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2.5.1. Protección, custodia y distribución del conocimiento
LA GESTIÓN SOCIAL DEL CONOCIMIENTO: TEORÍA, PRÁCTICAS Y APRENDIZAJES
por lo que no se han definido marcos estáticos o parametrizados de acción y, por el contrario, se construyen estos lineamientos como orientadores que brindan insumos para lograr procesos de gestión del conocimiento contextualizados.
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Ahora bien, en la medida en que se construyen conocimientos en el marco de la praxis organizacional, surge la necesidad de compartirlos, aprovecharlos y propiciar su enriquecimiento a través del intercambio. Esto exige, por otra parte, condiciones que garanticen la seguridad del conocimiento creado, esto es, garantías tanto para los autores como para quienes recurren a estas fuentes y productos (la ley establece parámetros para protegerlo y custodiarlo). Por esto, la Fundación Promigas viene consolidando sus procesos de protección, custodia y distribución; estos se describen a continuación.
Bajo el referente de un Sistema de Gestión del Conocimiento que se estructura desde la participación, la cognición situada y el liderazgo distribuido, proteger la propiedad intelectual de la Fundación Promigas es una necesidad.
Se establecen, por tanto, pautas para regular el acceso y uso de los conocimientos construidos y se garantizan los derechos de propiedad intelectual para que los creadores puedan proteger los intereses morales y materiales que resultan de su construcción; esto, vale aclarar, no riñe con la idea de que el conocimiento es un bien público. Se recurre, entonces, a licenciamientos, patentes, marcas registradas y otros mecanismos, de tal suerte que se garantice el uso sostenible, la distribución justa y el respeto por la propiedad intelectual de los conocimientos construidos en la organización (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 2011; CEPAL, 2008).
… la promoción y la protección de la propiedad intelectual estimulan el crecimiento económico, generan nuevos empleos e industrias y enriquecen y mejoran la calidad de vida. [Por esta razón,] promover un sistema de propiedad intelectual eficaz y equitativo puede contribuir a que todos los países exploten el potencial de la propiedad intelectual como catalizador de desarrollo económico y de bienestar social y cultural. [De esta manera] el sistema de propiedad intelectual ayuda a establecer un equilibrio entre los intereses de los innovadores y el interés público, creando un entorno en el que la creatividad y la invención puedan florecer en beneficio de todos (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 2011, p. 3).
Se ha definido un conjunto de acciones dirigidas a la protección de la propiedad intelectual, al manejo de los productos de gestión del conocimien-
to construidos desde la Fundación y con la Fundación, y a la garantía de los derechos morales y patrimoniales de quienes participan en los procesos. En otras palabras, se hace referencia a la definición de los derechos que tienen los creadores de productos materiales o inmateriales en torno al acceso, al uso, a la explotación comercial y a los lineamientos para la reproducción, cesión y replicabilidad de los mismos. Esto no desconoce que la Fundación opera en sociedades del conocimiento, donde estas producciones empiezan a asumirse como bienes públicos que, además, pueden divulgarse con mayor facilidad y a mayor escala mediante los recursos tecnológicos actuales (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 2011; Schmitz, 2009; Rubi, 2007; Martínez, 2006).
Como ya se dijo, la Fundación Promigas ha consolidado un conjunto de acciones para proteger el conocimiento. En primer lugar, la definición de derechos de autor y de propiedad intelectual. Estas acciones se dirigen a la delimitación explícita de cláusulas contractuales, convenios y acuerdos para el manejo de los productos que son definidos desde el inicio de los proyectos, iniciativas y acciones con otras organizaciones (aquellos productos que van surgiendo en el camino también son incluidos). Así, cuando los productos son construidos en la Fundación Promigas o con su apoyo, se ejecutan acciones de reconocimiento y cesión de derechos, y acuerdos de confidencialidad frente al uso de información y de todos los insumos que sean requeridos para llevar a cabo los procesos de gestión.
De la misma manera, con el registro de marcas y con los licenciamientos de uso, la Fundación reconoce formalmente la propiedad intelectual de las obras, contenidos y material generado. Para esto, además, define la política de uso, referida a la producción, copia y distribución gratuita de los contenidos incluidos en el licenciamiento, siempre y cuando se reconozcan los créditos de los creadores y no se transformen o generen obras derivadas (Fundación Promigas, 2010).
Otra de las acciones para la protección del conocimiento en la Fundación es la consolidación de la infraestructura tecnológica y de soporte para la organización sistemática de los productos intelectuales. Esta acción ha sido fortalecida con el fin de facilitar la documentación y el acceso de todas las creaciones intelectuales fruto de las iniciativas desarrolladas por la organización.
Todas las acciones de protección se organizan a través de sistemas digitales de soporte y su uso se promueve mediante plataformas virtuales como Moodle, que garantizan acceso y seguridad, por supuesto.
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La protección y custodia [del conocimiento] se hacía en CDs por lo que se diseñó un sistema de organización, de protección y custodia para todos los procesos de producción que se realizan en la Fundación Promigas. Todos los proyectos generan un producto de conocimiento que se clasifica según los reglamentos de Colciencias y con base en eso se custodia la información, se almacena en disco duro o en la nube, o en un servidor del clúster de Promigas.
Equipo humano de la Fundación Promigas.
En estas plataformas se registran referencias bibliográficas para publicaciones, los escritos del equipo y libros (series, títulos independientes, herramientas, crónicas o aprendizajes educativos; libros resultados de investigación), material didáctico del día a día de los proyectos, softwares, informes de investigación, evaluaciones, documentos de trabajo mediante DeNovo.Doc informes técnicos y marcos metodológicos del proyecto, todo según las políticas nacionales sobre derechos de autor.
Todas estas acciones para la protección del conocimiento son fortalecidas constantemente en aras de maximizar la efectividad en el acceso al conocimiento
Tabla 6. Protección, custodia y distribución del conocimiento en la Fundación Promigas
Eje Proceso
Protección, custodia y distribución del conocimiento Protección y custodia del conocimiento.
Distribución del conocimiento. Acciones
Propiedad intelectual y derechos de autor (licenciamiento de uso y marcas registradas). Sistemas de información e infraestructura tecnológica.
⋅Participación en eventos, redes académicas y ⋅ ⋅ ⋅ ⋅ científicas. Comunidades de práctica. Publicación en plataformas digitales. Licenciamientos de uso. Sistemas de información e infraestructura tecnológica y de soporte para la apropiación ⋅ organizacional. Editorial (libros y publicaciones conjuntas, tanto ⋅ ⋅ ⋅ ⋅ científicas como no científicas). Artículos. Guías o módulos. Videos (Conversaciones para Aprender) Documentos de divulgación (DeNovo.Docs).
y la gestión de este. En esta tarea, por cierto, se han identificado fortalezas y oportunidades de mejora que, según los actores de la gestión del conocimiento de la Fundación, permiten consolidar los procesos propios de este eje.
Entre las fortalezas de estas acciones se resalta la posibilidad de plantear acuerdos justos sobre derechos de autor entre la Fundación y los actores (incluidas las organizaciones) vinculados a la creación de una obra o producto, así como la pertinencia y claridad de cláusulas agregadas a los contratos y acuerdos de cooperación interorganizacional.
Se ha identificado, por otro lado, la necesidad de robustecer los procesos de acompañamiento y orientación oportuna para la debida comprensión y ejercicio de los derechos de autor entre quienes se encuentran vinculados a las iniciativas de la Fundación y desconocen lo relacionado con dichos derechos. Igualmente, aunque se reconocen avances significativos en cuanto a las restricciones, se deben agilizar los procesos que permitan acceder con garantías y seguridad a los productos de conocimientos y a los registros de aprendizaje, los cuales, frecuentemente, deben retomarse para enriquecer las nuevas acciones y prácticas llevadas a cabo por la Fundación (Silva, Fernández y Mendoza, 2016).
La distribución de conocimientos, por su parte, implica un conjunto de prácticas dirigidas a compartir, intercambiar y divulgar los aprendizajes generados en la praxis organizacional. Esta práctica tanto interna como externa, que se ha instaurado como un componente inherente a la cultura de la Fundación, propicia la construcción y validación conjunta de saberes en el equipo de trabajo y la movilización de aprendizajes dentro de la organización, así como de aciertos y oportunidades de mejora para fortalecer contextualmente las acciones desarrolladas.
La distribución de los productos de gestión del conocimiento responde a las temáticas que permean las iniciativas desarrolladas y las dirige a distintos públicos objetivo para su conocimiento, resignificación y apropiación crítica. En torno a este proceso se estructuran todas las acciones dirigidas a la definición de la política editorial de la Fundación, así como la publicación y divulgación de libros (científicos, pedagógicos u otros), obras colectivas y coediciones, artículos científicos y de divulgación, guías metodológicas, módulos y videos, a los que se puede acceder a través de medios físicos y magnéticos. Estos productos han dado a conocer la gestión de la Fundación Promigas y actualmente están en un proceso de fortalecimiento, cuyo fin es consolidar las estrategias pensadas para potenciar el acceso y aprovechamiento de estos recursos entre los actores involucrados y aquellas personas, grupos o comunidades que identifiquen en estos insumos una oportunidad que repercuta en el desarrollo personal y colectivo (Silva, Fernández y Mendoza, 2016).
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La distribución también incluye la participación de la Fundación en eventos académicos, bien como ponentes, o bien como organizadores, así como en plataformas digitales que promueven el acceso a los productos bibliográficos, lo que garantiza el uso, resignificación y apropiación teórica y metodológica del conocimiento.
Dentro de la organización, la distribución del conocimiento tiene lugar mediante el uso de sistemas de información e infraestructura tecnológica y de soporte de los productos de gestión de la Fundación. A través de este sistema se facilita el acceso a la información construida en la organización para promover la apropiación de enfoques, metodologías y herramientas que enriquezcan y articulen el quehacer del equipo de trabajo. Además de esto, nuevamente las comunidades de práctica aparecen, por cuanto esta estrategia se orienta a asegurar la apropiación y el uso del conocimiento organizacional por parte de todos los miembros de la comunidad, lo que reduce la brecha entre expertos y aprendices.
Las acciones hasta aquí descritas también facilitan el intercambio de saberes y experiencias. Este proceso se asume como un mecanismo para el fortalecimiento de capacidades que contempla espacios vivenciales de formación y acompañamiento alrededor de temas de interés común, ejercitando así el diálogo, la reflexión y el análisis de aprendizajes y experiencias entre actores que confluyen en las iniciativas desarrolladas por la Fundación. Asimismo, se contemplan acciones ejecutadas con otras organizaciones empresariales, académicas, fundacionales y demás colectivos con quienes se han construido procesos conjuntos o se ha acordado un licenciamiento de uso, que sirve, como ya se dijo, para que las prácticas sean resignificadas. Finalmente, hay que destacar la participación en redes académicas y científicas que permiten interactuar para retroalimentar y validar los conocimientos construidos.
En este sentido, la distribución del conocimiento en la Fundación reitera la idea del conocimiento como bien común que, por tal condición, debe socializarse y legitimarse colectivamente, con el fin de contribuir al despliegue de nuevas posturas y aprendizajes, de potenciar las capacidades del equipo de trabajo y de visibilizar los aprendizajes promovidos en función del quehacer fundacional, así como de consolidar vínculos de confianza y credibilidad que aportan al posicionamiento de la organización.