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Zona Mancha-Noviembre 2020
NuestraHistoria
Edad Contemporánea
Francisco Javier Morales Hervás Doctor en Historia
CAPÍTULO VII a victoria de los isabelinos frente a los carlistas confirmó a Isabel II en el trono español y permitió consoli dar el proceso de instauración del régimen liberal en nuestro país. Los liberales pre tendían desmantelar el sistema del Antiguo Régimen, que, entre otras cosas, había fa vorecido un desequilibrado reparto de la tierra, que se encontraba en manos de los estamentos privilegiados (nobleza y clero), lo cual perjudicaba a la mayor parte de la población, constituida por campesinos sin tierras. Aunque desde finales del siglo XVIII algunos pensadores empezaron a plantear la necesidad de acometer una reforma agra ria, finalmente la burguesía liberal acabaría optando por promover “desamortizaciones”, que, aunque se intentaron acometer en las Cortes de Cádiz y durante el Trienio Liberal, no será hasta el reinado de Isabel II cuando realmente se lleven a cabo. La primera de estas desamortizaciones fue promovida por Mendizábal en 1836 y afectó básicamente a bienes del clero regular y la segunda fue impulsada por Madoz y tuvo un carácter más general. Como conse cuencia de ambos procesos desamortizado res, en el actual territorio de CastillaLa Mancha cambiaron de propiedad casi un millón seiscientas mil hectáreas, de las cua les casi la mitad corresponden a nuestra pro vincia, donde tuvo mucha más incidencia la desamortización de Madoz al afectar a
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unas 700.000 hectáreas, con lo que más de un tercio de la superficie provincial se vio afectada, lo que provocó que Ciudad Real se situara entre las diez provincias españolas donde este proceso alcanzó mayor desarro llo y fuera la tercera en lo referente a la venta de bienes procedentes de la Órdenes Militares, lo cual resulta lógico por el pro tagonismo que estas instituciones religiosas alcanzaron en nuestro ámbito provincial. Entre las ventas que se produjeron en nues tra provincia se encontraban 430 fincas rús ticas y 11 urbanas que habían pertenecido al líder del bando carlista, don Car los María Isidro, y que le fueron requisadas por el Estado para su venta. La incidencia de la desamorti zación de Madoz en la provincia de Ciudad Real fue bastante de sigual. Si se ana lizan los datos por partidos judi ciales se aprecia que los de Alcá zar de San Juan, Ciudad Real,
Daimiel, Manzanares y Valdepeñas prácti camente no llegan al 20% del total de la su perficie, mientras que en el de Piedrabuena representó casi el 50%, destacando el caso del partido judicial de Almodóvar del Campo que alcanzó el 63%. A pesar del im portante volumen de terrenos enajenados, hay que comentar que la situación del cam pesinado sin tierras no mejoró, de hecho, en muchos casos realmente llegó a empeo rar. La gran beneficiada de todo este proceso fue la burguesía liberal, especialmente la madrileña, que a partir de este momento se