DECENAL INDEPENDIENTE Redacción y Administración Fra~cia~
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:: Año V. ::
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Núm. 123
S' Arracó 5 de Febrero de 1928 POESÍAS
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PRECIOS POR TJUMESTRE: P11eblt'l . . . . . . . . . 1 '25 ptas. Pueblos de la isla y provincias. •'7s • Extranjero . . . . . . 3 so •
Iguales son mis mat\anas a mis noches . Ya no alegra mi amanecer con sus besos y sus caricias extremas. ¡Qué sola quedó mi casa! ¡Q_!le silencio! ¡Qué tristeza! En aquel rincón, la cuna, que <:n vano al ángel espera, llena de polvo; en el otro, la abandonada muñeca. Sus hermanos me preguntan con infantil inocencia: -¿Dónde está la nit\a, padre? Nosotros queremos verla. -La niña subió a los cielos y con los ángeles juegan!y el más pequeño me dice, con su balbuciente lengua: -¡Qué bonita era la caja! ¡Qué bonita estaba muerta!
Recuerdo que en mi niñez el arte de : L 1\ N 1 1\ M U E R T 1\ la fotografía no estaba tan adelantada como hoy en día, su desarrollo era limi ¡A qué deciros sus gracias tado pero cuando se hada una fotografía . y ponderár su belleza! era natural, no mentía. Yo en su suefio tranquilo 1 En aquel tiempo cuando una familia ' fuí constante centinela, tenía que fotografiarse era un aconte-l que ni aún al viento dejaba cimiento entre la familia . Tenían que ! que acariciase sus trenzas. pasar a Palma a ver a nuestro fotogra -j ¡Cuántas veces los reflejos fista, empleábamos medio día en arr~ ¡ de la alborada risuefi.a glarnos, y si era buen tiempo nos dirigía ! me sorprendieron al borde 1 . 1 y s1. no romp1amos ' 1os negativos. . 1a v1sua : de la cuna en que durmiera! R ecibíamos las fotografías perfectas y de · Despertaba y a mi cuello duración . Hoy primero nos dan las prue -i se abalanzaba contenta, bas antes de hacer la fotografía y las y· éramos, por sus abrazos, miramos y examinamos lo mismo que si hija y padre, árbol y yedra. mirásemos la fotografía de unos criminales Con su boquita rosada 1 cual es la mejor; esta te partce mucho a ' besaba mi frente yerta • 1 tí; pues esta es m1 figura. 1 dulces besos que encendían ••* Pues el disgusto que tengo en hablan- : al fuego de mis ideas. 1Y nada más! Por las noches, do de fotografías es que nos habíamos · ¿Qué me importaban las redes cuando su madre despierta, acostumbrado los que vivimos fuera del pregunta:-¿Llora la nifia? con que el mundo al hombre apresa terruño querido, que cada vez que se cele- : si con sus blancas caricias salta del lecho a mecerla, braba en el pueblo fiesta o feria recibía- ; las desataba ligeras? y exclama:-¡Pobre ángel miol mos postales por nuestro sacadas amateur l Un día, ¡terrible día!, ¡Olvidé que estaba muerta!¿Por qué la vida no vive? D . Pedro Juan Salvá que daba gusto ver , nublóse su faz serena, aquellas caras ricas y apreciadas que ya · entornó su~ negros ojos ¿Por qué la luz es tini~blas? que uno no puede besarlas personalmente : y se durmió. Estaba muerta. ¿Por qué germinan las plantas puede' besar su figura, ver si han crecido, l ¡Pobre madre! Ante el cadáver si antes de dar flor se secan? si tiene novio y si es casada ver algún · del ángel de su existencia ¿Por qué se mueren los nifi.os? 1 angelito en sus brazos. De todo esto nos ' pasó las horas del día ¿Por qué vivo yo sin ella? 1 ha privado de ver la ausencia del sefior y pasó la noche entera. j __ J. MoNTOTo Salvá el no dejar al menos un sucedor · ¡Pobre maJre! La mortaja que hiciera la misma rutina que nos había . preparó con mano trémula; ¡ ~~~w~~~~~~~~w acostumbrado el Sr. Salvá. 1 rizó sus rubios cabellos 1 Lo perdono por esta vez si es que : en ensortijadas hebras; viene pronto a S' Arracó a enfocar nues - j le vistió el blanco vestido tras paisanitas y que por mucho que ; con que en los días de fiesta (Continuación) haga pagar, para mí serán baratas. Esto que se sigue son palabras forma a pasear le sacaba,
·Viajes de Cristóbal Colón
S.
~íB1f~iffi!il~~¡¡:-1B1fifW~ j PENSAM.ISNTO 1- Toda mujer tiene una primavera ¡ fresca y pura, pero breve; dichosa la mu - j jer que con ella sabe tejer la guirnalda ; de su vida. 1 MERCEDES FRANCISCO PEDRÓS 1
más ufana que una reina; .cubrió su cuerpo con flores; cruzó sus manitas secas, como jazmines marchitos por las escarchas y nieblas y luego, abriendo los diques al torrente de su pena, rompió a llorar ... como llora una madre a su hija muerta.
les del Almirante, en su libro d~ su pri mera navegación y descubrimiento de estas Indias. e Yo (dice él), porque nos tu"Viéseñiiiu cha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fé con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes co lorados y unas cuentas de vidrios, que se