SUSURROS
EN
SACHSENHAUSEN
REBECA BAÑUELOS
© 2014 Rebeca Bañuelos Ortiz
Diseño de portada: Rebeca Bañuelos Ortiz Imagen de: Rebeca Bañuelos Ortiz Corrección y Maquetación: Isabel del Río Sanz
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total y/o parcial de este libro, por cualquier medio, sin la previa autorización por escrito de los propietarios del copyright.
Esta novela es una obra de ficción. Los nombres, personajes y acontecimientos son producto de la imaginación de la autora. Cualquier parecido con hechos reales, lugares o personas vivas o muertas, es mera coincidencia.
Sinopsis
Un joven de apariencia decidida y carácter protector. Una chica de mirada frágil que quizá necesite ayuda para levantarse. En el mismo lugar y al mismo tiempo, un montón de susurros claman ser escuchados. ¿Se percatarán de ellos? Un canto a la libertad y a la fraternidad entre seres humanos, susurrado desde el campo de concentración de Sachsenhausen, a las afueras de Berlín.
A mi padre, Feliciano Vicente Bañuelos, por seguir dando cuerda a mi sangre con susurros inconformistas. Por ser el ángel eterno, junto a dos más, María y Moisés, quiénes me empujan a volar hacia mis sueños. Por ayudarme a distinguir su polvo de cenizas tras las estrellas. Mis palabras siempre serán nuestras palabras.
A todas las voces invisibles que me susurraron durante mi visita al campo, mostrándome la verdadera naturaleza del ser humano. Por darme fuerzas para luchar por un mundo mejor, aunque mi lucha sea a base de palabras.
Solo el que sabe es libre, y mĂĄs libre el que mĂĄs sabe. Solo la cultura da libertad. No proclamĂŠis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura. Miguel de Unamuno
Prólogo
Dicen que quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Nuestra Saoirse conocía parte de esos espeluznantes acontecimientos por sus años de estudiante. Aun así, después de aquella visita de cuarenta minutos, jamás volvió a ser la misma. Nada más poner un pie en las instalaciones, sintió que algo comenzaba a cambiar dentro de ella. Pudo percibir en su interior un leve crujir que, según avanzaba el camino, se fue convirtiendo en un intenso tintineo de cristales rotos. Desde aquel instante percibió que ya nada volvería a lo mismo. Sin embargo, no fue capaz de intuir lo que le estaba esperando tras la puerta de hierro pintada de negro. Por aquel entonces, septiembre del año 2013 estaba finalizando y nuestra niña experimentaba al máximo su viaje a Alemania. Siempre aprovecha sus vacaciones para escapar de la rutina, conocer nuevos lugares y desconectar. Sin embargo, esta vez se desmoronó. Se trajo su triste aventura de vuelta a casa, clavada en lo más hondo del corazón. Nosotros tres estuvimos con ella todo el tiempo. Si resistió con un mínimo de entereza a lo que se encontró tras la puerta, fue porque sabía que estábamos a su lado, ayudándola a ser fuerte, recordándole quién era y lo que jamás sería. Además, un nuevo ángel había sido puesto en su camino y no tardó mucho en encontrarse con él. Saoirse es de las que a veces duda y, cuando está triste, no consigue encontrarse a sí misma. Desde hacía unos años se sentía sola, aunque tiene amigos que la quieren mucho, y no dejaba que el amor llamase a su puerta por miedo a salir mal parada otra vez. Nuestra chica y sus demonios ensordecedores.
Cuando se derrumba no sabe vislumbrar para qué llegó a este mundo. Todo ser humano piensa así en algún momento de su vida, eso no lo podemos negar, pero quizá Saoirse se lo pregunta demasiadas veces. Y a pesar de que a veces las personas pierden el norte y no saben reconocer su verdadera esencia, nosotros sabemos que ésta sigue durmiente, esperando a que el alma despierte y se reconozca. Porque como dice la canción de Imagine Dragons que le gusta tanto a nuestra pequeña: I’m never changing who I am1. Nunca dejamos de ser quiénes somos aunque en nuestro interior creamos que estamos perdidos y nos cueste diferenciar nuestra esencia real. Nosotros intentamos hacerle llegar estos pensamientos. Unas veces lo conseguimos, otras, sin embargo, los nubarrones que la acechan son tan grandes que no es capaz de vislumbrar el eco de nuestra voz. Aquella mañana de finales de verano era uno de esos días en los que las dudas sobre su existencia le bombardeaban la mente. Cansada de debatirse, Saoirse prefirió dejarse llevar y limitarse a vivir silenciando pensamientos. A veces la vida es más fácil así. El cielo alemán, disfrazado de un manto negro que amenazaba con nuevas lluvias, no ayudó mucho a que su sonrisa quisiera nacer. Sin embargo, las respuestas que llevaba meses buscando, si debía seguir escribiendo o mejor dejar esa afición a un lado, llegaron en el momento más inesperado. Demostrándole que eso de silenciar pensamientos era algo que jamás iría con ella. En el calendario existencial, las estrellas habían marcado desde su nacimiento esa fecha con tinta fluorescente. Por muchos motivos, aquel día no sería uno cualquiera, aunque ella no tuviese ni la más remota idea. Nosotros sí lo sabíamos, y desde aquí intentamos abrir su corazón para que se diese cuenta. Al cruzar aquella puerta de hierro negro, empezó a tener un poco más claro su sino. La razón de su existencia se presentó frente a ella esperando una respuesta y, a pesar de aquellos minutos de sufrimiento, no se acobardó. El 1
I’m never changing who I am. Fragmento de la canción It’s Time, de la banda Imagine Dragons. Su traducción al castellano puede entenderse como: Nunca cambiaré quién soy.
destino es impredecible, marca sus latidos en los momentos más imprevistos. Y es la respuesta de las personas hacia ese destino lo que verdaderamente les diferencia, les aleja, les acerca… Sé que ahora mismo os estaréis preguntando acerca de los motivos por los cuales decidió acudir a aquella cita, o por qué no se marchó de allí… Es muy sencillo. Nuestra chica tiene un lado masoquista que la incita a enfrentarse a situaciones duras o trágicas para comprobar si puede hacerles frente y aprender algo durante el camino. Su frase preferida es: Lo que no te mata, te hace más fuerte, y solo la muerte puede matar. Y para colmo, su amiga Maite se encarga cada día de recordarle la suya: La vida no da golpes que no podamos soportar. Así que os podéis imaginar su forma de actuar. Aunque el resultado no siempre sea el que ella desearía. ¡Pero no quiero divagar más! Es mejor que volvamos a aquella mañana de septiembre y a la tarde posterior. Al tiempo tras el cual todo cambió para Saoirse.