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Entrevista
ROBERTO PETTINATO EL GRAN GATSBY ARGENTINO
Hiperactivo, provocador, no tOMA NI DA descanso. PETTINATO No para de hablar, de escribir, de tocar el saxo, de crear escenarios que lo saquen DE LA Radio + television. Fanatico del free jazz Y deL STAND UP, jugador de toda la cancha, DISFRUTA SUS OCURRENCIAS CON LA ELEGANCIA DE UN DANDY DE LOS AÑOS 20.
texto Pablo Strozza fotos Alejandra Lopez PRODUCCION Andy Benegas
P
ienso en la lista de los discos de jazz y creo que Transition, A Love Supreme y Live in Japan tendrían que ser los tres clásicos de Coltrane. Bitches Brew y los Plugged Nickel tendrían que ser los de Miles, y Art of the Improvisers, Tone Dialing y Virgin serían los de Ornette Coleman; la caja con diez discos en vivo de Cecil Taylor, Four For Trane de Archie Sheep, cualquiera de David S. Ware o de Susie Ibarra, 1975 de Anthony Braxton, Gerry Hemingway, todos los Sun Ra, ¡y nada de Joshua Redman o Ravi Coltrane.” Clara, la mamá de Roberto Pettinato, está internada, grave, a punto de morir. Su hijo es consciente de la situación. Pero, parte para abstraerse de lo inevitable y parte porque es su vida, Petti no puede con su genio y se manda, mentalmente, a hacer su lista de ese momento de los mejores álbumes de jazz de la historia. Este relato es parte de La isla flotante, una novela donde se cuenta la relación entre sus papás, y al mismo tiempo una muestra, desde adentro, del peronismo de Perón y las secuelas que dejó el golpe de estado de 1955 en familias como
los Pettinato, tan vinculadas con el gobierno del General. “Roberto Pettinato: Las dos caras de la verdad” era el título de tapa de la edición de la revista Rolling Stone de mayo de 2003. A saber: hay un Pettinato mainstream, que es el televisivo y el de la radio; y otro under, el que saca grandes discos que pasan inadvertidos, edita libros y hace stand up comedy. Nos ocuparemos del segundo caso, y más precisamente de los subconjuntos Música y Stand Up. Del tipo que edita discos de free jazz con luminarias del género como Henry Grimes por la multinacional Sony a sabiendas de que no serán ni a palos híper vendedores, que versiona el clásico “Aurora” hasta hacerlo irreconocible (no esperen escucharlo en los actos de los colegios primarios como sí suele ocurrir con el cover del Himno Nacional por Charly García), que comenzó a realizar espectáculos de humor en vivo en solitario y que se da los gustos en vida. Petti es una persona difícil: esta nota que van a leer llevó mucho tiempo de producción. Primero quiso que se lo retratara onda Marlon
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Brando en Nido de ratas, luego su sugerencia viró a la tapa de Weasels Ripped My Flesh de Frank Zappa y luego se copó con esta propuesta de dandy estilo Francis Scott Fitzgerald. Y por más que el periodista interactuó con él en la toma fotográfica, exigió que se le mandaran las preguntas por escrito y por mail y así fueron sus respuestas. Igual, al leer el texto se puede hacer el ejercicio de imaginar su voz respondiendo de manera oral, y funciona. Con ustedes, Roberto Pettinato, el músico y el performer. -Me gustaría que le expliques a una persona que te ve en la televisión o que te escucha por las mañanas en la radio qué es el free jazz. -No hay nada que descubrir. El free jazz nació en los 60 en Estados Unidos como una respuesta de la comunidad negra a los desagravios y barbaridades a las que venía siendo sometida desde hacía años y aprovechando el movimiento hippie y de revueltas de Berklee y demás comenzó a generarse esta suerte de “rap violento¨. La violencia del free es la violencia de un pueblo oprimido, o por lo menos de una comuna o ghetto. Hay música que requiere concentración, otra diversión y otra simplemente mirar por la ventana del auto cuando estás en un atasco. El free es violento, revuelto, macizo y agresivo. Los que tienen mucho para decir pueden tocarlo. Los que no sólo harán ruido para que los mates. Yo escuchaba esta música en el colegio y quería eso, pero siempre me decían que tenía que aprender a tocar normal primero para después poder llegar a tocar así. Ahora que ya no dispongo de tanto tiempo de vida, no pienso preocuparme por aprender lo que no sirve si no concentrarme en lo que aprendí por mi cuenta. Esto es un consejo para todos, ya que estoy. -Varias veces contaste que la canción de Frank Zappa The Eric Dolphy Memorial Barbacue te llevó a escuchar a Dolphy, y de ahí investigar a John Coltrane, Ornette Coleman, Cecil Taylor y meterte en el free jazz. ¿Qué músicos de free contemporáneos escuchás y por qué? -No escucho mucho los contemporáneos aunque hay bandas y se hacen homenajes a Albert Ayler y demás. Pero creo que con Taylor, ¡que de hecho iba a venir al concierto de Nueva York mío con Henry Grimes y por un resfrío no lo pudo hacer!, es suficiente. ¡Imagino a Cecil Taylor sentado ahí, por Dios! Creo que hay que escuchar a Sun Ra porque tiene de todo y a Ornette Coleman, pero el free violento está de la mano del John Coltrane de Cosmic Music o Live in Japan. Evan Parker y otros también están bien pero sería una locura, más la locura que ya es esta música, estar buscando contemporáneos que la toquen. Es como la experiencia de beber agua. Uno no mira a otros que la
"soy el saxofonista de Sumo, eso ya es suficiente para mi. Y No escuchE ningUn saxofonista argentino que me ponga la piel de gallina". beben ni busca nuevos bebedores de agua para compartir una botella. ¿Uno qué hace? Bebe el agua. Esto es igual. El free se toca y se vive ahí mismo. Por eso ponemos el cartel en los conciertos que dice “Support Live Music”. Porque es así. Es el preciso momento, aquí y ahora y ahí está. Nada de sobre grabaciones, nada de nada. Lo increíble es como te das cuenta de los músicos cuando son de free de verdad, como estos con los que grabé y han estado junto a Archie Sheep, Sonny Rollins, Thelonious Monk. Y te das cuenta cuando estás con tipos temerosos o que se quieren hacer los locos, al estilo “Hagamos algo rarito”. ¿Algo rarito? Eso es horrible. La música no es rara, es solo sorda para algunos oídos. -¿Cuál fue el momento en el que tomaste coraje para decir “Ahora debo grabar free jazz con esta gente”? ¿Hubo un disparador? -Sí, el pensar que el descarnar llegará, y que tenía que hacer una lista de cosas que quiero hacer. “Ya no hay tiempo de más”, decían los Manal. Y uno tiene que concentrarse en hacer cosas que quiere hacer. Ya estuve con Luca, con Sofovich, con baúles llenos de cupones y secretarias bonitas, también con grupos solistas y escribiendo libros y en la radio y demás. Creo que en medio de todo eso hay que hacer lo que a uno le gusta de verdad. No todo puede ser trabajo. Y, por otro lado, hay cosas que hago porque alguien las tiene que hacer para que queden documentadas y nada más que por eso.
sectas, stand up y free jazz “No todo puede ser trabajo”, dice o escribe Pettinato. Y también: “Ya estuve con Luca, con Sofovich, con baúles llenos de cupones y secretarias bonitas, y también con grupos solistas y escribiendo libros y la radio y demás. Creo que en medio de todo eso hay que hacer lo que a uno le gusta de verdad”. Esa multifusión, ese todoterreno, lo coloca siempre un paso más allá del resto, un paso más allá de sus competidores, de sus seguidores, de sus detractores. -¿Sentís qué estos discos son una revancha para todos los que subestiman tu forma de tocar el saxofón? -Yo soy el saxofonista que venía de Sumo, y eso ya es suficiente para mí. No he escuchado ningún saxofonista argentino que me ponga la piel de gallina o que piense que es distinto de cualquier otro de la historia del jazz. O sea, ¿qué sentido tiene estudiarte doscientos solos de Charlie Parker para que después los toques en vivo cien veces peor? El jazz argentino es para que la gente coma maní y ni siquiera se atragante, y eso es lo más triste. ¿Quién puede venir a decirme cómo toco o dejo de tocar el saxofón? Primero miremos la cara de esa pequeña personita que se acercara a darte su pequeñísima clase de buenos modales. Toco peor que todos pero nadie toca como yo. -Fuiste crítico de música. ¿Alguna vez pensaste en sacar un libro sobre tu visión de
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la música, rock, jazz, free o lo que sea? -Ese es uno de los libros que sacaré un día. Siempre quise escribir de música, y lo hice cuando dirigí La Mano durante cinco años y escribía las editoriales que, según Marcelo Fernández Bitar, mi secretario de redacción, eran buenísimas. -¿Tenés algún nuevo descubrimiento musical para recomendar, extranjero y/o nacional? -No y jamás lo haría. No quiero que la gente escuche la música que yo escucho. Siempre fui de los que dejaban de ver lo que todos veían y me encantan las sectas para cualquier cosa. Y las sectas musicales son lo mejor. Tengo autores de libros y demás que jamás confesaría porque no quiero que la gente lea o escuche lo mismo que yo. Ya bastante he comentado. No soy un servidor del pueblo durante todo el día. Cada uno tiene sus descubrimientos y su propio background. Nadie confiesa todo, jajaja. -¿Cómo ves la actualidad del rock argentino? -No me interesa en lo más mínimo el rock argentino a esta altura. Sí los respeto como músicos y me encanta hablar con ellos pero, ¿qué puedo decir de las bandas de hoy? Que sigan copiando a Calamaro y que vayan a comer pizza al barrio. -¿Qué opinaba Luca Prodan sobre el free jazz? -Luca vivía feliz porque siempre me contaba sobre esa carpa de circo en la que se había tomado un ácido, y justo tocaba el Art Ensamble of Chicago, y se le voló la cabeza. Siempre envidié que hubiera podido escuchar a esa banda demencial. -Te volcaste al stand up en los últi-
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"No quiero que la gente escuche la mUsica que yo escucho. Tengo autores de libros que jamAs confesarIa porque no quiero que la gente lea o escuche lo mismo que yo". mos tiempos. ¿Qué paralelismos se pueden encontrar entre el free jazz y el stand up? -Fue el año de la libertad. El stand up en mi caso es justamente el free jazz llevado a la palabra. Pero no con agresión sino con diversión. A mí me hacía reír Federico Peralta Ramos, que estaba con Tato Bores. Y Verdaguer tenía la actitud y esa forma de decir las cosas. Pero capaz que en mis tiempos me reía con Calígula o con Ernesto Bianco. Hoy me río con Francella cuando hace caras. Y con Suar. No me río con gente que es igual a mí, sino con los que son completamente distintos. Voy camino hacia la libertad absoluta o por lo menos a lo más cercano a eso. Creo que tengo mucho para decir sin necesidad casi de guiones, porque tampoco es cuestión de ir a hacer el loco suelto y que la gente se quede afuera. -También musicalizaste la videoinstalación de tu mujer Karina El Azem en el Centro Cultural Recoleta. ¿Cómo es realizar música en función a una obra artística de otra persona? -Nunca lo había hecho antes. Soy una persona muy objetiva en el sentido que no me importa si es mi esposa. Es una artista talen-
tosa y soy un admirador de sus trabajos. No soy de los que promocionan a la esposa porque vende velitas para las mesas navideñas. El Azem, como le digo, no es Karina. Es El Azem, la artista. Y para mí fue un honor hacer la música de un video tan chiflado. Una novedad fue que el video duraba 4 minutos pero la música era la que se movía libremente... ¡y duraba una hora 20 minutos! Entonces la gente pasaba y todos habían escuchado algo distinto. Supuse que nadie se quedaría mucho tiempo mirando y así fue. Entonces es gracioso que la música se disolviera en distintos planos de escucha y que, al final, nadie la escuchó completa. -La última: ¿cuáles son tus planes para el año 2013 en función a la música y el stand up? ¿Seguirás con la TV y la radio, se puede adelantar algo al respecto? -Comenzaré con las grabaciones seguramente de una comedia con mis hijos pero no como Los Osbourne ni nada así. Estamos trabajando con Homero en eso, viendo qué hacemos. Es una idea excelente. Son grandes talentos a desarrollar y muy graciosos por sobre todas las cosas. Y mis cinco hijos tienen un humor que sin duda no es el clásico argentino pero tampoco el despreciado. Tienen una dosis de ironía que los convierte en algo especial que vale la pena trabajar. También habrá, si se concreta, dos libros: uno para niños cochinos, como digo en la radio desde hace nueve años, y el otro humorístico. Y por supuesto, el stand up que, quiera Dios, sea la base de todo lo que me mueve artísticamente hablando.
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Agradecemos a la Dirección General de Espacios Verdes y a Alejandro Pérez, Director Operativo del Parque Tres de Febrero.