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Omar Villegas Hernández
OMAR VILLEGAS HERNÁNDEZ (Venezuela)
Nació el 20 de junio de 1953, en Caracas, Venezuela. Promotor de la lectura, el teatro y la literatura, artista plástico y periodista cultural. Se mudó a la ciudad de Barquisimeto, Estado Lara, Municipio Iribarren. Es promotor cultural y pertenece a la Asociación de Escritores del Estado Lara (ASELA). Actualmente es secretario General de ASELA. Es una persona que cree en la poesía y en el amor a la humanidad. Publicó sus poesías en periódico y revistas culturales. Aparece en las antologías: Los poetas le cantan a la ciudad, y Antología nacional de José Antonio Escalona. Es autor de los libros: —opúsculo de ocho poemas— Poemas de ediciones La Conversa del Pedagógico de Barquisimeto (2019) y Antología oculta (2020).
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MIS ABUELOS Omar Villegas Hernández
Tuve un abuelo blanco, Rafael Hernández del Molino Tuve un abuelo negro. Dicen que de Coro Dicen que mi abuelo negro se vino a Barquisimeto Persiguiendo de amor a mi abuela blanca De querellas y pasiones vienen a mi memoria De tristezas y rabias a mis emociones De mi abuelo negro tengo huellas en la arena entre sal y yodo y vientos de mar.
Mi abuelo blanco, peón en casa de Daniela Ortiz alto, isleño, de machete y garabato en ristre cortando la estancia de los días y apartando la nostalgia en noches de velas encendidas.
Viudo de luna, uno, Mártir al Sol, el otro los glorificó en la hazaña del vivir héroes, quizás de los infortunios queridos abuelos: los tengo como estrellas del firmamento infinito
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MIS ABUELAS (poesía)
Omar Villegas Hernández
Tengo una abuela morena: Petra Lucena de Quíbor Tengo una abuela blanca: Adela Villegas de Trujillo Las tengo en narraciones confidentes de lunas llenas, de orfandad es y Sol eclipsado de misterios de fiebre amarilla, delirante y mudanza obligan. Una: sierva de gleba Otra: dueña de posada
Las tengo en mis recuerdos de fatalidades y apremios de reciedumbre y débil partida. Petra del molino, en el catre tiritando su estrella Adela de la Plazuela, en nube viajera marcando su huida.
Las adoro en mis imaginaciones en cuentos de aparecidos y espantos en la noche febril y en la aurora radiante.
Las tengo eternamente como a vida continuada como a valle florido como a montaña florida. Las tengo: Abuelas
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