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CATEDRAL DE SAN ISIDRO - SANTA MARÍA DE LA CABEZA NUESTRA SEÑORA DE LA RIBERA - STELLA MARIS
Año 17
Octubre 2020 n 165
Distribución gratuita CatedraldeSanIsidro
¡Gracias, docentes! Anato-mía
El amor corporal de Jesús
P. Carlos Avellaneda P. Pedro Oeyen P. Juan Manuel Bianchi Jazhal Wenceslao Gómez Caride José Hamed Lunes a viernes 8, 10 y 19 h Sábados y feriados 10 y 19 h Domingos 9.30, 12.30, 19 y 20.30 h
Diarias: media hora antes de la misa de 19 h Dominicales: media hora antes de cada misa De lunes a viernes de 8.30 a 12 y de 16 a 20 h Adrián Beccar Varela 530 Tel.: 4743 0291/4990 Atiende en Anchorena 469
Elcano 172, Acassuso Tel. 4742 7198 Horarios de misa:
sábados 19 h (de niños) domingos 11 h
Horarios de secretaría: jueves 15 a 17 h sábados 16 a 18 h
33 Orientales 1301, Beccar Horario de misa: domingos 11 h
España 1016, Beccar Horarios de misa:
sábados 19.30 h (de niños) domingos 11 h Distribución gratuita Tirada: 3.000 ejemplares 1era edición: año 2004
Director Padre Pedro Oeyen Dirección y coordinación Mechi Ruiz Luque Diseñadora Mechi Brousson mercedesdesign@gmail.com Correctora Sofi Costa FB e IG: Lantia Traducciones Ilustradora Paula Martínez reynartallerdecuentos@gmail.com Redactores Cata Beccar Varela Mechi Ruiz Luque Juanjo Mayer Felipe Dondo Teby Mentruyt Álvaro Panzitta Community Manager Juanjo Mayer
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CARTA DEL PÁRROCO
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El amor corporal de Jesús El mes pasado reflexioné con ustedes sobre la meditación de la Palabra de Dios en tiempos de distancia social, que nos impide reunirnos para celebrar la misa. Esta vez quisiera hablarles de nuestra necesidad del encuentro corporal para hacer la experiencia del amor del Señor y para alimentar nuestra fe. Si recorremos los evangelios, es habitual ver a Jesús haciendo sus milagros y curaciones mediante el contacto corporal. Tomemos algunos ejemplos: - extendiendo su mano, tocó al leproso y lo sanó (Mt. 8, 3); - tocó la mano a la suegra enferma de Pedro, y se le fue la fiebre (Mt. 8, 14-15); - sanó a dos ciegos tocando sus ojos (Mt. 9, 29-30; 20, 30); - untó barro hecho con saliva en los ojos de otro ciego, y también lo sanó (Jn. 9, 6); y - de modo sorprendente, revivió al hijo único de la viuda de Naím tocando el féretro (Lc. 7, 14-15). En todos estos casos, Jesús expresa su amor sanador mediante el contacto corporal. También sana a la mujer enferma de hemorragias tras haber sido tocado por ella (Mt. 9, 20-22). Y es conmovedor verlo abrazar a los niños y bendecirlos, proponiéndolos como el modelo espiritual para quien quiera ser el primero (Mt. 9, 36; 10, 15-16). Con tanta cercanía y contacto corporal de Jesús con la gente, comprendemos mejor la necesidad de sus discípulas de abrazar su cuerpo resucitado, en el intento de retenerlo corporalmente con ellas (Mt. 28, 9; Jn. 20, 17), o la urgencia de Tomás por poner su dedo en el costado de Jesús para poder creer (Jn. 20, 25-27). El mismo Jesús resucitado pide no ser confundido con un espíritu y anima a sus discípulos a que toquen su cuerpo y luego come pescado asado con ellos (Lc. 24, 37-43). ¿Cómo hicieron los primeros creyentes para prolongar los encuentros con Jesús resucitado una vez que ascendió al cielo y ya no estuvo físicamente con ellos? Sabemos que los
Cuerpo sacramental que es tomado en las manos y comido con la boca. Contacto físico que, vivido en la fe, une espiritualmente al Señor resucitado. cristianos se reunían asiduamente para escuchar las enseñanzas de los apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones; que vivían íntimamente unidos, partían el pan en sus casas y comían juntos con alegría y sencillez (Hch. 2, 42-46). La ausencia física de Jesús no les impedía entrar en comunión con Él porque la comunidad reunida físicamente en un lugar comía, oraba y escuchaba la enseñanza apostólica. Pero, de modo muy especial, aquella “fracción del pan” no era otra cosa que el ritual de la Eucaristía celebrado en las casas. El mismo Jesús les había dejado un mandato muy claro: “Hagan esto en memoria mía” (Mt. 22, 19). Entonces, la reunión física de los discípulos en un mismo lugar provocaba entre ellos una íntima comunión espiritual porque se hacía presente de modo nuevo el mismo Jesús: “Tomen y coman… esto es mi cuerpo” (Mt. 22, 19). Cuerpo sacramental que es tomado en las manos y comido con la boca. Contacto físico que, vivido en la fe, une espiritualmente al Señor resucitado. Todos extrañamos la reunión física en un mismo lugar para tocarnos en un abrazo de paz, arrodillarnos, pararnos, caminar, orar y cantar juntos. Sobre todo, para comer el cuerpo sacramental del Señor. Es así que experimentamos su amor sanador. Mientras llega ese momento, pidámosle que Él sostenga nuestra esperanza. Un abrazo a todos. Carlos.
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PADRE PEDRO
¡Gracias, docentes!
En estos tiempos difíciles que nos toca vivir, muchas veces se ha destacado la entrega del personal de salud, seguridad y servicios, quienes han visto multiplicado su trabajo por el bien de la comunidad, esforzándose a veces con riesgo de su propia salud y vida, aun cuando los insumos fueron escasos. Durante varias semanas incluso se los aplaudía todas las noches. Estoy totalmente de acuerdo con esos homenajes y con que se reconozca el sacrificio extra que esta pandemia les demandó, afectando incluso su vida familiar. Todo lo que se diga es poco. ¡Muchísimas gracias! Pero es justo reconocer que la pandemia afectó la vida de la mayor parte de la población y demandó un mayor esfuerzo a muchos. Los padres que tienen hijos chicos y los tuvieron todo el día en casa no pudieron salir a trabajar, ni contaron en general con personal de servicio; los empleados que tuvieron que realizar su trabajo desde sus casas sin las facilidades y tranquilidad de la oficina, etc. Sin contar a todos los que se quedaron sin trabajo y sin recursos… Pero hoy quiero destacar la tarea de un grupo de personas que han visto multiplicado su trabajo y a quienes se les ha pedido un esfuerzo superior al habitual: los docentes de todos los niveles. Los maestros y profesores muchas veces ya no gozan
del respeto y la autoridad que tenían hace unos años. A menudo son cuestionados y criticados por sus alumnos o sus padres, incluso hay casos en que se los ha agredido físicamente cuando ponían una mala nota o imponían un castigo a un chico indisciplinado. En condiciones normales, hoy en día es difícil captar la atención del alumno y despertar interés por lo que se les enseña, ni hablemos de lo complicado que es transmitir valores o educar además de enseñar. Con la cuarentena y el consiguiente cierre de escuelas, colegios y universidades, de golpe entró en crisis el sistema establecido y hubo que buscar otros caminos para conectarse con los alumnos. Sin duda, las redes y toda la tecnología digital fueron de gran ayuda, pero para muchos exigió el aprendizaje de las aplicaciones correspondientes y de los nuevos modos de
interactuar con los alumnos, enseñarles, acompañarlos y evaluarlos. Se transformaron los horarios, no sólo para dictar su materia, sino para reunirse con otros docentes, los directivos y los padres. Ya no hubo una neta separación entre las horas de trabajo y el tiempo dedicado al hogar, a cualquier hora hay un llamado, una pregunta, una consulta o un reclamo. Insisto en lo que decía al comienzo: muchos vieron que sus vidas, ritmos, horarios y obligaciones cambiaron y tuvieron que adaptarse. Tuvieron que hacer sacrificios, postergar aspiraciones o renunciar a ellas. La pandemia y cuarentena les cambió la vida, y no para bien. Pero hoy quiero homenajear a los docentes que supieron poner el corazón en su tarea, pues también sufrieron todo eso pero pusieron lo mejor de sí para cumplir con su vocación de servicio. ¡Muchas gracias!
DÍA DE LA MADRE 5 Por Helga Tartari Si me preguntan qué significa para mí ser mamá, la respuesta es “TODO”. No puedo definirme a mí misma de otra manera que no sea diciendo “tengo nueve hijos”. En cualquier lugar en donde necesito presentarme, darme a conocer, es como si necesitara contar eso antes que cualquier otra cosa. Y creo que es así porque mi ser madre es lo que me define en la vida, mi razón de ser, mi objetivo, mi alegría. Cuando me convertí en mamá, tuve la certeza de que había llegado al momento de la vida que siempre había esperado. Como si antes de ese acontecimiento hubiese estado preparándome para lo que iba a venir. Desde que empezaron a nacer mis hijos, siempre sentí esa sensación de estar en el mejor momento de la vida. Recuerdo el nacimiento de mis hijos como una fiesta. Los embarazos, el sentirlos moverse dentro de mi panza, los partos… todo era mágico y festivo. Y no hay palabras para explicar esa experiencia de verlos por primera vez cara a cara, la piel calentita y ese olor a bebé que queda grabado en nuestro interior para siempre. Ya desde el principio te das cuenta de que tu vida ya no es más tu vida sino tuya y de tus hijos. No hay momento en que uno no los piense. Quizá las mamás podamos estar distraídas con muchas cosas, pero, cuando se trata de nuestros hijos, el oído está atento. Cuando son chiquitos, nos inquieta el silencio prolongado y nos decimos “mucho silencio, ¿en qué andará?”. Cuando son grandes, nuestro oído y nuestro corazón escuchan sus inquietudes, alegrías, problemas y sus cuentos de adolescentes que tanto nos hacen reír. Y también pienso mucho en las miradas. Ellos nos miran todo el tiempo. Estoy convencida de que cuando nos sabemos mirados somos mejores personas. Los hijos nos hacen mejores personas. Todo
Ser mamá
lo bueno que hay en nosotros se potencia al sabernos mirados por ellos y vamos tratando de cambiar nuestros defectos para intentar ser mejores para ellos. También es emocionante cuando uno ve cosas propias reflejadas en los hijos: actitudes de empatía hacia los demás, amor por la naturaleza, pasión por el deporte, alegría ante las cosas simples. Tu pensamiento siempre está dividido entre lo que vos necesitás y lo que necesita tu hijo. Lo llevás en brazos aunque vos misma estés cansada, lo acunás mil veces por noche si es necesario aunque vos necesites
dormir; y, si quedó poco de algo rico y tu hijo lo quiere, es para él, aunque vos mueras de ganas de comértelo. Y por todas estas cosas te sentís feliz. Porque cuando tenés un hijo salís de vos misma, aprendés a mirar al otro y no necesitás que esa personita haga ningún mérito para que la ames. La amás sólo porque es tu hijo. Me gusta pensar que así también es el amor de Dios por nosotros. Si me preguntan a qué le tengo miedo en la vida, la respuesta es a que algo malo les pase a mis hijos; y si me preguntan qué me hace feliz, la respuesta es que mis hijos lo sean.
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ESPIRITUALIDAD
Álvaro Panzitta
alvaro_panzitta@hotmail.com
buenascostumbres_ap
Perdonar nos libera El otro día, en un vivo de Instagram que hacemos semanalmente con una amiga, nos preguntaron por qué era bueno perdonar siempre. Teníamos claro que era una propuesta de Dios que nos habían enseñado de chicos, pero buscar en la experiencia personal a veces se nos hacía más difícil. En ese momento respondimos con un poco de teoría y un poco de testimonio. Pero, a la hora de volver a pensarlo para este artículo, me doy cuenta de que a veces acepto la propuesta de Jesús sin darle más vueltas; y, al querer animar a otros a perdonar, me quedo en un concepto que puede parecer abstracto. ¿Cómo puedo hablar del perdón sin caer en lugares comunes o al menos siendo testigo de que es verdad lo que la teoría propone? Voy a intentarlo. Ese día busqué una charla u homilía que me pudiera ayudar. Encontré una de Francisco, de marzo de este año. Lo primero que me llegó fue “la paz entre los hermanos atrae la benevolencia de Dios” por eso “siempre se debe perdonar”. Me parecía claro, y a la vez me hacía reflexionar pensando lo siguiente: si el Padre nos perdona siempre, está bueno imitarlo. Luego apunté al costado de la hoja “con el perdón, Dios nos libera el corazón, mientras que la tentación nos ata con el rencor”. Para mí estaba clarísimo. Ahora bien, ¿cómo poder testimoniarlo? Esta tarde recordé una situación particular. Hace unos meses fui a visitar a mis papás, después de un largo tiempo sin verlos. Tras escuchar con ellos la misa, me di cuenta de que, cada vez que estábamos juntos un rato largo, terminaba por
recriminarle a mi viejo alguna cosa del pasado. En mi interior se hizo una pausa, un vacío que a la vez estaba lleno de paz. Me iba arrepintiendo de vivir así nuestra relación. ¿Acaso no había perdonado las heridas de la adolescencia? Sí, estaba seguro de que sí. Entonces, ¿por qué en la práctica volvía la ironía que revuelve las llagas? Ese día terminé de perdonarlo, porque evidentemente lo que me asaltaba de vez en cuando era rencor. Y ese rencor me ataba al pasado y a un modo insano de vincularme con él, un modo que no terminaba de soltar la historia para poder vivir nuevas décadas distintas a las anteriores. Dios me estaba tendiendo la mano, liberando el co-
razón, dándome la oportunidad de restaurar uno de los vínculos más importantes de mi vida. Arrepentido de revolver tanto, le pedí perdón y le prometí empezar de nuevo. No quiero que mis hijos vean que su papá y su abuelo se llevan como perro y gato. Quiero que el perdón restaure y construya nuevas formas de vinculación, más sanas. En esto soy testigo de la paz y la libertad que nos genera perdonar a los demás. Sí, puede sonar abstracto si simplemente te lo dicen. E incluso puede que un breve testimonio tampoco alcance para probar que es cierto. Será que, en estas cosas, sólo descubrimos que es verdad cuando nos animamos a vivirlo.
7 SOCIEDAD COMUNIDAD 7 Felipe Dondo El 13 de octubre de 1492, Cristóbal Colón escribió en su diario 19 veces la palabra almadía para referirse a algo que no era exactamente eso. Las almadías eran balsas formadas por troncos amarrados entre sí, que servían para deslizarse río abajo en el norte de España. Sin embargo, lo que el navegante quería registrar era otra cosa: una embarcación alargada que consistía en un gran tronco ahuecado, en la que navegaban los habitantes del Nuevo Mundo. Esos aborígenes hablaban un idioma llamado taíno, que pertenece a la familia del arahuaco, y cuando se referían a esa embarcación utilizaban una palabra que a los españoles les sonó algo así como caná-oua. Unos días después, el 26 de octubre, Colón escribió en su diario el primer americanismo, es decir, la primera palabra que América le regaló al idioma castellano: canoa. A partir del 7 de diciembre, abandonó por completo el uso de la palabra almadía para referirse a esas pequeñas embarcaciones. Apenas tres años después, en Salamanca, el español Antonio de Nebrija incorporó oficialmente el término canoa al diccionario español. Las crónicas de los conquistadores están repletas de comparaciones y perífrasis para nombrar realidades que les resultaban completamente nuevas y para las que no tenían un término preciso. Por eso es habitual que los espa-
felipejmdondo@gmail.com
Una canoa cargada de palabras
ñoles hayan escrito león para referirse al puma, lagartos para los caimanes o peras para los aguacates. Pero con el paso del tiempo, detrás de canoa fueron sumándose cientos de palabras nuevas que se adaptaron a la pronunciación y a la grafía españolas, pero que conservan su origen americano. Del taíno vienen también cacique, hamaca, maíz (que significa ‘sustento de la vida’) o tiburón, por ejemplo. Del náhuatl tenemos chocolate (su significado literal es ‘agua agria’), tomate, chicle o apapachar (literalmente ‘ablandar algo con los dedos’). El guaraní nos dio caracú, jaguar, tereré, ñandú y tantas otras. Del quechua provienen cancha, pampa, cóndor, papa o yuyo. Así podríamos seguir por varias pá-
ginas… Entre los siglos XVI y XVIII vinieron alrededor de 500 mil españoles, mientras que en América había aproximadamente 50 millones de habitantes (eso se calcula). De Europa vino un idioma (con variedades dialectales, pero en definitiva, una sola lengua); en América se hablaban entre 1500 y 2000 lenguas, repartidas en 170 grandes familias. Es decir que, más allá de los aspectos discutibles de la colonización, es innegable que el idioma castellano funcionó como argamasa, como puente entre las distintas comunidades que hasta entonces vivían (algunas más, otras menos) bastante aisladas entre sí. Las lenguas originarias más importantes ya funcionaban parcial-
mente como vehículo de comunicación entre distintas regiones; sin embargo, también llegó al continente un conglomerado de lenguas africanas que no estaban emparentadas entre sí (fulani, yoruba, kongo, mbundu) y con las cuales el punto de encuentro fue el idioma español. Una lengua extraña para todos, pero que sirvió, como las canoas, para navegar de isla en isla, de cultura en cultura. Esas nuevas lenguas africanas también aportaron sus préstamos al naciente idioma americano: conga, merengue, quilombo, mambo, mondongo… Y así es como las palabras de mil mundos diferentes se amasaron para nombrar un solo mundo, diverso y conflictivo, pero compartido.
JÓVENES
LO QUE TRAJO LA CUARENTENA
VIANDAS SOLID
El amor de la comunidad, el tiempo de los voluntarios y la necesidad de un plato de comida hicieron de las viandas solidarias una realidad. De la mano del padre Juan Manuel, muchos de los jóvenes cocinan todos los sábados para compartir un plato de comida con la gente del barrio Martín y Omar. En esta edición, hablamos con Justo, Azul y Ceferino, jóvenes involucrados en este proyecto.
que semana a semana ayudamos a la gente del barrio, aunque sea un poco. ¿Qué es lo que más te gusta del proyecto? Lo que más me gusta del proyecto es la posibilidad de, como jóvenes, ponernos al servicio de nuestra comunidad. También es muy movilizante recibir mensajes de gente que quiere acercar donaciones, somos como un puente entre la gente y el barrio. Es muy lindo.
==> Justo Ramallo nos cuenta cómo surge la idea y cómo es la infraestructura y organización de este nuevo proyecto: ¿Cómo empieza el proyecto y por qué? Fue a principios de junio que con el padre Juan Manuel y un par de jóvenes más nos preguntamos qué podíamos hacer para dar una mano más en la comunidad. Y se nos ocurrió la idea de empezar a cocinar todos los sábados para entregar viandas en el barrio Martín y Omar. ¿Cómo es la organización de la cocina y cómo reparten la comida? Cocinamos en Anchorena, la casa parroquial frente a la Catedral. Siempre somos entre 6 y 10 personas, dependiendo del menú que hagamos y de la cantidad de manos que necesitemos. Siempre con barbijo, y manteniendo distancia entre cada uno. Empezamos a cocinar a las 10 de la mañana y terminamos alrededor de las 3 de la tarde. Preparamos 200 viandas (nos gustaría cocinar más pero la capacidad de nuestra cocina no da para más). Cuando terminamos, congelamos las viandas que se entregan el miércoles siguiente. ¿Cómo eligen el menú? El menú lo vamos variando semana a semana, según las donaciones que recibimos y la materia prima que ya tenemos. Los platos más habituales son pastel de papa, estofado de carne, y cazuela de pollo con arroz. Una vez preparamos 820 empanadas.
==> Cefe de Elías nos habla directo al corazón: Contanos sobre tu primera experiencia al llevar las viandas al barrio. La realidad es que, la primera vez que me acerqué al barrio, lo hice con un poco de temor al contagio de Coronavirus. Pasaba de estar encerrado en casa, solo con mi familia, a ir al barrio para llevar viandas a un comedor coordinado por gente que no conocía. Igualmente, todo esto se esfumó de inmediato apenas vi las caras de las chicas voluntarias que trabajan ahí. Una increíble mirada de ojos te dejaba saber que, debajo del tapabocas, tenían una sonrisa dibujada a lo largo de toda la cara. Tener la oportunidad de llenar la mesa grande del comedor con viandas que fueron posibles gracias a tantas donaciones y tantos voluntarios es la recompensa de saber que todo el trabajo va a desembocar en la alegría de muchísimas familias, que podrán disfrutar de una buena comida juntos. ¿Qué se siente en el corazón al saber que cada semana llevan un plato de comida a quien lo necesita? Cada vez que se entrega una vianda, el corazón se llena de esperanza y tranquilidad. Son tiempos difíciles para todos, y los que menos tienen siempre son los primeros perjudicados. Saber que hay grupos de personas que trabajan de manera voluntaria y donan lo necesario para que alguien que realmente lo necesita no se tenga que preocupar por un plato de comida, tanto para él/ella como para su familia, genera muchísima paz. Que sean tiempos difíciles no significa que no tengamos tiempo de pensar en los demás; y me encanta que, en el accionar entre todos, dejamos esto muy en claro.
==> Azul Benítez nos habla de la importancia de construir puentes: ¿Por qué sos voluntaria? Me gusta ser parte de este proyecto ya que es una forma de estar cerca de aquellos que más necesitan. Es hacer un pequeño aporte, algo con lo
DARIAS
PARA DONACIONES ECONÓMICAS:
¡NECESITAMOS DE TU COLABORACIÓN! Los jóvenes voluntarios necesitan de nuestra ayuda para conseguir alimentos y poder seguir armando las viandas. Acercá tu donación a Anchorena 469, frente a la Catedral, de lunes a viernes de 9 a 19 h. O ponete en contacto por WhatsApp con la secretaría de jóvenes: +54-911-3946-6952. ¡GRACIAS!
Por Cata Beccar Varela Tuve la suerte (o desgracia), hace 5 años, de entrar a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. El primer día de clases salí de casa muy nerviosa y repleta de miedos y mil preguntas: ¿sería esta la carrera indicada? Tomé el tren y después el subte, y el bajar en la estación y verme tan sola y tan pequeña frente al gigantesco edificio me llenó de adrenalina, y de una sensación que no puedo describir bien, pero que me gustaba. Llegué hasta la puerta de la primera cátedra de anatomía, hice la fila para entrar y, cuando finalmente llegó mi turno, el jefe de cátedra (con una cara de poquísimos amigos) me dijo: “Sin guardapolvo, no entrás”. Sí, con tantos nervios, me lo había olvidado en casa… y así fue que empezó esta historia de amor y odio que tengo hasta hoy con esta elección tan demandante e intensa, pero tan llena de sentido y universos paralelos. Y digo universos paralelos porque sentarme frente a mis libros es entrar en una esfera diferente, complicada, desafiante, muchas veces hasta abstracta; pero, al fin y al cabo, una esfera que palpita dentro de mí. Cada tanto, me gusta chequear que estoy viva. Llevo mis dedos hasta una de mis arterias carótidas y siento mi propio pulso. Me es inevitable, también, tirarme boca arriba (o, mejor dicho, en posición decúbito dorsal) en mi cama para colocar la membrana de mi estetoscopio sobre el abdomen y auscultar mis ruidos hidroaéreos (los ruidos de “la panza”). No lo hago porque sienta una muerte inminente ni porque me considere hipocondríaca, nada de eso. Lo hago porque me hace conectarme con mi yo orgánica, mi yo anatómica. ¿Qué más increíble que recordar que, además de mente y alma, somos también un cuerpo? ¿No es acaso una experiencia fascinante vernos en fotos y descubrir cómo nuestra contextura ha cambiado, cómo incluso nuestro rostro cambia año a año? Somos un sistema casi perfecto y, sin embargo, muchas veces, nos olvidamos de lo importante que es cuidarnos, querernos, aceptarnos frente al espejo. Creo entonces que el primer paso para cuidarnos es ser conscientes de lo que somos, valorar nuestro ser más primitivo y biológico, valorar y admirarnos de nuestro ser carnal. Ser conscientes es también jugar a descubrir, en los árboles sin hojas, el imponente árbol bronquial que se despliega en nuestros pulmones; es escuchar la respiración de quien duerme a nuestro lado y comprender que respira aun en la fase más profunda de su sueño. Es jugar a correr y sentir cómo el corazón galopa dentro de uno, siendo bomba que irriga cada uno de los músculos. Ser consciente es abrazar y sentir la temperatura corporal del otro y recordar al excepcional hipotálamo, centro termorregulador. Es comprender al deporte como un amigo fiel y vital. No es el objetivo de mis líneas hablar con lenguaje técnico y proponer consciencia de aquello que desconocemos, sino reconocer y dar lugar a la curiosidad de esto tan inmenso e inabarcable que es el cuerpo humano. Hoy leés este texto porque estás con vida, porque tu cerebro, tu corazón, tus pulmones y un grandísimo universo de sistemas se encargan de que tus ojos estén justo aquí. Seamos conscientes y cuidemos nuestro cuerpo tal como merece. Yo cuido y valoro la anato-mía, vos cuidá y valorá la anato-tuya. ¡Hasta la próxima!
REFLEXIONES Mechi Ruiz Luque
mechiruizluque@gmail.com
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@mechiruizluque
Un mundo de oportunidades A veces nos pasa que damos muchas cosas por sentado. No somos conscientes de todo lo que somos y tenemos, o lo suponemos como un derecho, como algo adquirido o merecido… y es en ese momento cuando dejamos de valorarlo. En esta ocasión, nos propongo animarnos a abrir los ojos y redescubrir que todo lo que somos, todo lo que tenemos, todo lo que nos rodea… TODO es un regalo. Antes pensaba que el agradecimiento surgía naturalmente de las personas felices. Pero recuerdo que una vez, después de escuchar una charla del hermano David Steindl-Rast, me di cuenta de que era al revés: la felicidad brota de las personas agradecidas. Si logramos ver que todo nos es dado de manera gratuita, vamos a poder tomar conciencia de todo lo que tenemos para agradecer. En este mundo acelerado, a veces es necesario detenernos a mirar para ser conscientes de que todo en esta vida es un don. Cada momento es un regalo: nosotros no hicimos nada para merecerlo o ganarlo. Y, en cada momento, la vida nos va dando oportunidades. Aprovecharlas o no es nuestra decisión. Pero para eso tenemos que estar despiertos, de-
jarnos sorprender y aprender a mirar con los ojos del corazón. Y al darnos cuenta de lo que los otros nos dan gratuitamente, ¡qué indispensable es agradecerlo! Poder expresarlo con palabras y decirle a un amigo lo bien que nos hizo su escucha, o a un padre lo mucho que valoramos su consejo, o a una madre lo rica que estaba la comida, o a un profesor lo interesante que fue su clase. Ninguno de nosotros sería lo que es si no fuera por nuestros padres, amigos, maestros... y por tanta gente que se cruzó en nuestro camino. Cuando nos demos cuenta de la cantidad de cosas que los demás hicieron y
hacen por nosotros, no hay manera de quedar indiferentes… ¡hay tantas cosas para agradecer! Aprendamos a vivir agradecidos, confiando en que Dios nos da todo lo que necesitamos a su debido tiempo. Incluso los momentos más difíciles siempre traen consigo oportunidades. Abramos los ojos, pero también las manos para poder recibir todo lo que la vida nos ofrece generosamente. Potenciemos nuestros sentidos: miremos, escuchemos, gustemos, sintamos. Disfrutemos y aprovechemos las oportunidades que se nos brinden a cada momento.
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SERVICIO paulipeinture@yahoo.com.ar La vida es movimiento, lo sabemos cuando nos detenemos a ver las cosas que se mueven. ¡Cuántos simples y maravillosos ejemplos! Como el amanecer de cada día, el sol que sale y nos regala su luz para volver a empezar. Nos detuvimos, pero el movimiento de vida permanece en nosotros y puja cada día por salir. Los niños y los jóvenes conocen esto muy bien. Porque son sabios, porque son inspiradores, porque tienen despierto aquello que nosotros los adultos muchas veces tenemos dormido por ocuparnos de lo que tenemos que hacer. Y nos olvidamos de lo simple y valioso de vivir en movimiento, dejando hablar al corazón para que nos lleve donde él sabe que es mejor para nosotros. Como psicóloga de niños y adolescentes, muchas veces he tenido la gracia de escuchar y observar el saber de la vida a través de ellos. A lo largo de esta pandemia, les he pedido que me compartan su sentir. El día del cumpleaños de Nino (6 años), su mamá invitó de sorpresa a su mejor amigo. Luego de 6 meses de no verlo, estaba emocinado: “este es el mejor regalo y no paro de jugar con él todo el día”. Otros, en sus primeras salidas a la calle después de varios días de reclusión, salieron contentos corriendo; pero inmediatamente querían volver a sus casas, a sus refugios. En sus casas se disfrazaban de superhéroes y tenían en la puerta de entrada armas para luchar con el enemigo que les impedía SER en su vida diaria. A otros, en un hermoso día de sol, los escuché llorar desde mi ventana: “quiero volver a casa, quiero volver a casa”. También escuché el temor de acercarse a la puerta de salida en su propia casa, ¿qué habrá detrás? Los jóvenes támbien aportaron sabiduría en sus palabras: “Estar en una burbuja es la sensación de esta cuarentena, hay que activarse y salir” (Mora). “Sacarle lo positivo, intentar adaptar-
Representantes del saber vivir
Paula Martínez
me y encontrar mis días positivos. La intriga, la incertidumbre sobre lo que va a pasar… nadie está seguro en un 100 %” (Santi). “Como todo en la vida, te acostumbrás, y poco a poco, sin darnos cuenta, se vuelve una rutina; el barbijo en la calle ya es un hábito”. “Todos manejamos la pandemia como podemos, cada uno vive la situación de forma diferente”. “La piloteo como puedo, aprendo cosas de mí misma y voy a salir renovada mostrando mis habilidades” (Olivia). También me compartieron sus agotamientos, sus aburrimientos, propios de tener su movimiento de vida atrapado. Como una máquina en movimiento sin poder tener el movimiento. Entonces, el movimiento del hacer se transforma en movimiento del pensar al reflexionar quiénes somos, qué valoramos, qué es lo importante. “Extraño juntarme a jugar al fútbol con mis amigos en el club. Esto lo veía como algo normal, y hoy me hace darle más valor” (Santi). “Quedarse en casa, no madrugar, pero también con ganas de salir, pasear, hacer deporte” (Flopi). “Disfrutar del cole desde la cama” (Rochi). “Al terminar esta pandemia creo que me voy a sentir rara por la costumbre de estar en casa” (Fati). ¡Cuánta sabiduría! Ellos ponen luz en nuestra oscuridad. Luz para recobrar lo simple, para saber adaptarnos, para saber que saldremos mejores, para saber que tenemos poderes como los superhéroes para hacer frente a lo que nos impide salir y vivir. La puerta a la vida, a lo nuevo, al sol de cada día está ahí para transitarla. La puerta de abrir los ojos y agradecer el poder ver algo nuevo cada día. Ellos tienen sus ojos llenos de luz y, como los faros, pueden guiarnos en la oscuridad de los temores adultos. Hemos dejado dormir ese saber que todos tenemos. El amor a la vida de cada día, que nos hace descubrir, en lo simple, lo valioso. Gracias por ser representantes del saber vivir.
El staff de Bienaventurados selecciona sus preferidos y te los comparte. ¡No te los pierdas!
MÚSICA CCK “Ofrendas musicales” Un ciclo de conciertos por streaming, todos los viernes y sábados de octubre a las 20 h. Las obras fueron grabadas sin público durante esta cuarentena y serán emitidas por el canal de Youtube del CCK. Más información en http://www.cck.gob.ar/.
SALIDAS Autocine “Jump” en Nordelta
Ballester Expo Libro
Se extiende la moda vintage de ver películas en el auto. El valor de la entrada no es por película, sino por vehículo (incluso podés ir con tu mascota). Se aplican todos los protocolos de seguridad del COVID-19. Muy importante: deberás llegar 30 minutos antes para que te ubiquen correctamente. Consultá la cartelera y los horarios en https://www.holilandia. com.ar/autocine.php.
Decenas de escritores e ilustradores, mayormente independientes, se congregan para acercarse a su público lector y dialogar sobre sus obras y sus secretos creativos, produciéndose así un encuentro en el que la magia de la Literatura se presenta en todo su esplendor. Seguilos en Instagram: https://www.instagram.com/ballesterexpolibro/.
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Rising Phoenix (Reino Unido, 2020) Este documental cuenta la historia de los Juegos Paralímpicos, desde sus orígenes posguerra hasta la actualidad. Te va a emocionar y te va a enseñar mucho: las dificultades de la vida no son otra cosa que desafíos para superarse.
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Un volumen que reúne los cinco libros de microrrelatos (cuentos brevísimos) que escribió esta ineludible escritora argentina. Son enigmáticos, bellos y sorprendentes. Ideales para tiempos de espera o como bocadito literario antes de irse a dormir. Mery Brousson nos regala diseños exclusivos en pañuelos, accesorios, cuadernos y fragancias para mamá en su día. Pasá a visitarla y elegí tu regalo en www.instagram. com/merybrousson o en su sitio merybrousson.mitiendanube.com.
MISAS
• A partir del lunes 28 de septiembre se celebrarán en el altar mayor con asistencia limitada de fieles (por ahora, 20 personas) de lunes a viernes a las 8, 10 y 19 h. Sábados a las 10 y 19 h. Domingos a las 9.30, 12.30, 19 y 20.30 h. Para participar presencialmente de la celebración es necesario anotarse antes por medio de la aplicación que figura en la página web de la Catedral. • Los fieles se ubicarán sentados sólo en los lugares indicados con una raya blanca en los bancos, será obligatorio el uso de tapabocas y el lavado de manos con alcohol en gel al ingresar y salir del templo. • Recomendamos que no vengan las personas mayores y las que tengan problemas de salud. Seguirán las transmisiones de las misas online como hasta ahora. • Se seguirá distribuyendo la comunión sin celebraciones en los mismos horarios actuales: 11, 12 (sólo los domingos) y 18.30 h. • La colecta dominical se realizará al entrar al templo o al salir de él en las alcancías o en los recipientes que ofrezcan los ministros. Se puede hacer en efectivo o con mercado pago, escaneando el QR. • La comunión se seguirá dando en la mano. • Cantos: No habrá cancioneros. En las mesas de las entradas se encuentra un QR que sirve para descargar el cancionero.
BAUTISMOS Y CASAMIENTOS Consultar y anotarse en la Secretaría.
SECRETARÍA PARROQUIAL Y APERTURA DEL TEMPLO
Vuelven a tener los horarios habituales, que figuran en la página 2 de Bienaventurados.
COLECTA ONLINE
Quedate en tu casa, pero seguí aportando a la colecta de tu comunidad. ¡Lo necesitamos! Hacelo a través de la aplicación de Mercado Pago (escaneando el código QR) o vía transferencia bancaria: Alias de CBU: ROJO.BOLA.BARRO CBU: 2850522030022387936014 CUIT: 30609906738 Obispado de San Isidro Catedral de S.I.