viajero bacanal
La isla del no problem ofrece un combo tentador de alojamiento “all inclusive”, actividades en la naturaleza, cultura rastafari, comidas tipicas y el reggae como musica de fondo, para sentir que la pausa es la que prima en este lugar. texto Susana Parejas fotos Susana Parejas y Oficina de Turismo de Jamaica
E
s la tierra más hermosa que jamás se haya visto, sus montañas tocan el cielo”, cuenta la historia que dijo Colón cuando avistó la isla en su segundo viaje, en 1494. Jamaica logra ese impacto. Mar en todos los tonos de turquesa, arenas blancas, muy blancas, y el verde de las Blue Montains, la cadena montañosa que recorre la isla y que sí se eleva al cielo. Por eso, aún con mucho de leyenda, las palabras del almirante bien podrían haber salido de su boca. Sin embargo, aunque los españoles fueron los primeros que recalaron en ella, hoy no se habla español, sino inglés: Jamaica es la isla anglófona más grande del Caribe y la tercera en la región. Claro que el inglés que se escucha, con una musicalidad especial, es para los turistas, los jamaiquinos tienen su dialecto: el patois, una mezcla de inglés, de diversas lenguas de África Occidental y de otros idiomas. Imposible saber de qué están hablando. Los españoles con su castizo fueron expulsados por los ingleses. Henry Morgan (el pirata) llegó a ser teniente gobernador de la isla. Los ingleses también se fueron,
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BACANAL ene/feb 2013
pero dejaron no sólo el idioma sino la costumbre de manejar por la izquierda. Al principio la sensación de ir de contramano hace cerrar los ojos en las curvas, pero luego comienza a hacerse costumbre y relaja el viaje en micro desde el aeropuerto hasta el hotel en Montego Bay, o “Mo-Bay”, como le dicen aquí, a apenas una hora y cuarto de vuelo desde Miami. Es la segunda ciudad más importante, ubicada en la costa Norte, y es por donde se comienza a descubrir la magia de este lugar. Una vegetación exuberante de un verde intenso acompaña a los costados de la ruta, y por momentos se interrumpe con entradas majestuosas con enormes portones de hierro negro. Parecen algo así como countries de lujo, pero allí están los complejos hoteleros que supieron imponer desde hace años el sistema “all inclusive”, y que le dio el apelativo de ser “el resort por excelencia”. Pero Montego Bay, además, cuenta con pequeños albergues y hosterías, para los que quieran estar más cerca de la vida jamaiquina.