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Experiencias
“Y ahora os voy a narrar mi atormentado regreso, el que Zeus me ha dado al venir de Troya…”
εἰ δ' ἄγε τοι καὶ νόστον ἐμὸν πολυκηδέ' ἐνίσπω, ὅν μοι Ζεὺς ἐφέηκεν ἀπὸ Τροίηθεν ἰόντι.
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Canto IX
Es ahora cuando conoceremos las aventuras que ha vivido Odiseo desde que salió de Troya y hasta llegar a la isla de Calipso: lotófagos, cíclopes, Eolo, Circe, sirenas, Escila y Caribdis...
Mi aventura
Ilustración de Sonia Galindo, 4.º ESO C
Blanca Flores, 1. º BC
Alumnos acompañantes
Los Alumnos Acompañantes es un programa iniciado el curso 2017/2018 en el IES Santiago Apóstol de un grupo de chicos y chicas de 4.º de la ESO y 1. º de Bachillerato, cuyos pilares se basan en la Convivencia, el Apoyo y la Ayuda. Para ello, realizamos distintas actividades o impartimos charlas, para poder enseñar diferentes valores y que podamos aprender entre todos, con la intención de poder ofrecer a l o s alumnos una figura parecida a la de un guía que les pueda ayudar y/o aconsejar en e l transcurso de su estancia en el centro, ya sea desde el problema más cotidiano como puede ser no saber dónde está secretaría, como problemas más graves como un caso de acoso.
Ya el año pasado hicimos algunas tareas similares a las realizadas en este curso, como la gymkana a los alumnos recién llegados de 1.º de la ESO, para que supiesen orientarse dentro del centro, y nuestra propia posta de ejercicios de cooperación en el Día del Centro. Sin embargo, también hemos realizado otros proyectos estos meses, por ejemplo, una acampada de alumnos y profesores para seguir formándonos y aprendiendo unos de otros, con juegos y actividades con la colaboración de alumnos del CAMN. Pero el trabajo más importante que hemos hecho hasta ahora han sido las charlas a los cursos de 1.º, 2.º y 3.º de la ESO sobre un tema muy importante que, por desgracia, está al orden del día: el bullying. Con ellas, pretendemos concienciar a los alumnos de lo serio que es este problema y recordarles que más que un grupo de chicos de 1.º de bachillerato y 4.º de la ESO, somos compañeros y amigos suyos siempre que necesiten algo.
Sin duda, este grupo es una gran idea y queremos aprovechar para agradecer al centro y al grupo motor toda su confianza y apoyo.
Esperamos poder seguir colaborando y aportando nuestro granito de arena a este centro durante mucho tiempo más.
Isabel Esteban (1.º BHCS) y Quique Almoril (1.º INTEL)
El primer día de dos años inolvidables
Mi experiencia en Hungría
No era consciente de que iba a hacer un intercambio Erasmus en Hungría hasta que no llegué al aeropuerto de Madrid. Sentía algo que nunca antes había experimentado. Aunque soy una persona muy nerviosa, me encontraba bastante tranquila, y eso que era la primera vez que volaba a otro país. Me sentía muy bien; es difícil de explicar. Por raro que parezca, no estaba asustada; más bien, sentía mucha curiosidad. Cuando llegamos a Százhalombatta, que es la ciudad donde se encuentra el instituto de nuestros correspondientes, todos los que nos acogían en sus casas nos estaban esperando. Creo que en este aspecto nosotros partíamos con más ventaja, porque cuando fuimos a Hungría ya conocíamos a nuestros correspondientes; sin embargo, ellos al llegar a España no nos conocían aún.
Cuando iba en el coche camino a casa de Grèta, mi correspondiente, sinceramente, me sentía muy a gusto. No recuerdo ningún momento en el que estuviera incómoda. Desde el minuto cero me sentía como en casa.
Como ya he dicho antes, tenía curiosidad por saber cómo iba a ser todo. Una de las cosas que más me impactó fue el horario de las comidas. Comían a las doce y cenaban a las seis. Sin duda, esto fue a lo que más me costó adaptarme. Cada día era un día de aprendizaje, de descubrir cosas nuevas y de tener experiencias con personas de otras países, que desde esa semana se convertían en tu nueva familia.
Desde mi experiencia como estudiante, no hay nada más que merezca tanto la pena como participar en uno de estos proyectos, donde conoces a tantas personas, lugares y vivencias que marcan un antes y un después en tu vida. Hungría me ha hecho madurar y hoy en día me siento mucho más capacitada para enfrentarme a cualquier reto. Conocer otras culturas, lugares y estilos de vida distintos al tuyo te hacen explorar tus límites y ser más tolerante en todos los sentidos. En mi caso, la experiencia y las personas que he conocido me las llevo para siempre. Es impresionante cómo en tan poco tiempo puedes querer y confiar en personas a las que conoces de varios días.
La hora de volver a casa fue aterradora. Aunque tenía ganas de ver a mi familia y amigos, sentía que no podía dejar a mis nuevos amigos allí. Sentía que mañana volvería a levantarme y que iría a visitar Budapest de nuevo, que los volvería a ver. Cuando me monté en el avión para volver a casa, sentí un vacío enorme, que me faltaba algo. Para mí fue la parte más dolorosa.
Cuando llegué a Hungría aterricé con un montón de preguntas y he vuelto con muchas respuestas. No puedes explicar qué se siente al ir a un intercambio porque para entenderlo tienes que vivirlo y, sin duda, esta es una de las cosas más bonitas de esta experiencia.
Me llevo momentos memorables y personas que siguen y seguirán siendo importantes para mí porque no me imagino esta experiencia sin ellos.
Las experiencias que he vivido con los estudiantes de los otros países, con mi familia húngara y con los profesores han permitido que crezca como persona, y si tuviera que repetirlo lo haría mil y una veces más. Esto no ha acabado, no ha llegado a su fin.
Mi experiencia en Civitavecchia
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Gloria San Miguel, 1. º BTCS