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Crónicas del futuro: nuevos materiales para la impresión 3D

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EL MAÑANA ESTÁ IMPRESO CON NARANJAS

LA UTILIZACIÓN DE NUEVOS MATERIALES HACE QUE LA IMPRESIÓN 3D PAREZCA LISTA AL FIN PARA TRAERNOS LA REVOLUCIÓN PROMETIDA DESDE HACE AÑOS.

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La textura del material de la lámpara no hace sospechar que este se basa en pieles de naranja.

L

a Ohmie parece una simple lámpara de escritorio, aunque tiene una forma sinuosa y original. Creada por un estudio milanés, Krill, pese a su aspecto poco convencional podría pasar desapercibida entre los miles de productos que cada año se presentan en las grandes ferias de diseño industrial: una lámpara más en un mercado saturado de opciones entre las que elegir.

Pero hay algo que la hace única. Krill la ha fabricado con una impresora 3D que utiliza como material de trabajo un biopolímero creado a partir de la piel de naranjas. El proceso resulta algo complejo, pero en esencia consiste en secar y triturar la piel, y añadirle luego algunos compuestos para darle la consistencia y propiedades elásticas del plástico que se suele emplear en las máquinas de impresión tridimensional.

EL RESULTADO ES UN FILAMENTO QUE

SE USA IGUAL QUE CUALQUIER otro filamento plástico para impresión, pero con el que se pueden crear objetos cien por cien biodegradables, y, si hacemos caso a los diseñadores, “con un suave aroma a naranja o galleta”. El hilo se inserta en la impresora 3D como se haría con un filamento de plástico ABS convencional, y solo es necesario darle al botón de imprimir para empezar a fabricar casi cualquier tipo de objeto.

Ohmie está a la venta en la plataforma de micromecenazgo web Kickstarter desde 59 euros, un precio un 40 % más barato del que tendrá el producto final cuando llegue a los comercios, y presume de ser una lámpara casi del todo italiana. Las naranjas con las que se elabora el biopolímero, al fin y al cabo,

POR ÁNGEL JIMÉNEZ DE LUIS @angeljimenez

proceden de Sicilia. Lo único que no se ha fabricado localmente son los módulos eléctricos y electrónicos (el cable de corriente, la lámpara de ledes…), que pueden desmontarse fácilmente para reciclar mejor el producto.

El biopolímero creado a partir de piel de naranja es un ejemplo del tipo de materiales que en los próximos años prometen revolucionar la impresión tridimensional y conseguir, por fin, hacer realidad ese sueño de tener una máquina en casa capaz de fabricar todo tipo de objetos.

El mercado de la impresión en 3D factura anualmente más de 10 000 millones de euros, pero atraviesa lo que en la jerga del marketing tecnológico se llama valle de la desilusión: es el periodo en el

DE UNA SOLA VEZ.

El cuerpo de la lámpara Ohmie es una sola pieza impresa en 3D a partir de pieles de naranjas secas y molidas a las que se añaden algunos materiales.

que una tecnología que gozaba de una gran popularidad inicial pierde cierta relevancia por el ajuste de expectativas, antes de consolidarse. Tras años de oír que la impresión 3D iba a protagonizar una revolución inminente, empresas y consumidores han ajustado sus perspectivas: tiene un futuro brillante, pero aún se halla en una fase de experimentación y búsqueda de modelos de negocio que lo harán posible. Y eso lleva tiempo. Aun así, se prevé que su mercado crezca cerca de un 20 % anual durante los próximos siete años.

PESE A SU ESTATUS DE TECNOLOGÍA EN

DESARROLLO, la impresión 3D ha cambiado ya muchos de los procesos del diseño industrial, por ejemplo, en la fabricación de vehículos o de prótesis médicas. Antes era necesario hacer detallados modelos a mano para crear los moldes que se usarían en las diferentes piezas finales. Ahora bastan unas pocas horas para obtener un prototipo perfectamente funcional para esa misma tarea.

Algunas empresas de calzado deportivo han empezado a usar esta técnica incluso en ciertas fases de la producción final. Adidas, por ejemplo, se ha aliado con la compañía de impresión en 3D Carbon para crear suelas impresas para sus zapatillas 4DFWD. Las suelas tienen una estructura de malla que sería muy compleja de moldear mediante la inyección de plástico, y dan al calzado una gran amortiguación, con un peso muy inferior al que tendría si se usase un sistema convencional de goma sólida o cámara de aire. Otra marca de accesorios deportivos, Voronoi, ha creado un casco para ciclistas que también aprovecha una estructura de malla impresa en 3D para lograr la misma protección que un casco sólido, pero con un diseño mucho más ligero.

En cualquier caso, la producción final a gran escala de la mayoría de objetos continúa siendo más barata si se emplean técnicas convencionales de fabricación, como la inyección de plástico o el fresado de bloques de metal. Pero las máquinas de impresión tridimensional, sobre todo en entornos industriales, son cada vez más rápidas y precisas, y el empuje final podría llegar con nuevos materiales que permitirán fabricar objetos más duraderos, especialmente con los modelos asequibles de impresoras 3D que van llegando a los hogares.

ALGUNOS DE ESTOS EQUIPOS PENSADOS PARA APLICACIONES INDUSTRIALES YA

son capaces de imprimir objetos con materiales como el hormigón, la cerámica o el metal, pero hasta ahora, la mayoría de impresoras 3D destinadas al ámbito doméstico utilizan filamentos plásticos. Otros modelos más avanzados pueden apostar por resinas curadas con luz, un proceso que las endurece. Aunque los resultados son aceptables para muchos usos, sobre todo si el objetivo es crear objetos decorativos o piezas que solo van a utilizarse como un molde, las impresiones suelen ser relativamente frágiles y no envejecen bien. Nuevos filamentos de materiales más exóticos permitirán pronto creaciones más complejas y aptas para todo tipo de situaciones. Varias empresas trabajan ya con filamentos con piedra, cerámica, metal o biomateriales, como la piel de naranja, con las que los objetos resultantes consiguen propiedades mecánicas similares a las que se obtienen con las técnicas de fabricación convencionales.

Se prevé que en 2028, solo el mercado de este tipo de materiales moverá alrededor de 7500 millones de euros en todo el mundo. Lo más importante, en cualquier caso, es que abrirán la puerta a crear objetos imposibles aún para la actual estructura de producción en masa, como implantes médicos personalizados o, por qué no, lámparas y muebles como Ohmie, completamente biodegradables para que sea más fácil deshacerse de ellos cuando llegue la hora de cambiar la decoración de casa.

YA EXISTEN MÁQUINAS INDUSTRIALES QUE PUEDEN IMPRIMIR CON FILAMENTOS

DE BIOMATERIAL, HORMIGÓN, CRISTAL...

VORONOI

MALLA PROTECTORA.

Este casco de ciclista de la empresa Voronoi se fabrica con impresoras 3D. Su diseño se basa en estructuras de la naturaleza, como panales de colmenas, huesos y caparazones de tortuga.

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