30 AÑOS. ¡Si 30 años! Haciendo finanzas mutualistas Breve historia de la Mutual Compartir de Medellín Por Azucena Vélez Restrepo Mayo 2016
Delegados y empleados en la Asamblea General del 2015
Contenido Presentación .............................................................................. 4 De sociedad ilegal, a Mutual legal ............................................. 7 “Se abrió caminos sin más ley que su esperanza” ..................... 8 Conciencia de asociado.............................................................. 9 Aprendiendo de la experiencia ................................................ 10 Cambios necesarios ................................................................. 11 Enseñanzas de los primeros años ............................................ 12 Primero la familia directa ........................................................ 13 Y se empezó el crédito ............................................................. 14 Ética mutualista para el crédito ............................................... 15 Amor, Trabajo, Ayuda .............................................................. 16 Cambio de razón social ............................................................ 16 Mostrando identidad mutualista ............................................. 17 Logros económicos .................................................................. 18 Democracia, participación, dirección ...................................... 19 Asociados Fundadores ............................................................. 20 Delegados 2016 ....................................................................... 23 Empleados ............................................................................... 24 Revisores Fiscales..................................................................... 24 Gerentes .................................................................................. 24 Nuestro Himno......................................................................... 25 Nuestros Valore y Principios .................................................... 25 Credo Mutualista ..................................................................... 26
Presentación En 1986 un grupo de hombres y mujeres de Medellín se unieron para aplicar la doctrina mutualista, doctrina que ha impulsado nuestra transformación en seres humanos. Sí, en seres humanos porque hubo un tiempo en que no éramos humanos, dominaba el más fuerte y el más cruel, vagábamos por las selvas luchando con fieras y con otros semejantes. Por fortuna evolucionamos a conductas de convivencia, civilidad y democracia, conductas que siempre hay que expandir y perfeccionar. Cuando los humanos se volvieron compasivos y solidarios comprendieron que todos somos sujetos de sufrimiento y que la forma de menguarlos o prevenirlos es con la ayuda recíproca, entonces surgió el mutualismo. Y desde antes de Cristo se registran organizaciones mutualistas, en la Edad Media proliferaron las uniones o guildas, en la edad moderna las prácticas mutualistas influenciaron pensadores sociales que formularon sistemas para la democracia, la seguridad social y el cooperativismo. A Colombia llegó el mutualismo con los misioneros durante la Colonia en la forma de auxilio mutuo parroquial. Durante el siglo 19 fue practicado por artesanos y obreros y en el siglo veinte comunidades de barrios populares de las ciudades lo aplicaron en las llamadas “sociedades enterradoras o de auxilio mutuo”.
Por falta de estudio y de apoyo a estas sociedades se generalizó el error de que el mutualismo es sólo para la muerte, error que es preciso erradicar para reivindicar su amplio contenido humanístico, aplicable a la diversidad de servicios que se requieren para el mejoramiento comunitario. Los 30 años de existencia de la Mutual Compartir muestran una práctica mutualista que se apropió de principios y de doctrina, se comprometió con personas de escasos recursos y se propuso utilizar el dinero con auténtico fin de ayuda mutua, es decir se impuso el objetivo de hacer finanzas mutualistas. Es importante mostrar las experiencias de la Mutual Compartir durante estos 30 años, por ser innovadoras ya que desarrollaron un concepto amplio de mutualismo. Se ha difundido la validez de esta doctrina para convocar a personas de escasos recursos a servicios financieros que no les son fáciles de obtener en la banca capitalista. Este relato servirá para que los asociados tengan un medio escrito para transmitir a sus descendientes el orgullo de haber participado en una aventura mutualista que les ha ayudado a que “la vida les sea amable y menos triste la muerte” Y ojalá que también sirva para motivar otras comunidades a asumir el mutualismo como medio apropiado para solucionar necesidades comunes.
No es exagerado decir que casi todas las dificultades y necesidades de los seres humanos requieren soluciones mutualistas, o sea unión de voluntades y recursos en procura de objetivos comunes. El mutualismo se necesita para: la paz, la convivencia, la coexistencia, el acuerdo, la protección del medio ambiente, la superación de la pobreza y de la ignorancia.
Hacer efectivo el derecho a la felicidad que tenemos los humanos Requiere mucho… mucho mutualismo.
De sociedad ilegal, a Mutual legal En el mes de marzo de 1986 varias de las personas que estaban inscritas en la llamada Sociedad Santa Elena se acercaron a pagar las cuotas. Pero, ¡oh sorpresa! el administrador había desaparecido llevándose los fondos comunes. Se difundió la noticia y los cerca de mil inscritos sintieron rabia y temor por la desprotección en que quedaban para el caso de muerte, se agravaría su pobreza si les tocara pagar el entierro de un familiar que muriera. En Medellín se había extendido la práctica de las “sociedades de auxilio mutuo o enterradoras” que unas eran legales, pero otras informales manejadas por personas que no rendían cuentas y las tenía como de su propio negocio. Entonces, líderes mutualistas, propusieron la creación, ahora sí, de una Asociación Mutual legal para que desarrollara un mutualismo que no fuera solo para la muerte, sino también para la vida. Y 35 personas, el 18 de abril de 1986, en Asamblea General, crearon la Asociación Mutual Villanueva, razón social que se mantuvo hasta el 2003 cuando se cambió por Asociación Mutual Compartir que se mantiene hasta hoy. Ya, habiendo dado legalidad a la nueva Mutual, se divulgó entre los defraudados que podían oficializar su ingreso y cerca de 1200 personas lo hicieron y con ellas se inició la aventura de un auténtico mutualismo.
“Se abrió caminos sin más ley que su esperanza” De un engaño, que es mezquino y egoísta, se ofrece un ideal generoso y solidario que lleva a la esperanza de recuperar el servicio de protección exequial que se considera necesario, y se agrega la posibilidad de otros que aún no se tenían. Los fundadores y primeros directivos pensaron en “las aspiraciones de todos” y en los estatutos de la Mutual establecieron el siguiente objetivo: “la ayuda mutua mediante la prestación de servicios de asistencia social, de previsión, solidaridad a sus asociados a través de los siguientes servicios: exequias, médico-odontológico, educación, recreación, droguería” Se proyectó una mutual que ayudaría no sólo para la muerte, sino para el bienestar en vida. Es preciso recordar, que para la época, no existía en Colombia un sistema general de seguridad social, entonces las personas de escasos recursos, buscaban servicios de protección y salud mediante las sociedades de auxilio mutuo. El 4 de agosto de 1986, se obtuvo la personería jurídica que le otorgó legalidad a la Mutual Villanueva. Durante el primer año la administración de la Mutual se dedicó a cambiar “clientes” por “asociados” explicando que los que ingresaban ya eran “dueños” que adquirían deberes y derechos. Fue el inició de la educación mutualista que se asumirá como función esencial de la nueva entidad.
Conciencia de asociado “Hay que reconocer que la situación de engaño fue propiciada en gran parte por la actitud desinteresada de los socios, quienes se limitaron únicamente a entregar el dinero sin inquietarse por recibir información sobre el manejo de la Sociedad a la que se decían pertenecer”. Así se decía en boletín de diciembre de 1986. Era un llamado a tomar conciencia de lo que significa ser asociado. Se convocó a la Asamblea General, “donde Usted aprueba o desaprueba los balances”. Fue la primera oportunidad de los nuevos asociados de ejercer la democracia mutualista. Desde el primer año de funcionamiento de la Mutual se impuso la obligación de informar a los asociados y convocar su participación. Cuentas claras y mucha franqueza para mostrarlas, fue la clave que permitió que la gran mayoría de los antes defraudados, formalizaron su ingreso como asociados y aceptaron las decisiones que en el inicio se tuvieron que tomar. Había que pensar en la sostenibilidad económica de la Mutual por eso se asumió con mucho análisis la elaboración del presupuesto. Era necesario aplicar bien el dinero que recibía la Mutual de sus asociados, para que cubriera los gastos de administración y se aseguraran recursos para cumplir con el auxilio funerario que era el servicio que se ofrecía. Encausar la Mutual hacia una administración programada y presupuestada exigió hacerle cambios a la tradición que traían las mutuales de Medellín.
Aprendiendo de la experiencia Siguiendo la creencia errónea de que una mutual debe aceptar padres sin límite de edad, en el primer año de existencia de la Mutual Villanueva hubo que pagar muchos auxilios, las contribuciones de los asociados no alcanzaron y se generó pérdida. Fue necesario convocar a Asamblea General Extraordinaria para el 4 de octubre de 1987, un año después de la creación cuando todavía estaba reciente el recuerdo de la defraudación. Fue mucho el desconcierto entre los asociados, creían se les estaba mintiendo sobre el número de fallecidos para cobrarles más dinero. Hubo que explicar que los administradores de una mutual no hacen dinero, que su función es aplicar bien las contribuciones de asociados y que cuando éstas no alcanzan, es preciso cobrar cuota extraordinaria, revisar la reglamentación de los servicios y ajustar el presupuesto. Se mostraron cuentas claras y la Asamblea aprobó cuota extraordinaria de 45 pesos semanales por asociado para cubrir el déficit. Se aprendió de la experiencia, se empezaron a revisar las tradiciones mutualistas sobre edades y parentesco y se refinó la técnica para el presupuesto. Empezamos a entender que una asociación mutual es una empresa asociativa a la cual los asociados le aportan los recursos económicos Y que es función de éstos y de los empleados elaborar presupuestos de ingresos y egresos acordes con reglamentaciones claras sobre los servicios y definir los gastos de administración.
Cambios necesarios Un estudio de 1989 sobre edades y parentescos, alertó la administración de los riesgos que tenía la Mutual en su sostenibilidad económica. Se encontró alto número de beneficiarios mayores de 60 años no familiares directos. Ocurrió que a un asociado se le pagaron dos auxilios por tíos que no dependían de él y luego trajo otra tía para inscribirla. Se estaba dando aprovechamiento indebido del auxilio exequial en dinero y para evitarlo la Junta Directiva tomó las siguientes decisiones: Los beneficiarios sólo podían ser familiares directos: padres, hermanos, cónyuges, hijos, años más tarde se aceptaron los nietos. Las edades se fijaron así: asociados 55 años, beneficiarios 60. A los asociados ya inscritos se les permitió mantener sólo dos beneficiarios mayores de 60 años. Se redujo al 60 % el valor del auxilio para beneficiarios no familiares directos. Se estableció como misión suprema de la Mutual la protección de la familia directa e impedir que se utilizara el auxilio exequial en dinero como negocio. Claro que hubo controversia y se requirió mucha explicación, por fortuna la mayoría de asociados comprendieron y aceptaron. El resultado fue que la mortalidad empezó a bajar y se llegó a promedios de 30 fallecidos así se pudo dirigir la Mutual hacia la sostenibilidad económica.
Enseñanzas de los primeros años Dos características de los asociados fueron la materia prima para organizar la mutual: el sentido de previsión para la muerte entre personas de clase popular de la ciudad de Medellín. y su convencimiento de que solas no podían acceder a una ayuda, pero unidas sí, por eso proliferaban las sociedades de auxilio mutuo en la ciudad. Mutualismo sí, pero con reglamentos y presupuesto. Fue la enseñanza más importante que se obtuvo de estos primeros años. Concordar ideales con organización requiere: definir objetivos posibles, reglamentar servicios, precisar claridad contable y mantener permanente comunicación con los asociados. Una mutual que asume la protección de riesgos es una empresa de aseguramiento solidario que necesita:
Definir objetivos acordes con la doctrina mutualista. Preservar el patrimonio que se va acumulando. Armonizar trabajo, esfuerzos y participación. Elegir una directiva responsable y comprometida. Organizar una administración honesta y eficaz. Asegurar permanencia y sostenibilidad de la mutual.
Por fortuna los directivos y administradores que asumieron la dirección de la Mutual se comprometieron con dichos requerimientos y con ello comenzó su progreso.
Primero la familia directa En la familia se vive la esencia del mutualismo que es el amor, la solidaridad, la compasión, el compromiso, la protección Y por ello, la misión del mutualismo es establecer servicios para el bienestar de la familia. Desde que se creó la Mutual Villanueva hoy Compartir se ha procurado difundir conceptos y conductas que acrecienten la unión, la fraternidad y la seguridad entre las familias asociadas a la Mutual. Por ello las siguientes reglamentaciones: Los beneficiarios deben ser del grupo familiar básico y ojalá que dependan del asociado. La contribución se fija acorde con el número de los beneficiarios que el asociado inscriba. Se motiva a los hijos para que cuando asuman responsabilidad con pareja o con hijos se hagan asociados. “Mi hijo ya se organizó así que viene a sacarlo de mi lista de beneficiarios y él va a asociarse con su compañera y su hijo” Así hicieron muchos asociados fundadores atendiendo la campaña de responsabilizar a los jóvenes de su protección. Se unificó el valor del auxilio para el grupo familiar básico. Se empieza el servicio de ahorro, cuyo registro y control se hacía manualmente. Era el tradicional ahorro de natillera para devolver cada año. Se establecieron planes de auxilio de diferente valor para que el asociado escoja acorde con sus posibilidades.
Y se empezó el crédito La Mutual progresaba con dos servicios: el auxilio en dinero y el ahorro. En la Asamblea General de 1991 se aprobó una contribución de 30 pesos semanales por asociado para crear un fondo destinado a un servicio odontológico. Al final del año, una asociada trabajadora doméstica solicitó 45.000 pesos para una operación de los ojos. Se motivó un debate en la Junta Directiva sobre la viabilidad de establecer el servicio de crédito. Como en Colombia no existía tradición de crédito entre las mutuales, se creía que no les era permitido, que se podía perder el dinero, que con escaso millón de pesos cuánto se podía prestar. Analizando lo de la cuantía, uno de los miembros de la Junta dijo: “lo importante para los pobres es prestarles poquito pero seguidito” y esta frase se adoptó como política a seguir en la reglamentación del servicio de crédito. Y sin duda puede decirse, que desde entonces, en lo económico la Mutual afianzó su crecimiento y en lo social se inició como real ayuda para mejorar las condiciones de vida de los asociados. Se empezó prestando hasta 100.000 pesos y se fue aumentando poco a poco. Un crédito que se obtuvo de la Gobernación de Antioquia permitió aumentar los recursos para el crédito y se fue avanzando hasta llegar a ser el servicio más demandado por los asociados.
Ética mutualista para el crédito “Señor asociado: la Mutual le ayuda con el crédito, pero usted tiene que entender que el dinero que le presta es de todos los asociados, y si usted no paga, le está quitando a la Mutual la posibilidad de ayudar a otros y a usted mismo en el futuro”. Es lo que se le repite al asociado cuando solicita un crédito. Se dice en forma verbal, se recuerda en boletines y se hace firmar en la solicitud. Primero se concientiza del deber mutualista que adquiere y luego se le advierten los perjuicios legales y económicos que le trae el incumplimiento. O sea que se busca ante todo el compromiso mutualista. Y se ha tenido éxito con esta insistencia porque son pocos los asociados que incumplen. Además, porque se reglamentó en forma precisa las condiciones para los créditos. Que sea asociado afiliado al auxilio exequial o ahorrador Que demuestre capacidad de pago porque trabaja, recibe arrendamientos o ayuda de familiares como para las amas de casa. Que presente codeudores según el monto a prestar. Que se demuestre cumplimiento con los compromisos antes adquiridos con la Mutual y fidelidad a la misma El crédito impulsa el crecimiento económico de la Mutual, para los asociados es la más efectiva ayuda, claro, siempre y cuando éstos sean pagadores cumplidos.
Amor, Trabajo, Ayuda Una Mutual es más que de dinero, si bien las contribuciones de los asociados son necesarias, también lo son los sentimientos y la conducta que promueve la Mutual y que practican sus asociados. Por eso ha sido preocupación especial inducir a los asociados al sentir y al actuar acorde con la doctrina mutualista. Y en reflexión especial que se hizo en la Junta Directiva al respecto, se concluyó que el sentir y el actuar mutualista lo compendian el Amor, el Trabajo y la Ayuda, por eso se eligieron como distintivo de la Mutual Amor, sentimiento que humaniza y permite felicidad. Trabajo, no es un castigo, es el medio para desplegar nuestras capacidades y alcanzar vida digna y útil. Ayuda, todos la necesitamos porque la vida trae riesgos, nadie se hace sólo y mutualismo es unirnos para ayudarnos.
Cambio de razón social Nacimos como Mutual Villanueva, pero la palabra Villanueva se volvió común para negocios del centro de Medellín: cafeterías, peluquerías, parqueaderos y hasta una sala de velación con la cual confundían la Mutual, además era un nombre que no concordaba con la misión que ésta se proponía. Se hizo campaña para motivar el cambio de razón social, y en la Asamblea del 23 de noviembre del 2003 se aprobó que fuera: Asociación Mutual Compartir Nombre ya concordante con el sentir y actuar mutualista.
Mostrando identidad mutualista Organizar la administración y reglamentar los servicios fue la primera gestión que se cumplió en la Mutual, luego se hizo urgente visibilizar la identidad doctrinaria porque a pesar, de que el decreto 1480 de 1989 estableció que el nombre legal es de Asociaciones Mutuales, la mayoría de los asociados seguía diciendo “voy a pagar a la funeraria o a la sociedad” Como se muestra a continuación fue un proceso llegar a una imagen institucional acorde con las características auténticas de la Asociación Mutual Compartir.
1986 -1995 1996 - 2003
2004 hasta hoy
Logros económicos El acumulado económico durante los 30 años de existencia de la Mutual Compartir es clara demostración de lo que puede lograr una empresa solidaria Las cifras son modestas, pero si se mira desde donde se empezó y que el 80% de sus asociados son personas de escasos recursos, sin duda es un ejemplo de lo que se puede hacer aplicando un auténtico mutualismo. Veamos: 1986 Activo Cartera de créditos Propiedad planta equipo Pasivo Depósitos de asociados Fondos sociales Patrimonio
724.465 0 220.923 221.798 0 0 502.667
Marzo 2016 Millones 993.6 533.1 38.4 662.7 302.9 82.4 275.7
Gracias a la buena gestión, se obtuvieron créditos de la Gobernación de Antioquia y de Confiar que sirvieron para impulsar el crédito y conseguir la sede. En el año 2015 se obtuvo una donación de 27 millones de la Alcaldía de Medellín. Dos son las razones esenciales para el crecimiento Acertada administración caracterizada por fidelidad con la doctrina mutualista, democracia en la administración, claridad contable, información y educación. Las microfinanzas, o sea asumir el ahorro, el crédito y auxilios exequiales en dinero como los servicios esenciales de la mutual, o sea hacer las funciones de un “banco” para sus asociados.
Democracia, participación, dirección Antes se mostraron los logros obtenidos en los servicios y en lo económico, ahora veamos los relacionados con la aplicación de la democracia. No ha sido fácil vencer la apatía de los asociados para asistir a las asambleas, para postularse como delegado y para participar como directivos. Diversas y continuas han sido las acciones para inducir a los asociados a la participación. Una Mutual es una construcción colectiva, por ello es necesario agradecer a quienes en estos 30 años, han colaborado desde los diferentes estamentos directivos. A continuación se incluyen los nombres de las personas que han participado en los diferentes niveles de dirección y administración Los asociados fundadores dieron el primer impulso por medio de su estructuración legal. Su crecimiento pasó a las personas que siguieron participando en los diferentes cuerpos directivos como miembros de las Juntas Directiva y de Control social, los delegados, los empleados, los revisores fiscales y los gerentes. Todos de una u otra forma han contribuido al desarrollo de los ideales que la Mutual ha tenido desde su fundación.
Asociados Fundadores Alonso de Jesús Correa Bertha Inés Sánchez Darío Ramírez Guillermo Valencia Iván de Jesús Mejía Joaquín Emilio Hincapié Jorge Orlando Villegas Libardo Castrillón Luis Fernando Arango Luz Mary Tobón María Doralba Muñoz Mariela Correa Mesa Miguel Ángel García Miriam Molina Nora Osorno Álvarez Oscar Darío Montoya Pedro Luis Giraldo Yolima Sánchez Chica
Ángela María Murillo Darío Castrillón Diego Luis Miranda Héctor Evelio Cadavid John Jairo Arcila Jorge Gaviria Ramírez José J. Fernández Luis Carlos Jaramillo Luz Marina Arroyave Magdalena Ospina María Teresa Tavera Marta Lucía Gaviria Miguel Ángel Vásquez Nelson Pineda G. Orlando Echavarría Ovidio Cataño Cataño Vicente Ant. Suescún
Participantes en las Juntas y Comités Alberto Larrea Alexis de Jesús Gómez Alonso Correa Amparo Gómez Ángela María Muriel Ángela Viviana Aguilar Arcesio Gómez Múnera Arnulfo Bedoya Beatriz Elena Cuartas Berta Inés Sánchez Bertha Nelia Sánchez Bertulfo Rivera Uribe Blanca Aurelia Franco Blanca Aurora Gutiérrez Blanca Cecilia Muñetón Blanca Genoveva Gil Blanca Inés Fernández Blanca Nubia Muñoz Blanca Nubia Vélez Briseida Acevedo Carlos Alberto Arias Carlos Alberto Torres Carlos Arturo Marín Carlos Guillermo Schulz Carlos Mario Muñoz Cesar Augusto Montoya Consuelo Ramírez Darío de Jesús Ramírez Darío Ramírez Vélez Delfa Vásquez Deyanira Gómez Duberlina Martínez Eduardo Aristizábal Efraín Arbeláez Elkin Arturo Naranjo Emilia del C. Alzate
Fabio Alberto Henao Fabio Zapata Falconery Aguinaga Fanny Idárraga Francisco Monsalve Hernán Ramírez Gabriela Alvarez Gabriela Gallego Georgina David Gilberto Ocampo Osorio Gloria Estela Alzate Gloria Nancy Rendón Gloria Patricia Tangarife Gonzalo A. Agudelo Guillermo Antonio Muñoz Guillermo Diosa Guillermo León Ramírez Guillermo Vega Gustavo Castro Gustavo Pérez Helio Zuluaga Herminia Serna Isbelia Ortiz Isolina Esther Mejía Iván de Jesús Ospina Jaime Ramírez Jesús Abel Londoño Jesús Antonio Hernández Jesús María Caicedo Jesús María Saldarriaga Jhon de Jesús Torres Joaquín E. Hincapié John Jairo Arcila José Alejandrino Diosa José Fernando Tabares José Heriberto Muñoz José Hernández José Isaías Ríos José Luciano Hernández
José María Ortiz Josefina Santamaría Juan Carlos Zapata Juan Gonzalo Rave Libardo A. Tamayo Libardo Castrillón Libia Arenas de Henao Liliana María Henández Luis Aníbal Arias Luis Carlos Jaramillo Luz Amparo Ossa Luz Elena Londoño Luz Marina Posada Luz Marina Ramírez Luz Marina Vargas Luz Mary Marulanda Luz Mary Tobón Luz Miriam Aguilar Luz Ocaris García Manuel Rendón Margarita Rodríguez María Elena Olarte María Elizabeth Toro María Emilse Ramírez María Esther Fuentes María Eugenia Benjumea María Inés Zapata María Isabel Urrego
María Isela Rodríguez María Nelly Álvarez María Noelia Serna María Ofir Córdoba María Rosa Cardona María Rosalba Abello María Rubiela Giraldo María Victoria Pareja Maritza Delahoz Marta Gaviria Martín Alonso Alzate Miguel Eugenio Palacios Miriam del S. Hernández Nora Alba Arias Nora Elena Ramírez Nora Osorno Nubia Lopera Oscar Zapata Pedro Luis Giraldo Rafael Ángel Calle Rigoberto de J. Calle Sabina Orozco Salomón López Sánchez Saridis Ibeth Fabra Teresa Gómez Jiménez Teresa Henao Víctor Eliecer Bula
Delegados 2016 Ana Rita Gómez Aura Fatima Amaya Bertha Nelía Sánchez Bertulfo de J. Rivera Blanca Aurelia Franco Blanca Aur. Gutiérrez Blanca Cec. Muñetón Blanca I.Fernández Blanca Nubia Muñoz Blanca Nury Arrubla Claudia J. Restrepo Dalay Yelipsa Álvarez Deyanira Gómez Deyvi Mosquera Emilia del C. Alzate Fabiola Flórez Fanny Idárraga Gilberto Ocampo Gloria Bedoya Guillermo Vega Guillermo Muñoz Guillermo Ramírez Harol Ramírez Hernán D. Ramírez José Fdo. Tabares José Isaías Ríos Juan Alberto Gómez Juan Gonzalo Rave Luz Amparo Ossa Luz Elena Londoño
Luz Marina López Luz Marina Zuluaga Luz Marina Ramírez Luz Mary Marulanda Luz Miriam Aguilar Luz Ocaris García Ma. Beatriz Galvis María del C. Ramírez Ma. Gabriela Álvarez María Inés Zapata María Irene Ramos María Isabel Urrego Ma. Isela Rodríguez María Libia Uribe María Lucia Gómez María Nelly Álvarez María Noelia Serna María Ofelia Betancur María Rosa Cardona Ma. Rubiela Giraldo Maritza Delahoz Marleny Mira Mesa Miguel Palacios Nora Alba Arias Olivia Rosa Soto Rafael Ángel Calle Rubiela Cataño Teresa de J. Alzate Teresita Barrera Yolanda Sánchez
Empleados Luz Mery Tobón María Elena Olarte Jineth Arenas S. Mariela Toro Nora Patricia Espinosa Lilian Ma. Hernández Ana María Gómez
Sonia Est. González Luz Marina Flórez Viviana Grajales B. Orlando Hernández Ma. Eugenia Benjumea Astrid Mira Ramírez Lina María Galeano
Revisores Fiscales Nelson Pineda Luis Carlos Jaramillo Gladys González C. Ángela María López Amilbia Ríos Martínez Walter Vergara Gildardo A Jaramillo Diana Lucy Correa
Patricia Castrillón Gema Lucía Morales Néstor Cadavid Darío Saavedra Ester Uribe Vélez Marta Lucía Yépez Ignacio Tamayo ATR Auditores
Gerentes Vicente Suescún Parra 1986 Luz Amparo Lopera de Oviedo 1987 Azucena Vélez Restrepo 1988 – 2015 Dian Lucia Isaza Londoño 2016
Nuestro Himno La Mutual Compartir nos ofrece Con sapiencia orgullo y fe en Dios Un legado que al hombre enaltece El Trabajo, la Ayuda y el Amor. Es el faro que vierte en sus rayos Amalgama de fino esplendor Solidario que lucha y trabajo Alma y vida de la asociación. En su seno forjando valores Dignifica en familia la unión, El del hombre sendero que embellece La majestuosa obra del Creador
Nuestros Valores y Principios AMOR. Escucha. Sensibilidad, Comprensión, Respeto, Tolerancia Diálogo. TRABAJO: Estudio. Investigación. Laboriosidad. Responsabilidad. Participación. Honestidad. Exactitud y trasparencia. AYUDA. Solidaridad. Servicio. Cooperación. Reciprocidad. Equidad.
Credo Mutualista Los mutualistas nos asociamos para ayudarnos. Solos y aislados estamos desprotegidos. Unidos y organizados asumimos los riesgos de la vida: la enfermedad, el infortunio, los desastres y la muerte Fácilmente entendemos que la “unión hace la fuerza” y que haciendo contribuciones en dinero o en trabajo podemos solucionar problemas de nuestro grupo social, familiar y de las comunidades Los mutualistas tenemos como principios la compasión, la solidaridad, la ayuda recíproca, la democracia, la educación y el servicio sin lucro. Creemos que todos los seres humanos tienen derecho a una vida digna y trabajamos unidos para adquirirla
MISIÓN Comprometida con la filosofía mutualista, con la participación de sus asociados, y el trabajo constante y honesto de sus directivos y empleados, la Asociación Mutual Compartir contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de sus familias asociadas, prestando servicios de crédito, ahorro, auxilio exequial, educación y otros servicios de bienestar y protección
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