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Nuestro cielo. Qué es la luz zodiacal, por Juanjo Salamero
JUANJO SALAMERO
El cielo, cada vez más contaminado lumínicamente, está dejando de mostrarnos fenómenos y objetos tan sutiles y delicados como la luz zodiacal. Pero, alejándonos de la contaminación lumínica, todavía es posible observarla siempre que la luna se encuentre en su fase de “luna nueva” (o sea, cuando no la vemos).
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La llamada luz zodiacal no es una luz en sí, sino un fenómeno de reflexión de la luz del Sol sobre una infinidad de partículas de polvo que se encuentran en el plano de rotación del sistema solar. Estas partículas de polvo son restos de fenómenos de impacto o desintegración de cuerpos menores que orbitan al Sol, tales como asteroides o cometas de corto período. Esta nube de partículas con forma lenticular debe de ser retroalimentada ya que es la fuente de donde proceden las 100.000 toneladas de material que caen anualmente en nuestro planeta, muchas de ellas en forma de estrellas fugaces esporádicas (que no pertenecen a ningún enjambre meteorítico conocido). Por lo tanto su densidad va variando y debió de ser miles de veces más densa y brillante hace millones de años.
Se extiende por el plano de la eclíptica (plano por el que se trasladan los planetas en su giro alrededor del Sol) y es mucho más densa cuanto más cercana al Sol y más difusa cuanto más alejada de éste. La zona que
¿Qué es la luz zodiacal?
Imagen de la luz zodiacal, en la que ésta parece surgir del propio Teide debido a la perspectiva, realizada por el famoso astrofotógrafo canario Daniel López
observamos normalmente es la más densa y brillante, que se extiende entre la Tierra y el astro rey. Pero en noches verdaderamente oscuras, en lugares con cielos excepcionalmente limpios ,podemos verla en mitad de la noche (justo en el lado opuesto al Sol de la eclíptica) en su lado más alejado de éste como una forma ovalada muy débil y que es llamada “el gegenschein”.
Esta especie de luz difusa con forma de triangulo o pirámide alargada se puede intentar observar, en cielos limpios y despejados, durante todo el año en las zonas ecuatoriales y tropicales del planeta mirando al oeste en las horas después de la puesta del Sol o al este en las horas previas a su salida. Para observarla en latitudes más altas o bajas solo es visible en ciertas fechas. Y podemos hacerlo tanto al empezar la noche hacia el oeste, desde finales de febrero hasta principios de mayo, como antes del amanecer hacia el este, desde finales de agosto hasta principios de noviembre. En el hemisferio sur estas fechas son justo al revés.
El primero en intentar realizar un estudio científico sobre este fugaz fenómeno fue el astrónomo italiano Giovanni Domenico Cassini en el siglo XVII. Éste intentó averiguar su procedencia, su tamaño, y comprender cómo se producía. Otro astrónomo más reciente y conocido mundialmente como músico fue Brian May, fundador del grupo de rock “Queen”, que realizó su tesis doctoral sobre este fenómeno.
Si alguna vez os encontráis en las fechas antes señaladas en algún lugar verdaderamente oscuro, después del ocaso solar o antes del amanecer no dejéis de intentar observar esa pirámide de luz muy tenue; os aseguro que hoy en día es un verdadero privilegio poder hacerlo y solo por eso merece la pena intentarlo.
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