BOLETÍN BEN BASO 28

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BOLETÍN EXTRAORDINARIO

Nº28

ASOCIACIÓN DE PROFESORES PARA LA DIFUSIÓN Y PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO

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EDITORIAL

EQUIPO DE TRABAJO DEL BOLETÍN BEN BASO: JOSÉ MANUEL BAENA GALLÉ ANGELA ESPÍN GUTIÉRREZ PABLO PERALTA GUERRERO

COORDINADORA: DOLORES CINTA MACÍAS GÓMEZ

EQUIPO DE REDACCIÓN JUNTA DIRECTIVA DE LA ASOCIACIÓN

REGISTRO LEGAL : SE-1413-99 NºI.S.S.N.: 1575-3557 Tirada: 600 ejemplares.

FOTO PORTADA JOSÉ MANUEL BAENA GALLÉ Ben Baso no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus colaboradores ni del material fotográfico aportado por los autores.

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La Asociación de Profesores Ben Baso pretende lograr que la ciudadanía valore la importancia que tiene el patrimonio, tanto el material como el inmaterial, para la vida y para la identidad de los pueblos. Pensamos que sin nuestra memoria y nuestra historia nuestro futuro se vería comprometido. Por ello, entre nuestros objetivos, destacamos la planificación y realización de diversas acciones de difusión y divulgación de nuestros valores patrimoniales, tanto entre nuestros socios como de cara a la ciudadanía. Entre esas acciones, destacamos nuestra revista o Boletín, donde intentamos presentar y mostrar nuestras ideas, así como las actividades que hemos desarrollado a lo largo del curso en cuanto a difusión y defensa y protección del Patrimonio. El nuevo ejemplar del Boletín Ben Baso que ahora publicamos tiene un significado especial por varias razones. En primer lugar, es un número extraordinario que editamos para conmemorar nuestro 20º aniversario, pues ya llevamos más de 20 años intentando dar a conocer los peligros y los problemas que nuestra herencia común está sufriendo; estar permanentemente alertas ante el descuido y la despreocupación de las administraciones en relación al mantenimiento y conservación de nuestros Bienes culturales debe ser uno de los objetivo fundamentales de toda Asociación patrimonialista. En este número contamos con la participación de varios especialistas, intelectuales de primer nivel, que aportan en sus artículos propuestas de mejoras para que el Patrimonio, en sus diferentes vertientes, siga vivo. Hemos cambiado nuestras secciones habituales, a las que volveremos en próximos números, e incluso hemos cambiado nuestro formato habitual. Queremos que este ejemplar del Boletín Ben Baso sea único y nos sirva para reflexionar sobre qué estamos haciendo bien o mal como sociedad con nuestro patrimonio. La protección y difusión del patrimonio es una tarea en la que muchas veces las asociaciones salimos derrotadas, ya por la incomprensión de la ciudadanía ya por la desidia de los poderes públicos. Pero a veces tiene satisfacciones. La publicación de este número extraordinario (nº28) del Boletín Ben Baso es una de ellas pues aún mantiene los objetivos y la metodología de trabajo con la misma inquietud de los primeros años, aunque sea evidente que en imagen hemos evolucionado. Creemos en el futuro y esperamos que las nuevas generaciones se sumen a nuestro proyecto. No obstante, y a pesar de tantos años, podemos afirmar que, a día de hoy, la Asociación Ben Baso es un referente en la difusión, protección y defensa del Patrimonio histórico para la sociedad sevillana. Así pues, queremos felicitar a todos los socios por estas dos décadas de continuidad en la defensa de nuestro patrimonio, de nuestra cultura y de nuestra historia.


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EDITORIAL LA ASOCIACIÓN BEN BASO EN LA ACTUALIDAD. RETOS Y PROPUESTAS.

José Manuel Baena Gallé (Presidente de Ben Baso. Profesor de E. Secundaria)

BEN BASO, VEINTE AÑOS DESPUÉS.

Esteban Moreno Hernández y Ángela Espín Gutiérrez (Socios fundadores y antiguos presidentes de la Asociación Ben Baso)

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PATRIMONIO Y EDUCACIÓN.

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LA PRIORIDAD DEL VÍNCULO ENTRE EL PATRIMONIO Y LA SOCIEDAD.

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AGUA Y PATRIMONIO.

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PATRIMONIO OLVIDADO.

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LOS MUSEOS Y LA DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO CIENTÍFICO E INDUSTRIAL.

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LOS LUGARES DE MEMORIA HISTÓRICA Y DEMOCRÁTICA DE ANDALUCÍA COMO ESPACIOS DEL PATRIMONIO. UNA APROXIMACIÓN AL CASO DE SEVILLA.

página 23

Juan Luis Ravé Prieto (Historiador y miembro de la Asociación Ben Baso)

Marcelo Martín (Arquitecto. Profesor Asociado de Universidad Pablo de Olavide)

Leandro del Moral Ituarte. (Universidad de Sevilla. Fundación Nueva Cultura del Agua y miembro de la Asociación Ben Baso)

Pedro José Respaldiza Lama. (Historiador)

Julián Sobrino Simal. (Laboratorio de Patrimonio Industrial VRM_LAB)

Víctor Fernández Salinas. (Catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla y miembro de la Asociación Ben Baso)

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REFLEXIONES SOBRE EL PATRIMONIO CULTURAL, SU EVOLUCIÓN Y PROBLEMAS. Isidoro Moreno (Catedrático emérito de la Universidad de Sevilla)

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LA ASOCIACIÓN BEN BASO EN LA ACTUALIDAD. RETOS Y PROPUESTAS.

José Manuel Baena Gallé

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a finalidad de toda asociación es que un grupo de personas se organicen para lograr unos objetivos comunes. En el caso de Ben Baso estos objetivos están recogidos en sus estatutos, concretamente en su artículo 2, donde además se establecen los medios con los que se debe trabajar. Estos fines se podrían resumir en dos puntos fundamentales, el primero de ellos, una defensa activa del patrimonio y el segundo, actuaciones para la difusión del mismo. Nos gusta denominarnos como asociación patrimonialista huyendo del calificativo de conservacionistas. No queremos conservar el pasado por sí sino por lo que significa como memoria de nuestra historia y de explicación de nuestro presente. Visto desde el exterior, con frecuencia se olvida un elemento fundamental y estructural de nuestra asociación y que es la esencia de Ben Baso. Somos una asociación mayoritariamente 4 • ASOCIACION BEN BASO

de docentes y esa es la seña de identidad que nos diferencia de otros grupos patrimonialistas. El papel de la educación, formal o no, y la importancia de las acciones educativas es una de las cuestiones que guía el cumplimiento de nuestros objetivos. Asimismo, otro de los elementos que han permitido que Ben Baso permanezca tanto tiempo en activo en la provincia de Sevilla es su independencia. Independencia tanto a nivel económico como ideológico que hace que en ningún momento ningún grupo político, administración o grupo de poder haya tenido fuerzas para marcar nuestros pasos. Hemos participado con otras asociaciones o grupos en múltiples eventos pero siempre manteniendo una voz propia e incluso hemos podido colaborar con la administración en alguna cuestión concreta y, a la vez, iniciar denuncias públicas por actuaciones que consideramos erróneas.


Llega el momento de entrar a valorar qué hace la Asociación Ben Baso en la actualidad en todos estos ámbitos ya citados, aunque me voy a limitar a mencionar solamente las cuestiones más recientes. 1. DEFENSA Y PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO Durante todo el tiempo de vida de Ben Baso se han ido haciendo diferentes campañas para proteger bienes patrimoniales que considerábamos que estaban en peligro. Baste recordar acciones encaminadas a temas como la denuncia del cierre del Patio de los Naranjos, la transformación de la plaza de la Encarnación tan irrespetuosa con el entorno y los restos arqueológicos o la construcción de la torre CajaSol que ha cambiado totalmente la visión y el perfil de la ciudad.

b.La situación de la venta de la Mascareta en Tomares y la protección de los terrenos de impacto arqueológico del Zaudín. Nos hemos dirigido al Ayuntamiento de la localidad para conocer qué actuaciones están llevando a cabo para proteger estos espacios o qué planificación tienen para ello. Hasta el momento solo hemos obtenido respuestas verbales pero es cierto que la presión urbanística de la zona hace peligrar estos elementos tan singulares.

En la actualidad hemos puesto en marcha varias acciones de denuncia por situaciones de abandono o de mala praxis por parte de los poderes públicos. Entre estos temas destacaría, por señalar algunos, los siguientes:

c. El monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce ,es uno de los conjuntos artísticos más importantes de la provincia de Sevilla. De todos es conocido su estado actual: una parte, propiedad privada, cedida a la Junta de Andalucía que la ha puesto en valor y restaurado y otra parte, propiedad de la administración andaluza, que se encuentra en total estado de abandono y en peligro de inminente ruina. En colaboración con otros grupos y asociaciones llevamos una campaña continúa de actuaciones y denuncias para conseguir que se restaure todo el conjunto y se ponga en valor para disfrute de la ciudadanía.

a. El estado del Hospital de San Lázaro. Una de las joyas de la arquitectura medieval sevillana donde conviven formas estilísticas como el mudéjar, el gótico o el manierismo. Es Bien de Interés Cultural, monumento, desde 1964 y se encuentra en una situación próxima a la ruina. Asimismo, peligra el retablo del altar mayor que aún se encuentra en la iglesia, obra en tabla de 1553, de Pedro Villegas Marmolejo. Hemos realizado gestiones ante la Diputación Provincial de Sevilla, su antigua propietaria, y en el Servicio Andaluz de Salud. En este momento hay interpuesta una instancia ante el Defensor del Pueblo Andaluz con la finalidad de obligar al propietario efectivo a que inicie las obras de rehabilitación pertinentes.

d.La política de pavimentación de las calles del casco histórico de Sevilla. En todas las obras que se están haciendo de reurbanización en el trazado urbano de la capital se está sustituyendo el adoquinado tradicional de granito de Gerena por adoquines foráneos o incluso por asfaltado. En vez de buscar soluciones modernas de movilidad y de respeto a la imagen de nuestras calles se está recurriendo a arreglos más baratos e, incluso, estéticamente criticables. Estamos exigiendo en todas las instancias municipales de Sevilla que se cambie esta política y se haga una más transparente para que todos los ciudadanos puedan conocer las obras que se van a llevar a cabo, su estética, coste y duración y así se mantenga el suelo tradicional de la ciudad.

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Pero además de estas cuestiones Ben Baso ha denunciado activamente el incumplimiento por parte de casi todas las administraciones de la obligación de mantener abiertos a los ciudadanos los Bienes de Interés Cultural. Observamos que es una política común ir cerrando espacios o incluso cobrar por entrar en ellos. En ese sentido hemos denunciado la situación de los centros de Patrimonio Nacional o el Museo del Prado con respecto a las entradas gratuitas por internet o las restricciones para visitar de la Torre de la Plata impuestas por el Ayuntamiento de Sevilla. Pero el caso que nos ha parecido más flagrante fue el cierre del Conjunto Monumental de Itálica para rodar una conocida serie de televisión alegando motivos de seguridad. Por último en este apartado habría que señalar la colaboración que tenemos con otras asociaciones para acciones concretas como las ya señaladas de en San Isidoro del Campo o para la defensa de la Venta de los Gatos como elemento importante en relación con la obra de Bécquer. Como elemento activo de protección, Ben Baso colabora económicamente a con aquellas asociaciones que tienen un proyecto colaborativo y ciudadano de restauración del patrimonio. 2. DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO. Como asociación patrimonialista somos conscientes de la importancia que tiene el hecho que la ciudadanía valore su historia y su patrimonio. Creemos en esa conocida máxima que afirma que “lo que se conoce se aprecia y lo que se aprecia se valora y se conserva”. Por ello, para nosotros la difusión patrimonial es un ámbito fundamental de nuestro quehacer. Por ello, colaboramos en todas aquellas actuaciones en el ámbito educativo que se nos solicitan: mesas redondas, visitas, conferen6 • ASOCIACION BEN BASO

cias, etc. Estas se pueden organizar en dos grandes grupos dependiendo del tipo de público al que van dirigidas. En primer lugar, las que van encaminadas a mostrar a la ciudadanía en general los valores patrimoniales de nuestro entorno señalando como ejemplo nuestra participación en las Jornadas Europeas de Patrimonio organizadas por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Como Asociación, realizamos anualmente una jornada de difusión centrada en algún elemento poco conocido o un espacio que haya estado cerrado mucho tiempo. A veces, incluso, se pretende mostrar una nueva visión o nuevos valores en entornos muy conocidos pero que han evolucionado social y urbanisticamente. Estas jornadas son gratuitas y se difunden a través de prensa, redes sociales, cartelería, etc. Con un éxito creciente siempre son coordinadas y dirigidas por profesores y profesoras socios de Ben Baso que se encargan además de interpretar ante la ciudadanía los bienes patrimoniales que estamos mostrando. En 2017, por ejemplo, la 14ª Jornada de Difusión se realizó en Santiponce para destacar el monasterio de San Isidoro del Campo donde la asociación incluso fletó algunos autobuses para facilitar el acceso de la ciudadanía y además poder denunciar la situación del recinto ya aludida. En 2018 las jornadas se realizaron en la localidad de San Juan de Aznalfarache para poner en valor el interesante yacimiento arqueológico de Osset y la barriada del Monumento. Se aprovechó para denunciar la situación de Villa Chaboya, casa del cónsul alemán Otto Engelhardt y su petición como lugar de memoria. Este año, se ha realizado en la recién abierta iglesia de Santa Catalina de Sevilla y su entorno urbano.


3. CONCLUSIÓN Hace algún tiempo señalé que las asociaciones en general y las patrimoniales en particular, tienen problemas que hacen peligrar su existencia4. Entre ellos el enfrentamiento contra grandes instituciones, el agotamiento o incluso la edad de los asociados. Ben Baso se encuentra en un proceso de crecimiento en el momento actual cuando ya somos unos 400 socios y socias y con un nivel de actividad importante que hace que sea visible a nivel social. Pero esto no nos debe llevar a una visión triunfalista de este momento. Tenemos diversos retos que o somos capaces de superarlos o nos pueden provocar problemas en el futuro.

El segundo ámbito de difusión imprescindible es el escolar. Una asociación de profesores no puede ignorar el hecho de que cuanto antes los ciudadanos amen su patrimonio, antes luchará por su protección, y así habremos logrado avanzar en nuestro objetivo. Colaboramos con los docentes o centros educativos que piden nuestra ayuda dentro del ámbito de la provincia de Sevilla, intentando seguir la senda que marcó el Gabinete Pedagógico de Bellas Artes. Esta colaboración va desde asesoramiento en elementos y materiales hasta acompañamiento a visitas escolares en algunos casos. Para ello, hemos puesto a disposición pública todos nuestros materiales a partir de un blog de didáctica del patrimonio1 . En este ámbito, también colaboramos con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía formando parte de la Comisión Andaluza del programa “Vivir y Sentir el Patrimonio”, asesorando y haciendo el seguimiento de todos los proyectos de la provincia de Sevilla. Una actividad novedosa en 2019 ha sido que, por primera vez, hemos organizado junto al Centro de Profesorado de Sevilla un curso de formación de profesores para dar a conocer a los nuevos docentes una forma de entender el patrimonio, su difusión y su defensa. Es una experiencia satisfactoria que esperemos que continúe en cursos venideros. Por último, no podía faltar en este apartado de difusión una referencia a nuestros medios de comunicación social empezando por nuestro Boletín que ya ha demostrado su capacidad de permanecer en el tiempo y que cada día va adquiriendo mayor prestigio, recogido ya en algunos de los repositorios más consultados2. Así también nuestra renovada página web que sirve como canal de memoria de nuestras acciones y que esperemos con el tiempo

El primero de ellos es simplemente de gestión. El crecimiento de la asociación ha hecho que los medios e instrumentos que teníamos ya no sirvan. Necesitamos profesionalizar la gestión interna de nuestra asociación y modernizar los modos de comunicación. El segundo problema es de edad. Es cierto que crecemos pero la media de edad de nuestra asociación es alta. Es importante que busquemos fórmulas para darnos a conocer en otros ámbitos –profesores noveles, estudiantes universitarios, etc.- y eso nos tiene que obligar a una modificación de nuestras formas para hacer atractivos nuestros objetivos y fines para estos colectivos. Por último, creo sinceramente que debemos recuperar nuestra base y nuestra red a lo largo de la provincia de Sevilla. Los pueblos son imprescindibles y su patrimonio se está perdiendo sin que nadie haga nada. La capital es importante pero es fundamental que nuestros socios de las diversas comarcas intervengan y participen en promover acciones y denunciar el acoso patrimonial allá donde ocurra. -------------------------------------------------------------------Notas

1-https://didacticadelpatrimonio.wordpress.com/2016/02/14/2/ 2-https://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=13641 3-http://www.benbaso.com/ 4-BAENA GALLÉ, José Manuel. “El papel de las Asociaciones de Patrimonio en el siglo XXI”. PH: Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Año nº 24, Nº 90, 2016, págs. 230-231

-------------------------------------------------------------------JOSÉ MANUEL BAENA GALLÉ Presidente de la Asociación de Profesores para la Difusión y Protección del Patrimonio Histórico “Ben Baso”

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LA ASOCIACIÓN BEN BASO EN LA ACTUALIDAD.

adquiera la posibilidad de ser un canal de comunicación más efectivo3. Y por último, señalar nuestra activa participación en redes sociales, fundamentalmente, Facebook y Twitter.


BEN BASO, VEINTE AÑOS DESPUÉS

Esteban Moreno Hernández Angela Espín Gutiérrez

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ace 10 años, celebrando el décimo aniversario de la fundación de Ben Baso, en el boletín número 18, todas las personas que habíamos asumido la presidencia de la asociación hicimos una reflexión sobre su evolución, la experiencia acumulada y los logros y fracasos que se habían ido produciendo. Recientemente, nuestra asociación ha cumplido 20 años y desde la actualidad no es fácil hacer un análisis desapasionado de la evolución en este tiempo. Ben Baso fue una criatura que hicimos nacer con mucha esperanza y cariño, pero también con mucha urgencia, ya que, ante nuestros ojos, se estaba produciendo un acelerado deterioro patrimonial, consecuencia de un desarrollo urbanístico enloquecido, y un afán de pretendida modernización inundaba plazas y calles. La burbuja especulativa,

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Recordemos que surgimos como Asociación de Profesores que defendía el Patrimonio por medio de la formación y la difusión, en la idea de que solo se puede defender aquello que se valora y para valorar hay que conocer.” El Metropol-Parasol tuvo su inauguración social con el 15 M. La ciudadanía demostró su vitalidad, no solo desde el punto de vista reivindicativo y organizativo sino como protagonista de la ocupación del espacio para hacerlo público. En la plataforma de las Setas – como ya son conocidas – se localizó la acampada mientras duró el proceso y la escalinata se convirtió en el gran escenario de las asambleas. Hoy por hoy son un punto clave de concentración para los movimientos ciudadanos.

Torre Sevilla desde calle Castilla

el afán de los ayuntamientos por emprender obras emblemáticas con la complicidad de las instituciones financieras y determinados arquitectos, más interesados en dejar su huella que en innovar integrando el entorno, acabó estallando en ese mismo año de nuestro aniversario. La crisis económica no terminó de paralizar los proyectos faraónicos ya emprendidos. El Metropol-Parasol se terminó en 2011, con un importantísimo sobrecoste y la torre Pelli o torre Sevilla, ha sido finalmente terminada como centro comercial y hotel en 2018. En estos años, quizá como consecuencia de la crisis y la paralización de la construcción, parece haberse ido consolidando un modelo de ciudad más sostenible. Si antes tuvimos que luchar contra los aparcamientos hoy vemos como se ha ido extendiendo la peatonalización y los carriles bicis han cambiado el modelo de transporte, la bicicleta se ha convertido en un elemento clave de nuestro callejero al nivel de los países nórdicos y centroeuropeos. La zona norte del casco, a partir de la Encarnación, justo es reconocerlo, se ha revitalizado. Han surgido iniciativas, espacios culturales, actividades comerciales, artesanales y gastronómicas protagonizadas por jóvenes que han hecho renacer un entorno que estaba en decadencia y en algunas zonas sumido en la marginalidad.

La Alameda se ha convertido, por fin, en un lugar, en sentido geográfico: espacio de encuentro en el que se pueden ver personas de todas las edades (niños, jóvenes, ancianos) a distintas horas del día. Antiguos talleres artesanales, como los del pasaje Mallol, se reconvierten en espacios de trabajo colectivo, guarderías infantiles, salas de conciertos. Han surgido experiencias que demuestran que la arquitectura puede y debe estar al servicio de las necesidades y a la vez recuperar las funciones tradicionales de un lugar desde un diseño realmente innovador, como es el caso de Rompemoldes, en la calle San Luis, que integra el espacio de trabajo, residencial y de ocio propio de la ciudad tradicional en una estructura de patios, talleres y viviendas realmente armónica. Este proceso ha dado lugar, como contrapartida, a una gentrificación, es decir, el vecindario tradicional, envejecido, que hace años todavía veíamos, en jornadas de Ben Baso, viviendo en los corrales, ha sido sustituído por clases medias y profesionales. En la zona más monumental, tenemos una pérdida vertiginosa del comercio tradicional, especialmente doloroso fue el cierre del Bazar Victoria en la calle Entrecárceles, una de las ferreterías más antiguas y vivas de España, a la vez que las tiendas de la calle Sierpes, Tetuán y alrededores están siendo sustituidas por franquicias, tiendas de recuerdos para turistas y espacios de comida rápida. El entorno se banaliza, pierde su identidad y la superficie recuperada a los coches se ocupa con una sucesión de terrazas en un proceso de privatización del espacio público visible en muchas plazas y calles como San Fernando o la Avenida de la Constitución . ASOCIACION BEN BASO • 9


Rompemoldes Al mismo tiempo, Sevilla se ha afirmado como destino turístico, en un proceso que comparte con otras ciudades españolas y europeas y que está empezando a preocupar a vecinos y autoridades. El turismo, como nueva burbuja económica, está reconvirtiendo en apartamentos temporales las viviendas del centro, con la consiguiente subida, astronómica en muchos casos, de los precios de alquiler y la expulsión de residentes a zonas más asequibles. Sevilla puede empezar a convertirse en un gran decorado vacío de vida real. En estos años hemos visto surgir nuevos museos como el Centro de la Cerámica, en Triana, el Centro del Mudéjar en el Palacio de los Marqueses de la Algaba, basado en el magnífico proyecto museístico de nuestro compañero Juan Luis Ravé; el Caixaforum, en el entorno de la Torre Pelli, la instalación de la Colección Bellver en la calle Fabiola, y el Antiquarium, que ha intentado poner en valor lo que quedó del yacimiento arqueológico de la Encarnación después de la construcción del Metropol. Otras iniciativas están a las puertas de su nacimiento, como la diseñada por el Ayuntamiento para la antigua Fábrica de Artillería, por fin rehabilitada. Pero, a la vez, vemos languidecer proyectos interesantes y necesarios, como el Museo de la Inquisición en el Castillo de San Jorge, el deficiente estado del Museo Arqueológico, la ampliación nunca desarrollada del Museo de Bellas Artes, el interminable culebrón de las Atarazanas o los proyectos, sobre papel aún, para la Fábrica de Vidrios de la Trinidad, estandarte 10 • ASOCIACION BEN BASO

de la lucha vecinal del Retiro Obrero, la Fábrica de Tabacos en los Remedios y el antiguo Mercado de la Puerta de la Carne. En nuestra defensa del Patrimonio, como riqueza colectiva, creada a lo largo del tiempo con el esfuerzo de generaciones, como bien vinculado a la Humanidad por encima de fronteras e ideologías, nos hemos encontrado con la destrucción del Patrimonio como arma de guerra, en un proceso que creíamos superado. Las guerras que denunciamos hace diez años continúan, y todos recordamos la devastación de Palestina, Siria y Libia, entre otros escenarios bélicos. Ante el horror y la pérdida de vidas, parece que el Patrimonio debe pasar a un segundo plano, pero no podemos olvidar que en la destrucción del Patrimonio hay un objetivo político y militar, que es borrar la memoria, el valor colectivo, la Historia de una colectividad humana. Por lo que se refiere a nuestro país, en estos años se ha desarrollado un proceso de privatización que se ha producido de forma silenciosa y ha salido a la luz por la iniciativa de colectivos ciudadanos que se han encontrado con el hecho consumado de las inmatriculaciones. Esta no es una cuestión religiosa, es un tema cívico. El cristianismo es un elemento clave de nuestra cultura, pero hay que recordar que buena parte de las construcciones religiosas fueron fruto de iniciativas colectivas, de corporaciones locales y profesionales. El concepto de propiedad burguesa se desarrolla en buena medida en el siglo


BEN BASO, VEINTE AÑOS DESPUES

XIX, cuando con la Desamortización los bienes colectivos pasan a ser de propiedad privada. La Desamortización no sólo afectó a los bienes eclesiásticos y de instituciones, sino también a los bienes comunales y los propios de los ayuntamientos. Por lo que se refiere a la Iglesia Católica, el Estado, a través de los Concordatos, lleva más de siglo y medio haciéndose cargo del sostenimiento del culto y el clero, los bienes eclesiásticos han estado exentos de impuestos y hay una partida destinada a la Iglesia en el Presupuesto del Estado. Es un tema complicado, pero pensamos que debe haber un posicionamiento ante este proceso de privatización que está afectando no solo a los templos sino también a espacios públicos como calles, plazas, fuentes, espacios rurales destino de romerías, etc. Los bienes históricos de la Iglesia deben pertenecer al Estado, como guardián de la memoria colectiva construida a lo largo de los siglos, aunque puedan ser cedidos a la Iglesia Católica para el desarrollo de sus fines religiosos. Es imprescindible un amplio debate que conduzca a la necesaria regulación de uso y propiedad. Por último, hemos crecido como Asociación en cuanto a número de socios y socias. Desde un punto de vista biológico nos hemos ido haciendo mayores, el porcentaje de jubilaciones es muy alto y ello puede restarnos capacidad de influencia en el mundo de la enseñanza. El cambio generacional en la Asociación puede alejarnos de las aulas en muchos sentidos: el alumnado, los programas educativos, el profesorado joven, la programación de nuestras actividades, en muchos casos más centrada en nuestra propia formación personal que en la aplicación didáctica. Sin embargo, ahí continúan aún muchos de nuestros socios y socias, y es evidente que estamos ante un gran reto: la renovación de la Asociación, que atraiga a nuevos miembros docentes que mantengan y amplíen el área de incidencia de nuestro colectivo. Recordemos que surgimos como Asociación de Profesores que defendía el Patrimonio por medio de la formación y la difusión, en la idea de que solo se puede defender aquello que se valora y para valorar hay que conocer. Para ello, nuestras Jornadas de Difusión, y ya estamos preparando la decimosexta, siguen siendo un referente en la ciudad y son la mejor señal de que seguimos vivos y creciendo, como también hay que valorar la creciente calidad de nuestro Boletín, con 27 números editados, y nuestra presencia cada vez mayor en diferentes Plataformas ciudadanas en defensa del Patrimonio. -------------------------------------------------------------------ESTEBAN MORENO HERNÁNDEZ ANGELA ESPÍN GUTIÉRREZ Profesores de enseñanza secundaria jubilados, socios fundadores y antiguos presidentes de la Asociación Ben Baso

Palacio de los Marqueses de la Algaba. Museo del Mudéjar

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PATRIMONIO Y EDUCACIÓN

Juan Luis Ravé Prieto

“Tan sólo por la educación puede la persona, llegar a ser persona”. (Immanuel Kant) “Busco esa línea que hace temblar a una persona, en una galería de museo”. (Julio Cortázar)

Juan Luis Ravé en la Capilla de Sta. María de Jesús 12 • ASOCIACION BEN BASO


Juan Luis Ravé en el Museo de BBAA con la Asoc. Ben Baso

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a persona humana se puede definir, sobre todo, como un ser cultural y al mismo tiempo, sus derechos fundamentales se derivan evidentemente tanto de su existencia como ser vivo (derecho a la propia existencia, a la vida y a su propia dignidad) y de su condición de persona como ser creador, portador y transmisor de cultura. Desde este punto de vista, el Patrimonio Cultural, el derecho a tener una identidad cultural y el derecho a conservarla, valorarla y difundirla, deberían ser derechos igualmente inalienables. Junto a este rasgo fundamentalmente humano de la existencia de la cultura, está el carácter exclusivamente humano de la diversidad cultural, pues el género humano, se distingue precisamente, de otras especies, por las casi infinitas formas culturales de adaptarse al medio y a las diferentes condiciones sociales. El patrimonio histórico y cultural, es un núcleo de referencias para cada sociedad, el espejo donde se puede reconocer como grupo y con el que cada individuo se identifica como perteneciente a una comunidad. Pero la formulación legal es una definición técnica y por tanto fría e incapaz de acomodarse a todos y cada uno de los hombres y de las culturas, quizás para entender la verdadera trascendencia del patrimonio nos hace falta un punto de vista más cercano e intuitivo. En el fondo Patrimonio es lo que una comunidad considera que es su patrimonio, legado, herencia, tesoro o cultura para ellos mismos, y por tanto es igualmente diferente su apreciación desde dentro, como son múltiples las culturas y las sociedades humanas. Uno de sus

rasgos definitorios es su carácter supraindividual, la posibilidad de considerar como perteneciente a nuestra misma cultura un trozo de capitel romano, un alicatado islámico, una catedral, un incunable, una canción de cuna o una romería. Así si el patrimonio es de todos, el derecho al patrimonio común debe prevalecer incluso sobre derechos individuales igualmente legítimos y tan consolidados como es la propiedad privada. De ahí las limitaciones que este derecho tiene en las leyes del patrimonio, para evitar la destrucción del patrimonio urbanístico o de la exportación de bienes culturales. Patrimonio y educación1 : Para qué sirve el Patrimonio, para qué conservamos el Patrimonio si no es para que las generaciones futuras valoren y aprendan a disfrutar de esta herencia que guardan nuestros museos, nuestras ciudades y nuestros monumentos. Sin embargo, esta función educativa no está suficientemente valorada, mientras que los objetivos de la gestión patrimonial se consolidaron a lo largo del siglo XIX y del XX en el campo de la conservación e investigación y, en consecuencia, tomaron cuerpo unas profesiones que encarnaron esas actividades, los conservadores y restauradores, el proceso de institucionalización o de profesionalización de las actividades educativas en el campo del patrimonio ha sido un camino proceloso y muy dilatado en el tiempo, y eso, seguramente es porque no nos lo hemos tomado en serio. En muchos casos se presenta todavía sin cerrar y sin contar con unos mecanismos que aseguren la canalización y continuidad de un trabajo que casi todo el mundo entiende ASOCIACION BEN BASO • 13


OMBÚ. La Cartuja. a priori y en teoría como esencial2 , igualmente tampoco están aseguradas las necesarias relaciones con las instituciones educativas. En muchos casos se opta por la privatización o la enajenación de lo que no deja de ser un servicio público como por ejemplo, lo es la totalidad del museo. Si en los primeros museos burgueses el carácter didáctico, aunque de forma selectiva y elitista, estaba apoyado en la presencia de las Academias y Escuelas de Bellas Artes o de Artes y Oficios, adscritas o ubicadas en el mismo museo, su separación posterior y la consolidación de la institución museística, no generaron una mejora didáctica, con las honrosas excepciones ligadas al afán regeneracionista de la II República Española. Hasta los años 70 del siglo XX, no se crearon en España unos departamentos educativos, aunque de carácter incipiente, con personal adscrito de diferentes formas, muchas veces surgidos desde el exterior del propio museo. Era también el momento del inicio de las nuevas museografías, que intentaban extrapolar al campo del museo las innovaciones, sobre todo formales, de la presentación de los objetos3. 14 • ASOCIACION BEN BASO

El potencial del patrimonio como recurso educativo y cultural depende en gran medida del uso que hagamos de él. Si el patrimonio se convierte en una parte integrante de nuestra educación, como instrumento de reflexión acerca de nuestra identidad, nos puede servir de contraste y referencia constante para el presente. El análisis de las diferentes culturas nos permite interiorizar el respeto a la diversidad y a conocer soluciones de conflictos y de adaptación al medio que se dieron en nuestras mismas coordenadas espaciales. Al mismo tiempo si lo integramos en el conjunto de nuestras aficiones, abrimos un campo infinito de posibilidades para nuestro tiempo de ocio. Si nos preocupamos por la conservación y por los problemas jurídicos y administrativos que la gestión del patrimonio tiene no hacemos más ejercitar nuestro derecho a participar en las instituciones democráticas. Si la educación se considera hoy como un taller de socialización, es decir un sistema global, no solamente reglado, de inmersión en la cultura y en las estructuras bases de nuestra sociedad, el patrimonio como espejo de nuestra identidad cultural


PATRIMONIO Y EDUCACIÓN Visita escolar en el Monasterio de San Isidoro del Campo se convierte en un recurso educativo fundamental. Pero no se trata únicamente de que sirva de ilustración más o menos colorista de nuestras clases de historia. Hay que procurar que el propio patrimonio sea entendido y valorado desde sus múltiples posibilidades, tanto científicas, económicas, como por el valor afectivo y por la proximidad al alumno. En una cultura dominada por los medios de masas audiovisuales, el Patrimonio, especialmente el Patrimonio Artístico se convierte en una escuela de aprendizaje del valor relativo de la imagen, de los códigos de su lenguaje y en el introductor de la experiencia estética. Es necesaria la educación a partir de la belleza y el desarrollo de la sensibilidad, de una forma, reflexiva, individualizada, y crítica para frenar la mediocridad de los modelos estéticos impuestos desde los medios de masas y para que la creación artística pueda seguir surgiendo. De todas formas, si no es por amor al patrimonio, a la cultura o a la racionalidad, por razones económicas también debemos exigir la educación, con y por el patrimonio. En efecto, en el segundo país europeo con mayor volumen de patrimonio histórico no podemos seguir de espaldas a esa realidad que nos

reclama y nos interroga y a un potencial económico, como recurso turístico, en una sociedad del ocio y con un mayor nivel cultural. Dado su carácter frágil, fragmentario y limitado, gran parte del patrimonio es por definición un bien en estado crítico, a punto de desaparecer. Por tanto, debemos considerar que ligado al derecho de disfrutar y valorar el patrimonio está el deber de conservarlo, de mantenerlo, al menos en las mismas condiciones en que nos fue legado por la generación precedente. Tal es el espíritu e incluso la letra de la Ley estatal de 85 y de las andaluzas del 91 y 2007. La primera responsabilidad cabe a la administración en la gestión de estos bienes, en segundo lugar a los legisladores y políticos que crean las leyes y no asumen a veces la obligación de cumplirlas y hacerlas cumplir hasta sus últimas consecuencias, y en tercer lugar a todos los ciudadanos cuya responsabilidad está cifrada individual y colectivamente en obligar con nuestro voto a que las cosas mejoren. En 1986 con la creación de los Gabinetes Pedagógicos de Andalucía4 parecía haberse encontrado una fórmula eficaz para regularizar la educaASOCIACION BEN BASO • 15


Jornadas de difusión en el Centro del Mudejar ción en y con el patrimonio, al poner a trabajar unidas a las dos administraciones implicadas, Cultura y Educación, y al seleccionar, mediante concurso, un personal funcionario de carrera con doble experiencia en la docencia y en la tutela del Patrimonio Histórico que coordinase y dirigiese a un equipo encargado de programar las actividades educativas y de difusión, tanto en el patrimonio custodiado por los museos como en el que se encuentra disperso por todo el territorio provincial. Se pretendía trasladar a la región andaluza un modelo educativo-patrimonial inspirado en los museos pedagógicos alemanes, proponía que los Gabinetes se convirtieran en una institución puente entre el patrimonio y la escuela, que serviría para coordinar las actividades didácticas que se llevaran a cabo en los museos, contando con sus propios departamentos educativos y en otros elementos patrimoniales externos pero abiertos a la visita escolar. Sin embargo, no ocurrió exactamente así. Ni se dotaron del personal previsto y necesario los Gabinetes provinciales, ni tampoco los Departamentos Didácticos de las distintas instituciones. Al principio, se trató de paliar esta necesidad con personal temporal aportado por diferentes planes de empleo juvenil. Al cabo de dos años, los Gabinetes quedaron reducidos exclusivamente, en la mayoría de los casos, al escaso personal aportado por la Consejería de Educación, uno, dos o excepcionalmente tres, funcionarios por provincia y a un escaso personal administrativo de apoyo. Y por otra parte, muchos 16 • ASOCIACION BEN BASO

de los departamentos didácticos de los museos volvieron a padecer la situación anterior de vacío. No se comprende, pues que el interés por el patrimonio y la demanda de los ciudadanos en este campo vaya a menos ritmo que el de la demanda de educación y consumo medioambiental. Esperemos que poco a poco y con la colaboración de todas las instituciones vayan convergiendo hacia una demanda más racional, que combine la conservación con el uso cultural y educativo, en el sentido más amplio. Quizás el esfuerzo más importante que se ha realizado en este campo ha sido la redacción de un plan nacional de Patrimonio y Educación, bajo los auspicios del Instituto Español de Patrimonio Cultural, y coordinado entre otras personas por Olaia Fontal Merillas. En el plan estaban representadas la mayor parte de las comunidades autónomas, aunque faltaron siempre el Pais Vasco y Cataluña, mientras que Andalucía estuvo siempre representada por un miembro del Gabinete de Sevilla a lo largo de todo el proceso de redacción y puesta en

marcha desde 2110 hasta 2013. El texto resultante está disponible en la página del ministerio de Cultura. Desgraciadamente al moverse en un ámbito teórico que ha intentando coordinar y relanzar las políticas de difusión y educación patrimonial en todo el estado que choca con las diferentes legislaciones patrimoniales regionales, con las ausencias notables citadas y con la falta de presupuesto y de líneas de financiación adecuadas, carece de energía y capacidad de decisión para cambiar el rumbo de la educación patrimonial.


PATRIMONIO Y EDUCACIÓN Hemos abordado el Patrimonio Histórico desde la concepción de que los bienes que lo integran son producto de la actividad y la inteligencia humana que nos ha precedido, estos objetos del pasado, creencias, lugares, ideas que la historia nos lega, no son solo objetos artísticos, o valiosos materialmente hablando, sino objetos de gran riqueza y variedad comunicativa para reconstruir y estructurar el paso del tiempo desde el presente, representan un recurso para la ciencia y el conocimiento histórico y en general de todas las ciencias sociales. Esta herencia cobra sentido cuando somos capaces de situarla en su tiempo concreto y espacio, es decir en su contexto social y humano, gracias a la educación. Además, el Patrimonio, entendido como recurso didáctico, posee valores educativos, motivadores, formativos e históricos, simbólicos y significativos para integrar y comprender el desarrollo y evolución de los hechos culturales y la producción humana en el espacio y en el tiempo, con todas las implicaciones que ello supone para el presente. Esta herencia colectiva conforma nuestra memoria histórica y por tanto los bienes que la constituyen los identificamos como propios, nos pertenecen a todos deforma que debe constituir un pilar básico de nuestra educación integral.

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Notas 1-Una parte de este texto aprovecha una reflexión anterior, ahora le añadimos nuevos datos y lo adaptamos a las actuales circunstancias. RAVÉ PRIETO, J.L. “Educación en el Museo” en M.U.S.A. Sevilla 2006. P.26-32. 2-Hay una tradición intelectual opuesta a la presencia de los profesores y de los alumnos en los museos, e incluso contraria a la interpretación misma por entenderla como una forma de traición. Recordemos el famoso texto de BERNHARD Thomas: Maestros Antiguos Madrid 2003 P. 36: “Una vez que han entrado con sus profesores en el Kunsthistorisches Museum, esos niños no vuelven a entrar en él en toda la vida. (…) Los profesores aniquilan para siempre en esas visitas el interés por el arte de los alumnos que les están confiados, eso es un hecho”. SONTANG, Susan: Contra la Interpretación Madrid 1996: “La interpretación supone una hipócrita negativa a dejar sola la obra de arte. El verdadero arte tiene el poder de ponernos nerviosos. Al reducir la obra de arte a su contenido para luego interpretar aquello, domesticamos la obra de arte. La interpretación hace manejable y maleable al arte”. Desgraciadamente esta actitud elitista, comprensible desde el que no tiene dificultades de interpretación es compartida por demasiados intelectuales, profesores universitarios, responsables políticos e incluso museólogos. 3-AAVV IV Jornadas de Departamentos de Educación y Acción Cultural de Museos Madrid 1988. GARCIA BLANCO, A. Didáctica del Museo. Madrid 1988. 4-Orden de la Consejería de Presidencia. 269/1986 B.O.J.A. de 21 de Enero de 1986.

-------------------------------------------------------------------JUAN LUIS RAVÉ PRIETO Historiador.

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LA PRIORIDAD DEL VÍNCULO ENTRE EL PATRIMONIO Y LA SOCIEDAD

Marcelo Martín

A

firmar que el patrimonio es una construcción social no tiene, como idea, demasiados problemas para sentirnos identificados. Pero es bueno analizar dos dimensiones de esa construcción; una es la producción concreta en sí. La construcción de un camino, el levantamiento de murallas y edificios, nobles y populares, un cuadro o una escultura y hasta los enseres y herramientas de los labriegos y artesanos. También la música, las canciones y las fiestas en honor de dioses, reyes o como sacrificios en pos de logros y alegrías permanentes. La otra dimensión es la histórica, la evolutiva por el paso del tiempo y la resignificación de todos esos bienes materiales e inmateriales que perviven o mueren con el devenir de la vida. D e todo ello podemos afirmar que la construcción social tiene autores y productores concretos y colectivos y ciudadanos que mantienen y conservan la memoria necesaria para que no se pierdan nombres, técnicas, tradiciones y sentimientos. En suma la identidad. Concluyo entonces que el patrimonio es algo más que bienes culturales y bienes naturales que debemos conservar para las generaciones futuras, sino que representan un acumulador cultural, algo así como la batería de un auto que se carga de energía del propio movimiento que ayuda a generar. Dicho acumulador se regenera, es autorreferencial, se reactiva y se transmite en un proceso constante y continuo; y que sufre de todas aquellas rupturas trágicas o naturales que en sí ingresan aún más datos para que nuestra identidad como conjunto, colectivo 18 • ASOCIACION BEN BASO

o ciudadanía ayude a sentirnos y afirmarnos plenamente satisfechos en nuestra existencia. Toda esa acumulación no es otra cosa que nuestra cultura, nunca mejor dicho nuestro cultivo, que nos da sentido vital y nos alimenta. Por tanto el concepto de patrimonio es tan amplio como el de nuestra cultura y su conservación está relacionado con la infinita serie de manifestaciones del pensamiento, la acción y las ciencias y técnicas que de ellas se generan. El patrimonio forma parte indisoluble del territorio donde fue generado así como su contexto cultural, productivo y social, de forma que su estudio, conservación y puesta en valor/comunicación no puede soslayar tal afirmación. El patrimonio tiene un lugar, que es el espacio de la reproducción de la vida, e incluso aunque la idea que lo sustenta, material o utilitariamente, tenga su origen fuera de ese territorio, las claves para su comprensión y comunicación están ligadas a ese lugar. Investigar y conservar, dos de los tres pilares de la gestión del patrimonio tienen unas características intrínsecas que podemos decir que son globales, es decir que pertenecen a un conocimiento mundial y al intercambio natural de conocimiento de nuestra época. Desde mi particular punto de vista no sucede lo mismo con la comunicación del patrimonio, o lo que prefiero llamar establecer un vínculo entre el Patrimonio y la Sociedad, tanto la que lo sustenta con sus aportes directos o indirectos (impuestos) como aquellos visitantes o viajeros que acuden a nuestro territorio motivados por los recursos naturales y culturales que nos pertenecen. He aquí la clave de la singularidad de


Iglesia de San Lorenzo. Sevilla

relacionar al patrimonio y su gente y sus visitantes. No es una tarea global, no responde exactamente a todas las técnicas y metodologías de puesta en valor, presentación y comercialización del producto patrimonial. Es necesaria una actitud crítica de las disciplinas y de las técnicas y tecnología apropiadas a nuestra realidad social, cultural, económica y ecológica. Trataré de diseccionar este tema para justificar esta aseveración. Las nuevas tendencias de la cuestión patrimonial establecen una estrecha relación entre patrimonio y territorio: la gestión del patrimonio ha de ser territorial de la misma forma que la planificación territorial ha de tener en cuenta los recursos patrimoniales. Esta vinculación descansa, desde nuestro punto de vista, en las siguientes consideraciones: • Si entendemos los bienes patrimoniales como testimonios de valores naturales y culturales, su interpretación nos llevan al lugar donde se originan y tal vez aún se encuentran, a un territorio en el que se han dado unas determinadas condiciones sociales, no necesariamente particulares, claves para la “lectura cultural” de los objetos y acciones patrimoniales. • En tanto que construcción social en sociedades diferenciales, el patrimonio se constituye como recurso para la reproducción de identidades y diferencias sociales. En este sentido puede jugar un papel de cohesionador social pero también de distinción de unos grupos frente a otros. Para tener en cuenta la importancia de los bienes del patrimonio como símbolos de identidad hay que partir del

conocimiento de la realidad social en el territorio y no potenciar una visión ficticia sobre la significación de éstos que suponga una marginación de aquellos grupos menos poderosos ya que “las identidades pueden originarse en las instituciones dominantes, sólo se convierten en tales si los actores sociales las interiorizan y construyen su sentido en torno a esta interiorización”. Estas perversiones en la gestión del patrimonio sólo se pueden evitar desde el territorio fomentando la participación ciudadana, la implicación y dinamización de la población. • Finalmente, esta estrecha vinculación nace en última instancia del reconocimiento de los bienes patrimoniales como recursos susceptibles de ser tomados en cuenta en aquellas acciones de intervención encaminadas al desarrollo y en definitiva en la planificación territorial. Lo primero que debo dejar claro es que no tratamos directamente con el Patrimonio. No es la iglesia, la muralla, la escultura o el cuadro lo que se ofrece a nuestra población. Un recurso patrimonial no es siempre exactamente coincidente con un objeto material o inmaterial sino aquel medio que nos permite, dentro de una planificación cultural a escala regional comarcal o municipal, utilizar su capacidad de ser un referente histórico o natural, su potencial de ser interpretado de acuerdo a temáticas generales adecuadas y capaz de recibir una explotación sostenible que permita formar parte de un programa de desarrollo social y económico sustentado en el turismo cultural. El recurso patrimonial es entonces un medio y un bien que se ve afectado, por un lado por todas aquellas normas de ASOCIACION BEN BASO • 19


protección y conservación y por otro por la escala del proyecto, su contexto histórico y material y su capacidad de ser un acumulador cultural que permita ser reconocido por la sociedad en una dinámica de apropiación, uso, interpretación, disfrute y explotación sostenible. No debemos confundir, por tanto, un recurso cultural con un sitio, un objeto o un equipamiento que tiene capacidad de ser utilizado en nuestro proyecto pero que no reúne en sí mismo capacidad de dialogar culturalmente con los usuarios de un programa de desarrollo. Una vez definidos y establecidos cuáles son recursos entre todos los bienes materiales e inmateriales, naturales y culturales de nuestro territorio, estamos en condiciones de crear productos patrimoniales que, una vez más, no son el patrimonio en sí, sino la elaboración de un sistema diverso e integrado que mediante estrategias de interpretación, presentación, exhibición, conservación y promoción tenga como objetivo producir un complejo de mensajes, actividades y equipamientos que brinde al visitante una serie de pautas cognoscitivas, informativas y lúdicas para que éste satisfaga eficientemente su demanda de ocio cultural en su tiempo libre. Por tanto no podemos decir que tener recursos patrimoniales en nuestro territorio es sinónimo de poseer productos patrimoniales, debemos trabajar en ello, producirlos para luego integrarlos en estrategias turísticas sostenibles. El producto patrimonial integrado en una estrategia turística es el resultado de • Puesta en valor • Planificación integrada • Gestión cultural El producto será diseñado en función de pautas de lo que entendemos por autenticidad: selección de material culturalmente representativo y producción de escenas y manifestaciones que ayuden a proveernos de verosimilitud histórica Finalmente para que no queden dudas el producto patrimonial es una experiencia en torno del recurso patrimonial que puede ser disfrutado sin poner en peligro su materialidad y su significado y valor.

Retablo mayor de la iglesia de Sta. María de la Oliva. Lebrija 20 • ASOCIACION BEN BASO

El vínculo Patrimonio y Sociedad (P&S) consiste en mediar entre los ciudadanos y su herencia natural y cultural, pero en realidad, técnicamente, los profesional de dicha mediación consideramos que el vínculo lo establecemos con lo que denominamos producto patrimonial. Esta acción tiene una multiplicidad de canales que implican: información y orientación, interpretación, difusión y comercialización y lo que llamo extensión cultural. En ese orden y con dicha jerarquía. Me explico. La información, orientación, básicamente es lo que ofrecemos para iniciar el contacto de las personas con su patrimonio, normalmente en oficinas de turismo y en recepciones de centros de interpretación y museos. Es fruto de un trato directo (también indirecto a través de webs y redes sociales) con el público, local y foráneo y básico para el éxito de nuestro objetivo,


LA PRIORIDAD DEL VÍNCULO ENTRE EL PATRIMONIO Y LA SOCIEDAD

ya que consiste en ayudar al visitante en la gestión de su experiencia de forma óptima, desde la satisfacción de sus necesidades, compras, y gestión de su tiempo, así como organizar su estancia y disfrute. Interpretación significa comunicación estratégica para que el visitante logre, a través de un intérprete que sepa utilizar esta disciplina, un centro expositivo o una web, descubrir por sí mismo los valores y significados del patrimonio, de forma activa y personal. Convertimos así una experiencia sensorial en otra más amplia y global en la que se pongan en juego conexiones intelectuales y emocionales esperando, de esta forma, acercarlo a nuestros objetivos de conservación y protección y hacerlos suyos. La interpretación del patrimonio es una disciplina y un arte y por tanto puede aprenderse. Tiene principios, reglas y metodologías concretas que permiten al mediador superar el concepto de “profesor” o de “guía” sabelotodo y generar una comunicación específica que no rellene el tiempo de aprecio del visitante en una aburrida y pedante información de cifras, fechas y nombres. Entendemos como difusión a toda la oferta patrimonial de nuestro territorio así como actividades de conocimiento como conferencias, notas de prensa, programas audiovisuales, más información en redes sociales y medios audiovisuales y gráficos. Universo que tiene el objetivo de hacer saber al ciudadano y al visitante qué hay, dónde hay y cómo acceder a diferentes sucesos culturales relacionados con el Patrimonio, información que incluye conocimientos que intentan involucrarlo en el reconocimiento de los valores y fragilidad del patrimonio, sin que ello implique una experiencia directa. Muy ligado a esta tarea está la comercialización de productos patrimoniales, que cada día tiene mas importancia ya que su actividad puede llevarse a cabo en redes sociales y sitios webs, informando y permitiendo a un tiempo todas las facetas anteriores más la adquisición de entradas a distancia. Denominamos extensión cultural, tal como se hace en los espacios naturales protegidos y en museos y administraciones locales, a un cúmulo de actividades culturales, de ocio recreativo y/o deportivo, ligado a los recursos naturales y culturales, tales como conciertos, recitales, maratones, cine al aire libre, etc. etc. así como encuentros entre profesionales de la mediación y la gestión del patrimonio en Jornadas y congresos que permitan un intercambio de experiencias en torno al vínculo entre el Patrimonio y la Sociedad de diferentes territorios. Hemos arribado al meollo de la cuestión: ¿por qué afirmo que todo este vínculo necesita una planificación, una metodología y una acción singular para cada territorio y no la aplicación acrítica de normas y procederes globales? Hasta no hace tanto, la utilización de la cultura como elemento participativo en el proceso de desarrollo económico y social era un tema bastante ajeno. Su uso, como mecanismo generador

Caminito del Rey. Patrimonio natural recuperado. Ardales (Málaga) ASOCIACION BEN BASO • 21


de riqueza y de transformación era un tema altamente polémico, objeto de fuertes controversias y comúnmente susceptible de varios etiquetamientos ideológicos, es decir, era considerada una integrante más del reino de las utopías sin sentido de realidad. Encarar los actuales problemas requiere de la capacidad creativa de la sociedad, aplicada a la explotación de la cultura y del patrimonio en particular, como elemento catalizador del proceso de regeneración y valoración del territorio como eje alternativo del cambio social y económico. De lo que la producción de experiencias patrimoniales en su mediación social entre P&S no es ajeno a estas premisas. “Por otra parte, el desarrollo cultural sustentable intenta equilibrar los principios de desarrollo económico, de justicia social y de responsabilidad ecológica mediante el restablecimiento de los valores sociales e individuales sobre la actual cultura de consumo. No cabe la menor duda que las satisfacciones materiales contribuyen significativamente al desarrollo tanto individual como el comunitario, sin embargo, estas no son suficientes ni garantizan el bienestar físico, social, mental y espiritual de la sociedades”. (Comisión Mundial sobre Cultura y Desarrollo). El pensamiento creativo (que yo relaciono directamente con el vínculo P&S) es un don que tienen todas las personas, algunas más desarrolladas que otras debido a factores culturales, genéticos, entre otros, Así, parece haber un consenso de considerar la creatividad como una potencialidad humana, a la que todos podemos acceder indistintamente. En consonancia con esto último, el conjunto de las influencias sociales, culturales e históricas devienen los factores principales asociados al desarrollo de la creatividad1.Los factores ambientales, hacen referencia a las condiciones del contexto tanto físico como social que facilitan el desarrollo y la actualización del potencial creativo. Las características ambientales que favorecen la expresión creativa son principalmente la confianza en uno mismo, la seguridad frente a los demás y una valoración de las diferencias individuales adaptativas. Además, se ha comprobado cómo ambientes socialmente empáticos, auténticos y congruentes permiten al individuo emprender proyectos originales, minimizando los temores a los riesgos potenciales o desconocidos. La creatividad deviene una capacidad que deriva de la confluencia de factores más bien ambientales, externos y adquiridos. Para ello, se deben vencer diversas barreras relacionadas con los prejuicios, críticas y valoraciones negativas aplicadas a formas alternativas y/o inusuales de resolver una tarea determinada, de exponer un razonamiento, etc., las cuales parecen estar tradicionalmente arraigadas socialmente. La “creatividad” como fenómeno ligado a la gestión del patrimonio y en particular al vínculo P&S no es valorada como un componente importante en el proceso de desarrollo de los negocios, la educación y el desarrollo local. La actitud de la clase 22 • ASOCIACION BEN BASO

políticas, era la de percibir a la cultura como una esfera separada de las prioridades del gobierno. Es decir, una esfera limitada al ocio, marginada de toda actividad económicamente productiva y de regeneración social. El “capital cultural” no solo abarca las manifestaciones artísticas de una sociedad, sino también se refiere a las condiciones materiales de la vida misma, entre las que se incluye el Patrimonio en su dimensión material e inmaterial. Considera las habilidades específicas de un pueblo, sus disposiciones y sus hábitos de trabajo, actitudes hacia la educación, espíritu creativo, etc. Parte de este capital se concentra en el patrimonio creativo de una sociedad manifestado por una variedad de atributos multidimensionales: artísticos, estéticos, arquitectónicos, tecnológicos, así como, su valor social, como símbolo de identidad, orgullo, prestigio, solidaridad, progreso, etc. Este capital al no ser cuantitativamente medido, tiene una relación directa con el valor económico que representa y el desarrollo del capital social, es decir de las redes de comunicación y solidaridad que existen al interior de una comunidad2. Existe una tensión evidente entre el desarrollo de ciertos proyectos que tienden a la promoción turística de un área especifica, y el impacto negativo que este genera sobre ciertos colectivos que no se favorecen de este tipo de políticas focalizadas. Existe un peligro latente de promocionar e internacionalizar la cultura local en un mercado abierto al intercambio de bienes culturales, sin tener una política que promueva y proteja de forma integral la cultura y la identidad local. Es en este punto cuando se hace necesaria una visión crítica de la creación, producción y planificación del vínculo del patrimonio y los ciudadanos y visitantes. Una adscripción acrítica de lo que otros profesionales en otras circunstancias culturales, sociales y económicas puede resultar un nuevo fracaso y una pérdida de recursos económicos en inversiones alegremente aceptadas por técnicos y gestores patrimoniales enamorados de lo ajeno pero con escasos criterios de adaptación a sus realidades culturales sociales y económicas. Esperamos con este pequeño aporte hacer un llamado de atención a apelar a nuestra creatividad y capacidad de adaptación en una actividad tan sensible como es la mediación P&S. -------------------------------------------------------------------------------------------------Notas 1. Las habilidades del pensamiento creativo -http://www.conocimientosweb.net/portal/article2218.html 2. La importancia de la conciencia turística para fomentar el desarrollo sociocultural - Alonso Coello Garcia - https://prezi.com/eakq6qgngzu-/ importancia-de-la-conciencia-turistica-para-fomentar-el-desa/

-------------------------------------------------------------------MARCELO MARTÍN. Arquitecto. Profesor Asociado, Universidad Pablo de Olavide.


Las ramblas del sureste de la península ibérica son auténticos corredores de productividad biológica y cultural surcando los actualmente revalorizados paisajes geológicos áridos. Curso bajo del Castril en Cortes de Baza.

AGUA Y PATRIMONIO

Leandro Del Moral Ituarte

El agua: elemento especial lgunas sustancias, como el oro, se vuelven míticas, transcienden las propiedades físicas y químicas de su existencia y se manifiestan en nuestras mentes como símbolos, como cualidades. En el inconsciente colectivo de una cultura, su constitución material se vuelve secundaria en relación con su valor simbólico. Para los alquimistas, el oro era algo más que un metal: era la perfección, la meta de una búsqueda espiritual. Pero, como dice Philip Ball, esto no es así en el caso del agua. Aun cuando la despojemos de sus adornos simbólicos, de su vínculo con la pureza, el alma, lo maternal, la vida y la juventud; aunque la reduzcamos a mero objeto de la química de laboratorio o de la geología, el agua continuará fascinándonos (Ball, 2010).

A

ver con el hecho de que el agua precipita, fluye, se utiliza y se vierte por toda la superficie de la tierra. Cualquier actividad, aunque no tenga un objetivo directamente relacionado con el agua, influye sobre su generación y circulación: roturar o reforestar un monte, el cambio de tipologías residenciales, una autopista o el aparcamiento de una gran superficie comercial, por ejemplo; por no hablar de la expansión o el cambio de técnicas de riego, la implantación de nuevas industrias o el desarrollo de actividades turísticas. Discutir sobre política de agua significa poner en discusión las formas de ocupación del suelo que subyacen al modelo de desarrollo en vigor en cada momento. De ahí, la complejidad a la vez que la profunda significación territorial del debate sobre el agua.

¿Por qué los debates y los conflictos en torno al agua son frecuentemente más apasionados y enconados que los que se refieren a otros aspectos de la vida social? La respuesta tiene mucho que

La especial atención y tensión social en relación con el agua tiene que ver también con su presencia en todas las actividades sociales, productivas o lúdicas, con su función básica en los sistemas ASOCIACION BEN BASO • 23


colectiva y la simplificación cultural que el modelo de desarrollo vigente viene imponiendo, exige profundizar en el concepto de sostenibilidad, incorporando a él la vertiente de los valores y patrimonios socioculturales. Se trata de auspiciar un nuevo modelo de desarrollo basado en una ética intergeneracional en la que patrimonio natural, social y cultural debe considerarse como un préstamo de las generaciones futuras, más que como una herencia de nuestros antepasados.

Los patrimonios del agua también se expresan en los pequeños detalles de las surgencias transformadas en fuentes en las que la calidad y la frescura del agua son los principales tesoros. Como en este caño de Fuenteheridos en Huelva.

naturales, independientemente de su abundancia o escasez relativa, y con las implicaciones de todo ello en el reparto de costes, beneficios y cuotas de poder. Y a todo esto se añade, y esto es lo que más interesa en estos momentos, su valor simbólico, cargado de significados culturales, su presencia en los espacios en los que se construye la identidad y la memoria de las comunidades y los pueblos. Cambio de orientaciones Vivimos, desde hace décadas, una larga etapa de transición, de cuestionamiento del modelo de desarrollo territorial vigente. Es indudable que ni el sistema productivo ni los actuales paisajes urbanos y rurales podrían explicarse sin referencia a la política hidráulica desarrollada en lo que se refiere a los abastecimientos, regadíos, energía o el control de inundaciones. Pero la realidad es que una y otra vez nos volvemos a encontrar con demandas insatisfechas, situaciones de escasez, crecientes problemas de calidad, riesgos intensificados y crispación en torno al agua. Tampoco se puede ignorar que el precio del cambio ha sido muy alto: ¿cuántas fuentes y manantiales se han secado o contaminado gravemente en Andalucía a lo largo de las últimas décadas?; ¿cuántos ríos conservan su dinámica fluvial natural o continúan siendo aptos para el baño?; ¿cuántos sistemas de riego tradicionales han podido sobrevivir? En definitiva, ¿cuándo será posible someter la incesante espiral de las demandas al control que la propia normativa vigente establece? La destrucción de referentes de identidad 24 • ASOCIACION BEN BASO

En este sentido, desde hace décadas se viene diagnosticando la crisis del modelo extractivo de gestión de aguas. Por lo que se refiere a las aguas superficiales, la subvención pública de la obra de regulación y transporte ha alimentado espirales de demandas, al tiempo que ha inducido los altos niveles de ineficiencia que caracterizaba a gran parte del regadío extensivo español. Los recientes procesos de modernización (sustitución de los riegos por gravedad por sistemas presurizados) han reducido esos niveles de ineficiencia, pero a costa de un mayor estrés de las cuencas y grandes consumos de energía. La gestión de las aguas subterráneas, por contra, se ha desarrollado tradicionalmente en un ámbito de derechos privados de propiedad y gestión, asumiéndose por parte del usuario los costes de infraestructuras y explotación, con escasas subvenciones, lo que ha propiciado un modelo de gestión desde el principio en general más eficiente. Sin embargo, el carácter individualista de este modelo y la falta de ejercicio de sus responsabilidades por parte de la administración, ha dado lugar a graves situaciones de contaminación, sobreexplotación y salinización de acuíferos. Es notoria la falta de control generalizado en numerosas unidades hidrogeológicas, en las que situaciones de ilegalidad, insolidaridad y falta de organización han dado lugar a un deterioro, cuya primera manifestación es la pérdida de fuentes y manantiales. En toda esta etapa, la profunda relación entre agua, territorio y sociedad ha sido olvidada. La preeminencia de las utilidades productivas del agua nos ha llevado, no sólo a destruir patrimonios de naturaleza de gran valor, sino a ignorar los derechos de los pueblos que habitan en sierras y valles en estrecha relación con las fuentes, nacimientos y ríos. El derecho de esos pueblos y comunidades a su pervivencia en el ámbito territorial en el que han hundido las raíces de su propia existencia merece un espacio entre los derechos humanos que deben ser valorados y respetados. Socio-ecosistemas, paisajes y patrimonios del agua En este contexto de análisis crítico e impulso de cambio, la necesidad de alumbrar perspectivas de sostenibilidad desde un nuevo modelo de desarrollo, ha hecho aflorar un movimiento social en pro de lo que se ha venido en llamar la nueva cultura del agua. Se trata de asumir un cambio de paradigma, pasando de considerar el agua como un simple factor productivo, a entenderlo como un activo ecosocial, un auténtico patrimonio. Se trata


SUB-CATEGORÍAS CONFLICTOS CON AFECCIONES AL PATRIMONIO CUTURAL

Sistemas o artefactos hidráulicos tradicionales

Transformaciones de paisajes vinculados al agua

1.

Trasvase del Guadiana al Guadalquivir (Huelva)

X

2.

Usurpación del dominio público de desecados Humedales de la Janda (Cádiz)

los

X

3.

Restauración ambiental del arroyo Riopudio en la comarca del Aljarafe (Sevilla)

X

4.

Degradación del río Guadaira (Sevilla).

X

X

5.

Encauzamiento del Guadalete (Cádiz).

X

X

6.

Amenaza de construcción del embalse río Genal (Málaga)

X

X

7.

Proyectos urbanísticos sobre los acuíferos de las dehesas de Ronda (Málaga).

X

X

8.

Tramo urbano del Guadalmedina en Málaga.

X

9.

Proyecto urbanístico sobre acuífero de Coín (Málaga).

X

10. Expansión de la superficie de regadío en la Comarca de la Axarquía (Málaga)

X

11. Ocupación de la vega del rio Eliche (Jaén).

X

12. Sobreexplotación del acuífero del Estanque de Pegalajar (Jaén).

X

X

13. Impacto ambiental en la ribera del Guadalquivir (Córdoba)

X

14. Trasvase del río Castril (Granada)

X

15. Futura urbanización sobre las Salinas de Roquetas (Almería)

X

16. Desecación del río Aguas (Almería) Total: 16

X Total: 7

X Total: 15

Fuente: Laconi et al. 2019. Adaptado

de considerar a los ríos y acuíferos como sistemas socio-naturales complejos y dinámicos, y no como simples almacenes y surtidores de agua; asumir que cantidad y calidad son caras de una misma moneda; comprender que disponer de aguas de calidad pasa por respetar y preservar la funcionalidad y la vida de los socio-ecosistemas que integran el ciclo socio-natural del agua; recuperar el tradicional valor lúdico, estético y simbólico de los paisajes del agua, característico de las culturas mediterráneas. Todo ello exige ciertamente un cambio cultural, no sólo en la administración, sino en el conjunto de la sociedad. El concepto de paisaje, tal y como lo entiende la Convención Europea del Paisaje (“componente esencial del entorno en el que viven las poblaciones,

expresión de diversidad de su común patrimonio cultural, ecológico, social y económico y, a la vez, fundamento de su identidad”) constituye un apoyo institucional a la perspectiva de la nueva cultura del agua. La idea de que el paisaje es un elemento esencial del bienestar individual y social formula una realidad ampliamente contrastada en la experiencia de las movilizaciones sociales por el agua, que implican aprendizaje, compromiso y organización colectiva. La experiencia de elaboración del Mapa colaborativo de los conflictos del agua en Andalucía (ver página web https://redandaluzaagua.org/ mapa/ ) ha venido a confirmar que la relación de la sociedad andaluza con el sistema hidrológico está basada en buena parte en la interrelación histórica, ASOCIACION BEN BASO • 25

AGUA Y PATRIMONIO

Conflictos cartografiados en el Mapa colaborativo del agua en Andalucía referidos a la categoría “Afecciones al patrimonio cultural”.


cultural, emocional e identitaria entre la comunidad y el agua, es decir en la relación con los paisajes del agua, por más que esta expresión no aparezca hasta momentos muy recientes en los discursos que construyen estas experiencias. En el diseño colaborativo de esta herramienta cartográfica (construida a partir de las aportaciones de los propios protagonistas de las experiencias), el equipo investigador, tras profundizar en las conclusiones de una larga trayectoria de trabajo de campo, percibió que era necesario añadir categorías culturales, etnográficas y patrimoniales a los conceptos propios de la normativa vigente en materia de gestión del agua (Directiva Marco del Agua y su traducción legal en España), que apuntan a la recuperación del buen estado ecológico de los ecosistemas acuáticos con criterios físico-químicos, biológicos e hidromorfológicos. Es decir, ha sido necesario introducir la dimensión paisajística con la que se relacionan buena parte de los casos inventariados: la defensa del sistema fuente-charca y huerta de Pegalajar; la defensa de los ríos Castril (Castril y Cortes de Baza en Granada), Guadaíra (Alcalá de Guadaira en Sevilla) o Genal (Málaga); la movilización por la recuperación de los humedales de La Janda, así como su consideración de dominio público hidráulico, entre otros muchos casos que se pueden consultar en el mencionado mapa colaborativo. Se decidió incorporar explícitamente estas dimensiones, pese a que hacerlo así complicaba la claridad técnica y científica de las tipologías hidro-ecológicas. El desarrollo de la experiencia colaborativa ha venido a demostrar lo acertado de esta incorporación, que ha permitido expresar la profunda dimensión y vivencia paisajística, cultural y patrimonial de un porcentaje muy considerable de las experiencias sociales cartografiadas.

El río Siles, afluente del Guadialimar, en Jaén, uno de los últimos regulados en Andalucía antes de la construcción del embalase de su nombre. Un rio en situación de “buen estado ecológico” por la calidad físico-química, biológica y morfodinámica de sus aguas, su cauce y sus riberas.

-------------------------------------------------------------------Referencias

Ball, Ph. (2010): H2O. Una biografía del agua, Fondo de Cultura Económica/Turner, Mexico DF/Madrid. Consejo de Europa (2000): Convenio europeo del paisaje. Florencia. Council of Europe. Láconi, C., Figueroa, A. Pedregal, B., Cabello, V., Mancilla, V. y del Moral, L. (2019): “La presencia del paisaje en el Mapa digital colaborativo de los conflictos del agua en Andalucía”, 22 reunión del Taller del Consejo de Europa para la implementación del Convenio del Paisaje del Consejo de Europa y Congreso Internacional “Agua, paisaje y ciudadanía ante el Cambio Global”, Sevilla 14,15 y 16 de marzo, 2019. Mata Olmo, R. y Fernández Muñoz, S. (2010): Paisajes y patrimonios culturales del agua. La salvaguarda del valor patrimonial de los regadíos tradicionales. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, vol. XIV, nº 337, pp.1-3. Moral Ituarte, L. del (2008): “Valoración y defensa de los manantiales desde la perspectiva de la “Nueva Cultura del Agua””, en A. CASTILLO MARTÍN (coord.) Manantiales de Andalucía, Agencia Andaluza del Agua, Universidad de Granada, Sevilla, pp. 194-197. Ojeda Rivera, J.F. y L. del Moral Ituarte (2004): “Percepciones del agua y modelos de su gestión en las distintas fases de la configuración de Doñana”, Estudios Geográficos, Instituto de Geografía, Universidad de Alicante, 35, pp. 25-44. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Garganta del río Castril: ejemplo de paisaje vinculado al agua protagonista de un fuerte conflicto derivado de diversos proyectos de intervención hidráulica 26 • ASOCIACION BEN BASO

LEANDRO DEL MORAL ITUARTE Universidad de Sevilla, Fundación Nueva Cultura del Agua


PATRIMONIO OLVIDADO Pedro José Respaldiza Lama

San Isidoro del Campo. Claustro Grande

A

gradezco a la asociación Ben Baso la oportunidad que me brinda, a través de estas páginas, de reflexionar en voz alta y haceros partícipe de algunas de las inquietudes que han motivado mi vida profesional y personal en las últimas décadas: El Patrimonio Histórico, su conocimiento, valoración, conservación, difusión y defensa; para conseguir en última instancia su disfrute por la ciudadanía. En esta ocasión me centraré en esos elementos patrimoniales de nuestra ciudad y su entorno que desde hace tiempo se nos oculta, a veces de forma indefinida, cayendo en el olvido. Ese Patrimonio al que he denominado en alguna ocasión como secuestrado y que al hacerlo invisible se impide que conozcamos y disfrutemos.

la ciudadanía llegue a Conocer, Valore, Respete y se implique en la Conservación del Patrimonio, para que éste pueda ser conocido por las generaciones futuras. Por tanto, la clave está en Conocer. Leteo (léthe) en la antigüedad clásica significaba fuente, río del olvido; manantial del Hades, el invisible, donde habitaban los que perdían la memoria, los que dejaban escapar su alma, psique, convirtiéndose en sombras. Aleteia (a-lethés), lo contrario a leteo, era la verdad, lo que no se olvida, lo que se conoce, lo verdadero.

Existe solo aquello que se percibe, aquello que se conoce. Conocer es la manera de que algo forme parte de nuestra realidad, conformando nuestra experiencia. De ahí, la importancia de poder acceder al legado de las generaciones pasadas y llegar a conocer “Nuestro Patrimonio”, convirtiéndolo en memoria viva que configure nuestra identidad, porque el Patrimonio forja nuestra identidad, nos define. Por eso, es esencial reivindicar su conservación, su conocimiento y su disfrute, ya que no se valora ni se defiende, aquello que se desconoce. (Fig. 1: Diagrama de la gestión del Patrimonio) En la Gestión del Patrimonio se trabaja en cuatro ámbitos: Investigación, Protección, Conservación y Difusión. Con la Difusión se pretende que ASOCIACION BEN BASO • 27


Existe sólo aquello que se percibe, aquello que se conoce. Conocer es la manera de que algo forme parte de nuestra realidad, conformando nuestra experiencia”

Y Mnemosyne era la fuente de la memoria, del tiempo, por ella se transitaba del mundo terrenal al más allá, quien la bebiera alcanzaba la divinidad. Propongo al Patrimonio como Fuente de la Memoria, como Mnemosyne que nos salve del olvido, de convertirnos en sombras. Por eso es esencial que no se nos impida el acceso a él, que no se nos oculte, que podamos conocer mucho de los elementos patrimoniales que ya comienzan a ser olvidados, cuyo número es muy abundante, y a veces de gran relevancia. Por ejemplo, dentro del proceso de cierre y abandono de monasterios y conventos, proceso que se agravará en los próximos años, en 1998 cerró el convento de Santa Clara. Las monjas cedieron el convento a Sevilla y el Ayuntamiento ha realizado un enorme esfuerzo por su rehabilitación. Sin embargo, sin razón aparente, varias generaciones de sevillanos se han visto imposibilitados de conocer uno de los hitos de la arquitectura medieval de Sevilla: La Torre de Don Fadrique, además de otros elementos como la portada del Colegio de Maese Rodrigo, que está en su compás, o la iglesia del convento, que esta inmersa en ese otro litigio generado por la inmatriculación en los registros de miles de inmuebles por parte de la Iglesia; pero ese es otro tema (hace unos días, parece que de forma temporal y sin unas mínimas intervenciones de rehabilitación, se accede al “Espacio Santa Clara” por la puerta del compás). En Octubre, hace unos meses, ha sido otro el convento que ha cerrado, el del Socorro, fundado en 1522 y cuyo destino ignoramos. Otro gran convento del que se ha borrado casi su memoria es el de San Agustín, que se levantaba frente a la Puerta de Carmona y del que se conserva aún importantes vestigios. Como referen28 • ASOCIACION BEN BASO

tes tenemos la persistencia en el nomenclator de la Plaza de San Agustín, planimetría histórica, dibujos y fotos antiguas de la construcción y del antiguo Cristo de San Agustín, conocido en el ámbito cofradiero, o los azulejos conservados en el palacio de los condes de Lebrija y entre los elementos conservados tras las actuaciones urbanísticas e inmobiliarias, hay que señalar el claustro, la portada, tendida durante años en medio del claustro, el refectorio, la escalera, ...que abren a la calle lateral, creada a costa de otros elementos del convento, y las magníficas pinturas, entre las que destacan las obras de Martín de Vos y de Murillo en el Museo de Bellas Artes, estas últimas recientemente restauradas para la exposición “Murillo IV centenario”. Hemos de celebrar que acualmente se están llevando a cabo intervenciones arqueológicas. El actual Museo de Bellas Artes, antiguo convento mercedario, fue otro de los grandes espacios desamortizados que sufrieron actuaciones urbanísticas y diversas vicisitudes. Pero en esta institución, más que el continente nos preocupa el contenido, unos inmensos fondos sin suficiente espacio expositivo. Ningún museo del mundo se permite el lujo de tener en los almacenes, sin exponer, obras de Murillo o de Veláquez. Ni tiene que desmontar toda la colección de pinturas de la segunda mitad del XIX y principios del XX, el “Siglo de Plata de la Escuela Sevillana”, para poder montar una exposición temporal, por la falta de espacio en sus instalaciones. Y también carece de otra serie de equipamientos, esenciales para una institución museográfica actual. Para paliar estas deficiencias se adquirió el Palacio de los Monsalves. El proyecto aún no se ha ejecutado, perdiéndose iniciativas como la donación de la colección de la baronesa Thyssen o la colección Bellver; mientras, el palacio sirve de plató para una serie televisiva. La situación de los demás museos de la ciudad es aun más lamentable: Las limitadas y obsoletas instalaciones del Museo Arqueológico impiden la exposición de fondos tan excepcionales como el Tesoro del Carambolo y la institución languidece con una afluencia de visitantes en absoluto acorde con la calidad de las piezas expuestas. Y peor es la situación del Museo de Artes y Costumbres Populares, ya son décadas las que lleva cerrada la planta alta y se proyectó su remodelación. Esta situación es más sangrante si la comparamos con la de otras capitales andaluzas. Se debería reflexionar sobre el éxito de iniciativas como la noche blanca de los Museos, y replantearse seriamente temas de inversión, horarios, servicios,... El convento del Carmen fue adquirido por la Junta de Andalucía en 1990, se rehabilitó en gran medida; pero quedó pendiente la mayor parte de la antigua iglesia, que se proyectó como auditorio y ante la escasez de medio, se cerró con un muro y se abandonó, quedando pendiente todavía a día de hoy la intervención. Desde 2002 es sede del Conservatorio Superior de Música y de la Escuela Superior


PATRIMONIO OLVIDADO Claustro grande, fachada neoclásica de Arte Dramático. Se recuperaron los impresionantes claustros, la escalera y otras dependencias; pero queda pendiente la iglesia, a la que no se puede acceder. Por otro lado, tenemos edificios rehabilitados pero que están fuera de los circuitos turísticos de la ciudad, por falta de promoción, como por ejemplo San Jerónimo de Buenavista. Cercanos están el humilladero del Santo Negro, condenado por las obras públicas que lo asfixian y salvado en ultima instancia por la presión popular, o San Lázaro en un estado lamentable a pesar de ser propiedad de la Diputación. Está claro que el valor esencial de nuestro Patrimonio no es el económico, él forja nuestra identidad, nos define. Hay que reivindicar en primer lugar su conservación, a la par que su conocimiento y disfrute por la ciudadanía, ya que no se valora ni se defiende aquello que se desconoce. No hay justificación para que sucesivas generaciones de ciudadanos desconozcan elementos esenciales del Patrimonio de Sevilla, sintiéndolos como algo ajeno, incluso ignorando su existencia. Hemos señalado algunos, pero la nómina es larga, por ejemplo, San Hermenegildo, La iglesia de Santa Catalina (abierta hace unos días tras permanecer durante años cerrada), San Laureano, la Puerta de Córdoba, el Castellum Aquae de la Plaza de la Pescadería, los baños almohades de la calle Baños, las Átarazanas, la Fábrica de Artillería y múltiples elementos del Patrimonio Industrial, en estado de total abandono. A nivel económico, dada la debilidad del entramado industrial andaluz, nuestro Patrimonio

va adquiriendo cada vez una mayor relevancia por su potencial y se ha convertido en nuestro gran activo. Por ello, la ciudadanía ha de concienciarse de que el Patrimonio es un bien de todos, especialmente el de titularidad pública, y que toda inversión en su rehabilitación repercutirá positivamente en nuestro desarrollo. Esto, parece que no se tiene claro en Sevilla, a pesar de la rentabilidad económica de monumentos como el Alcázar o la Catedral. Otras ciudades andaluzas con menor bagaje patrimonial sí apuestan decididamente por el Patrimonio como motor económico, dotándose de una serie de instituciones museográficas, que ponen en valor unos bienes patrimoniales que aquí se almacenan en los fondos de nuestros Museos, oculto a todos. A estas alturas tenemos claro que nada es inocente ni casual. La coartada de “la crisis”, ya por manida, es ineficaz: se ha invocado de forma reiterada desde 1993, si no antes, a una crisis que parece eterna. En todo caso, si se considera al turismo cultural como un factor de desarrollo, habrá que creerlo realmente y actuar en consecuencia. Un caso para mi especialmente cercano y paradigmático es el de San Isidoro del Campo: declarado Monumento Artístico Nacional en 1872, el primero en la provincia de Sevilla dado su valores históricos y artísticos. Con esta medida se pretendía protegerlo de la ruina. Se tuvo claro también su valor emblemático cuando se proyectó ubicar en él un Parador o el Archivo General de Andalucía; pero parece que actualmente no. El Monumento fue parcialmente restaurado a partir de 1990, se intervino en los edificios medievales, de titularidad ASOCIACION BEN BASO • 29


privada, ante el compromiso adquirido por la cesión temporal de éstos a la administración andaluza. Durante años no se pudo acceder a este Enclave Monumental, pero en 2002 se abrió al público, aunque sólo se puede visitar el núcleo medieval y después, el acceso ha sido cada vez más restrictivo hasta que, en la actualidad parece que ha mejorado la situación. El resto del conjunto, de titularidad pública y que supone su mayor parte (80%), se haya en un lamentable estado de abandono y los sucesivos proyectos para la rehabilitación integral del monumento parecían dormir el sueño de los justos, mientras avanza su ruina, hasta ahora, que parece reavivarse la esperanza. Los ciudadanos debemos exigir a los responsables de la gestión de lo que es de todos que se ponga en valor, se conserve y se transmita a las generaciones futuras. Es esencial que la ciudadanía conozca, disfrute y valore su Patrimonio; se comprometa con lo que es suyo y lo defienda, asumiéndolo como seña de identidad. El Patrimonio se ha convertido en un valor estratégico para nuestro desarrollo, exijamos, por tanto, que no se nos oculte, que no secuestre nuestro futuro. Defendamos nuestro derecho a beber de La Fuente de la Memoria que es nuestro Patrimonio, para no convertirnos en sombras, y no terminar... (parafraseando a Cernuda)

Donde habite el olvido, en los vastos jardines sin aurora; donde yo sólo sea memoria de una piedra sepultada entre ortigas sobre la cual el viento escapa a sus insomnios... Allá, allá lejos; donde habite el olvido.

-------------------------------------------------------------------PEDRO JOSÉ RESPALDIZA LAMA Historiador.

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Convento del Carmen.


Museo Nacional de Artes y Oficios CNAM, París

LOS MUSEOS Y LA DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO CIENTÍFICO E INDUSTRIAL

Julián Sobrino Simal

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L

Introducción.

a idea del museo industrial del siglo XIX fue un producto intelectual de los utopistas franceses Saint-Simon y Fourier, teniendo como remoto antecedente La Nueva Atlántida de Francis Bacon (1561-1626). En esta obra, bajo la forma de relato utópico, se exponen un conjunto de hechos y teorías que preceden en el tiempo a las posteriores realizaciones de la revolución industrial y que, tomando como motor de gestión social a los científicos, presenta una comunidad ordenada según el paradigma del progreso técnico-científico. Ya en el siglo XVIII Saint-Simon ejercerá una considerable influencia en la organización del mundo industrial en su aspecto de creación de una conciencia solidaria entre obreros y empresarios de la burguesía industrial del XIX. En su diseño de ciudades industriales incluye la realización de Museos de “productos naturales, así como de productos industriales de las regiones cercanas”.

En España hay que destacar la labor del ingeniero ilustrado Agustín de Betancourt que consiguió reunir, en 1791, una espléndida colección de modelos -maquetas y máquinas miniaturizadascompuesta por 270 elementos además de 359 planos y 99 memorias. Esta colección sirvió para crear el famoso Real Gabinete de Máquinas del Buen Retiro en Madrid. La Exposición de los objetos coleccionados se abrió al público el 1 de abril de 1792 bajo los auspicios del monarca Carlos IV aficionado, el mismo, a la mecánica y asiduo visitante de la exposición. Esta fundación sería el germen que conduciría a la creación en 1802 de los estudios de la Inspección General de Caminos y Canales. En 1824 fue fundado por Fernando VII el Real Conservatorio de Artes, que acogería la anterior colección del Real Gabinete. Ya en 1850, esta institución, se transforma en el Real Instituto Industrial lugar donde se formarían los novísimos ingenieros industriales.

Museo Nacional de Artes y Oficios CNAM, París.

Museo Minero de Riotinto

Desde el punto de vista de la materialización práctica de los museos industriales habrá que esperar a la aparición e institucionalización de los Conservatorios de Artes y Oficios, las Academias de Ciencias y las Asociaciones de Enseñanza de Oficios para que estas ideas se concreten en propuestas museológicas.

Para el caso concreto de Sevilla hay que señalar la iniciativa que tuvo lugar en 1864 de creación de un Museo de materias primas y productos elaborados, en el cual debían exponerse productos españoles y, especialmente, de Andalucía y Extremadura. La sede de este museo, que no llegó a materializarse, era la del edificio de la antigua Escuela Industrial Sevillana1 (1850-1866). En la actualidad la expansión de la Arqueología Industrial, a mediados de este siglo como disciplina científica será, en gran parte, el detonante para la aparición de este tipo de museos. La creación de una conciencia social y una sensibilidad intelectual acerca de la importancia de considerar al Patrimonio Histórico desde una perspectiva amplia2 . Esta nueva tendencia va unida al proceso de crisis económica postindustrial, y la consiguiente reindustrialización sufrida por antiguas zonas industrializadas a las que hay que dar salida económica, propiciando este tipo de actuaciones sobre el antiguo patrimonio

Los primeros museos industriales son creados a partir de la Exposición de Londres de 1851 en toda Europa (Londres, París, Viena, Bruselas, Madrid) bajo las formas de museos de artes industriales, museos industriales, museos comerciales o museos agrícolas. Los objetivos de estos museos son: 1. Formación de técnicos a partir del estudio de las colecciones como complemento práctico de sus estudios. 2. Divulgación de los logros industriales de un país a través de la exposición de sus máquinas y materias primas. 32 • ASOCIACION BEN BASO


anteriores a la configuración académica de esta disciplina en nuestro país, aunque hay que hacer notar que todavía no posee un rango universitario al no formar parte de los planes de estudio reglados de la Ley de Reforma Universitaria según el marco de Bolonia, ya que sólo aparece en algunos cursos de postgrado. De todas formas, estas investigaciones suponen un excelente inicio para posteriores trabajos relacionados con la arqueología industrial al contar específicamente, como punto de partida, con un extenso corpus bibliográfico de carácter teórico, documental o descriptivo, de gran ayuda para disponer de una visión global del fenómeno de la revolución industrial en España, paso previo a cualquier aproximación a la arqueología industrial., que necesita ante todo el recurso a diversas fuentes de conocimiento que le proporcionarán su herramienta metodológica más apreciada: la interdisciplinariedad.

Publicación 100 Elementos de patrimonio Industrial en España, TICCIH .

Ecomuseo de Ironbridge y puente de Coalbrookdale

El método arqueológico es, por tanto, aplicable no sólo a restos materiales de épocas pasadas sino también a testimonios recientes o incluso contemporáneos4.

La compartimentación de las ciencias sociales redunda en la profundidad de lo estudiado pero si esos elementos analizados no se ponen en relación entre sí, mediante la colaboración interdisciplinar, pierden su significado histórico.

La arqueología industrial no existirá en España como un campo de estudio específico hasta la recepción por parte de nuestros investigadores de la labor teórica desarrollada en Europa a partir de la década de los años sesenta del siglo XX por equipos de trabajo relacionados con el estudio de las huellas físicas de la industrialización. Lo que sí existe en nuestro país son investigaciones relacionadas con la historia de la técnica y de la ciencia de gran interés, de la historia industrial y de la historia de las obras públicas, de repercusión internacional por la valía de los estudios o de la arquitectura industrial, casi inexistentes hasta los años ochenta del siglo pasado. Sin embargo, estos estudios son, por lo general,

Así la tecnología aislada de su impacto ambiental, de los medios económicos que la hicieron posible, de sus efectos sobre la sociedad y de la ideología política que la generó, sólo es un resto material inanimado -un cacharro- en la terminología popular.Los primeros en utilizar el término “arqueología” relacionado con la industria fueron Verneilh en Francia, Viterbo Sousa em Portugal y Fletcher en Inglaterra, a finales del siglo XIX, pero habrá que esperar hasta los años cincuenta de nuestro siglo para encontrar en los estudios de Donald Dudley, Renee Evnard y Michel Rix referencias concretas al concepto de arqueología industrial. Una década más tarde serían K. Hudson5 y A. Buchanan6 los que ASOCIACION BEN BASO • 33

LOS MUSEOS Y LA DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO CIENTÍFICO E INDUSTRIAL

industrial en desuso. Además, la nueva cultura del ocio que moviliza población y recursos, las nuevas tecnologías aplicadas a la didáctica expositiva y el papel preponderante de las nuevas tecnologías en el mundo actual, junto a la conciencia de impacto medioambiental que pone en peligro los recursos de este planeta, han conseguido que este sea un sector en alza en cuanto a la instalación y apertura de nuevos museos en nuestro país.Para esta moderna disciplina o campo de conocimiento, sirva como introducción la siguiente cita: “Cualquier época histórica es susceptible de ser estudiada arqueológicamente, a través de su impronta material, constituyendo ésta un patrimonio arqueológico cuyo valor no es directamente proporcional a su antigüedad o a su monumentalidad, sino a la trascendencia del mensaje histórico que encierra”3 .


definan claramente el alcance de esta metodología de estudio aplicada a los restos de la revolución industrial. Otros autores de interés para la definición del concepto., métodos, fuentes y delimitación de objetivos de la arqueología industrial son Daumas, Borsi, Negri, y Pinard y en España, Forner, Santacreu, Aracil, Izarzugaza, Casanelles, López, Ibáñez y Solías, entre otros7 . En su origen, la Arqueología Industrial nació como un ámbito específico de estudio a partir de muy variados intereses, los cuales resume Franco Borsi en los siguientes puntos: 1º Desde un interés estético por el pasado (estética del maquinismo) y la percepción de la “ruina industrial” como una “ruina clásica”; 2º Como experiencia personal de “diletantes”, movidos por la pasión y la curiosidad, al margen de lo académico o institucional; 3º Como consecuencia de una toma de conciencia acerca de los efectos que la industria causó en el paisaje natural, producto de una sensibilidad ecológica y con la intención de reparar el daño causado al entorno; 4º Ante la evidencia de los destrozos sufridos por el paisaje urbano, tanto en sus condiciones higiénicas (humos, ruidos, etc.), como en la desintegración del tejido urbano y social y la desaparición de edificios significativos del pasado industrial y 5º Producto de acciones de educadores e historiadores interesados por la Historia Local. En la actualidad a partir del auge alcanzado por la microhistoria, consecuencia en cierta manera de la corriente historiográfica francesa de “Annales”, como resultado del interés por la Historia de la Tecnología y el fenómeno de “cambio tecnológico” y gracias al estudio monográfico de procesos productivos localizados en una industria o región concreta la arqueología industrial ha alcanzado tal dimensión que se puede hablar, sin ninguna duda, del nacimiento de una nueva disciplina de estudios históricos inmersa, como no, en una controversia científica8 de gran interés acerca de la definición de sus objetivos, la colisión con otras disciplinas, los límites cronológicos a los que ha de referirse y la metodología que ha de utilizar, problemas que en lugar de paralizar esta corriente historiográfica le han concedido más fuerza, validez y actualidad debido al enriquecimiento que el debate teórico sincero proporciona a cualquier disciplina científica que se quiera viva y enraizada con los problemas de su tiempo. Y qué otra rama de la historia puede exhibir mayor problemática que la que afecta al mundo industrial, territorio conceptual y material sujeto a unos cambios tan dramáticos como los que están padeciendo hoy día los sectores de la industria pesada española, especialmente la sidero-metalurgia y la construcción naval, sin olvidar el desmantelamiento de la minería española o el abandono de cientos de kilómetros de vías ferroviarias que ponen en cuestión aspectos tan importantes para los historiadores y la sociedad como son la conservación de los testimonios materiales de una cultura que desaparece ejemplificados en la arquitectura, las máquinas, los documentos,

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Fichas de trabajadores en Fábrica de Azúcar Nuestra Sra. del Rosario en Salobreña.


Las consecuencias inmediatas de estos estudios se plasmarán en cuatro tipos de actuaciones: 1ª La creación de ecomuseos o museos al aire libre con el objeto de integrar en su paisaje originario los restos industriales, rehabilitar los edificios y máquinas más significativos y crear centros de difusión y documentación del patrimonio industrial. Destacan los pioneros de Ironbridge (1968-1979) en Inglaterra, el Museo Alemán de la Mina de Bochum (1964) y el de Le Creusot-Montceau-Les Mines (1973) en Francia; 2ª La inclusión de esta disciplina en los planes de estudio de algunas universidades (Universidad de Bath (1966) en Inglaterra); 3ª La creación de numerosas asociaciones de arqueología industrial en toda Europa, preferentemente en Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Italia y Alemania; y 4ª La realización de jornadas, congresos y conferencias para abordar los problemas planteados por esta novedosa disciplina. Sala de bombas en la Estación de bombeo de agua de Adufe en Alcalá Guadaíra.

Las primeras conclusiones a las que se llega y que, generalmente, son aceptadas por museos, asociaciones e historiadores son: 1. El carácter abierto e interdisciplinar de esta modalidad de estudio del pasado industrial; 2. La necesidad de inventariar y catalogar los bienes patrimoniales objeto de estudio de la arqueología industrial creando archivos y centros de documentación e intentando definir los campos que deberían aparecer en la ficha de estudio; 3. La prioridad concedida a los trabajos de campo frente a los tradicionales de gabinete sin olvidar el recurso a las fuentes como metodología inicial de localización de restos físicos; 4. Promocionar la celebración de exposiciones para difundir estos hallazgos; 5. Necesidad de interesar a las distintas instituciones y administraciones públicas en la conservación de este patrimonio; y 6. Tener en cuenta a las poblaciones afectadas por las distintas reconversiones industriales a la hora de diseñar los proyectos de reutilización de restos industriales. La Arqueología Industrial tendrá como objeto de estudio los restos físicos del pasado industrial y adoptará características especiales según el momento en que se actúe, el lugar donde se encuentren, el tipo de testimonio recogido y el modelo de investigación que se aplique. Desde los años ochenta se han multiplicado las actuaciones relacionadas con la Arqueología Industrial revistiendo especial interés las relacionadas con el uso turístico de estos bienes -rutas de patrimonio industrial- , la utilización didáctica

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LOS MUSEOS Y LA DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO CIENTÍFICO E INDUSTRIAL

los procedimientos y las personas que los hicieron posibles. Es decir, los testimonios, en sentido amplio, del mundo del trabajo que han de contar para el futuro con archivos, museos, itinerarios y ejemplos vivos que permitan que la memoria histórica siga siendo algo más que una teorización de lo invisible para la mayoría de los ciudadanos. La conservación de estos restos materiales ha de ir unida a la rehabilitación y definición de los usos concretos que esas instalaciones, ya obsoletas, han de tener para poder ser conservadas, junto al estudio detallado de los principales monumentos industriales y la catalogación de los elementos más significativos.


de estos recursos por parte de la escuela primaria y secundaria -unidades didácticas- , el establecimiento de Campañas de Patrimonio Industrial destinadas a los jóvenes, la constitución de Escuelas Taller y Casas de Oficios dedicadas a la restauración y rehabilitación de estos bienes y la reutilización del patrimonio inmobiliario industrial con fines de representación institucional, para usos culturales o educativos o como equipamiento comercial y de servicios. Establecer los límites cronológicos de su estudio es una tarea muy delicada ya que entran en colisión gran cantidad de intereses desde los económicos a los epistemológicos sin olvidar los de otras disciplinas que tienen también por objeto de estudio el campo de la industrialización. Tradicionalmente se vienen proponiendo los límites, ya clásicos, de la Primera Revolución Industrial en Inglaterra (l760-l830) como punto de partida y de 1950 para el comienzo de la Tercera Revolución Industrial, como fecha final, pero ¿Qué hacer con los testimonios aparecidos en otros países donde estas revoluciones se desarrollaron en fechas más tardías?, ¿Cómo debemos contemplar los restos de la preindustrialización o protoindustrialización?, ¿Se deben incluir los elementos técnicos y arquitectónicos de la tercera revolución industrial que, debido al ritmo vertiginoso de los cambios quedan en desuso?. El investigador A. Buchanan, para salvar este escollo, propone que se utilice el término “obsolescencia” (entendido éste como la pérdida de eficacia tecnológica de un objeto o sistema productivo y su posterior abandono) de tal forma que los ordenadores IBM de la primera generación, la Fábrica de Mantas de Mario en Grazalema (Cádiz) o la Real Fábrica de Vidrio y Cristal de La Granja de San Ildefonso (Segovia) estarían incluidos en el campo de estudio de la arqueología industrial. Por tanto, ¿Qué falta? sencillamente una acción institucional decidida y precisa que delimite claramente los campos más urgentes de actuación y realice un inventario y declare como Bienes Culturales los elementos más sobresalientes de la industrialización, una valoración global del Patrimonio Industrial en España y la generación de un corpus teórico propio adaptado a las peculiaridades que la revolución industrial tuvo en nuestro país. Acerca de la industrialización en Andalucía. Más que hablar de los comienzos de una nueva revolución, en este caso industrial, habría que hablar de cómo la industria del siglo XVIII se adaptó a los nuevos principios de la mecanización de los procesos, es decir, de qué forma las estructuras socioeconómicas del Antiguo Régimen se transformaron, en una lenta evolución, en estructuras capitalistas. En los ejemplos ingleses, franceses o catalanes se ha podido observar que la revolución industrial dependía tanto de los nuevos avances técnicos como de una infraestructura empresarial anterior de pequeñas y medianas empresas, siendo esta situación la que determina una implantación de mancha de aceite del fenómeno industrial muy distinta de

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aquellos otros casos que constituyen islas económicas en un en- torno económico desfavorable donde los sistemas tradicionales de consumo e inversión no se orientan hacia la promoción de empresas de nueva planta. La pérdida del monopolio exportador del Puerto de Cádiz (1765) permitiría, frente a la versión catastrofista tradicional, el despertar de otros puertos andaluces como los de Málaga, Almería o el de la propia Sevilla sumida en el letargo de los éxitos pasados. La consecuencia inmediata de esta revitalización comercial de Andalucía no se tradujo, como sería obvio suponer, en una inversión directa de los beneficios del comercio en iniciativas industriales. Muy al contrario, se incidió en un sistema económico basado en los flujos tradicionales de la exportación agraria de productos tales como vinos y aceites que,

Parque de las ciencias de Granada, patrimonio industrial, Col. Giménez Yangüas si bien desarrollaron un extenso marco industrial de transformación agroalimentaria, dejaron de lado otros sectores con mayor capacidad de arrastre económico y, por tanto, con más posibilidades de creación de empleo, de renovación tecnológica y de cambio social como eran el textil y el metalúrgico. Hay que hacer notar la gran importancia que tenían a finales del siglo XVIII las fábricas estatales de tabaco, fundiciones, explosivos y astilleros. Si bien empleaban a un buen número de trabajadores y poseían una tecnología avanzada, las propias características del sector público hacían que estas condiciones ventajosas no se tradujeran en un efecto inducido de creación de nuevas empresas auxiliares: por su concepción cerrada, por su gestión autosuficiente y por la repercusión de sus beneficios en las cuentas del Estado, no fomentaron áreas industriales en su entorno ya que no subcontrataban servicios fuera del ámbito estatal. Teniendo en cuenta esta situación hay que hacer notar que los estudios históricos sobre la Andalucía contemporánea han proyectado


Pero si nos fijamos exclusivamente en la parte visible del iceberg patrimonial este sector aparece incompleto ya que el patrimonio industrial es, antes que nada, las personas que lo hicieron posible para lo cual es necesario poner en valor los archivos en los que se encuentran documentados sus testimonios inmateriales así como de los paisajes en los que se ubica. Las debilidades de este sector patrimonial en Andalucía proceden en gran medida de la concepción simbólica que de esta región se ha ido forjando a partir del siglo XIX, tomando como punto de partida las versiones literarias difundidas por los viajeros decimonónicos que, en pleno auge del orientalismo y del exotismo, inician una tendencia historiográfica que terminará por convertirse en la mentalidad colectiva de un pueblo que consume acrítica y reverencialmente su pasado conformando una estructura diacrónica de identidades culturales y un sistema de valores que tendrán su plasmación en el hecho diferencial de -lo andaluz- dando como resultado material de este proceso selectivo una estratigrafía cultural en la que está ausente el concepto de cultura del trabajo en el sentido que esta tiene desde la revolución industrial. La arqueología industrial, como herramienta metodológica que actúa como auxiliar de otras disciplinas, ha de jugar un papel de primer orden en la restitución de su dimensión contemporánea a la cultura andaluza gracias a su especificidad analítica, ya que centrándose en lo particular permite establecer conexiones de ámbito mayor, con lo que es posible mantener una línea metodológica de actuar en local y pensar en global, de este modo, el análisis de los testimonios materiales del mundo del trabajo ha de tener como objetivo conocer y completar la estructura histórica del territorio andaluz. Las culturas tecnológicas andaluzas.

ésta desde la perspectiva del desarrollo económico, al tiempo que mantiene unos rasgos particulares como resultado de su posición geográfica respecto de los centros de inversión, tanto nacionales como extranjeros, que decidían el ritmo de desarrollo en las economías de capital dependiente. Esta situación de desventaja se vio acrecentada por la estructura interna de Andalucía en los aspectos relacionados con la demanda regional endógena, que contaba con rasgos de menor vitalidad que los existentes en otras áreas del país a lo que habría que añadir el factor tecnológico, de modo que sin caer en determinismos, sí que supuso un elemento de atraso comparativo dada la precariedad de las instituciones propias relacionadas con la enseñanza y la práctica de los oficios y técnicas industriales La memoria patrimonial como instrumento de crítica. El patrimonio cultural constituye una estructura sedimentaria que, formada por testimonios mate- riales e inmateriales, en su conjunto, denominamos memoria histórica. En el caso del patrimonio industrial estaríamos hablando de los restos materiales proporcionados durante el proceso industrializador tales como la arquitectura, sus instalaciones y las máquinas que lo hicieron posible.

El patrimonio industrial de Andalucía adquiere su plena comprensión a partir de su contextualización cultural como “paisajes históricos de la producción”. Siendo estos paisajes, en sus escalas urbanas o rurales, en los que se insertan territorialmente las iniciativas de todo orden que conformaron los nuevos espacios productivos de la industrialización como resultado de las diversas funcionalidades (políticas, territoriales, económicas, simbólicas, culturales) y, todo ello, en un complejo escenario en el que se pueden observar, como resultado de ese proceso, diversas estratigrafías patrimoniales que se pueden clasificar como las seis grandes áreas de las culturas técnicas de Andalucía: a) La cultura minero-metalúrgica; b) La cultura agroindustrial y ganadera; c) La cultura de las artesanías y de los bienes de consumo; d) La cultura del agua y la energía; e) La cultura de los transportes y la comunicación. Entendido todo este sistema de producción en la diacronía de su marco histórico, en las peculiaridades de las distintas áreas morfológicas del territorio andaluz, en las iniciativas de innovación o inercia de los procedimientos tecnológicos, en las tendencias hacia el cambio o la retracción en los usos sociales, y en las permanencias y modificaciones del entorno simbólico de las sociedades. Las áreas de las culturas técnicas de Andalucía cuentan con interesantes ASOCIACION BEN BASO • 37

LOS MUSEOS Y LA DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO CIENTÍFICO E INDUSTRIAL

una imagen esencialmente antiburguesa de esta comunidad, es decir, agrarista y rural, incapaz de reproducir el esfuerzo, tanto de las élites dirigentes como colectivo, necesario para llevar a cabo una industrialización a la manera de otras regiones españolas o europeas. Para ilustrar la afirmación anterior baste decir que el modelo de la revolución industrial andaluza se ha convertido en un ejemplo paradigmático de sistema económico marcado por su ancestral relación con lo agrario, tanto en su régimen de propiedad como en sus relaciones de producción siendo, en parte, esta visión la que ha impedido tener una imagen objetiva de su protoindustrialización y posterior industrialización. El balance del proceso industrializador andaluz apunta hacia una nueva orientación basada en la participación global de las fuerzas productivas de la región en la modernización de España, entendiendo


Exposición Las Fábricas del Sur, Real Fábrica de Artillería de Sevilla, 2006 ejemplos de Arquitectura Industrial en los que destacamos como líneas de investigación las referidas a sus variadas tipologías, sus eficaces estructuras, la racionalidad de su construcción, la utilidad de su programa y los distintos estilos, en relación tanto a códigos, sistemas y proyectos externos, como a aquellos otros desarrollados específicamente desde Andalucía. Aunque hemos de dejar constancia que las arquitecturas industriales no tendrían valor sin los objetos industriales que albergan, tales como los artefactos, las máquinas de energía, de movilidad o de transformación, así como las herramientas y las infraestructuras necesarias para la producción, almacenaje o distribución. Debe ser destacada la importancia de los Archivos del Trabajo, compuestos por los documentos empresariales, tales como los manuales de instrucción, los planos de las arquitecturas, las máquinas o las instalaciones y los registros administrativos de carácter legal, social o económico. En este sentido hemos de comprender que estos bienes patrimoniales se insertan en la denominada Cultura industrial, compuesta por los conocimientos técnicos, los procedimientos, la evolución de las condiciones de trabajo, el movimiento sindical o las manifestaciones simbólicas, tales como festividades, conmemoraciones, así como cualesquiera otras manifestaciones en las que las ideas están mediatizadas por la cultura del trabajo. Del mismo modo se han de incluir en la tutela patrimonial el estudio, la protección, la conservación y la activación de los testimonios de vida de los trabajadores, los empresarios o los técnicos, referidos a la organización laboral, los oficios, los conocimientos técnicos, la organización empresarial, las actividades sindicales, la vivienda, los equipamientos escolares o sanitarios y los equipamientos sociales. El museo desde la perspectiva didáctica del Patrimonio Industrial. Los museos, por su propia concepción o por la limitación espacial de su diseño, reducen la percepción contextual de los objetos que en ellos se exponen a un itinerario lineal marcado por la cronología. En su recorrido se mezclan objetos materiales unidos entre sí por la secuencia cronológica-espacial y cultural.

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Normalmente se acepta la exposición de restos materiales unida a soportes didácticos como: maquetas, planos, mapas, fotografías y textos de síntesis. Hay que añadir las ayudas proporcionadas por los materiales audiovisuales: música, diapositivas o vídeos. Pero, a pesar de estos elementos de apoyo comprensivo, raras veces se consigue traspasar el umbral de la unidimensionalidad de las propuestas museográficas y, por tanto, de las visitas guiadas de escolares. Los objetos materiales, producto de las actividades humanas, poseen tal complejidad y tal interrelación de intereses, a veces contrapuestos y paradójicos, que convierten un objeto, sí lo analizamos en profundidad, en un microcosmos susceptible de ser interpretado y analizado a la luz de las fuentes históricas disponibles y, lo que es más importante, a la luz de la imaginación de visitantes, alumnos y profesores. A la hora de enfocar el análisis de un objeto nos encontramos con la primera dificultad: su catalogación, tanto tipológica como funcional, así como su inserción cronológico-cultural. En los museos, encontramos todo tipo de restos materiales de culturas pasadas atendiendo, la mayoría de las veces, a un criterio cronológico y de localización (hallazgo arqueológico y yacimiento) espacial, aunque a veces se utilicen criterios como el tipológico o el temático como objetivo expositivo. De esta forma se pueden encontrar en un museo vitrinas expositoras dedicadas monográficamente a oficios o técnicas aunque su instalación responda a otros criterios. Existe otro problema en los museos como es el de la conceptualización como “objetos artísticos” de todos los materiales expuestos. La percepción del visitante no iniciado se reduce a la siguiente secuencia argumental: esta vasija está en un museo, en los museos hay “arte”, luego esta vasija es “arte” y además es valiosa y rara. Nuestra pregunta es la siguiente: ¿Todos los objetos de un museo son “arte”?; la respuesta es: sí y no, son arte en sentido amplio más no en sentido restringido. ¿Cómo diferenciar el arte del no arte? No tiene sentido, simplemente se trata de ver los museos como lo que son: grandes almacenes de his-


Julio Caro Baroja en su obra Tecnología popular española define la tecnología como: “el estudio de los métodos, sistemas, herramientas, máquinas y sustancias empleadas en los trabajos que constituyen una de las bases de la vida de las sociedades humanas del pasado y del presente ...” Desde el principio de la historia, en mayor o menos medida, se han empleado herramientas y aperos, se han usado conocimientos de carácter mecánico, biológico o químico y, sólo, un error de perspectiva histórica nos puede hacer creer en la novedad de tales usos y saberes. La idea tan extendida, intencionalmente, del “salvajismo”, “incultura” y “retraso” de los pueblos primitivos y, por extensión, de las zonas “subdesarrolladas” del mundo actual proviene de una valoración ideológica y partidaria del proceso histórico en su conjunto que ha dividido a los hombres y las culturas en eficaces y no eficaces desde el punto de vista de las culturas dominantes. La sobrevaloración de la ciencia y la técnica occidentales, y de las industriales sobre las preindustriales, frente a las mismas manifestaciones de otros espacios geo-históricos indican una concepción colonialista de las relaciones entre los pueblos marcadas por la idea central del “progreso” como concepción eminentemente europea y excluyente. Para superar estos obstáculos el estudio interdisciplinar de la ciencia y la técnica en los museos puede, y debe, aspirar a investigar y valorar los siguientes objetivos: Valorar las culturas no industrializadas; Estudiar las tecnologías menos contaminantes y más creativas; Conocer los procesos de difusión tecnológica y de colonización técnico-científica; Y analizar la repercusión social de la ciencia y la técnica. Los estudiantes, como han explicado Bruner y Piaget, pueden utilizar el aprendizaje por descubrimiento como método que les permita: Potenciar la automotivación; Organizar lógicamente la estructuración de datos y hechos dispersos; Fomentar su protagonismo y la validez de sus conclusiones; y, en definitiva, Aprender a aprender. Conclusiones. Este sistema patrimonial constituye un extraordinario yacimiento de recursos para las sociedades actuales debido a la rica complejidad

que lo constituye. Las razones de su interés son variadas y tienen que ver con la estructura histórica de la memoria de una comunidad, documento, con los valores de orden artístico asociados a las formas materiales de la industrialización, estética, con sus propiedades de eficiencia, formación, con su potencial de utilidad para nuevos usos, reciclaje o con los sentimientos de autoestima y tradición cultural concebidos como expresión sincera de los rasgos de socioculturales de un pueblo, símbolos. El patrimonio industrial no es un catálogo de objetos descontextualizados y obsoletos sino que, en su vocación más profunda, son un recurso para el desarrollo, y que mejor destino que continuar siendo lo que siempre han sido, espacios de trabajo. La fábrica histórica es un documento mate- rial de gran capacidad interpretativa, no meramente descriptiva, que puede conciliar la conservación de esos bienes industriales con nuevos usos que hagan emerger su potencial creativo. ------------------------------------------------------------------------------------Notas

1-Cano Pavón, J.M., La Escuela Industrial Sevillana (1850-1866), Sevilla, Universidad de Sevilla, 1996 2-Se amplía el concepto de Patrimonio Histórico y, por tanto, aumentan sus áreas de actuación. Ya no es sólo asunto patrimonial lo artístico, o lo histórico con mayúsculas, sino que la etnografía, el paisaje, el entorno de los monumentos y, para el caso que nos ocupa, las realizaciones materiales e intelectuales del mundo del trabajo, de la técnica y de la ciencia forman parte, con plenitud de derechos de esa protección del pasado que conforma la memoria histórica de los pueblos. 3-Delibes, G., Wattemberg, E., Escudero, Z., y Del Val, J.M., (Coord.), Arqueología urbana en Valladolid, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1991. 4-En Estados Unidos existe una escuela antropológica que realiza excavaciones en vertederos de basuras para confeccionar un estudio de antropología social basado en los residuos domésticos según las materias primas predominantes, la procedencia social de sus emisores y el precio de esos productos. 5-Hudson, K., Industrial Archeology. An introduction, London, 1963. 6-Buchanan, A., Industrial Archeology in Britain, Londres, Penguin Books. 7-Consultar la bibliografía adjunta sobre arqueología industrial. 8-El especialista italiano en arqueología industrial, Renato Covino, cuenta en tono irónico que cualquier arqueólogo de la Edad del Bronce se sentiría inmensamente feliz sí pudiera entrevistar a uno de los metalúrgicos de entonces o pudiera leer sus memorias.

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Bibliografía.

Almuedo, J, Ciudad e industria, Sevilla 1850-1930, Sevilla: Diputación de Sevilla, 1997 Aracil, R.: La investigación en Arqueología indus¬trial, Bilbao: en I Jornadas sobre la Protección y Revalori¬zación del Patrimonio Industrial, Depar¬tamento de Cultura del Gobierno Vasco, 1984 Borsi, F., Introduzione alla archeologia industriale, Roma: Officina Edizioni, 1978 Buchanan, A. Industrial Archeology in Britain, Londres: Penguin Books, 1972 Campos, C. Arqueología industrial. Notas para un debate. Málaga: Universidad de Málaga, 1992 Cliff, T. Industria y paisaje, Madrid: I.E¬.A.L, 1979 González, I. Fábricas hidráulicas españolas, Madrid: CEHOPU, 1987 González, M. Historia de la arquitectura inglesa en Huelva, Sevilla: Universidad de Sevilla / Diputación provincial de Huelva, Sevilla, 1981 Piñar, J. y Sobrino, J. Orientaciones metodológicas y materiales para la investigación del Patrimonio Tecnológico, Sevilla: en Campaña de Protección del Patrimonio Tecnológico en Andalucía, Consejería de Cultura, 1995 Sánz, M. y Sobrino, J. El patrimonio industrial y de la obra pública. Los puertos, Sevilla: Consejería de Educación y Ciencia, 1998 Sobrino, J. (Coord) Patrimonio Industrial de Andalucía. Portfolio Fotográfico, Sevilla: Consejería de Obras Públicas y Transportes, 2006 Sobrino, J. Arquitectura de la industria en Andalucía,Sevilla: IFA/ Universidad de Jaén, 1998 Sobrino, J. Arquitectura industrial en España 1830-1990, Madrid: Cátedra, 1996 VV.AA. Jornadas Europeas de Patrimonio 2008. El Paisaje Industrial en Andalucía, Sevilla: Consejería de Cultura, 2008 VV.AA., Talleres de Patrimonio Andaluz. El Patrimonio Tecnológico de Andalucía, Sevilla: Consejería de Educación y Ciencia, 1997

-------------------------------------------------------------------JULIÁN SOBRINO SIMAL. (Laboratorio de Patrimonio Industrial VRM_LAB)

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toria dormida a los que nosotros tenemos que dotar de la vida que les falta ¿Cómo? realizando una lectura integradora de los objetos allí existentes en la que participen activamente los visitantes. En torno a la ciencia y la técnica se concitan tantos aspectos de interés y tan variados que exigen para su comprensión un tratamiento interdisciplinar ¿Para qué? para conocer la génesis y desarrollo de las culturas materiales de los pueblos. La ciencia y la técnica no son elementos neutrales con desarrollo autónomo dentro de las sociedades donde se originan, sino que responden, en muchos casos, a una búsqueda consciente de soluciones prácticas a problemas relacionados con la subsistencia de sus pobladores.


Antigua Jefatura Superior de Policía

LOS LUGARES DE MEMORIA HISTÓRICA Y DEMOCRÁTICA DE ANDALUCÍA COMO ESPACIOS DEL PATRIMONIO

UNA APROXIMACIÓN AL CASO DE SEVILLA Víctor Fernández Salinas 1. La memoria histórica como registro de lugares significados y simbólicos No se pretende tachar de olvidados, discutidos, incómodos o malditos los testimonios de la memoria histórica en este artículo, todo lo contario; pero no se puede obviar que su concepto está muy cerca de ese tipo de patrimonios, que, como espejos que devuelven la personalidad y esencia de la sociedad que los crea, no siempre devuelven imágenes aceptadas por igual por todos los componentes de esa sociedad (García Otero, 2002, Méndez, 2000). La tendencia a reconocer zonas históricas se adscribe al reconocimiento de sitios de espacios connotados por la historia, si bien hasta el siglo XX estos espacios, aún no protegidos, eran solo celebrados como espacios ligados a hechos épicos y, normalmente, victoriosos. Después de la I Primera Guerra Mundial y, sobre todo, de la Segunda, el reconocimiento a los muertos y represaliados por los desastres bélicos fue adquiriendo progresiva importancia. Algunos 40 • ASOCIACION BEN BASO

hechos luctuosos del pasado adquieren nuevo significado (por ejemplo, los lugares ligados a la Diada, día nacional de Cataluña que conmemora la toma de Barcelona por la fuerzas borbónicas en 1714). Los espacios connotados simbólicamente por guerras y revueltas sociales, sometidos a una lectura unidireccional por parte de los vencedores, se transforman a menudo con el paso de los años y los cambios sociopolíticos en ámbitos que matizan, completan o revierten desde la base su significado. Un período fundamental para la conceptuación moderna de esta memoria es el proceso que se abre en la Argentina de Raúl Alfonsín a partir de 1983 y cuya evolución ha proporcionado experiencia y ejemplos a otros países con trayectorias similares (Carretero, 2007; Halbwachs y Díaz, 1995). Con el fin del milenio, además, la memoria histórica se convierte en un recurso cultural más para encarar los procesos homogeneizadores y los discursos vacíos de contenido sociopolítico a los que aboca la globalización (Huyssen, 2002).


Los discursos sobre memoria histórica se consolidan en España, aunque haya antecedentes significativos, durante la transición. Este período implicó un pacto tácito por el que las reclamaciones de reconocimiento de las represalias de la dictadura y su falta de reparación quedaron silenciadas por parte de la clase política y solo lentamente han logrado la aceptación (si no puesta en práctica real) de la necesidad de dar otra versión de la historia, de investigar en sus causas y efectos, y en la reparación (simbólica, que no de otro tipo) de quienes sufrieron la represión durante buena parte del siglo XX (Ruiz Torres, 2007). Pero la memoria histórica no es un concepto desligado del espacio: su reconocimiento va ligado indefectiblemente a lugares concretos (fosas, paredones de cementerios, monumentos connotados políticamente, sectores urbanos, incluso paisajes); por ello ha sido una práctica habitual durante los últimos decenios la identificación de los lugares más cargados de significado y simbolismo histórico de la Guerra Civil y el franquismo. Se trata de una práctica que han desarrollado el Estado y las comunidades autónomas, no con el mismo ritmo ni decisión política, y que se ha apoyado en diversas leyes, sobre todo a partir de que se publicase la de carácter estatal: Ley 52/2007 de 26 de diciembre, por la que se Reconocen y Amplían Derechos y se Establecen Medidas a Favor de Quienes Padecieron Persecución o Violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura (vulgo Ley de Memoria Histórica). No obstante, ya existían numerosas iniciativas previas en comunidades como Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Cataluña, Extremadura o el País Vasco, la mayoría de ellas concretada a su vez en leyes de distinto alcance (Cuesta y Odriozola, 2018). Muro de la memoria en el cementerio de la Salud de Córdoba

2. Los lugares de la memoria, primero histórica y después democrática, de Andalucía El reconocimiento de la memoria histórica en Andalucía es de las más tempranos en España, ya que se remonta a los años noventa, momento en el que la preocupación por la exhumación de represaliados políticos asesinados durante la represión franquista y la recuperación de una lectura justa y objetiva de esta represión encontraron eco en los foros de decisión autonómicos. La Ley de Memoria Histórica y Democrática aparece en 2017 (2/2017), pero tiene antecedentes importantes, entre los que, a efectos de este artículo, destacan el Decreto 334/2003 para la Coordinación de Actuaciones en torno a la Recuperación de la Memoria Histórica; la creación en 2004 (Decreto 521/2004) de la Comisión Interdepartamental para el Reconocimiento de las Víctimas de la Guerra Civil y del Franquismo; la creación del Comisariado para la Recuperación de la Memoria Histórica en 2005 (Decreto 54/2005); las referencias al respecto que se hacen en el propio Estatuto de Autonomía para Andalucía de 2007 (artículos 10.3.24.º y 47.1.1.º) y el Decreto 264/2011 de 2 de agosto, por el que se crean y regulan los lugares de memoria histórica de Andalucía y su correspondiente catálogo, que será sustancialmente mejorado con la decisión de la ley de 2017 de crear el Inventario de los Lugares de Memoria Democrática de Andalucía. Según art. 2, punto 1, del decreto de 2011, los lugares de la memoria histórica de Andalucía son: […] aquellos vinculados a hechos o acontecimientos singulares ocurridos durante la guerra ocasionada por el golpe de estado militar y la Dictadura franquista, desde el 18 de julio de 1936, fecha de la sublevación militar contra el Gobierno legítimo de la II República Española, hasta el 29 de diciembre de 1978, fecha de entrada en vigor de la Constitución Española. Para la declaración de estos lugares es preciso elaborar un informe con datos, entre otros, sobre la ubicación, relevancia histórica, las personas e instituciones involucradas, etc. (art. 2, pto. 6º). Todos estos lugares conformarán el Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía La ley de 2017, como ya ha sido adelantado, supone un cambio cualitativo sobre esta política, ya que empieza por sustituir el calificativo de histórica respecto a la memoria, para aplicarle el de democrática, que es sin duda más justo, en tanto que no remite prioritariamente al pasado, sino a la importancia presente de hechos del pasado que alteraron la convivencia democrática. Esta memoria se define en el art. 4, apdo. a): Memoria Democrática de Andalucía: La salvaguarda, conocimiento y difusión de la historia de la lucha del pueblo andaluz por sus derechos y

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Visor del Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía Fte.: Portal web de la Consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía, https://www.juntadeandalucia.es/organismos/presidenciaadministracionpublicaeinterior/servicios/ mapa/lugares-memoria-historica.html (11 de marzo de 2019) libertades para hacer efectivo el ejercicio del derecho individual y colectivo a conocer la verdad de lo acaecido en la lucha por los derechos y libertades democráticas en el período que abarca desde la proclamación de la Segunda República española, el 14 de abril de 1931, hasta la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía de Andalucía, el 11 de enero de 1982, así como la promoción del derecho a una justicia efectiva y a la reparación para las víctimas andaluzas del golpe militar y la Dictadura franquista.

libertades democráticas, así como con la represión y violencia sobre la población… (art. 21). Sendero de Memoria Democrática de Andalucía es el conjunto formado por dos o más Lugares de Memoria Democrática de Andalucía que se encuentren uno a continuación de otro y tengan criterios interpretativos comunes de carácter histórico, paisajístico o simbólico, o valores relevantes de tipo ambiental, etnográfico o antropológico (art. 22., punto. 1).

El eje argumental se centra en «conocer la verdad» y el período objeto de esta memoria se amplia sensiblemente: aproximadamente cinco años en su inicio y cuatro en su finalización. Pero, a efectos de este artículo, reviste gran interés el tratamiento que se otorga al medio centenar de lugares de la memoria histórica ya declarados, que pasan a denominarse lugares y senderos de memoria democrática de Andalucía. Ello se realiza en el Título II, centrado en la reparación a las víctimas y se le dedica todo el Capítulo II. La definición de estos lugares y senderos se detalla en dos artículos:

De lo anterior cabe destacar que la ley asimila estos espacios a los bienes declarados por la administración cultural de Andalucía, que poseen su propia ley (la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz, 14/2007) y a la que desde esta se hace referencia directa. Además, se instituye el Inventario de Lugares de Memoria Democrática de Andalucía (art. 23), que será una sección del Inventario de Bienes Reconocidos del Patrimonio Histórico Andaluz según la ley del Patrimonio Histórico de Andalucía. Se produce pues lo que podría ser considerado una pirueta legal por la que el régimen de identificación y protección de estos lugares madura sustancialmente, tanto en el proceso de incoación (que ahora requerirá una identificación y descripción más precisas, la delimitación espacial y las medidas cautelares básicas) y declaración de expedientes, como en la tutela general. Para que los antiguos lugares de memoria histórica pasen a ser de la memoria democrática deberán ser objeto de su reformulación, de modo que ya en 2019, según se indica en el informe de la Consejería de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática (2019), se están realizando los trámites

Lugar de Memoria Democrática de Andalucía es aquel espacio, inmueble o paraje que se encuentre en Andalucía y revele interés para la Comunidad Autónoma como patrimonio histórico, sin perjuicio de lo dispuesto en la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía, por haberse desarrollado en él hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados con la lucha del pueblo andaluz por sus derechos y

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administrativos para que los cincuenta lugares de memoria histórica de Andalucía se transformen al formato de la nueva ley. A la vista de todo esto, los lugares de memoria democrática no son otra cosa que los antiguos lugares de memoria históricas, perdónese la expresión, repatrimonializados. En cuanto a lugares concretos, en julio de 2017 se concluyó la fase de valoración de catorce lugares de memoria democrática (que no habían pasado previamente por el estatus de lugares de memoria histórica) y en noviembre del mismo año, uno de ellos (la esquina donde fue abatido mortalmente don Manuel José García Caparrós, en Málaga, el 4 de diciembre de 1977) inauguró el Inventario de Lugares de Memoria Democrática. Sin transcurrir un año, en septiembre de 2018, se declaran otros tres lugares (la fosas comunes de los cementerio de San Roque en Puerto Real (Cádiz) y de Nuestra Sra. del Buen Suceso en Baena (Córdoba) y la plaza de la Constitución de esta última localidad). A todos ellos se sumará la presumible reconversión a esta tipología de los ya citados cincuenta lugares de memoria histórica existentes antes de la aparición de la Ley de Memoria Democrática en 2017 y para los que ya se han incoado más de 30 expedientes. Hay que tener en cuenta que en noviembre de 2018 se aprobó el I Plan Andaluz de Memoria Democrática para el período 20182022, en cuya línea 2.4 se señala la pretensión del «Fomento de espacios de duelo y Lugares de Memoria Democrática” (pág. 64). Para ello se plantean cuatro acciones clave: la actualización del Inventario de Lugares de Memoria Democrática; el impulso a la creación de nuevos lugares de memoria democrá-

tica; la creación de una red nacional de lugares de memoria; y la concesión de ayudas para realzar la monumentalidad y activación de espacios de duelo y memoria (ibídem). Un aspecto que no es secundario en este proceso es que el antiguo Comisariado para la Memoria Histórica, gestor de las políticas en la materia y perteneciente a la Consejería de Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática, se ha convertido con el nuevo organigrama de gobierno tras las elecciones de diciembre de 2018, en el Consejo de la Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, órgano colegiado dependiente ahora de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico. Con todo ello se refuerza su papel institucional y, sobre todo, la convergencia hacia lo patrimonial en el sesgo de estos lugares. 3. Los lugares de memoria histórica y democrática en Sevilla 3.1. Los escenarios oficiales El interés por la memoria histórica en el municipio de Sevilla se ha traducido en seis acuerdos plenarios desde octubre de 2015 que evidencian la voluntad de desarrollar políticas sobre memoria histórica en esta ciudad. Además, el ayuntamiento hispalense ha creado la Oficina de la Memoria Histórica, compuesta de una mesa técnica y de una mesa de participación (con dieciséis organizaciones), con una gran cantidad de compromisos y responsabilidades en relación con la puesta en práctica de los textos legales nacionales y autonómicos sobre esta memoria. Desde el punto de vista de los lugares de la ASOCIACION BEN BASO • 43

LOS LUGARES DE MEMORIA HISTÓRICA Y DEMOCRÁTICA DE ANDALUCÍA COMO ESPACIOS DEL PATRIMONIO

Pintada del Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR) en el edificio de los Juzgados del Prado de San Sebastián


memoria histórica con arreglo al Decreto de 2011 [tabla 1], se identificaron cuatro a partir de tres acuerdos del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, dos de ellos de carácter puntual y uno lineal que es compartido con otros municipios: el Canal de los Presos, que abarca un importante eje de 159 km en la provincia de Sevilla que discurre a la margen izquierda del Guadalquivir entre Peñaflor y Los Palacios y Villafranca. En función de la ley de 2017 y su impulso a la identificación de lugares de memoria democrática, se han incoado nuevos tres expedientes a partir de dos acuerdos realizados en días consecutivos, todos ellos de carácter puntual [como la Jefatura Superior de Policía]. Además, a los lugares que aparecen en la tabla, habría que añadir dos nuevas propuestas de inscripción de lugares de memoria democrática en el municipio de Sevilla: las fosas comunes del cementerio de San Fernando y la pintada del Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR), hecha por Mar Cambrollé y fechada en 1978 y ubicada en los Juzgados de Sevilla. En total existen en Sevilla ocho lugares relacionados con la memoria: tres lugares de memoria histórica en trámite de transformarse en lugares de memoria democrática; y tres incoaciones más otras dos propuestas de incoación para declaraciones de esta tipología. 44 • ASOCIACION BEN BASO

3.2. Los otros escenarios de la memoria democrática de Sevilla Un aspecto que condiciona la incorporación de espacios como referente de la memoria democrática es el método para encauzar las propuestas, muchas de ellas de base ciudadana y que las dota de fuerza simbólica y política, aunque no de orden, por cuanto que establecen un contexto espacial desarticulado y no impulsado por una sistematización adecuada de la información y de las propias declaraciones. Esto ha provocado que, a falta de las iniciativas de inscripción de muchos lugares importantes en razón de la definición de la memoria democrática permanezcan aún a falta de algún reconocimiento más allá del que se les otorga en monografías (Hurtado, 2011; López Fernández, op. cit.; Peral Peral, 2011), prensa o enlaces de internet. Entre ellos podrían destacarse, sin afán de exhaustividad, ni de señalar su orden, importancia o jerarquía: • Lugar de atraque en el río de los barcos-prisión Cabo Carveiro y Mogador • Edificios habilitados como prisiones tras la sublevación militar: plaza de toros de la Real Maestranza, el cuartel del Duque (que se levantaba sobre el solar en el que se levantó la Jefatura Superior de Policía, pero no solo); el cabaret Variedades; la Casa del Pueblo en la calle Cuna; el cine Villasol (o Jáuregui) o el edificio de la plaza de España.


• Edificios e instalaciones de diverso significado: Hotel Simón, en el que se alojó Queipo de Llano durante el levantamiento militar; la base aérea de Tablada; el Parque de Artillería (Maestranza); el Gobierno Civil; el Ayuntamiento; el cuartel de la Alameda de Hércules; el hospicio-asilo de San Luis o las iglesias (Nuestra Señora de la O, Ómnium Sanctórum, San Bernardo, San Gil, San Marcos, San Román, San Roque, Santa Marina). • Espacios públicos de significado relevante: el puente de Isabel II; las calles de Reyes Católicos y Sol; las plazas del Pelícano, San Julián y San Marcos o las puertas de Córdoba y de la Macarena, • Sectores urbanos de especial significado: Gavidia-Duque; Plaza Nueva y entorno; Triana; cuadrante nororiental del sector histórico o San Bernardo. Conclusiones Se ha producido un acercamiento entre los lugares y referentes de la memoria histórica (democrática en la terminología actual al uso en Andalucía) y el patrimonio cultural, tal y como es reconocido por los textos legales que aseguran su identificación y protección. Aunque esto pueda ser interpretado como una evolución del creciente y heterogéneo concepto de patrimonio, que sin duda en parte obedece a ello, en este caso hay que tener en cuenta que la falta de otros referentes ha llevado a que la

tutela de los espacios procedentes de esa memoria, no pensados inicialmente desde los ámbitos patrimoniales, se haya asimilado, tanto en formas de identificación de esta herencia, como de protección y activación, a la de los bienes patrimoniales. En otras palabras, es la memoria democrática la que encuentra al patrimonio cultural, y no al revés; esto no tiene por qué ser negativo, al contrario, se enriquecen ambos ámbitos, pero hay que estar al tanto de las asimetrías que puedan producirse en la identificación y protección (también en la gestión) de todos estos recursos sociales. La administración cultural tiene ya una trayectoria en reconocer sitios históricos, y de hecho existe esta tipología, tanto en la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985, como en la Ley Andaluza del Patrimonio Histórico de 2007. Sin embargo, la concepción de estos sitios poseía un sesgo distinto, puesto que señalaban espacios de hechos contrastados y de significado comúnmente compartido, cuando los lugares de la memoria histórica o democrática, al menos en España, aún se refieren a momentos del pasado que, en razón del particular período de transición democrática del país durante los últimos decenios del siglo XX (que no cerró las cuestiones convenientemente, como sí se ha hecho en otros países), ha convertido a estos lugares en lo que viene en denominarse un patrimonio incómodo ASOCIACION BEN BASO • 45

LOS LUGARES DE MEMORIA HISTÓRICA Y DEMOCRÁTICA DE ANDALUCÍA COMO ESPACIOS DEL PATRIMONIO

Escenarios de la sublevación en Sevilla - Fte.: Hurtado, 2011, 34-36


Tabla 1. El reconocimiento de los lugares de memoria en Sevilla Incoación lugar de Declaración lugar de memoria Lugares memoria histórica democrática (Decreto 264/2011) (Ley 2/2017) Acuerdo de 30 Lugar de fusilamiento de Blas Infante diciembre de 2011 del Consejo de Gob. Antigua Comisaría de Inv. y Vig. de Acuerdo de 20 de c/ Jesús del Gran Poder marzo de 2012 del Consejo de Gobierno Antigua cárcel de Ranilla Acuerdo 27 de El Canal de los Presos 159 km 1939diciembre de 2013 1960 en tres fases del Consejo de Gob. Jefatura Superior de Policía Acuerdo de 10 de Lugar en que fue herido mortalmente enero de 2019 de la Francisco Rodríguez Ledesma DGMD (confluencia avda. Hytasa y c/ Diamantino García Acosta Acuerdo de 11 de Capitanía General de la Gavidia enero de 2019 de la DGMD DGMD: Democrática DGMD. Dirección DirecciónGeneral GeneraldedelalaMemoria Memoria Democrática. - Fte: Elaboración propria. Fte.: Elaboración propia.

o del conflicto, al menos en una parte importante de los mismos. Los consensos que han dado lugar a una legislación nacional en la materia de la memoria democrática (y en numerosas comunidades autónomas) apuntan a lo que pueda ser una normalización de esta herencia que aún debe pasar por el reconocimiento y el reparo de los que la padecieron y de sus herederos. Es pues, hoy por hoy, más que molesto, un patrimonio candente. En el caso de Sevilla, las identificaciones y propuestas de la memoria democrática se han hecho de forma poco organizada y a menudo impulsadas desde la sociedad civil. Esto las legitima socialmente, aunque desde el punto de vista de su importancia histórica les impone ciertas asimetrías. Además, las declaraciones y propuestas apuntan excesivamente a una identificación espacial puntual, que no ayuda a interpretar bien los hechos históricos que se conmemoran y a los que se pretende dar significados más justos. Sería de gran interés que se valorase una referencia espacial que recogiese mejor la complejidad de los procesos que relatan estos lugares y que, sobre todo, requieren una identificación mejor de los espacios atañidos (más allá de puntos –los lugares- o líneas –los senderos-). Esto es especialmente importante para ámbitos urbanos sevillanos cuya historia durante el franquismo, y muy especialmente durante el golpe militar, adquieren más significado y carácter simbólico al entenderlos al menos cómo áreas. Así, cabría generar una figura que proyectase la importancia de sectores como: Gavidia-Duque; Plaza Nueva y entorno; Triana; San Bernardo y, sobre todo, el complejo escenario que fue el cuadrante nororiental del sector histórico. La memoria democrática está proyectándose sobre el espacio; es básico pues recordar que de la calidad de su proyección también dependerá su interpretación y su aceptación por el común de los habitantes de esta ciudad que aún están lejos de identificar de forma adecuada los espacios que cambiaron y recondujeron su historia durante decenios. 46 • ASOCIACION BEN BASO

Bibliografía CARRETERO, M. (2007), Documentos de identidad. La construcción de la memoria histórica en un mundo global, Buenos Aires, Paidís. CUESTA, J.L. DE LA Y ODRIOZOLA, M. (2018), «Marco normativo de la memoria histórica en España. Legislación estatal y autonómica», Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, 20-08, en línea, http://criminet.ugr.es/recpc/20/recpc20-08.pdf (2 de marzo de 2019). GARCÍA OTERO, J.M. (2002), «El patrimonio molesto», Restauración & Rehabilitación, 61, 8. HALBWACHS, M. Y DÍAZ, A.L. (1995), «Memoria colectiva y memoria histórica», Reis, 69, 209-219. HURTADO, V. (2011), La sublevación, Barcelona, DAU HUYSSEN, A. (2002), En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización, México, Fondo de Cultura Económica, 284 pp. LÓPEZ FERNÁNDEZ, R. (2014, coord.), Lugares de la memoria. Golpe militar, represión y resistencia en Sevilla. Itinerarios, Sevilla, Aconcagua. MÉNDEZ, M.G. (2000), «Memoria, historia y patrimonio. Hacia una concepción social del patrimonio», Trabajos de Prehistoria, 57 (2), 9-20. PERAL PERAL, A. (2011), La represión franquista durante la posguerra y la reconstrucción del movimiento obrero en Sevilla. 1940-1976, Madrid, U.N.E.D. (tesis doctoral), http:// www.todoslosnombres.org/sites/default/files/peral_peral_aurelio_la_represion_franquista_durante_la_posguerra_y_la_reconstruccion_del_movimiento_obrero_en_sevilla.pdf (21 de febrero de 2019). RUIZ TORRES, P. (2007), «Los discursos de la memoria histórica en España», Nova. Revista de Historia Contemporánea, en línea, http://hispanianova.rediris.es/7/dossier/07d001.pdf (12 de febrero de 2019). Documentos CONSEJERÍA DE LA PRESIDENCIA, ADMINISTRACIÓN LOCAL Y MEMORIA DEMOCRÁTICA (2018), Informe de seguimiento de las actuaciones en materia de Memoria Democrática 2017-2018 https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/INFORME_SEGUIMIENTO_actuaciones_MD_2017-2018-.pdf (3 de marzo de 2019).

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VÍCTOR FERNÁNDEZ SALINAS (Catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla y miembro de la Asociación Ben Baso)


REFLEXIONES SOBRE EL PATRIMONIO CULTURAL, SU E VO LU C I Ó N Y P RO B L E M A S

Isidoro Moreno

C

omo sabemos, el Patrimonio Cultural, tanto material como inmaterial (aunque ambas categorías no pueden existir separadamente) es una construcción sociocultural: el resultado de una selección realizada con criterios y finalidades que responden a unos valores concretos. El Patrimonio Cultural, por consiguiente, no es algo que existe por sí mismo, ni se produce de una vez y para siempre. Su contenido y su propio concepto son cambiantes porque dependen, fundamentalmente, de los valores existentes en la sociedad: de las razones y motivaciones por las cuales, con un amplio consenso social, se consideran dignas de ser conservadas y protegidas determinadas construcciones o restos de estas,

determinadas producciones que llamamos artísticas, determinadas formas de actuación en lo económico, las relaciones sociales y lo simbólico-ritual, determinados espacios naturales y paisajísticos… También es sabido que el interés hacia lo que hoy llamamos Patrimonio surgió en el Renacimiento, en directa conexión con el prestigio social que otorgaba coleccionar obras antiguas, sobre todo de las civilizaciones griega, romana y de las del Medio Oriente que las precedieron. Coleccionismo que luego se encarnó en las políticas imperialistas que dieron como resultado que países en los que no había dichas obras tengan hoy, en sus museos ASOCIACION BEN BASO • 47


“nacionales” muchas de las más importantes de ellas. Incluso fueron trasladadas estructuras arquitectónicas de grandes dimensiones o partes de estas (por suerte fue imposible cambiar otras, entre otras, las pirámides de Egipto). Y también fueron botín de guerra, a mayor gloria de las patrias más civilizadas, pinturas, esculturas y otras obras de arte. Baste recordar el robo de decenas de cuadros (Murillos, Zurbaranes, etc.) que perpetró el mariscal Soult durante la ocupación napoleónica de Sevilla. Sin esos latrocinios coloniales justificados en nombre del interés sobre “la Cultura”, no serían hoy lo que son ni el British, ni el Louvre, ni la isla berlinesa de los museos… También los grandes museos “nacionales” de potencias medianas y que constituyen estados plurinacionales –aunque no lo reconozcan-, como es el caso de España, han sido creados, en buena parte, practicando un evidente colonialismo interno. Si acudimos al Prado o al Nacional de Arqueología, gran parte de sus obras más destacadas (pensemos en las Damas de Elche y de Baza o en los Murillos que fueron devueltos por el Estado francés y que jamás regresaron a Sevilla porque fueron retenidos en Madrid) pertenecen a lugares y países, dentro del Estado, a los que se ha impedido retener esos elementos importantes de sus patrimonios, reconvertidos en patrimonio “nacional” (en realidad, estatal). Durante mucho tiempo, los dos únicos valores que estuvieron activados para señalar aquello que, por su excelencia, merecía no solo ser admirado sino también protegido por la administración pública (por el estado) fueron la antigüedad y la belleza; concepto este último que estaba reificado, 48 • ASOCIACION BEN BASO

como si su contenido proviniera del ADN humano y no fuera, como tantas otras cosas, específico de las distintas culturas e incluso cambiante dentro de la mayoría de estas. Así surgió la categoría de “monumento histórico-artístico”: aquellas arquitecturas (y su contenido “mueble”) herencia de los siglos o incluso milenios anteriores y especialmente bellas. Durante tiempo, esos “monumentos” fueron catedrales e iglesias, castillos y palacios. Todos ellos relacionados con el poder: religioso, político o económico-social. Y, junto a estos, aquellas pinturas o esculturas consideradas obras de arte y contenidas en museos. Solo se dieron muy pocas excepciones de valoración de lo que hoy llamamos “inmaterial”: es el caso de la declaración como “monumento nacional”, en 1931, del Misterio de Elche. No sería sino ya en la segunda mitad del siglo XX cuando esta categoría de “monumento”, con los adjetivos de “histórico” y “artístico”, se mostró obsoleta y evolucionó hasta transformarse en “bien cultural”. Surgiendo el concepto totalizador de “patrimonio cultural” (aunque el peso de la situación anterior se deje sentir, sobre todo en lo burocrático e incluso en el rótulo de leyes que no utilizan esta expresión sino la de patrimonio “histórico”). La apertura del concepto está estrechamente relacionada con la aceptación y difusión, sobre todo a través de la UNESCO, del concepto antropológico de cultura, entendida esta como el conjunto de las expresiones, tanto “inmuebles” como “muebles” e “inmateriales”, que son resultado de la vida económica, social y “cultural” y de la interpretación de la experiencia por parte de colectivos con identidad histórica y cultural (la tengan o no también política). A los valores de antigüedad y belleza (valoración


En lo que afecta al Estado español y más aún a Andalucía, en los años setenta-ochenta las declaraciones de bienes culturales se basaron, al menos en buena parte, en su representatividad identitaria (sin que ello supusiera olvido de los valores arqueológicos, artísticos, etnológicos, etc.) como expresiones de etnicidades (identidades culturales) de un concreto pueblo, en nuestro caso el andaluz, o de alguno de sus colectivos componentes. Desde los noventa, y acentuadamente hasta hoy (bien que con algunas, pocas, excepciones), el valor fundamental para las declaraciones no es ya el valor identitario de un determinado Bien (sea este del tipo que sea) sino su valor potencial como recurso económico. Al dios antiguo de la Belleza, y tras unos pocos años de activación del valor identitario, ha sucedido el dios Mercado. Si alguien piensa que esto es una exageración, que lea las sucesivas leyes andaluzas de Patrimonio y se convencerá. Junto a la mercantilización del Patrimonio Cultural, que se concreta en la valoración prioritaria de este como fuente económica, yacimiento de empleo y/o atracción del turismo masivo, ha ocurrido también una, cada día más creciente, politización (en el peor sentido del término). Prueba de esto es su utilización, en los últimos años, como medio de recentralización política, con el invento de una categoría que ni está en la constitución española ni sería necesaria para la protección y puesta en valor de nuestro patrimonio. Me refiero a la irrupción, a partir de 2011 y supuestamente con base en la Convención de la UNESCO de 2003, de planes y leyes que consagran la nueva figura de “Muestra representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de España” (2015), que invade competencias autonómicas y está siendo instrumento para

Foto de Adolfo Olmedo

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REFLEXIONES SOBRE EL PATRIMONIO CULTURAL, SU EVOLUCIÓN Y PROBLEMAS

artística) se añadieron, o incluso convirtieron en predominantes, los de representatividad (frente a la singularidad) y el carácter identitario colectivo (frente a la individualidad del “genio”). Así, adquirieron valor la arquitectura popular, los conjuntos urbanos, las artesanías, los rituales, las músicas populares, los paisajes resultado de la acción humana (frente a la idea de lugares “naturales”)… Y entraron en la categoría de Patrimonio producciones contemporáneas y producciones ajenas a la tradición cultural europea. Mucho había tenido que ver con ello el “descubrimiento”, hace ya un siglo, del arte africano (que tanta influencia tuvo sobre creadores como Picasso) por lo que supuso de cuestionamiento de los cánones estéticos supuestamente universales. La creación de listas de Patrimonio Cultural de la Humanidad contribuyó a “desoccidentalizar”, al menos en parte, y también a “desmonumentalizar” (también al menos en parte) el ámbito antes casi monopolizado por los valores heredados del Renacimiento europeo. Actualmente, asistimos a lo que podríamos denominar como “boom” de declaraciones patrimoniales. Legislaciones a nivel autonómico, estatal o universal establecen qué debe ser declarado Bien Cultural, como se ha de protegerlo, conservarlo, difundirlo (poniéndolo en valor), etc. Al menos en teoría, porque la acción práctica de las administraciones no se desarrolla a la misma velocidad que la acción meramente declarativa. ¿Cuáles son las razones de este boom?, podríamos preguntarnos. ¿Ha surgido una casi repentina pasión por los Bienes Culturales y por su defensa? Mucho me temo que no, sino que el ámbito del Patrimonio Cultural ha entrado plenamente en la vorágine mercantilista que rige las sociedades actuales.


La atarazanas. Sevilla tratar de neutralizar decisiones de los órganos políticos representativos de nacionalidades reconocidas como tales en la Constitución y para transmitir una ideología muy sesgada, fuertemente conservadora, en diversos ámbitos de importancia simbólica, social y económica. Lo uno y lo otro es evidente en todo lo referente a la tauromaquia, el primer “bien” incluido en la Muestra, y también para los siguientes: la Semana Santa “de España” (?), el Carnaval “de España” (?) y la Trashumancia. Los intereses ideológicos, político-partidistas y económicos de, al menos, las tres primeras declaraciones están a la vista. Y están en marcha varias propuestas más, de este tenor, como la tapa (¿por qué no la siesta?) La mercantilización, politización e ideologización del ámbito del Patrimonio Cultural lleva también al clientelismo e incluso a la banalización. Así, la Declaración, en 2016, como Bien de Interés Cultural, por parte de la Junta de Andalucía, del Recreativo de Huelva (para salvar a ese club de futbol de la quiebra) y del Real Club de Tenis de la misma ciudad, o la iniciativa de Declaración del espeto (¿y por qué no del gazpacho, las tortillitas de camarones o el cocido de berza?). Mientras las administraciones públicas dedican sus herramientas y tiempo a lo anterior, se perpetran agresiones contra el Patrimonio declarado o que está sin declarar en nuestras ciudades. En Sevilla, la Torre Pelli, las Setas, la destrucción de edificios y casi barrios enteros, como Nervión, de arquitectura regionalista, la ruina de bellísimos conventos, los derribos promovidos por la especulación del suelo o los arboricidios, son buena prueba de la destrucción de bienes culturales concretos y, sobre todo, del paisaje urbano como Bien Cultural que debería estar fuertemente protegido).

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Afortunadamente, la defensa de nuestro Patrimonio consigue también algunas victorias, como impedir la agresión supuestamente “restauradora” que se intentaba hacer en las Atarazanas sevillanas por parte de un “arquitecto estrella” con el patrocinio de la Junta de Andalucía y Caixabanc y las bendiciones de nuestro Ayuntamiento. En este caso, la acción inteligente y la denuncia jurídica de una asociación conservacionista (Adepa), que consiguió sensibilizar a un juez y a parte de la opinión pública ciudadana, han llegado a tiempo para impedir un nuevo desafuero. Debería servir como ejemplo de que no siempre es verdad eso de que “no se puede hacer nada” ante los intereses económicos y políticos (y a veces también eclesiásticos). Es una tarea imprescindible la acción pedagógica y la presencia pública para movilizar la sensibilidad y las conciencias. El objetivo debe ser convencer a muchos ciudadanos de que la salvaguarda de nuestro Patrimonio Cultural equivale a la defensa de nuestra identidad como sevillanos y andaluces.

-------------------------------------------------------------------ISIDORO MORENO Catedrático Emérito de Antropología


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