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Investigación
“Bota una nave de veinte remos, la mejor, y marcha para informarte sobre tu padre, largo tiempo ausente…”
νῆ' ἄρσας ἐρέτῃσιν ἐείκοσιν, ἥ τις ἀρίστη, ἔρχεο πευσόμενος πατρὸς δὴν οἰχομένοιο,
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Canto I
Atenea, que siempre vela por el bienestar de Odiseo, se llega ahora hasta Ítaca para animar a Telémaco, el hijo del héroe a que encuentre noticias de su padre, ya ausente veinte años desde su partida a la guerra de Troya. Telémaco era solo un niño y apenas lo recuerda.
Las sombras del deporte
Todos conocemos los principales beneficios que tiene realizar actividad física con regularidad, pero a los más despistados les vamos a recordar algunos:
Reduce el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Mejora el estado físico personal.
Disminuye el estrés, la ansiedad, libera tensiones y ayuda a combatir la depresión.
Permite afrontar la vida con mejor disposición y mayor optimismo.
Supone un medio de integración y relación social.
Somos muy conscientes de estos beneficios, por ello apostamos por unos recreos activos donde la actividad física juega un papel importante. Si tú quieres, durante el recreo puedes practicar fútbol, baloncesto, bádminton, tenis de mesa, patinaje, bailes, parkour, entre otros.
Además, es importante destacar la importancia de una buena alimentación a la hora de obtener beneficios del deporte. En nuestro instituto, promovemos el consumo de fruta en los recreos para dar ejemplo de lo necesario que es nutrirse correctamente.
No obstante, sabemos que el deporte hoy día tiene muchas sombras: violencia, faltas de respeto, competición excesiva, bullying, etc.
Desde nuestro centro, queremos hacer alusión al tema de la violencia en el deporte por parte de los padres. La mayoría de los padres olvidan que sus hijos practican deportes por diversión y, al generar presión en sus hijos, provocan el abandono del deporte que están practicando.
Son muchos los padres y madres que acompañan a sus hijos a los partidos, competiciones y entrenamientos. Se sientan en la grada, observan, les dan instrucciones y se involucran en el deporte de sus hijos como si ellos fuesen los entrenadores.
Creemos que los motivos por los que los padres pierden los papeles son varios. Muchos esperan que sus hijos les saquen de pobres convirtiéndose estos en “Nadales” o “Cristianos”. Otros desean que su hijo gane todo porque sus victorias son sus propios éxitos. Es la manera de sentirse orgullosos del chaval y presumir de él delante de sus amigos y en el trabajo. Algunos proyectan la vida que ellos no pudieron tener. Y otros, simplemente, no tienen autocontrol (no lo tienen en el partido de sus hijos ni cuando conducen ni cuando se dirigen a las personas...). Y, por último, están los que cruzan los límites sencillamente porque no tienen consecuencias. Saben que está mal, pero su mala educación o ausencia de valores les hace comportarse como personas poco cívicas y desconsideradas.
El sentimiento de frustración o rabia que se da en padres de este tipo deriva en situaciones tan lamentables que ni a nivel profesional son justificables: árbitros de niños de años llorando por los insultos que reciben de los padres, enfrentamientos en la grada y con los propios niños, peleas con entrenadores...
Hay que hacerles ver que el valor está en hacer deporte porque es saludable, conlleva muchos beneficios y mejora las relacionarse con los amigos. Lo demás no importa. En el momento en el que la palabra jugar pierde valor –“jugar al baloncesto”, “jugar al fútbol”, “jugar al tenis”–, los hijos dejarán de disfrutar y no querrán seguir practicando este deporte.
Practicar deporte trae muchas ventajas que pueden perder valor si el niño se ve presionado por sus padres. Una de las grandes soluciones que puede tener este problema es hacer ver a cada padre lo bonito del deporte base, es decir, jugar por diversión, para aliviar tensiones, para disfrutar con tus amigos y no verlo como una competición de alto nivel.
Por todo esto, gritemos bien alto: ¡el deporte es salud y no violencia!
Realizado por los alumnos la asignatura La Actividad Física y el Deporte de 2.º de Bachillerato: Jesús Castillo, Micaela Cidoncha, Javier Corchuelo, Fátima Gómez, Pablo González, Rocío GonzálezCasademunt, Cristina Lancharro, Teresa Ramírez y Javier Recio.
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MUJERESEN LA HISTORIA
Retrato realizado por Nerea Rodríguez, 4. º ESO B
Retrato realizado por Lucía Sánchez, 4. º ESO B
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La mujer y la ciencia
Cuando se habla de mujer y ciencia, la reacción inmediata es la de pensar en la ausencia de mujeres en la ciencia a lo largo de la historia. Sin embargo, han estado siempre, en todas las ciencias y a todos los niveles. Pero no las vemos; la historia se ha encargado de esconderlas. Han vivido, y todavía viven, apartadas por los “grandes intelectos” de cada época. Hoy no se debe diferenciar entre hombre y mujer a la hora de desarrollar actividades. Así, si examinamos la historia de la humanidad en sus diversos campos, veremos que la mujer raras veces aparece como protagonista.
Las mujeres siempre se han sentido atraídas por el conocimiento. Incluso en Grecia las admitían en escuelas como la platónica o la pitagórica. Destacan las famosas denominadas “primeras pitagóricas”. A todo ello hay que añadirle el hecho de que los científicos e historiadores han sido, por inmensa mayoría, hombres, por lo que, en cierto sentido, la historia es masculina.
Las mujeres en la ciencia han sido, en la mayoría de los casos, mujeres invisibles y olvidadas. Y es que la presencia femenina en la ciencia ha sido puesta en tela de juicio, criticada y negada desde el principio de los tiempos. Son muchos factores que dificultan tanto el ingreso como el desarrollo de la carrera científica de las mujeres en condiciones de igualdad. Desde los estereotipos que afrontan las niñas desde muy pequeñas —las niñas de rosa y los niños de azul—, hasta las tareas extra que tienen que hacer en la casa por ser mujeres.
Hoy en día, el número de alumnas en la universidad supera al de alumnos, pero la distribución es bastante desigual. Y las mujeres que deciden cursar una carrera científica la terminan en muy pocas ocasiones. Además, las mujeres constituyen solo un 30 % de los investigadores.
Se consideran vulnerables por el hecho de ser mujeres, y esto se da a nivel global y en todos los ámbitos. El 70% de las personas que viven en la pobreza son mujeres; las mujeres tenemos más dificultades en el acceso al trabajo y más dedicación a tareas no pagadas; somos víctimas de violencia machista (una de cada tres mujeres en el mundo); sufrimos falta de alimentación, de acceso a la educación y a la sanidad.
Para ayudar en la lucha contra la invisibilización de la mujer en la ciencia, os resumo un poco la vida de dos grandes científicas:
- Margarita Salas (1938): científica española que, junto a su marido Eladio Viñuela, inició el desarrollo de la biología molecular en España. Está dedicando su vida a la investigación en su laboratorio del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de la Universidad Autónoma de Madrid. Fue discípula de Severo Ochoa, con quien trabajó en Estados Unidos, y ha recibido multitud de premios.
- Marie Curie (1867-1934): física y primera mujer en ganar un Premio Nobel, tras doctorarse en ciencias e impartir clases en una universidad. Tenía procedencia polaca y fue conocida universalmente. Estuvo casada con el también científico francés Pierre Curie, y juntos encaminaron sus investigaciones al descubrimiento y estudio del radio. Falleció a los 74 años por las multitudes y prolongadas exposiciones a la radiación del radio que todavía estaba por descubrir.
Retrato realizado por Marina Crespo, 4. º ESO A Elena García, 1.º BC
¡Qué pesada eres, mochila!
Maite Mateos, profesora