Bienaventurados, diciembre 2016

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CATEDRAL DE SAN ISIDRO - SANTA MARÍA DE LA CABEZA - NUESTRA SEÑORA DE LA RIBERA - STELLA MARIS

Año 13

Diciembre 2016

n 127

Distribución gratuita

Entrevista a nuestro párroco LLAMARLOS POR SU NOMBRE

JARDÍN MATERNAL

PÁGINA 6 Y 7

PÁGINAS 10 Y 11


INFO

CAPILLAS

Párroco

Nuestra Señora de la Ribera

P. Pedro Oeyen

Vicarios parroquiales P. Juan Manuel Bianchi Jazhal P. Gonzalo Rebollo

Diáconos permanentes Wenceslao Gómez Caride José Hamed

Horarios de misa Lunes a viernes 8, 10 y 19 h Sábados y feriados 10 y 19 h Domingos 9:30, 12:30, 19 y 20:30 h

Confesiones Diarias: media hora antes de la misa de 19 h Dominicales: media hora antes de cada misa

Secretaría parroquial De lunes a viernes de 8:30 a 12 y de 16 a 20 h Adrián Beccar Varela 530 Tel.: 4743 0291/4990

Caritas

Elcano 172, Acassuso Tel. 4742 7198 Horarios de misa: sábados 19 h domingos 20 h

Horarios de secretaría: jueves 15 a 17 h sábados 17 a 19 h

Santa María de la Cabeza 33 Orientales 1301, Beccar Horario de misa: domingos 11 h

Stella Maris

España 1016, Beccar Horarios de misa:

sábados 19.30 h (de niños) domingos 11 h

STAFF Director Padre Pedro Oeyen Cofundadora y directora Flor Tapia Gómez Diseñadora Mechi Brousson mercedesdesign@gmail.com Coordinación Mechi Ruiz Luque Correctora Sofi Costa fb: Lantia Traducciones Coordinación Arte Belén Ruiz Luque Ilustradoras Ana Ugarte ugarteana@outlook.com Belén Ruiz Luque fb: BRL - Ilustraciones Paula Martinez paulipeinture@yahoo.com.ar Redactores Cata Beccar Varela Mechi Ruiz Luque Fotográfo Belisario Hernández

Atiende en Anchorena 469

Distribución gratuita Tirada: 4.000 ejemplares 1era edición: año 2004 Si queres anunciar en Bienaventurados escribí a publicidadbienaventurados@catedraldesanisidro.org Para hacernos llegar un comentario escribí a bienaventurados@catedraldesanisidro.org


CARTA DEL PÁRROCO

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Un Adviento de la mano de María Queridos amigos: Apenas terminado el Año de la Misericordia, la liturgia nos invita a prepararnos para la Navidad por medio del Adviento. Este período de cuatro semanas está fuertemente marcado por la meta: queremos llegar a celebrar el nacimiento de Jesús con el corazón bien dispuesto. Este año les propongo que lo vivamos de la mano de María, para recibir a su Hijo como ella lo hizo.

haga en mí según tu palabra”. Nosotros vamos descubriendo poco a poco lo que Dios quiere, y no siempre entendemos claramente cuál es su voluntad o las razones por las que tenemos que pasar por diversas situaciones en la vida. No nos asustemos, ni dejemos de plantearle nuestras preguntas. Él no pretende que siempre tengamos todo claro, solo nos pide que repitamos estas palabras de la Virgen. El Adviento nos invita a profundizar nuestra oración en calidad y extensión.

Les propongo que vivamos el Adviento de la mano de María, para recibir a Jesús como ella lo hizo.

La Inmaculada Concepción Esta fiesta, que celebramos el 8 de diciembre, nos invita a reconocer el protagonismo de Dios. La Encarnación del Verbo de Dios no era un proyecto humano, sino voluntad divina. Él preparó el corazón de la Virgen, librándola de todo pecado desde el mismo momento en que fue concebida en el seno de su madre. También en nuestra vida la iniciativa es de Dios, y Él nos prepara para las misiones que nos asigna. Si bien a nosotros no nos libró de todo pecado desde antes de nacer, lo hizo en el bautismo y lo renueva cada vez que le pedimos perdón. El Adviento es un buen momento para reconciliarse.

La Anunciación Aunque Dios la había preparado espiritualmente, no le había revelado sus planes ni quitado la libertad. Por eso, ella se asombra de lo que le propone el ángel, pregunta y, aunque no termina de entenderlo, acepta diciendo: “Yo soy la servidora del Señor, que se

La Visitación María no se encierra en su alegría de mujer embarazada, ni en las dudas y temores que esto le plantea, sino que va a ayudar a su prima parturienta. El Adviento es tiempo de trascender los propios límites para pensar en los problemas y necesidades de los demás. Hay que abrir el corazón a los que están solos, tristes, enfermos, a los pobres de este mundo. Para vivirlo a fondo hay que ser solidario.

El Nacimiento La Nochebuena está llena de contrastes asombrosos: está por nacer el Hijo de Dios, y debe dejar su casa para cumplir una orden del remoto emperador romano. A punto de dar a luz, nadie la recibe, y ese momento clave en la vida de toda mujer, ocurre en un establo, rodeada de animales. Cuando queda sola con su marido, esa intimidad afectuosa es invadida por los pastores, pobres campesinos. Al irse éstos, llegan los ricos y poderosos magos con sus regalos… El Adviento nos invita a comprender que no podemos manejar nuestra vida como si todo dependiera de nuestra voluntad y planificación. A veces ocurre lo imprevisto, que es una invitación a reconocer nuestros límites y abrirnos a Dios. De todo corazón les deseo una muy feliz Navidad Hasta pronto, Pedro Oeyen


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PADRE JUAN MANUEL

Con alegría y sencillez de corazón Después de celebrar el nacimiento de Jesús, el grupo misionero “Jeremías” partirá hacia su misión anual. Saldremos el 27 de diciembre rumbo a Ayacucho, provincia de Buenos Aires, y regresaremos el 7 de enero. Será el segundo año que el grupo misione en esta ciudad, que fue sugerida por un miembro de nuestra comunidad. Ayacucho se encuentra a 324 kilómetros de Buenos Aires y tiene 17.000 habitantes. A principios de octubre fui a conocer Ayacucho y a presentarme ante el cura que nos recibirá, el padre Martín. Charlamos de varios temas relacionados a lo que el grupo puede aportarle a la comunidad y lo que puede aprender de ella. Me comentó lo bien que habían sido recibidos el año anterior y la alegría evangélica que transmiten los chicos. En estos días, estarán definiendo qué barrios de la ciudad y qué parajes rurales cercanos van a pedir que visitemos. El lema que acompaña a este grupo es la cita del profeta Jeremías: “Como barro en manos del alfarero” (Jr. 18,6), que muestra la disponibilidad a ser moldeados por Dios. Pero, además, cada año la misión está marcada por una lectura bíblica, que es lo que el grupo quiere vivir y compartir con los demás. Esta vez hemos elegido un pasaje de los Hechos de los Apóstoles: “Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus

casas, y comían con alegría y sencillez de corazón” (Hch. 2,46). Porque nosotros, como todo misionero, somos discípulos de Jesús y de esta primera comunidad cristiana, que marcó el camino de cómo se debe vivir evangélicamente. Rezar juntos, poner lo que tenemos en común y vivir con alegría y sencillez: eso lo que queremos vivir estos días en Ayacucho junto con las personas que nos reciban. En esta misma línea de ser discípulos misioneros de Jesús, y respondiendo al pedido que nos hicieran los obispos latinoamericanos en Aparecida hace 9 años, donde se nos pide a toda la Iglesia latinoamericana vivir en estado de misión, nos alientan las palabras del papa Francisco: “El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera. Si uno no lo descubre a Él presente en el corazón mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie” (Evangelii gaudium, 266). A toda la comunidad de la Catedral, le pedimos que nos tengan presentes en la oración, así como nosotros rezaremos por ustedes.


REFLEXIONES Mechi Ruiz Luque

mechiruizluque@gmail.com

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@mechiruizluque

Lo importante Quizás el armar los bolsos para irnos de vacaciones nos ayude a pensar en qué es lo realmente importante. Hace algunos años, con una amiga nos fuimos de mochileras al Sur. El hecho de que fuéramos a un lugar fresco, pero en verano, dificultaba la selección de ropa para llevar. Tampoco ayudaba la cuestión de que íbamos a estar subiendo montañas, pero también paseando por ciudades. Queríamos recorrer grandes distancias a pie, pero además sentarnos a la orilla de algún lago a tocar la guitarra o a leer. La conclusión de todos estos dilemas terminó en la resolución de llevar todo, y de repente nos vimos viajando con dos mochilas grandes cada una, la carpa, bolsas de dormir, una matera, una guitarra y la vida misma cargada sobre nosotras. Al año siguiente, hice otro tipo de viaje. Esta vez decidí llevar lo mínimo indispensable, y así fue que salí sin otra cosa que una mochila de 50L. Les puedo asegurar que no me faltó nada en todo el viaje: cuando tuve hambre, compré comida; cuando surgió la oportunidad de cantar en un bar, me prestaron una guitarra; cuando tenía ganas de tomar mate, encontraba gente que me invitaba a su ronda… Si bien fueron dos estilos de viaje distintos – ambos igual de lindos y memorables – en el segundo conté con una independencia que no había tenido en el primero. Tuve la posibilidad de desplazarme liviana y libremente, de no preocuparme por una gran cantidad de pertenencias, de confiar

en las oportunidades que se iban presentando en el camino y de arreglarme creativamente con lo que entraba en una mochila. La clave para caminar es ir sin mucha carga. Es prudente ir bien equipados pero, si queremos avanzar, no podemos llevar todo con nosotros. ¿De dónde será que sacamos esa manía de llevar todo “por las dudas”? ¿Por qué nos preocupamos por tantas cosas que no son indispensables? Les hago esta propuesta, que también hago mía: para esta etapa de tantos movimientos, discernamos qué es lo importante y centrémonos en eso. Quizá no sea necesario andar a las corridas, llenarnos de compromisos de fin de año ni comprar millones de regalos. Quizá baste con reunir a la familia, celebrar la Navidad, planear un lindo viaje o juntarnos con amigos. Vale más ofrecer una simple sonrisa que un montón de regalos. Vale más el hecho de reunirnos que el de comer abundantes platos elaborados. Vale más el estar en paz con quienes nos rodean que el estar estresados por la cantidad de cosas que “hay que hacer”. Que nuestro próximo viaje – o los festejos que se avecinan, o lo que nos toque vivir – sea una oportunidad para pensar qué es lo verdaderamente importante para descubrir cuáles son los tesoros que vale la alegría conservar. Buenas vacaciones y hasta la próxima edición de Bienaventurados (marzo 2017).


3 de diciembre

6 JÓVENES

Llamarlos por su nombre

Día Internacional de las personas con Discapacidad

“La gente tiende a vernos como superhéroes. Para todos somos súper tiernos, súper cariñosos y vemos siempre al mundo con amor. Parece que les resulta difícil encontrar una manera de describirnos; no saben si decirnos chicos con capacidades especiales, o chicos discapacitados, o “downs”… Yo soy Marco, ¿por qué no pueden llamarme por mi nombre? ¿Qué es lo que no me permite a mí ser considerado normal? ¿Qué es normal?”.

Marco Chirino – Stand up: Cómico Musical ¿Qué es el Arte? – TESTIMONIO DE MARTU PEIRE Me llamo Martina Peire y tengo 20 años. Estudio en el IAG en el centro. Desde chica me gusta mucho cocinar; sueño con ser chef. Escucho música todo el tiempo y me encanta bailar; voy a clases de hip hop, juego al tenis en el Club Náutico de San Isidro y tengo un grupo de running. Hago entrenamiento y bicicleta; musculación y computación; voy a un grupo de Down is Up, de Best Buddies y a Sumando, y hago un taller de Vida autónoma. También hago náutica y curso en Cascos Verdes en la Universidad de San Andrés. Tengo ratos en la semana en los que estoy con mi familia. Me gusta ayudar a mamá con las cosas de la casa. Mi hermana Bere vive en Chile con las tres locas de mis sobrinas. A veces ellas me hacen lío en mi cuarto y se meten con mis proyectos. Mi hermano Joaco está casado y tiene un hijo. Lo elegí como padrino de confirmación porque Dios me dijo que lo eligiera. Para mí, que sea mi padrino es que esté conmigo, ir a la casa y que me acompañe. ¿Mi relación con Jesús? Me hace bien hablar con Jesús porque me ayuda con los problemas. Nunca me enojo con Él porque Él es mi amigo. Fui al colegio Nuestra Señora de la Unidad y ahí conocí a Ani y Ochi (Sol). Somos amigas desde muy chiquitas. En las clases me sentí muy cómoda con mis amigas; las quería mucho. A mí me hace bien estar con ellas porque me saco los problemas y la tristeza y nos divertimos. Es muy difícil tener Síndrome de Down,

pero me gusta. Es difícil porque me cuesta. Me da vergüenza que me confundan o que me traten como a una niña. El Síndrome de Down ayuda a aprender a conocer a la gente. A veces me da tristeza que la gente no ponga a la persona antes que a la discapacidad. Yo soy Martu Peire y el Síndrome de Down es una parte de lo que soy.


JÓVENES 7

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TESTIMONIO DE LAS AMIGAS DE MARTU ¿Quién es Martu para nosotras? Una amiga. Alguien que siempre está dispuesta a escucharnos. Para los momentos difíciles, Martu es de pocas palabras. Siempre percibe los momentos en los que estás mal, se hace presente con un simple “¿qué pasa?”, y logra calmarte con un “tranquila. Es la vida”. Llevamos 14 profundos años de amistad caminando junto al resto de nuestras amigas. Compartimos risas, charlas, lágrimas y programas; actividades y eventos del colegio; momentos que nos fueron uniendo y nos ayudaron a crecer juntas en la amistad. Tener a Martu en la clase fue un privilegio. Nos abrió los ojos, nos ayudó a sacarnos el miedo a lo “diferente” y a tratarla como lo que es: una amiga más. Martu es fuente de alegría y energía. Es muy humilde. Va por lo que quiere. Se deja sorprender por lo más simple;

no es de preocuparse por mucho, lleva una vida liviana. Es abierta a todas las personas; acepta a todos por lo que son y por lo que dan. Va por la vida cantando y bailando. A medida que fueron pasando los años nos dimos cuenta de que lo que hacía especial a Martu no era una cuestión genética. Martu era especial porque nuestra amistad lo era, porque nos queríamos las unas a las otras por todo lo que éramos. Muchas veces fijamos cierto estereotipo de los chicos con Síndrome de Down. Los etiquetamos como los tiernos y cariñosos. Pero

hay tanto más que eso. Nosotras no queremos solo a la “Martu tierna”. Queremos a la Martu que es celosa, sensible y buena actriz para llamar la atención. Queremos a la vaga que se queja cada vez que tiene que ir a la facultad y que anhela su momento de “hacer fiaca”. Queremos a la Martu que se enoja cuando la molestás, gritándote: “¡No me hinches las petuñas!”. Pero por sobre todo queremos a Martu en su totalidad. Por todo lo que es. Nuestra invitación es a centrarnos en lo más importante: cada uno es especial, cada uno es diferente y cada uno es único. Los chicos con Síndrome de Down no son todos iguales, cada uno tiene su don, sus habilidades, sus pasiones y sentimientos. ¡Como también sus defectos! Abramos un poco la mente y busquemos a esa persona única que se encuentra por detrás de la etiqueta, y por encima de su “discapacidad”. (Por Ochi Perez y Ani Gorostiaga)

TESTIMONIO DE BETTINA TARTARI, MAMÁ DE EMI Mi hija se llama María Emilia. Tiene 9 años. Nació con microcefalia y atrofia cerebral. No camina, no habla, no come (se alimenta por botón gástrico), apenas sostiene su cabeza. Pero sonríe si está a gusto, mira si algo le llama la atención, reconoce voces, reconoce melodías y a veces se ríe por contagio. No quiero caer en la tentación de hacer de este relato una especie de spot de televisión en el que la discapacidad se transmita como una realidad dulce, dorada y perfumada. Ni quiero, menos, inventar un poema trágico y angustioso. Sí quiero narrar algunas ideas sinceras de una madre frente a una hija limitadísima. Lo cierto es que tengo claro que lo más adecuado para la vida de todos hubiera sido que las cosas no ocurrieran así. Que lo que deseé con todo mi corazón fue llevarla de la manito caminando hasta su colegio, comprarle caramelos, mirarla correr con el pelo al viento, escuchar su voz pronun-

ciando “mamá.” Cuando supe que nada de esto iba a llegar, nunca, nunca, hubo un largo camino de duelo. Pero, afortunadamente, por fin llegó el momento de decir como dice el bolero, “contigo aprendí a ver la luz del otro lado de la luna, contigo aprendí que tu presencia no la cambio por

ninguna.” Fue así. Al final, aprendí, casi con nada, a relacionarme con el centro de esa persona a la que le tocó vivir la vida desde su sillita de ruedas. Más allá de sus capacidades o discapacidades, alguna parte mía, no sé cuál, puede acariciar en ella el destello de vida que es común a todo ser humano. Puedo palpitar junto a su piel y a su alma, participando junto con ella de un espíritu mayor que a todos nos abarca. Y en eso somos iguales. En ese espíritu me reconozco a mí misma, a ella, a toda la humanidad. Y, por eso creo que hay un cierto gozo, después de todo, en conocer la luz del otro lado de la luna. Descubrir el equilibrio delicado y perfecto que a veces encontramos en el amor y el dolor, me serena y me allana el camino para poder amarla más y mejor.


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COMUNIDAD

Flor Tapia Gomez

flor.tapiagomez@gmail.com

@FlorTapiaGomez HACIA 199 0.

EN 1960. MINARIO E S L A É ENTR CUANDO

CON JUAN PABLO II EN ROMA, EL 15 DE OCTUBRE DE 1986.

¿Quién es nuestr Pedro, tus bodas de oro sacerdotales son una oportunidad para conocerte más. ¿Podés hablarnos de tu familia? Nací en Buenos Aires, pero vivíamos en Martínez. Vengo de una familia muy grande: somos 12 hermanos, de los cuales soy el único que no se casó. Tengo 47 sobrinos, muchos casados, y 68 sobrinos nietos. La familia completa es de más de 150 personas y está dispersa por el mundo. Mis últimos sobrinos nietos nacieron en Londres y Madrid, el siguiente lo hará probablemente en Vancouver (Canadá). Mis hermanos mayores nacieron en Bélgica, yo soy el sexto y el primer argentino. La fe se vivía en casa, rezábamos e íbamos a misa. Fuimos a colegios católicos, recibimos los sacramentos y todos se casaron por Iglesia. ¿Cómo fue tu camino para ser cura? Mi casa fue el primer lugar donde surgió la vocación. Gracias a las igle-

sias y colegios a los que fui, la figura del sacerdote empezó a ser algo normal en mi vida. Cuando sentí el llamado, no fue insólito. Entré al seminario a los 17 años, pero dos años antes, en un retiro del colegio, había decidido mi vocación. En esa época lo normal era entrar al seminario menor, que era para chicos que ingresaban a los 11 o 12 años. El de San Isidro era distinto, solo podían entrar los que habían terminado el secundario o tenían más de 18 años. Todos mis compañeros eran mayores que yo. Solo uno tenía mi edad, pero dejó en seguida. Era un seminario donde prevalecía la autoformación, era revolucionario y totalmente distinto a los demás. Cuando uno entra, tiene una idea bastante clara de que Dios lo llama, pero en el camino surgen interrogantes, es un gran momento de reflexión e introspección. En mi quinto año de estudios, abandonó un cura muy amigo y entré en una gran crisis, que pude resolver y seguir adelante.

Durante todo ese tiempo de formación se desarrolló el Concilio Vaticano II, que fue una época de cambios muy fuertes en la Iglesia. Yo fui ordenado al año siguiente de terminado el Concilio.

¿Cómo viviste tu sacerdocio en estos 50 años? La vida del sacerdote diocesano está íntimamente ligada a su ministerio, a las personas y comunidades que acompaña, a las tareas que realiza. Cuando fui ordenado había muy pocos sacerdotes y debíamos asumir múltiples tareas simultáneas en las parroquias, instituciones y colegios que dependían de la diócesis. En mis primeros 25 o 30 años de sacerdocio trabajaba de 12 a 14 horas diarias. Era agotador, pero fui muy feliz al desgastarme en el servicio por la gente y la Iglesia. En los últimos 20 años pude dejar en manos de otros muchas de las tareas que antes debía asumir personalmente. Me concentré en la aten-


COMUNIDAD 9

CON ALBE RTO E YVO NNE CUMPLIER ON 65 AÑO , MIS PADRES, CUAN DO S DE CASA DOS. 1998 .

DESPEDIDA DE LOURDES EN DICIEMBRE DEL 76. ATRÁS: JORDI CATARINEU, MI MEJOR AMIGO.

MA, 6.

stro párroco? ción de la Catedral. Cambió la tarea, fue menos dispersa y más concentrada. También fui feliz al hacerla. En todo momento conté con la ayuda y compañía de excelentes sacerdotes, religiosas y laicos. Sin ellos, ciertamente no hubiera podido cumplir con lo que la Iglesia me encomendaba. La catequesis ocupó siempre un lugar importante en mi vida. Con un equipo excepcional, introdujimos la catequesis familiar en el país, escribimos libros, dictamos cursos, etc. Es muy gratificante comprobar que a lo largo y a lo ancho del país muchos miles de familias descubrieron o redescubrieron la fe gracias a esta catequesis. Actualmente trabajo menos horas, porque ya no tengo las energías de mi juventud y priorizo la predicación y la atención de personas que vienen a confesarse o a charlar conmigo.

¿Qué sentís sobre tus años como párroco en la Catedral? Fueron 23 años muy intensos por

la dimensión pastoral que tiene la parroquia, con tres capillas, 3.000 personas que asisten semanalmente a misa, varios grupos de reflexión y servicio. Es muy importante la pastoral de jóvenes, que reúne a más de mil chicos en diversos grupos. En su territorio hay nueve colegios a los que acompañamos pastoralmente. Además, el estado del templo exigió encarar la restauración, porque estaba a punto de colapsar. Los trabajos demandaron diez años de esfuerzos para conseguir los fondos y realizarlos.

¿Cómo era ser cura hace 50 años y cómo es hoy? El mundo y la Iglesia cambiaron. El ministerio sacerdotal cambió. El sacerdote está más en contacto con el mundo y comparte más la tarea con el laico. Hay más ámbitos de actividad pastoral. La dimensión social y de los pobres adquirieron mucha más importancia. Las exigencias para la recepción de los sacramentos ahora son más abiertas. Los

cambios son grandes y muy positivos. Seguro vendrán aún más. ¿Cómo vivís este aniversario? Como una gran acción de gracias a Dios, a mi familia, a los obispos con los que estuve, a los sacerdotes que me acompañaron, a las religiosas y los laicos de las distintas comunidades. De cada uno he recibido mucho y tengo mucho para agradecer. También quiero pedir perdón por mis errores, limitaciones y lo que no supe hacer. Una anécdota… Mi mejor amigo sacerdote es el que fue mi primer vicario. Pero al principio nos costó adaptarnos. A poco de ser nombrado, el obispo le preguntó cómo se sentía en la parroquia. Su respuesta fue que todo bárbaro, salvo Pedro con quien no se entendía para nada. Dicho eso, le pidió que ni bien pudiera lo trasladara, porque nunca íbamos a entendernos. Pero con el tiempo, las cosas cambiaron.


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COMUNIDAD

Jardín Maternal Sagrada Familia

Hace más de 18 años nacía el Jardín Maternal Sagrada Familia como respuesta a una urgente necesidad de la zona: la primitiva guardería ubicada en la capilla Nuestra Señora de la Ribera, lugar donde las mamás dejaban a sus niños para poder salir a trabajar, se había visto obligada a cerrar sus puertas. En el año 1994, se estudió la posibilidad de volver a abrirla. Para aquel entonces, los salones de la capilla estaban ocupados y el espacio disponible era insuficiente. Pero con el apoyo de la Catedral, se resolvió construirla en un lugar más cercano a la villa. En dicha oportunidad se constató que los criterios educativos demandaban no solo el simple cuidado de los niños con algunas voluntarias, sino que había que brindarles

alimentación, asistencia sanitaria y estimulación temprana. Ello llevó a la imperiosa necesidad de que hubiera un jardín maternal en la zona y con personal idóneo permanente: así se fundó nuestro jardín Sagrada Familia. El terreno de la calle Martín y Omar 1135, donde está ubicado el jardín maternal, fue comprado gracias a las colectas que se realizaron durante el período de Adviento y Navi-

dad de 1994 en las puertas de la Catedral y de las capillas del Bajo. En los años subsiguientes y con el mismo método, se consiguió lo necesario para rellenarlo y edificarlo. Sagrada Familia abrió sus puertas en marzo de 1998, y desde entonces brinda sus servicios a 30 chicos de entre 45 días y 3 años, entre las 7:30 y las 13 h. Cada día, los niños reciben un desayuno y un almuerzo saludable. Según la edad y etapa, se les brinda estimulación temprana y diversas formas de recreación y se desarrollan hábitos de higiene. Además se intenta acompañar a las familias en las necesidades que van presentando, y se ofrecen espacios de aprendizaje y encuentro para los adultos. Creemos que durante la primera infancia los niños dependen, casi


COMUNIDAD 11 absolutamente, de otros que velen por su cuidado, su crecimiento y su desarrollo. Es una etapa clave en la historia personal de cada niño o niña, que genera huellas relevantes para su vida personal y educativa futura. Este año hemos dado algunos pasos de crecimiento que nos parece importante agradecer, celebrar y compartir. Por un lado, el acompañamiento y perfeccionamiento de las trabajadoras del jardín, a través de reuniones acompañadas por gente de Cáritas diocesana, así como de profesionales del ámbito de la salud y de la pedagogía. La integración en las reuniones de red de jardines y la participación en el foro anual de niñez, adolescencia y familia, organizado por Cáritas Diocesana. Por otro lado, también estamos realizando importantes mejoras en el mantenimiento del edificio, reparando sus techos, algunas de sus estufas y ampliando y protegiendo el patio descubierto. También se ha rearmado un equipo de conducción integrado por varios laicos de la comunidad, de las distintas capillas y del área de Cáritas, bajo la conducción del sacerdote, para una mejor supervisión de las actividades del Jardín y para la búsqueda de recursos, con el fin de brindar a los niños y sus familias un servicio cada día más eficiente. Al ya histórico compromiso mensual del Proyecto Esperanza de la comunidad de padres del colegio San Juan el Precursor, se ha sumado también como nuevo donante la fundación Grupo Unidad, con un significativo compromiso mensual que nos ayuda ante la difícil realidad inflacionaria. Hemos ofrecido también algunos talleres de reflexión para madres del jardín, abiertos a familias del barrio. Por último, para una mejor atención de los niños, hemos convocado en diversos momentos del año a voluntarios para ayudar en las salas. La respuesta fue muy buena. Se incorporaron varias madres que, organizadas en días y horarios, acompañan y fortalecen la presencia en las salas. Seguiremos con estas iniciativas, ojalá otros quieran sumarse. Hay mucho todavía por seguir haciendo. Los fondos para el funcionamiento provienen de donaciones, contribuciones mensuales y principalmente de la colecta que cada año se hace en la Catedral y en las capillas en Adviento y Navidad. También hay un convenio con el ministerio de desarrollo de la Provincia de Buenos Aires que, sin embargo, no es suficiente para sostener los gastos operativos del jardín ni para planifi-

car mejoras. Este año lanzamos la campaña de Adviento 2016 “TU APORTE EVANGELIZA”, orientada a recaudar fondos para el sostenimiento económico del jardín, que implica: pago de sueldos y aportes, mejoramiento en cuestiones de infraestructura y seguridad, y materiales que favorezcan la estimulación y educación de los niños. La campaña se extenderá hasta el 25 de diciembre. En todas las misas a celebrarse los fines de semana en la Catedral y capillas, habrá personas con urnas para que cada uno de nosotros, como comunidad, pueda contribuir con esta gran y linda misión. Este tiempo ha de caracterizarse por un esfuerzo personal y comunitario para crecer en comunión con los sentimientos de Jesús: “Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza” (2 Cor.8,9). El mejor camino es la generosidad. El Adviento, tiempo de preparación, nos ofrece la oportunidad de crecer en el amor concreto con aquellos que más lo necesitan. Según las distintas posibilidades, cada uno podrá elegir la manera de ofrecer una respuesta al Dios que nos sale al encuentro en nuestros hermanos más necesitados. “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo” (Mt.25,40). La acción evangelizadora de nuestra comunidad parroquial quiere ser signo de la misericordia de Dios, con gestos y palabras. El Jardín Maternal Sagrada Familia es la expresión concreta. Para poder llevar adelante la tarea, se necesitan recursos humanos y económicos. Por eso, en este tiempo de Adviento en el que nos preparamos para celebrar al Dios con nosotros, la comunidad pone en marcha su campaña: “Tu aporte evangeliza”.

¿TE GUSTARÍA COLABORAR CON EL JARDÍN? • Podés hacer un aporte a través de la cuenta de BBVA, Sucursal 154, San Isidro. CTCE 154-006733/3. OBISPADO DE SAN ISIDRO. SAGRADA FAMILIA. CUIT 30609906738. CBU 0170154420000000673330 • Podés llamar a la secretaría parroquial de lunes a viernes de 8.30 a 12 h y de 16 a 20 h al 4743-0291/4990


12 REFLEXIONES


AVISOS MIÉRCOLES 7 DE DICIEMBRE BODAS DE ORO SACERDOTALES DE NUESTRO PÁRROCO P. PEDRO OEYEN 19 h. Misa concelebrada de acción de gracias. El Coro de la Catedral cantará la Misa Criolla. Luego prolongaremos los festejos en la casa parroquial, Anchorena 469. Invitamos a toda la comunidad a unirse a esta gran alegría.

JUEVES 8 DE DICIEMBRE (Precepto) SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Horarios de misa como el domingo: 9.30, 12.30, 19 y 20.30 h. 12.30 h. Se consagrarán a la Virgen los niños nacidos o bautizados este año. 19 h. Concluirá la misión de la Virgen por las casas. Al finalizar se hará una procesión con su imagen hasta la ermita de Ituzaingó y Cosme Beccar.


AVISOS HORARIOS DE MISAS DE NOCHEBUENA Y NAVIDAD CATEDRAL Nochebuena: 24 de diciembre a las 21 h (se suspende la de 19 h). Navidad: 25 de diciembre a las 5 - 9.30 – 12.30 – 19 - 20.30 h. A partir de las 2 de la mañana se hará una velada de oración acompañando a Jesús recién nacido, que culminará con la celebración de la Eucaristía a las 5 h.

CAPILLA SANTA MARÍA DE LA CABEZA Nochebuena: 24 de diciembre a las 20 h (no habrá misa el 25).

CAPILLA STELLA MARIS

Nochebuena: 24 de diciembre a las 20 h (no habrá misa el 25).

CAPILLA NUESTRA SEÑORA DE LA RIBERA

Nochebuena: 24 de diciembre a las 20 h (no habrá misa el 25).

CAPILLA STELLA MARIS RETIRO PARA NIÑOS Miércoles 14 de diciembre a partir de las 18 h. Consultar con Pulgui: 4743-4031. PESEBRE VIVIENTE Miércoles 21 de diciembre 19,30 h. Después se hará un encuentro comunitario (llevar bebidas y algo dulce).

CAPILLA SANTA MARÍA DE LA CABEZA PESEBRE VIVIENTE Sábado 17 de diciembre a las 17,30 h (ensayo el día anterior).

HORARIOS DE MISAS EN CATEDRAL EN ENERO Y FEBRERO Domingos: 9.30 – 12.30 – 19 - 20.30 h. Días de semana: Del 2 de enero al 11 de febrero: lunes a sábados: 19 h. Del 13 al 28 de febrero: lunes a sábados: 10 y 19 h.

HORARIOS DE SECRETARÍA EN CATEDRAL Enero: Lunes a viernes de 17 a 20 h. Febrero: Lunes a viernes de 8.30 a 12 h.

LAS CAPILLAS DEL BAJO PERMANECERÁN CERRADAS EN ENERO Y FEBRERO




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