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Casiodoro, pastor y maestro
POR FRANK W.R. BENOIT Doctor en Ministerio Cristiano, Dallas Theologic Seminary
Ya se comenta en otro artículo de la hazaña tan asombrosa que hizo Casiodoro de Reina en 1569, que era la traducción de la Biblia completa al castellano desde los idiomas originales por primera vez. La llamada “Biblia del Oso” fue conmemorada en su 450 aniversario con un sello de Correos de España en 2019 junto con la Reforma Protestante, como dicho artículo relata. Era la Biblia completa en el castellano del “siglo de oro”, una obra magna de la literatura española, pero tristemente perseguida, suprimida y olvidada en España durante siglos y aun hoy por la gran mayoría de españoles.
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Esto mismo lo reconoció la Junta de Andalucía en 2019 al comentar: “el escritor Antonio Muñoz Molina asegura que a pesar de que la traducción de Casiodoro de Reina es ‘una las cimas literarias de la lengua española’, ha sido ‘invisible o ha permanecido en los márgenes de nuestra cultura desde el momento mismo en que se publicó’, dado que su autor fue perseguido por católicos y protestantes con tal fuerza que su nombre quedó ‘borrado de nuestra memoria colectiva’. Casiodoro de Reina, continúa Muñoz Molina,‘es-
cribe en un castellano prodigioso que está en el punto intermedio entre
Fernando de Rojas y Cervantes, con una efervescencia expresiva que solo tiene comparación con Santa Teresa,
La “Biblia del Oso”, 1659
San Juan de la Cruz y Fray Luis de
León’ (letra negrita en el original)”.1
Pasó Casiodoro por muchas penurias en su vida por mantenerse fiel a su proyecto de poner la Biblia entera en español.
Es cierto que hubo otras versiones de la Biblia al castellano: como la Biblia alfonsina del siglo XIII, desde el latín de la Vulgata (la traducción que Jerónimo hizo en el siglo V y que era la versión autorizada de la Iglesia Católica Romana). Hubo una versión judía al castellano en el siglo XVI, pero solamente del Antiguo Testamento, desde el hebreo de los masoretas (escribas judíos que copia-
ban las escrituras hebreas en la Edad Media) que era la Biblia de Ferrarra. También hubo traducciones al castellano del Nuevo Testamento, como la de Francisco de Enzinas o de Juan Pérez de Pineda. También hubo la Biblia Políglota Complutense, que era completa en hebreo, griego, latín y arameo, mas no en castellano (reimpreso en Amberes en una mejorada versión como “la Biblia Regia”, pero todavía no en castellano).
Biblia de Ferrara, 1553
Pero nadie había logrado, hasta Casiodoro lo hizo, completar la traducción de la Biblia completa – Antiguo y Nuevo Testamentos – al castellano. Ese logro pertenece a él, aún con la inestimable ayuda de esas otras versiones que él consultó (junto con los idiomas originales) durante los doce años que trabajaba en el proyecto. Hoy en día Casiodoro de Reina es recordado como ese traductor noble y sacrificado. Pero lo que muchos no saben es que gran parte del motivo de involucrarse en una tarea tan grande fue por la vocación pastoral que tenía hacia los creyentes españoles que necesitaban ayuda en su vida cristiana.
Su llamado al ministerio pastoral fue con la convicción de servir a esos creyentes en Cristo en sus necesidades espirituales y la mejor manera de hacerlo era a través de entregarles la Palabra de Dios, la Biblia, para que pudiesen leer en su propia lengua lo que Dios quiso decirles para ánimo, exhortación o instrucción en la vida cristiana. Como afirma Emilio Monjo: “Me adelanto a aclarar que ‘pastor’ no es quien ejerce un pastorado en alguna iglesia o congregación. En ese sentido, Casiodoro sólo lo sería en muy breves períodos de tiempo (…) pero la vocación de pastor se recibe y se tiene en todo tiempo. Casiodoro ya asume esa vocación en su estancia en el monasterio de San Isidoro, y la conserva hasta la muerte. Fruto de ella será su interés por traducir toda la Biblia al español”.2
Es decir: su proyecto titánico nace de su deseo pastoral de ayudar a los creyentes de su tierra –España– a saber lo que Dios había hecho y comunicado en el evangelio acerca de cómo creer en Cristo y seguirle fielmente a través de la vida en la tierra. Darles la Palabra de Dios era lo más importante de su tarea pastoral. Éstas eran sus “dos pasiones: su inquebrantable voluntad de traducir la Biblia y su vocación pastoral”.3
Doris Moreno escribe en la introducción a su biografía de Casiodoro que: “Dos cosas persiguió toda su vida.
En primer lugar, quiso traducir la Biblia al castellano, creyendo firmemente que poner la palabra de Dios en manos de los españoles transformaría a los creyentes y al país. (…) poner la Biblia en romance en las manos de todos los españoles era, al mismo tiempo, dar la oportunidad a cada creyente de leer el mensaje de Dios para su vida y liberar las almas de la tiranía de una Iglesia corrupta”; y: “En segundo lugar, Casiodoro quería ayudar a otros a llevar
a cabo esa transformación a través de su predicación y servicio pastoral. Dos objetivos, dos propósitos estrechamente unidos; en realidad, una vocación en el sentido bíblico del término, un llamamiento divino que implicaba la dedicación de la vida entera. Una vocación que Casiodoro siguió y persiguió toda su vida…”.4
Así es la vocación de pastor y maestro que Casiodoro desempeñaba desde su tiempo en San Isidoro del Campo y en Sevilla a partir de 1540 (aproximadamente) hasta su muerte (¡como pastor de una iglesia luterana!) en Frankfurt en 1594. Más de 50 años enseñando y pastoreando debido al “llamamiento divino” que tenía. Es esa parte de la tarea pastoral de enseñar la Palabra que llevó a Casiodoro a esforzarse para dar la Palabra de Dios a las personas a quienes él tenía en su entorno (como el apóstol Pablo dijo al pastor Timoteo al escribirle: “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en
Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Te encarezco delante de Dios y del Señor
Jesucristo…que prediques la palabra: que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” [2º Epístola a
Timoteo 3:14-17; 4:1-2]).
Esa exhortación apostólica a los pastores de todas las épocas a que enseñaran la Biblia era lo que impulsó en el corazón de Casiodoro la elogiable tarea de traducir la Biblia al español y de enseñarla a los creyentes en cada lugar donde él estuvo.
No tenemos espacio en este breve artículo de relatar todos los lugares y ocasiones en que Casiodoro servía en el ministerio pas-
Vista de Sevilla en el siglo XVI. © Biblioteca Nacional de España
toral, pero de la información que tenemos disponible hoy en día sabemos que no fue sólo en Sevilla donde desarrollaba una labor pastoral sino desde su llegada a Ginebra en 1557, su tiempo en Londres de 1559 a 1563, en Amberes en 1564, en Frankfurt en 1565, luego en Estrasburgo el mismo año, en Basilea en 1567, otra vez en Frankfurt en 1570, luego otra vez en Amberes en 1578, y finalmente en Frankfurt desde 1585 hasta su muerte en 1594. En todos estos lugares, Casiodoro sirvió en tareas pastorales con los creyentes y las iglesias allí. A veces era el pastor oficial y a veces ejercía de ayudante a otro pastor, pero siempre procurando ayudar y animar a los creyentes e iglesias a seguir a Cristo fielmente y agradar a Dios en todo. Pero enseñar la palabra no era la única tarea del ministerio pastoral. Otra importante labor pastoral es el “cura de almas” de cuidar del rebaño en sus dificultades, ministrándoles, enseñándoles y animándoles en los vaivenes y vicisitudes de la vida en este mundo caído, tan lleno de las consecuencias y los estragos que el pecado en el ser humano provoca a diario. Un buen pastor tiene que ministrar y servir a los creyentes para que crezcan en su fe en Cristo y esto lo hizo Casiodoro desde su comienzo en Sevilla –en el monasterio y en la ciudad–, hasta el final de su vida en Frankfurt – como pastor de una iglesia allí y también como fundador de un refugio para los inmigrantes desamparados en esa ciudad. Su preocupación pastoral le impulsó a evitar disputas o “peleas” teológicas que podrían dañar a los creyentes. Aun cuando le acusaban de seguir las doctrinas heréticas, como las de Miguel Servet, Casiodoro siempre buscaba en la Biblia y en su respuesta lo que era mejor para la edificación de los creyentes. Su biógrafo A. Gordon Kinder resaltó el enfoque pastoral de Reina en contraste con las posturas antagonistas de Servet: “Reina estaba ya en el análisis final para aceptar o acomodarse a las doctrinas tradicionales, mientras Servet era un firme oponente a todo lo que no ha sido específicamente prescrito en la
Biblia. Sin duda, la Iglesia, tal como ha sido constituida localmente, tiene mucha más importancia para Reina que para Servet. (…) era bastante hábil y dispuesto a considerar conceptos cristianos radicales; aunque los adoptó, o se adaptó o no, según le pareció con-
Monumento Internacional de la Reforma, Ginebra
veniente, siempre con la vista puesta en la vida cristiana y sus deberes como pastor, de edificar a los otros en ella. Ya que, aunque no era oficialmente pastor, parece haber actuado en un cargo pastoral no oficial, mientras esperaba el permiso para la función”; y también: “la opinión publicada por Reina sobre la Trinidad es mucho más tradicional que la de Servet. Su espíritu irénico y su interés pastoral son la antítesis de la mentalidad combativa de Servet”.5
Antes de escapar de la Inquisición, era uno de los pocos monjes de San Isidoro que salía del monasterio de forma regular para ministrar y enseñar en Sevilla. Hay evidencia de que enseñaba en el Colegio de la Doctrina de los Niños con Juan Pérez de Pineda; en los conventos de Santa Paula y Santa Isabel con el Dr. Egidio; y en las casas de Juan Ponce de León y de Isabel Baena junto con los doctores Egidio y Constantino, lugares donde se reunían los miembros de la comunidad reformada de Sevilla. “Los frailes Antonio del Corro y Casiodoro de Reina favorecieron, de forma notable, una espiritualidad de inspiración reformada en el monasterio de San Isidoro del Campo. (…) Fuera de los muros del monasterio isidro, Casiodoro de Reina parece que auspició algunas de las reuniones clandestinas que se celebraron en distintos conventículos de la capital hispalense”; y “De forma similar, la espiritualidad reformada de la beata María de Bohórquez, que tanto escandalizó a las religiosas de Santa Paula, parecía estar influenciada por Egidio y Casiodoro de Reina”; o “María de Bohórquez también aparece vinculada con un personaje tan relevante para la disidencia hispalense como alejado del cenobio de Santa Paula: Casiodoro de Reina (…) Es decir, María de Bohórquez no sólo asistía frecuentemente a las prédicas que el doctor Egidio realizaba en el convento de Santa Paula; participaba, además, del círculo clandestino que giraba en torno a Casiodoro de Reina”.6
Su vocación pastoral era tan comprometida que tenía que ayudar todo lo que pudo a la obra del foco reformado en Sevilla.
No tenemos más tiempo y espacio aquí para seguir profundizando en Casiodoro como pastor y maestro. Ojalá que esta breve reseña de su vocación y labor pastoral sirva para mostrar claramente que no era solamente un traductor académico e interesado en acaparar un rincón en el campo teológico-bíblico de su época, sino que era un fiel seguidor y siervo de Jesucristo, llamado a ayudar como pastor a otros creyentes a crecer y seguirle a Cristo lo mejor que podían durante sus vidas. Así era Casiodoro de Reina, el pastor y maestro.
1.- En la página de La Junta de Andalucía, portavoz de Cultura, el 28 de sept. 2019: “La Biblia del Oso cumple 450 años” en http://www.juntadeandalucia.es/presidencia/portavoz/cultura/145816/BibliadelOso/CentrodeEstudiosAndaluces. 2.- Emilio Monjo Bellido, “Casiodoro de Reina: un protestante español en la Reforma europea” en Casiodoro de Reina y la Reforma Protestante española, I Jornada de Historia en Monasterio (Sevilla: Centro de Investigación y Memoria del Protestantismo Español-CIMPE, 2019), 18. 3.- “La Biblia del Oso cumple 450 años”. 4.- Doris Moreno, Casiodoro de Reina, Libertad y tolerancia en la Europa del siglo XVI, 2ª edición (Sevilla: Fundación Pública Andaluza Centro de Estudios Andaluces, 2018), 13. 5.- A. Gordon Kinder, “¿Cuál ha sido la verdadera influencia de Servet en Casiodoro de Reina?” en Diálogo Ecuménico, t. XXII, Nº 72 (1987), 34-35 y 43. 6.-Tomás López Muñoz, La Reforma en la Sevilla del XVI, Volumen 1, 2ª edición. (Sevilla: Centro de Investigación y Memoria del Protestantismo Español-CIMPE, 2016), 271, 274; 142-143.
Bibliografía:
Estrada Herrero, David. “Casiodoro de Reina” en Tu Reino, Nº 1 (enero-febrero, 1993). Fernández Campos, Gabino. Reforma y Contrarreforma en Andalucía. Sevilla: Editoriales Andaluzas Unidas, S.A., 1986. Kinder, A. Gordon. Casiodoro de Reina, Reformador español del siglo XVI. Madrid: Sociedad Bíblica, sin fecha. “¿Cuál ha sido la verdadera influencia de Servet en Casiodoro de Reina?” en Diálogo Ecuménico, t. XXII, Nº 72 (1987). Junta de Andalucía, Portavoz de Cultura “La Biblia del Oso cumple 450 años” en http://www.juntadeandalucia.es/presidencia/portavoz/cultura/145816/BibliadelOso/CentrodeEstudiosAndaluces. López Muñoz, Tomás. La Reforma en la Sevilla del XVI, Volumen 1, 2ª edición. Sevilla: Centro de Investigación y Memoria del Protestantismo Español-CIMPE, 2016. Monjo Bellido, Emilio. “Casiodoro de Reina: un protestante español en la Reforma europea” en Casiodoro de Reina y la Reforma Protestante española, I Jornada de Historia en Monasterio. Sevilla: Centro de Investigación y Memoria del Protestantismo Español-CIMPE, 2019. Moreno, Dolores. Casiodoro de Reina, Libertad y tolerancia en la Europa del siglo XVI, 2ª edición. Sevilla: Fundación Pública Andaluza Centro de Estudios Andaluces, 2018.