NuestroPatrimonio
Boadilla-Pozuelo Abril 2021
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El viaje de agua de Amaniel adrid también tiene su acueducto. No es tan espectacular como el de Segovia ni tan antiguo como los de Mérida pero, como ellos, recorre la ciudad de punta a punta y todavía es visible en varios lu gares donde pueden conocerse e incluso visitarse tramos pertene cientes a diferentes épocas y tra zados. Su origen está en uno de los viajes de agua que abastecían a la ciudad, el de Amaniel, cons truido a principios del siglo XVII, cuando Felipe III ordenó que se trazase este canal destinado a lle var agua al antiguo Alcázar de Madrid, donde luego se asentó también el Palacio Real. Pero antes de seguir, una breve nota sobre los llamados “viajes de agua”: eran un sistema tradi cional de abastecimiento, impor tado de los países de Próximo Oriente, que consistía en la con ducción del agua por gravedad, desde lugares elevados, hasta los cascos urbanos de las ciudades. Para ello se servían de galerías excavadas en el terreno natural, de pozos de ventilación, cubiertos con piedras piramidales, denomi nadas “capirotes”, que todavía son visibles en algunos puntos de la ciudad, y de arcas de agua que servían para repartir el agua a di ferentes conducciones secunda rias: de todo ello, se conservan en Madrid testimonios pertene cientes al viaje de agua de Ama niel. El viaje comenzaba en Valde zarza (1 en el plano) y seguía por la Dehesa de la Villa (2), donde se conservan varios capirotes correspondientes a otros tantos
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jaba a la glorieta de Ruiz Jimé nez (San Bernardo) y, antes de llegar al Palacio Real, atravesaba la plaza de Isabel II. Uno de sus hitos principales era el Arca Vieja, situada en la avenida de Juan XXIII (3). Aun que se conservaba su recuerdo en la memoria popular, la pista de esta construcción, en la que confluían varias galerías, se ha bía perdido con el tiempo. Des pués de una intervención arque ológica realizada en 2005, en la que se localizó de nuevo el arca, el trabajo realizado en 2018 ha permitido recuperarla para su presentación al público y hacer visitable una parte del viaje de Amaniel, como puede verse en el video que acompaña a este texto, donde se recoge el trabajo de recuperación llevado a cabo. Un último vestigio del viaje de Amaniel, ya en su tramo final, en las inmediaciones del Palacio Real, se recuperó también du rante las obras de remodelación de la Estación de Metro de Ópera, en 2010 (4). Después de un complejo proceso, los restos se pudieron presentar al público en un espacio museográfico donde también se exhibe el im presionante remate de la fuente renacentista de los Caños del Pe ral, recuperada en la misma in tervención, y que merece una en trada propia en esta serie. El final de los viajes de agua como fuente de abastecimiento de la ciudad vino marcado por la construcción, en los años centrales del siglo XIX, del Canal de Isabel II. Los via jes, que habían ido siendo víctimas del
EL ACUEDUCTO DE MADRID
pozos de ventilación. Su recorrido conti nuaba hacia el actual estadio Vallehermoso, entonces ocupado por un cementerio, ba
Carlos Caballero Arqueólogo Colegio de Profesionales de la Arqueología