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Pérez de Pineda, el publicista heterodoxo
Existe una gran controversia sobre los orígenes del escritor protestante Juan Pérez de Pineda, Montilla (Córdoba) 1495 - París (Francia), 1566. Si se sabe que fue un biblista y publicista protestante, traductor de los Salmos y del Nuevo Testamento al castellano, editor de Juan de Valdés y autor de varios tratados de edificación y controversia. Identificado por E. Boehmer con el doctor Juan Pérez, clérigo en funciones de secretario de la Embajada de España en Roma entre 1526 y 1530, aunque Menéndez Pelayo expresa sus dudas, pero no prueba lo contrario —como tampoco ha sido probado después, no obstante, la cuantiosa documentación exhumada—, de forma que hoy es aceptado que Juan Pérez, clérigo diplomático, y Juan Pérez de Pineda, clérigo y publicista adscrito a la Reforma son una misma persona. De la primera fase de su vida apenas se tienen noticias, salvo su nacimiento en Montilla en los últimos años del siglo xv, su formación universitaria y ordenación sacerdotal en Sevilla, y su adscripción en circunstancias desconocidas (debió acompañar a algún prominente personaje) a la Embajada española en Roma (1526), empleo que hizo compatible con un beneficio eclesiástico en España. (Juan Bautista Vilar, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Murcia)
Fragmento de la introducción de Cipriano de Valera a su “Biblia del Cántaro” (revisión de la “Biblia del Oso”), donde menciona la impresión del Nuevo Testamento traducido por Juan Pérez e introducida en España por Julián Hernández.
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Algunos afirman que Juan Pérez fue encargado de negocios del emperador Carlos V y testigo directo de los acontecimientos del saqueo de Roma por las tropas imperiales. Sin embargo, la primera noticia absolutamente cierta es su estadía en Sevilla como rector del Colegio de la Doctrina.
En Ginebra Pérez de Pineda imprimió su traducción del Nuevo Testamento, para la cual se ayudó de las traducciones que hicieran Francisco de Enzinas y Juan de Valdés; también tradujo e imprimió los Salmos y durante tres años fue el predicador de la congregación de habla española que vivía en esa ciudad. La traducción de los Salmos, concluida en 1557, está dedicada
a la hermana de Carlos V, María de Austria, regente de los Países Bajos. Marcelino Menéndez Pelayo alaba esta traducción como la mejor sin disputa.
En un segundo auto de fe que tuvo lugar en 1560, Juan Pérez de Pineda fue carbonizado en efigie junto con el Dr. Egidio, cuyo cadáver había sido desenterrado para la ocasión, y la de Constantino Ponce. En ese mismo auto fueron quemadas catorce personas, entre ellas el citado Julián Hernández, alias “Julianillo”, relajado por contrabando de literatura protestante en Sevilla.
También escribió el reformador español una Epístola Consolatoria en 1560, destinada a fortalecer los ánimos de los protestantes españoles que sufrían los rigores de la Inquisición, y una Carta (1557) dirigida a Felipe II para exhortarle a poner remedio a los males de la nación.
Durante los últimos días de su vida, Juan Pérez de Pineda sirvió de capellán a la duquesa Renata de Ferrara, quien había hecho de sus dominios territorio de acogida para los protestantes perseguidos. Antes de morir, Pérez de Pineda dejó todos sus bienes para sufragar los gastos de la impresión de la Biblia del Oso.
El primer resumen de su vida y obra, fue redactado por los Inquisidores y se encuentra en la Relación del Auto Público de Fe, celebrado en la Plaza del San Francisco, en Sevilla, el 22 de diciembre de 1560; donde fue quemado en estatua: “El Doctor Juan Pérez de Pineda, que dijo estar en la casa de la doctrina de los Niños de esta ciudad, natural de montilla, ausente, contumaz, relajado en estatua por hereje luterano, dogmatizador, engañador de la dicha secta y componedor de libros heréticos, falsos y prohibidos y distribuidor de ellos; con confiscación de bienes.”