Camila Cárdenas Vélez
Sus escritos y nuestra evocación
Camila Cárdenas Vélez Sus escritos y nuestra evocación Textos Azucena Vélez Restrepo: Solapa carátula Sergio Alejando Ruiz Pérez: Contra carátula Sebastián Puerta Ortiz: Solapa contra carátula Ilustración contra carátula Carlos Alberto Vanegas Bueno Fotos Javier Castaño Vera: Carátula Daniela Torres Pérez: Pag 9 Silvia María Vélez: Pag 24, 70 Video Estudio J F: Pag 59, 164 y 171 Selfie de Camila: Pag 81 Sergio Gutiérrez Pachecho: Pag 101 Lina María Posada Vélez: Pag 131 Juan Arturo Gómez Tobón: Pag 141 Comité Asomilin: Pags 206 y 211 Edwin Solar Escalante: Pag 221 Diseño e impresión Pregón S.A.S. Diciembre de 2016 Medellín, Colombia
Índice
Presentación...................................................11 Azucena Vélez Restrepo Camila escritora, desde niña y adolescente...............................21 Cuentos Infantiles y Juveniles de Camila....... 23 2006. Camila tenía nueve años y cursaba tercero de primaria......................... 23 Camila y lo animales................................... 23 La finca de Concordia................................. 25 La paloma mensajera.................................. 25 Los animales hablan.................................... 25 Las plantas se reúnen.................................. 26 El mar........................................................... 26 Una aventura de amigas.............................. 27 El gatito perdido.......................................... 27 Carta al tío inválido..................................... 27
2007. Camila tenía diez años cursaba cuarto de primaria............................ 28 Cómo quiero que sea mi perro................... 28 El perro y el gato.......................................... 28 La flor que habla.......................................... 29 Ciudad de dulce........................................... 29 Una niña y sus amigos................................. 29 La mamá sol y sus hijos............................... 30 Todo inventado............................................ 31 Natasha hace física...................................... 31 Conejito saltarín.......................................... 32 El niño que conoce a Papá Noel................. 32 2008. Camila tenía 11 años cursaba quinto de primaria............................ 33 Acróstico...................................................... 33 La naturaleza............................................... 33 Mateo y sus amigos..................................... 34 2010.Camila tenía 13 años cursaba séptimo de bachillerato..................... 35 La vida como una caja de bombones......... 35 Aviso de su muerte y su epitafio................. 37 2012. Camila tenía 15 años cursaba noveno de bachillerato...................... 38 ¿Sí podré?..................................................... 38 Dos ranas que cayeron en la leche.............. 38 Cambios de rutinas en la vida..................... 39 2013. Camila tenía 16 años en décimo de bachillerato............................... 41 Haz lo que quieras....................................... 41
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2014.Camila tenía 17 años estaba terminando 11 de bachillerato.................41 Tarjeta de felicitación para la mamá.......... 41 Recuerdos de los Educadores de Camila........ 43 Beatriz Elena Blandón Díaz........................ 43 Zulema Ivonne Espinosa............................. 48 Karina Gando.............................................. 53 Yuberth Hurtado......................................... 55 Elder Calle Otero......................................... 56 Escritos de Camila en la universidad............59 Mi Historia.................................................. 61 Autorretrato................................................. 62 Rayo de luz................................................... 64 Entre cielo y mar pienso mi vida................ 65 Descripción del lugar.................................. 66 Te recordaré eternamente........................... 67 Gracias Amá................................................. 70 Cada mañana la amo más........................... 71 Siendo niños, siendo jóvenes...................... 73 Un lugar mejor de lo que imaginamos...... 76 Verlo así, me mataba................................... 81 Nunca va a dejar de darme miedo.............. 82 Será que el destino está escrito. Ruby, la chica de mis sueños....................... 85 Dime dónde compras y te diré de qué estrato eres......................... 88 Talento y diversión, ingredientes indispensables.............................................. 90 Diferente pero no por eso extraño............. 91
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Martes de expresión oral: pesadilla de todo un semestre..................... 93 Desde la sociología, observando el barrio La Playa.................... 96 Recorrido por Apartadó.............................. 101 Los recuerdos perduran en la memoria y el silencio......................... 108 Hollywood siempre se sale con la suya....... 119 Elbacé Restrepo y su columna: Por Encimita................................................ 122 Y Camila voló.................................................129 “Para Entonces”........................................... 129 Despedida de Camila en el mar.................. 132 Mi “Lucesita”................................................ 133 Añoranzas de los compañeros de Universidad................................................ 134 Sergio Alejandro Ruiz Pérez....................... 135 Carlos Alberto Vanegas Bueno................... 136 Camila y las mariposas................................ 136 Jenifer Andrea Henao Osorio..................... 136 Mario López Correa.................................... 136 Bertha Durango Benitez............................. 137 Ana María Muñoz Ramos........................... 137 Lina María Arias Hernández....................... 138 María Angélica Cardona Gómez................ 138 Árbol y Jardín Camila................................. 140 Nora Lucía David Manco............................ 141 Lina María Larrotta Flórez.......................... 142 Juan Arturo Gómez Tobón......................... 143 Sebastián Puerta Ortiz................................ 144
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Jhoselín Astrid Guerrero Moreno.............. 145 Marce Arango Durango.............................. 145 Yenlid Julieth Flórez Caraballo................... 146 Aura María Estrada Galeano...................... 147 Daniela Torres Pérez................................... 148 Karen Katherine Vinasco Jiménez.............. 149 Añoranzas de familia.....................................151 Inés Elvira Vélez Restrepo Camila y la amistad.......................................161 Añoranzas de los compañeros de infancia.....165 Celeste Quintero Zuleta.............................. 165 Jaime Andrés Suarez Peña........................... 167 Laura Alejandra Rincón Uribe................... 167 Michell Lorena Patiño Castañeda............... 169 Jorge Enrique Serna López......................... 170 Yoshi Samantha Moreno Arriaga............... 170 Maria Camila Escudero Laverde................. 172 Maria Camila Ortiz Ramírez...................... 173 Rafael Esteban Mejía Espinosa .................. 174 Daniela Andrea Castrillón García ............. 176 Carolina Villa Restrepo............................... 177 Juliana Valbuena Cano................................ 178 Daniela Andrea Vélez Pérez........................ 181 Liseth Ballesteros Campillo........................ 181 Carolina Ramírez Martínez........................ 181 Camila Pérez Álvarez.................................. 182 Sara Saavedra Murillo................................. 183 Sara Melisa Pino.......................................... 184 Paulina Morales........................................... 184 Silvia Yaneth Laverde de Escudero.............. 185
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Vanesa Escudero Laverde............................ 186 Ludís Verona de Mazo................................. 187 Josefina Mazo Verona.................................. 188 Valentina González Gómez......................... 188 Salome Ramírez Cárdenas.......................... 188 Sindy Dayana Garcés Páez ......................... 189 Camila en el paseo de la muerte....................191 Ires y venires hasta la muerte...................... 192 Se difunde y se lamenta la muerte de Camila....196 A Camila Cárdenas, que esta vez voló muy lejos......................... 197 Convocatoria para marcha de protesta por la muerte de Camila.......... 200 Comité Asomilin. Ni una víctima más. Justicia por Camila Cárdenas Vélez............ 203 Y se realizó marcha de protesta.................. 206 ¿Negligencia médica o sistema criminal?... 208 Homenaje a Camila en La Cámara de Comercio de Urabá............. 211 Conclusión final............................................213 Silvia María Vélez Restrepo
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Presentación Por Azucena Vélez Restrepo
“Entender la muerte de un joven siempre será difícil, ¡y con razón!, le falta mucho por experimentar, su paso por la tierra aún no terminaba”. Así lo expresó Camila Cárdenas Vélez, justo veinte días antes de morir. Además, agregó: “¿Cómo hacemos para olvidar que en nuestro futuro lo único seguro es la muerte?, no sé, pero es algo que hacemos a diario, a menos que se acerque tanto que debamos mirarla a los ojos. Este es un tema que pone los pelos de punta, pero no es ajeno como para no tocarlo, ¿cómo aceptamos la muerte de una persona cercana?, es una pregunta muy difícil de responder y menos en un momento tan desgarrador como ese. Podemos pensar que es algo que siempre nos va a agarrar desprevenidos y nunca sabremos como actuar”
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El 17 de diciembre de 2015, a sus 18 años, “la muerte se le se acercó tanto a Camila que tuvo que mirarla a los ojos”. Había terminado el segundo semestre de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de Antioquia, Sede de Apartadó. “Voló una mariposa” dijo uno de sus compañeros, se truncó una escritora, concluimos en la familia cuando conocimos sus escritos. Por eso tomamos la decisión de compilarlos en este libro para recordar su corta existencia - es lo mínimo que podemos hacer para luchar contra “el olvido que seremos”- y para aliviar en algo la aflicción que dejó su partida entre familiares, compañeros, amigos y en toda la comunidad de Turbo, municipio donde vivió Camila y era conocida y admirada. Camila fue la última nieta de Mario Vélez y Jesusita Restrepo, ya fallecidos cuando Camila murió. Se pensaba que ya todos habían aportado la cuota correspondiente de hijos, pero Silvia María, la menor, quedó embarazada a los 40 años y nació Camila trayéndonos regocijo y contento, que apenas nos duró 18 años. Camila fue un regalo tardío para sus padres Eliécer Cárdenas y Silvia María Vélez, llevaban 7 años de matrimonio y ya no estaban en el plan de tener hijos, por eso su llegada les trajo especial compromiso de amor, cariño y protección. Por supuesto que la mayor parte de los padres responden con igual compromiso al nacimiento
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de una hija, pero en Eliécer y Silvia fue mayor la dedicación, quizás presentían que Camila iba a partir muy pronto, así que dirigieron todas sus energías a pulir la “obra de arte” que llegaría a ser Camila: físicamente hermosa, intelectualmente brillante, con gran sentido de la amistad y mucha sensibilidad por lo social. Su belleza física permanecerá en las fotos y su precoz inteligencia en los escritos que se incluyen es este libro. La nobleza de sus sentimientos se muestra en la responsabilidad filial que asumió frente al proceso de pérdida de capacidad visual de su padre, adversidad que la impulsó a convertirse en su “lazarillo”. Siempre con afecto lo acompañaba y lo ayudaba en algunas de sus actividades laborales, compromiso que no disminuyó su rendimiento académico porque finalizó con excelentes notas su bachillerato y como buena estudiante se destacó durante los dos semestres de Comunicación Social y Periodismo que alcanzó a realizar en la Universidad de Antioquia, sede de Apartadó. Eliécer, su padre, expresa su sentir sobre el nacimiento y muerte de Camila: “Añoraba un hijo o una hija. Cuando Silvia me anunció el embarazo rebosé de alegría, supimos que iba a ser niña y me colmé de felicidad, esperaba con ansias su llegada y la llamaríamos Camila. Cuando nació fue el día más feliz de mi vida y el día de su partida el de la más
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profunda amargura y la mayor impotencia que se pueda sentir, es indescriptible el dolor. Pero en medio de esta abrumadora tristeza, me siento orgulloso del ser tan maravilloso que Dios nos regaló, lleno de valores: noble, sensible, dedicada, responsable, inteligente, estudiosa, delicada, respetuosa, en fin, con tantos atributos tan bellos y hermosos. Gracias infinitas a ti, mi Dios todopoderoso, y a ti Señor Jesús, por ese regalo tan especial que nos dieron, ruego esté con ustedes en el reino de los cielos. Mi linda muchacha, mi bella y hermosa Cami, sabes que te amé con todo mi corazón y mi alma y por siempre te amaré…vuela y vuela muy alto majestuosa mariposa”.
La muerte de un viejo se asume como misión cumplida, la de un joven es la mutilación de sueños, proyectos, ilusiones, es terminación anticipada del destino que a cada ser humano le traza un misterioso ordenador que llamamos Dios, naturaleza, azar, o suerte genética. Era de esperarse que la misión de Camila estaba perfilada como escritora por la habilidad que tenía para redactar, con soltura, manejo del lenguaje y conceptos que invitan a la reflexión. Lo ideal es que la vida de un escritor se prolongue hasta la vejez y así tenga tiempo para una producción amplia y madura, contrario a lo sucedido con Camila. Sin embargo, lo que ella dejó escrito amerita que se divulgue, que no se quede como papeles desordenados
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que terminarán en la basura, sepultando en el olvido pensamientos y sentires que merecen ser conocidos por familiares, amigos y hasta por personas, que aun sin conocer a Camila, al leerla, encontrarán narraciones que entretienen y conceptos que hacen reflexionar. Varios son los objetivos que nos hemos propuesto para la publicación de este libro, veamos: ·
Protestarle a la muerte que en muchos casos se lleva lo mejor que encuentra. Protesta que sabemos es un grito al vacío y que no tendrá respuesta, pero no importa, servirá para mitigar el dolor de la partida de Camila y cumplir lo que recomiendan los psicólogos, que hay que elaborar el duelo. Y para ello, lo mejor es buscar que perdure lo bueno que tuvo la existencia de nuestro ser querido.
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Retrasar el olvido para Camila. Ambicionamos que por un tiempo permanezca en el mundo inmaterial de las ideas, los pensamientos y por supuesto en nuestra memoria. Y por fortuna existe el libro, invento por excelencia que logra la maravilla de seguir escuchando a quienes han abandonado el mundo físico; y Camila amerita ser escuchada, es decir leída. Aunque su vida fue una iluminación fugaz de apenas 18 años, procuremos evitar, que al menos no muy pronto, su brillo se disuelva en el vacío.
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Mostrar un ejemplo de superación y compromiso. El entorno familiar de Camila fue amoroso y protector, aunque con estrecheces económicas y tuvo que enfrentar la discapacidad visual de su padre, infortunio muy doloroso que la golpeó con dureza, tal como dejó consignado en una reflexión profunda que hizo al respecto. Entonces, para los jóvenes, este libro será un testimonio de superación que los invitará a avanzar a pesar de las dificultades. La vida no siempre es fácil, como en el deporte, exige ir superando etapas, alcanzando metas, subir, trepar y hasta gatear sobre la montaña de los sueños que nos proponemos. Camila avanzaba, avanzaba… y este es el ejemplo que le deja a los jóvenes, en especial a sus compañeros de estudio.
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Agradecer a los maestros y profesores que tuvo Camila. Es de justicia hacerlo, para reconocer que el estímulo y la orientación que le dieron en las diferentes etapas pedagógicas de la primaria, el bachillerato y la universidad, le hicieron aflorar sus aptitudes intelectuales y sociales. Especial agradecimiento para el Gimnasio Pilares del Saber de Turbo en donde Camila estuvo 14 años, desde jardín hasta terminar su bachillerato. Y también para los profesores de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Antioquia donde Camila cursó dos semestres y le estimularon sus capacidades literarias.
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Que estos agradecimientos sirvan para exaltar la labor que cumplen todos los profesionales de la educación, tanto los que forman niños y jóvenes, como quienes capacitan profesionales, que tengan la perspicacia necesaria para descubrir las habilidades de sus alumnos y con acertadas pedagogías los induzcan a potenciarlas. ·
Exaltar la amistad como valor que crea hermandad y solidaridad. Una de las preocupaciones que tuvo Silvia María, la mamá de Camila, era que ella, por ser hija única, iba a ser muy sola. Pero así no sucedió gracias a la inmensa capacidad de hacer amistades que tenía Camila y que se hizo evidente en la intensa aflicción que suscitó su muerte entre sus compañeros de primaria, bachillerato y los últimos que conoció en la Universidad. Por eso sus expresiones de tristeza y solidaridad se incluirán en este libro, son escritos que evidencian sentimientos de fraternidad sincera, que son los que en verdad le dan sentido a la vida.
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Suscitar reflexión sobre la atención médica. Cuatro días bastaron para que, por la carencia de un diagnóstico oportuno y científico, la enfermedad que afectó a Camila acabara con su vida. Por eso quedó la amarga sensación de que hubo negligencia médica lo que motivó una marcha de protesta en Turbo promovida por los amigos y compañeros de Camila.
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Como puede verse, es un libro con varios propósitos, porque si bien el fin esencial es literario, mostrar los escritos de Camila Cárdenas Vélez, se complementará con las expresiones que suscitó su muerte en su entorno familiar, educativo y social. Además, motivará reflexión sobre el objetivo más esencial de los seres humanos que es aprender a mitigar y a superar los sufrimientos, cuya dosis, de una u otra manera, a todos nos asigna el destino, el azar, o la voluntad de Dios para los creyentes. Para mitigar y superar el sufrimiento lo más eficaz es añadirle al diario vivir sentires y acciones nobles y positivas como lo expresa la canción, “Celebra la vida” del compositor argentino Nicolás Urquiza. Camila, cuando tenía 13 años y cursaba séptimo de bachillerato, copió algunos de sus versos en un cuaderno, por eso la utilizaremos a manera de reflexión. “No sé si soñaba. No sé si dormía, y la voz de un ángel dijo que te diga, Celebra la Vida. Celebra la vida Piensa libremente, ayuda a la gente y por lo que quieras lucha y sé paciente lleva poca carga, a nada te aferres, porque en este mundo, nada es para siempre. Búscate una estrella, que sea tu guía, no hieras a nadie, reparte alegría. Celebra la vida, celebra la vida, que nada se guarda que todo te brinda.
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Celebra la vida, celebra la vida, segundo a segundo y todos los días. Y si alguien te engaña, al decir te quiero, pon más leña al fuego y empieza de nuevo. No dejes que caigan tus sueños al suelo que mientras más amas más cerca está el cielo. Grita contra el odio, contra la mentira, que la guerra es muerte y la paz es vida. Celebra la vida, celebra la vida, que nada se guarda que todo te brinda. Celebra la vida, celebra la vida, segundo a segundo. No sé si soñaba, no sé si dormía, y la voz de un ángel dijo que te diga.. Celebra la vida, celebra la vida, y deja en la tierra tu mejor semilla. Celebra la vida, celebra la vida, te escucho más bella cuando tú me miras. Celebra la vida, celebra la vida…”
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Camila escritora, desde niña y adolescente
Con sorpresa y admiración en la familia encontramos que desde niña Camila escribió cuentos. Tuvimos que reconocer que conocíamos muy poco de Camila. Cuando tomamos la decisión de hacer un libro con sus escritos, creímos que solo sería para las crónicas que había presentado en la universidad. Silvia María recuerda que alguna vez nos dijo que Camila escribía cuentos y que le habíamos aconsejado que los conservara, por eso, cuando ella murió, Silvia María empezó a revisar los cuadernos y libretas que había guardado y encontró cuentos desde la primaria y el bachillerato. Descubrimos que habían sido escritos con la candidez y la fantasía propias de la niñez y
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la adolescencia y que advertían su capacidad para escribir, entonces tomamos la decisión de incluirlos en este libro. Los cuentos infantiles de Camila estaban en manuscrito, hubo que transcribirlos, respetando fielmente la redacción, o sea las expresiones, y solo haciendo correcciones de ortografía, porque es de entenderse que en primaria y bachillerato no se tiene completo dominio ortográfico. Para tan corta edad son muestra valiosa de composición imaginativa, de expresiones y de conceptos. La literatura infantil y juvenil que se mostrará, resalta la calidad de la institución educativa Pilares del Saber de Turbo, donde Camila estudió y se formó durante 14 años. Su método pedagógico despertó en Camila el interés por escribir, claro que existía excelente materia prima como lo revelan las observaciones que todos los años hacían las profesoras sobre el desempeño de Camila, pero se hubiera malogrado dicha materia prima si no hubiera sido positivo y estimulante el sistema didáctico de la institución. Confluyeron calidad de la alumna y apropiado sistema pedagógico, la institución hacía equipo unificado con la familia mediante información permanente sobre los avances de los alumnos. En el año 2001, cuando Camila tenía 4 años, el informe fue el siguiente:
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“Es una niña muy despierta y atenta en todas las actividades. Asimila fácilmente todos los temas. Sus trazos son precisos. Disfruta con las actividades y labores. Termina con esmero sus tareas. Se integra con facilidad al grupo. Es muy buena amiga. Utiliza frases de cortesía. Acata las normas del colegio. Se expresa fácilmente. Tiene muy buen manejo del lenguaje oral. Es una niña muy creativa. Posee coordinación y equilibrio corporal. Realiza los ejercicios gimnásticos con facilidad. Es una niña encantadora. Sobresale en el grupo por su inteligencia. Felicitaciones.”
Cuentos Infantiles y Juveniles de Camila 2006. Camila tenía nueve años y cursaba tercero de primaria Camila y lo animales Una niña llamada Camila adoraba los animales, ella ha tenido muchas clases de animales: colibrí, búho, perros, pájaros, gatos. Ha conocido otros animales como llamas, bueyes, ovejas, vacas, mariposas, cabras, marranos, ponys y elefantes. Ella ama a los animales y quiere ser investigadora en biología, en este momento tiene una perrita llamada Natacha que es muy bonita y graciosa.
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La finca de Concordia En una finca hay un puente, mosquitos, matas, ranas, un caballo y perros. Y allá el puente está viejo, los mosquitos pican mucho, las plantas son muchas, las vacas son cariñosas no hacen nada, un caballo calmado y perros bravos. Y uno se divierte yendo a ver las vacas y también jugando con los perros. Y una niña chiquita es muy juguetona. Y la finca de Concordia es muy buena.
La paloma mensajera Había una vez una paloma mensajera que llevaba cartas y se cansó y no volvió a llevar cartas a las personas y cuando le daban una carta la tiraba al suelo. Y nadie se comunicaba y nadie sabía. Pero decían, ¿por qué no me mandan una carta diciendo la respuesta? Y a las palomas las regañaron y no volvió a pasar eso.
Los animales hablan Los animales se reunieron para hablar de los humanos. El perro dijo: el humano me amarra y me da sobrados. Los humanos son buenos y malos. El gato dijo: a mí me quieren mucho porque soy cariñoso y bonito. El cerdo dijo: a mí me creen muy cochino y no me quieren porque me enlodo. El caballo dijo: a mí me usan para montarse en mí y cabalgar. Los humanos son buenos y malos.
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Las plantas se reúnen Unas plantas se reunieron para hablar de los humanos, esto decían. A mí no me echan agua, no me quieren. Yo no creo, a mí sí me echan agua. Pues a mí no. No peleen, no tienen que pelear. A mí me arrancan mis hojas y me duele. Pero a mí no me hacen nada. Tus dueños te quieren, a mí no me quieren. Mis dueños son malos, me arrancan de mi lugar, me siembran hoy y después me vuelven a trasladar, siempre me hacen eso. A mí los niños siempre me arrancan las hojas, es injusto no me dejan crecer y volverme bonita.
El mar Había una vez un mar que estaba bravo porque tenía que ser la casa de todos los peces y ponía olas y olas, hundía barcos y piratas y maltrataba los peces. Y un pez le dijo: mar no hagas eso, no es bueno. Pero no quiero peces váyanse no los quiero, váyanse, no los quiero ver más nunca. Pero un pez le dijo: mar nosotros te hacemos estar bonito. Pues no quiero que hables conmigo. Un pirata dijo, mar no hagas esto me vas a hundir. Te hundiré mandaré una ola gigante, la tiraré ¡push! Entiende, mira el fondo. ¡Ah! qué bonito! ¿Quién hizo ese paraíso? Los peces. Sí, qué bonito los quiero, un abrazo. Y ya no volvió a pasar nada con el mar y los peces vivieron felices para siempre.
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Una aventura de amigas Había una vez unas mejores amigas que hacían todo bien y una se llamaba Any y la otra Yumi, aunque en la escuela la más lista era Any. Y Yumi se puso a estudiar mucho para ser como Any. Y Any se puso muy brava y le dijo a Yumi: ¡ven te muestro mi peluche nuevo! Y la llevó a su cuarto y le dijo: ya vengo y la dejó encerrada, pero la mamá de Any la sacó. Y Yumi le preguntó a Any ¿Por qué me encerraste en tu cuarto? Y respondió Any: es que tú me superaste, eres la más lista de la escuela. Y dijo Yumi sí soy la más lista, perdóname Any. Y ésta le perdonó y vivieron felices para siempre.
El gatito perdido Había una vez un gatito que vivía con su dueño muy feliz. Pero su dueña le daba un remedio que sabía horrible y a él no le gustaba. Y el gatito decidió escaparse y se fue. Primero le gustó escaparse. Comía porque una señora le daba tristeza del gatico. Pero después el gatico empezó a extrañar a la dueña. Volvió a la casa, pero no era su casa y caminó y entró a un bosque. Le dio miedo, pero se encontró con un señor que se lo llevó y vivió feliz.
Carta al tío inválido Agosto 3 de 2006. Querido tío, yo sé que no puedes moverte ni caminar, pero puedes aliviarte un poquito porque Dios puede ayudarte. Y si no
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te alivias te quedarás, pero vivo. Ojalá te alivies un poquito y puedas caminar, yo quiero que te alivies porque yo quiero ver como eras cuando caminabas. Ojalá que te alivies un poquito y puedas caminar. Te quiere tu sobrina Camila Cárdenas.
2007. Camila tenía diez años cursaba cuarto de primaria Cómo quiero que sea mi perro Yo quiero que sea chiquito con manchas negras, cafés, blancas o amarillas. Quiero que sea bonito y juicioso y quiero que tenga su camita, pañal, ropa, tetero, sombrerito, zapaticos y cositas más y llevarlo a la peluquería y al veterinario, que coma galletas de perro, huesos, comida de perro y también quiero que me quiera mucho, no muerda y juegue mucho conmigo y que también se case con una perrita linda y tenga muchos hijos, si es hembra que se llame Cony y si es macho que se llame Soli y yo voy a querer mucho a mi perro.
El perro y el gato Había una vez un perro y un gato que siempre se escondía del perro. Un día el perro dijo: hoy si voy a asustar bien al gato. Y el gato asustado dijo: hoy no me encontrará el perro. Y el perro empezó a buscar al gato diciendo: gatito, lechita, quieres lechita. Y el gatito salió y dijo: sí quiero
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leche. Y el perro salió corriendo a coger el gato. Y corrieron… y corrieron…. ¿Por qué no dejamos esto y no volvemos a molestarnos? Bueno, dijo el perro. Y fueron amigos y vivieron felices para siempre.
La flor que habla Había una vez una flor que hablaba y vivía en el campo con sus amiguitas. Y sus amiguitas eran calladitas, calladitas, calladitas. Y un día la flor que hablaba la arrancaron de su casa y la trasladaron para otro campo y allá hay una flor que habla como ella. Y la flor que habla se divirtió mucho con su amiguita. Y habló y habló. Y se hizo de noche. Y de noche vino un señor y las arrancó a las dos y se las comió y murieron las dos fritas.
Ciudad de dulce Había una presidenta que se llamaba Camila y a ella le gustaba mucho que todas las cosas sean de dulce, que colegio, cuadernos, etc. Y a ella le gustaba mucho eso. Ella mandaba que construyeran muchos castillos y ella los llamó obras fantásticas y a todos les gustaron, se pusieron a vivir y vivieron felices para siempre.
Una niña y sus amigos Una niña llamada Sofía que le gustaba mucho jugar, pero tenía que estudiar y ella no quería estudiar, ella planeaba escaparse por la ventana
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e inventó una excusa para no ir al colegio y se escapó a jugar con niños de la calle y los niños de la calle le pegaron un puño y ella salió corriendo donde la mamá. La mamá dijo ¿qué te ha pasado? Y ella dijo que había escapado de la casa para jugar con niños de la calle y me pegaron un puño. Y la mamá la regañó y le dijo no salga ni se escape de la casa sin mi permiso, si no quiere ir al colegio y quiere jugar yo mañana le invito a sus amigas a jugar. Ella dijo, ¡ay sí mamá! yo quiero, gracias. Y ahora vas a ir al colegio. Sí mami. Profe perdón yo me escapé de la casa para no venir al colegio, póngame mala nota. No dijo la profe, tu aprendiste a no irte de la casa y no vuelvas a hacer eso. Si profe no lo volveré a hacer y vendré todos los días al colegio. Chao profe. Y Sofía cantaba no volveré a escaparme del colegio, la le le…
La mamá sol y sus hijos Había una vez, la mamá sol que vivía con sus hijos en el espacio y sus hijos eran tan desordenados que la mamá sol decía: qué les digo, qué hago para que se porten bien. Ay, ya sé dijo la mamá sol, cojo un alambre para amarrar a mis hijos que se llaman Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Urano, Saturno, Neptuno, Plutón. Vengan hijos los amarraré. No mamá no nos amarre. Sí lo tengo que hacer, ustedes no se
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comportan bien. Nos vamos a comportar bien. No les creo. Sí mamá. No, es lo único que les digo, los amarraré así quieran o no quieran. Y la mamá los amarró y ellos no querían y llegó la noche y se durmieron y de noche el hijo Plutón no podía dormir, porque no podía respirar y se murió. Al día siguiente se dieron cuenta de que se murió y lloraron tanto que volvieron todo con punticos de lágrimas y una bola de lágrimas que la llamaron luna y los punticos que los llamaron estrellas y a todo lo llamaron sistema solar y vivieron felices para siempre.
Todo inventado Érase una vez un niño llamado Daniel que inventaba muchas cosas y un día inventó unas cosas llamadas moneda, billete, balas, y él llamó a otra radio, los periódicos y las noticias. Y él estaba muy emocionado porque eso es muy difícil de hacer y muy raro. Y la mamá y el papá y los hermanos muy felices. Lo felicitaron y todo el mundo le pidió una máquina y él ganó mucha plata y el siguió inventando mucho y vivía muy feliz con sus inventos y para siempre.
Natasha hace física Un día una perrita llamada Natasha fue al colegio, hizo mucho ejercicio, le encanta hacer ejercicio y todos los días venía del colegio a hacer física. Su profe se llama Camila, ella le puso a hacer
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carreras, caballito, carretilla, trote y más. Ella al otro día fue otra vez, hizo muchas dinámicas como el pato, explota-candelas, tingo tingo tango y más. Ella siguió yendo a hacer física. A Natasha le parecía muy bueno hacer ejercicio y vivió feliz para siempre.
Conejito saltarín Había una vez un conejito que no dejaba de saltar llamado Juan José y la mamá se llamaba María José y ella siempre le decía que no lo hagas. Sus amigos también le decían y todos se cansaron de eso, hasta que un día él de tanto saltar también se cansó y descansaron todos, es un milagro. Después de unos días de descansar se enfermó y él duro mucho tiempo y sus amigos y la mamá extrañaron su salto. Y después volvió a saltar, pero poquito, de vez en cuando y todos vivieron para siempre.
El niño que conoce a Papá Noel Había un niño llamado Felipe vivía en una ciudad grande y el niño quería conocer a Papá Noel. Todos los días se levantaba a media noche a ver si aparecía. Hasta que un día llegó Papá Noel y resulta que era no era Papá Noel si no sus padres. Y viendo que no venía Papá Noel se puso muy triste, pero él sabía que existía y siguió levantándose a media noche hasta que un día se le apareció y le dijo: se bueno siempre.
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2008. Camila tenía 11 años cursaba quinto de primaria Acróstico C A M I L A
cariñosa amigable miedosa inteligente leal agradable
La naturaleza Érase una vez dos amigas llamadas Madi y London, ellas vivían en una cabaña muy lejos de la ciudad en un bosque, ellas amaban la naturaleza y como había muchas personas que la dañaban ellas impedían eso. No dejaban que dañaran los árboles, ni que tiraran basuras a los ríos ni a ningún lugar, tampoco dejaban que mataran los animales y como ellas eran vegetarianas no le hacían mal a nadie. Un día sintieron mucho ruido y salieron a ver que era y eran máquinas para destruirlo todo y muchas personas esperando a que ellas salieran y ellas salieron y vieron que todo lo destruyeron. Ellas se sintieron mal y les dijeron a ellos, esto no se hace porque la naturaleza es lo que nos hace vivir. Y ellos dijeron: sí perdón no sabíamos, sembraremos otras plantas. Y pasó mucho tiempo y crecieron las plantas y toda la gente
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que dañaba la naturaleza aprendió que eso era muy malo y no lo hicieron nunca más. London y Madi quedaron tan felices que también aprendieron a vivir en la ciudad y a comer carne a veces y vivieron felices por siempre. Moraleja: siempre cuida la naturaleza.
Mateo y sus amigos Había una vez un niño llamado Mateo, el creía en los seres mágicos y por eso tenía un amigo imaginario. Mateo creía en fantasmas, duendes, hadas, monstruos gigantes y más. Él tenía una amiguita que no creía en seres mágicos, pero le seguía la corriente, ella se llamaba Mara. Mateo y Mara construyeron una casita en un árbol, en un bosque y allí Mateo hablaba con sus amiguitos y jugaba y Mara pasaba metida en la casita, no veía los amigos de Mateo y entonces no se divertía. Y dijo: No Mateo yo no me divierto. Mateo le dijo: ¿cómo que no te diviertes? No, yo no me divierto porque yo no creo en ellos y se fue y por un largo tiempo y no vio más a Mateo y Mateo no la vio a ella. Un día Mateo estaba viendo la tele y tocaron la puerta y él fue a abrir y era Mara y Mara dijo: perdón por mentirte ¡me perdonas? Y Mateo la perdonó y vivieron felices. Moraleja: no mientas nunca.
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Dorinda y sus juguetes
Había una vez una niña llamada Dorinda le encantaban los juguetes y como era rica los tenía todos. Un día sus padres no le podían comprar el último juguete, ella se puso muy triste y enojada y les preguntó: mamá, papá ¿por qué no me compran el último juguete? Ellos dijeron: porque los tienes todos y no juegas con ninguno. Pero yo jugaré con éste dijo Dorinda, pero no jugó con él. Un día vio a una niña jugar sola con una pelota y le preguntó por qué juega con una pelota y la niña le respondió, porque es divertido y la invitó a jugar. A Dorinda le gustó y siguió jugando y aprendió que es mejor no tener todo, porque no jugas con todo y vivió feliz para siempre.
2010. Camila tenía 13 años cursaba séptimo grado La vida como una caja de bombones Respuesta a la actividad de escoger un tema y representarlo, por el cual obtuvo una calificación de 5. A veces nos pasan cosas buenas y a veces malas. Los bombones duros son las cosas malas de la vida. Los bombones dulces son los momentos o cosas buenas que nos ocurren. En la caja de bombones hay bombones de diferentes sabores, duros, dulces, coloridos. Como en la vida hay muchas cosas: obstáculos, casos fatales. Y así como en la caja de bombones uno se los tiene que comer o superar.
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Aviso de su muerte y su epitafio En una tarea del colegio, el 27 de marzo de 2010 Camila escribió el aviso de su muerte y dibujó la lápida de su tumba. Simuló que era un aviso en El Colombiano. Ayer 26 de marzo la niña Camila Cárdenas ha muerto ahogada en las playas del municipio de Turbo, esta muerte nos ha impactado a todos. Su familia está muy triste porque era una niña muy importante con muchas virtudes y alegrías. Camila les alegraba la vida. Camila Cárdenas Vélez 02/07/1997 - 26/03/2010 Nunca te olvidaremos Siempre estarás en nuestros corazones y en nuestras vidas Por esta tarea recibió calificación de 4.5. Asombra que cinco años después, haya sucedido la muerte de Camila, el 17 de diciembre del 2015. Y es muy cierto lo que ella escribió: “su familia está muy triste porque era una niña muy importante, con muchas virtudes y alegrías. Camila les alegraba la vida”. Y también es cierto que: “Nunca te olvidaremos. Siempre estarás en nuestros corazones y en nuestras vidas”.
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2012. Camila tenía 15 años cursaba noveno grado ¿Sí podré? Sentí que no iba a poder. Por qué otros saben y yo no, por qué otros pueden y yo no, por qué otros tienen imaginación y yo no. Cuando era niña mi hobby era escribir, me lucía escribiendo cuentos, mis profesores me decían que mi imaginación volaba y ahora que me enfrento a la realidad, me entero que no sé nada, me falta mucho y a veces llego a pensar que no seré capaz, que no podré. Quisiera tener la capacidad de otros, a veces pienso que si uno se esfuerza lo hace, pero sinceramente me doy cuenta que eso nace y a mí no. Yo creo que las palabras que más invaden mi mente son: no eres capaz, no estás para eso.
Dos ranas que cayeron en la leche La optimista pudo salir porque tenía esperanzas y trató mucho y por eso lo logró. Cuando alguien es pesimista hasta las cosas más simples las ve lejos de lograr, todo se le hace más difícil. La rana pesimista no soportó, se dejó llevar por sus pensamientos y por toda la mala energía que le rodeaba, creada por ella misma. Cuando dos personas, una pesimista y una optimista, la segunda no puede dejarse llevar por la mala energía, porque es fácil contagiarse de
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eso, pero no puede pasar ya que los optimistas triunfan más en la vida. En la vida hay que ser positivo para que las cosas difíciles se tornen fáciles y se pueda lograr todo lo que se propone y las metas se puedan alcanzar, en cambio los pesimistas viven quejándose de todo y es molesto para la gente que los rodea, porque la mente tiene poder.
Cambios de rutinas en la vida. Escrito a causa de la incapacidad visual que empezaba a padecer su padre. Hace unos meses cambió mi rutina y la de mi familia porque mi padre, que debido a su trabajo se mantenía fuera de la casa, ya se mantiene en ella, junto a nosotras, mi mamá y yo. Todas nuestras costumbres diarias comenzaron a cambiar y a girar en torno a su condición. En mis vacaciones mi madre y yo siempre íbamos a visitar a la familia en Medellín y dejábamos a mi padre solo por su trabajo, el solamente viajaba una semana que era la que le daban para descansar y después de la condición que se le impuso, tenemos que mantenerlos juntos siempre, entonces estas vacaciones nos quedamos con él y la relación fue un poco difícil. Al principio nuestras opiniones chocaban un poco, porque no nos poníamos de acuerdo, pero
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supongo que es normal, puesto que cuando uno convive con una persona mucho tiempo suele suceder, mis padres alegaban diario, ya que mi mamá es muy habladora y mi papá no tanto, pero a pesar de todo esto, el amor hizo que nos uniéramos aún más y ya estamos relativamente acostumbrados a la nueva vida, pero yo sé que él extraña su antigua rutina. Integridad
La integridad de cada uno de nosotros es muy importante, porque debemos querernos, valorarnos y respetarnos nosotros mismos para tener una buena autoestima, también debemos respetar a todas las personas por muy mal que nos llevemos con ellas o por muy mal que nos caigan, siempre debemos tener buenos modales. Cuidarse y valorarse es fundamental para la integridad y la convivencia entre las personas, estar limpio y oler bien demuestra el respeto que se tiene uno mismo y con los demás. Tratarse y verse bien hace que uno se sienta bien y feliz, también le sube a uno la autoestima, es como tener dignidad, que tiene que ver con el valor que uno se da frente a las situaciones que se presentan en la vida. Según nos comportamos y hablamos frente a las personas, puede dar una mala o buena impresión, por eso hay que quererse y valorarse siempre.
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2013. Camila tenía 16 años en décimo grado Haz lo que quieras Uno siempre quiere hacer lo que quiere, pero no sabemos qué es lo que queremos. Y cuando nos dicen haz lo que quieras nos sentimos confundidos porque esto suena como a una orden, una orden que nos da mucha libertad y nos deja hacer lo que queramos. Pero teniendo en cuenta que es importante pensar antes de actuar, para no dañar los planes que se tienen a futuro por un simple capricho de momento, que puede que después del tiempo nos enteremos que eso no era lo que queríamos y nos arrepintamos. En general, lo que todos queremos es darnos una buena vida.
2014. Camila tenía 17 años estaba terminando undécimo grado Tarjeta de felicitación para la mamá Camila escribió muchas tarjetas a sus padres desde que era muy niña, era muy cumplida con los cumpleaños y con los días de la madre y del padre. Transcribimos ésta porque fue la última que envió a su mamá y tiene una mención muy particular a la muerte, que precisamente le ocurrió un año después. Mami. Te quiero desear un feliz cumpleaños, estoy muy alegre porque estás cumpliendo un
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año más de vida. Sé que no siempre lo demuestro, pero yo te amo muchísimo. Sé que eres la única persona que está conmigo en todo momento y te lo agradezco infinitamente. Quiero que cumplas muchos más años y hoy la pases super bien. Eres muy importante para mí y aunque no tengo plata para darte un regalo, estoy contigo y te deseo lo mejor. A veces soy muy grosera y peleamos, pero creo que es normal, ¿quién no pelea con la mamá? No soy la hija perfecta, pero trato de serlo y soy lo más parecido ¿o no? Ja ja ja. No sé qué haría sin ti. Y no me gusta que siempre estés pensando en la muerte, el día que llegó, llegó y no ganamos nada pensando en eso. Gracias por todo por enseñarme tantas cosas y por soportarme siempre, todos los días. Pronto te muestro mis notas en la U. Te amo muchísimo, aunque no lo repita a diario. Feliz cumpleaños. Dios te bendiga siempre.
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Recuerdos de los Educadores de Camila Como conclusión a este capítulo, que mostró a Camila como escritora infantil y juvenil, es pertinente incluir las evocaciones de algunos de los educadores, que en primaria y bachillerato, intervinieron en la formación espiritual e intelectual de Camila. Recordemos que 14, de sus apenas 18 años, ella los “vivió” en la institución educativa Gimnasio Pilares del Saber de Turbo.
Beatriz Elena Blandón Díaz Rectora de Gimnasio Pilares del Saber Disertaciones de una Educadora quien ha visto partir, a su querida alumna Camila Cárdenas Vélez
A veces nos preguntamos cual es nuestro propósito en la vida y es entonces cuando ocurren las vicisitudes que nos hacen reflexionar y este trasegar inconsciente inicial alcanza un juicio mágico. Hay personas maravillosas que cruzan por nuestro paso y se hacen parte de una historia que nos deja una huella indeleble. Es allí cuando todo cobra sentido y se convierte en el momento de hacer un alto en nuestro camino para reconocer que nos queda mucho por aprender, por honrar y por admirar. Nunca olvidaré aquella carita inocente y desprotegida de la consagración de sus papás, que
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siempre estuvieron a su lado, al entrar por primera vez al Jardín Infantil y que se aferró a los brazos de su profesora. Desde entonces Camila se convirtió en una hija más de esta familia, en condición también de “prestada” como son todos los hijos y en la hija mujer que biológicamente no concebí. Haber visto crecer a Camila en las aulas del colegio me llena de orgullo. Poder haber seguido su paso de bebé introvertida de tres años, a una niña tierna y frágil, y luego a una jovencita inteligente y reflexiva a la que la vida le exigía ir enfrentándose a la autonomía que tanto la asustaba, pero que siempre lo hizo con sabiduría y respeto por la vida, fue una de las experiencias más bellas que he tenido a lo largo de mi vida de educadora. Recuerdo que su espíritu examinaba con fascinación el nuevo entorno amenazante al que llegaba, con una contemplación que siempre fue sensible y profunda, porque pudo incluso anticiparse a su muerte vaciándose de todo, menos del amor. Fueron muchas las enseñanzas que quedan en mi corazón y en mi experiencia pedagógica, porque aprendemos más los maestros de nuestros alumnos que ellos de nosotros. Son los que iluminan nuestros saberes y señalan la ruta de esta profesión y finalmente le dan la dirección a lo que se hace cuando se educa.
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Mi querida discípula: “Amar y hacerte amar fue tu destino en el falso silencio de este paraninfo entristecido”. Los recuerdos verdaderos me lastiman. Por estos pasillos tranquilos y solitarios vagará por siempre tu espíritu eternamente joven, aunque este adiós anticipado y tu partida temprana han enmudecido y conmovido mi alma de maestra... Cuando Camila vivía en su cuerpo material y en mi calidad de rectora recorría los espacios estudiantiles, allí por tantos años estuvo, sensible, ordenada, juiciosa, delicada y serena. Después de su graduación, me quedó la esperanza de volvernos a ver, en algún lugar, en el colegio, en calles de su pueblo natal, en la vida. Ahora falta una niña que no vendrá a nuestros encuentros de ex alumnos porque se ha quebrado su risa afable y generosa. Aunque siempre existirá aquí en su hogar, aún sabiendo que su materia tangible se ha ido para siempre, y el vacío solo lo llena el recuerdo de sus ojos de cielo, su figura suave y sus palabras rotas por el silencio corpóreo de quien sigue gritando: presente. Qué alborotado y exuberante es el universo. La única constante es que todo cambia. Es un misterio que solo podemos apreciar desde el sosiego, desde los momentos en que el bullicio de la cotidianidad se frena de repente. Camila siempre fue una niña observadora del mundo, y por ello analítica y una crítica desde
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el silencio. Parecía estar revolcando su universo interno sin atreverse a contrariar el ritmo rutinario de ésto que hemos construido como mundo. Ella creó su propio cosmos céntrico y se llenó de sabiduría y de amor por las personas que la rodearon en su corta existencia. Se destacó por su disciplina y por su capacidad de acomodarse a lo que se le exigía, sin algarabía, sin rebeldía. Cumplió con sus deberes aun en la etapa de su adolescencia. Sabía contrariar sin grosería. Cuestionaba con elegancia y sin herir. Fue tan asertiva y tan profunda que logró ganarse el cariño de todas las personas que tuvimos el privilegio de conocerla. Hoy corresponde agradecerle a la vida por el regalo de haber estado en una vida tan hermosa, tan pura, una existencia que no tuvo tiempo, ni oportunidad, ni avidez para la maldad. Fue un alma noble, llena de substancia hasta el momento en que sin avisar, pero avisada, se nos fue. Gracias mi niña linda. Palabras pronunciadas por la rectora Beatriz Elena Blandón Díaz en agosto 2016 en una ceremonia del Colegio.
Y así mismo, en virtud de esos lazos que dibujan tramas de ayer y de hoy están presentes acá, los padres de una alumna que jamás podrá borrarse de la memoria de nuestro colegio: Camila Cárdenas Vélez, a quien se le arrebató la existencia
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en manos de las circunstancias de la vida, mucho antes de que nuestra hermosa mariposa tomara un vuelo más alto por este mundo terrenal. Sin embargo, en este caminar tan corto fueron infinitas las formas en que dejó huella. Es tan poco creíble pensar que ya no está entre nosotros, que aún no podemos asimilar su ausencia eterna. Dicen que algo se muere en el alma cuando alguien muy especial se va. Ahora sabemos que es verdad. Algo se ha muerto en nuestro colegio, del hilo frágil de la vida. Querida Camila, pasaste a formar parte de nuestra historia, a ser un personaje más del libro blanco que es la vida. Te ganaste, por derecho, parte importante de nuestra alma. Ahora eres luz en el universo y estás llegando a nosotros a través de tu presencia espiritual. Estuviste en el colegio desde que eras una bebita a la que había que cambiarle los pañales. Está impregnada en mi memoria tu llegada, tan anunciada por tus papás, esa etapa de adaptación a tu nuevo hogar, que fue tu colegio durante el resto de años hasta graduarte como bachiller. Significas ser nuestra hija en el cielo, “tímida Mariposa” como te dicen tus amigos. Y al hablar de ti no puedo más que recordarte con esa fortaleza que te dio la fragilidad de tu feminidad, la delicadeza del ser humano que fuiste y la fortaleza de todas las enseñanzas que nos dejaste a través del modelo de vida que fuiste.
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Zulema Ivonne Espinosa Maestra de párvulos, pre jardín, jardín y transición Una niña tierna. Sonrisa angelical y un poco asustadiza fue lo que vi en tu rostro en el instante que te tuve en mis brazos y cuando pude compartir contigo esos primeros momentos, dulce niña llena de ternura y fragilidad. Cómo olvidar la mirada de asombro de tu madre al ver que entre nosotras dos hubo gran empatía, ése fue tu primer día en las instalaciones del que sería tu jardín, el Centro de Formación donde fortalecerías todos esos valores innatos que tenías. Tú, una bebé que apenas dejabas los pañales y te separarías por más horas de tus padres, ésos que te adoraban y sufrieron más que tú esas horas que estarían sin ti, eras todo para ellos, su más grande tesoro. Revoloteabas en las aulas descubriendo, explorando y compartiendo con todos tus compañeritos bebés iguales que tú, los cuales algunos apenas balbuceaban palabras para comunicarse contigo, que no fue nada difícil por tu sencillez, humildad y ternura. Dulce ángel. Cami, cómo no recordar todos esos días compartidos contigo, el poder tener lo mejor de ti, tus primeros años de vida, los cuales me gocé al máximo, acompañarte a fortalecer conocimientos que a tu corta edad, algunos los tenías muy claros. Cómo olvidar que cuando llegabas al aula todas tus alegrías y lágrimas solo
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las disfrutaba yo, cómo olvidar que esos instantes eran todo para ti y que el poder compartir tantos ratos contigo me hacen querer mucho más mi profesión. De tí… y de tus compañeritos, todas los días aprendí a amar más lo que hago, porque todos podemos ser docentes, pero maestras de corazón solo las que aprendemos a querer a nuestros niños como si fueran nuestros propios hijos, como aprendí a quererte, a compartir y a conocer todos tus estados de ánimos. A estar allí dispuesta a darte apoyo, amor y esas pequeñas palabras que te daban seguridad para ser una niña fuerte y valiente y que esa inseguridad y timidez, que a veces a tu corta edad te hacían manifestar arranques de pechiche, esos mimos te hacían ser mucho más especial para mí, siempre vas a estar en mi corazón dulce ángel. Pequeña dulzura. Pequeño ángel, enseñarte tus primeras canciones infantiles de una manera activa, que con tu inteligencia las memorizabas inmediatamente y las cuales llevabas a tus padres para llenarlos cada día de más felicidad, ésa que ellos solo veían y tenían en ti… en tu presencia, en tu existencia, en todo ese ser que eras tú para ellos. Hermoso angelito. Revoleteando en el jardín rodeada de alegría y muchas ganas de vivir, contagiando de dulzura todo lo que te rodeaba, llena de valores, respetuosa, humilde y tierna. Tu infancia envuelta de alegría y de sensibilidad,
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te asombrabas y a la vez te derretías al conocer y explorar los movimientos de las pequeñas mariposas y las flores que tratabas de cuidar y proteger de todo aquel que les pudiera hacer daño, explorar tus alrededores y compartir con los demás, era algo que te encantaba, así manifestabas la dulzura de ser una niña dulce y llena de mucho amor. Cami. Pequeña y tierna mariposa con ilusiones y muchas ganas de vivir, ansiosa por conocer y explorar en lo posible el mundo entero en su totalidad, fantaseando desde tu infancia cuentos de hadas construidos desde tu corta edad con esas palabras que eran muy coherentes en tu forma de pensar y actuar, tu forma de ser te hacía grande y fuerte para resolver esas pequeñas dificultades que se presentaban a diario. Disfrutabas cada segundo, minuto y horas que llegaban a tu vida con su asombro y novedad diaria, éstas hacían tu existencia, la de tus compañeritos y maestra, momentos súper especiales y difíciles de olvidar, fuiste esa mariposa que entra de sorpresa a alegrar nuestras vidas y a perpetuarte por siempre con tus hermosos recuerdos……… Pequeños Recuerdos. Todavía recuerdo como si fuera ayer que con tu inocencia y ternura llamabas la atención de todos aquellos que formábamos parte de tu círculo infantil. Vivimos experiencias tan tiernas y locas como aquella en la que
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te caíste y según tú, estabas inválida y no podías caminar, fueron varios días de mimos, halagos, y contemplaciones las cuales te encantaban, por naturaleza eras demasiado sensible, diferente a los otros niños de tu edad. Por algo te caracterizabas y lo cual llamó mucho la atención de tu preocupada y amorosa madre cuando recibió una mención de honor, que como ella lo esperaba, no decía que sobresalías por rendimiento académico y comportamiento, claro te merecías ésta y otras más, pero para mí era más significativo que recibieras la que recibiste: “Mención de Honor a Camila Cárdenas Vélez por su excelencia académica y su sensibilidad frente a los problemas de los demás”
Era mucho más grande que resaltar, que a tus 5 años ya manejabas letras, números y codificabas palabras y frases, valor que siempre te acompañó a lo largo de tu existir porque éste no solo se practica si no que lo irradiaba tu rostro y tu mirada angelical. Cómo olvidar una niña, que aparte de hermosa, poseía unas características que la hacían especial. Siempre te recordaré mi pequeña Cami…………… Dulce Despedida. Indescriptible aquella noche cuando una llamada me despertó con una terrible noticia: Mami, Camila Cárdenas la que le diste clase falleció. Dios mío sentí un gran dolor
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en mi corazón y en todo mi ser, solo pregunté, ¿qué pasó si ella no estaba enferma, ni sufría de ninguna enfermedad? ¿Qué había ocurrido? No encontraba respuesta ni tampoco pude conciliar más el sueño. Cómo una hermosa niña llena de ilusiones, sueños y proyectos por realizar se iba de esta manera tan repentina, dejando este mundo y sobre todo tantas personas, sus padres, familiares y muchos amigos que la necesitaban aún por mucho tiempo más. Mis recuerdos se fueron muchos años atrás, recordar cuando te tuve por primera vez en mis brazos, recordar todas esas experiencias que compartimos, tus presentaciones en los actos culturales del colegio, los cantos, bailes, desfiles y disfraces que disfrutábamos en grupo y que lo mejor de todas estas experiencias las pude tener yo, una simple y humilde maestra, que al escribir estas letras, sus ojos se llenan de lágrimas y no controla el poder llorar tu partida tan inesperada y que siempre recordará esos hermosos momentos compartidos, te quiero mucho Camila………… Solo Dios sabe por qué te tuviste que ir o será que nos hacemos a la idea que el necesitaba un ángel con tantas virtudes a su lado y que estás en un paraíso disfrutando de la compañía de lo más grande que pueda existir: Dios. Cuídate mucho pequeña y frágil mariposa y cuida de tus padres y de todas las personas que te extrañamos y quisimos mucho. Tu profe Zulema.
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Karina Gando Maestra de segundo y cuarto de primaria Año 2004, por primera vez en el aula de clases en el colegio Pequeño Taller, hoy Gimnasio Pilares del Saber, linda experiencia me esperaba con el grado segundo, alumnos excepcionales, muy educados y procedentes de familias de buenos principios. Llegó la hora de conocer sus nombres y como en todo grupo siempre hay quienes marcan la diferencia y dejan huellas en el corazón y lindos recuerdos, sí, eran ellas: Camila Cárdenas, la niña perfeccionista cuyas tareas y actividades debían quedar lo mejor posible, apenas en su segundo año escolar y ya le preocupaba la ortografía, escribir con estilo y buena presentación y qué decir de las matemáticas, sus ejercicios de operaciones básicas eran sin duda bien desarrollados, sus padres siempre la acompañaban en las tareas y con seguridad la nota era excelente. Buena compañera, muy solidaria con Celeste Quintero a quien ella veía como una hermana, porque eran vecinas del barrio y compartían tristezas de la vida de “Cele”, como cariñosamente yo le decía. “Cami” este tierno angelito de ojos miel, cabello rubio y de sonrisa coqueta, le alegraba sus días de pataleta a Celeste, cuando llegaba de mal genio porque extrañaba a su madre y no se quería peinar y menos madrugar, era “Cami” quien la motivaba a continuar con sus buenos consejos.
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Así mismo lo hacía con Laura Rincón cuando no quería entrar a clase, si su madre no la acompañaba hasta el puesto donde se hacía. ¡Hermosas estas niñas! muy ordenadas. Recuerdo también a Vivel Saret, una pequeña barranquillera que siempre llegaba malgeniada y llorando decía “Nadie me mire solo la profe” motivo de risa para algunos compañeros, pero para Camila una oportunidad para consolar y animar a su amiga de clase, ésa era siempre su postura, regañaba a los compañeros que no querían trabajar en clase y siempre se mostraba como líder. Hizo mucha empatía con Yoshi Samantha y Michel Lorena Patiño Castañeda. Siempre los padres de estas princesitas celebraban los cumpleaños e invitaban los compañeros más allegados y nunca podía faltar una flor en ese ramillete, se hacían actividades lúdicas y recreativas y siempre estaban ahí dando lo mejor de ellas. Así era en ese entonces Camila Cárdenas Vélez un panal lleno de miel que atraía con sus virtudes. Cami, siempre te llevo en mi corazón y en mi mente porque el dos de julio de 2004 tuve la oportunidad de ser invitada a tu cumpleaños, con motivo de tus siete años en El Paisaje, el lugar que tanto te gustaba, donde siempre te recreabas, ahí donde se recostaban las olas del mar. Ese día, me invitaste a conocer el amor de mi vida, quien se encontraba acompañando de su hija. Se
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pasó rico, todos los niños se bañaron en el mar, degustaron helados, dulces y hubo juegos, lo que les gustaba en el momento. Cómo olvidarte, si hicimos tanta empatía con tus padres, y hoy de ese gran amor que conocí el día de tu fiesta de cumpleaños tengo dos hermosos hijos, Sara y Salomón, por eso siempre vas a existir porque dejaste gratos recuerdos. La última vez que compartimos ya eras mayor de edad, estabas iniciando carrera, ya tenías responsabilidades, ya eras una mujercita, mucho más madura, aunque siempre lo fuiste. Hoy solo quedan buenos recuerdos, gracias mona linda, te convertiste en “mi cupido” aunque nunca lo supiste, sé que donde estés vas a seguir siendo ese ángel conciliador y protector.
Yuberth Hurtado Profesor de las asignaturas de matemáticas y financieras Hay personas que pasan por la vida y se van sin dejar buenos recuerdos. Hay personas que pasan por la vida fáciles de olvidar o de tener un buen recuerdo. Pero hay otras que nunca se olvidarán y jamás se borrarán sus buenos recuerdos. No es posible olvidar a alguien que con su sinceridad, dulzura, deseo de superación sostenido y sonrisa cautivante te marcó. Hay quienes después de partir de este mundo son calificados como buenos pero tu Cami, siempre lo fuiste y así te recordaré. Cami, la Niña buena, bella y sincera...
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Elder Calle Otero Profesor de química y física Una vez escuché una frase que decía, que hablar de vida era hablar de muerte, porque la muerte hace parte de la vida, es algo que a todos nos llegará por igual sin importar raza, religión, estrato social, costumbres, si eres bueno o si eres malo, que no depende de cómo te comportes en la tierra, simplemente es algo destinado por nuestra madre naturaleza y regido por Dios. Un Dios que es bondadoso y bueno al dejarnos disfrutar de esta maravilla de planeta en compañía de nuestros seres queridos, que nos permite cumplir con nuestro ciclo de vida: nacer, crecer, reproducirnos y por último morir, y es aquí en donde me detengo con lágrimas en mis ojos al saber que una joven como Camila Cárdenas Vélez no pudo culminar con éxitos este ciclo. Camila era una estudiante no excepcional, pero sí con un gran carisma y gran compromiso con su formación académica y personal, la recuerdo como si fuera ayer, sentada en la primera silla de la fila a la izquierda del salón de clases en el cual cursaba su grado 11 en el colegio Gimnasio Pilares del Saber, sitio en que vivió sin duda alguna los mejores momentos de su corta vida, desde ahí al final de algunas clases de química era habitual escuchar la frase “profe no entendí”, que me llenaba de sentimientos encontrados al notar el esfuerzo que sé, ella hacía por entender y la forma tan sencilla en la cual yo trataba de hacer las clases.
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Puedo recordar que se sentía desesperada al no poder elegir con gran convicción una carrera universitaria acorde a sus cualidades, al final lo hizo y me lo comunicó con gran entusiasmo y alegría: “profe voy a estudiar periodismo”. Cuestioné su elección diciéndole “tu tan callada y tímida ¿vas a estudiar periodismo?”. Con adversidades en su familia y contra varios pronósticos de fracaso, logró cursar su primer semestre con éxito. En una conversación de Facebook pude preguntarle cómo le había ido y cómo se había sentido, encontrando para mi asombro una chica ya enamorada de su carrera y con muchas ganas de vivir y triunfar. Estas son las cosas que uno a veces no entiende, el por qué a las personas buenas, según nuestra percepción le pasan cosas malas, quizás debamos entender que Dios tiene un camino destinado para cada uno de nosotros y que el de ella lastimosamente llegaba hasta aquí, una muerte temprana y sorpresiva que nos dejó a todos atónitos, buscando explicaciones y cuestionando incluso al Creador. Solo se que dónde quiera que estés, no te gustaría vernos tristes y acongojados por tu partida, sino felices y disfrutándonos cada día como si fuera el último, ya que en cualquier momento también nos llegará el llamado y el fin de nuestro camino. Vives en nuestros corazones. Descansa en paz, Cami.
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Escritos de Camila en la universidad
Celebrando el grado de Camila: Eliécer y Silvia María sus padres, Camila y Javier su novio.
Nos vamos a encontrar con Camila preparándose para ser comunicadora y periodista, estudiando en la Universidad de Antioquia Sede de Apartadó, donde apenas pudo cursar dos semestres con empeño y dedicación como lo muestran los escritos que realizó para cumplir las tareas que le asignaban los profesores. Escritos que fueron bien evaluados y que le permitieron ejercitar sus habilidades innatas de escritora. Lástima que la muerte hubiera truncado ese futuro.
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Pocas personas a los dieciocho años dejan escrita su biografía, lo usual es que se escriban memorias en la vejez. En Camila es diferente, después de su muerte no tuvimos que escribirla, ella la dejó consignada en forma precisa y además complementada con descripciones de su entorno familiar, social y geográfico. Sus escritos son de un nivel superior a los que se espera para una universitaria primeriza: tienen fluidez y claridad en la expresión, lógica en el desarrollo y suscitan reflexiones sobre la situación social de Urabá, la tierra que amó y a la cual aspiraba servir como profesional. En forma sincera, franca y sensible se presenta como diciendo: “Así soy, este es mi ambiente y esto es lo que amo”, Que el ejemplo de Camila sirva para estimular a los jóvenes a escribir, las palabras se las lleva el viento, lo escrito permanece. Será muy enriquecedor para la formación profesional, el ejercicio de plasmar ideales, sueños, observaciones, conceptos, en palabras y frases escritas. Al respecto es oportuno citar lo que expresó Carlos Andrés Delgado Vélez, primo de Camila, en carta dirigida a su mamá. “Donde sea que ella esté, yo sí quiero agradecerle una cosa: el hábito de escribir. En repetidas ocasiones lo he dicho, ‘apenas ahora estoy conociendo a Camila’. Es muy triste saber que me perdí en vida a alguien así, pero gracias a sus escritos
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frecuentes, cotidianos y descomplicados, tengo la posibilidad de disfrutar esos breves encuentros con su profunda sensibilidad. Leyéndola siento que me quedé con ganas de más Camila, pero así es la vida de impredecible. Me gusta pensar, como se dice por ahí, que ‘las ganas que se aplazan son más ganas’ y que entonces seguro habrá, en algún punto de esta historia, más tiempo para disfrutar de su compañía. El mejor homenaje que se le hace es publicar el libro con sus cuentos y tareas de universidad”.
Mi Historia Nací el 2 de Julio de 1997 alrededor de las 10 am en la Clínica Las Américas, en una ciudad llamada Medellín del departamento de Antioquia. Mi mamá se llama Silvia María Vélez Restrepo y mi papá Jesús Eliécer Cárdenas González. Viví en Medellín un mes y después mis papás se trasladaron para Urabá, a un municipio llamado Turbo donde crecí. Cuando tenía tres años entré al preescolar, donde conocí a algunos de los que son actualmente mis amigos, después de eso, cuando tenía 7 años, me gradué del preescolar para comenzar mi etapa de la primaria. Me acuerdo que era la mayor de todas, tuve varios profesores que aportaron mucho en mi crecimiento y aprendizaje. Era una niña algo mimada porque no dije al principio, soy hija única, no tengo hermanos y
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crecí sola, no como algunas personas que son muy cercanos de sus primos, pues no tengo casi familia en Urabá, tengo a mi mamá, a mi papá y a mi tío Jorge. Al pasar de los años fui creciendo y siempre fui una buena estudiante, no perdí nunca un año de estudio, mi colegio se llama Gimnasio Pilares del Saber, al que le agradezco gran parte de lo que soy, allí cursé toda mi primaria y mi bachillerato, me quedaron amistades inolvidables y las enseñanzas de los profesores. Mis últimos años de bachillerato me enfoqué en pensar cual era mi vocación y al final decidí que quería estudiar Comunicación Social y Periodismo y espero no haberme equivocado. Se me dio la oportunidad de presentar el examen para estudiarla en la Universidad de Antioquia, pasé y la verdad eso me hizo muy feliz a mí y a mi familia y aquí estoy con temor, pero con muchas ganas. Por esta autobiografía obtuvo 4.0 en calificación del profesor, quien le agregó el siguiente comentario. “Excelente el recuento que has hecho de tu propia vida. Buen trabajo, tienes una buena memoria”.
Autorretrato Soy una persona abierta y respeto las opiniones de los demás, no soy exigente ni mucho menos perfecta, en ocasiones soy fastidiosa cuando algo o alguien me desagrada, muy pocas veces soy
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capaz de decir “no”, me arrepiento fácilmente de lo que digo, o a veces de lo que no digo, por eso trato de ser discreta. En ocasiones soy tímida con las personas que no conozco y se me hace difícil hablar en público, pero estoy esforzándome en sacar esos miedos, no todos, pero sí la mayoría. No siempre, pero sí la mayoría de las veces, me preocupo por el qué dirán o pensarán de mí. Se me dificulta escuchar porque siempre quiero hablar yo, sin embargo, estoy cambiando, ahora trato de hablar menos y escuchar más, cuando no me prestan atención tiendo a actuar de manera grosera y no me gusta repetir lo que digo, puedo reírme de cualquier cosa y a la vez de nada, me tomo muy a pecho las opiniones o problemas de los demás, me gusta llevarle la contraria a las personas. Soy tolerante dependiendo de la situación. Mi piel es de color claro, mi cabello es castaño hasta la cintura, tengo los ojos grandes, cejas gruesas y marcadas, boca delgada, sonrisa con braques. Tengo varios topitos en las orejas y unas orejas grandes, apenas me están creciendo las uñas porque se me parten mucho, soy de contextura delgada y estatura media, con cicatrices en las piernas, peso 49 kilos y tengo 17 años. Me gusta usar tenis y shorts, nunca me peino y pocas veces me maquillo, casi diario no sé qué ponerme, no me gusta ninguna fruta, en especial
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el mango ¡lo odio! Y tampoco me agradan las verduras. Hablando de otra cosa, le tengo pavor a las cucarachas y a los cucarrones, amo lo perros y sufro mucho cuando les hacen daño, bueno a los animales en general excepto a los que mencioné anteriormente.
Rayo de luz Algo por dentro me decía que sí Algo por dentro me decía que no Pero si no me arriesgo Nunca podré, nunca lo haré. Lo alcancé el día menos esperado Sentada en el sofá de mi cuarto. Muy dentro de mí lo sabía Pero como todos, no lo creía. Te esperé tanto Como nada en mi vida. Seguridad Divina Que me llena de alegría. Ahora puedo caminar tranquila Porque a mi lado siempre me acompaña Ese rayo de luz que Tanto esperaba para mi vida. Por esta poesía Camila recibió una calificación de 4:00 y la siguiente nota “Muy bien Camila. Sigue así de inspirada”.
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Entre cielo y mar pienso mi vida Mientras miro el mar, se despeluca mi cabello con la brisa y espero el atardecer, pienso en lo hermosa que es mi región de Urabá, agradezco a mis padres y a la vida por traerme a vivir a un lugar como éste. Las personas me preguntan que si no me da miedo, pero no, a mí me gusta, vivir al frente del mar, es espectacular. Perdí la costumbre de bañarme en él por falta de tiempo, pero lo hago cada vez que puedo. Estudio comunicación social - periodismo y me encanta, pero se me hace difícil saber por qué, pues pienso que lo que hacemos con el corazón no se puede explicar con palabras. Creo que todo lo que realizamos necesita un motor, ya sea espiritual o físico, en este caso son mis padres. Trato de buscar las respuestas a mis preguntas en medio de las ramas de los árboles, el mar o el cielo me ayudan a pensar y despejarme. El planeta y el ambiente son nuestro escenario para desarrollarnos en nuestra vida, debemos aprovecharlos al máximo, por eso debemos hacer parte de su cuidado y protección. Recuerdo que cuando pequeña mi mamá tenía un pájaro negro, que volaba por toda la casa y a la hora de comer siempre se posaba a mi lado para que yo le diera comida, era la mejor parte
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del día. Estos seres espectaculares, los animales, siempre han hecho parte de mi vida, no recuerdo ni un solo día que no tuviéramos su presencia. Espero ser todo lo que me propongo en la vida y encontrar las respuestas siempre en los árboles. Cada día me descubro de nuevo y sobre todo me hago nuevas preguntas sobre lo que quiero o no para mi vida. Tengo claro que me debo superar todos los días, aunque espero que la pereza no me gane, muchas veces me juega una mala partida. Desarrollo del tema: “Quien soy” para el curso de Expresión Oral. Docente: Manuel José Bermúdez Comunicación social – periodismo Universidad de Antioquia. Seccional Urabá – Apartadó 2015
Descripción del lugar Al salir de mi casa, lo primero que se me pasa a mis ojos, es la frescura de una playa que inspira descanso y relajación, con unos laureles que dan sombra para toda la extensión del lugar. La brisa que nunca se seca y las olas del mar rebotando contra un muro hecho para las épocas de verano cuando el mar quiere desbordarse de su sitio y las sillas playeras en la arena para la gente que a diario va a reposar o a bañarse en el mar. Al lado de este sitio se encuentra un estadero con una chocita donde venden variedad de bebidas y mecatos, sus paredes tienen un color verde como las hojas de sus laureles y está rodeada de muros
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pequeños de cemento para que la arena no caiga a diario y constante en el piso. Música de todos los géneros que invade mis oídos desde que me despierto hasta que me acuesto en la noche. Para completar este lugar, a la derecha viéndolo desde el frente está ubicado un restaurante, donde almuerzo cuando mi mamá no está, solo tiene un baño, la cocina y un pequeño bar, pero la calidad del servicio no se compara, todo es de color blanco por dentro y por fuera un amarillo claro. Saliendo de estos tres lugares te encuentras una cantidad de motos parqueadas en la arena junto a la carretera y gente caminando por ésta. Para finalizar termino contándoles que la gente que trabaja en este lugar, tiene un corazón tan noble y unas ganas de salir adelante, que me inspira a ser mejor persona.
Te recordaré eternamente Mi barrio, algunos dicen que es una vereda por lo lejos que queda del pueblo, pero para mí es perfecto, se llama La Playa y queda justo al lado del mar, aunque no haya mucha playa, pues a las personas les ha tocado construir barreras para luchar contra el mar cuando éste se alborota y ha quitado la poquita playa que había. Por tal razón muy poca gente la visita para bañarse allí, pero yo que he vivido toda la vida
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ahí, aprendí a montarme por encima de las piedras hasta llegar a una parte sana para sumergirme y disfrutar del mar y la brisa. Recuerdo que yo estudiaba relativamente lejos de mi casa y todo el día, mi horario era de 7:00 am a 12:00 p.m. y de 2:00 p.m. a 5:00 p.m. y siempre que llegaba al medio día, almorzaba y para el mar, lo mismo pasaba por la tarde, llegaba, comía y para el mar, acompañada de una amiga, más bien una hermana para mí, de ahí no nos salíamos hasta que mi madre nos hacía salir a punta de cantaleta, así se hiciera de noche. Esto pasaba todos los días prácticamente, excepto los fines de semana que nos íbamos casi todo el día, eso sí llegábamos a la casa y a dormir. Mi casa que siempre ha estado frente al mar, ha sufrido de varias inundaciones, bueno, al menos antes de que pavimentaran la carretera e impidiera el acceso. Al frente, además de estar el mar, está instalado un estadero donde la gente va a tomar fresco o algunos van en plan romántico, los domingos, a pesar de querer tanto a los dueños de este estadero llamado Pedro Pe, el lugar me disgusta ya que le suben muchísimo a la música y no dejan hacer nada. Esos días me gustaría mudarme. Para seguir contándoles sobre mi playita, tengo que decir que cuando pavimentaron la calle, fue
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cuando más raspones me hice en las rodillas, pues con mis vecinas montaba bicicleta, patineta, patines y como mis padres tienen un estadero cerquita, hacíamos muchas reuniones para jugar ahí o para bañarnos en el mar, claro que el estadero ya no funciona, pero es un lugar de muchos recuerdos de mi infancia. Y cómo olvidar la tienda de la esquina, que antes era una casita de madera y ahora ¡qué tienda! Parece un supermercado, sí me daba rabia que mi mamá me dijera que fuera a comprarle algo, obvio yo siempre iba, incluso aún voy. Muchos recuerdos, difíciles de enumerar. Ahora, ni me baño en el mar con Celeste, mi amiga, la que mencioné anteriormente, que más que una amiga era mi hermana, porque simplemente le perdí la gracia. Ella se fue muy lejos de mí, algo que me dio muy duro, porque todo lo que yo hacía era con ella y ahora vive en California, ni monto en bicicleta, patineta y patines, tampoco voy al estadero de mis padres, El Paisaje, porque está muy acabado, pero todo esto hace parte de una etapa muy significativa para mí, que recordaré eternamente. Esta descripción del entorno le mereció a Camila calificación de 4:6 y la siguiente nota “Camila qué bueno este texto sobre tu barrio y sobre tu infancia. Conserva este texto”.
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Gracias Amá Observando una fotografía donde estoy dentro de una caja en la cual guardaba juguetes, con Simón, el primer peludito que tuve, mi primer perro, le agradecí a mi madre por enseñarme desde chiquita lo lindo que es cuidar y querer a esos seres, tan queridos y a veces odiados por algunas personas, unos les dicen “el mejor amigo del hombre” y yo lo confirmo. Desde niña me relacioné siempre con estos seres, seres que con ese corazón puro y limpio nos alegran la vida (ver fotos página 24). Varios han pasado por mi casa, han estado en mis manos y en las de mi familia, mi padre, que sin
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involucrarse mucho, sin tocarlos ni mimarlos tanto, los ha querido y aguantado desde que tengo memoria y mi madre, que como yo, los ha acogido de manera maravillosa. Se han instalado en mi casa y de un momento a otro han desaparecido, y aunque todos llorábamos su partida, era algo que a mis siete años no entendía muy bien, la muerte era algo muy complejo para mí. Sin darme cuenta, Silvia, mi madre, que siendo ella muy amante a los animales, no solo a los caninos, me introdujo en ese mundo, que quizás de otra manera no hubiera entendido, quizás si desde pequeña no hubiera vivido propiamente que es tenerlos, cuidarlos y jugar con ellos, mi perspectiva del mundo fuera distinta. Escrito en desarrollo del tema: Situación que ha marcado mi vida.
Cada mañana la amo más ¿Cómo amaneció hoy? ¿Todavía le duele? - me preguntó mientras me organizaba para ir a la Universidad, a las 6:30 am. Bien amá, me mejoré un poquito, pero todavía me molesta. Ella, me comentaba lo preocupada que estaba con mi situación, situación no tan grave, pero por eso no menos importante como un dolor de espalda. En ese momento me di cuenta que era la indicada y sobre la cual quería escribir. Silvia, como la llama mi papá, nuestra familia y sus amigos, “mami”, como la llamo yo. Yo que
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llegué a su vida sin esperarlo a los 40, fue una sorpresa que no sé, pero creo que cambió su vida y la de mi papá. Nunca le ha gustado el cabello largo, y por su edad o por su peso, no usa ni faldas ni pantalones cortos, no se pone sandalias y les tiene pavor a las motos o más bien a la velocidad, le encanta cocinar e inventar platos de comida. Y todo le queda delicioso. Cuando yo estaba más pequeña, me apenaba al escuchar sus comentarios, cuando les decía a mis amigas que eran muy desordenadas o que eran muy “bobitas”, así les decía cuando ella les preguntaba qué querían para el sánduche, si jamón o mortadela, y ellas respondían “no sé”. Lo que mi mamá no entendía, era que teníamos diez años, todas eran tímidas, pero ¡ay! que rabia le daba. Y qué rabia me daba a mí, cuando me llevaba a sus reuniones con amigos y me obligaba a saludarlos a todos de pico o al menos solo a saludarlos, obviamente ahora le agradezco que me haya obligado, porque así aprendí. Esos comentarios que antes me apenaban, ahora a mis dieciocho, me dan risa (algunas veces), cuando le da por ser sincera, así lo llama ella, imprudencias, como le decimos mi papá y yo. Lo que piensa lo dice, y si no lo dice, se encarga de expresarlo con los gestos, y lo peor es que creo que esos gestos son heredables. A diario nos prepara a mi papá y a mí de desayuno y cena arepa con distintos complementos,
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atún, pollo, quesito, mantequilla; nosotros no nos enojamos, pero alcanzo a pensar que es un mensaje implícito porque sé que hace años quiere hacer su viaje de regreso, Turbo-Medellín y volver a la capital antioqueña que la vio crecer y que tanto extraña, tanto como a las personas que viven allí, nuestra familia. Nunca lo dice, pero así viva al frente del mar, Urabá haya visto crecer a su hija y le haya dado tantos amigos, sus hermanas y el clima la llaman a gritos. Por otro lado, según ella, está cansada de tener animales en la casa, pero no puede ver uno necesitado y solo porque lo quiere recoger. Afortunadamente, mi padre nos lo impide, porque si no llenaríamos la casa de animalitos. Actualmente tenemos ya dos perros y un gato, hermosos, aunque el gato pide comida todo el día. Ella, siempre que tengo clase se despierta más temprano a empacarme el almuerzo para llevar a la universidad, eso me hace amarla cada día más, siempre pendiente de mí y de mi papá. Hay muchísimo que decir de ella, pero en este caso, muy pocas páginas.
Siendo niños, siendo jóvenes “Camila despiértese que va a llegar tarde” me dijo mi mamá en la mañana de un jueves como a las 6:20, me paré, me bañé y me vestí. “Maquíllate” me habló otra vez mi mamá, pero esta vez estaba un poco indecisa, el acné por estos
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tiempos atacaba mi piel. Mi madre me vio y me dijo que me enseñaba, que donde tenía el maquillaje, que iba a salir ese día y también se tenía que maquillar. Saque mi maquillaje y me empezó a explicar cómo maquillarme para ir a la universidad: primero es importante que te retoques las ojeras con corrector y en tu caso los granos, para tapar todas las imperfecciones. Mientras lo hacía se reía y se reía, yo iba tarde para el colegio, pero como le convenía no le interesaba y yo feliz, aunque no me iba a maquillar de todas maneras, solo quería aprender. Después, como segundo, untarse la base cremosa para emparejar el color de la piel y dejársela secar un ratico. El tercer paso a realizar es aplicarse un poco de polvo para que nos dure más el maquillaje, me decía mi mamá y solo se reía y recordaba cuando yo era niña y me ponía mil veces polvo hasta quedar blanca como la nieve, me veía horrible y además me compraban de ese maquillaje para niñas, ¿cómo me iba a maquillar bonito? Recuerdo que a los 10 años mi mejor amiga se llamaba Celeste, con ella pasaba todos los días, éramos como hermanas y nos compraban las mismas cosas, como el maquillaje. En esos tiempos nos regalaron una cajita que tenía sombras de todos los colores, la esponjita para untárnosla, labiales de colores fuertes y brillitos, nuestros padres no pensaron que nos tomaríamos
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tan en serio ese regalo, que lo usaríamos solo para jugar en casa. Pero no, todos los días aproximadamente por dos semanas nos maquillábamos y salíamos (éramos vecinas y salir era ir a la casa de alguna de las dos o pasar al frente) con la cajita de maquillaje en un bolso, cuando menos pensábamos lo sacábamos para retocarnos, la gente nos miraba muy extraño. Cuánta falta me hace Celeste, cuando estábamos en séptimo de bachillerato se fue y me dejó sola, era en busca de su felicidad, otro país, otras costumbres, pero con su mamá, quien no conocía aún. Lloré y lloré, aún somos amigas, pero la distancia hace de las suyas y es imposible no sentir nostalgia. Pero en este caso, para no quedar muy blanca, como cuarto punto, nos esparcimos un poco de rubor en los cachetes, esta es la mejor parte, porque ya vas a terminar, me decía y me contaba anécdotas de su juventud cuando “era joven y bella” como yo y el maquillaje se le veía mejor. Me decía a qué año aprendió y como también al principio no sabía, pasaba muchas penas, pero que desde que aprendió, nunca ha dejado de maquillarse para salir. Por último, me dijo que solo faltaba aplicar pestañina y si quiero, un brillo en los labios, que si la pestañina era transparente no tenía problema, pero si era negra tenía que tener cuidado con no embarrarme como cuando era chiquita.
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Muchos recuerdos tengo de esa infancia y el maquillaje, valió la pena llegar tarde al colegio pues con mi mamá me reí y recordé muchas historias, desde eso siempre me unto algo, así sea solo labial, porque como dije al principio, el acné me ataca por estos tiempos y maquillarme no es la mejor opción para desaparecerlo.
Un lugar mejor de lo que imaginamos En innumerables ocasiones la vemos tan cerca que es imposible no pensar en ella, y con ella en todas las personas cercanas que se han ido detrás o en las que podríamos dejar de ver algún día. La muerte, la única situación definitiva y segura que tenemos en la vida. Nunca imaginamos cuando será nuestro fin, vivimos sin saber qué día llegará, nos sometemos a constantes desafíos y riesgos como si la muerte no estuviera a la vuelta de la esquina. Quizás, persiguiendo al que está a nuestro lado, de repente llega y nos lleva a dar un paseo a nosotros. Hace unos años tuve un sueño sorprendente, allí estaba una tía de mi madre llamada Teresa Restrepo que murió en el año 2013 y el esposo de mi tía Beatriz, Darío Posada, que murió un año después en el 2014. Este sueño me hizo pensar que el más allá es un lugar feliz y más, cuando ya tienes 96 años como Teresa.
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De Darío no sé, pues me hubiera gustado que se quedara otro rato más, acompañándonos, aconsejándonos y diciéndome siempre que debía alimentarme mejor (cuando iba a su casa nunca comía bien). Estaban los dos en un campo verde y amplio donde había solo un árbol grande y frondoso, Teresa bajaba y subía de aquel árbol, Darío solo caminaba por ahí revisando si todo estaba bien como acostumbraba hacer en su finca cafetera. Sus cuerpos tenían aspecto de ancianos, se veían las arrugas, el pelo blanco y las experiencias en su mirada, pero sus movimientos y sonrisa no denotaban los años, Teresa tenía la elasticidad de una niña y corría de allá para acá. El sueño duró poco, quisiera haber visto más, pero más que lo que vi es lo que sentí, sé que ellos están bien, estoy segura que se encontraron con personas que hace rato están allá, como mis abuelos, Jesusita Restrepo y Mario Vélez, mis tías María Eugenia y Lucía, y los de las generaciones de abajo. Me reconforta pensar que se fueron para un lugar donde no van a pasar enfermedades ni tristezas, al menos eso me dejaron ver en el sueño. Por eso al leer “El Amante Lesbiano” de José Luis Sampedro mi mente se detuvo a pensar en la muerte. Es evidente que el protagonista, Mario, está muerto y está recordando muchas
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situaciones de su vida que quizás cuando estaba en vida no lo hacía. Se encuentra con muchas personas, entre esas su mamá, su papá, sus tíos: Luisa y Juan y una muchacha llamada Farida Khadir con la que tuvo una experiencia bonita cuando estaba joven. Puedo pensar, quizás, que la muerte solo es bien aceptada para los que de alguna manera ya han vivido todo o están pasando por alguna enfermedad. Entender la muerte de un joven siempre será difícil, ¡y con razón!, le falta mucho por experimentar, su paso por la tierra aún no terminaba. Pero en la novela dan a entender que Mario ya es mayor: por las experiencias, las fechas que nombra y la forma de ver ese nuevo mundo. El miedo a desprendernos de la vida nos pone ciegos, nos genera pánico y tomamos miles de precauciones para que no llegue nunca. Uno de los sueños más anhelados de nosotros los seres humanos es ser inmortales, que ni a nosotros ni a nuestra familia y amigos les llegue el día, y si es posible, que a nadie en la tierra. Pero, mientras llega la muerte ¿qué hacemos?, la vida tampoco es un tan dura como se la pintan, solo hay que saber qué hacer en ella, vivir a tu gusto, haciendo lo que anhelas y deseas. De pronto la vida nos pone freno y nos enfrenta a situaciones difíciles, hay que saber que solo es
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para retarnos, tenemos que aceptarlas y entender que en cualquier momento nos vuelven a pasar y debemos estar preparados. ¿Cómo hacemos para olvidar que en nuestro futuro lo único seguro es la muerte?, no sé, pero es algo que hacemos a diario, a menos que se acerque tanto que debamos mirarla a los ojos. Este es un tema que pone los pelos de punta, pero no es ajeno como para no tocarlo, ¿cómo aceptamos la muerte de una persona cercana?, es una pregunta muy difícil de responder y menos en un momento tan desgarrador como ese. Podemos pensar que es algo que siempre nos va a agarrar desprevenidos y nunca sabremos cómo actuar. En la novela nos muestran una muerte muy linda, una muerte llena de verdades, donde somos capaces de mostrar lo que somos y queremos, donde toda nuestra vida se posa enfrente para mostrarnos lo bueno que vivimos, también, todos los deseos que dejamos sin cumplir y nos entrega todo para cumplirlos. Donde el cielo cambia de color constantemente como indicio de que es otro mundo, donde Mario va a poder realizarse y mostrarse como realmente es. Y aparece dios, con d minúscula, para desmitificar todo lo que en la tierra se cree de él. Aparece como una señal para entender que si está muerto y seguridad de que no está solo. No sé si es necesario creer en él, pero sí lo es, tener a alguien en
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quien apoyarse y que nos regale seguridad en todo lo que hagamos. Hay personas que piensan que hay un cielo y un infierno, los buenos para el cielo y los malos para el infierno, pero a mí me gusta pensar que todas las personas merecemos un cielo, que el arrepentimiento y la culpa es el mejor infierno y no hay necesidad de pensar en un lugar ardiendo en llamas donde no hay agua, viven con hambre y pasan trabajos difíciles. Como hay gente que piensa que al morir desaparecemos del planeta, que nuestra mente y alma se esfuman, como si estuviéramos dormidos eternamente. Pero cada quien cree en lo que le gusta creer. Finalmente, si la muerte es como la muestran en la novela, despierta en mí una pregunta: ¿por qué le tememos tanto?, es difícil pensar en ello, pero el autor nos transporta a una vida mejor e indirectamente nos dice que todo está bien. Un lugar donde vas a estar con los que más quieres, un lugar donde no hay secretos ni tapujos, donde resolvemos todas esas preguntas que nos hacíamos a diario, un lugar mejor de lo que nos imaginamos. Tema: La muerte. Crónica sobre “El Amante Lesbiano” Curso: Composición Española. Docente: Martha Lucía Quiñones. Comunicación social y periodismo Universidad de Antioquia Seccional Urabá – Apartadó
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Verlo así, me mataba Ese día salimos de la casa muy bien vestidos, un viejo amigo de la familia nos iba a llevar a la clínica. Al salir, en nuestros ojos se percibía un rayito de esperanza y aunque mi padre se mostraba un poco más fuerte que nosotras, no era fácil. Lo ayudamos a subir al carro y partimos, nuestro destino estaba casi a una hora de distancia. Un camino largo y lleno de pensamientos.
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Al llegar, agarré a mi padre de la mano y explicándole por donde debía caminar, entramos. Nunca lo había visto así, tan indefenso, como un niño chiquito, eso me mataba. Cuando entramos al consultorio, la médica, de la cual no recuerdo el nombre, era muy joven, pero por su seguridad al hablar parecía saber mucho y aunque no era especialista en esos casos, se veía que tenía experiencia. Después de un rato hablando de la situación, mi padre preguntó: “¿hay solución?”, pero yo ya sabía la respuesta, la médica la expresaba en su mirada. “Cuando se perjudican los nervios ópticos, no hay nada que hacer” respondió ella. Yo no lo podía creer y tampoco era capaz de soportar verlo así, y aunque era mi deber darle fuerzas, no pude, salí del consultorio, me senté en la sala de espera y en ese momento pensé, que se me venía el mundo encima.
Nunca va a dejar de darme miedo No era la primera vez que lo hacía, pero era inevitable sentir miedo. “Mami tan estrechito” le dijo una niña de aproximadamente 5 años a su mamá al subirse, de una vez lo asimilé distinto, en vez de ser un viaje de Apartadó-Medellín en avión, parecía uno de Turbo-Apartadó, pero en buseta, sí, en buseta, el avión era demasiado pequeño. En medio del sonido de los motores que retumbaba en mis oídos como si alguno se hubiera
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dañado, nos dispusimos a escuchar a la azafata darnos las instrucciones de precaución por si ocurre un accidente, como cuando un predicador, un testigo de jehová va a dar sus discursos en las busetas, dándonos sus consejos para entrar en el reino de Dios. Todo se daba para que yo pensara que en vez de un avión iba en una buseta. Escuchamos las advertencias y me di cuenta que los asientos eran más estrechos de lo normal, no tenían extremidades, así les llamo a los artefactos donde se ponen las manos, que se pueden subir y bajar cuando uno lo desee. Menos mal me tocó en una silla individual porque hubiera sido muy incómodo compartir un asiento con otra persona en estas condiciones. Además, los asientos tampoco tenían donde guardar el equipaje de mano, teníamos que meterlo debajo de la silla, igual que en las busetas intermunicipales de Urabá, todo es un despelote en cuanto a los bolsos, costales, gallinas, palos, morrales, y demás cosas que cargamos como equipaje de mano. El avión arrancó por la pista para coger impulso y despegar y yo no podía creer que todo se pareciera, esa pista como la carretera de Currulao-Apartadó antes de los arreglos que están haciendo actualmente, no se cual tiene más huecos. Nunca me había montado en un avión que se moviera tanto como este, parecía como esquivando huecos y pasando por resaltos súper altos,
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la azafata ni siquiera se paraba de su asiento, como cuando el ayudante ni cobra ni llama más personas porque la buseta va más rápido para alcanzar a la de adelante. Mientras, yo seguía escuchando esos motores, que pareciera que tuvieran ganas de explotar y dejarnos tirados en medio de una platanera o un bosque. En lo único que no se parecía este avión a una buseta era en que no se demoraría ni una hora ni haría paradas, por razones obvias. Cuando viajo acompañada, me es imposible imaginarme tantas cosas, pero de igual manera el miedo nunca desaparece. En este caso, iba sola, mi mente volaba y el miedo se apoderaba de mí, aunque aparentemente nada estuviera pasándome, cerré los ojos y esperé. En mi mano izquierda llevaba un reloj que no me ayudó mucho a relajarme, más o menos cada 5 minutos lo revisaba pensando que ya casi aterrizaríamos. La azafata se paró a repartir unos jugos, Tutti frutti para ser más exacta, paraba en cada puesto a preguntar qué sabor queríamos, si de fresa, mora o salpicón, así haya algunos que no se lo fueran a tomar, yo elegí de fresa e inmediatamente me acordé de los vendedores que suben a las busetas y se encargan de entregarle a cada persona un chocolate, una crema o lo que sea que vayan a vender, así la persona no quiera comprarlo. Después de unos minutos, el piloto nos interrumpe el jugo con una información, nos indica
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que vamos a pasar turbulencias pero que eso no afecta la seguridad del vuelo, fue imposible para mí no alarmarme, pero no podía hacer nada al respecto. También nos indica que en unos minutos aterrizaríamos y nos dijo que debíamos abrocharnos el cinturón de seguridad. Todo esto me transportó al momento del viaje en buseta cuando ya vamos llegando a Apartadó y el ayudante del conductor comienza a preguntar dónde nos vamos a bajar. En ese momento la buseta va más rápido de lo normal, lo mismo pasa con el avión cuando va a aterrizar, coge un impulso en bajada que lo hace pensar a uno que el pico va a estrellarse contra el asfalto o al menos eso pienso yo. Al fin aterrizamos y en vez de bajarme en Supermax como de costumbre para ir a la Universidad, resulte en Medellín. Mientras, esos motores se apagaban y dejaba de escuchar ese sonido tan espantoso que agudiza mi miedo y me hace imaginarme miles de cosas. Eso me imaginé en medio de la desconfianza y miedo que me produce este tipo de viajes.
Será que el destino está escrito. Ruby, la chica de mis sueños Es la historia de un escritor que se enamora de uno de sus personajes femeninos. Calvin Weirfields (Paul Pano) había sido un joven prodigio, cuya primera novela había tenido un gran
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éxito. Pero, desde entonces, sufre un sistemático bloqueo creativo agravado por su deprimente vida amorosa. Finalmente, consigue crear un personaje femenino, Ruby Sparks (Zoe Kazan), que acaba materializándose y compartiendo la vida con él1. “Tienes que hacer el trabajo de Sociología, escribir los textos para la clase de Bermúdez, el proyecto de aula, pero también tienes que sacar tiempo para ti, verte con tu novio, con tus amigas y claro, hacerle los mandados a tu mamá” me dice mi consciencia a diario, me recuerda que tengo responsabilidades que debo cumplir pero que no es lo único en la vida. A veces siento que me manejan, me dan órdenes, que lo que quiero hacer, no lo hago. Después recuerdo que no, que lo que hago es lo que me gusta solo que necesito hacer sacrificios y esforzarme para lograrlo. ¿Qué dirán las personas cuando me oyen quejarme tanto? Me pregunto siempre, mis compañeros de universidad me entienden, mi mamá me regaña (insiste en que estudiar es muy fácil) y mis amigas del colegio se enojan porque no salgo con ellas. Eso creo. A veces me pregunto si alguien escribe nuestro futuro, si alguien es el encargado de decidir qué 1
Ver película en este link http://cachosblog.com/ peliculas/ruby-sparks-la-chica-de-mis-suenos/
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pasará con nosotros, qué vamos a decir, cómo vamos a actuar, quiénes serán nuestros amigos y ninguno puede oponerse a lo que esa persona escriba. Mi mamá dice: “vive el presente” pero cómo no preguntarse por el futuro, es algo tan incierto y nos hace realizar mil cosas para que su llegada sea bienvenida. Por eso al verme “Ruby, la chica de mis sueños” pienso en mí, será que todo lo que hacemos es por nosotros o por otros, si lo que hacemos ya está escrito, si inconscientemente hacemos las cosas solo para hacer feliz a otros, no lo sé. Pero es algo que ocurre en la película, ella siente que su vida es rutinaria, que se siente encerrada y manejada, hasta el punto de querer zafarse, pero ya no puede, Calvin direcciona su vida, decide por ella, qué debe hacer, qué idioma hablar, cómo debe actuar. Sin darse cuenta, todo lo que hace, es para hacerlo feliz a él, es un producto de él. Así que no sé, podemos pensar que así como en la vida de Ruby, también en la vida de nosotros, alguien escribe lo que hacemos o no, quizás a temprana edad nuestros padres, después el trabajo, la pareja y por último los hijos. Sé que no debería ser así, incluso, en algunas personas eso no pasa, pero son vistas como raras, diferentes o extrañas y tampoco es malo, porque no todos nos encargamos de ser así, diferentes a nuestra manera, sin seguir la historia de alguien, sea quien sea.
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Dime dónde compras y te diré de qué estrato eres Caminaba alrededor de la plaza de mercado y me di cuenta que allí se encontraban todos los utensilios y alimentos que necesitamos a diario, más baratos que en los almacenes Éxito, hasta las frutas y verduras más frescas y los pescados, que alcanzaron a pescar entre las 5:00 y 7: 00 de la mañana, esperando a un comprador. En Turbo, desde que llegó este almacén antes mencionado en el año 2012, creemos que es lo mejor y hemos descuidado a nuestros campesinos que con todo el esfuerzo cultivan y venden sus productos a veces en condiciones precarias. Digo en condiciones precarias, porque en Turbo nunca se les ha prestado atención, ni a ellos ni a nadie. En días de lluvia, les toca adecuar el espacio, subir los estantes con piedras y ladrillos. A esto se le agrega que no tienen un techo, o si tienen, no dentro de una edificación, son hechos con bolsas, palos, etc. les toca aguantarse el sol, día a día, para poder vender, y qué me dicen de los mosquitos que se les acercan a causa de los charcos de lluvia, no es culpa de ellos nada de esto, éste es el lugar que les ofrecen para vender. En cambio, en el Éxito, no pasa esto, hay aire acondicionado, no hay sol, ni moscas, ni agua por todos lados. Es muy rico comprar allí, aunque para eso necesitas ser rico. Además de eso, no beneficiamos a nadie de nuestra región,
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abandonamos el esfuerzo de nuestra gente, pescadores, campesinos y vecinos, beneficiamos a una compañía que no solo tiene el Éxito sino también Surtimax y Carulla. “Es que en el Éxito es más bueno mercar” dice mi mamá, “en la plaza son muy cochinos”, pero ¿acaso es culpa de ellos?, no tienen las condiciones necesarias, aunque si tengo que reconocer que muchos ánimos de vender no tienen, uno pasa por ahí y poco es lo que ofrecen, piensan que las cosas se venden solas. Algo en común con Éxito, ponen los alimentos y ellos se venden solos. Mi mamá nunca tiene en cuenta que mercar allí es gastar más dinero de lo normal, aunque nunca se sabe por qué, pues todo el tiempo estamos comparando precios y concluimos que allí es igual. En este almacén nos perdemos en el tiempo, nuestros ojos captan lo mejor, nos ponen todo en bandeja de plata, los productos de moda, marcas como: Gef, Offcorss, People, y la gente entusiasmada, feliz, comprando y comprando, claro, los que metiéndose la mano al bolsillo saben que pueden. Aunque no solo esos son los que entran, también compran otros que fijándose en todas las marcas eligen la más favorable, la que cumpla con las expectativas, pero no rompa el bolsillo. Pero insisto, en Turbo deberíamos apoyar más a los campesinos, a la gente de nuestra tierra, en la plaza y a sus alrededores encontramos todo para
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la casa, no tenemos que movernos para otros lados, quizás así se podría mejorar el mercado, así como las condiciones de estos lugares y el ánimo de los vendedores. Es más económico y tengo una vecina que me dice: “las frutas de la plaza son las mejores de Turbo” ¿qué esperamos?
Talento y diversión, ingredientes indispensables “Nosotros tenemos una banda de rock llamada Extinto” me decía Luis Moreno García, vocalista de esta banda, conformada por cuatro hombres de Chigorodó, entre los 20 y 30 años de edad. Es una banda que apenas está empezando, lleva cuatro años haciendo música y presentándose en festivales de rock que se hacen en su municipio de origen: Chigorodó. Cuando me contó lo de los festivales, pensé, ¿necesitarán un presentador o comunicador? pues para esas presentaciones siempre tiene que haber alguien que les organicé el evento, presente los grupos y hable con el público. Me di cuenta que allí entramos nosotros como comunicadores a ejercer nuestra labor, a cumplir nuestra función, quizás para que ellos también cumplan la de ellos. Me enteré después que escriben sus canciones y que sus letras se centran en la realidad del país, en la injusticia y más problemas sociales. Enfatizaron que no porque escuchen y canten el género
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rock, quiere decir que son satánicos y que sus canciones hablen del diablo, pues eso es lo que la gente cree al escuchar que hay un festival de rock o cuando ven a alguien que escucha este género. “Y aunque todos trabajamos siempre buscamos un espacio en la semana para ensayar”, la pasión y la perseverancia por encima de todo, es muy importante para que un grupo continúe, y cómo olvidar la diversión y el talento, son ingredientes indispensables en esa labor. La música siempre será una forma de integración y de diversión, sea cual sea el género, solo es cuestión de preferencias.
Diferente pero no por eso extraño “¿Qué se supone que tenemos que hacer?, ¿te muestro mi casa?” fue lo que me dijo mi compañero de clase cuando llegué a su casa el pasado martes primero de diciembre, al principio muy preocupado por sacar el trabajo, por el cual yo me encontraba allí, pero lo que no sabíamos es que mientras más nos olvidamos del trabajo y nos concentramos en aprender, mejor nos saldría. Me parece que detrás de cada persona hay una historia que lo define, puede ser buena o mala, dependiendo de la concepción que tenemos de esos dos términos; fuerte o liviana; triste o feliz; hay muchos opuestos para poner de ejemplo. En el caso de mi compañero, creo que esa historia es todo lo que él es y transmite a los demás.
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Es un hogar normal, está el patio con las gallinas y las matas que tanto les gustan a las madres, muy lindas, por cierto; las habitaciones, la sala, la cocina y el comedor. Me sorprendió con los libros que tenía en su cuarto, pero no sé si al mostrármelos quiso dar la impresión de intelectual o algo así, “cada vez que puedo compro un libro” me dijo, pero había muchos sin destapar aún, claro que en varias ocasiones lo he visto leyendo en la universidad. Después de un rato me empezó a mostrar fotos de su infancia, las primeras, de esas que se tenían que revelar, después como ahora conocemos y se pueden imprimir. Me impresionó que tenía fotos de todos sus cumpleaños, acompañado de sus dos padres, como hasta los 17 años pude ver en los álbumes. Sé que sus padres están separados y me contó que aún así se veían para su cumpleaños, cada 5 de junio. En casi ninguna foto de él lo vi con compañeros del colegio o amigos, excepto por unas muy pequeño en la guardería. No sé si fue que no capturaron el momento o en realidad no le gustaba pasar sus cumpleaños con ellos. La verdad nunca he simpatizado con él, así que cuando me tocó como compañero para el trabajo no sabía que cara hacer, aunque lo vi como una oportunidad para conocerlo más y de pronto cambiar malas percepciones que tengo, percepciones que él se ha ganado por ser tan fastidioso conmigo (a veces). Y pues sí, me sirvió para darme
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cuenta que tiene personalidad diferente a la mía y por eso quizás no somos muy amigos, aunque a veces nos reímos de las mismas cosas en clase. Esta visita, aunque corta, me ayudó a entender que las personas con las que convivo a diario no son tan diferentes a mí, tienen costumbres y creencias distintas, pero en síntesis hacemos lo mismo, vivir haciendo lo que nos gusta y dejando de hacer lo que no, pero cada quién en su cuento y su baile, con las personas que ama y se siente bien a su lado.
Martes de expresión oral: pesadilla de todo un semestre “Martes cada quince días, de 8:00 de la mañana a 12:00 y de 2:00 de la tarde a 6:00, en la mañana teoría y en la tarde práctica, para ésta llevar ropa cómoda, no usar aretes ni nada de accesorios” ¡vaya qué intrigada estaba! y no solo yo, mis compañeras hablaban de eso todos los días, esperábamos esa clase con muchas ansias. El día llegó y lo que encontré no fue lo que esperaba. Ya sabía quién era el profesor, pues unos compañeros nos habían hablado de él, así que no fue una sorpresa. El contenido de la clase, si lo fue. Y sobre todo, la jornada de la tarde, donde teníamos que realizar varios ejercicios colectivos, hacer unos tales vectores individuales, aprenderme una estrofa de algo y proyectar la voz alto, pero sin gritar.
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Las mañanas, llenas de escritura y corrección, eran mi parte favorita, y no porque escribiera bien y el profesor me diera el visto bueno, sino porque es algo que debo perfeccionar. Tampoco quiere decir que en los ejercicios de la tarde era una experta, más bien, eran mi pesadilla. Pues ¿quién sabe expresar con su cuerpo lo que es y lo que le gusta?, sin hablar. Fue un semestre de muchas preguntas, miedo en cada clase y satisfacción final. ¿Quién soy? Nunca me había hecho esa pregunta y aunque parece fácil, no lo es, al menos mientras se define. Enfrentarme a tantas preguntas en este curso, Expresión Oral, fue muy difícil y no tanto para sacar una nota en clase, sino para mi formación como comunicadora social periodista. ¿El saludo al sol? Me preguntaba qué era mientras hacíamos un círculo para realizarlo, el profesor nos explicó y nosotros lo hacíamos para empezar cada clase práctica. Todo en este curso fue una sorpresa. A pesar de todas estas dificultades y de que no era la clase que esperaba, fue satisfactorio el resultado, entendí cuál era el propósito del profesor y aunque al principio creía que no iba a tener resultado, él sabía muy bien que sí. Y no, no era la clase que esperaba, pero no estoy decepcionada, creo que es mejor que eso, claro que durante todo el semestre pensé que la iba a perder y aún no lo sé, pues no se ha acabado, ya que siempre estaba muy preocupada por lo que el profesor dijera, no por lo que yo aprendiera.
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Sin embargo, hasta que no entendí que no importa lo que otros digan de mí, que no puedo dejarme censurar y que todos somos distintos en la forma de comunicar, no empecé a interiorizar los conceptos y ejercicios hechos en clase, a pesar de que el profesor nos dijo todo esto desde principio de semestre. Y los textos que tan duro me daba escribir, por las condiciones que ponía el profesor y por eso nunca los leía en clase, decidí que los haría como yo pudiera y entendiera, desde lo que soy y mi experiencia, solo así pude terminarlos y enviarlos. El último ejercicio que fue hacer un performance en un espacio público, donde escogimos el parque Ortiz de Apartadó, me sirvió mucho para dejar a un lado la pena y el miedo, pues al otro día en el Proyecto de Aula no sentí tanto pavor al exponer la investigación que hice junto con mis compañeras Angélica y Julieth. Sé que el otro semestre, en el curso de Comunicación Social con el mismo profesor aprenderemos más sobre eso, aunque debo confesar que tengo un poco de pánico por lo que veremos, pero estoy a la expectativa. Finalmente, pienso que mis mejoras en el curso fueron muchas, pues me ayudó a interrogarme por mi función como comunicadora y que no puedo esperar a graduarme para serlo. A entender que para ser comunicadora social periodista debo conocerme a mí misma para saber cómo puedo comunicar, qué poseo que
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me ayude a dejar un mensaje en las personas que me escuchan o leen y que las personas que me rodean juegan un papel muy importante en mi formación, claro, no más que yo. Y sé que aún me falta mucho por mejorar, pero me siento feliz por el avance.
Desde la sociología, observando el barrio La Playa Este texto está por guiado por dos lecturas: El ojo sociológico de Jesús M. de Miguel y Sociología del olor de Anthony Synnott. Estos textos tratan básicamente de usar bien los sentidos, el primero de aprender a mirar e identificar situaciones de acuerdo a su contexto y el segundo habla sobre el olfato, ya que éste es un sentido muy importante y por él aprendemos a distinguir la realidad, “lo que huele bien es bueno, por el contrario, lo que huele mal es malo.”2 Las lecturas son importantes porque nos describen claramente la capacidad que tienen los sentidos de conectarse con la mente de forma inconsciente. La Playa es un barrio del municipio de Turbo-Antioquia y como su nombre lo dice queda cerca al mar. Este barrio fue el lugar que escogí para observar y trabajar durante el semestre para la clase Introducción a la Sociología. La avenida principal es el sector en el cual me centré. Es un 2
SYNNOTT ANTHONY, Sociología del olor (2003) Pág. 440
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sector turístico y residencial, es turístico por su fácil acceso al mar y las personas se aprovechan de eso para instalar sus negocios. Los estaderos venden refrescos más que todo, son pocos los que se dedican a ofrecer comidas. Alrededor es más residencial, viven personas de un estrato socio-económico medio y bajo. Los actores sociales son, una mitad comerciales y la otra habitantes, se hacen relaciones entre vendedor y comprador a diario, incluso los habitantes visitan frecuentemente los negocios. A estos negocios los visitan personas de estratos medios y altos. De día es usual ver familias enteras descansando, los niños bañándose en el mar y los padres conversando o jóvenes reunidos tomándose unos refrescos, pero de noche frecuentan las parejas, ya que es un lugar tranquilo y solo. En La Playa como en cualquier barrio de Turbo y del resto del país, hay reglas explícitas e implícitas, de las últimas como: no robar, respetar a su vecino, no tirar basuras a la calle, entre otras, aunque no todos las cumplan. Las explícitas son para los negocios, no fiar, tratar bien al cliente, atraer clientela, etc. Decía anteriormente que no todos cumplen las reglas de un lugar y es evidente al transitar estas calles porque las personas no utilizan las canecas para la basura, en ocasiones ocurren robos a los turistas y es un lugar, que para los que no transitan mucho sus calles, puede traer inseguridad y huele mal,
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como menciona Anthony Synnott en su texto, cuando la apariencia de un lugar o una persona no es la mejor podemos referirnos a ello diciendo que huele mal, lo mismo pasa con las bebidas, alimentos y el medio ambiente. Cuando una comida te huele mal inmediatamente piensas que no es buena, lo mismo pasa con los lugares y personas. Entre los vecinos (algunos) no hay amistad, no hay respeto, tolerancia y mucho menos solidaridad, esto es algo que la gente que visita el barrio desconoce y no puede ver a simple vista, hay que observar mucho para darse cuenta, este puede ser el punto ciego de este lugar y lo que la gente reniega, nadie se imagina tal cosa, como aparece en el texto de Jesús M. de Miguel, es decir, la gente cuando llega cree que hay armonía y concordancia y no es cierto. Hay discordias porque entre negocios hay competencia y los habitantes chocan constantemente con ellos por el alto volumen de la música. Lo mencionado anteriormente va muy ligado a lo que los habitantes quieren cambiar de La Playa socialmente, pues dicen que necesitan un lugar más tranquilo de día o buena música para disfrutar de un buen ambiente. Y físicamente todos se ponen de acuerdo en que la alcaldía municipal se debería preocupar más por el estado de las playas y de las vías, conservarlas más y hacer limpiezas porque cuando llegan los fines de semana la gente tira muchas basuras.
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Digamos que no hay orden social, ¿por qué? Mientras entre vecinos no haya respeto, no cuiden sus calles ni andenes, la Alcaldía no contribuya a mejorar y cuidar las playas, tampoco solucione el problema del acueducto, no va a existir un orden, porque nadie se pone de acuerdo. Además, por este sector deambula un grupo de jóvenes más o menos entre los 7 y 15 años de edad que molestan a las mujeres, tiran basuras a la calle, maltratan a los perros, dañan los arbustos de las casas y sinceramente no creo que sea intencional si no que desde su casa no les enseñaron a portarse bien, no les enseñaron que hay más personas, que no están solo ellos en el mundo. Otra situación que incomoda a la comunidad es la cuestión del mar cuando se alborota, causa que la vía se inunde y no haya buen tránsito de carros y motos. El lenguaje que se maneja en el barrio es muy distinto para cada habitante, muy individual, pues son personas que vienen de distintas partes del país. Pero algo muy usual son las frases, cada vez que pasó por allí, me encuentro con esos conductores de motos ofreciendo sus servicios diciendo como: “niña ¿moto?” o desde las tiendas y negocios: “¿qué se le ofrece?” y frases de ese estilo. En el texto de Jesús M. de Miguel dice “ver y mirar es diferente” y lo pude constatar porque cuando vemos no nos fijamos en el lugar, las personas, la circunstancia, qué pasó y por qué, en cambio cuando miramos es más fácil entender y aprender de las situaciones, cuando visitamos un lugar nunca nos fijamos en lo que
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mencioné anteriormente de La Playa y es porque lo vemos en vez de mirarlo, en vez de conectar lo que vemos con el cerebro. Lo mismo pasa con La Sociología del Olor de Anthony Synnott, me ayudó a analizar La Playa porque depende del olor definimos si alguien es bueno o malo, lo mismo, si un lugar es bueno o malo. Si una persona visita este barrio y la pasó bueno, le va a oler bueno y cada vez que sienta ese aroma se acordará de La Playa y le traerá recuerdos amenos. En cambio, si a alguien le pareció totalmente lo contrario, la pasó mal, siempre su olor le traerá malos recuerdos. Esto decía Synnott en la lectura. Los negocios están pintados de colores fuertes y llamativos para dar la impresión de frescura, de playa, de trópico y así la gente se sienta bien, porque si estuvieran pintados con colores oscuros como negro, no sería lo mismo, no atrajera la misma clientela y no inspirara buen olor y buenos recuerdos. La Playa es un sitio agradable dependiendo de la situación en que te encuentres y cómo la mires, también en qué época del año la visites. Las personas que viven allá la ven de una manera distinta a las que la visitan, pues las personas que la visitan la ven con ojos más críticos, aunque no saben la situación en la que se encuentra, en cambio los habitantes la conocen en todas las circunstancias, situaciones y problemas, pero el sentimentalismo por el lugar quizás no los deja ver ni pensar de manera más crítica.
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Recorrido por Apartadó Para la clase de Semiología General del día 16 de septiembre de 2015, el profesor Manuel Morales nos propuso hacer un recorrido por algunas partes de Apartadó, como el cementerio, el terminal de transporte y la plaza de mercado, con el fin de hacer una lectura semiótica de esos escenarios desde la comunicación. Fijamos el encuentro a las 8:00 am en el cementerio y nos mandó unos textos guía para el taller próximo a las visitas. En el día y a la hora acordada, nos encontramos todos en el cementerio, el profesor nos dio unas indicaciones y nos dirigimos a recorrer el lugar
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de derecha a izquierda. Todos fuimos preparados, con gafas, gorras, agua para tomar y cuaderno con lapicero en mano para tomar apuntes sobre lo que el profesor nos iba a explicar. Antes de entrar notamos una actividad económica entorno del lugar, en la entrada del cementerio hay dos personas con un puesto de flores y velas, como es de costumbre adornar la tumba con éstas, la gente se aprovecha y lo usa para fines económicos. Al entrar, observamos como las personas intentan desarrollar procesos de comunicación con los difuntos, por medio de mensajes de adiós y amor, tratan de comunicarse cuando le ponen el vasito de agua por si tienen sed y cuando les escriben cartas y se las pegan allí. Casi siempre y depende de la facilidad de la familia, ponen o dibujan imágenes que los represente en algunos casos, el escudo de su equipo de futbol favorito, yo, entre las que visitamos, pude contar: dos con el Cali, ocho con el nacional, dos con el Junior y una con el Real Madrid, en otros casos. Imágenes de sus ídolos musicales, encontramos uno con la foto de él al lado de Daddy Yankee y Ñengo Flow, otro con la de Bob Marley; lo que más les gustaba como las motos, los caballos, la cerveza, la fiesta; donde trabajaban; o también como les decían, es decir el alias, hubo algunos que por ser del ejército y quizás haber fallecido realizando esa labor, ponen su foto con el uniforme y el fusil que los representa, otros con camiones o busetas y podemos deducir que
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eran conductores, o tal vez pudieron tener un accidente en las vías. Cuando los fondos no son de sus gustos, son paisajes que semióticamente representan un ambiente puro y de descanso, con mensajes casi siempre católicos, invitando a Dios a velar por el descanso del difunto. Por otro lado, utilizan flores que depende de sus colores tienen distinto significado; las rojas por ejemplo significan amor; las blancas, significan pureza o paz; el morado esperanza, entre otras. Asimismo, hay tumbas destinadas para familias enteras, esposo y esposa, padre e hijo, etc. Esto con el fin de irse del mundo acompañados, permanecer juntos hasta el final o puede ser que para las familias es más fácil recordarlos juntos. Nos dimos cuenta que había muchos jóvenes enterrados y nos dio mucha nostalgia, no quiero decir que un adulto mayor no nos dé, pero su muerte quizás fue menos trágica, incluso, había muchos niños, que en el recuerdo de sus familias siempre quedarán como unos angelitos, o al menos eso expresaban sus tumbas, éstas eran más coloridas y algunas con juguetes afuera. Caminamos por muchos pasillos y callejones, hasta que escuchamos una música angelical como de bailarina de ballet y nos dirigimos a buscarla, me pareció muy curioso porque era una caja musical dentro de una tumba, ¡sí que se esmeraron en esa tumba!, era fabricada como una casita con balcón de todos los colores, un recuerdo muy lindo debió haber dejado.
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Mirándolo por otro lado, esas personas que tenían su tumba más decorada que otras puede ser porque pertenecían a un estrato más alto y tenían la capacidad para comprarles esta clase de decoraciones, casi siempre estas placas tienen a un lado el nombre y teléfono del lugar donde las fabrican, no pierden la ocasión para hacer publicidad. Cuando pasamos a la otra parte del lugar, pudimos observar las tumbas de los NN, personas que por el conflicto armado que se sufrió en Urabá, nunca fueron encontrados o reconocidos por su familia y se conocen en el cementerio porque su tumba dice NN, el género: femenino o masculino y la fecha de en qué fallecieron. Al salir de éste lugar, hablamos con el sepulturero un rato, nos comentó que vivía allí y que lo cierra a las 5:00 p.m. porque anteriormente algunas personas utilizaban el cementerio como un lugar para fumar, robar a los visitantes e incluso cuando no estaba cerrada la fosa donde están los NN, se robaban los huesos para fines malévolos. Luego, el profesor nos sugirió ir a la plaza de mercado y a la terminal de transporte, pero por su largo camino, decidimos no ir y parar en el Éxito, descansar y comer un poco. Mientras tanto el profesor aprovechó para contarnos algunas cosas sobre estos almacenes. Las plazas fueron abandonadas por el surgimiento de estos almacenes,
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que tienen características parecidas, pero no son iguales. Las plazas anteriormente eran el punto de encuentro del pueblo, eran al aire libre y la gente siempre iba después de misa a comprar los alimentos frescos para la casa. Actualmente, almacenes como el Éxito, Supermaz, Consumax, centros comerciales (en Apartadó) han desplazado a las plazas de mercado, ahora, son el punto de encuentro y en ellos no solo venden alimentos, también juguetes, ropa, implementos de aseo, aparatos tecnológicos, electrodomésticos, en fin, venden todo lo que necesitan las personas para su hogar y que ellas no tengan que salir de allí para comprarlo en otro lado. Sin saberlo tienen condiciones para su ingreso: hay una entrada y una salida y no podemos confundirla, para entrar necesitamos de dinero, no podemos entrar si no son esculcados nuestros morrales para asegurarse que no somos una amenaza, y al salir revisan que lo que compramos tenga el ticket de pago y no sea hurtado del lugar, entre otras condiciones. Después de descansar, comer y escuchar, nos dirigimos al parque Ortiz, un lugar donde las personas se reúnen constantemente, más que todo en las noches. Cuando llegamos nos tomamos algunas fotos y el profesor nos dijo que estos lugares se denominaban mojones simbólicos porque eran el lugar de encuentro y alrededor estaba ubicado todo, pues cerca
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de este parque había muchos restaurantes y casi todas las discotecas. Diferenciamos unos lugares de otros por el nombre, su mensaje y su infraestructura. Nos habló un poco de las fronteras invisibles que tiene cada municipio o ciudad en algunos barrios populares, después de las seis de la tarde no se puede transitar o los de otros barrios no pueden pasar. Por otra parte, nos habló de los enclaves que son los lugares que a pesar de los años no cambian y alrededor de ellas construyen casas o edificios modernos, por eso quedan como enclaves sociales, lugares que no modifican su infraestructura y se conservan como antiguos. Nos habló también de las transformaciones objetuales en los lugares, también llamada metamorfosis, es cuando los signos cambian de función. Observábamos una de ellas: un coche o carro, utilizado originalmente para transportarse, lo hacen más pequeño y en él venden dulces y mecato. Al mencionar este tema, se nos ocurrió visitar un puente de Apartadó que queda cerca al Éxito, donde viven abajo muchas personas sin recursos, como representación de una transformación objetual. Un puente que además de ser una conexión de una parte a otra, para pasar el río, es utilizada su parte de abajo como vivienda improvisada, que no cumple con las características de casa, pero al menos los refugia de la lluvia.
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Con esta visita, cerramos nuestro recorrido por Apartadó y pudimos sacar algunas conclusiones: 1. El cementerio es un detonador de semiótica desde que sea interpretado por una persona y como él, muchos lugares que uno sin saberlo, con sus mensajes o infraestructura nos dicen muchas cosas que sin analizarlos semióticamente jamás nos hubiéramos enterado. 2. Aprendimos que existen lugares de encuentro y que implícitamente tienen condiciones para ingresar, como: los centros comerciales o supermercados gigantescos. 3. Los parques o centros comerciales donde se reúnen las personas y alrededor de ellos queda ubicado todo, son denominados Mojones simbólicos. 4. Aprendimos que en las ciudades hay enclaves sociales, que son lugares que a pesar de los años no pierden su forma y alrededor de ellos se construyen edificaciones modernas mientras éstos siguen iguales. 5. En las ciudades se dan transformaciones objetuales o metamorfosis, que es cuando un signo, es decir, un objeto cambia de función en la sociedad, como en el ejemplo de los coches y del puente. Entendiendo esto, a las 12:00 p.m. nos dirigimos hacía la Universidad para almorzar y retomar las clases teóricas en las horas de la tarde.
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Los recuerdos perduran en la memoria y el silencio Esta crónica fue elaborada por Camila Cárdenas, Angélica Cardona y Julieth Flórez como informe para la docente Alba Lucía Pérez Osorno. Por el estilo se ve que Camila tuvo mucha intervención y por ser un tema de interés se incluye en este libro.
¿Qué más puede pasar en 87 años?, tal vez lo más próximo y cercano sea la muerte, pasa casi un siglo eterno, se pierden ciudades, civilizaciones, inician y terminan guerras… pasa una vida entera. Mercedes Gaviria es una mujer que cumplió el 27 de julio del 2015, ochenta y siete años de existencia. Ella, a lo largo de su vida ha tenido experiencias como casi la mayoría de personas, entre el amor y el desamor que aparece y se esfuma como una nube gris. Su piel, refleja la experiencia vivida durante años. Ella, una bonaverense de pura cepa, se identifica como una mujer de fortaleza grande, que decidió emigrar a un paraíso que le pintaron con el único objetivo de mejorar su calidad de vida. Merce, como la llaman muchos, fue la única hija de sus padres. Realizó la primaria y de ahí en adelante le tocó acostumbrarse a trabajar, porque eran tantas las necesidades que pasaba junto a sus progenitores, que debía salir con su mamá a lavar ropa, mientras que su papá vendía pescado en el puerto de Buenaventura, Valle del
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Cauca. Ella cuenta que a pesar de las dificultades, tuvo una infancia feliz, era muy consentida, sobre todo por su padre quien recuerda como “el tata” que nunca borra de su memoria. Sin embargo, al parecer la vida de Mercedes, como la de muchos colombianos que viven en medio de la escasez y precariedad, se ven sumergidas con problemas sociales que van detonando al cabo de los años. “Buenaventura siempre fue muy caliente, ahora no sé cómo será” dice Mercedes mientras entabla una conversación con tres señoritas que pretendemos indagar en su vida como buenas periodistas que nos enfocamos a ser. Al caer en cuenta esa palabra “caliente” no proviene de las condiciones climáticas que se dan en esa zona costera, sino de un conflicto que también ha marcado ese gran puerto marítimo colombiano, un conflicto que ha sido igual de absurdo al que han vivido miles de personas en todo el país. Los años fueron pasando y los padres de Mercedes resisten junto con ella, una violencia que dejaba muerto a cualquiera, al vecino, al carnicero, al empresario, al malo, al bueno. Era un conflicto de algunos que afectaba las infraestructuras más cercanamente posibles de las personas para generar pánico en toda la población de Buenaventura. Una situación que inquietó a la familia Gaviria, y que detonó en Mercedes buscar soluciones que la ayudaran a salir de ese presente que no le correspondía.
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Ella para ese entonces cumple 16 años y conoce a una amiga, con la que decide comenzar a trabajar en las casas de familia, lavando ropa, cocinando y realizando otros oficios del hogar. Pero en el fondo de su corazón, ella tenía un pensamiento distinto sobre la vida que quería llevar a cabo, no quería quedarse en un pueblo, ni mucho menos quedarse toda la vida atendiendo a las familias ricas de la perla del Pacífico. Su amiga, de quien no recuerda su nombre, le comienza a hablar de la región del Urabá, presentándosela como un paraíso en el que podrían conseguir a doquier todas las cosas soñadas y planificadas hasta ese momento. Lo principal era salir de ese absurdo lugar en el que se veía constantemente envuelta entre el peligro, la muerte, el narcotráfico, la guerrilla y la prostitución. Mercedes, era una mujer arriesgada, luchadora y no les temía a los retos que a diario eran impuestos en su vida; y más cuando contaba con su amiga, que al igual que ella, decidieron aventurarse con un par de maletas y con poco dinero para llegar a Urabá. Los comentarios, los noticieros y un centenar de medios de comunicación jugaron un papel importante para que Mercedes tomara la decisión de dejarlo todo, un todo que incluía también a sus padres, para alcanzar sus sueños. La explotación por parte de grandes empresas y multinacionales, hicieron que todo Colombia
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colocara el ojo en la región del Urabá, en donde las fincas bananeras y el cultivo de esta fruta, estaba siendo conocido como un beneficio económico el cual podría ser aprovechado por todos. No solo fue Mercedes que emigró para esta sabana bananera, fueron una innumerable cantidad de colombianos que decidieron cambiar su región de procedencia por un fin compartido, mejorar la calidad de vida. Quizás en la imaginación de cada habitante que tomó esta decisión, y en especial en Mercedes quien es protagonista de esta historia, Urabá se mostró como un paraíso terrenal en el que el conflicto que hacía presencia en sus lugares de origen, no volvería a resurgir en la nueva vida que a partir de ese momento se planificaba. La llegada al nuevo lugar la hizo toparse con una realidad de la cual no podría salir tan fácilmente. Aunque al principio Mercedes se atrevió a trabajar dentro de las grandes hectáreas de cultivo de banano y plátano, al poco tiempo resultó desanimándose porque, aunque parezca un trabajo fácil, las largas jornadas de trabajo, el clima y la humedad, los pagos y explotación y la dura y difícil mano de obra, resultaron siendo un factor que desplomó por un momento los sueños de Mercedes. “Trabajé muy poco en los cultivos, pero ahí me enamoré” en aquel tiempo, Mercedes ya contaba con 20 años, luego de trabajar en las bananeras,
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Mercedes conoce a una señora que la contrata para los quehaceres de la casa, en eso ella era experta y vio nuevamente una posibilidad de ver sus sueños cumplidos. Sin embargo, se vio sumergida durante un par de años en una relación amorosa, ella era la amante de un urabaense que tenía familia y era su vecino. Mercedes nos cuenta con particular sonrisa, como si con ella pudiese evocar un momento de ayer, que aquel apuesto hombre con el que decidió vivir una aventura, fue el amor de su vida. En las noches mientras ella dormía, al otro lado de la pared él le colocaba canciones de cuerda, en donde las letras decían mucho, pero a la vez no podían hacer nada. Fue un amor imposible, hasta que él decidió irse de la región con su mujer e hijos, ella jamás volvió a saber nada de él. Pero para Mercedes eso no era un dolor como el que sentía por sus padres, desde que partió de Buenaventura hacia Apartadó, no volvió a ver los rostros de aquellos dos seres que tanto amó “solo una vez después de tantos años logré enviarle una encomienda a mi mamá, eran unos detalles, de ahí en adelante no volví a saber nada de ellos” Soportar el cambio de un lugar a otro no fue para Mercedes un sufrimiento, el dolor más arraigado fue haber continuado su vida sin saber cuál fue el paradero de sus padres, en medio de deducciones, recuerdos y cosas esperadas, ella cree que ambos tuvieron un destino fatal debido a la guerra que comenzaba a surgir en Buenaventura.
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Después de una tormentosa experiencia con el amor, esta vallecaucana decide buscar nuevos rumbos. Conoce a otro hombre llamado Israel, él tenía todo el propósito de darle un nuevo modo de vivir. Sin embargo, ella no buscada quien mantuviera su vida, buscaba estar en tranquilidad y tener una estabilidad que la hiciera responsable de sí misma. Pero al cabo de un par de meses sin darse cuenta, estaba envuelta bajo las promesas de un hombre que le ofrecía una vida juntos; hogar, protección y amor. Era parte de lo que Mercedes buscaba, pero sin la intención de ser cobijada por las manos de un hombre. Israel, era el capataz de una finca bananera, allí le ofrece a Mercedes un hogar para alimentar su amor, pero tarda muy poco tiempo para que las ilusiones de la nueva reina de la casa se desplomaran. El constante peligro en este lugar era más que evidente, y aquí fue donde Merce, se vuelve a encontrar con la muerte cara a cara una vez más. “Era una finca muy grande, yo les daba comida a los trabajadores, mientras Israel trabajaba, pero yo sentía mucho miedo…” Por ese entonces comenzaron a suceder las constantes masacres en Apartadó, Carepa, Chigorodó, Turbo y otros municipios aledaños a la región. Sin duda, el registro histórico que se puede encontrar acerca de dichas masacres, es innumerable. Grupos al margen de la ley como las FARC, el EPL, Autodefensas y Militancias Bolivarianas,
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ya hacían presencia, pero cada vez fueron aprovechando más terreno, ganando más recursos económicos de las vacunas e impuestos establecidos y generando terror en toda la zona. Una tarde, mientras Mercedes disponía su tiempo para realizar la comida para los trabajadores, a la finca llegaron más o menos 10 hombres, vestidos de militar, con botas de caucho y con fusil en mano “ellos estaban dispuestos a matar a todo el que estuviera en ese lugar”. Al ver a la muerte tan de cerca a Mercedes no le quedó de otra que lanzarse debajo de una mesa agarrar un crucifijo pequeño que guardaba en el bolsillo y comenzar a rezar “tomé esa cruz con tanta fuerza, y recé con tanta devoción para que no nos pasara nada, que eso fue lo que nos salvó a mí, a mi marido y otros 4 o 5 trabajadores que en ese momento se encontraban allí”. El miedo fue tan evidente que aquellos hombres se dispusieron a burlarse, pero al fin y al cabo se marcharon de la finca sin haber cometido crimen alguno. Sin embargo, Mercedes nos cuenta que por la finca más cercana de donde ella vivía, ese mismo día pasaron los mismos hombres y mataron a la familia que cuidaba aquel lugar. “el crucifijo nos salvó la vida a todos nosotros”. Resultaría un poco incrédulo pensar que un objeto religioso como lo es un crucifijo, les salva la vida a las personas, pero Mercedes, depositó en ese objeto una cantidad de experiencias que anteriormente le habían sucedido.
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Más allá de las experiencias e historias que Mercedes y cualquier habitante en Urabá pueda tener, las representaciones van ligadas a esos imaginarios que las personas les otorgan valores, ya que se asocian con la mente y quizás para Mercedes ese crucifijo representa simbólicamente lo que para ella era mejor. Al conocer a Mercedes nos dimos cuenta de su historia de vida, la cual compartió en una tarde mientras caía el sol. Y con un tono tranquilo, con un acento medio caleño y paisa a la vez, nos contó lo que pasó después del episodio en el que vio más de cerca la guerra incoherente que ha marcado Urabá, dejando una huella imborrable en la memoria de las personas que la sufrieron en carne y hueso. Después de ella meditar un par de días sobre su seguridad y su vida, Mercedes decide regresar a Apartadó dejando a Israel, el hombre con el que convivió por mucho tiempo “desde ese entonces me dediqué a trabajar, a bailar, y sobre todo a no involucrarme en relaciones con hombres”. Ella sabía que la libertad con la que siempre había soñado, no dependía de la compañía de un hombre. Nos cuenta jocosamente que siempre le gustó la parranda y el trago, también los amigos y el trabajo. Al cabo de un abrir y cerrar de ojos, como dice el dicho, Mercedes ya no tenía 20 años, ya no era una joven, Mercedes se dio cuenta que estaba
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envejeciendo, envejeciendo tristemente sola. No contaba con un familiar, con una compañía estable, con una amiga como aquella que la aventuró a este lugar y de la que no volvió a saber nada. Mercedes no tuvo otra opción que adaptarse en Urabá y fabricar sus sueños para sí misma. Mercedes nunca tuvo hijos, sin embargo, en el tiempo que tuvo su amante, resultó un embarazo del cual perdió a la criatura “se me desgarró de la matriz por una rabia que me dio, y no volví a quedar preñada” cuenta, mientras reposa en una silla blanca que es más grande que su cuerpo. Ella es una mujer de piel trigueña como caleña, cabello blanco como la nieve tildado por el color de las experiencias, ojos color miel que narran historias sin necesidad de ser dichas con la palabra. Su rostro es surcado como representante de la trascendencia en el tiempo. Mercedes tiene una sonrisa alegre y miles de recuerdos que por suerte aún el Alzhéimer no le roba. Aunque no tuvo una familia que se hiciera cargo de ella durante su vejez, tiene una numerosa cantidad de personas que la quieren, la visitan y no la olvidan, por ejemplo la Notaria actual de la Notaría Única de Apartadó, Estrella Paternina Mendoza, quien es una de las personas que visitan constantemente a Mercedes, ya que trabajó por un tiempo en su casa, donde también tuvo la oportunidad de criar un niño que actualmente tiene 16 años y cursa el grado once de bachillerato.
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Sin embargo, cuando ya los años de Mercedes se vieron consumidos por las arrugas, las enfermedades, las chocheras como lo llaman las mismas abuelas, ésta decidió cambiar nuevamente el rumbo de su vida. Merce vive en la Fundación Casa de los Abuelos Dulce Hogar ubicado en el barrio El Dorado del municipio de Apartadó, Antioquia, en donde comparte vivienda y rutinas diarias con otros 29 ancianos y con doña Luz, dueña y coordinadora de la Fundación. En este espacio un poco rudimentario, inventado por la necesidad, cargado de recuerdos, pasan sus últimos años, meses o quizás días. Las condiciones de la estructura del ancianato no son las indicadas y propicias para que las personas de la tercera edad convivan. Inevitablemente llegar a este lugar nos sacude, porque allá donde están ubicadas, es como si estuviesen en un rincón apartadas y excluidos del mundo. Pasar las horas de todo un día sentado en una silla, donde se cuenta con algunos metros para dar unos pasos, es el límite en el que la vejez pone al ser humano. No hay otra elección, porque la motricidad, la vitalidad y el furor ya se esfumaron en aquellos años atrás. Para algunos fueron años llenos de alegrías infinitas, familias enormes, mientras que para otros los recuerdos deben pesar más que los huesos viejos y desgastados que componen esos seres. Son muy pocos los ancianos de la región que habitan esta fundación, la mayoría son como Mercedes, vinieron de otra parte, pensando que
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acá iban a encontrar el paraíso. Todos y cada uno de ellos tienen historias, pero algo que aún en su vejez los puede condicionar, es el silencio que a través de los años, de la violencia vivida o vista desde lejos les apagó su espíritu. Tal vez es el abandono que sufre esta generación el cual es el detonante para que se lleven huellas estremecedoras en el alma. Hablar con Mercedes y muchos ancianos de allí nos trasladó a un mundo aún inimaginado para nosotras, un mundo que muestra el lado temeroso de la vejez, donde se nos hizo difícil pensar en un futuro. Pensamos en nuestras familias porque naturalmente tratamos de proteger a los más próximos, pero también evocamos a los miles y miles que fueron torturados, desaparecidos, desterrados en medio de un conflicto que aún no tiene nombre, razón o lógica. Mercedes, como tantos ancianos colombianos, es el fiel reflejo que, aunque un proceso de paz sea firmado, no se podrá borrar, devolver el tiempo, ni mucho menos recuperar los años vividos en medio de una guerra que no les correspondió. Al excavar en los recuerdos más profundos de Mercedes, de Martha, de Daniel, de todos y cada uno de los que componen la familia de la Fundación Casa de los Abuelos Dulce Hogar, se obtienen respuestas como si ya no esperaran nada de la vida. Los abuelos que conocimos, conservan miles de historias para ellos, sin embargo, no para
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contar. Un silencio desgarrador se muestra en sus expresiones, donde a través de esta cerradura de acero en sus fachadas no nos dejaron indagar a profundidad en sus historias. Finalizamos esta investigación con un sinsabor entre el pecho y la espalda, teniendo como ingrediente principal que la vida se consume sin preguntar raza, procedencia, causa o efecto. La vida no espera, la vida no da vuelta atrás. Aunque fueron muchos los secretos que estas personas no nos revelaron, resulta gratificante llevarnos como imaginario que muchas de las historias refugiadas terminaron un ciclo vital natural y no alterado por la violencia. Tan solo el hecho de pensar que viven y mueren al lado de sus familias y no abandonados, apartados en lugares donde ni el amor, ni la misma vida los toca, nos arroja como resultado que esa generación de urabaenses adoptados de otras regiones, a pesar de la guerra vivida, resistieron como el cemento. No obstante, resulta doloroso pensar que quizás emigraron y fueron desterrados de Urabá huyendo del conflicto o quizás, murieron en él.
Hollywood siempre se sale con la suya “Mi película favorita es “Perdona si te llamo amor” me decía Daniela Castrillón, joven de 17 años, estudiante de medicina de primer semestre en la Universidad Cooperativa en Medellín, Antioquia. En ese momento me di cuenta que le
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gustaban mucho las películas de género romántico, me dijo que le gustaban porque relataba un amor imposible, un amor de verdad. Ahí pude entender que todo lo que ella hacía, inconscientemente, se relacionaba con eso, las páginas que leía en Facebook, los libros que quería comprar y hasta la ropa que usa. Le pregunté por qué se había visto esa película y me dijo que vio su nombre en la página donde se estaba viendo otras: “Tres metros sobre el cielo” y “Tengo ganas de ti”, películas obviamente de género romántico, esto confirmó más mi deducción, aunque cuando le pregunté qué género de película le gustaba más fue un poco indecisa, dijo que las de terror donde hubiera sangre y por último las románticas. Daniela tiene un estilo único y casual, ama lucir su cabello largo y siente una gran admiración por el cantante canadiense Justin Bieber, hace aproximadamente cuatro años, su canción favorita es de él y al observar su repertorio de canciones del celular, pude ver que sus gustos son muy influenciados por la industria estadounidense. Sus películas y series favoritas de la infancia y las únicas que veía eran las proyectadas por Disney o Nickelodeon, quizás por eso sus gustos por artistas como: Selena Gómez, Miley Cyrus y Demi Lovato, entre otras. No escucha casi géneros locales como el vallenato o champeta, me advirtió cuando le pregunte
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sobre sus preferencias musicales, por eso tiende a escuchar las canciones que reproducen en las películas que ve, le gusta el pop en inglés y el rock suave. Su forma de vestir es muy parecida a las de las niñas que muestran en las páginas que sigue en Facebook, páginas sobre fans de películas que ya mencioné anteriormente o sobre Justin Bieber, usa un estilo muy femenino que expresa su romanticismo y sencillez, le gusta el color azul claro, el rosado y el morado, muy característico de Disney y sus programas. En sus tiempos libres, que no son muchos, dice ella, por su estudio, le gusta ver películas, usa su casa como sala de cine y su computador personal como proyector, es aficionada a las redes sociales virtuales y su teléfono celular la conecta con el mundo las 24 horas. Sale a centros comerciales a comer con su novio o de compras con su familia o amigas. Le gusta estar a la moda, tiene que estar enterada de todo, si aparece una aplicación nueva, la tiene que descargar. Intuí que por su inclinación a estas películas deseaba una historia de amor como la de aquellos cuentos y le pregunté, que aunque ya tiene novio, cómo sería su pareja ideal y entre risas me dijo: que me quiera, me de amor, comprensión y ternura. Confesó que esperaba durar mucho con él y que nunca le fuera a fallar.
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Hollywood ha hecho de las suyas y ha formado los gustos en esta joven desde que era niña, influyendo en sus acciones, compras, gustos y forma de ver el mundo, a diferencia de algunas jóvenes que de pronto no pueden acceder a canales de entretenimiento como Disney o redes informáticas para nutrirse de todas esas tendencias. Quizás no sea culpa de ella que desde niña éste haya sido su único o más popular entretenimiento, el de las películas y series estadounidenses, y que estos hayan formado en ella una clase de gustos y pasatiempos. Para terminar el encuentro nos comimos un delicioso helado y ya en vez de preguntas y respuestas, conversamos sobre nuestras vidas, Daniela siempre ha sido una buena vecina. Parcial de Sociología de la Comunicación. Docente: Alba Lucía Pérez Osorno Comunicación social y periodismo. Universidad de Antioquia - Seccional Urabá
Elbacé Restrepo y su columna: Por Encimita Elba Cecilia Restrepo escribe todos los domingos en el periódico El Colombiano desde abril del 2006, hace nueve años, con su columna de opinión llamada Por Encimita. Entró al periódico por sus propios medios, un día que envió una carta a la directora de ese entonces Ana Mercedes Gómez, proponiéndole publicar una
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columna escrita por una ama de casa y para amas de casa, envió dos, una llamada “Amas de casa, a mucho honor” y la otra, “Las siliconudas”. Su propuesta era escribir su opinión sobre temas cotidianos y no sobre recetas de cocina o trucos de limpieza. Es una mujer emprendedora y muy inteligente, tiene muy claro lo que quiere en la vida, está orgullosa y segura de sí misma, y de lo que hace. Es ama de casa y éste es un factor que la diferencia e influye para que tenga visión distinta hacía muchos aspectos de la vida, sus columnas son muy sencillas y por eso atraen a todo público, desde jóvenes a mayores. Elbacé dice que siempre busca escribir un artículo que refleje su visión y posición de manera muy honesta, siempre tratando de dejar un mensaje positivo a sus lectores y que algún día, a través de sus palabras, pueda ser formadora de opinión. Sus mensajes son directos y sencillos, así sea sobre temas de actualidad o atemporales. Elbacé creció en Cuidad Bolívar y a los diez años de edad se fue a vivir a Medellín con sus padres y sus cinco hermanos para tener más oportunidades educativas y laborales. Siempre quiso estudiar Periodismo y no pudo, pero no por eso se quedó atrás, hizo varios cursos e incluso trato de estudiar otra carrera, Licenciatura en español y Literatura, pero no la terminó porque no era lo que ella quería. Desde joven le ha gustado mucho
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leer y escribir, aspectos que fueron claves para su formación como periodista empírica. Vive con su esposo Giovanny Rúa Vásquez y con sus dos hijos: Ana Sofía, de 23 años, que es Comunicadora Gráfica Publicitaria y se está especializando en Gerencia de Mercadeo y con Juan Pablo, estudiante de Medicina de séptimo semestre. Debe de llevar una vida muy ocupada, porque además de escribir para el periódico, estar pendiente de su familia y tiene una pequeña empresa de tamales a la que le debe dedicar gran parte de su día, al igual que a su columna en El Colombiano. De vez en cuando asiste a charlas en colegios o universidades y va a tres tertulias a las que pertenece. Por estas razones, me imagino que su día o su semana debe ser muy atareada, igualmente debe sacar tiempo para ella y su entretenimiento, porque ahora se encuentra escribiendo un libro de tinte costumbrista y aunque ya tiene uno, titulado “Por Encimita”, una recopilación de sus artículos y su venta fue exitosa, quiere escribir otro y me imagino que muchos más. En su columna, Elba Cecilia, muy pocas veces se centra en temas políticos, casi siempre es sobre educación, costumbres, buenos hábitos, convivencia pacífica y armónica, entre otros. No escribe sobre temas políticos porque dice que ha aprendido una lección de Paul Johnson sobre que un columnista debe evitar escribir lo mismo que todo el mundo está escribiendo, entonces
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dice que se dedica a hacer de su columna un oasis en medio del desierto. Le gusta cambiar porque por fuera de la política hay muchos temas distintos sobre los cuales escribir, temas que dice ella lleven a reflexionar en otros aspectos importantes de la vida, que tengan un mensaje edificante y positivo. Como afirma en una columna que tituló “She is crazy”, se avecinan tiempos difíciles, pero no solo en la política, como todos dicen, sino también en el orden público, la crisis de valores y la descomposición social, temas que también exigen miradas permanentes. Entonces, desde mi perspectiva, eso trata de hacer ella, fijarse en los temas que a todos se les olvidan, como los que menciona en la columna que trató sobre: lo limitados que podemos ser a veces las personas que no tenemos ninguna dificultad, en cambio, los que por alguna razón no están muy bien económica o físicamente, suelen ser más felices que los que aparentemente no pasan ninguna necesidad. Al preguntarle sobre su posición política, afirma ser de filiación conservadora por herencia y convicción, más derecha que izquierda, pero abierta a cambios, a candidatos que logren convencerla con sus propuestas y que por supuesto puedan hacer algo positivo para el país, dice que casi siempre queda decepcionada, pero no puede dejar de votar, es un deber que no puede dejar de ejercer.
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Usualmente, los periódicos tienen unos ideales y unas creencias, El Colombiano siempre ha sido un periódico de convicciones conservadoras, entonces a la respuesta de Elbacé sobre sus filiaciones políticas pude deducir que las opiniones de ella no se ven afectadas por las convicciones del medio de comunicación, porque claramente son las mismas. Con respecto a sus creencias religiosas, pertenece a la iglesia católica, lo dejó en evidencia en una columna llamada La Penúltima cena, donde dice: “Es Jueves Santo, día en que los cristianos conmemoramos la última cena de Jesús y visitamos los monumentos donde se reserva la hostia consagrada en los altares hasta el día siguiente” y en otras partes del texto donde señala lo importante que es la última cena, se deja claro que asiste a la Semana Santa, siendo ésta una celebración católica, así que yo asumo que pertenece a esta comunidad. “Por Encimita”, no se puede afirmar que a nivel nacional tenga un gran impacto, pero a nivel regional sí, pues a finales del año 2014, ocupó el tercer lugar entre los columnistas más leídos en Antioquía, según la encuesta de la firma Cifras & Conceptos, y en el 2010 fue elegida como uno de los veinte personajes más influyentes de Antioquia por el programa radial Así va Antioquia, de los periodistas Javier Velásquez Yepes y Juan Carlos Velásquez Estrada.
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Es una columna muy buena, no da pereza leerla. Me gusta porque ofrece temas de la vida cotidiana que pocas veces escriben otros periodistas, me parece llamativa por el hecho de que no se centra en la política, por eso me identifico con ella, porque ¿para qué escribir otra vez sobre política, si ya todos están escribiendo sobre ella? Elbacé tiene columnas que hablan sobre: el amor propio, el abandono para los condenados en las cárceles, el amor, la paz, la venganza, el suicidio (este suele ser uno de los grandes problemas en la actualidad), la importancia de la educación, el desempleo o el empleo informal, cívica y urbanidad diaria, y en las fechas importantes como navidad, dio un mensaje motivando a dar un paso al cambio positivo de la sociedad. Podría seguir diciendo temas, pero ha escrito cuatrocientos y pico de artículos en nueve años, se me hace imposible mencionarlos todos. Así pues, sacando conclusiones por mi cuenta, creo que su afinidad con estos temas de trascendencia social es debido a que aún tiene esperanzas en que va haber un cambio en la sociedad, van a existir mejores dirigentes, va a mejorar la educación, entre otros. Insita a que las personas se pongan la mano en el corazón y se pregunten ¿estoy actuando bien? ¿estoy aportando algo bueno al mundo? ¿soy una buena persona? ¿respeto a los demás? ¿cumplo las normas? y una infinidad de preguntas que debemos hacernos
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para dar el paso al cambio, para un mejor país, para desterrar por fin la injusticia y la violencia, entre otros problemas sociales. Pero independientemente de que esta sea la causa o no, su columna merece un reconocimiento por ser provechosa y útil, aparte de ser tan entretenida. Por esta y todas las razones expuestas en este escrito, espero siempre el fin de semana para leer y a través de su columna y llevarme para mi vida una lección positiva de ella. Trabajo para el Docente Alejandro Gómez Jaramillo, Universidad de Antioquia Facultad de comunicaciones Comunicación social-periodismo. Apartadó. 2015
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Y Camila voló “Para Entonces” Del poeta mexicano Manuel Gutiérrez Nájera Quiero morir cuando decline el día, en alta mar y con la cara al cielo; donde parezca un sueño la agonía, y el alma, un ave que remonta vuelo. No escuchar en los últimos instantes, ya con el cielo y con el mar a solas, más voces ni plegarias sollozantes que el majestuoso tumbo de las olas. Morir cuando la luz triste retira sus aúreas redes de la onda verde, y ser como ese sol que lento expira: algo muy luminoso que se pierde. Morir, y joven: antes que destruya el tiempo aleve la gentil corona; cuando la vida dice “aún soy tuya” aunque sepamos bien que nos traiciona.!
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Se dan especiales coincidencias con lo que el poeta anhela para su muerte con la vida y la muerte de Camila. Por eso su familia lo utilizó como reflexión cuando se entregaron sus cenizas al mar. A ese mar que ella tanto disfrutó en una región que tanto quiso. Pocos días ante había escrito lo siguiente: “Mientras miro el mar, se despeluca mi cabello con la brisa y espero el atardecer, pienso en lo hermosa que es mi región de Urabá, agradezco a mis padres y a la vida por traerme a vivir en un lugar como este”.
La partida de Camila dejó tristeza, desolación, incredulidad, interrogantes y llanto, mucho llanto… Cuando se celebraron las exequias de Camila hubo una tristeza silenciosa que presumía fortaleza a pesar de que algo interior se rompía. Se notaba el esfuerzo de todos los asistentes por impedir que el llanto brotara. Los padres de Camila daban el ejemplo, con estoicismo admirable despedían a su hija, a su mayor orgullo, a casi que su razón para vivir. Pero luego familiares y amigos tradujeron su tristeza en escritos que son evidencia perdurable de lo que significó la existencia de Camila. Y por eso estos mensajes se incluyen en dos de los capítulos de este libro: • En éste capítulo se presentan los escritos de familiares y compañeros de la Universidad. • El siguiente será para los amigos de infancia y bachillerato.
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Despedida de Camila en el mar Por su prima Natalia Delgado Vélez
Creo que muchas personas hemos querido que algún día lo que quede de nuestra existencia física llegue a los lugares que más quisimos y que más felicidad nos dieron... Cami amó el mar, su mar, no pudo haber mejor lugar para que lo que aún teníamos por presencia física de ella, continuara fluyendo en el espacio y el tiempo... Al ver éstas imágenes, aunque con tristeza, es hermoso ver cómo el oleaje del mar va fluyendo, siguiendo su curso y lo que Cami representó físicamente pasará a ser esencia y parte de otras vidas, de otros ciclos, del constante fluir que es la vida... Alguna vez leía que “solo los océanos son eternos”, porque las demás formaciones de la Tierra siempre estarán en transformación constante en el transcurso de los tiempos y aunque en ese entonces ese ítem me parecía muy interesante desde el punto de vista geológico, hoy retoma un nuevo sentido para mí, porque hoy la esencia de Cami ha quedado fluyendo y en movimiento por la eternidad e inmensidad de los océanos. Mientras tanto, su esencia espiritual nos estará acompañando desde arriba como el mejor ángel de todos. Fluye Cami, ya no hay límites ni molestias físicas, desde hoy serás eternidad y movimiento...
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Mi “Lucesita” Javier Ballesteros Campillo. Novio de Camila
Camila, un nombre corto para un amor muy grande. Aunque me demoré para conquistarte, logré entrar en tu corazón y quedarme allí para siempre. Aún me parece verte a mi lado y vuelvo a imaginar tu cara, tu mirada. Te convertiste en mi “Lucesita” iluminando mi vida y mi camino. Conservo en mi corazón como un tesoro, todos los momentos compartidos…. las salidas a comer, las películas, las caminadas abrazados o tomados de la mano. A tu lado aprendí miles de cosas: disfrutar de una tarde de sol o una salida de la luna al pie del mar que tanto amaste. Aprendí a ver el mundo a través de tus ojos y tu sonrisa. Éramos muy distintos, pero nos complementábamos. Tu partida fue rápida e inesperada; en el cielo no querían privarse de tu alma generosa y de tu alegría. Por eso cada noche me quedo con las ganas de seguirte admirando y me asomo a cualquier ventana para verte en tu nuevo hogar: el cielo. Aunque te hayas ido para siempre, será muy difícil llenar el vacío que dejaste en mí. Aunque me duele mucho tu partida, sé que la vida continua. Te doy las gracias por haberme hecho tan feliz y espero que te hayas convertido en un ángel para que me protejas desde el cielo y sigas siendo desde allí mi “Lucesita”. Te amaré y te recordaré durante toda mi vida “Lucesita”.
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Añoranzas de los compañeros de Universidad Los dos semestres que Camila cursó en la Universidad de Antioquia, Sede de Apartado fueron suficientes para impresionar con su personalidad, dejar la imagen de estudiante destacada y hacer amistades que, aunque recientes, eran afectuosas y sinceras. El periódico de La Urbe, Periodismo Universitario para la Ciudad, informó y lamentó la muerte de Camila y abrió el espacio para que sus compañeros le hicieran homenajes escritos. A continuación, se transcribe dicha publicación, que se puede consultar por internet en “De la urbe udea camila cárdenas velez” que además trae otros artículos relacionados. “Hasta siempre Camila” La muerte llega sin avisar y nos deja hablándole a quien queremos que nos escuche. Hoy, un poco tarde ya, sabemos lo que vale Camila para nosotros. Hoy se lo decimos queriendo que nos oiga, queriendo que todo sea un sueño, una broma. Cami habitará en nuestra mente, allí será eterna; mientras la sigamos recordando, nunca se irá. Te pedimos perdón por esperar a tu partida para hacerte un homenaje. Sería tan grato verte leer estas palabras que te escribimos. Buen viaje Cami, recordada Cami, eterna Cami… Buen viaje, mariposa…
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Camila Cárdenas, un nombre y un apellido que, para nosotros, dibujan la imagen de una mujer dulce, humilde, tímida y sonriente. Hoy toda tu familia, tus amigos, tus compañeros chocamos con la noticia de que te has ido. Hoy todos sentimos ese peso de tu ausencia, sentimos ese estremecimiento; sentimos ese no saber asimilar que alguien tan lleno de vida se haya ido a un lugar del que no se puede volver. Hoy a todos nos brotan lágrimas, lágrimas que salen por los ojos, fluyen por la mente y se transforman en palabras de adiós y en recuerdos de los que Camila es la semilla. Por eso decidimos, varios de sus amigos más cercanos y otros un poco más lejanos, hacerle un pequeño homenaje”
Sergio Alejandro Ruiz Pérez Tímida mariposa, dulce y vital ¿a dónde vas y por qué? Tu ausencia pesa sobre nosotros, y mucho. Ayer sonreías y hoy, mariposa, resulta que no estás. Y uno tembloroso y estupefacto no entiende y, de repente, como una lágrima expulsada, salen letras y palabras; salen preguntas sueltas hacia ti, mariposa. Preguntas que, quizás, estés respondiendo. Pero nosotros ya no podemos escucharte. Quiero creer que vos a nosotros sí. Por eso te mandamos un abrazo y un te queremos. De todas formas –y es mi auto consuelo- allá en el cielo serás lo que fuiste acá, un ángel. Tímida mariposa, hoy sí que volaste lejos.
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Carlos Alberto Vanegas Bueno Vecino de Camila. Cuando conoció el anterior escrito, con su habilidad de dibujante, representó a Camila transformándose en mariposa. Esta ilustración se utilizó como la imagen para la marcha y aparece en la contraportada del libro.
Jenifer Andrea Henao Osorio Siempre las partidas y las despedidas son duras, unas más que otras, algunas momentáneas, pasajeras, otras, en cambio, parecen eternas. Cuando la vimos por primera vez su belleza nos dejó perplejas ¡qué niña tan linda! Con el pasar del tiempo, adentrándonos más en su vida, nos dimos cuenta que era algo más que cuerpo, cabello y mirada bonita. Tenía un toque de dulzura que envuelve en una pasividad agradable. Hoy ya no está en cuerpo, hoy ya es solo recuerdos, pero de esos recuerdos que nunca quieres borrar de tu mente, de esas personas con toque angelical que por siempre llevarás presente.
Mario López Correa Hoy te conviertes en un suspiro y tu sonrisa viaja a través del tiempo como viento que acaricia a las almas desconsoladas de tus familiares, amigos y compañeros que lloran tu partida. A pesar de que no compartimos contigo, nos alegra haberte conocido. La muerte es el principio de la vida, te has convertido en una estrella que ilumina desde lo más alto a las personas que siempre
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quisiste. Hoy, desde la tierra, quiero desearte lo mejor donde sea que te encuentres. Hoy haces parte del infinito, como siempre harás parte de las personas que te quieren.
Bertha Durango Benitez Trato de repasar los instantes que estuve cerca de ti, no fueron muchos, pero bastaron para conocer tu esencia, tu candidez. Eras tan dulce, cada “hola” lo iluminabas con los destellos de tu sonrisa. Hoy, igual que el cielo gris, todos estamos tristes, hemos llorado y muchos aún no salimos del asombro. Ya no te podremos tocar, ni verte caminar por los pasillos de la universidad. Pero ¿sabes algo? No vas a morir, no en nuestros recuerdos, no en nuestros corazones, siempre estarás presente, en cada brisa, en cada hoja de un árbol, en cada rayito de luz. Hablaremos de ti y, sobre todo, estaremos felices de haber tenido el infinito placer de haberte conocido.
Ana María Muñoz Ramos Camila, tu proceso de transición apenas comienza, tu camino por esta senda fue tan corto que apenas lo pudimos sentir, entendemos tu partida como un nuevo comienzo para ti, en el gozarás y reirás eternamente. Nos acompañas ahora en toda la libertad de tu ser, distante, pero nunca estarás ausente, como aquella estrella que nos ilumina desde lejos.
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Lina María Arias Hernández Cami, la primera persona con quien hablé y recién conociéndonos me ayudó. Lo recuerdo como si hubiese sido ayer: sus risas, sus enojos, su forma de hablar, la manera de expresarse. Camila llegó a ser un mundo de emociones indescriptibles. Su alegría contagió en poco tiempo a todos alrededor durante este corto tiempo. Palabras como holi, oki, bueni o bobis hacían florecer su ternura, como si de un dulce juego se tratase. La vida te llenó de dulzura, valentía y carisma. Ella, una niña con carácter y fortaleza de mujer. ¡Ay dulce niña!, hoy tu rostro angelical será parte de todos los ángeles que partieron. No compartimos mucho, pero sí lo suficiente para que quedes en los corazones de quienes te conocimos, la tierra hoy llora tu partida, pero el cielo celebra tu llegada. Para ti esta frase: “cuando muere una flor, se marchita de pena un jardín”
María Angélica Cardona Gómez Una tarde llegué a mi casa con Aura, Dayana y Camila, sí esa misma que hoy se me lleva el alma entera. Conversamos un rato y al cabo de unos minutos mis dotes de fotógrafa salieron a flor de piel. Con esa sonrisa y a su vez esa indecisión tan de ella, me dijo: “Sí, espera me organizo”. Sacó de su cosmetiquita rubor, polvo y labial, se paró frente al espejo, se peinó su larga y mona cabellera, me miró y me dijo mirándome a los ojos: “Listo”.
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Parecía una niña pequeña, para ese entonces no había comenzado con el curso de fotografía y ella se sentía toda una estrella frente al lente de mi cámara. Un par de fotos fueron disparadas, su risa demostraba que se sonrojaba un poco, sin embargo, ella tenía la actitud, la simetría, la calidez y la personalidad para ser capturada en una foto, incluso para instaurarse en el corazón, como lo hizo en el mío. Luego de unos minutos, salieron un par de fotos que a ella le encantaron, más tarde las publicó porque se sentía feliz. Es que se puede palpar la alegría en su sonrisa. Sus ojos estallaban de amor por el viejo Javi, no dudaba en dar salticos de felicidad cada vez que me hablaba de él, realmente lo amaba y tuvo la dicha de enamorarse desde los pies hasta el alma con sus pocos años. Es que a pesar de todas las adversidades familiares y las estresadas en la universidad, Camila, mi Cami, era feliz, tenía sueños bien fabricados. Su base principal eran sus padres y temerosa de la muerte me decía con los ojos encharcados “donde mis papas se mueran yo me quedo sola, qué miedo”. Esa misma doncella que posó para mí, se derrumbaba cuando alguien la miraba mal, ella era tan delicada como una flor y sincera como lo fue conmigo. De sus ojos brotaban un par de lágrimas cada vez que sentía que no podía hacer las cosas, luego me decía “no voy a ser capaz”, pero cuando lo decía era porque prendía motores y lograba traspasar todas las fronteras impuestas
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por los trabajos, lograba ganarle al miedo y en medio de un montón de preguntas se superaba a sí misma. Mejor dicho, el universo a su alrededor suspiraba armonía, paz y amor cada vez que ella estaba presente. Explicar lo que hoy siente mi corazón sería un completo desafío, solo sé que Camila llegó a mi vida para enseñarme lo valiosa que es una amistad, una amistad verdadera, sin tapujos ni traiciones. Hoy cuando me desperté, irónicamente mi celular estaba cargado de una terrible noticia, la partida de Milin. No creía en lo absurdo que sonaba, pues perfectamente Camila tenía toda una vida por vivir. Aunque siguen pasando las horas intento despertarme de este sueño, pues eso creo, que es un sueño, y mañana cuando despierte te voy a escribir “tuve un sueño terrible, dime que estás ahí”. Cierro mis ojos y recuerdo el último día en el que te abracé y te dije “felices vacaciones”, Milin, pero te tomaste muy allá esas vacaciones… no regresarás. Es muy dura tu partida, todos te extrañaremos, todos te pensaremos, todos te reviviremos una y otra vez, todos los días a cada segundo. Buen viaje eterna amiga de mi alma…
Árbol y Jardín Camila El 18 de diciembre del 2015, al tiempo que se realizaban las exequias de Camila en Medellín, sus compañeros la Universidad de Antioquia, sembraron un árbol en la sede de Apartadó
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Nora Lucía David Manco Estudiante de Sicología de la Universidad de Antioquia explica las razones para sembrar el árbol en recuerdo de Camila. “Se siembra un árbol que representa vida, alegría, paz, ternura y amor, todas estas cualidades son las que recordaremos de ti Camila Cárdenas Vélez, ángel hermoso que levantaste vuelo al firmamento dejando esta vida material, Dios le brinde fuerza a todos tus seres queridos para seguir avanzando con tu ausencia....hoy tu nos enseñanzas que no se necesitan muchos años para dejar huella porque con tan poquito tiempo dejas hermosos recuerdos en cada vida que tocaste, hasta siempre niña !preguntona!...”
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Lina María Larrotta Flórez En el boletín informativo de Comunicaciones, Seccional Urabá, edición N° 08 de febrero del 2016 ya habla de “Jardín Camila”, y expresa lo siguiente: “Hay personas que piensan que hay un cielo y un infierno, los buenos para el cielo y los malos para el infierno, pero a mí me gusta pensar que todas las personas merecemos un cielo”. Fragmento de “Un lugar mejor de lo que imaginamos” por Camila Cárdenas Vélez. Camila Cárdenas Vélez, fue una estudiante del programa de Comunicación Social de nuestra seccional Urabá, quién será recordada por toda la Comunidad Universitaria por tener una capacidad de liderazgo enorme. Para sus compañeros y amigos, enterarse de la partida de Camila fue un duro golpe, la tristeza y las lágrimas fueron inevitables. Sin embargo, en un acto simbólico de amor, estudiantes cercanos a Camila sembraron una idea en la sede que fuere su segundo hogar, decidieron sembrar un árbol en su nombre, árbol que el día de hoy permanece en las instalaciones de la sede Apartadó. Pero, ¿por qué un árbol?, sus compañeros señalan dos razones esenciales, en primer lugar, porque hay que demostrar que la vida continúa y lo que aportó Camila puede crecer; segundo, será un lugar para recordar a Camila como era, ella era vida.
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El objetivo de quienes amaron a Camila Cárdenas es lograr erigir un espacio por los estudiantes, recordando lo que representaba ella para todos, creando un lugar donde se pueda construir tejido, donde la gente pueda conversar, dialogar, porque Camila generaba eso, paz.
Juan Arturo Gómez Tobón Estudiante de Comunicación social, señaló que lo bonito de este proyecto es que se llevaría a cabo en la sede de Apartadó donde se sembró el árbol, allí se situarían unas bancas y muchas flores, estas bancas se ubicarían de tal forma que las personas permanezcan confrontadas para que el mismo espacio genere diálogo. La idea nace de los estudiantes del programa de Comunicación Social, y se pretende presentar el proyecto al Consejo Directivo de la Universidad para que se instaure ese espacio y sea nombrado “Jardín Camila”. El último proyecto llevado a cabo por Camila consistió en dar a conocer las voces de los ancianos sobre la guerra en Colombia. Sus compañeros relatan que tenía mucho nerviosismo en la presentación, era nerviosa para hacer frente, pero venció el miedo y su trabajo fue reconocido. (Este trabajo está publicado en la página 108) “Camila era una catarata, como una catarata del Niágara o el salto del Tilupo, era fuerza, pero a la vez era tranquilidad. Camila siempre mantenía
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una sonrisa en los labios, siempre fue ese lugar donde los otros se refugiaban, donde podían soltar sus cargas, temores y estar tranquilos, eso era lo que uno percibía” relató Juan Arturo Gómez Tobón. Camila se consideraba Antioqueña, pero ante todo de Urabá, ella adoraba esta región y adoraba la gente que la habitaba, por eso y mucho más, permanecerá en los corazones de toda la familia UdeA. “Mientras miro el mar, se despeluca mi cabello con la brisa y espero el atardecer, pienso en lo hermosa que es mi región de Urabá, agradezco a mis padres y la vida por traerme a vivir en un lugar como este”. Así escribió Camila Cárdenas Vélez (1997 – 2015)
Sebastián Puerta Ortiz Se fue parte del futuro de nuestra región Se fue la juventud sin alguna consideración Se fue una estrofa de esta canción llamada vida Se fue un dibujo en el paisaje, pero dejó la antorcha encendida Dejó un mensaje, para todos los que nos quedamos Dejó el deseo de aprovechar cada instante con los que amamos Dejó las letras en el papel y en este sitio donde estamos ha dejado su vivo recuerdo, para todos los que la extrañamos
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“este árbol será el símbolo de todos tus sueños y nuestro motor para seguir adelante” Camila Cárdenas Vélez, te extrañaremos.
Jhoselín Astrid Guerrero Moreno Camila. No sabes lo mucho que te voy a extrañar, con tu dulzura robaste mi corazón, hoy me parece increíble que ya no estés, que ya no me acompañes cuando me quede sola, tú eras la única que me escuchaba sin pedirlo cuando por mis ojos corrían lágrimas; pero hoy mis lágrimas y tristezas son por ti, por tu partida tan repentina, por no haberme podido despedir de ti y decirte la maravillosa persona que eras, lo buena amiga que te habías convertido para mí. Siempre te voy a llevar en mi corazón y nunca saldrá de mí tu recuerdo, esa sonrisa encantadora.
Marce Arango Durango La dulzura de una sonrisa, la fragilidad de la vida, la eternidad de un momento vuelto fuego. Tú, hermoso fénix, te vas pero al igual que tu majestuosa naturaleza renaces más bella, vuelta memoria invulnerable, ser eterno incorruptible, bañado de ternura inefable. Renaces cada mañana en los ojos de quienes te recuerdan, en el alma de quienes pudieron llevarse de ti tu hermosa mirada tatuada. Renaces con los envidiables colores de aquello que este mundo no podrá dañar, porque la bondad que
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dejas y permites que hoy todos se envuelvan en ella, es tu legado Cami, tu herencia es amor, unión; es reconocer lo fugaz que es la vida, pero lo eterno que se puede volver lo que hacemos con ella. Tocaste corazones de una forma sutil y para siempre con tu abrigador fuego, pequeño fénix.
Yenlid Julieth Flórez Caraballo Compañera de la Universidad con quien Camila hacia el viaje a clases desde Turbo a Apartadó.
No puedo negar que la ausencia me hace caer en llanto cuando recuerdo la inmensa compañía que tenía a mi lado, no diré que el vacío no se siente, es muy fuerte y cada vez tiendo a notarlo más. Ella en once meses invadió mi corazón, dejando a su paso risas, bailes, gestos inolvidables, palabras como oki, bueni, obvi, holi. Ella, aquella chica bondadosa, humilde, sincera, inteligente y mi amiga, hoy no está físicamente, pero sigo llevándola presente cada día y más en esos días que estoy en la universidad y su silla sigue vacía. Ella no fue, ella sigue siendo, sigue ahí, viva para aquellos que no aceptamos su partida y los mismos que la seguimos queriendo. Mi compañera de viaje, de rutina, de lugar. Primer día sin Camila a mi lado. Ando sobre ruedas, sobre unas gastadas que se aquejan con su repetido y molesto ruido, los asientos están tristes, es casi que una competencia, cuál está más melancólico al no tenerla a bordo. La buseta o yo.
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Estas dos sillas ya no conversan, no hacen ruido, ya no hablan de la posibilidad de llegar tarde a clases a causa de las repetidas paradas, no se preguntan sobre el rumbo de la nueva carretera. Simplemente están muertas silenciosamente. Ahora todo es distinto, el pasillo, las ventanas, las escalas. Todo me recuerda lo sola que estoy, ya las busetas no son tan atractivas, los viajes no son alegres y el camino es solo un recuerdo. Ella no está y yo viajo con su ausencia, esa que me guía para cumplir con más fuerza este propósito y sueño dividido en dos: comunicadoras sociales y periodistas. Siempre en mi corazón Camila, tu partida física ha marcado mi vida.
Aura María Estrada Galeano Un poquito más. Aún recuerdo ese instante cuando en un mundo desconocido cruzamos sonrisas, compartimos palabras, coincidimos en el tiempo. Mi mundo le abrió las puertas a un ser que llegó llenito de armonía, de luz, de preguntas, de magia... Y poco a poco fui haciendo parte del suyo. Una guapa carismática que a diario conquistaba el mundo con una radiante sonrisa, una niña dulce que le coqueteaba a la vida y endulzaba los momentos y una amiga que estuvo dispuesta a que la felicidad se pudiera palpar. Faltó mucho más tiempo para seguir haciendo trabajos, para reír y compartir en la mesita de almuerzo, para seguir viendo los reinados de
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belleza y debatir por las favoritas, mucho más tiempo para pagarle los mil pesos de los pasajes, para ir a cine, para hacer piyamadas y sobre todo un tiempo infinito para seguir con su presencia, para verla tocar las estrellas al realizar sus sueños, mucho más tiempo para amar, gozar, besar a la vida, bailar, disfrutar... Vivir. Pero nuestra existencia a veces es tan inexplicable que nos deja mudos, vacíos y siempre añorando un poquito más. Y ahora, entre recuerdos y tristezas seguimos con la ilusión de que allá arriba hay un ángel que nos sigue acompañando y nos sonríe a diario, una luz que está en cada uno de nosotros y que perdurará en el lugar donde nació esta gran amistad... En el corazón.
Daniela Torres Pérez A las dos de la mañana del 18 de diciembre de 2015 me dieron una de las noticias más difíciles y dolorosas en toda mi vida. Camila, mi amiga y compañera de la universidad había fallecido. En ese momento quedé completamente en shock y no sabía qué hacer; me quedé sentada en la cama tratando de entender lo que me habían dicho. De verdad que es muy duro que a esa hora entre una llamada que te dé esa trágica noticia. Yo no lo creía y, pues obvio, jamás en mi cabeza estaba que mi Camila hermosa se fuera de este mundo tan pronto. Lo más difícil de todo fue verla ahí, quieta, sin su sonrisa que la caracterizaba y sin poder ver sus ojos brillantes que te hacían sentir bien.
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Camila, para mí es y seguirá siendo ese angelito que tengo en el cielo y el que me impulsa a ser una gran comunicadora social y periodista. Nunca olvidaré sus saludos y las veces que estuvimos juntas, los momentos que reíamos sin parar y en los que pude ver las tristezas y preocupaciones que llevaba por dentro y que la hacían ella: esa chica sensible y amorosa. Te quiero mi Camila y siempre vas a estar en mi corazón, dulce mariposa. Espero que vueles siempre feliz y muy alto.
Karen Katherine Vinasco Jiménez. En mi corta existencia he tenido la oportunidad de conocer infinidad de personas, cada una tan distinta de la otra y con tanto por ofrecer, que a veces el existir les queda corto para resumir quienes son. Camila fue una de ellas: extraordinaria, sensible, humana, incondicional y sobre todo con inmensa ternura. Tal era, que bastaba con solo verla pasear con su lonchera en los pasillos de la U para contagiarse de ella. “La niña del pequeño taller”, como solía decirle, era en todo su esplendor, una figura poco usual en este mundo en el que aún y no sé por qué, nosotros frecuentamos. A veces pienso que fue tan impecable e inocente su existir, que sin duda alguna no pertenecía a aquí y, otras, que a lo mejor sí, pero son por razones desconocidas, una constante que precisamente aquellos que piensan distinto, se pierden en medio de esa lucha llamada “vida”.
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Recuerdo tantas cosas de ella… ¡Y cómo no! sí esa niña era una calidad inmensa, podías decir lo que fuese y jamás por mucho que te esforzaras lograbas sembrar rencor en ella. A veces me pregunto si ganaba algo con ser tan bella persona, con ser tan especial, con ser incondicional incluso con quienes apenas cruzaba dos o tres palabras. Son muchas las cosas que diariamente me pasan por la cabeza al recordar a “Mila”, y confieso, ninguna de ellas sin la compañía de una lágrima o por lo menos un desgarrador vacío en el alma. Los chistes, los dichos, los gestos, las sonrisas, las maldades, sus historias en casa, las anécdotas con su mejor amiga, todo, absolutamente todo la construyeron tal como era; grande, íntegra, arrolladora, e inigualable... Hasta pronto Camila…
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Añoranzas de familia Por Inés Elvira Vélez Restrepo. Tía de Camila
Camila, fuiste la última sobrina, la más pequeña de la familia Vélez Restrepo. Naciste el 2 de Julio de 1997, a los 9 meses de haber muerto tu abuela Jesusita (24-09-1996), por eso el padre Luis Carlos Ángel, quien te bautizó y era muy allegado a la familia, no dudó en llamarte el “milagro de Jesusita”, teniendo en cuenta que tus papás llevaban 7 años de casados y no habían tenido familia hasta ese momento. Cuando nos enteramos por tu mamá de que ibas a nacer, te escribí este mensaje en nombre de la familia, no sabría explicarte el porqué de esas palabras tan premonitorias. Durante los 18 años que nos acompañaste, nunca me cuestioné el contenido de la carta, hasta se me olvidó lo que te había escrito, pero cuando te fuiste, el mensaje lo saca a relucir tu mamá y me llama la atención su contenido:
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Camila. Estamos felices esperándote. Deseamos que vengas a formar parte de nuestra familia, porque eres muy importante para nosotros. Nos sentimos felices de que seas una niña y amamos lo único y especial que hay en ti. La familia ya no será lo mismo cuando tú vengas porque tendremos más amor para darte, para ayudarte a crecer y llegues a ser tu misma. No tienes que ser como nosotros, tú vienes con una misión especial de aprender o de enseñar y nosotros queremos compartir contigo tu experiencia de vivir. Gracias por escoger nuestra familia para hacer parte de ella. Nos bendices al venir. Te amamos.
Cuando llegaste a nosotros ya Diego Luis, nuestro hermano, tenía 3 años y medio de haber sufrido el aneurisma cerebral, ustedes dos tuvieron siempre una relación muy linda, no lo conociste caminando y sin embargo encontramos una cartica que le enviaste cuando tenías ocho años, en la cual le pedías a Dios que Diego pudiera caminar algún día (ver página 27). Diego Luis se autonombró padrino tuyo, a pesar de que los oficiales éramos Gabriel Fernando y yo, por eso él participó de tu bautizo. En sus memorias Diego Luis se refirió mucho a ti, te hablaba de mamá y se lamentaba de que no la
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hubieras podido conocer y disfrutar de su afecto y comprensión. Creo que la conociste a través de Diego. En tus visitas anuales a la casa compartías mucho con él; te voy a contar algo que me pareció muy significativo, él despidió en paz a los seres queridos que se iban, pero con tu muerte le vi lágrimas en los ojos y me dijo: “me agarró la nostalgia”. Hay una anécdota de los primeros días después de tu partida, hacíamos encuentros familiares para recordarte y rezar por ti, era una especie de novena diferente que queríamos hacer en tu nombre. En uno de esos encuentros nos acompañó Lina Marcela, la niña invidente que te cantó muy lindo: “No se han ido del todo, aún podemos su risa evocar, su carácter y su bondad, no se han ido del todo.” Diego Luis en su estilo repetía elevando la voz: “No se han ido del todo”. Te puedes imaginar la reacción de los presentes, pidiéndole a Diego que no interrumpiera el canto, pero él seguía feliz introduciendo el desorden, actitudes que tú le celebrabas siempre. A propósito, me llamó la atención lo que me dijo Javier, tu novio: “Yo no entendía por qué Camila se reía siempre que estaba al lado de Diego, pero ahora si la entiendo, a mí me está pasando lo mismo, soy muerto de la risa con todo lo que dice”. ¿Cómo te parece la capacidad que tenía Diego Luis para llegar a la gente y contagiar su alegría?
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Camila, te vimos crecer, fuiste nuestra niña, era tanto el cariño y la preocupación que teníamos por ti, que hay un bambuco de Pedro J. Ramos, compositor tolimense, que te lo dedicamos siempre a ti, se llama “Ojalá no crecieras”. No recuerdo si fue Diego, Azucena o mi persona quien te hizo la dedicatoria, pero siempre que la escuchábamos decíamos: “esa es la canción para Camila”.
Ojalá No Crecieras Que poquito hace te arrullé en mis brazos cuando iluminaste aquel amanecer, con el primer grito que anegó tus ojos y le dio a mi vida la razón de ser. No sabías entonces que ese tierno llanto es solo el primero y el menos amargo de los que la vida nos hace verter. Cuanto diera, porque no crecieras porque fuera eterna tu dulce niñez porque la sonrisa que hoy tienen tus labios nunca conociera tantos desengaños que saben a hiel. Cuanto diera, porque no crecieras por verte así siempre con tu candidez porque la esperanza que brilla en tu vida durara por siempre y nunca supieras como es la vejez. Eso queríamos para ti, que no sufrieras, que fuera eterna tu dulce niñez, que la esperanza que brille en tu vida durara por siempre y nunca
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supieras como es la vejez. Tú lo viniste a saber en la última visita que nos hiciste tres meses antes de tu muerte, recuerdo que te dije que la escucharas y te llamó la atención esa dedicatoria, según me cuenta tu mamá. Un recuerdo muy lindo que tengo de tu última visita, estabas durmiendo en el primer piso y yo estaba con Diego en el segundo, una noche llegaste a la pieza y te me paraste al frente, diciéndome: “Inés, Diego hace rato te está llamando”. Te vi tan linda, tan solícita con Diego, me dio algo de vergüenza por mi sueño profundo, que no escuchaba el llamado de Diego y por eso cuando te fuiste para la Eternidad te nombré mi auxiliar en la atención a Diego, te encargué de llamarme para poderlo atender a él más oportunamente. Estoy segura que cumpliste bien el encargo, pero al mes y medio de tu viaje a quien llamaron fue a Diego, no sabemos si tu tuviste intervención en este llamado, pero de lo que sí estamos seguros es que lo acompañaste en su último viaje porque se cumplió lo que querías desde niña, verlo caminar y caminó hacia la Eternidad. Tu proceso de enfermedad y muerte fue demasiado rápido, a ti también te estaban llamando urgentemente, recuerdo que tu mamá unas dos horas antes de tu partida te puso la bocina del teléfono para que yo te hablara. Me dijo: “Inés, Camila está muy enferma, dile algo, ella no puede hablar, pero te escucha”. No sabía que decirte, se
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me ocurrió pedirte que visualizaras a Jesús en la Cruz derramando sobre ti sus bendiciones y su amor, que te metieras en esa luz de Cristo y te dejaras guiar por ella. Eso fue lo que yo también hice en ese momento, le pedí con todo mi corazón a Dios que te bañara con su luz y te diera todo el amor, el consuelo y la fuerza que tú, Silvia y Eliécer necesitaban. No solamente ustedes, todos necesitábamos esa ayuda espiritual, recuerdo que Azucena no podía creer que te estuvieras muriendo, no puede ser posible, me decía, pero lo fue. Esos designios divinos a veces no los entendemos los humanos, pero dicen los que saben, que están en orden. Simplemente estabas obedeciendo el plan divino de tu vida para tu alma. La realidad de tu muerte no fue fácil de aceptar, tu mamá, tu papá, Javier tu novio, tus compañeros, todos tus amigos, los vecinos, la familia entera y hasta las personas que no te conocían quedamos impactados. Como tú misma escribiste en un trabajo de la Universidad: “Entender la muerte de un joven siempre será difícil ¡y con razón”. Camila, me llamó mucho la atención lo que escribiste sobre la muerte, “la única situación definitiva y segura que tenemos en la vida, un lugar mejor de lo que imaginamos”. Esa comprensión que tenías de la muerte, te debe haber ayudado a aceptarla en tu momento, con razón
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Marta Lucía y tu mamá quedaron admiradas de tu valentía, decían: ¡”qué guapa Camila, fue capaz de morirse”!. En tu corta vida tuviste relación con la muerte de seres muy cercanos a tus afectos, que lograron enriquecer tu comprensión de esa realidad, despediste a tu tía María Eugenia que se creía tu abuela, era feliz contigo, tu mamá te trajo a la despedida de ella, fuiste la única niña que asistió a su entierro, tenías 5 años y por varios días nos decías que la seguías viendo muy cerca de ti. Las tías abuelas Lucía y Teresa, tenías con ellas una diferencia de edad como de 80 años, pero te ganaste su cariño y les alegraste con tu presencia y tu forma de ser los últimos días de su existencia. Tus tíos políticos Julio César Montoya, el cual debe estar gozando con tus capacidades de escritora, él que nos dejó este legado de dejar constancia escrita de estas vivencias y Darío Posada el que viste en tu sueño y que a pesar de sus 80 años querías tener por un rato más en tu vida, quizás para terminar las largas conversaciones que tenías con él en la finca de Concordia. Hasta que te tocó a ti, y como dices en tu escrito, se acercó tanto la muerte, que lo más seguro es que la miraste a los ojos. Camila, te confieso algo, en la familia declaramos que realmente no te conocíamos, sabíamos de la niña tímida y hermosa que eras, pero
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desconocíamos tus capacidades de escritora, tu habilidad para despertar sentimientos de amor, admiración y amistad. Es increíble todo lo que has inspirado, tu muerte no ha sido en vano, de pronto es la misión que tenías que cumplir. Cuando falleciste, tu mamá nos dijo en medio de la angustia, ¿ahora qué hacemos con Camila? Y se nos ocurrió traerte para Medellín, era como una necesidad de comprobar que era verdad lo que nos decían, que habías muerto. Cuando te vi en el ataúd parecías la Bella Durmiente, linda como siempre, recordé la letra de la canción que te dedicábamos: que fuera eterna tu dulce niñez. Agradecí a Dios por tu vida, por la luz que iluminó tu existir, por el regalo que tuvimos al tenerte 18 años con nosotros, por la huella que dejaste en todos los que te conocimos. Se nos fue la niña de la familia, una lección para todos, llegué a pensar que no necesitaste sino 18 años para dejar lista tu misión y nosotros, tus tías, llevamos algunas más de 70 años y no la hemos terminado todavía. Conservamos tus cenizas con nosotros como 20 días y después te devolvimos a tu bella región de Urabá, no quisimos dejarte en un osario frío y lejos de tu tierra, todos estuvimos de acuerdo en devolverte a ese mar que tanto querías, en ese retorno acompañaron a tus padres: Azucena, Beatriz, Lina María y Verónica.
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La noche anterior a la entrega de tus cenizas al mar de tus amores, se efectuó una ceremonia muy especial en la playa al frente de tu casa, se reunieron con tu familia, tus amigos más cercanos, Javier y algunos vecinos, dibujando en la arena un corazón con las luces que tanto te gustaban y escuchando la canción “Un ratito” de Andrés Cepeda que te gustaba tanto: “Enséñame a estar sin ti, un minuto, una hora al día. Quiero aprender cómo es vivir un ratito sin tu compañía”. Tú mamá nos cuenta que para ti era algo muy sagrado este ritual de la luz en la playa, el último 7 de diciembre de 2015 lo hiciste con mucha emotividad y por eso quedó gravado ese acto en el corazón de tus padres. Me cuentan que al día siguiente, cuando entregaron tus cenizas en alta mar, el cielo estaba de un azul resplandeciente, todos en silencio y a tus cenizas las acompañaron pétales de rosas blancas simbolizando tu belleza, tu amor y el dolor inmenso que todos sentimos por tu partida. No sé si pudiste ver la cara de dolor de tus papás cuando entregaban al mar tus cenizas, que buscando consuelo repitieron varias veces la canción, “Yo te extrañaré” la cual coreaba: “Ya no llores por mí, yo estoy en un lugar lleno de luz donde existe paz, donde no hay maldad donde puedo descansar”. Camila, creo que ya todo está escrito, quedaste en el corazón de todos los que te conocimos,
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seguimos unidas, el amor no muere. Bendecimos tu luz y que esa luz siga iluminando el camino de Silvia y Eliécer. La vida de ellos sin tu presencia física no es nada fácil, síguelos acompañando espiritualmente y envíales mucha fuerza. Con todo mi amor.
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Camila y la amistad
Si Camila no hubiera desarrollado el valor de la amistad en forma tan amplia y sincera, su partida no hubiera motivado tan numerosas lamentaciones. Es corriente que todas las muertes susciten tristeza entre familiares, amigos y allegados, tristeza que en general se expresa en lágrimas, suspiros, oraciones y lamentaciones verbales, pocos hacen el ejercicio de plasmar sus sentires en textos escritos, como lo hicieron amigas y amigos de Camila. ¿Se nace o se adquiere la capacidad para la amistad? Es posible que la naturaleza dote a ciertas personas de simpatía, amabilidad y compañerismo; y también sucede que estas cualidades se amplían en la familia con el ejemplo y
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en el colegio con pedagogías adecuadas. En Camila se dieron varias circunstancias: por naturaleza fue amable y sonriente; por ser hija única necesitó compañía de niñas y jóvenes de su edad y con ellos la madre le propició juegos compartidos; tuvo un padre que le mostró que la esencia de la amistad es la preocupación por los demás; y el colegio la persuadió de lo necesario que es asumir la amistad y la fraternidad como valores esenciales en la conducta personal. Silvia, la mamá de Camila, preocupada porque Camila era hija única, le inculcaba simpatía y cariño por las niñas y niños de su edad y desde que ingresó a jardín, luego en primaria y en bachillerato, le apoyaba y organizaba con ellos juegos y diversiones en la casa. Y Eliécer, el padre, contribuyó a la formación de su personalidad solidaria y sociable con su ejemplo de compromiso con causas sociales y disposición para la ayuda y la cooperación. Hoy la tristeza de ambos padres es inmensa, pero cuando han recibido tantas manifestaciones de admiración por lo que fue Camila, se sienten orgullosos de una hija tan admirada y apreciada. Es de justicia reconocer los aportes de las dos instituciones educativas donde se formó Camila, porque ambas le inculcaron amor, sensibilidad, simpatía y responsabilidad.
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El Gimnasio Pilares del Saber al cual asistió por 14 años: empezó a los 3 años en transición, siguió a primaria y se graduó de bachiller a los 17 años.
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La Universidad de Antioquia, seccional de Apartadó, donde curso dos semestres de Comunicación social y periodismo en el 2015.
Como se dijo en la presentación, este libro lleva un agradecimiento sincero a estas dos instituciones, porque ambas, en etapas y con sistemas pedagógicos distintos, moldearon una Camila íntegra en valores humanos y con naciente vocación de servicio comunitario. En el capítulo anterior se incluyeron los escritos de las amistades recientes de Camila surgidas en su último año estudiando en la Universidad. Este capítulo se dedica a sus amistades antiguas, las que nacieron y crecieron con Camila durante los 14 años que estuvo en el Gimnasio Pilares del Saber.
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De izquierda a derecha. Arriba: Lizeth Durán (Profesora de tercero primaria) Celeste Quintero Zuleta, Camila Cárdenas Vélez, Carolina Ramírez Martínez, María Camila Ortiz Ramírez, Jorge Enrique Serna López. Centro: Oriana Gómez Ríos, Joshi Samantha Moreno Arriaga, Daniela, Michell Lorena Patiño Castañeda, Laura Alejandra Rincón Uribe, Camila Pérez Álvarez. Abajo: Luisa Fernanda Rodríguez Torres, Rafael Esteban Mejía, Jonathan Andrés Álvarez Celada, Jaime Andrés Suarez Peña, Mara Paola Caicedo Pulgarín, Jhosmy Abad Cagüeñas Gutiérrez, Alejandro Espinal Argel.
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Añoranzas de los compañeros de infancia Celeste Quintero Zuleta Compartió la niñez con Camila, estudiaron juntas, fue como su hermana, se separaron a los 14 años cuando Celeste se fue a vivir a los Estados Unidos. Cuando se enteró de su muerte escribió la siguiente carta a los padres de Camila.
¡Qué pasó? Necesito que alguien me diga qué pasó. Yo pensé que ella estaba bien, yo pensé que todo estaba bien. Dios mío, me arrepiento con mi vida ¡no! Yo debí haber estado más presente en su vida, haberme dado cuenta, nunca debí haberme distanciado, esperaba que todo estuviera bien y es que jamás me imaginé que algo así podría pasar. Yo pensé que me quedaba toda una vida con ella. No sabe cuánto desearía haber estado a su lado. Ella me necesitaba y yo no estuve ahí. Yo me hubiera ido para Colombia yo no sabía. Daría lo que fuera por que Dios nos la trajera de vuelta. ¡Dios! era tan joven, tan estudiosa, tan bella y es que yo no lo puedo creer, no puedo. Yo adoraba a su hija, la amaba como si fuera mi propia hermana, siempre lo hice. Se lo debí haber demostrado más, la debí haber llamado a diario, yo debí haber estado allí para ella, con ella. No lo quiero creer. Jamás hubiese imaginado que algo así podría pasar. No sé qué hacer, estoy tan lejos,
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sé tan poco. La quiero de vuelta. No es justo. Le juro que daría lo que fuera por poderle decir lo importante que era para mí, cuanto la quería, desearía más que nada que ella me pudiera escuchar. Que ella supiera lo mucho que ella significa para mí. Porque jamás la voy olvidar, jamás en mi vida. La quería tanto Dios mío. Daría lo que fuera por poderla abrazar. Estos son tiempos muy tristes, para mí horribles, me imagino que serán igual o peor para ustedes. La verdad es que me va a tomar mucho tiempo aceptar esta realidad. Solo quiero decirle lo importante que los tres han sido para mi vida. ¡Dios!. Siempre fueron como mi segunda familia y Camila es una persona admirable, siempre lo fue. Quisiera estar con ustedes en estos momentos. Son lo más cercano que tengo a estar con ella, a su recuerdo. Siempre fue mi mejor amiga, mi segunda hermana. Ella lo sabía, pero yo debí habérselo dicho más seguido. Solo espero que ustedes dos mantengan la calma que yo no pude mantener esta mañana, cuando me enteré de la horrible noticia. Me gustaría que habláramos por teléfono cuando sea posible. En estos momentos estoy muy triste y la verdad no sé si lo que estoy diciendo tiene sentido. Solo espero que sepa lo mucho que la amaba y lo mucho que siempre los he apreciado. Sean fuertes. Dios los guarde y los proteja y a toda su familia. Un abrazo fuerte.
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Jaime Andrés Suarez Peña Compañero desde jardín hasta terminar bachillerato
Cami, aún no puedo creer tu partida, pues no hubo momento de despedida. Fueron muchos, largos, divertidos y hermosos momentos que pasaste con nosotros tus amigos, tus “hermanos”. Momentos en los que compartiste tu sonrisa tan pura, como aquella vez que simulaste manejar un bus en el salón y nosotros éramos tus pasajeros, cuando corríamos por las calles en las carrozas del colegio, o cuando te pedíamos copia en medio de un examen y tú nos decías “vago, estudia”, pero al fin y al cabo nos terminabas dando copia, y tantos otros momentos como en los grados; se me parte el corazón al saber que una persona tan especial como tú ya no esté con nosotros. Ahora solo queda decir que marcaste nuestras vidas con recuerdos que retumbarán en lo más profundo de cada uno de nosotros. A pesar de todo puedo sonreír por una razón, y es que hay una gran estrella en el cielo que brilla muy muy fuerte, un hermoso angelito que nos acompañará por siempre
Laura Alejandra Rincón Uribe Compañera desde jardín hasta terminar bachillerato
Mi Cami, saber que no estás y que no volverás duele en el alma. Cuando estábamos juntas todo era lindo, real, lleno de amor y honestidad, la
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mejor amiga que pude tener fuiste tú, me brindaste siempre una amistad sincera y sin prejuicios, sabía que podía contar contigo siempre y eso me hacía sentir segura. Cuando estaba en medio de una situación siempre hablaba contigo para saber tu opinión, para que supieras y era súper sentir tu apoyo, ahora todo es diferente, cuando me pasa algo lo primero que quiero hacer es contarte y tomo el celular, pero recuerdo la triste realidad y me da rabia, tristeza, de todo, porque no estás. Como quisiera que todo fuera una mentira y que un día llegaras a mi casa diciendo Holiii con esa ternura que te caracterizaba. Todos los días me la paso pensando en ti, recordando cada momento contigo, cada sonrisa, cada abrazo, porque son cosas que quedaron por siempre en mi corazón y que al recordarlas me hacen sentir bien porque tuve una amiga de verdad, que nunca me falló y me trato siempre con amor. Yo sé que sigues aún con nosotros porque te siento aquí, alegrándote por cada triunfo y apoyándonos cuando la estamos pasando mal. Cuando sueño contigo es hermoso, te siento tan cerca que pienso que es real, que estás ahí junto a mí y cuando despierto me siento renovada como llena de felicidad porque te sentí cerca. Me reconforta también saber que estás en un lugar mejor, donde no sufres por nada, donde no hay enfermedades, injusticias ni nada malo, donde nadie puede hacerte sentir mal, donde solo hay personas buenas, ángeles como tú.
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Quisiera estar contigo siempre, pero debo entender que ya no es igual, que nos acompañas donde vayamos, pero de una forma diferente, aunque me resulte difícil aceptarlo y sé que siempre será así. Te doy gracias por todo, por haber sido tan buena conmigo, porque a pesar de nuestras diferencias siempre nos entendimos y apoyamos. Fue un honor conocerte y vivir tantos momentos contigo, esos mismos que quedaron para siempre en mi corazón y que al recordarlos me hacen sonreír.
Michell Lorena Patiño Castañeda Compañera desde jardín hasta terminar bachillerato
Cami, mi niña, recordarte es lindo porque me llegan a la mente tantos recuerdos y momentos que vivimos juntas, nunca me olvido de tu bondad ni de tu sonrisa tan contagiosa porque me regalaste tantas risas y alegrías, sobre todo de tu amistad incondicional, cada vez que necesitaba apoyo y consuelo, podía contar contigo... Mi ángel, tu partida fue muy dura, pero agradezco a Dios por permitirme vivir toda mi niñez junto a una persona como tú, siempre le pido día a día fortaleza a Dios, que él es el único que sabe porque te llevo tan pronto de este mundo. Sabes lo grande y especial que fuiste y seguirás siendo para mí...Siempre tu recuerdo en mi corazón. Te amo y te extraño.
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Camila Cárdenas Vélez Sus escritos y nuestra evocación
Jorge Enrique Serna López Compañero desde jardín hasta terminar bachillerato
La amistad es un sentimiento tan profundo que perdura más allá de la vida. Dejas un gran ejemplo para todos nosotros porque fuiste una excelente persona y amiga. Y sabes, de ti quedan hermosos recuerdos que nunca olvidaré. Siempre te diferenciaste de todas las personas por tu lindo carácter y tu corazón tan grande. Aquellas personas que logramos conocerte tuvimos mucha suerte por habernos cruzado contigo. Cami, te quiero un montón.
Yoshi Samantha Moreno Arriaga Compañera de primaria hasta terminar bachillerato
Camila Cárdenas, así te decía en el colegio, hoy estoy escribiendo esta carta porque estas próxima a cumplir un año de tu partida y me pongo a pensar y a recordar todos los momentos que vivimos en la niñez y en la adolescencia y fueron muchas pijamadas, salidas, risas, juegos, secretos y algunas peleas… Muchos momentos que hacen que te recuerde y piense en la niña que eras tan amable, inteligente, cariñosa y sensible... Eso te caracterizaba siempre. Me alegra como viviste y dejaste una huella en todas las personas que conociste, de esas huellas que quedan para siempre y recordarte como una excelente mujer.
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Camila, que triste que todo lo que escribo hoy no pude decírtelo en vida, pero algo si tengo presente y es que siempre te decía que eras una de las personas en quien yo confiaba para contarte mis secretos. Hoy aún se siente el vacío tan grande que dejaste. Espero que en el lugar que te encuentres estés en Paz y muy bien cuidada. Te quiero mucho, nunca te voy a olvidar y siempre te voy a extrañar.
De izquierda a derecha. Arriba: Joshi Samantha Moreno Arriaga, Camila Cárdenas Vélez, Laura Alejandra Rincón Uribe, Michell Lorena Patiño Castañeda. Centro Daniela Andrea Vélez Pérez, Daniela Andrea Castrillón García, Carolina Restrepo Villa, Cristina Lopera Ramírez, Laura Vanesa Veloza, Sara Melissa Pino Morales, Sara Saavedra Murillo. Abajo: Juliana Valbuena Cano, Jorge Enrique Serna Lopera, Sindy Dayana Garcés Páez, Jaime Andrés Suarez Peña.
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Maria Camila Escudero Laverde Amiga desde niña y compañera de estudio por algunos años
Todos los días me pregunto por qué tú, ¿por qué mi compañera? ¿por qué mi amiga de infancia? ¿por qué Dios tomó esa decisión? ¿por qué a ella? ¿por qué a alguien que solo generaba felicidad? ¿por qué Dios o la vida puede llegar a ser tan injusta? Pregunta por la que quisiera llegar a tener la respuesta, pero sé que es imposible, solo me conformo con que tuvimos una valiosa amistad y no fueron unos cuantos meses, ni 2 años, ni 5 años... ¡fueron 12 años! los mejores cada uno de ellos maravillosos, esos años son mi único sustento, mi único consuelo, para poder encontrarle algo positivo a esta pesadilla, esos años me reconfortan, me alivian un poquito el corazón, daría todo lo que pudiera para que esto solo fuera un sueño, un horrible sueño... aún no puedo creer que no te veré más, solo de pensar eso, lo que siento es inexplicable, ese dolorcito en pecho, ese dolor horrible, eso que no sana, que no se me quita desde que te fuiste. Extraño cada cosa de ti, cada conversación, cada pelea, últimamente nos veíamos poco pero cada vez que nos veíamos no parábamos de contarnos cosas, la confianza que generabas era infinita, lo que más extraño de ti son esos consejos... ¡vaya! Esos consejos eran los mejores, siempre tenías la razón... Ahora mi única esperanza cada día es soñar contigo, es de la única forma en que te
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siento cerquita, en que me alivias, en la que me mejoras con tu sonrisa, donde podemos volver a estar juntas como siempre lo hacíamos, donde no podemos parar de reír como lo hacíamos antes. ¡Bendita! sea la noche que rondas en mis sueños! ojalá todas las noches seas tú quien permanezca en mis sueños. Fuiste tú y serás imposible de remplazar, te amo y te extraño mucho mi lindo angelito.
Maria Camila Ortiz Ramírez Amiga y compañera de algunos años de primaria y bachillerato
Pues no sé cómo comenzar, ella era tan especial conmigo, a pesar de la distancia y del tiempo que pasó sin vernos ella siempre estaba para mí, siempre hablábamos, yo le contaba cosas que eran importantes para mí en su momento y ella siempre me daba una voz de apoyo y de amor, la amistad que ella y yo formamos no cabe duda que es para toda la vida, a veces veo nuestras fotos juntas y es imposible no acordarme de tantos buenos momentos, siempre me acuerdo de las muchas veces que hicimos pijamadas tanto en la casa de ella como en la mía, fue muy especial con mi Mami siempre con la decencia por delante y esa inocencia que la caracterizaba, el vuelo de mi Cami me llegó como un baldado de agua fría, aunque me dio alivio que unos días antes alcance a decirle que a pesar de todo yo también la quería mucho y que era alguien muy especial en mi vida, por siempre mi Cami.
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Rafael Esteban Mejía Espinosa Amigo y compañero de primaria
Camila la mujer que siempre estará. Ella, una mujer que con una sonrisa encantaba, su forma de ser que impresionaba a los que estaban a su alrededor, un talento para tejer palabras y convertirlas en grandes textos, que deleitaban al público en general. Una de las cosas que me hacen recordarla es cuando jugábamos en aquella casa de adobes viejos, con latas encintadas y un piso rústico que ni las hormigas entraban, allí nos entreteníamos imitando a los profesores, en algunas ocasiones ella hacía de profesora y yo de estudiante y viceversa, pero siempre terminábamos riéndonos y tomándonos una gaseosa con papitas recubiertas de limón, que nos hacían cosquillas en la boca y comenzábamos hacer caras graciosas. Camila Cárdenas Vélez, una mujer de triple nobleza, por lo buena y servicial, nos conocimos apenas siendo unos bebés en uno de los estaderos que sus papás tenían en la playa de Turbo Antioquia. Mi mamá me llevaba a comer pescado a la milanesa, con esa salsa, que con solo verla, las babas corrían por mis cachetes rojos y macizos. Mi madre es muy amiga de Silvia, la mamá de Camila que siempre nos recibía con una sonrisa y su cariño incomparable, ni se diga
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de Don Eliécer, el señor de aquel celular negro que parecía como si tuviese pegada una antena a su cintura, yo en especial lo molestaba cada vez que lo veía, diciéndole el señor Panelaso, aunque en ocasiones se ponía serio, me llevaba en su moto a dar un paseo de esquina a esquina por las calles del barrio. Don Eliécer cuando hablaba de su hija sonreía, y sus ojos eran más brillantes que el sol del medio día, lo veía no solo en su moto, sino también en las reuniones de padres de familia, muchos de mis compañeros le tenían un poco de susto porque él era de cara muy seria, pero a la vez era muy alegre y un buen conversador, como lo llamaba mi padre. Camila Cárdenas, partió a seguir escribiendo sus escritos a Dios, dejándonos un gran vacío, pero a la vez una hermosa enseñanza, una enseñanza de amor que trasciende más allá de los conocimientos. Una mujer sin tacha y sin duda una niña, que lo único que pensaba era en seguir con sus sueños y emprender nuevos horizontes. Aunque me fui muy pequeño de donde vivía, seguíamos en contacto y riéndonos de la misma bobada, siempre la recordaré con profundo amor y respeto, su sonrisa que marcaba con tinta indeleble el corazón. Donde estés sé que estás feliz. Con mucho cariño, tu amigo el de las papitas de limón con gaseosa.
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Daniela Andrea Castrillón García Amiga y compañera en el bachillerato
Y en esos días de la muerte de Camila pasaron por mi cabeza cada momento juntas durante 7 años, cada pelea, alegría y tristeza. Y no quería que fuera el último, no quería separarme de ti en ningún momento, y si ese iba a ser el último día que nos veríamos, quería estar contigo hasta el último suspiro, y fue casi así. Tu partida ha sido una de las cosas más dolorosas que he pasado, por qué no se fué una amiga, se fue una hermana, y cada día siento más tu ausencia, cada día me haces más falta, mi ángel, eres mi motivación día a día en esta carrera, de que daré lo mejor de mí, ahora y cuando me enfrente a pacientes. El día de tu partida te prometí que iba a ser la mejor en lo que hago y quiero cumplirte esa promesa, y daré todo de mí para que así sea. Aún pienso en hablarte a ti cuando me pasan cosas, y es muy doloroso saber que ya no estás para darme tus consejos, pero muchas noches te hablo con la ilusión de que me escuchas en ese lugar tan hermoso que estás y es para mí una fortaleza saber que estás en un lugar mejor, lejos de este mundo. Mi Cami, estarás siempre presente en mi mente, así no estés físicamente, pero en mi alma y corazón aún vives, y así será toda la vida. Hasta siempre Camila Cárdenas Vélez….
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Carolina Villa Restrepo Amiga y compañera de Bachillerato
El tiempo pasa rápido y cada día crece el vacío de no tenerte con nosotros. Hay días que duele el alma sin poder verte, abrazarte y decirte lo mucho que te amamos. ¿Partiste de este mundo dejando tristeza y vacío en las personas que te amamos, han sido días difíciles tratando de asimilar y comprender, por qué tú?... Una niña tan joven y llena de vida con tantos sueños y metas por cumplir con una alegría enorme y esa sonrisa que dejaste marcada en nuestras vidas para siempre. Duele que no te encuentres físicamente con nosotros pero tu recuerdo y tu amor siguen latentes en nuestra alma, te recuerdo con dolor pero a la vez con alegría porque me siento afortunada de haberte conocido y compartir tantos momentos a tu lado, fueron muchos años que jamás se borrarán de mi mente y de mi corazón porque tú, mi niña, perdurarás para siempre en mi corazón, daría lo que fuera por volverte a ver, abrazarte, decirte lo mucho que te amo y la falta tan grande que me haces, tengo la certeza de que allá en el cielo te encuentras feliz y que no quieres que estemos tristes. ¿Duele tu adiós?... Claro que duele y mucho, pero es la ley de la vida y aunque también sienta enojo, tengo que aceptar e imaginarme que Dios quiso que estuvieras en un lugar mejor, no en un mundo donde abunda la maldad, la rabia y la
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envidia, donde todo está mal, donde los humanos no respetamos al prójimo y peor lo que más te disgustaba, la falta de sentido de pertenencia con la naturaleza. Por eso pienso y creo que este mundo no te merecía y con el alma en pedazos todas las personas que te amamos tuvimos que seguir adelante, pero jamás será lo mismo, con el paso del tiempo solo te empiezas a acostumbrar y a asimilar la cruel realidad, pero la herida sigue ahí y que nunca cicatrizará. Tú eres y serás por siempre mi único angelito que desde donde te encuentres sé que me cuidas y que me quisiste tanto como yo a ti, con alegrías y disgustos, pero eso también hace parte de la vida, en mi conciencia está que te fuiste sabiendo lo mucho que te amo. Vuela muy alto dulce mariposa. Camila Cárdenas Vélez por siempre y para siempre...
Juliana Valbuena Cano Amiga y compañera de algunos años de bachillerato
¿Una gran persona? Grandísima podría decir yo, alguien que con su humildad, carisma, y belleza demostraba que era grande, que podía alcanzar cualquier meta que pusieran en su camino, esa era Camila Cárdenas Vélez. Llegando a un lugar bastante desconocido, podría decirlo que me encontré con muchas personas, algunas que hicieron daño, otras que
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ayudaron y otras que dejaron su huella marcada en mi corazón, podría decirse que no menos de 10 personas en donde encuentro a Camila, una de mis mejores amigas, personas que dejé en Turbo sin saber que nunca volvería a ver. Ella era incondicional, me apoyaba en mi carrera, me hacía sentir valiosa con mis talentos cada vez que en el salón de clases me pedía que cantara una canción con la guitarra, algo que alegraba mucho a mis amigas, pero hubo algo importante, algo que jamás olvidaré y que haré realidad mientras tenga vida. Un día cualquiera del año 2014, cursábamos grado once, me encontraba en Turbo Antioquia a bastantes kilómetros de mi ciudad natal Bogotá, era un día de clases común y corriente, pero tenía algo de especial a la vez. Ese día portaba mi guitarra, era muy común que la cargara al colegio ya que muchas de mis compañeras compartían mi talento y se alegraban cuando tocaba alguna canción, pero tenía mi grupo especial; Camila, Laura, Carolina, Daniela, Michell, Jorge y Jaime, amigos que quedarán en mi corazón por el resto de vida. Pero eso no era todo, ese día escuché unas palabras de alguien en especial: “Juli espero verte en una tarima con grandes cantantes, tienes un gran talento, y espero me nombres en alguno de tus conciertos, no te olvides de mí”.
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En ese momento mi corazón se llenó de demasiada alegría al saber que contaba con el apoyo de mis amigos, en especial de Camila, ella fue quien me dijo esas palabras. Fue una fuente de inspiración y de ganas de salir adelante así no todas las personas me apoyaban, pero ella, ella sí me apoyaba. Pasaron los días, y cada momento que compartía con mis amigos en el colegio era más genial, pero había un poco de tristeza en mi corazón al saber que cuando terminara el año tendría que irme de Turbo para continuar mis estudios musicales en Bogotá y así fue. Una gran idea surgió en mi mente, escribí una canción para ese grupo de amigos, no quería dejar pasar así el tiempo ni las cosas que viví al lado de ellos. Terminando el año, recuerdo que dos días antes de mi viaje salimos a tomar helado y de nuevo pude escuchar esas palabras de aliento y fuerza que ya me había dicho Cami. Ella tenía una moto Blanca y ese día me llevó a mi casa, el viento tocaba nuestras caras y reíamos sin parar. Con sus palabras ella hizo algo en mi vida, algo que jamás podré olvidar. Se fue, su cuerpo ya no está, pero su alma y espíritu continúa con todos nosotros. Una grande amiga, hermana, compañera de peleas, risas, llanto, de fiestas, alguien incondicional, ella sigue presente en mi corazón, jamás la podré olvidar. Camila, te veo en el cielo.
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Daniela Andrea Vélez Pérez Amiga y compañera de Bachillerato
Querida amiga has dejado un vacío muy grande en mi corazón y me causa mucho dolor pensar que ya no estarás a mi lado, aún así, tu recuerdo sigue presente en mi mente y nunca te olvidaré.
Liseth Ballesteros Campillo Cuñada
Aunque sé que tu cuerpo no está aquí, siento como si estuvieras de viaje, un viaje lleno de tranquilidad, de amor, de serenidad, que cuando regreses nos contarás todo lo lindo que experimentaste. Te llevo en mi corazón “cuñis” y aunque sé que no leerás este mensaje, al menos puede sentir que estás detrás para respaldarme. Mi tímida mariposa. Siempre tu Camila Cárdenas Vélez
Carolina Ramírez Martínez Amiga y compañera de primaria
Cami, recordar aquella infancia a tu lado es hermoso, tú y yo las mejores amigas, casi hermanas por muchos años. Lamentablemente la distancia y el tiempo hicieron que nuestra amistad se fuera quebrantando poco a poco, sin embargo, siempre guardé lo mejor de ti en mi corazón y nunca olvidé esa hermosa amistad que me brindaste, aquella amistad tan sincera e inocente como la nuestra, era única.
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Hoy mi alma se invade de tristeza cada vez que te recuerdo, es duro reconocer que una persona tan bella como tú ya no está con nosotros, dejaste miles de corazones destruidos con tu partida, incluido el mío. Pero también dejaste los más lindos recuerdos, experiencias y enseñanzas. En medio del dolor estoy feliz por ti, porque sé que estás en un mejor lugar, sé que estás al lado de Jesús, en medio de ángeles y siendo un angelito de la guarda para quienes te quisimos con tanto cariño. Gracias doy a Dios por darme la dicha de ser tu amiga, mis oraciones para ti y para tu familia.
Camila Pérez Álvarez Amiga y compañera de primaria
Pocas veces en la vida uno tiene la oportunidad de conocer personas que irradien luz de la forma que lo hizo Cami; sus cabellos dorados y su piel de porcelana resaltaban una delicadeza que combinaba perfectamente con su actitud, ternura, respeto, inteligencia y pasión. Son solo algunas de las pocas cosas buenas que se pueden decir de ella. Sus detalles conmovían a cualquiera y pequeños hechos como acordarse de mi cumpleaños, de mi familia, o preguntar por mi vida como si fuéramos amigas íntimas, son el tipo de cosas que me hacen recordarla con orgullo como una amiga de la infancia a quien estuve muy feliz de haber conocido y de poder decir que era una excelente persona...
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Por eso y más la extraño a pesar de no vernos hace años. Cuando yo me fui ella lloró y jamás pensé tener que despedirla yo para siempre con todos nuestros amigos. Cami gracias por habernos alegrado con tu existencia.
Sara Saavedra Murillo Amiga y compañera de Bachillerato
Cami si supieras lo difícil que ha sido asimilar tu partida, ya casi se cumple un año y parece mentira. Si supieras que hace poco pensé en escribirte para contarte que la sudadera con la que andaba el día que le llevamos las flores a Michel seguía manchada, pero cuando reaccioné se me aguaron los bolis ja ja ja.. Te extraño Cami, creo que todas lo hacemos. Esa inocencia que reflejaba tu rostro, la que no mataba ni una hormiga y yo tan ordinaria que quería acabar con todas. Camila no tengo palabras, nadie se imaginó que alguien como tú tan inteligente y llena de virtudes fuera a ausentarse tan rápido, pero mi consuelo es saber que Dios te tiene en un excelente lugar, de eso no tengo dudas, porque el cielo ya lo tenías ganado. Hay tantas cosas que quisiera decirte, me siento mal por no haber estado contigo en tus momentos de dolor, eres Camila, digo eres porque sigues con nosotros, no dejaré de repetirlo.
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Fuiste esa que recién llegué al colegio me acogió como si me conociera de toda la vida, te ganaste mi cariño y mi confianza, tanto que parecía que estuviéramos estudiando desde preescolar. Extraño tu risa que me parece musical, tus notas de voz, enseñarme a manejar el celular, ver tu caminado tembloroso y esa timidez que manejabas para todo. Acá en la tierra haces falta, tus amigas te extrañamos, te quiero mucho Cami.
Sara Melisa Pino Amiga y compañera de Bachillerato
Aún puedo recordar los días de amistad que disfrutamos juntas, las travesuras que hacíamos en el grupo, anécdotas, el cariño que nos tuvimos y más. En estos momentos me siento apenada y quisiera estrecharte entre mis brazos, pero me queda de consuelo saber que Dios te tiene a su lado. Quién iba a pensar que alguien tan noble y bella persona como lo eras tú partiría tan rápido de este mundo. No sabes cómo me duele saber que tenías muchos años por delante y un gran futuro, ya que eras tan dedicada a tus cosas. Ojalá algún día nos volvamos a encontrar y podamos compartir muchos momentos más, eres uno de mis recuerdos más bonitos, niña hermosa.
Paulina Morales Amiga de infancia
No fingiré diciendo que pasé muchos momentos contigo, que fui tu mejor amiga, ni votaré
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lágrimas forzosas para que los demás crean que te quise. Pero si te soy sincera, aún no creo tu partida y daría mi vida entera por verte sonreír como antes… por verte llegar a mi casa contenta como siempre con esa alegría y esa sencillez que te hacían única. Desde pequeñas jugábamos juntas, corríamos en la playa y disfrutábamos con las olas del mar. Pero desafortunadamente te fuiste y me arrepiento de no haber estado contigo últimamente. Todo cambió, aquellas niñas que corrieron y juguetearon en la playa crecieron y se distanciaron un poco. Recuerdo cuando estabas en la banda de tu colegio, te veías súper linda agitando ese bastón con la alegría y el entusiasmo que te destacaban, también cuando hacíamos piyamadas y nos bañábamos en la paya con José (el trio de siempre) Un verdadero amigo llega a tiempo, perdóname por no llegar a tiempo y por no ser esa amiga que tanto necesitaste. Te extrañaré mucho, amiga y siempre ocuparás un gran espacio en mi corazón Camila Cárdenas Vélez.
Silvia Yaneth Laverde de Escudero Amiga cercana a la familia
Cami: Tu luz no se ha apagado; quedó brillando en cada rincón de nuestra casa. Cuando partiste en ese barco infinito entre las incógnitas del mar,
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lo hiciste sin maletas. Solo te llevaste tus sueños y tus deseos de salir adelante sin regresar la vista para darnos un último adiós. El privilegio de haberte conocido, de ser tu amiga, tu vecina, tu compañera; todo lo que nos dejaste es amable y cordial. De ti solo quedaron muy bellos recuerdos; ese dolor que dejaste y que lloro con dolor de madre. Eres memoria viva entre el suave viento, en el que se escucha el eco de tu timidez. Sigues siendo inspiración y amor en cada uno de nosotros porque aún sigues aquí en nuestras vidas, en lo que fuiste y representas para nosotras.
Vanesa Escudero Laverde Amiga cercana de la familia
Siempre esperamos que alguien no esté para decirle lo importante que fue para nosotros y lo mucho que la amamos. ¡Ay Cami Cami!, te vi estar y crecer a mi lado, te sentí como parte de mi familia, tenías un gran espacio en mi corazón, y te admiré siempre por tu nobleza y madurez, cosas que nunca te dije, pero que siempre sentí. Tantos recuerdos, tantos momentos, y tan rápido se fueron, triste saber que no estás para hacernos compañía, triste saber que no estás para conocer a mi bebé, triste acordarse de lo que llegamos a hablar y que no estás para verlo hacerse realidad. Desde allá arriba, al lado del Todopoderoso,
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espero que veas que en honor a la gran huella que dejaste en nuestros corazones mi bebé se llamará como tú y aunque tu querías otro nombre, ningún otro representa tanto el amor y la vitalidad que tu inspirabas. Gracias por estar en nuestras vidas, Dios se llevó un tesoro, te amamos, mi bebé y yo.
Ludís Verona de Mazo Vecina y amiga de la familia
Cada amanecer al paso del día alegraba el entorno con su brillante y reluciente sonrisa, mientras la brisa cálida jugaba con su cabello y acariciaba su rostro angelical. Desde niña admiré su nobleza y sencillez con las demás personas. Aunque en ocasiones se mostraba tímida, eso no le quitaba la alegría y dulzura que llevaba en todo momento. Era querida y adorada por todos sus amigos ya que siempre fue muy cariñosa y ante todo muy responsable y dedicada a sus estudios. Cami…siempre serás aquel libro abierto donde encontraremos en cada página un ejemplo a seguir, donde nos enseñas lo que es la humildad y lo importante que es el aprecio de la familia. Pero más para tus padres, todos saben que a nadie más que a ellos les ha dolido tu partida, solo quiero consuelo para todos. Con estas palabras expreso poco de lo que viví y sentí al verte partir. Siempre te recordaré.
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Josefina Mazo Verona Vecina y amiga de la familia
Como un día cualquiera... Hoy me levanté y cumplí con mi deber diario. Al llegar a casa te recordé, hoy más que nunca sentí que me ha dolido mucho tu partida... Ha pasado algún tiempo y todavía no comprendemos tu muerte, ni entendemos por qué Dios lo permitió así y nos cuesta aceptar que te fuiste para siempre, con unas ganas inmensas de creer que todo ha sido un mal sueño, que mañana despertaremos y tu estarás ahí, pero no!. Por desgracia no es así. Hoy solo toca esperar que el tiempo haga lo que debe hacer y traiga paz, porque mientras estés en nuestra mente y en nuestros corazones tu partida solo habrá sido en cuerpo. Por siempre y para siempre...
Valentina González Gómez Prima
Cami hermosa prima que eres un ángel para cada uno de nosotros. Acá en la tierra te extrañamos demasiado, siempre fuiste una hermosa persona y te recordamos de la mejor manera. Te amamos.
Salome Ramírez Cárdenas Prima
Mi mariposita de mil colores: tu forma de ser, tu ternura, tus consejos, tu bondad y tantas cosas que salen de mi mente me hacen recordarte de la mejor manera todos los segundos de mi vida. En
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serio que te admiraba, eras una niña tan buena y tan inteligente. Todo lo que querías lo alcanzabas, nunca dejabas tus sueños atrás, al contrario, siempre luchaste contra viento y marea para conseguir lo que te proponías. Eras tan fuerte, tan valiente, tan llena de vida. Con una sola sonrisa iluminabas cualquier espacio de este mundo y en tus ojos se notaba la sinceridad que tenías como persona. Una niña tan hermosa, que sin conocerla se podía notar desde lejos lo emprendedora que era. Mi Cami cada maravillosa cosa que hiciste en este mundo dejó marcado a más de uno. Y a pesar de que hoy no estás acá en la tierra sigues siendo una grandiosa florecilla con unas virtudes espectaculares. No tengo ni idea si falta mucho o poco, pero lo primero que haré al llegar al cielo será buscarte y darte un fuerte abrazo. Te extraño mi hermosa perla del mar y te amo con todas las fuerzas de este mundo. Cuídame siempre.
Sindy Dayana Garcés Páez Amiga y compañera de Bachillerato
Cami, los momentos que compartí contigo de risas, llantos, discusiones, nunca los voy a olvidar, siempre estarán en mi corazón. Te has convertido en un ángel para todos nosotros. Te recordaré como esa personita llena de alegría y de bonitos sentimientos. Siempre en mi corazón. Te quiero mucho.
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Camila en el paseo de la muerte
Tres días de enfermedad, consultando seis veces por una dolencia que no fue diagnosticada oportunamente antecedieron la muerte de Camila. Le tocó “el paseo de la muerte”. Extraña que en una región como Urabá, donde existen enfermedades endémicas, los médicos no hubieran tenido la perspicacia o conocimiento para ordenar, desde las primeras consultas, un examen de laboratorio. ¿Insuficiente formación médica? ¿Desidia o desinterés? ¿Protocolos inadecuados para el manejo de enfermedades tropicales? Pensar en personas anónimas es la mayor motivación para incluir en este libro las circunstancias relacionadas con la muerte de Camila. ¿Qué puede ocurrir con personas humildes, que no tienen quién hable por ellas para reclamar el derecho a adecuados servicios de salud? Se
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pretende que este caso sirva para que las entidades de salud rectifiquen errores y mejoren protocolos relacionados con tratamientos para enfermedades endémicas en zonas apartadas. ¡Qué la muerte de Camila no sea en vano!. Qué contribuya al cabal cumplimiento del derecho a la vida y a la salud de todos los colombianos.
Ires y venires hasta la muerte Martes 15 de diciembre a las 2:30 p.m. Camila en compañía de su mamá consulta en la EPS Coomeva de Turbo. Le diagnostican rinofaringitis aguda o resfriado común y le recetaron ácido ascórbico, un jarabe y acetaminofén. Surge la pregunta: ¿cómo en una entidad como Coomeva, que hace muchos años que está en la zona de Urabá, su médico no ordena exámenes clínicos, cuando Turbo es un municipio con frecuentes enfermedades como sika y leptospirosis? Los padres de Camila, ante la persistencia de la enfermedad, deciden buscar una entidad particular, ya que presumen que en las EPSs, para ciertos casos, es difícil encontrar adecuada atención. Martes 15 diciembre a las 10 p.m. Las dolencias de Camila se acentúan y por ello acuden por urgencias a la Clínica Central SOMEBA de Turbo, que lleva mucho tiempo en el municipio, allí le aplican un medicamento para la fiebre y el dolor de cabeza, pero los médicos
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continúan presumiendo que es un resfriado y tampoco le ordenan exámenes. Miércoles 16 de diciembre de 1 a 4 p.m. De nuevo consulta por urgencias en la Clínica Central SOMEBA de Turbo, ya que persiste la fiebre y aumenta el dolor. De nuevo le recetan acetaminofén, ácido ascórbico y metoclopramida. A pesar de que la paciente mostraba debilidad, la médica que la atiende no deja entrar la mamá a la consulta aduciendo que Camila ya tenía 18 años, lo que muestra un manejo poco sensible y muy autoritario de parte de esta profesional. Miércoles 16 de diciembre. 4 horas, desde las 12 p.m. hasta las 4 a.m. Por tercera vez consulta en la Clínica Central SOMEBA de Turbo. Va a urgencias porque ya la paciente tiene vómito, continúa la fiebre y el dolor de cabeza. Le aplican medicamento y la envían a la casa. Jueves 17 de diciembre a las 11.30 a.m. Los padres de Camila preocupados por su estado, no satisfechos con el manejo que la Clínica le estaba dando a la enfermedad de su hija, buscan cita con un médico particular, éste la revisa y diagnostica que lo que tiene es Sika. Es un profesional de muchos años en el municipio, que igual que los anteriores pasa por alto algunas enfermedades endémicas del trópico, y se abstiene de ordenar exámenes de laboratorio.
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Jueves 17 de diciembre, 6 horas, de 5 p. m. a 11 p.m. Por la gravedad de la paciente, de nuevo hubo que recurrir a urgencias de la Clínica Central SOMEBA de Turbo, donde a Camila se tuvo que ingresar cargada porque ya no podía caminar. Y allí se sucede lo siguiente: ·
La médica tratante vuelve a pedir la misma información anterior: edad, nombre, residencia y causa de consulta, hace caso omiso de que Camila le dice que no puede caminar, que se le están reventando las venas por dentro y la doctora contesta que está somatizando el dolor y que ella sí puede caminar.
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Camila empieza a presentar signos de deterioro físico y neurológico, los médicos dicen que el estado que ella tiene en ese momento (piel morada oscura especialmente en abdomen y brazos, frio interno y dolor impresionante en el cuerpo y las articulaciones) son síntomas normales por la enfermedad, que presumen es el sika o el dengue.
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Aproximadamente a las 8 de la noche le toman muestras de sangre para exámenes de laboratorio. La mamá desesperada urge por los resultados y le contestan que el laboratorio del Hospital de Turbo no se puede acosar. Cuando llegan a eso de las 9.30 p.m. confirman la leptospirosis. Demasiado tarde, la situación de Camila ya es muy complicada.
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Le hacen diferentes procedimientos. Es de destacar que las enfermeras se muestran impotentes y más preocupadas que los médicos de la clínica. El padre, desesperado, tiene que llamar a uno de ellos diciéndole “mi hija se está muriendo, por favor haga algo”.
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Camila empeora y es cuando deciden estabilizarla para remitirla a SEVIUSIS de Apartadó, son las 11 de la noche y le espera un viaje de aproximadamente media hora.
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Llama la atención la manera como remiten a la paciente, con los ojos vendados con microporos y la cabeza volteada a la izquierda. Nos preguntamos si esta posición es la normal para trasladar a un paciente intubado.
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Llegando a Apartadó, la madre de la paciente, que va en la ambulancia, se extraña que la médica, que manipula un aparato respirador y en un momento deja de hacerlo, lo que hace suponer que la paciente fallece en ese momento, pero no se intenta una reanimación y a ella nada se le dice sobre lo sucedido. Es importante investigar cuales son los protocolos a seguir en el caso de paro cardíaco de un paciente en una ambulancia.
Jueves 17 diciembre de 2015. 11.37 p.m. Camila ingresa en paro cardio respiratorio a la Clínica SERIUSIS de Apartadó, le realizan maniobras de resucitación por 18 minutos y la declaran muerta a las 11.59 p.m.
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Desconsuelo e incredulidad por lo inesperado. Una enfermedad no diagnosticada como grave, en solo 3 días extingue la existencia de Camila. Su muerte es una pérdida en lo social y en lo familiar. Camila se perfilaba como una profesional comprometida con lo social por su anhelo de servicio a la comunidad. En lo familiar la pérdida es inmensa, como hija única era el orgullo y la esperanza de su madre y de su padre, pero para éste la pérdida es mayor porque Camila era “su lazarillo” ya que por la acentuada deficiencia visual que padece, con frecuencia requería de su ayuda. Se siguen condolencias, lamentaciones y un sentimiento general de rechazo porque se percibe que la negligencia médica es la causante de su muerte.
Se difunde y se lamenta la muerte de Camila “La Chiva de Urabá” hace la primera información pública el 23 de diciembre de 2015, a los 6 días de la muerte de Camila. Coloca una foto en primera página con el titular “Conmoción por muerte de estudiante”. Luego en una página entera, la siete, desarrolla la noticia incluyendo otras dos fotos. Dice que se presume negligencia en la atención médica, que Camila era hija única y vivía con sus padres Eliecer Cárdenas y Silvia María Vélez y que su novio era Javier
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Ballesteros. Informa sobre la siembra de un árbol en la sede de la Universidad de Antioquia en Apartadó por sus compañeros, e incluye el concepto de Juan Arturo Gómez, compañero de estudio, quien la recuerda como “muy líder, se destacaba en toda la Universidad y muy comprometida con lo social”. “El Colombiano” del 10 de enero de 2016 publica la columna de Elbacé Restrepo, que se presenta a continuación.
A Camila Cárdenas, que esta vez voló muy lejos Camila Cárdenas Vélez (1997 – 2015). A ella me unía una gota de sangre heredada de parientes lejanos, pero nos acercamos hace unos meses, cuando me honró con una solicitud en mi buzón de correo: “Soy estudiante de comunicación social en la Universidad de Antioquia, seccional Turbo, necesito hacer una investigación sobre un columnista y quisiera hacerle algunas preguntas sobre su trabajo, el medio donde publica, su experiencia profesional, su familia, su vida, entre otras”. Accedí gustosa a esta tarea, como cuando otros estudiantes me lo han solicitado. Y más aun por ser Camila cercana a mi familia. Empezamos así un cruce de correos en los que se preciaba de ser una seguidora fiel de mis artículos, “aunque solo
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tengo 17 añitos”, recalcaba siempre. “Ya casi 18”, agregaba. Un día de diciembre pasado se sintió mal. “Tengo mucha fiebre”, le dijo a su novio en una nota de voz. “Tanta, que en mi piel podría hacerse una papita frita”. El diagnóstico inicial fue el socorrido virus de los médicos cuando están de afán (o sea casi siempre) y el medicamento indicado no pudo ser más inocuo: acetaminofén y vitamina C. Sentía que las venas de sus piernas se reventaban por dentro, mientras algunas partes de su cuerpo se pusieron moradas. Así, entre desmayos, incapacidad para mantenerse en pie (aunque la autoritaria médica insistía), vómitos y fiebres, pasaron cinco días de la casa al hospital, donde murió tres horas después de que por fin, pero demasiado tarde, ordenaran el examen que daría el diagnóstico de su deceso: Leptospiroris, una enfermedad causada por la bacteria Leptospira interrogans, que es recurrente en zonas endémicas como Urabá, donde vivía Camila, y cuyo antibiótico cuesta la mísera suma de dos mil pesos colombianos. No quiero señalar culpables ni lanzar juicios de incompetencia, negligencia y falta de humanidad de algunos médicos que no ven más allá de la pantalla del computador, pero es inevitable pensar que Camila, a sus 18 añitos recién cumplidos, murió en manos de este sistema de
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salud, tan indolente y paquidérmico, donde las enfermedades van a mil pero los diagnósticos se buscan en reversa. Copio estas palabras de Sergio Alejandro Ruíz, su compañero de clases, para despedirla de este mundo: “Tímida mariposa, dulce y vital ¿a dónde vas y por qué? Tu ausencia pesa sobre nosotros, y mucho. Ayer sonreías y hoy, mariposa, resulta que no estás. Salen preguntas sueltas hacia ti, mariposa. Preguntas que, quizás, estés respondiendo. Pero nosotros ya no podemos escucharte. Quiero creer que vos a nosotros sí. Por eso te mandamos un abrazo y un te queremos. De todas formas —y es mi autoconsuelo— allá en el cielo serás lo que fuiste acá, un ángel. Tímida mariposa, hoy sí que volaste lejos”. Camila cumplió su misión. Ya no será más el lazarillo de su padre casi ciego y en el corazón de su madre será solo un sollozo de hija única, víctima de otra forma de injusticia social menos ruidosa que los ataques con cilindros en los pueblos pequeños y alejados, pero tan destructiva como ellos: Una atención médica mediocre que a veces no funciona como debería y que clama celeridad y oportunidad para que la vida no se apague entre las horas lentas y pesadas de una sala de espera, donde hasta la esperanza, a veces, muere antes de tiempo. ¿Cuánto más puede doler?
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Convocatoria para marcha de protesta por la muerte de Camila Del Comité Asomilín. Turbo, Antioquia, 20 de enero 2016
Lo cierto es que en la región de Urabá se suscitó una gran solidaridad con la muerte de Camila y además preocupación por el funcionamiento del sistema de salud. Entonces un grupo de amigos y compañeros tomaron la decisión de organizar en Turbo una marcha de protesta para el 28 de enero del 2016 y para ello crearon el Comité Asomilín que se encarga de la convocatoria y la motivación a través de los diferentes medios de comunicación. A continuación, se trascribe el comunicado que enviaron a éstos y a la comunidad en general. El Comité Asomilín, conformado por nueve estudiantes del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Antioquia, Sede Urabá, un amigo y el novio de Camila Cárdenas Vélez, convocamos a una marcha pacífica ciudadana para el próximo 28 de enero del presente año, con el fin de exigir una atención médica responsable y profesional en todo el país. Camila Cárdenas Vélez era nuestra compañera de clases, tenía 18 años y muchos sueños por realizar, pero fue víctima de la negligencia médica que se vive en el municipio de Turbo, Antioquia, igual que en otros lugares de Colombia. Camila
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falleció el 17 de diciembre del año 2015, después de visitar cuatro veces la sala de urgencias de una clínica en Turbo y ser vista por seis médicos diferentes, a Camila le robaron la vida. Sus síntomas comenzaron con una amigdalitis, al siguiente día tuvo mucha fiebre, luego vómito y el último día perdió la movilidad en sus piernas y desde ellas le empezó un morado que le llegó hasta el pecho. A pesar de esos síntomas, algunos de los médicos que la atendieron dijeron a sus padres: “Ella está somatizando el dolor”. “Tranquilo, no te preocupes, no hay de qué alarmarse”. “Eso se le va a pasar en un par de días”. Entre los Ires y venires desde su casa a la clínica, nunca le hicieron un examen para comprobar lo que realmente estaba apagando su vida. Solo el 17 de diciembre del 2015 cuando Camila había perdido el sentido y la movilidad, le hicieron un examen riguroso y la trasladaron al hospital de Apartadó, en cuyo trayecto murió dentro de la ambulancia. Sus padres, familia y amigos no salimos del asombro por la forma en que Camila murió, por el protocolo tan poco profesional que le aplicaron. Para el día 28 del presente mes estamos convocando a una marcha multitudinaria donde protestaremos pacíficamente en contra de un sistema de salud que está jugando con lo más importante para cualquier ser humano: LA VIDA.
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Se busca que la comunidad se haga más consciente sobre la forma como es atendida en las entidades de salud, tanto públicas como privadas. Será una exigencia a los médicos para que este tipo de situaciones no sigan pasando y para que el nombre de Camila no quede en el olvido, ya que le tocó ser víctima de este sistema de salud. El Comité Asomilín distribuirá una curita rosada que se plantea como símbolo de rechazo a la negligencia médica y propondrá que se instaure el 28 de enero como “Día Mundial del Derecho a una Adecuada Atención de Salud”, preocupación de todos los colombianos y por eso los invitamos a que se unan a esta marcha. Estamos cansados de que el sistema de salud siga descuidando la vida como el mayor don y el más importante de los derechos humanos. Será de gran importancia contar con la participación de medios de comunicación y de personas que difundan esta invitación por medio de las redes sociales: videos, comunicados, escritos y otros. Ayuda valiosa para nosotros que vivimos en esta esquina tan apartada y olvidada del país: Urabá. Pueden enviar un video corto sobre la negligencia médica, o mostrando la personalidad y el padecimiento de Camila Cárdenas Vélez. Invitar a portar la curita rosada y a difundir el 28 de enero como día de la marcha. La hora, lugar de concentración y el recorrido están sujetos a los permisos oficiales y se difundirán luego ampliamente.
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Al anterior comunicado se le adicionó el siguiente texto, escrito por Sergio Alejandro Ruiz, estudiante de la Universidad de Antioquia, el cual fue utilizado para publicidad en radio y televisión para convocar a la marcha. “El médico no mira mi rostro, prefiere mi cédula. Él no me mira a los ojos, prefiere su computador. Al médico no le importa que el dolor me retuerza, le interesa que haga la fila. En la fila cada minuto son mil años y cada paciente tiene su propio dolor. Como pacientes que somos, abusamos de la paciencia esperando a quien llegue primero: el médico... o la muerte”.
Comité Asomilin Ni una víctima más. Justicia por Camila Cárdenas Vélez Despertar y saber que ella no está parece absurdo y duele, duele como si arrancaran el alma del pecho. La vida nos ha dado un golpe muy duro, nos ha dejado un vacío que no se puede llenar. La vida, que a ratos parece injusta y efímera, se ha llevado a una maravillosa mujer, a una niña llena de amor por la vida y por los suyos; Camila, al igual que los miles de víctimas a causa de un sistema de salud ineficaz que tiene Colombia, tenía muchos sueños rondando por su gran universo. Aunque nada ni nadie nos devolverá la anhelada, extrañada y querida presencia de nuestra hija, amiga, compañera y niña Camila, hoy
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decidimos marchar pacíficamente, para que juntos recordemos y le exijamos al sistema de salud colombiano que no queremos más negligencias médicas. Estamos tan cansados y dolidos de que a la salud la vuelvan un negocio y se juegue con la vida de los nuestros. No es ajeno a la realidad tan absurda que vivimos miles de ciudadanos, porque lo hemos vivido todos en un determinado momento; han sido muchos los que han tenido que padecer a las afueras de una sala de espera, han sido centenares los que se han quedado esperando un medicamento y ha habido innumerables casos, como el de Camila, en los que después de visitar 4 veces la sala de urgencias de una clínica, no se les ha autorizado un examen para definir lo que por dentro está acabando con su vida. Y todos nos preguntamos, dónde están los grandes médicos, los que verdaderamente ejercen su carrera con amor, dónde están los crack de la medicina y la ciencia. Quizás estén escondidos tras una bata, pero con la mente en otro lugar. Frente a una pantalla, preguntando los síntomas y redactando con rapidez en el teclado de la computadora, con un examen básico y sin mirarle los ojos al paciente recetan su fórmula perfecta: Acetaminofén para el dolor, algunas veces suero y quizás los medicamentos más favorables que la EPS pueda cubrir. El tiempo también cobra vida y parece que los minutos a Camila le fueron robados en medio de los ires y venires desde su casa a una clínica, sí esos minutos fueron
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robados, esfumados y censurados en medio de los consultorios y los pasillos... Este 28 de enero, esa joven que se fue de este mundo sin querer, anhelaba y apartaba ese día como una fecha cálida, donde el amor era protagonista de sus ganas de vivir, una fecha que le daba más felicidad y compañía de uno de los seres que le sacó múltiples sonrisas y emociones, su gran amor. Por este motivo queremos invitarlos a que hagan parte de esta marcha que juntos haremos en nombre a nuestra gran y única Camila, así mismo que seamos la voz y manifestación de quienes no pueden protestar. Ojalá este mensaje llegué a tocar los corazones de cada miembro que este inmerso en el mundo de la salud, hoy fue Camila, mañana será otro más de este país. Llenaremos las calles del municipio de Turbo de color blanco, camisas, globos, rosas, pancartas, sobre todo la paz y la armonía que la caracterizaban a ella. Finalmente realizaremos un recorrido desde la Universidad de Antioquia hasta la Clínica Central. “¿Pero ¿quién es este asesino en serie, que mata todo lo que toca? Habría que meterlo preso, se me ocurre. Pero ocurre que no se le puede encarcelar porque él tiene la llave de todas las cárceles. Y porque es un sistema, un sistema universal de poder que ha convertido el mundo en un manicomio y en un matadero. Estamos gobernados por una dictadura invisible”.
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Y se realizó la marcha de protesta Tal como fue planeada por el Comité Asomilín, la marcha se cumplió jueves el 28 de enero como evidencian las fotos que se incluyen. Participaron cerca de trescientas personas, la mayoría estudiantes y compañeros de Camila, también personas adultas, que así no la conocieran, entendieron que era la ocasión para mostrar inconformidad por la forma como funciona el sistema de salud en Turbo.
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“El Comercio. La voz impresa de Urabá”. Periódico bimensual, Enero- febrero, en su edición número 47 registró la marcha. Tituló en primera página “A Camila la mató la negligencia y la ineptitud de los médicos del Hospital de Turbo” con una foto ampliada del rostro de Camila. Narró que la marcha salió desde la sede de la Universidad de Antioquia en Turbo y llegó el parque Piscisi de Turbo; que la mayoría vestía camisas blancas con estampados de mariposas rosadas en vuelo y que portaban pancartas alusivas a la negligencia médica. La primera parte del recorrido se hizo en silencio, escuchado la canción “Te extrañaré” de Tercer Cielo. Durante la marcha se corearon frases para manifestar el sentimiento de inconformidad que era el objetivo: “El pueblo lo dice y tiene la razón, la negligencia médica es la perdición”. “La Ley 100 asesino a 100”. “Médico negligente trabaja para la muerte”. “Ella suplica atención, no se inventa el dolor”. “Pueblo que no protesta, pueblo sin vergüenza”. Dice el periódico: La ira iba por dentro; las voces entre graves y agudas salieron desde la sede universitaria gritando al unísono hasta el parque Piscisi consignas de respeto por la vida, contra la negligencia médica, contra la ineptitud de los médicos, contra el sistema de salud nacional, contra la formulación de acetaminofén como remedio para todos los males.
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¿Negligencia médica o sistema criminal? Jairo Alberto Banquett
Así tituló el editorial del periódico La Chiva de Urabá el sábado 30 de enero del 2016. Editorial que contiene reflexiones sobre el funcionamiento del sistema de salud colombiano, que bien vale la pena dejarlas consignadas en este libro, porque se ajustan al objetivo de motivar cuestionamientos que llevan a revisar y mejorar. “A pesar de que mucho se ha debatido acerca del sistema de salud creado por el Estado colombiano a partir de la ley 100 de 1993, pocas veces se ha puesto el dedo en la llaga, señalando de frente a uno de los actores del proceso como los médicos, de ser responsables de lo que está sucediendo. Así lo entendió un grupo de estudiantes del Comunicación social – Periodismo de la universidad de Antioquia, sede Urabá, desde la muerte de su compañera Camila Cárdenas en diciembre del año pasado, quien según las denuncias consultó a tiempo y el profesional de la medicina nunca examinó los síntomas, pero tampoco buscó las evidencias a través de un examen de laboratorio, lo que a la postre le quitó la vida a la joven comunicadora en formación. El actual sistema de salud convirtió en esclavos asalariados, en víctimas a los galenos y rompió la relación médico-paciente sin que estos se revelaran contra unas empresas prestadoras de salud EPS que les hacen violar su juramento al momento de optar el título.
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Estamos seguros de que los médicos no son los responsables, son víctimas; pero sí es verdad que algunos han sucumbido a los regalos de computadoras, viajes y renovación de contratos si mandan más acetaminofén o diclofenaco o porque sus pacientes son menos costosos para las EPS. Hay unos pocos que han preferido independizarse o en casos extremos han dejado la profesión antes de convertirse en matones al servicio de un sistema criminal que parece no tener intención de desmovilizarse. Al cierre de la presente edición los estudiantes realizaban una marcha para evidenciar lo que ellos llaman negligencia médica, pero es hora de que los médicos dejen escuchar su voz ante los señalamientos”. El Heraldo de Urabá. “Pidieron justicia para determinar las causas sobre la muerte de Camila Cárdenas Vélez” Este fue el titular que utilizó El Heraldo de Urabá para hacer el recuento de la forma como se realizó la marcha de protesta por la muerte de Camila, el primero de febrero del 2016. El texto completo se puede leer en la siguiente dirección, aquí se presenta un resumen. http://elheraldodeuraba.com/en-turbo-estudiantesprotestaron-por-negligencia-medica/
Al pasar frente a la sede de la Clínica Central de Turbo, una estudiante de la Universidad de Antioquia dio la orden de parar la marcha. Todos
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cumplieron. Desde un altoparlante, un artista que hacía el dramatizado sobre lo que implica el paseo de la muerte, leyó el juramento hipocrático en el que los médicos, al graduarse, prometen ser fieles, respetar los derechos humanos y servir. Era como un grito ensordecedor que pegaba contra las paredes de la clínica llamando la atención. La marcha inició en el barrio Gonzalo Mejía desde las instalaciones de la sede de la Universidad de Antioquia. Con camisetas y bombas blancas, los marchantes protestaron pacíficamente, gritando consignas contra un “sistema y médico y negligente” que no atendieron el último epitafio de Camila: “ les dije que estaba enferma” . Durante el recorrido se escucharon también consignas contra los medicamentos genéricos autorizados por las EPS, como un paliativo que cura todos “los dolores de cabeza, las piernas, el dengue y el zika”. “Me duelen las piernas, acetaminofén”, “me duele la cabeza, acetaminofén”, “tengo fiebre, acetaminofén”, gritaban a todo pulmón. A un mes y 11 días, a Eliécer y su esposa, los padres de Camila, se les vio aparentemente tranquilos, caminando durante la marcha: “mi hija fue una víctima de la violencia, de la frialdad, de un mal manejo que le dan a la salud, desafortunadamente murió después de un tratamiento de 3 a 4 días donde no sabemos realmente que pasó, pero más que del sistema, fue víctima de los médicos”.
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Homenaje a Camila en La Cámara de Comercio de Urabá En Proa a Urabá. Publicado el 18 junio 2016
Hicimos parte de su mundo y ella conoció el nuestro, entramos a una vida llena de gozo, de dulzura y esperanza, nos topamos con las sonrisas puras, esas que salen del alma y nos contagian, coincidimos en un tiempo destinado y en él también se unieron los momentos, las risas, los trabajos... Se formó aquello tan valioso que tenemos en la vida, la amistad. Aquella que perdurará en cada uno de nosotros y que permanecerá allí de donde nació, del corazón. Los invitamos a que vean el siguiente video que es la representación de lo que fue nuestra compañera y amiga, Camila Cárdenas Vélez. https://www.youtube.com/watch?v=oWIN2BOZx-c Más información en el canal de Youtube de Silvia María Vélez Restrepo
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Conclusión final Por Silvia María Vélez. Madre de Camila
El mayor regalo que recibí de la vida, es la primera definición que se me ocurre decir sobre Camila. Llegaste a mi vida de forma inesperada, cuando ya tenía varios años de matrimonio y había cumplido 40 años. La primera reacción fue de sorpresa y preocupación al pensar cómo iba yo a criar una niña que estaba segura sería la única hija que tendría. Pero una vez que te tuve en mis brazos por primera vez, tuve la certeza de que lo único que debía hacer era entregarme en cuerpo y alma a ti. Tu llegada cambió por completo mi vida, concentré todas mis energías, mis capacidades, mi mente y mi corazón hacia tu formación. Volví a ser niña para compartir contigo y con tus amigas la niñez, volví a ser adolescente para entenderte y guiarte en esta difícil etapa
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de la vida y hubiera querido volver a ser joven para acompañarte y orientarte en la toma de decisiones definitivas para tu vida. Mi entrega hacia ti fue tan absoluta que algunas amistades se alejaron de mí aduciendo que había cambiado mucho. Pero jamás me arrepentí de ello. Siempre estuviste en mi vida como prioridad, por encima de cualquier cosa. Sé que fueron pocas las veces en que te dije cuánto te amaba, pero siempre me esforcé por demostrártelo con hechos y estoy segura, porque así me lo confirmaste, que sabías del profundo amor que siempre he sentido por ti. También significó mucho para mí la relación que tenías con Diego Luis, mi hermano discapacitado, quien era muy cercano a nosotras. A pesar de que lo veías poco, te preocupabas por él. Aún siendo una niña pequeña le escribías a Dios pidiéndole que pudiera caminar. En tus visitas a Medellín compartías y disfrutabas mucho tiempo con él y eras muy feliz con todo lo que hacía o decía. Mientras estuviste entre nosotros, tal vez no hayas dimensionado la ayuda que recibiste de mi familia, especialmente mis hermanas y hermanos. Pero estoy segura que desde tu nueva morada te has dado cuenta de ello. Por eso quiero aprovechar, en tu nombre y en el mío, agradecerles a todos mis familiares lo que hicieron por tu bienestar y por lo tanto por nosotros, tus padres.
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Puede sonar raro que una madre diga que admira profundamente a sus hijos, pero yo puedo hacerlo con la certeza de no equivocarme. Siempre admiré tu responsabilidad, tu generosidad, tu fortaleza. Tu lealtad hacia los que amaste no tuvo límites, aprovechabas cada ocasión que se te presentaba para agradecer a otros cualquier detalle, actitud o circunstancia que consideraras digna de mención. Y por tu personalidad solidaria y sociable, casi todo era digno de mención. Fuiste una comprometida cabal con el medio ambiente. Procuraste el bienestar de todos los seres vivos (a excepción de cucarachas y cucarrones que te generaban tanto miedo). A pesar de ser hija única, acogiste a tus amigas (os) como si fueran tus hermanas (os); fuiste solidaria con todos los que requirieran ayuda. Es por todo esto que tu muerte ha sido tan dolorosa. Cualquier muerte, a cualquier edad deja un vacío imposible de llenar, pero duele inmensamente una muerte que se hubiera podido evitar con un tratamiento médico más oportuno y humanitario, en una niña como tú que apenas comenzaba a florecer. Duele recordar la indiferencia y desdén con que fuimos atendidas la víspera de tu muerte cuando me impidieron entrar contigo a la consulta, aduciendo que, según la ley, eras mayor de edad, a pesar de que tus condiciones de salud ameritaban acompañarte, pues yo, además de ser tu madre, era quien había estado a tu lado durante los días de
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tu enfermedad y podía aportar datos valiosos para el diagnóstico. Y aunque no hubiera podido aportarlos, por lo menos hubiéramos recibido algo de humanidad y sensibilidad por parte de los médicos que siempre hicieron énfasis en que eras muy mimada. ¡Lástima que muchos profesionales de la salud estén tan llenos de arrogancia e indiferencia, que olvidan ser sensibles y humanos con sus pacientes, que deberían ser su razón de ser! Nunca olvidaré tus palabras aquella noche del 17 de diciembre de 2015 “siento que se me están reventando las venas de las piernas”. Yo no necesitaba estudios de medicina para saber que esto era muy grave, aunque el diagnóstico de la doctora que te estaba atendiendo era que “somatizabas el dolor”. Tu muerte me dolió infinitamente, pero fue más horrible ver tu sufrimiento y la indiferencia de los médicos que no tomaban en serio tu gravedad. No se borran de mi mente las últimas palabras que nos dijimos durante las dos horas previas a tu muerte. Creo que de alguna forma sentías que ibas a morir, al igual lo pensaba yo, aunque ante tu pregunta “¿me voy a morir?”, mi respuesta fue “no lo creo”, solo para darte un poco de tranquilidad. Esa fue también la oportunidad para decirte por última vez “yo te quiero mucho Cami”, y para recibir tu respuesta “yo sé má”. Aquella frase con la que tú misma tratabas de animarte “como estoy de guapita” me conmovió hasta el fondo del corazón, aunque a los médicos no les
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parecías nada guapa. Insistían en que “estabas somatizando”. Hoy, mirando hacia atrás, admiro profundamente tu valentía y tu serenidad frente a la proximidad de tu muerte. Agradezco que durante tus últimos momentos de conciencia hubiéramos podido hacer juntas la pequeña oración “el Señor está conmigo y me fortalece”. Mi dolor se aumenta cuando tu muerte sucedió estando en la ambulancia camino al hospital de Apartadó y no se me informó nada. La doctora que te atendía se limitó a suspender la manipulación de un aparato, sin intentar alguna forma de reanimación. Desconozco cuáles sean los protocolos a seguir en estas circunstancias, pero hubiera agradecido un gesto humanitario y solidario, o por lo menos haberme informado lo que estaba sucediendo. La indiferencia médica en este caso no consistió únicamente en considerar que todo lo que te estaba sucediendo era producto de “mimos” sin tratar de buscar la causa de tus dolencias, también consistió en una carencia total de compasión frente a nosotros. Hoy, cuando ha pasado un año de tu partida, después de que en Turbo a raíz de tu muerte se organizó y celebró una marcha preparada y convocada por tus compañeros y amigos contra la negligencia médica, la cual tuvo eco inclusive en los medios de comunicación regionales y nacionales, no hemos recibido de parte de los profesionales que te atendieron una palabra de condolencia, ni de solidaridad. Ni siquiera nos dijeron “hicimos todo lo posible”. Es una lástima
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que olviden el juramento que hicieron cuando se graduaron y que ejerzan la medicina solamente con ánimo mercantilista. Te confieso que en el momento en que me confirmaron tu muerte, me daba pena contigo desahogar mi dolor, mi rabia y mi impotencia frente a lo que había sucedido. No quería que me vieras desesperada y puse todo mi esfuerzo para que Eliécer, Javier y las amigas que nos acompañaban, se controlaran, pero fue misión imposible. Espero no haberte defraudado con el fracaso de esta intención. Frente a la realidad de tu muerte, tuve muy claro que debía velarte al menos por unas horas en Turbo, la ciudad en la que creciste para permitir que tus compañeros, amigos y vecinos pudieran despedirse de ti. Y la Sala de Velación se llenó de lágrimas y lamentos, nadie podía creer lo que te había sucedido. Y llegó la hora de partir para Medellín, donde íbamos a realizar tus honras fúnebres. Recuerda que nunca quisimos viajar por carretera porque nos daba miedo de que algo nos pudiera suceder, sin embargo, este tu último viaje lo tuvimos que hacer de esta forma. En el carro fúnebre viajaba conmigo mi amiga Silvia, a quien agradezco su compañía y pido disculpas si de alguna forma la obligué a acompañarme, y aunque sabía que estabas muerta me sentí acompañada por ti. No hablé nada ni derramé una sola lágrima durante el viaje porque te sentía tranquila y eso me daba
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serenidad. Después de cerca de diez horas de viaje llegamos a la sala de velación, me emocionó ver a la familia y a las amistades esperando por ti y por nosotros. Experimenté sensaciones de paz interior y agradecimiento al escuchar las oraciones que se elevaban por tu alma y las canciones con las que te rindió homenaje Lina Marcela, la amiga invidente de Diego Luis. También me emocionó ver que gran número de amigos viajaron detrás de nosotros para acompañarte en la velación y en la misa, para después hacer el mismo largo viaje de regreso a Turbo. Demuestra que las semillas de amistad y afecto que sembraste rindieron sus frutos. Sea esta la ocasión para agradecerle a todos estos acompañamientos. Y luego, cuando regresamos de la sala de velación a la casa de mis hermanas Azucena e Inés Elvira, me encontré con los ojos de Diego Luis. Supongo que quería y podía decirme mil cosas, pero simplemente nos hablamos con el corazón. Sus únicas palabras para mí durante los días que estuvimos en la casa familiar fueron: “Buenos días Silvia” Pero sus ojos y su corazón se aferraban a mí dándome todo su apoyo, al que yo respondía de la misma forma. Y pasados algunos días, llegó el momento de disponer de tus cenizas. Desde tu partida tuve muy claro que no iba a dejar tu cuerpo físico depositado en un cementerio o en un cenizario. No estaba dispuesta a continuar la vida visitando una tumba, lo que en medio de la tristeza me haría recordarte pensando solo en los últimos
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momentos de tu vida. Mi deseo es evocarte como el ser humano con el que compartí tantos años y de quien aprendí tanto, de la niña de la cual siempre me sentí orgullosa, aún más ahora después de tu partida. Y más cuando todavía te estoy descubriendo y conociendo a fondo a través de tus escritos, de los comentarios de tus compañeros, de tus amigos, de tus educadores y de aquellos que estuvieron cerca de ti. Así que cuando retornamos a Turbo decidimos que tus cenizas quedaran en el lugar que más amaste y que mayor felicidad te dio: el mar. Aquel mar que disfrutaste con todas tus amigas, ese mar donde puedes seguir disfrutando eternamente hasta que volvamos a encontrarnos. Sea esta la oportunidad para agradecer infinitamente al Capitán Edgar Mendoza (que en paz descanse), al Capitán Rodrigo Quintero, al Capitán Luis Guillermo Vanegas y su esposa, quienes en un acto de generosidad nos prestaron la lancha en la que efectuamos el viaje que nos llevó a alta mar para dar disposición final a tus cenizas. También para agradecer a las madres de tus amigas que en muchas oportunidades hicieron el papel de mamás contigo. Finalmente quiero rendirte un homenaje y darte las gracias por todo el amor que nos diste tanto a nosotros, tus padres, como a todos aquellos que se cruzaron en tu camino. Gracias por haber sido increíblemente tierna, amorosa, responsable y leal. TE AMO CON TODO MI CORAZÓN.
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