78 Balcei 200 marzo 2022
#alcorisasaleunida
nuestra historia
almirantazgo iban a cambiar su destino, tendría la oportunidad de combatir dentro de unos de los cuerpos mas preparados para el combate del ejército británico en esos momentos, a pesar de tener un alto riesgo para su vida, pero Manuel ya había estado en situaciones extremas de riesgo a lo largo de los últimos años, la guerra civil, la huida a Francia, el infierno de Narvik, y ahora la oportunidad de ser lanzado en territorio español, bien preparado y respaldado por un ejercito fuerte, con todo ello sabía del riesgo que corría, pero valía la pena intentarlo, no había llegado hasta aquí para abandonar, sus ideas firmes y los seres queridos que había perdido le daban fuerzas para seguir luchando. Dentro de la 1ª Coy se emplazó a tantear a algunos de sus miembros para proceder a un sigiloso reclutamiento, todo este proceso se llevaba discretamente para mayor seguridad de la operación. Según el testimonio de un miembro de la compañía explica, “al cabo de algún tiempo de estar en la compañía vinieron unos oficiales británicos para enrolar voluntarios en misiones de cierta importancia y alto riesgo”. Esta propuesta no se hizo de forma general a toda la compañía, se centró individualmente y en círculos restringidos, tal propuesta iba dirigida a aquellos que los mandos consideraban aptos para comandos por su capacidad física e intelectual, formación, juventud y otras cualidades para actuar en ese cuerpo. Pero sobre todo se valoraba más a los que procedían de la Legión Extranjera Francesa y habían estado luchando en Narvik, como era el caso de Manuel. Tienen que tener aptitudes como la iniciativa, arrojo, prudencia, rapidez de captación y de reflejos, además en el caso de los españoles se sumaba un aspecto más: la garantía ideológica. En un primer momento los mandos británicos no explicaban abiertamente el motivo de su reclutamiento e instrucción, no era actuar directamente contra los alemanes, sino, en caso necesario en España. Otro testimonio explica que “los británicos conocían bien el historial de los españoles que estábamos con ellos, aparte de nuestras declaraciones al ingresar en las fuerzas británicas, se habían informado de los antecedentes de cada uno a través de su embajada, consulados u otros servicios en España, no nos dijeron claramente que nos preparaban para actuar en España, pero era evidente”. En el caso de Manuel, sabían que había pertenecido con el grado de capitán en la 117 Brigada Mixta de la 25 división. “El oficial que mandaron a reclutarnos dijo que deberíamos someternos a un entrenamiento intensivo, aceptamos 40, participamos en los cursos, que se hacían en pequeños grupos y en lugares apartados”. Los británicos exigieron un sigilo a un mayor acerca de las actividades desarrolladas y si alguien los oía hablar en castellano, dijeran que eran sudamericanos. Varios testimonios aseguran, “se nos hizo firmar un documento en el que prometíamos no divulgar nuestra actividad”. A pesar que se toman las máximas precauciones sobre la extrema discreción de la formación de estos comandos, no sirvió para que pasara desapercibido ante el gobierno de Madrid, cuyos servicios de espionaje no pierden de vista a los exiliados. Ángel Alcázar de Velasco, falangista que trabajo en la embajada española en Londres, realizando espionaje a favor de Alemania, cuenta que tenían conocimiento de la existencia de la formación de estos comandos, incluso habla que había “comandos españoles de los refugiados, algunos ya enrolados en las brigadas de choque
Comandos británicos adiestrándose en la lucha cuerpo a cuerpo, indispensable para las incursiones en territorio enemigo.
del ejercito inglés y que cuando se decidiera por parte de las autoridades militares, volverían a España a cumplir la misión que les encomendase y para la que estaban dispuestos”. Ángel Alcázar de Velasco se refiere a estos hombres como los “reconquistadores de España, que son hombres fogueados en Noruega, donde han sido la mejor resistencia opuesta a la Werhmacht por los soldados de su Majestad o que “los combatientes de Narvik venían sedientos de combatir contra la Guardia Civil”. No cabe duda de que en la embajada española en Londres y por consiguiente en Madrid, tenían una idea bastante aproximada de las actividades de este núcleo de exiliados. Además la representación diplomática franquista en Londres, realiza un puntual control, por parte de sus agentes, entre ellos se encuentra un expolicía de Scotland Yard llamado Sharpe, a sueldo, contratado por la embajada para seguir los pasos de los dirigentes republicanos exiliados más destacados en Gran Bretaña, como a Juan Negrín, Salvador de Madariaga, Segismundo Casado, Carles Pi-Sunyer, el médico Josep Trueta, entre otros, este último se cruzaría en la vida de Manuel de una manera crucial para él. Al cabo de un tiempo deliberando sobre los candidatos para la operación “Sconces” las autoridades militares británicas, ya tienen la lista definitiva del grupo de españoles seleccionados, para ingresar en las Training Schools, (escuelas de instrucción) de comandos, son unos cuarenta entre sargentos, cabos y tropa, entre ellos esta Manuel con su grado de sargento. A estos hombres les esperaría un duro y largo adiestramiento, en las técnicas de combate más avanzadas hasta la fecha, a la espera del devenir de los acontecimientos. Continuará…. Víctor Asensio Pérez
Foto de grupo de los Sargentos españoles junto a los oficiales escoceses en la escuela de comandos. Manuel Espallargas es el segundo por la izquierda (de pie), junto a el aparecen entre otros, Grande y Jurado.
Fuentes “Hora Zero”, autor: Emilio Grandio Seoane. “Los españoles de Churchill”, autor: Daniel Arasa. “ Number one Spanish Company”, autor: Antonio Grande Catalán. “Operaciones secretas inglesas en España durante la II G.M”, autor: Michel Alpert. “El ejercito secreto de Churchill”, autor: La Vanguardia 11/6/2020. “Fuerzas de Elite”, editorial Osprey.