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Muy sexual

CURIOSITY MUY SEXUAL

PERSONAS TRANS*

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“ABRE TUS OJOS Y TU CORAZÓN Y APRENDE A VER LO QUE NO VES”. ESE ES EL ESTRIBILLO DE LA CANCIÓN DE PEDRO GUERRA ‘OTRA FORMA DE SENTIR’, Y ES LA ACTITUD QUE SE DEBERÍA MANTENER PARA ENTENDER TODO LO QUE RODEA A LAS PERSONAS TRANS*.

SHUTTERSTOCK

Las realidades son complejas. El término trans* –escrito así, con as- a quienes definen su género como ‘otro’ De ahí que, como señala la terisco– trata de ser inclusivo. De ahí que o describen su identidad en sus propias sexóloga Noemi Parra, de trate de ampliar el significado de tran- palabras”. Malegría Sexología, el tradi- sexualidad. Un vocablo que popularizó Ha- Todo esto que pudiera parecer nuevo cional esquema binario que reduce todo a rry Benjamin, a partir de 1953, para refe- no lo es tanto. Es una realidad que esdos posibilidades no dé cabida a todas las rirse, en sus palabras, “a las personas que tá presente en la historia y en distintas personas. El modelo –el cuerpo, o macho tratan de ajustar el cuerpo a la mente”. culturas. Algunas de las referencias más o hembra; la identidad, u hombre o mu- Trans* va más allá y evita patologizar. antiguas están recogidas en el Código de jer; la expresión de género, o masculina o Según se indica en la web de la Aso- Hammurabi de los babilonios. La mitolofemenina– es excluyente y poco realista. ciación de Familias de Menores Trans* gía clásica está plagada de referencias. De igual manera que (chrysallis.org), el término abarca a Como se indica en la Guía de atención inlo es quedarse en la “todas aquellas personas cuya identidad tegral a las personas transexuales editada heterosexualidad, la sexual no coincide con la asignada al na- por el Gobierno del País Vasco, en la antierótica reproductiva cer. Trans*, por consiguiente, da ampa- gua Roma lo eran las sacerdotisas Gallae, o la monogamia. La ro a múltiples formas de expresión de la adoradoras de la diosa Cibeles. En sánssexualidad, en todos identidad de género o categorías como crito existe la palabra kliba, que designa sus ámbitos, se con- personas transexuales, transgénero, tra- a las personas que no podían considejuga en plural o está vestis, variantes de género, queer o per- rarse claramente ni mujeres ni hombres. POR CARLOS DE LA CRUZ mal conjugada. sonas de género diferenciado, así como Los estudios antropológicos evidencian

Sexólogo

la normalización de la transexualidad en las distintas etnias indígenas de América del Norte –winkte para los siux, elsa para los yumas o nadle entre los navajos–. Algo parecido sucede en África con los sererr del pueblo pokot, en Kenia, o las sarombavy de Madagascar.

Sin embargo, eSta realidad todavía

eS negada por quienes se empecinan en señalar que únicamente las niñas –mujeres– tienen vulva y los niños –varones– tienen pene. Conviene recordar que desde la sexología hay cierto consenso, desde hace más de un siglo, en que los sexos no son excluyentes, ni la identidad una moneda al aire que solo puede caer o cara o cruz. El sexólogo alemán Magnus Hirschfeld ya señaló a finales del XIX que “cada persona es una combinación única e irrepetible de rasgos masculinos y femeninos en distintas proporciones”.

En la misma dirección, Gregorio Marañón, en su libro Los estados intersexuales (1929) afirmaba que “la excepción es la norma”. Dicho de otro modo: la diversidad es un hecho de ciencia.

A pesar de ello, ahora y antes, no solo hay quien niega la realidad, sino que hay a quien parece que le ofende y la combate y rechaza. Toda la obra de Hirschfeld acabó quemada por los nazis, y Marañón, cuando volvió del exilio a la España franquista, ya no retomó estos temas. No obstante, este rechazo no cambia la realidad: la diversidad sigue siendo un hecho; siempre lo será, incluso cuando ha de convivir con la transfobia.

La asignación de sexo –la consideración de mujer o de hombre– por buena parte de la sociedad se suele hacer casi exclusivamente en función de los genitales externos, es decir, de la presencia de vulva o pene. Por eso el sexólogo Joserra Landa propone que esa “clasificación sexual que solo sabe mirar entre las piernas debería aprender a mirar entre las orejas”. La identidad sexual no está en los genitales, sino en lo que cada cual se siente. Tampoco está en los genes, las gónadas, las hormonas o los genitales internos. Ni en los músculos, el vello corporal, la estatura o la formas más o menos redondeadas. Tampoco en la competitividad, la expresión de emociones, la agresividad o el interés por los cuidados.

Una persona es cisexual cuando coincide el sexo sentido por ella misma con el sexo asignado al nacer. En caso contrario, como ya se ha dicho, es trans*. Que tanto puede significar transitar al otro lado como atravesar las etiquetas. Lo que es seguro es que las personas trans* no cambian de sexo. Lo que sí puede cambiar –muchas de las personas trans* lo pretenden– es la categoría sexual que les atribuyen los demás. Para ello habrá quien recurra a bloqueadores de hormonas o cirugía, quien prefiera modificar parte de su estética o quien opte por no variar y, en cambio, hacer pedagogía en su entorno para que quienes lo rodean amplíen los significados sobre qué es ser hombre o ser mujer y qué es lo que le define. Todas las opciones son igualmente válidas.

Noemi Parra propone que se ha de quebrar el pensamiento biomédico que habla de nacer en cuerpos equivocados o que exige diagnósticos psiquiátricos para las personas trans*. Nadie como la propia persona, con su biografía y sus experiencias, para saber su identidad.

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para ser masculinos y a las mujeres para ser femeninas, y que ahora, siguiendo el modelo propuesto por la psicóloga Sandra Bem en 1974, se educa desde la consideración de que los roles de género no necesariamente tienen que ser exclusivos, y que la persona puede ser altamente femenina, altamente masculina o ninguna de las dos cosas, introduciendo así el concepto de personalidades andróginas o indiferenciadas. Algo que debería ser verdad para hombres, mujeres y personas no binarias. Por supuesto, las personas trans* pueden habitar en cualquiera de estas tres etiquetas. ¿Vamos hacia un futuro sin género, un género opcional o un género extraño? Quizá sea pronto para afirmarlo. Pero, desde luego, las categorías excluyentes, binarias y jerárquicas que se han utilizado hasta ahora resultan claramente insuficientes para explicar toda la diversidad. Como sigue cantando Pedro Guerra en su canción: “Es el momento de crecer por dentro y fuera de ti y de entender el fuego de otra llama”.

las personas trans* no cambian de sexo, lo que varía es la categoría sexual que les atribuyen los Demás

Para saber más sobre la temática traNs*

LUCASPLATERo,PSiCóLoGo,SoCióLoGo,doCToREnCiEnCiASPoLíTiCAS,ACTiviSTA TRAnS*yREfEREnTETEóRiCoSoBREELTEMA,noSPRoPonECUATRoLECTURAS PARAACERCARnoSMáSALASREALidAdESdELASPERSonASTRAnS*.

VidasTrans,deAlanaPorteroycol. (Ed.Antipersona,2019).“Relatosenprimera personaenlosquevarias personastranscuentan susexperienciasendistintosámbitos:eltrabajo, elsistemaeducativo,las redessociales,lafamilia, lapareja,losmediosde comunicaciónyelsistemamédico”.

alaconquisTadel cuerpoequiVocado, deMiquelMissé(Ed. Egales,2018).“Elmalestardelatransexualidad resideennuestrocuerpo ylasoluciónestransformarlo,pero¿ysielorigen noestuvieraennuestrocuerpo?¿Seguiría estandoenelcuerpoelremedio? HisToriadeloTrans,deSusanStryker (Ed.ContintaMeTienes,2017).“Presenta, atravésdeunavisión críticaydecolonial,los momentosclavedeun movimientopolíticoyculturalquehacuestionado lasbasesdelfeminismoy losmarcosconceptuales delasluchasLGTB”.

Trans*exualidades, deLucasPlatero(Ed.Bellaterra,2015).“Uninstrumentoparaelcambiosocial.Proponeestrategias concretas,comofactores desaludqueinciden enlaprevenciónsobre latransfobia,yofrece herramientasprácticasparaentenderlas necesidadesdelaspersonastrans*”.

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