Brevísima Reseña Histórica de la Orden Franciscana

P. ANTONIO M.° DE BARCELONA, O. M. Cap.

Brevísima reseña histórica de la Orden Franciscana Con una Estadística del estado actual de la misma

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OBRA FRANCISCANA Convento de Capuchinos : Diagonal, 450 BARCF.LONA 191S

BREVISIMA RESEÑA HISTÓRICA DE LA

ORDEN FRANCISCANA

P. ANTONIO M.a DE BARCELONA O. M. Cap*

Brevísima reseña histórica de la Orden Franciscana Con una Estadística del estado actual de la misma

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OBRA FRANCISCANA Convenio de Capuchinos, Diagonal, 450 BARCELONA 1916

IMPRIMI POTEST Fr. Firminus a La-Cot, O. M. Cap. Min. Prov.

Sarrioe, 14junii 1916

1MPRIMATUR JACO BUS SERRA, V. G. 5uae Dominntionis decreto

R. Casódevall Pro-Scrius.

Vici, 1 julii 1918

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Estas notas han sido escritas para el Anuario Ecle­ siástico de 1918 (edición Subirana); de ahí su estilo enjuto y conciso.

De nuevo las publicamos ahora,

arregladas y aumentadas en varios de sus pasajes, para ofrecer, en pocas páginas, una serie no pequeña, de datos que podrán dar a conocer las grandes lineas del pasado franciscano y su estado actual. Hemos reu­ nido la historia de la Orden en dos parles, la primera se extiende desde el seráfico Padre hasta la división de 1517; la segunda comprende la historia separada de las tres Órdenes en que definitivamente ha queda­ do dividida la antigua familia de ¡os Frailes Ale/?ores.

No es una visión completa, encuadrada dentro del marco general de la historia de la Iglesia, lo que pa­ sará ante los ojos del lector; no es más que un esque­ ma: vislumbres, apuntes, indicaciones.

No obstante,

quien leyere encontrará sin duda justas las palabras con que el Cardenal Colonna anunció en la corte pon­ tificia el encuentro con San Francisco: c//e hallado un hombre perfectísimo que quiere vivir según la norma del Santo Evangelio y practicar en todo la perfección evangélica; yo creo que Dios se propone reformar, por su medio, a todos los fíeles de la santa Iglesia.>

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Tal vez el deseo final del lector será un eco de lo que dijo Inocencio III al despedir a San Francisco y a sus primeros discípulos cuando aprobó ¡a primera Regla: *Que el Señor os acompañe, hermanos míos, y, según Dios se digne inspiraros, predicad a todos la penitencia...*

Sarria (Barcelona), fiesía de San Anión ¡o de Padua, 13 de Junio de 1918

Biografía de San Francisco de Asís

‘Nació en 1181 en la ciudad de Asís, del valle de Umbría. Hizo sus estudios' entre los presbíteros de la iglesia de San Jorge. Su juventud fué inquieta y mun­ dana, pero extraordinariamente generosa. En la guerra de 1201, entre Asís y Perusa, cayó prisionero, volviendo a su antigua vida después de la paz. La enfermedad le hizo considerar la nadería de la mundanidad y soñó entonces con realizar grandes empresas de guerra alis­ tándose en una expedición hacia Apulia. En Espoleto la gracia divina removió su espíritu y decidió caminar por las vías del Señor. Su conversión perfecta sucedió en 1205. Peregrinó a Roma entre los pobres, cuidó a los leprosos, y oró largamente. Durante dos años (1207-8) continuó su vivir penitente y restauró tres capillas entre las cuales se hallaba su dulce Porciúncula. De eremita pasó a minorita en 120S ; comenzó a predicar y a las pocas semanas le siguieron como discípulos, el gentilhombre Bernardo de Quintavalle y el jurista Pedro Catani. Nuevos discípulos acudieron y todos juntos se establecieron en el tugurio de Rivotorto. Cuando llega­ ron a doce, Francisco escribió, con palabras del Evan­ gelio, una pequeña fórmula de vida y se encaminaron todos hacia Roma para implorar la aprobación del Sumo Pontífice. Inocencio III la concedió, les confirió órdenes sagradas y les dió licencia de predicar. Era el día 16 de abril de 1209 cuando la familia Franciscana quedó jurídicamente constituida. Francisco les impuso el nombre de Frailes Menores, y su número aumentó constantemente como aumentaba el fruto de sus con­ tinuas predicaciones y de su asombrosa ejemplaridad.

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En 1212, fundó con Santa Clara de Asís la Segunda Orden.

Después de evangelizar con sus discípulos varias re­ giones de Italia quiso llevar su apostolado más allá de su patria. De 1213 a I2I4 pasó San Francisco por España con intención de trasladarse luego a Marruecos.

En 1215 volvió a Roma con ocasión del Concilio de Letrán, en cuyo tiempo estrechó íntima amistad con Santo Domingo. Poco después murió Inocencio III en Perusa, donde se hallaba S. Francisco, ascendiendo a la cátedra de San Pedro en 1216, Honorio III, quien conce­ dió al Seráfico Padre el jubileo de la Porciúncula. Crecía la Orden y aumentaba en S. Francisco el deseo de salvar y vivificar almas. Celebró Capítulo en 1217, dividiendo la falange de sus frailes en varias Provincias. Envió misiones a Oriente, Francia, España, Alemania y Hun­ gría. En 1219 mandó otro grupo a Marruecos y él se dirigió a Oriente a predicar la fe. A su retorno, con ayuda del Cardenal Hugolino (luego Gregorio IX) re­ organizó la Orden, publicando en 1221 una Regla más amplia. Por este mismo tiempo fundó la Orden Tercera de Penitencia. Poco después se retiró a Fonte Colombo para componer la Regla definitiva que fué aprobada por Honorio III. Los dos últimos años de su vida los pasó torturado por las enfermedades, macerado como estaba por la austeridad y el amor de Cristo que le henchía el alma. El ápice de su dolor de amor lo halló en el Monte La Venia, en septiembre de 1224, cuando recibió del Señor las sagradas llagas. Pasó algunos meses en San Damián, casi ciego y trucidado, y allí compuso el dulcí­ simo Cántico del sol.

En 1226 volvió a su patria. Desde el lecho de muerte escribió algunas cartas aromadas de divinas ternuras y su magnífico testamento. Luego esperó a la hermana muerte y cantando la recibió. Su tránsito fué en el sá­ bado 3 de octubre de 1226. El día 16 de julio de 1228, Gregorio IX, lo elevó a los altares y comenzó a edificar en su honor la basílica de Asís donde fueron trasladadas sus reliquias en 1230.

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RESEÑA HISTÓRICA DE LA ORDEN En el Capítulo que la Orden celebró un año después de la muerte del Seráfico Padre, fué elegido, como suce­ sor suyo, Juan Párente, jurisconsulto antes de ingresar en los Frailes Menores y luego Ministro provincial de España.

La suntuosidad de la basílica de Asís, cuya cons­ trucción dirigía Fray Elias, chocó con la austeridad dei Carceri y de Rivotorto, que recordaba a San Fran­ cisco, y en el Capítulo de 1230, donde apareció patente este contraste, se planteó la cuestión de la pobreza según la Regla. Uno de los grupos presidido por San Antonio pidió al Papa una declaración auténtica. Gre­ gorio IX publicó entonces la Bula Quo elongati. En 1231, fué elegido Ministro general Fr. Elias, en cuyo tiempo se acentuaron ya dos tendencias en la observan­ cia de la Regla. A pesar de las dotes excepcionales de éste como organizador y hombre de vastísimos recursos, su manera de obrar hizo añorar los primeros inolvida­ bles tiempos de la Orden, una gran parte de la cual se mostró disconforme con su proceder. Fr. Alejandro de Ales y Juan de Rupella, maestros entonces de la vSorbona, iniciaron una reacción que, impulsada luego por Haymo de Faverslian, consiguió que el Capítulo gene­ ral de Roma de 1239 depusiera de su cargo a Fr. Elias.

Fué elegido entonces Alberto de Pisa. Este murió al año siguiente, sucediéndole Fr. Haymo de Favershan.

Después de algunos otros generalatos durante los cuales quedaban todavía en litigio algunos puntos obscuros de la Regla, dando motivo a que se acentuaran más aún las dos tendencias (mitigada y estrecha) en su obser­ vancia, fué promovido a dicho cargo San Buenaventura.

El Doctor seráfico aceptó las declaraciones auténticas de la Regla, y retuvo los privilegios apostólicos con­ cedidos, persuadido como estaba de que una Orden tan extraordinariamente vasta no podía vivir según sus primeros días. Promovió en grande escala los estudios y la cura de almas, y fué partidario de los conventos grandes para obtener mejor formación y más estricta

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disciplina y quedar exentos de la jurisdicción episcopal, cosa harto indispensable para la unidad y firmeza de toda la obra. Dentro de estos límites procuró que la pobreza y la observancia resplandecieran ejemplarmen­ te ; y, en efecto, en sus días, la Orden se consolidó, su eficacia en la Iglesia fue grandiosa y en su seno floreció exuberante la santidad.

Apostolado Los hijos de S. Francisco fueron realmente los evangelizadores del pueblo, — a quien todos descuidaron — y llegaron a su alma empezando por predicar en la pro­ pia lengua vulgar, cosa entonces inusitada. La predi­ cación franciscana conservó el carácter que le imprimió el Seráfico Padre : era sencilla y popular, llena de imágenes, de plasticidad, de vida y limpia de fraseo­ logía erudita y rebuscada. Tendía principalmente a reformar las costumbres y procuraba conmover al audi­ torio más por el sentimiento que por la especulación.

Fl canto acompañaba muchas veces a la predicación.

Una generación de frailes poetas, entre los cuales des­ cuella Jacopone de Todi, compuso innumerables Laudes en las cuales se glosaban los puntos capitales de la doc­ trina cristiana o se traducían las enseñanzas de la mística y, al par que preparaban al auditorio para atender al sermón, adoctrinaban insensiblemente al pueblo ; éste las repetía luego en sus hogares y ungían su trabajo y suavizaban su áspero vivir. Unido todo al ejemplo de una abnegación sin límites no es de extrañar que arrebataran a las gentes, (iregorio IX escribió : «Cristo renace en la orden de Frailes Meno­ res, y con el ejemplo, la doctrina y los milagros, labra la salud de innumerables multitudes.» L1 siglo xiu y el siglo xv fueron las edades de oro de la predicación franciscana. Futre los más grandes apóstoles del si­ glo xiii hay que enumerar a San Antonio de Padua, León Perego, Poceabadi, Lucas de Apulia, Hugo de Digne, Pertolrto de Ratisbona, Conrado y Luis de Sa­ jorna, ITaynio de Faversham, Rodolfo de Rosa, etc.

II

Fueron, además, el sostén de la potestad pontificia ante el feudalismo seglar y eclesiástico, por lo cual 37a desde el principio el Papa se rodeó de Frailes Menores como capellanes, predicadores, penitenciarios y legados suyos. En el mismo siglo xm ascendían ya a 162 los Menores elevados a las dignidades eclesiásticas. En las Cruzadas últimas, en la unión de los griegos, en la defensa de los derechos de la Iglesia contra el Imperio, en la salvaguardia de las libertades populares y, sobre todo, en el renovar la piedad e intensificar la vida espi­ ritual de los pueblos, los Frailes Menores, según es universalmente reconocido, tuvieron el más vasto y de­ cisivo influjo.

Entre los primitivos grandes representantes de la espiritualidad franciscana deben citarse San Buenaven­ tura, Ramón Lull, Juan de Caulibus (autor de las Me­ ditaciones de la vida de Cristo), David de Ausburgo (autor del Tratado de la composición del hombre exte­ rior e interior), Jaime de Milán (autor del Aguijón de amor), etc.

Misiones entre infieles Las Misiones entre infieles entraban de lleno en el apostolado franciscano. El ejemplo lo dió el vSeráfico Padre. Desde 1236 los vSantos Lugares de Tierra Santa están bajo la custodia de los hijos de San Francisco.

Unos dos mil frailes lian sido allí martirizados ; con todo, desde hace siete siglos continúan siendo el baluar­ te del Catolicismo, mientras conservan el eco de los últi­ mos Cruzados...

En Albania y Montenegro los Frailes Menores fun­ daron sus misiones en 1240. En 1402 contaba el Papa Bonifacio IX en la Bosnia unos 50,000 infieles conver­ tidos por los Menores. I.o mismo sucedió en los demás países balkánicos, 3* aun entre las misiones organizadas para conseguir la evangelización de los árabes de Es­ paña. Recuérdese el celo ardiente del Beato Ramón Lull, el gran impulsor de las misiones africanas. Éstas, \'a en el siglo xm se extendían desde Marruecos hasta

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Egipto. Durante el siglo xiv, Juan de Montecorvino evangelizaba Etiopía y Abisinia.

Tal vez las misiones más importantes del siglo xm fueron las de China, donde hicieron prodigios Juan de Piancarpino, Guillermo de Rubrouck y Odorico de Pordenone. Por todas partes se derramó, pródiga y fe­ cunda, la sangre franciscana.

En la ciencia No fue poco también su influjo en el progreso de las ciencias eclesiásticas, como es de todos sabido. En las grandes Universidades de Bolonia, París, Oxford, Colo­ nia, etc., y en los estudios particulares, los Frailes Me­ nores, junto con la Orden de Predicadores, ejercieron la hegemonía.

San Antonio fue quien organizó en Bolonia la pri­ mera escuela de teología de la Orden, siendo nombrado Lector por San Francisco hacia 1223. A partir de ésta, los Estudios teológicos se multiplicaron prodigiosa­ mente en otros conventos de Italia, como Roma, Rieti, Nápoles, Apulia, etc., y muchos de los frailes fueron nombrados maestros en las Universidades papales.

La escuela de los Frailes Menores de la Universidad de París fué la más importante de la Orden ; a ella acudían estudiantes de todas las provincias y su poder de atracción fue tan grande que sólo en el año 1225 ingresaron en el convento de Saint-Denis cuarenta Maestros en teología. Por los años de 1231, esta escuela entró a formar parte de la Universidad parisina, cuyo primer lector franciscano fué Alejandro de Halés. Poco después, con Fray Juan de la Rochelle se fundó una segunda escuela universitaria.

Los primeros Estudios generales de la Orden en Oxford los fundaron, después de 1224, Fray Agnello de Pisa y Fray Guillermo de Esseby ; Roberto Grosseteste los colocó a la cabeza del movimiento teológico y filosó­ fico de la Universidad inglesa, en la cual enseñó poco después Rogerio Bacon. El ejemplo de Oxford cundió en Inglaterra donde se fundaron otros Estudios genera-

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les. El más importante fué el de Cambridge que en 1240 fué incorporado a la Universidad.

En 1228, Fray Simón, de Inglaterra, fundó la escuela de Magdeburgo.

Entre los príncipes de la Escolástica medieval figu­ ran los franciscanos Alejandro de Halés, autor de la primera Summa, y San Buenaventura, Duns Escoto, Rogerio Bacon y Ockam, los cuales tuvieron numero­ sísimos discípulos.

Historia interna A la muerte de San Buenaventura (1274) y durante los siguientes generalatos, al paso que la acción externa se desarrollaba y afirmaba con eficacia, la cuestión de la pobreza y las declaraciones sobre la Regla aumentaban la divergencia entre los partidarios de la observancia mitigada y los rígidos. Entre muchos de éstos, imbui­ dos en las ideas de Joaquín de Flora, nació la llamada cuestión de los Espirituales que después de muchas vicisitudes terminó con la famosa constitución del Papa Juan XXII Quorundam exigit de 1317.

A fines del siglo xiv comenzó el llamado Conventualismopo sea la cuestión de la observancia entre los partidarios de los grandes monasterios y los partidarios de los eremitorios, que se denominaron Observantes.

Estos dos partidos, que aparecieron casi naturalmente en todas las órdenes Mendicantes, en la Franciscana se acentuaron más porque la materia en cuestión era irre­ ductible. En efecto, la diferencia específica entre Con­ ventuales y Observantes estaba en su relación con la pobreza. Los Observantes renunciaban aún a la pro­ piedad en común y a todo legado y latifundio, mientras la admitían los Conventuales. Con esto coincidieron las turbaciones que afligieron a la Iglesia durante el cisma de Occidente y las luchas europeas, con lo cual la disciplina en todas partes sufrió quebranto. Los Ob­ servantes del siglo xiv, cuyas miras y esfuerzos crista­ lizaron en los del siglo xv, mantenían un movimiento de reacción para observar la Regla ad litteram. Entre

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éstos sobresalieron Pablo de Trinéis, Juan de Stronconio (m. 1418), San Bernardino de Sena, San Juan de Capistrano y San Jaeobo de la Marca, hombres emi­ nentes en santidad y doctrina, potentes por su palabra ardiente y elocuente y por su ejemplo avasallador. Este movimiento, que se extendió por todo Europa, dió ori­ gen a la Reforma llamada de la Observancia, mientras que los antiguos mitigados continuaron con el nombre de Conventuales.

FRAILES MENORES CONVENTUALES [O. F. M. Conv.]

Reseña histórica Después de la separación de 1517 fueron harto cala­ mitosos los tiempos para los Conventuales, mas, su con­ dición mejoró grandemente bajo Urbano VIII. La Orden de Conventuales aceptó en el Concilio de Trento, con las otras Órdenes Mendicantes, el privi­ legio de poseer bienes en común y esto es lo que la distingue de las otras dos ramas de Observantes y Ca­ puchinos. La causa de la disminución de conventqs en 1682 fue el haberse anexionado en el siglo xvi varias provincias Conventuales, especialmente de España, a los Observantes, siendo otras destruidas por los herejes ; y hubo aumento en 1773 por haberse anexionado en Francia varias provincias Observantes a los Conven­ tuales y, finalmente, en 1860 se nota el decrecimiento causado por las supresiones en Francia, Rusia e Italia principalmente.

Las iglesias de los Menores Conventuales fueron en su mayor parte monumentos de arte en los que se ejer­ citaron los mejores artistas, cual lo prueban las basí­ licas de San Francisco de Asís y de San Antonio de Padua, todavía bajo la custodia de tales religiosos, la de Santa Croce de Florencia, y además las de Santa María de los Ángeles, Santa María de Araceli en Roma, el Santo Sepulcro en Jerusalén y el Santuario de La Yerna ; estas últimas pasaron de los Conventuales a los Observantes bajo el pontificado de Eugenio IV.

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Los Conventuales dieron a la Iglesia dos Sumos Pon­ tífices, Sixto V, quien instituyó las Congregaciones Ro­ manas para el despacho de los asuntos eclesiásticos, embelleció a Roma, terminó la cúpula de San Pedro y se distinguió como eminente gobernante, y Clemen­ te XIV, el Papa de la discreción.

En el ministerio de la predicación y como teólogo tridentino distinguióse Musso Piacenza (m. 1574), a cuyo nombre hay que añadir los de Pagani, Torri, Brancati, etc.

La misión continuada con más éxito ha sido la de Moldavia.

El Papa Sixto V concedió a la Orden de Conventuales la Archicofradía de los Cordígeros y fundó en los San­ tos Doce Apóstoles de Roma el Colegio Universitario de San Buenaventura.

FRAILES MENORES (OBSERVANTES) [O. F. MJ Historia interna En 1415, en virtud de un decreto del Concilio de Constanza, los Observantes franceses obtuvieron un Vi­ cario General propio y en 1438 lo obtuvieron a su vez los de Italia ; 110 obstante, la separación definitiva liízose en 1517, publicando León X la bula «Ite et vos in vineam meam».

Ya de mucho tiempo, aquí y allá venían iniciándose diversas reformas.

En 1500, Fray Juan de Guadalupe, introdujo en Es­ paña una reforma de gran austeridad, los Descalzos, que propagó y defendió San Pedro de Alcántara, dán­ dose por ello a estos reformados el nombre de Alcan­ tarillo s.

En 1532, dentro de la misma Observancia, Fray Fran­ cisco Esino, ansioso de perfección, dió origen a los Reformados y antes, en 1523, nacieron también dentro de la Observancia los Recoletos, así llamados porque vivían en conventos retirados de los centros de pobla• / cion. León XIII, insigne hijo de la Tercera Orden Franciscana, por su bula Felicítate quadam del 4 de octubre de 1897, unió las grandes familias de Obser­ vantes, Reformados, Descalzos o Alcantarinos y Reco­ letos en una sola familia, la actual de Frailes Menores llamados vulgarmente Franciscanos.

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Apostolado Los primeros tiempos de la Observancia (siglo xv) renovaron los fecundos fervores del siglo xm. Aquella generación fue, como dice el Padre Ubaldo de Alengon, una generación apostólica que removió y levantó al mundo. San Bernardino de Sena, San Jaime de la Marca y San Juan de Capistrano, fueron los verda­ deros Apóstoles de este siglo. Los dos últimos tuvieron un campo de acción tal vez más vasto. Ellos solos convirtieron 50,000 herejes y cismáticos en Hungría, más de 50,000 en Bohemia, Polonia, Austria y Rusia, más de 200,000 infieles en Dinamarca y Noruega. A la pléyade de ardientes predicadores que siguieron las huellas de los mencionados, debe añadirse el nombre glorioso del Beato Bernardino de Peltre, fundador y vulgarizador de los Montes de Piedad que libertaron al pueblo de las garras de la usura.

En la lucha contra el protestantismo en Alemania, Austria, Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra y Eseandinavia, los Observantes tuvieron parte no pequeña, combatiéndolo altamente, sea por medio de la predica­ ción, sea por la controversia y los escritos. En 1537, el Papa Paulo III escribía : «Los Frailes Observantes... para la conservación y acrecientamiento de la fe cató­ lica, mucho trabajaron y aun actualmente no cesan de trabajar, consiguiendo, con su vida ejemplar y su salu­ dable doctrina, alejar a muchos de la perfidia luterana.!

Baste notar que desde 1520 a 1620 la Orden dió a la Iglesia 500 mártires, sacrificados por el odio protes­ tante.

La custodia de los Santos Lugares pasó de los Con­ ventuales a los Observantes, los cuales extendieron lue­ go su acción en Palestina, Siria, Armenia, Chipre y Bajo-Egipto.

En 1576, los Descalzos españoles, con Fray Pedro de Alfaro, inauguraron las misiones de Filipinas que se propagaron luego por el Japón. Fray Juan Zumárraga inició en 1545 nuevas expediciones a China. En 1S79, existían ya allí nueve Vicariatos Apostólicos francis-

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En el Nuevo Mundo, las misiones Franciscanas cre­ cieron al paso de la conquista ; fundáronse numerosos colegios de misioneros, los cuales dieron a la Iglesia americana los primeros obispos. En 1587, Felipe II, alaba el trato amable que daban a los indígenas y cons­ tata que a su celo se debía el bautismo de unos 200,000 indios.

Todas esas misiones, a menudo regadas con sangre, han ido prosperando a pesar de las persecuciones y de toda adversa vicisitud.

En la ciencia Esta Orden continuó las antiguas tradiciones, adop­ tando con predilección las teorías escotistas, entre las cuales se contaba la defensa de la tesis de la In­ maculada Concepción. El período áureo de los estu­ dios franciscanos en España empieza en el siglo xvi, cuando en 1500 el Cardenal Ximénez de Cisneros fundó la Universidad de Alcalá en la cual puso Cátedras es­ cotistas, okamistas y bulistas. Entre los teólogos más notables que asistieron al Concilio de Trento, deben mencionarse Alfonso de Castro (m. 1568), Miguel de Medina (m. 1578), Andrés Vega de Segovia (ni. 1560), I/uis Carvajal (m. 1550) y Francisco Orantes (m. 1584).

Entre los teólogos posteriores de celebridad universal hay que mencionar siquiera a Juan de Rada, Alba, Urrutigoiti, Briceño, Macedo, Frassen, Assennet, Cozza, Matteucci, Montefortino, Wadding, etc. Entre los mo­ ralistas y canonistas, sobresalen Ilermann, Sporer, Reiffenstuel, L. Ferraris, etc. Entre los escritores mís­ ticos, S. Pedro de Alcántara, Juan de los Ángeles, Diego de Estella, Juan de Bonilla, Francisco de Osuna, Diego Murillo, etc.

Entre sus hijos ilustres figuran, en una palabra, nom­ bres de santos, filósofos, teólogos, escritores, gobernan­ tes y fundadores que han cooperado eficazmente a la evangelización y civilización de los piieblos

FRAILES MENORES CAPUCHINOS [O. F. M. Cap.] Historia interna En pleno Renacimiento, como reacción potente con­ tra el desenfrenado neopaganismo, en la Orden Fran­ ciscana sintieron muchos espíritus ansias de reforma y de volver a la primitiva austeridad y pobreza. Esas ansias tomaron cuerpo en tres frailes llamados Eudovico y Rafael de Fossombrone y Mateo de Bascio, los cuales, en iS de mayo de 1526, obtuvieron un rescripto del Cardenal Penitenciario, Lorenzo Pocci, para vivir la Regla franciscana con independencia de sus Superiores regulares.

Estableciéronse en Camerino donde se hicieron muy populares, sobre todo por su heroico proceder en la peste de 1527. En 31 de julio de 1528, el Padre Ludovico consiguió del Papa Clemente VII la Bula Religio­ sas Zelus (3 de julio) por la cual aprueba la Reforma, concede la forma de hábito, da permiso para recibir postulantes, todo con los mismos derechos de los Frai­ les Menores. Aumentóse el número de religiosos, sin­ gularmente por los que acudían de la Observancia, y en breve llegaron a 18 y se establecieron en cuatro residencias, Camerino, Pollenza, Fabriano, etc.

En abril de 1529 reuniéronse en Capítulo en Albacina donde nombraron superiores y fijaion unas normas que sirvieron más tarde de base a las Constituciones que se redactaron en 1536, las cuales, modificadas, fueron apro-

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badas por Urbano VIII en 24 de marzo de 1638 y luego en 19 de junio de 1643. En dicho Capítulo fueron ele­ gidos Definidores los Padres Ludovico, Mateo, Angel de Santangelo y Pablo de Cliioggia, aclamando superior al citado Mateo de Bascio. Este, no obstante, por deseo de vida eremítica, resignó a los pocos días la prelacia en manos del Padre Ludovico, el cual pasó a Roma con el fin de consolidar la reforma. Aumentó el número de frailes y aun pactó admitir (16 de agosto de 1529) a un grupo de Observantes de Calabria que, guiados por el Padre Ludovico de Reggio, habían iniciado un movi­ miento parecido. El número grande de Observantes que abrazaban la reforma Capuchina y el entusiasmo de las poblaciones que solicitaban conventos, dieron ocasión a innumerables contradicciones y oposiciones exteriores, a vencer las cuales ayudaron 110 poco la Duquesa dq Camerino y la Marquesa de Pescara, bienhechoras in­ olvidables de la Orden. Al poco tiempo el número de Capuchinos llegó a 500. En noviembre de 1535 re­ unióse un Capítulo general en el cual fueron elegidos Definidores los Padres Bernardino de Sena, Juan de Fano y Ensebio de Ancolia, y Vicario general el gran Bernardino de Asti, verdadero plasmador y ordenador de la nueva Familia Franciscana. En abril de 1536, Paulo III por un breve aprobó dicha elección.

Durante el siglo xvi había ya en Italia más de 20 Pro­ vincias. Después de 1574 extendióse la Orden fuera de esta península comenzando a propagarse en Francia donde se constituyeron ya 6 Provincias : Parisina, Turonense, Lugduneuse, Provenzal, Burdigalense y Tolosa11a, antes de terminar aquel siglo.

Poco después penetró en Gemianía por Suiza y por Bélgica. En este último reino, hacia 1615, por su gran desarrollo dividióse en dos Provincias (Flamenca y Va­ lona), dando origen también a la Provincia de Holanda y a la de Colonia, la cual, a su vez, formó la Renana (1668) y luego la de Wesfalia (1770). Durante el mismo siglo xvi, fundaron los Capuchinos italianos las Provin­ cias de Suiza, Tirol y Bohemia. La primera dió origen, en 1668, a la Provincia de Austria anterior, la segunda a la de Baviera (1668), la cual por su gran desenvolvi­ miento se dividió en dos (Prov. de Baviera y Prov. de

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Franconia) con algunas Custodias. La Provincia de Bohemia dio origen a la de Vicna, llamada Austro-Hún­ gara (1673), la de Stiria, la de Croacia, la de Moravia y la de Polonia.

En 1578, llamados por los Concelleres de Barcelona, vinieron a fundar a Cataluña el Padre Arcángel de Alarcón y algunos compañeros que se. establecieron pro­ visionalmente en la iglesia de la Bonanova primero, y luego en Santa Madrona, hasta la fundación del con­ vento de Santa Eulalia de Sarria que fue la casa matriz de España. Gran número de Observantes y Recoletos abrazaron la reforma Capuchina, entre ellos los famo­ sos Rocaberti, Alonso Lobo, Luis Romeo, Mochiales, Foresto, etc., propagándose rápidamente y multipli­ cándose los conventos por modo prodigioso. Fundáron­ se sucesivamente los de Monte Calvario (de Barcelona), Valls, Perpiñán, Gerona, Ceret, Manresa, Solsona, etc.

En resumen, desde 1578 a 1600 se edificaron 21 con­ ventos de Capuchinos en Cataluña, y otros 14 desde 1600 a 1700.

La Provincia de Cataluña dió origen, en 1602, a la de Valencia ; en 1607, a la de Aragón ; en 1617, a la de Castilla, la cual a su vez se subdividió constituyendo la de Andalucía.

Más tarde, en 1733, fundóse la Provincia de Irlanda y en 1873 la de Inglaterra.

En 1587 contaba la Orden Capuchina 5,953 religio­ sos ; en 1605 elevóse su número a 9,525, 3’ a 16,966, distribuidos en 1,192 conventos, en el año 1625. El desarrollo máximo lo adquirió por los años de. 1754, durante el cual el número de conventos llegó a la cifra de 1,715, distribuidos en 63 Provincias, con 32,821 frai­ les. Las revoluciones y persecuciones sufridas a fines del siglo xviii y durante el siglo xix disminuyeron gradualmente este desenvolvimiento ; mas, en nuestro siglo los progresos han sido notables, y la fuerza expan­ siva de la Orden es cada vez más apreciable.

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Apostolado La labor más intensa de la Orden es el apostolado, realizado constantemente con admirables frutos de ben­ dición. Inmenso lia sido el niimero de los predicadores que han pasado dejando huellas imperecederas. Baste citar a San José de Leonisa (m. 1612), San Fidel de Sigmaringa, proto-mártir de Propaganda Fide (m. 1622), Matías Bellintani (m. 1611), Miguel Ángel de Venecia (111. 1612), José de Morlaix (m. 1662), Serafín de París, Honorato de Cannes (m. 1694), Procopio de Templín (m. 1680), Buenaventura Barberini (m. 1743), el Beato Diego de Cádiz, apóstol de España durante el siglo xyiii (ni. 1801), el Venerable Padre José de Cambantes, el Padre Santander (111. 1831), etc. Grandes predicadores populares que con éxito inmenso trabajaron en la acción social durante el .siglo xix, fueron el Padre Teobaldo Mathew, apóstol de la abstinencia en Irlanda (m. 1856) y el Padre Teodosio Florentini, llamado el «máximo filántropo de Suiza» (m. 1865). Posteriormente el Padre María-Antonio, llamado el Santo de Tolosa, ha ejercido en el mediodía de Francia un apostolado popular de grandísimo alcance. Ahincadamente se dedicaron siem­ pre los Capuchinos a las Misiones internas, ejercicios espirituales, cura de almas en los hospitales, sobre todo en tiempos de peste, a la reducción de los herejes, etc. Éste lia sido el generoso esfuerzo que el Señor se ha dignado bendecir siempre y por el cual afirmaba Bene­ dicto XIV, al conceder a perpetuidad a los Capuchinos el cargo de predicadores pontificios, que eran el brazo de la Iglesia.

Es una página muy gloriosa de su historia la lucha contra el Protestantismo y el jansenismo. En todas partes donde aparecía la Pseudo-reforina (Alemania, In­ glaterra, Francia, etc.) se entabló el combate con la palabra, la controversia, la pluma y las obras. Es impo­ sible dar nombres porque son legión. Muchos de ellos alcanzaron el martirio. En Francia adquirió esta lucha un carácter especial porque los Capuchinos fueron el alma de la famosa Liga contra los hugonotes ; recuér-

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dense las gestas de Fray Ángel de Joyeuse. El Padre José de Tremblay fué el gran baluarte del catolicismo francés de su época, como lo fué el célebre Padre Que­ rubín en vSaboya.

«Dondequiera que el catolicismo triunfó del protestan­ tismo, se ha escrito hace poco, el éxito fué debido en gran parte a estos apóstoles franciscanos.»

«La mayor parte de los municipios católicos de Ale­ mania, Francia y Suiza, dice Holzapfel, deben a los Capuchinos el haber conservado o recuperado la fe católica.»

No menos tenaz fué la lucha contra el jansenismo, ya desde sus comienzos. Célebres son las refutaciones de Jansenio y Arnauld debidas al Padre Ivo de París, y las controversias de Jaime del Pose, José de Morlaix, Zaca­ rías de Lisieux, Timoteo de la Fleche, a los cuales siguieron falanges de predicadores, debeladores incan­ sables de tan melancólica herejía.

Durante el siglo xvn fué tan estimada la Orden por el celo y prudencia de sus mejores hijos que varias Cortes europeas los escogieron para innumerables mi­ siones diplomáticas que obtuvieron éxitos felicísimos para la conservación de la paz en aquellas difíciles cir­ cunstancias políticas. Sobresalen entre todos, San Lo­ renzo de Brindis (m. 1619) que como Legado Pontificio y Embajador recorrió las Cortes de España, Alemania e Italia, contribuyendo poderosamente a la victoria re­ portada contra los turcos en 1601. No menos impor­ tante fué el Venerable Padre Marcos de Aviano (m. 1699) consejero de Leopoldo I, llamado también el Ángel sal­ vador de las huestes cristianas contra los turcos. Impo­ sible dejar de mencionar aquí el Pére Joseph (Emi­ nencia gris), «alter ego», de Richelieu, que, aunque muy discutida, su acción diplomática no dejó de ser for­ midable.

Misiones externas La familia Capuchina continuó con grande fruto tam­ bién la obra tradicional franciscana de las Misiones entre infieles.

— 25 — En Europa, las principales son las fundadas y soste­ nidas en los países balcánicos (Vic. Apostólicos de Filipópolis, Creta e Islas Jónicas sobre todo Cefalonia).

Importantísima ha sido siempre la de Constantinopla, fundada a principios del siglo xvn.

En Asia las más notables misiones han sido las de Esmirna, Siria, Mesopotamia y Persia. En 1707 fundóse la del Tibet pasando de aquí a la India septentrional.

Posteriormente se fundó el Vicariato Apostólico de la Arabia meridional.

En Africa, desde 1624, Ia Orden sostiene la misión de Túnez que se extiende por el Congo y Angola. En la parte oriental, ya de muy antiguo, sostiene la misión de Abisinia, donde fueron martirizados en 1638 los Bea­ tos Agatángelo y Casiano. Lo mismo puede decirse de las misiones de las islas Seychelles en el Océano Indico.

Más tarde (1845), el heroico Cardenal Massaia (m. 1889) fundó la floreciente misión de los Gallas en la parte meridional de Abisinia. Recientemente (1894) hánse fundado la Misión de Eritrea y algunas residencias en Marruecos.

En América, durante el siglo xvn, empezaron a ex­ tenderse con éxitos admirables las misiones capuchinas del Canadá, Lnisiania, Orinoco (donde fueron martiri­ zados 24 religiosos catalanes), Nueva España, Perú, Chile, Guayana y Brasil. Durante el siglo xix se han erigido otras muchas en Guatemala, Venezuela, Ecua­ dor, Montevideo, Chile, etc. Desde 1888 se desarrollan maravillosamente las misiones entre los indios de la Goagira y del Caquetá en Colombia. Existen además misiones en Méjico, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Santo Domingo, etc.

En Oceanía florecen las de Borneo, Filipinas, Caro­ linas y Marianas.

En la actualidad, la orden sostiene 46 Misiones : 6 en Europa, 11 en Asia, 5 en África, 19 en América y 5 en Oceanía ; o sea, Arzobispados, Obispados y Vicariatos Apostólicos, 17 ; Prefecturas Apostólicas, 10 ; Centros con Superior Regular, 21, con un total de 1,079 Misio­ neros.

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En la ciencia En las ciencias, después que en 1564 se constituyeron en todas las provincias escuelas teológicas, los Capu­ chinos continuaron las antiguas tradiciones de la Orden.

Se ha seguido con predilección la doctrina de vSan Buenaventura quien tal vez.ha tenido su mejor comen­ tarista en el capuchino español Calatayud, llamado ordinariamente Trigosus. Son dignos de mención los teólogos, moralistas y escrituristas siguientes : TricassinuSj Foresto, Córdoba, Torrecilla, Leandro de Murcia, Bassaeus, Cabrera, Coriolano, Boverio, Cliarmes de Benetis, Corella, Bulsano, Gorizia, Varceno, Scxten, Ticonio, Hetzenauer, etc., ele.

Entre los tratadistas y maestros de la vida espiri­ tual, citemos a Fuente la Peña, Isidoro de León, Gaspar de Viana, Agustín de Zamora, Honorato de Champigny, José de Tremblav, Cayetano de Bérgamo, Martín de Cochem, Ambrosio de Lombez, Ludovico de Besse, etcétera. buitre los modernos canonistas y altos dignatarios de la Iglesia serán de memoria perdurable el P. Piat de Mons, el Cardenal Vives (m. 1913) y el Arzobispo Sabadel (Pío de Langogne (111. 1914).

En todas las Provincias de la Orden existen los co­ rrespondientes conventos de estudios eclesiásticos en 190S se fundó en Roma un Colegio internacional para los religiosos que deben ampliarlos o tomar los grados académicos. En la actualidad, además, los Capuchinos redactan más de 200 publicaciones peiiódicas.

Con todo, la ciencia, para los hijos de vSan Francisco no es un fin, si 110 que es un medio de apostolado. San Francisco 3' sus hijos han amado la ciencia, pero el ideal que a ella les llevaba 110 era saber por saberJ sino saber para amar y ser apóstoles. San Buenaventura definió claramente el carácter de la ciencia franciscana compa­ rándolo con el de la dominicana : «Unos, escribe (o sea los FF. Dominicos) buscan ante todo la especulación 3^ luego la unción ; los otros (o sea los Menores) buscan primero la unción y luego la especulación. ¡ Y ojalá que

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este amor y esta unción no les abandone nunca!» El ideal del apostolado franciscano es la conquista de las almas para Jesucristo, ya sea por manera de saber, ya sea por manera de amor, como diría el Beato Ramón Lull.

Conclusión Para el cultivo de la Viña sagrada que Nuestro Señor Jesús plantó en la tierra y regó con su sangre adorable lia suscitado las órdenes religiosas, llamándolas por sus nombres y repitiéndoles la invitación divina : ite et vos in vineam meam. Los liijos del Seráfico Padre no han sido los únicos en acudir, pero tampoco han sido los menos generosos.

ESTADÍSTICAS

O. F. M. CONVENTUALES Curta Generalicia Roma : Santos Doce Apóstoles.

Ministro General. — Rdmo. P. Maestro Víctor M. Sottaz.

Biografía. —Nació el n de junio de 1853, en Guin, cerca de Friburgo, en Suiza, de padres oriundos españoles. Juan José y Delfina Sofía Blarich. Estudió en Friburgo, Inspruch, Aviñón y Padua hasta los últimos cursos de medi­ cina. Comenzó luego la carrera eclesiástica en Würzburg, la que prosiguió en Itispruch, terminándola en Roma. Fuá ordenado sacerdote en 5 de agosto de 1878 y ejercitó el ministerio hasta 1885 en cuyo año ingresó en la Orden de Menores onventuales y profesó solemnemente en 1890.

Desempeñó el cargo de Guardián, luego el de Provincial de Padua y, finalmente, el de Rector de la Basílica de San Antonio hasta el día de su elección al cargo que posee, el cual se vió imposibilitado de ejercer desde 1913, gobernan­ do actualmente la Orden el Rdmo. P. Domingo María Tavani, como Vicario General. Ocupa el lugar 65 entre los Ministros Generales que han regido la Orden de Conven­ tuales.

Consultores. — M. RR. PP. M. Pelegrín Ilaczela ; M. Er­ nesto María Franciosi, Secretario; M. Leonardo Alaría Navarra ; AI. Luis María Bondini.

Procurador general. ~~ M. R. P. Francisco María DallOlio.

Estadística general Número total de provincias. — 23 y tres Comisariatos.

Número total de conventos.—213.

Número total de religiosos. — 1,800.

Cargos en la curia romana Consultor del Santo Oficio, M. R. P. Luis Santoro ; Con­ sultor de Ritos, M. R. P. Jerónimo M.a Mileta.

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Pregados pertenecientes a la orden limos. Rdmos. Monseñores Antonio M.a Grasselli, Arzo­ bispo de Larissa ; Domingo Jaquet, Arzobispo titular de Salamina ; Francisco Berti, Obispo de Amelia ; Juan María Sanna, Obispo de Teinpio y Ampunas.

Misiones Rumania, Turquía, Grecia y Dinamarca.

ORGANIZACIÓN ESPAÑOLA Casas. — Granollers (Barcelona).

Número de religiosos. — 13.

Publicaciones «Mensajero San Antonio de Padua», Granollers.

Centros docentes Escuela Antoniana, segunda enseñanza, Granollers (Bar­ celona).

O. F. M. OBSERVANTES Curia Generalicia Roma : Colegio Internacional de vSan Antonio, Vía Merulana, 124.

Ministro General. — M. R. P. Serafín Cimino.

Biografía. — El Rdmo. P. Serafín Ciinino, actual Minis­ tro General de los Franciscanos Observantes, fué elegido para tan alto cargo el 22 de marzo de 1915. Antes había desempeñado por espacio de once años el cargo de Lector general de Sagrada Escritura en el Colegio Internacional de San Antonio de Roma y el de definidor general y Cus­ todio de Tierra Santa. Cuenta en la actualidad cuarenta y dos años. Ocupa el número ochenta y cinco entre los Supe­ riores Generales que después de la división canónica han gobernado la Orden de Frailes Menores Observantes.

Procurador general. — M. R. P. Bernardino Klumper.

Definidores generales.—M. RR. PP. Benito Schmidt, Columbano Dreyer, Pancracio Rathschec.k, Buenaventura Mendataurigoitia, Wendelino Vosnjak, Miguel Angel Marrucci, por las lenguas inglesa, francesa, alemana, española, húngaro-eslava e italiana, respectivamente.

Estadística general Número total de provincias. — 82.

Número total de conventos. — 1,487.

Número total de religiosos. — 16,968, profesos.

Cargos en la curia romana Santo Oficio: P. Pascual Brugnani, Consultor de la Con­ gregación del Santo Oficio.

Consistorial: limo, y Rdmo. P. Plácido Ángel R. Leñaos, Administrador Apostólico de Jaén, Consultor.

Sacramentos: limo, y Rdmo. Señor Administrador Apos-

— 34 — tólico de Jaén, Consultor ; M. R. P. Juan Moraleda, Con­ sultor ; M. R. P. Miguel Sleutjes, Consultor.

Concilio: M. R. P. Bernardino Klumper.

De Religiosos: M. R. P. Mariano Fernández, Consultor; M. R. P. José Kaufinann, Consultor ; M. R. P. José Brunelli, Consultor.

Propaganda Fide: M. R. P. Rafael Delarbre, Consultor; M. R. P. José Kaufmann, Consultor; M. R. P. Miguel Sleutjes, Consultor.

Propaganda para Rito oriental: limo, y Rdmo. Señor Administrador Apostólico de Jaén, Consultor; M. R. Padre José Kaufmann, Consultor ; M. R. P. Miguel Sleutjes, Consultor.

Del Indice: Rdmo. Padre Serafín Cimino, Consultor; M. R. P. Teófilo Dominielielli, Consultor.

De Ritos: M. R. P. Mariano Fernández, Consultor; Muy R. P. Ugolino de Subía co, Consultor ; M. R. P. Pascual Brugnani, Consultor ; M. R. P. Kusebio Clon, Consultor.

De los Seminarios: M. R. P. Doroteo Cornelisse, Con­ sultor.

Prelados

pertenecientes a la orden

Cardenales: Kmmo. Cardenal José Sebastián Neto, Pa­ triarca dimisionario de Lisboa.

Obispos: Kxcmos. Sres. don Mariano Ilolguín, de Are­ quipa (Perú) ; don Esteban Carié, de Banjaluta (Bosnia) ; Tomás Valeri, de Brindis (Italia) ; Anselmo Evangelista Sansón i, de Cefalú (Sicilia) ; Santiago Chezzi, de Orte y Gállese (Italia) ; don Zenón Bustos, de Córdoba (Argen­ tina) ; don José Gregorio Castro, de Cuzco (Perú) ; don Esteban Misié, de Mostar (Herzegovina) ; don Roberto Razzoli, de Potenza (Italia) ; don Bernardino Shlaku, de Pulati (Albania) ; don Angélico Zanetti, de Bossano (Ita­ lia) ; don Francisco Pierini, de Bolivia.

Obispos titulares: Excmo. Sr. don Martín García Alco­ cer, Arzobispo titular de Bostra ; limo, y Rdmo. Sr. Plá­ cido Ángel Rey Lemos, Obispo titular de Hamah, Admi­ nistrador apostólico de Jaén ; limo, y Rdmo. Benito Spila, titular de Aretusa ; Amando Agustín Balilman, titular de Argo ; Celestino Ibáñez, titular de Bagi ; Aurelio Briante, titular de Cirene ; Benjamín Cristianes, titular de Colofón ; Fidel Abatí, titular de Diocletianopolis ; Alberto O. Timmer, titular de Drusipara ; Francisco Cervera, titular de Fessea, Vicario apostólico de Marruecos ; Graciano Gennaro, titular de Jericó ; Eugenio Massi, titular de Jope ; Luis

— 35 — Antimelli, titular de Lebda ; Gabriel Mauricio, titular de Lesbi ; Adeodato Witner, titular de Mileto ; Dionisio Schuler, Arzobispo titular de Nazianzo ; Efrén Giesem, titular de Palto ; Agapito A. Fiorentini, titular de Busadir ; Frediano Giannini, titular de vSerre ; Modesto Fveraerst, titu­ lar de Tadama ; Juan A. Hofman, titular de Telmeso ; Ni­ colás Marconi, titular de Teodosopolis ; P'abián Dandi, titular de Thenaro ; Santiago Erala, titular de Tánger.

Prefectos apostólicos: R. P. Bernardo Irastorza, de Ucayalí ; R. P. Ignacio Beaufais, de Rodas.

Misiones Tierra Santa, Egipto, Trípoli, Marruecos, China, Japón, Rodas, Turquía, Chipre, Ecuador, Argentina, Bolivia, Bra­ sil, Chile, Perú, Estados Unidos, Australia, Filipinas, Al­ bania, Constantinopla, Montenegro, Bosnia, Herzegovina.

ORGANIZACIÓN ESPAÑOLA La familia española de Franciscanos (Observantes), goza dentro de la Orden — sin por eso dejar de vivir íntima­ mente unida a ella — un régimen especial que la Santa Sede le otorgó a petición de los monarcas españoles. En España existe un Vicario General con un Deñnitorio, ele­ gidos por los Provinciales de España, que tiene jurisdicción sobre todas las casas españolas y que, aunque depende del Padre General de toda la Orden, es un intermediario entre éste y los demás súbditos españoles.

Provincias españolas y casas establecidas en ellas Vicaría general de Madrid. — Madrid : San Fermín de los Navarros, Cisne, 12.

Vice-Pro curación en Roma. — Roma : Santi Quaranta.

Número de religiosos. — 23.

Provincia de Santiago. — Casas-Colegios en : Santiago (Coruña). — Conventos en: Louro (Muros); Herbón (Pa­ drón) ; Vistahermosa (Orense) ; Lugo ; Cañedo (Puenteáreas) ; Castroverde ; Pontevedra.—Residencias en: Nova (Coruña); Betanzos (Coruña); Ribadavia (Orense).— Vi­ caría en : Calabazanos (Palencia).

Número de religiosos. — 327.

— 36 — Provincia de Andalucía. — Casas-Conventos en : Loreto (Sevilla) ; Lucena (Sevilla) ; Sevilla ; Cádiz ; Jerez de la Frontera ; Fuente del Maestre ; Palancar ; Guadalupe. — Residencias en : Las Palmas ; Puerto de la Luz ; Cáceres.

Número de religiosos. — 214.

Provincia de Cartagena. - Casas-Conventos en : Mur­ cia ; Cehegín ; Orihnela ; Santa Catalina (Murcia) ; Jumilla ; Lorca ; Baza (Granada).—Residencia en: Yecla, Número de religiosos. — 141.

Provincia de Cantabria. — Casas-Conventos en : Zarauz ; Aranzazu ; Olite ; Fórna ; Caspe ; Alfaro ; Nájera ; Bermeo ; La Aguilera. — Residencia en : Tolosa.

Número de religiosos. — 352.

Provincia de Cataluña. — Casas-Conventos en : Vich ; Villarreal ; Balaguer (Colegio) ; Montblanch ; Chisvert ; La Bisbal ; Barcelona.— Residencias en : Lérida ; Berga.

Número de religiosos. — 188.

Provincia de Valencia. — Casas-Conventos en : Valen­ cia ; Santi-Kspíritus ; Cocentaina ; Onteniente (Colegio) ; Benisa (Colegio) ; Biar ; Benigánim ; Agres ; Pego ; Segorhe ; Teruel; Chelva.

Número, de religiosos. — 2S8.

Provincia de Sari Gregorio el Magno. -- Casas-Conven­ tos en : Pastrana ; Consuegra ; Arenas de San Pedro ; Puebla de Montalbán ; Almagro ; Belmonte (Colegio) ; Ávila ; Segovia ; Quintanar de la Orden ; Mayorga ; Al­ cázar de San Juan.—Residencias en : Almansa ; Castañar de Béjar ; Madrid ; Guadalajara.

Número de religiosos. — 202.

Comisaría Provincial de Nuestra Señora de Regla. — Casas-Conventos en : Chipiona ; Fuente-Obejuna ; Lebrija ; Estepa. — Residencia en: Vélez (Málaga).

Número de religiosos. — 144.

Dependencias en el extranjero Tafí Viejo (Argentina) ; Habana (Cuba) ; Guanabacoa (Cuba) ; Remedios (Cuba) ; Casablanca (Cuba) ; Candelaria (Cuba) ; Marie (Cuba) ; Residencias de Tierra Santa ; Re­ sidencias de Marruecos ; Río Cuarto (Argentina) ; Inten­ dente Alvear (Argentina) ; Pasera (Argentina) ; Quetrepeu (Argentina) ; Azul (Argentina) ; Asunción (Paraguay) ; Residencias de Filipinas.

— 37 — Congregaciones y asociaciones Tercera Orden con 30,000 terciarios.—Juventud Antoniana. La dirección general de esta Asociación se halla en el Convento de Santiago de Galicia. — Pía Unión de San Antonio. — Vía Crucis. — Asociación de Caridad Franciscana.

Publicaciones «Archivo Ibero-Americano*, revista bimestral de estudios históricos, Madrid ; «Revista Franciscana», quincenal, ilus­ trada, Vich ; «El Eco Franciscano», revista quincenal, ilus­ trada, Santiago ; «La Voz de San Antonio», revista decenal, ilustrada, Sevilla ; «Apostolado Franciscano», revista men­ sual, ilustrada, Cuemica-Fórua (Vizcaya) ; «Espigas y Azucenas», revista quincenal, ilustrada, Murcia ; «El Mo­ nasterio de Guadalupe», revista quincenal, ilustrada, Gua­ dalupe ; «Juventud Asturiana», revista mensual, ilustrada, Madrid ; «El Porvenir Asturiano», revista mensual, ilus­ trada, Santiago ; «El Terciario Franciscano ilustrado», revista mensual, Murcia ; «Hojitas Terciarias», publicación mensual, Santiago de Galicia ' «El Terciario», publicación mensual, Cádiz ; «San Antonio», revista quincenal, La Habana, Cuba ; «Ciencia y virtud», revista quincenal, ilus­ trada, Tánger.

O. F. M. CAPUCHINOS Curia Generaeicia Roma. — Vía Boncompagni, 71.

Ministro General. — Rdmo. P. Venancio de Lisle-enRigault.

Biografía. — Nació en Lisle-en-Rigault, cerca de París, el 5 de octubre de 1S62 ; cursada la carrera de leyes y des­ pués de ejercer pocos años la abogacía en París, ingresó en la Orden vistiendo el hábito el 24 de junio de 1889 en la Provincia de París, de la cual fue luego Ministro Pro­ vincial. 'En el Capítulo General de 1908 fue elegido Defi­ nidor y Procurador general de la Orden, y posteriormente el Capítulo General celebrado en Roma en 20 de mayo de 1914 le eligió Ministro General. Ocupa el lugar 68 entre los Superiores Generales que han regido la Orden.

Procurador general. — Rdmo. P. José Antonio de San Juan in Persiceto.

Definidores generales. — Rdnios. PP. José Antonio de San Juan in Persiceto, de la provincia de Bolonia ; Pauli­ no de Palma, de la provincia Romana ; Zenón de Ufering, de la provincia de Ilaviera ; Antonio de Tasson, de la pro­ vincia inglesa ; Clemente de Terzorio, de la provincia de Génova ; Melchor de Benisa, de la provincia de Valencia.

Estadística general Número total de provincias. — 54.

Número total de conventos. — 845.

Número total de religiosos. — 9,364.

Cargos en ea curia romana Predicador apostólico (cargo vinculado exclusivamente en la Orden de Capuchinos), Rdmo. Padre Lucas de Padua.

— 39 — Consultores de las SS. Congregaciones Del Santo Oficio, Rdmo. P. José de Monte Breto, ca­ lificador.

De Sacramentos, Rdmo. P. José Antonio de S. J. in Persiceto y Rdmo. P. Celestino de Deggendorf.

De la Iglesia Oriental, Mons. Luis Baccini, Obispo de San Ángel in Vado.

De Regulares, Rdmo. P. Venancio de Lisle-en-Rigault.

De Ritos, Rdmo. P. Lucas de Padua y Rdmo. P. Victorio de Appeltem.

De Estudios, Rdmo. P. Celestino de Deggendorf.

Com. Estudios Bíblicos, Rdmo. P. Miguel de Zell (padre íletzenauer), profesor del Archiseminario Lateranense.

Com. Card. de la Preservación de la Fe en Roma, Reve­ rendísimo P. Joaquín M.a de Llevaneras.

Examinador apostólico del Clero Romano, Rdmo. P. Pau­ lino de Palma.

Prelados pertenecientes a la Orden Arzobispos: Mons. Rafael Bemacchioni (R. de Figlina), Arzobispo de Agrá (Indostán) ; Mons. Anselmo Kenealy (Padre Anselmo de Abersyehan), Arzobispo de Simia (Indostán) ; Mons. Manuel Van den Bosch (Padre Manuel de Amberes), Arzobispo titular de Parió ; Mons. Antonio María Zueehetti (P. Juan de Milán), Arzobispo de Ksmirna (Tur­ quía Asiática).

Obispos: Mons. Luis Amigó (Padre Luis de Massamagrell), Obispo de Segorbe (P'spaña) ; Mons. Luis Jaime Baccini (P. Luis de Taggia), Obispo de San Angelo in Vado y Urbanía (Italia) ; Mons. Agustín Serra (P. Agustín de Artesa), Obispo titular de Milopótamos, Vicario apostólico de Bluefields (Nicaragua) ; Mons. Camilo Carrara (P. Ca­ milo de Albino), Obispo titular de Agatopolis, Vicario apostólico de Britrea (África oriental) ; Mons. Fortunato Bnrique Caumont (P. Fortunato de Tours), Obispo de Ajmer (Indostán) ; Mons. Fabiano Antonio Eestermans, Obispo de Labor (India) ; Mons. Ángel Fiorini (P. Ángel de Sassalba), Obispo de Pontremili (Italia) ; Mons. Petronio Francisco Oramigna (P. Petronio de Bolonia), Obispo de Allahabad (Indostán) ; Mons. Andrés Jaroseau (P. An­ drés de S. Mars des Prés), Obispo titular de Soatro, Vica­ rio apostólico de los Gallas (Africa oriental) ; Monseñor Juan Jorge Lachavane (P. Juan Dam. de Vovray), Obispo

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de Port-Victoria (Islas Seychelles, Océano índico) ; Mon­ señor Jacinto Iyonghin (P. Andrés de Fiumcello Campodarsego), Obispo de Treviso (Italia) ; Mons. Joaquín P'elipe Olaiz-Zabalza (P. Joaquín de Pamplona), Obispo titular de Doeimea, Vicario apostólico de Guaní (Oceanía) ; Monse­ ñor Vicente Peiov (P. Cleto de Baltaggia), Obispo titular Lyrbense, Vicario apostólico de Sofía y Filipópolis (Bul­ garia) ; Glotis. Ángel José Poli (P. Angel de Cassola), Obis­ po titular Curíense, Coadjutor o. í. s. del Vicario apostó­ lico de Atiababad (Indostan) ; Mons. Francisco Seminara (P. José de Gangi), Obispo de Candía (Isla de Candía) ; Moas. Atanasio Vicente Soler (P. Atanasio de Manises), Obispo titular Citariense, Vicario apostólico de Coa jira (Co­ lombia) ; Mons. Paulino Tribbioli (P. Paulino de Cortona), Obispo de Iniola (Italia) ; Mons. Evangelista Enrique Vanni (Padre Evangelista de Ursela), Obispo titular Tenedense, Vicario apostólico de Arabia (Asia) ; Mons. Salvador Pedro Walleser (P. vSalvador de Wieden), Obispo titular Tanagrense, Vicario apostólico de Marianas y Carolinas (Oceanía).

Prefectos apostólicos: M. RR. PP. Burcardo de Rottingen, Prefecto apostólico de Araucania (Chile) ; Remigio de Sonthein, Prefecto apostólico de Mettiah (India orien­ tal) ; Pacífico de Uden, Prefecto apostólico de Borneo ho­ landés ; Fidel de Montolar, Prefecto apostólico de Caquetá (Colombia) ; Pascual de Buchón, Prefecto apostólico de Gibuti (Dijibouíi, Somalia francesa, África oriental) ; Emi­ lio de Serravalle, Prefecto apostólico de Mesolcina y Calauca (Suiza) ; Fidel de Roma, Prefecto apostólico de Rezia (Suiza) ; Evangelista de Cefaloiiia, Prefecto apostólico de Alto Solimóes (Brasil) ; Liberato de Exel, Prefecto apostó­ lico de Sumatra (Isla, Asia) ; Fulgencio de Gerard-Monte.s, Prefecto apostólico de I'banghi belga (Africa central).

Superiores de misiones dependientes de la Congregación de propaganda: M. RR. PP, Ángel de Clameciaco, Supe­ rior de la Misión de Mesopotaniia (Turquía Asiática) ; Lo­ renzo de Monte-Marziano, Superior de la Misión de Trebizonda (Turquía Asiática) ; Jerónimo de Lyon, Superior de la Misión de Siria (Turquía Asiática).

Misiones En Europa: Isla de Candía, Obispado ; Isla de Cefalonia, vSuperior Regular; Constantinopla (Turquía), Superior Re­ gular; Mesaucina y Calanca (Suiza), Superior Regular; Sofía y Filipópolis (Bulgaria), Vicariato apostólico ; Rezia (Suiza), Prefectura apostólica.

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En Asia: Agrá (Indostán), Arzobispado; Allahabad (Indostán), Obispado ; Ajmer (Indostán), Obispado ; Arabia (Turquía), Vicariato apostólico ; Bettiah (India oriental), Prefectura apostólica; Fahore (Indostán), Obispado; Mesopotamia (Turquía), Superior Misión dependiente de C. Prop ; Simia (Indostán), Arzobispado ; Esinima (Turquía), Superior Regular ; Siria (Turquía), Superior Mis. depen. de C. Prop. ; Trebizonda (Turquía), Superior Mis. depen. de C. Prop.

En Africa: Congo-Ubanghi (Congo belga), Prefectura apostólica ; Gibuti (Dijibouti, Somalia francesa), Prefec­ tura apostólica ; Kritrea (África oriental), Vicariato apostó­ lico ; Galla (África oriental), Vicariato apostólico) ; Islas Seyochelles (Océano índico), Obispado.

En América: Araucania (Chile), Vicariato apostólico ; Bahía (Brasil), Superior Regular; Bluefields (Nicaragua), Vicariato apostólico ; Bogotá (Colombia), Superior regular ; Caquetá (Colombia), Prefectura apostólica ; Centro Améri­ ca (Méjico, Costa Rica, Honduras, Nicaragua), Siiperior regular ; Chile-Argentina, Superior regular ; Río Grande (Brasil), Superior regular ; Río Janeiro (Brasil), Superior regular; Coajira (Colombia), Vicariato apostólico; Maraííón (Brasil), Superior regular ; Montevideo (Uruguay), Superior regular; Pemambuco (Brasil), Superior regular; Isla de Santo Domingo (Antillas), Superior regular; Santo Paulo (Brasil), Superior regular; Alto Solimoes (Brasil), Prefectura apostólica ; Venezuela, Superior regular.

En Occania: Borneo holandés (Isla de Borneo), Prefec­ tura apostólica ; Carolinas y Marianas (Islas), Vicariato apostólico ; Guaní (Isla), Vicariato apostólico ; Filipinas (Islas), Superior regular ; Sumatra (Isla), Prefectura apos­ tólica.

ORGANIZACIÓN ESPAÑOLA Provincias. — Cinco: Bética, Castilla, Cataluña, NavarroVasco-Aragonesa y Valenciana.

Casas en la Península y posesiones y sus dependencias en el extranjero. — Provincia Bética.—Sevilla, Granada, Córdoba, Antequera (Málaga), San Fúcar de Barrameda (Cádiz), Ubrique (Cádiz) y Melilla (Marruecos), General Buceta, 4.

Niímero de religiosos. — 142.

Provincia de Castilla. —- Madrid, Plaza Jesús, 1 ; El Pardo (Madrid) ; Bilbao, Basurto (Vizcaya) ; Montehano,

— 42 —

por Escalante (Santander) ; León, Salamanca, San Martín de Trevejo (Cáceres) ; Vigo (Pontevedra).

Número de religiosos. — 249.

Provincia de Cataluña. — Sarriá (Barcelona) ; Barcelona, Convento de Nuestra Señora de Pompeya, Arguelles, 450, y Residencia de Ntra. Señora de la Ayuda, Baja S. Pedro, 18 ; Arenys de Mar (Barcelona) ; Olot (Gerona) ; Igualada (Barcelona) ; Manresa (Barcelona) ; Tarragona ; Tárrega (Lérida), y Palma de Mallorca (Baleares). — En Francia: Lyon, Capellán de la Colonia española, rué Trois Pierres, núm. 19; Saint Ktienne (Rhóne), Capellán de la Colonia española, rué Lodi, 7, y rué de la Pourse. 31.

Número de religiosos. — 204.

Provincia Navarro-Vasco-Aragonesa --Pamplona (Nava­ rra) ; Tudela (Navarra) ; Sangüesa (Navarra) ; Kstella (Na­ varra) ; Fuenterrabía (Guipúzcoa) ; Lecaroz, valle de Baztán (Navarra) ; Alsasna (Navarra) ; Hijar (Teruel) ; San Sebastián (Guipúzcoa).

Niímero de religiosos. — 419.

Provincia valenciana. — Valencia, C. Cirilo Amorós ; Massamagrell (Valencia) ; Orihuela (Alicante) ; Monforte (Alicante) ; Totana (Murcia) ; Castellón de la Plana y San Jorge (Castellón de la Plana).

Número de religiosos. — 192.

Misiones Dependen de la provincia Hética.—República Dominicana : Sto. Domingo (Iglesia de Ntra. Señora de la Merced ; Monte-Christi ; Villaduarte ; Santa Bárbara ; Melilla (Africa).— Dependen de ¡a provincia de Castilla. — República Vene­ zuela : Caracas ; Maracaibo ; Valencia ; Cumaná. —Repú­ blica Puerto Rico : San Juan de Puerto Rico ; Utuado ; Río Piedras. — Dependen de la provincia de Cataluña. — República de Méjico : Guadalupe-Hidalgo (Estados Mexi­ canos), Iglesia del Pocito, Abasólo, núm. 7. — República de Nicaragua : Blueñelds (Casa central del Vicariato de Bluefields), vía New York, New Orleans ; Managua y Rivas, vía Panamá. — República de Honduras : Comayagua (Casa central), vía New Orleans; Puerto Cortés. — Repú­ blica de Costa Rica : Cartago. — República de Colombia : Vía Panamá-Tumaco-Pasto, Mocoa (Casa central de la Pre­ fectura apostólica de Caquetá) ; Sibundov ; Santiago ; San­ ta Rosa; San Andrés; Yunguillo ; Puerto Asís.—Depen-

— 43 — den de la provincia Vasco-Aragonesa—República de Chile : Santiago ; Concepción ; Los Ángeles ; Constitución ; Viña de Mar. — República Argentina : Buenos Aires, Convento Nueva Pompeya, Avenida Sáenz ; Llavallol, Colegio Euskalechea, y Córdoba. — Islas Filipinas : Manila (Casa Cen­ tral), General Luna, 306; La Hermita ; Singalón. — Isla de Guain : Vía New York, San Francisco de California, Agaña (Casa central del Vicariato). — Dependen de la pro­ vincia Valenciana. — República de Colombia : Bogotá, vía Panamá ; Santa Marta ; Ríohacha (Casa central del Vica­ riato apostólico de Goajira) ; Barranquilla y Guerrero, por Sabanilla.

Congregaciones y asociaciones En todos los conventos se halla establecida la Venerable Orden Tercera de fían Francisco y la Archicofradía del Cordón ; y en algunos, otras varias Asociaciones y Patro­ natos.

Centros docentes La Orden cuenta en España, además de los respectivos colegios y escuelas Seráficas en cada provincia, para los miembros de la Orden y aspirantes a ella, con dos acredi­ tados colegios de segunda enseñanza, en Lecaroz, valle de Baztán (Navarra) y en Totana (Murcia) ; en Argentina, dirige también el célebre Colegio Vasco. Euskalechea, en Llavallol.

Publicaciones aEstudios Franciscanos», revista mensual ; «El Aposto­ lado Franciscano», mensual ilustrada, Sarria (Barcelona) ; «Boletín dominical», semanal, Convento de Pompeya (Bar­ celona) ; «El Heraldo Seráfico», Cartago (Costa-Rica) ; «Fulla Seráfica», mensual, órgano de la V. O. T., Residen­ cia de Ntra. Señora de la Ayuda (Barcelona) ; «El Mensa­ jero Seráfico», quincenal, líl Pardo (Madrid) ; «Florecillas de San Francisco», «Mensajero de las Tres Ave-Marías» y «María Reina de los Corazones», mensuales, Totana (Mur­ cia) ; a El Adalid Seráfico», decenal, Sevilla. En varios conventos se publican, además, hojas dominicales, folletos, etcétera.

— 46 — Observantes, Recoletos, Alcantarinos, (después de 1517)

etc.

S. Pedro de Alcántara, C. (in. 1562).

S. Nicolás Pick, M. (m. 1572).

S. Jerónimo de Weert, 3VI. (m. 1572).

S. Teodorico de Emden, M. (m. 1572). * S. Nicasio de Heeze, M. (m. 1572).

S. Wilhado de Dania, M. (ni. 1572).

S. Godefrido de Malveren, M. (111. 1572).

S. x\ntonio de Weert, M. (m. 1572).

S. Antonio de Homar, M. (ni. 1572).

S. Francisco de Roye, M. (m. 1572).

S. Pedro de Ass-che, M. (m. 1572).

S. Comelio de Wyk, M. (in. 1572).

S. Benito de Palermo, C. (111. 1589).

S. Pascual Bailón, C. (m. 1592).

S. Pedro Bautista, M. (ni. 1597).

S. Martin de la Ascensión, M. (m. 1597).

S. Francisco Blanco, INI. (m. 1597).

S. Francisco de S. Miguel, M. (ni. 1597).

S. Gonzalo García, M. (m. 1597).

S. Felipe de Jesús, M. (ni. 1597).

S. Francisco Solano, C. (m. 1610).

S. José de Cupertino (m. 1663).

S. Pacífico de S. Severino, C. (111. 1721), S. Juan José de la Cruz, C. (m. 1734).

S. Leonardo de Porto Mauricio, C. (m. 1751).

B. Juan Forest, M. (m. 1538).

B. Salvador de Horta, C. (ni. 1567).

B. Nicolás Factor, C. (m. 1583).

B. Sebastián de Aparicio, C. (m. 1600).

B. Andrés Hibernón, C. (m. 1601).

B. Julián de S. Agustín, C. (m. 1605).

B. Pedro de la Ascensión, M. (m. 1617).

B. Juan de Sta. Marta, M. (111. 1618).

B. Apolinar Franco, M. (m. 1622).

B. Ricardo de Sta. Ana, M. (m. 1622).

B. Pedro de Ávila, M. (m. 1622).

B. Vicente de S. José, M. (m. 1622).

B. Francisco de S. Buenaventura, M. (m. 1622).

B. Diego de Sta. Clara, M. (m. 1622).

B. Francisco Gálvez, M. (m. 1623).

B. Luis Sotelo, M. (111. 1624).

B. Luis Sosanda, M. (m. 1624).

B. Francisco de Sta. María, M. (m. 1627).

— 47 — B. Bartolomé Laurel, M. (m. 1627).

B. Antonio de S. Francisco, M. (ni. 1627).

B. Antonio de S. Buenaventura, M. (m. 1628).

B. Domingo de Nagasaki, M. (111. 1628).

B. Juan de Prado, M. (ni. 1631).

B. Jerónimo Torres, M. (ni. 1632).

B. Gabriel de la Magdalena, M. (m. 1632).

B. Humilde de Bisignano, C. (m. 1637).

B. Carlos de Sezze, C. (m. 1670).

B. Buenaventura de Barcelona, C. (m. 1684).

B. Buenaventura de Potenza (m. 1711).

B.‘Tomás de Cora, C. (m. 1739).

B. Teófilo de Curte, C. (m. 1740).

B. Egidio María de vS. José, C. (ni. 1812).

B. Leopoldo de Gaichi, C. (tn. 1815).

B. Juan de Triora, M. (m. 1816).

Conventuales S. José de Cupertino (m. 1663).

B. Buenaventura de Potenza (m. 1711).

Capuchinos S. Félix de Cantalieio, C. (m. 1585).

S. Serafín de Montegranaro, C. (m. 1604). vS. José de Leonissa, C. (m. 1612).

S. Lorenzo de Bridis, C. (m. 1619).

S. Fidel de Sigmaringen, M. (m. 1622).

B. Benedicto de Urbino, C. (m. 1625).

B. Agatangelo de Vendóme, M. (m. 1638).

B. Casiano de Nantes, M. (m. 1638).

B. Bernardo de Corleone, C. (m. 1667).

B. Bernardo de Offida, C. (m. 1694).

B. Ángel de Acri, C. (m. 1739).

B. Crispín de Viterbo, C. (m. 1750).

B. Félix de Nicosia, C. (m. 1787).

B. Diego José de Cádiz, C. (m. 1801).

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(1) Únicamente señalo las obras de carácter general que con más facilidad pueden tenerse a mano.