes, médicos, presidentes de audiencias, profesionales de todo tipo y ciudadanos en general. De sus empleados de antes y de ahora destaca la gran afinidad con todos ellos, “para nosotros es importante tener buena sintonía y trabajar disfrutando”. Para Manuel Peluqueros, su mejor etapa ha sido de 2014 para acá, tras la crisis económica de 2009, donde han tirado de ilusión y de redes sociales “hemos conseguido funcionar medianamente bien con unos productos que nos dan ese plus diferente al resto de profesionales”.
No es probable una nueva generación de Manuel Peluqueros, su nieta apunta maneras, pero solo tiene 6 años. Sus hijos se dedican a otras profesiones de la rama sanitaria, quizá porque se les quedara grabado, en concreto a su hija, aquello que le decían sus padres de que no eran ricos cuando ella quería comprar esto, eso, aquello y lo de más allá. Un día, nos cuenta Manuel, una señora le preguntó a la hija, cuando era niña, qué quería ser de mayor, si iba a ser peluquera, y le contestó: “No, no quiero ser pobre”. Anécdotas aparte, sus padres continúan trabajando en la peluquería y ayudando al sector, como vocales de PymeReal, defendiendo la impecable responsabilidad en pandemia de todos los salones de peluquería y estética y reivindicando una bajada del IVA del 21 al 10% para que pueda sobrevivir el mayor número posible de locales más allá de la era COVID-19. Texto: Oliva Carretero Fotos: Cedidas por Manuel Peluqueros
13