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CATEDRAL DE SAN ISIDRO - SANTA MARÍA DE LA CABEZA NUESTRA SEÑORA DE LA RIBERA - STELLA MARIS
Año 14
Agosto 2017 n 133
Distribución gratuita
22 de agosto
Día del Folklore La renuncia del párroco Las elecciones
INFO
CAPILLAS
Párroco
Nuestra Señora de la Ribera
P. Pedro Oeyen
Vicarios parroquiales P. Juan Manuel Bianchi Jazhal P. Gonzalo Rebollo
Diáconos permanentes
Wenceslao Gómez Caride José Hamed
Horarios de misa Lunes a viernes 8, 10 y 19 h Sábados y feriados 10 y 19 h Domingos 9:30, 12:30, 19 y 20:30 h
Confesiones Diarias: media hora antes de la misa de 19 h Dominicales: media hora antes de cada misa
Secretaría parroquial De lunes a viernes de 8:30 a 12 y de 16 a 20 h Adrián Beccar Varela 530 Tel.: 4743 0291/4990
Caritas Atiende en Anchorena 469
Elcano 172, Acassuso Tel. 4742 7198 Horarios de misa: sábados 18 h domingos 19 h
Horarios de secretaría: jueves 15 a 17 h sábados 17 a 19 h
Santa María de la Cabeza 33 Orientales 1301, Beccar Horario de misa: domingos 11 h
Stella Maris
España 1016, Beccar Horarios de misa:
sábados 19 h (de niños) domingos 11 h Distribución gratuita Tirada: 4.000 ejemplares 1ra edición: año 2004 Si queres anunciar en Bienaventurados escribí a publicidadbienaventurados@ catedraldesanisidro.org Para hacernos llegar un comentario escribí a bienaventurados@catedraldesanisidro.org
STAFF Director Padre Pedro Oeyen Cofundadora Flor Tapia Gómez Diseñadora Mechi Brousson mercedesdesign@gmail.com Dirección y coordinación Mechi Ruiz Luque Correctora Sofi Costa fb: Lantia Traducciones Ilustradoras Ana Ugarte ugarteana@outlook.com Paula Martinez paulipeinture@yahoo.com.ar Redactores Cata Beccar Varela Mechi Ruiz Luque Juanjo Mayer Felipe Dondo Inés Lagos Fotográfo Belisario Hernández
“Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor”.
San Agustín
CARTA DEL PÁRROCO
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Mi renuncia Queridos amigos: Antiguamente el cargo de párroco era vitalicio. El Concilio Vaticano II estableció que era necesario poner un límite de edad para evitar que la parroquia envejezca con su pastor. Por eso, el actual Código de Derecho Canónico establece en el canon 538, inciso 3: “Al párroco, una vez cumplidos los 75 años de edad, se le ruega que presente la renuncia al obispo diocesano, el cual, ponderando todas las circunstancias de la persona y del lugar, decidirá si debe aceptarla o diferirla”. En cumplimiento de esta sabia norma, elevé mi renuncia a Mons. Oscar Ojea con fecha 13 de julio de 2017, en estos términos: “Querido Oscar: Al cumplir 75 años y a tenor del canon 538, inc. 3, presento mi renuncia al cargo de párroco de la Catedral de San Isidro, que se me confiara hace ya más de 23 años y en el que he puesto todo mi esfuerzo en tratar de desempeñarlo del mejor modo posible. Agradezco al Señor, que me ha brindado la oportunidad de servir al Pueblo de Dios y ser feliz al hacerlo. También a vos y a tus antecesores, Mons. Aguirre y Mons. Casaretto, que me han confiado esta y otras importantes misiones en
Agradezco al Señor, así como a todos los que me acompañaron y ayudaron. Ruego, además, que quieran perdonar mis pecados, errores y cuanto no haya hecho bien. la Iglesia a lo largo de mi vida sacerdotal, así como a los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que me acompañaron y ayudaron. Ruego, además, que quieran perdonar mis pecados, errores, imperfecciones y cuanto no haya hecho bien. Confiando en la gran misericordia de Dios y en la caridad de todos, me pongo a tu disposición para lo que juzgues conveniente que pueda seguir sirviendo a la Iglesia. Sin más, me despido, con todo afecto”. Le rogué que la aceptara, pues me parece que después de tanto tiempo de tener un mismo párroco, a la Catedral le vendría bien un cambio que
la haga crecer. El obispo me contestó lo siguiente: “Querido Pedro: Al recibir tu renuncia al cumplir 75 años, siento la necesidad de agradecerte en nombre de la Iglesia todo este largo y fecundo servicio al Pueblo de Dios a través de tu ministerio sacerdotal. Has conocido y servido a la Iglesia desde distintos lugares, lo que te ha permitido una experiencia profunda de su Misterio. Es por eso que -en su nombre- te pido que continúes tus tareas ministeriales con el mismo amor con que lo has hecho, aunque desde un lugar diferente. Te ruego formalmente que sigas al frente de la Parroquia hasta principios del año que viene, en que recibiremos al nuevo párroco. Recibí un fuerte abrazo y toda mi estima. Mons. Oscar Ojea”. Por lo tanto, seguiré hasta el mes de marzo, cuando recibiremos al nuevo párroco y yo pasaré a ser emérito, colaborando con lo que él necesite. Desde ya recemos para que el Espíritu Santo ilumine al obispo al elegirlo y prepare su corazón para que sea un Buen Pastor de la Catedral.
Hasta pronto, Pedro Oeyen
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PADRE JUAN MANUEL
No a la rutina Hace dos o tres años fui con mi familia a ver una obra de teatro en la que los protagonistas tenían trastornos obsesivos compulsivos. Cuando salimos de ver la obra, comentábamos cuáles son las rutinas de cada uno y nos reíamos ya que no eran tan graves comparándolas con las de los protagonistas. Mi familia y mis amigos muchas veces se ríen de las rutinas que tengo en mi vida cotidiana. Desde chico siempre fui de tener rutinas y, si bien algunas las fui perdiendo y otras transformando, hay otras que las sigo teniendo. Todos tenemos rutinas, desde que nos despertamos hasta el momento de ir a dormir; algunos más y otros menos: el mismo café o rituales por la mañana, cómo dejamos la casa, ir siempre por el mismo camino… e incluso a veces se pueden transformar en cábalas, como tienen muchos deportistas. Pero existe otra rutina, que es la que puede llegar a aburrirnos e incluso a hacer perder la sensibilidad, y es la de ver el paso de Dios por nuestra vida. Hace unos días, un amigo me comentaba que miércoles por medio va a comer afuera con su mujer y le piden a su suegra que cuide a sus hijos. Esta pareja se propuso tener esta rutina para poder tener un momento a solas y hablar temas de la pareja que muchas veces no pueden hablar con sus hijos en casa. Pero lo que les estaba pasando era que en cada comida tenían tantos temas para hablar
sobre la familia (problemas con un hijo en el colegio, qué priorizar en la economía familiar, lo que le dijo la pediatra a uno de ellos sobre su hija menor, una oferta laboral en el exterior que cambia los planes familiares, etc.) que nunca les alcanzaba el tiempo para hablar de ellos como pareja, de aquellos temas que hablaban cuando salían como novios o los sueños que tenían (personales y matrimoniales), o de aquello que les estaba costando decirse como pareja. Esto no sólo pasa en la vida de una familia, también a los curas nos puede pasar que vivimos haciendo actividades pastorales pero perdemos lo central de nuestro ministerio que es el vínculo con Jesús, lo que nos alimenta. Siempre tenemos que estar atentos a esto y a lo que otros hermanos curas o nuestra comunidad nos aconsejan. En definitiva, nos puede pasar que la rutina nos come, nos invade al punto tal de hacernos perder la sensibilidad de ver el paso de Dios por nuestra vida. El Reino de Dios aparece en nuestra vida de manera sorprendente y creativa, exigiéndonos una actitud atenta y preparada como la parábola del señor que se fue a una fiesta de bodas (Lc. 12, 35-38) y que al volver rompe con la categoría de “Señor” conocida hasta entonces y se pone a servir a sus servidores. Así es Dios con nosotros, nos invita a la mesa y, experimentando su servicio, nos invita a hacer lo mismo con nuestros hermanos.
SOCIEDAD Inés Lagos
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ineslagos89@gmail.com
“Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce 15 de agosto estrellas en su cabeza” Solemnidad de la Asunción
(Apoc. 12, 1).
Leemos el diario o miramos el noticiero: todos los días un nuevo asesinato, más hambre, otra guerra… Frente a este panorama, ¿es razonable mantener la esperanza en un futuro mejor para la humanidad? ¿No caemos con ello en una actitud ingenua? No se trata de mantener expectativas ilusorias: podemos dar razón de nuestra fe que se funda en la resurrección de Cristo. También el dogma de la Asunción, que Pío XII declarase en 1950, constituye un motivo seguro de esperanza frente al dolor y la muerte: ahí está Ella, el gran signo en el cielo. Revestida de sol y coronada de doce estrellas, María nos muestra el destino glorioso que aguarda a los hombres. La Madre de Dios lleva una corona, porque es verdaderamente la Reina de la creación y quiere asumir su rol como tal. Su dominio también ha de alcanzar nuestra propia vida. ¿Le hacemos lugar en nuestro corazón? ¿Pensamos alguna vez en si lo que estamos haciendo está de acuerdo con sus deseos para nosotros? ¿Nos preguntamos qué espera Ella de cada uno? La mujer revestida de sol, es decir, de Cristo, es también un signo de luz: María está completamente traspasada por el amor, la gracia y la gloria de Dios. Por eso afirma la Iglesia que Ella es
Inmaculada: nada hay en su persona que enturbie el resplandor divino. A semejanza de la Bendita entre todas las mujeres, seamos también luz para muchos. ¿Cómo podemos regalar esa luz? ¿Quiénes a nuestro alrededor la están necesitando? María es, finalmente, un signo de victoria. Sabemos que Jesús venció la muerte; sin embargo, esto no nos quita la responsabilidad de colaborar con la obra salvadora. Cada uno de nosotros tiene una partecita, una lucha personal, de la que hacerse cargo. Si nos ponemos en sus manos, tenemos garantía de que venceremos. De todos modos, esa victoria no va a ser fácil: la Madre de Dios nos acompaña y sostiene, pero no nos ahorra desafíos. De hecho, lo más probable es que, si nos entregamos a Ella, humanamente se nos compliquen las cosas, porque María nos conduce por el camino que recorrió su Hijo: el de la cruz. La Asunción de María es un gran motivo de esperanza. Por lo tanto, cuando la desilusión y la angustia nos quieran arrastrar, elevemos la mirada y contemplemos ese gran signo que desde lo alto nos consuela con la certeza de la victoria definitiva de Dios.
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REFLEXIONES REFLEXIONES
Flor Tapia Gomez
flor.tapiagomez@gmail.com
@FlorTapiaGomez
Creencias y mandatos A medida que crecemos, nos damos cuenta de que estamos afectados por nuestro entorno cultural y que hay cosas que no responden a lo que nosotros queremos. Seguro todos tienen algún ejemplo, chico o grande, pero alguno. Algunos mandatos no los descubriremos nunca y siempre creeremos que fue algo que realmente elegimos porque tienen esa fuerza. “Creencias” y “mandatos” son un matrimonio consolidado. Es incuestionable que las cosas que hacemos responden a alguna creencia, y de hecho no está mal. Acá nadie habla de bueno o malo. El tema es darse cuenta de cuando “la creencia” y su marido, “el mandato”, nos aprietan, nos oprimen y no responden a quiénes somos. Básicamente, cuando nos hacen mal y no nos dejan ser quienes estamos llamados a ser. Dónde estudiar, qué profesión seguir, dónde trabajar, a qué edad casarnos o tener hijos, cuándo viajar, cómo tie-
nen que ser nuestros amigos o nuestra pareja, a qué iglesia ir, cómo tiene que ser nuestro casamiento, etc. Hay un sinfín de temas sobre los que recibimos una bajada de línea consciente o inconsciente, amorosa o no, bien intencionada o no. Todos queremos ser queridos y para eso tendemos a hacer las cosas que creemos que los demás van a apreciar. Por esto, muchas veces buscamos responder a lo que “la gente” o nuestros afectos valoran como bueno. Y así vivimos en un círculo no virtuoso en el que nos cuesta mucho descubrir quiénes somos realmente y qué es lo que elegimos. Por ejemplo, nuestra cultura es machista y no es novedad, incluso las mujeres somos a veces más machistas que los hombres (cosa que tampoco es noticia). Usamos varas distintas según el género y no porque comprendemos la naturaleza de cada uno sino porque así fuimos educados por nuestros adultos mayores. Dentro de lo
que es la iglesia, por ejemplo, no valoramos de igual manera a un cura que a una monja. La adolescencia es la edad por excelencia en la que descubrimos qué es lo que realmente nos gusta; pero lo cierto es que nos lleva mucho más tiempo, y quizá toda la vida. Algunas personas son más conscientes y lo descubren antes. Hace menos de una década, hacer toda tu carrera profesional en una misma empresa era sinónimo de éxito, estabilidad y felicidad. Hoy casi que se asocia a lo contrario. Y si nos preguntamos qué nos inspira, qué nos entusiasma, qué nos motiva... Cuando hablamos de creencias y mandatos generalmente empezamos diciendo “tengo que” o “debo aquello” (por ejemplo, “tengo que hacer un Master”), mientras que aquello que responde a quiénes somos y a lo que nos potencia viene acompañado de “quiero ir a estudiar afuera tal cosa”. La pregunta es: ¿qué verbo quiero conjugar?
FE Y CREENCIAS Es importante no confundir ambos términos porque significan cosas diferentes. * LA FE es un don de Dios, que aceptamos libremente. Gracias a ella establecemos un vínculo personal con Él, que nos enriquece e ilumina, y por eso le pedimos que nos guíe en la vida. * LAS CREENCIAS son un conjunto de elementos y criterios que nos llegan por medio del ambiente cultural en el que vivimos. Por lo tanto, varían de un pueblo a otro, de un grupo social a otro. Incluyen tanto mitos, supersticiones y costumbres, como también signos y gestos religiosos. No son algo que elegimos libremente, sino que nos son impuestos por los que nos rodean y por eso nos condicionan.
SOCIEDAD Juanjo Mayer
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juanjomayer@gmail.com
¿Yo amo a mi pueblo? Nuevamente, es tiempo de elecciones en nuestro país y nos encontramos en medio de campañas legislativas; tiempo en el que escuchamos promesas, denuncias y riñas políticas en los medios. Un gobernante, dijo en una de sus homilías el papa Francisco, debe preguntarse “¿Yo amo a mi pueblo para servirle mejor? Si no se hacen esta pregunta, su gobierno no será bueno”. En la carrera por ocuparse de lo público, es difícil distinguir en las figuras políticas ambiciones personales de una verdadera vocación de servicio; sobre todo cuando nos enfrentamos a personajes grises y a una “post-verdad”, en que lo que aparenta ser verdad es más importante que la propia verdad, y donde no hay un trabajo de aquellos por debatir ideas y colaborar con el bienestar de la sociedad sino por escalar en el poder. Y esto se refleja en los recientes movimientos en los partidos políticos, en los que evidentemente no importa el pensamiento sino acomodarse para no quedar fuera del “establishment”. Aún falta, pero pienso que los argentinos fuimos creciendo en la conciencia del voto, aunque no en entender lo público como algo de todos, como un bien común. Resta involucrarse en donde los gobiernos aún no llegaron y colaborar asumiendo responsabilidades, como trabajar por la inclusión y la equidad social. Necesitamos entender que, aunque una mayoría elija a quienes administrarán los bienes públicos y trabajarán con políticas para afrontar las problemáticas sociales, el estado somos todos y cada uno tiene una responsabilidad que, en nuestro contexto, no puede reducirse al “Yo pago mis impuestos”. La política es una forma de caridad, porque es servir al bien común. Podemos empezar rezando para que los gobernantes hagan bien su trabajo, con humildad, profesionalidad y transparencia; sin embargo, debemos continuar exigiendo a las autoridades una “ecología integral” (Laudato Sí, 156) que promueva el cuidado de la casa común, la
aplicación de las normas y el control de la corrupción, para lograr una mejor convivencia, cordialidad y unión. Si los líderes políticos transmiten este mensaje acompañado de una gestión transparente, poco a poco la sociedad lo incorporará. Es difícil tomar estas responsabilidades porque requieren compromiso, trabajo extra, esfuerzo y dejar de lado los intereses inmediatos; pero están al alcance y muchos se ocupan. Los cambios que esperamos en la política también dependen de cada uno de nosotros. Aunque no tengamos un cargo público, cada uno debiera preguntarse: ¿Qué hago para ayudar a cuidar la casa común? ¿Yo amo a mi pueblo?
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Conocer más de lo nuestro “Soy un cantor de artes olvidadas que camina por el mundo para que nadie olvide lo que es inolvidable: la poesía y la música tradicional de Argentina” (Atahualpa Yupanqui)
En 1960, se instituyó esta fecha como el Día Mundial del Folklore. La palabra Folklore fue utilizada por primera vez por el arqueólogo inglés William John Thoms el 22 de agosto de 1846 en la revista londinense Athenaeum. La palabra está compuesta por dos palabras inglesas: “Folk” (pueblo) y “lore” (saber, ciencia), y se utiliza para definir al saber popular, los conocimientos, usos, costumbres, leyendas, supersticiones, música, danzas, canciones, mitos, dichos, refranes, coplas y cantares, transmitidos de generación en generación. En definitiva, lo que se transmite de boca en boca, que trasciende, se incorpora a nuestras costumbres y desconoce toda autoría. El emblema que representa a los folkloristas argentinos, elegido por el Primer Congreso Nacional del Folklore (1948), es el árbol porque el folklore también hunde sus raíces en la tradición. Sus ramas representan el pensamiento, el sentido y la imaginación, por un lado; y la obra de las manos, es decir la creatividad artesanal, por el otro. Las escasas hojas representan la juventud primaveral de la ciencia. Las palomas, la unión de lo material con lo espiritual en la amplitud del folklore. El tronco y ramas están envueltos con una banda que dice: qué y cómo el pueblo piensa, siente, imagina y obra. Este emblema fue ideado por Rafael Jijena Sánchez1. Consultamos con algunos aficionados, quienes compartieron con nosotros sus pensamientos:
- Cuando te digo folkore, ¿en qué pensás? Aproximo una posible respuesta: cuando digo folklore pienso, paradójicamente, en la biología, en lo que no es cultura. Si es de mi país, pienso en un río ancho, el más ancho; vientos fríos y secos; en tierra roja; humedad y maleza; pienso en los cerros de colores; en el canto de grillos y en viñedos y alamedas. Y tanto más. Entonces intuyo cómo, por siglos y siglos, esta herencia salvaje fue penetrando en el pueblo, en cada uno, en todos, llenándonos los ojos y los poros, tomando nuestros oídos y derramando sus dulzores en nuestras bocas. Y aquí estamos, un eslabón más, impregnando nuestros dichos y canciones, nuestros bailes y fiestas, nuestras mesas, rezos y rituales... al fin, nuestra sabiduría
con esos dones eternos que nos sigue ofreciendo la madre tierra. (Por Bettina Tartari) - ¿Cómo influyó/influye el folklore en tu vida? No sé si la vida influye en el folklore o si el folklore influye en la vida. Al folklore lo respiramos en todos lados, puesto que se asemeja a las costumbres: el folklore es un mate, un rito cotidiano, un baile, un canto o un buen día. Creo que lo bueno de la vida te lo trae el folklore, el saber compartir, relacionarse, mirar el entorno, la naturaleza. También es movilizante. Nos hace reflexionar, pensar en uno y también pensar en el otro. Por estas y otras tantas razones, afirmo que nuestra vida es parte del folklore, o el folklore es parte de nuestra vida. (Por Agustín Beccar Varela)
SOCIEDAD 9 22 de agosto
Día del folklore Teresa Parodi, correntina y cantautora argentina de folklore, en su canción “MUSIQUITA”, expresa con rimas lo que siente por esta cultura tan nuestra.
- ¿Creés que es importante el folklore en los más jóvenes? Cuando pienso en la palabra folklore, se me vienen muchas cosas a la cabeza; pero nada de lo que pueda llegar a decir va a poder describirlo como uno puede palpitarlo dentro. A mí me parece que hay una noción acotada de lo que significa. Creo que lo primero que se les viene a la cabeza a todos es un gaucho o el Martín Fierro, o la palabra chacarera o peña… que, desde ya, son parte de lo mismo. Pero, ¿cuál es la atmósfera que envuelve todas esas cosas? Y aquí es donde entra mi opinión. El folklore no llama a vestirse de paisano por la vida.
El folklore es una de las mayores expresiones de amor que experimenté en mi vida. Amor y respeto por mi tierra y, por ende, por mi país; por su historia, por nuestros héroes y tradiciones. Por el viejito de pueblo que saluda sentado en la puerta de su casa. Por las personas que forman nuestra nación, productos del paisaje, de los cerros, del río, de la pampa. Amor por nuestra comida, por nuestro idioma, por nuestras fiestas. Considero entonces que es demasiado importante para los jóvenes enamorarnos de nuestro país; para trabajar en nuestras heridas, cuidarlo y celebrar con un grito que somos parte de él. (Por Pedro Lando)
Tanta soledad, tanta falta Tanta lejanía Tanto no poder, tanta nada Tanta despedida Tan dolor de puertas cerradas Tan dolor que humilla Pero en tu piecita de lata Esa musiquita Esa musiquita del pueblo Esa musiquita Tan arrastradita que suena Tan arrastradita Cómo te acompaña y te mece Cómo te acaricia Cómo te devuelve a la vida Esa musiquita Gira con su sombra bailando Esa musiquita Vuela estremecida su falda Vuela estremecida Desde qué recuerdos la salva Mágica y sencilla Llena de temblores dulzones Esa musiquita En la cara gris del espejo Ve la bailarina Su rubor de niña bailando Su rubor de niña Mientras sin pudores se abraza A la melodía De esa musiquita del alma Esa musiquita
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Ministerio de Educación de la Nación. Efemérides Culturales Argentinas.
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REFLEXIONES ESPIRITUALIDAD
Cata Beccar Varela
catalinabeccarvarela@gmail.com
El abanderado del amor Agustín de Hipona, santo, padre y doctor de la Iglesia católica y, por lejos, uno de mis preferidos. Es un santo que se anima a hablar de amor, pero no de un amor cualquiera, sino de un amor completo y realmente etregado. San Agustín nos dice: el amor es una perla preciosa que, si no se posee, de nada sirve el resto de las cosas, y, si se posee, sobra todo lo demás. Creo yo que son palabras demasiado sencillas para la gigante tarea a la que nos invitan. Palabras que hablan de amor, pero ¿qué es el amor? En mi
opinión, el amor es inexpicable. Quizá sea un sentimiento, quizá sea una conviccion, porque yo puedo quererte y entonces simplemente sigo queriéndote; o puedo elegir quererte y entonces quererte sin importar las circunstancias. Agustín nos dice: “Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor”.
El amor es entonces el invitado de honor de San Agustín, es el verdadero sentido y fin de todo fundamento. El amor es aquello que se siente, que se transmite, que se contagia. No es ni grande ni chico; simplemente, es. Es un gesto de cariño, es una mirada atenta, es el respeto hacia quien tengo al lado, es el comprometerme con quien tengo al lado. El amor es escuchar, es admitir, es pedir perdón. El amor es también simplemente estar, acompañar. Es mucho más de lo que podría llegar a ejemplificar. Creo que de nada sirven nuestros actos y gestos hacia los demás si no traen con ellos algo mas que la acción. San Agustín nos da la alegre noticia de que sólo el amor basta y que, con tener amor, ya no nocesitamos nada más. Cuando hay amor, todo el resto viene solo. Si yo te quiero, entonces todo lo que haga, todo lo que diga y todo lo que comparta con vos ya estará dado de antemano. San Agustín me invita siempre a pensar: ¿cuánto amor hay en mis acciones?, ¿realmente es el amor el que me invade o muchas veces me dejo llevar por el mal humor, los prejuicios y mi propio egoísmo? San Agustín nos dice: “Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta”. De eso se trata, de entregarnos, de darnos por entero. Porque darnos también es querernos y amarnos, es tener la convicción de que en la propia entrega nos encontraremos con algo mucho más grande. En el darnos nos encontraremos con la sonrisa y satisfacción de aquel que nos recibe, y es entonces también allí en donde nos encontraremos con el amor. Creo que el amor es un ciclo que se retroalimenta, que nunca termina; un ciclo al que sólo hay que animarse a entrar. Alguna vez alguien dijo que “A AMAR, SE APRENDE AMANDO”, ¿qué esperamos entonces para empezar a aprender?
SOCIEDAD Felipe Dondo
felipejmdondo@gmail.com
Una copita con San Martín 17 de agosto
San Martín, además de ser una estatua ecuestre, fue un hombre Muerte del Gral. con sentido del humor. Cuentan San Martín que una noche se reunió con amigos y les dio a probar dos vinos: uno de Málaga y el otro de Mendoza. Los convidados reaccionaron bien al primer trago, servido de la botella en cuya etiqueta se leía “Vino de Mendoza”: —Es un vino rico —dijeron—, pero le falta fragancia. Mucho mejor reaccionaron al segundo: —¡Delicioso, exquisito! No hay punto de comparación… La etiqueta de esta segunda botella decía: “De Málaga”. Al instante, nuestro General largó una carcajada y les confesó que, antes de que ellos llegaran, había cambiado las etiquetas a propósito: —Caballeros, ustedes de vinos no entienden un diablo, y se dejan alucinar por rótulos extranjeros. Ya veo lo que somos los americanos… Esta pequeña escena ocurrió en 1816, durante los preparativos para una de las mayores hazañas de nuestra historia: el Cruce de los Andes. Pobre General, ¿no? En plena campaña por la independencia de España, tener en sus propias tropas hombres tan enceguecidos por lo español. Pero, indudablemente, esos dos convidados no fueron ni los primeros ni los últimos que tuvieron esa actitud… San Martín se adelantó, con su breve chanza, a tantos experimentos de marketing sobre la reacción de los consumidores ante ese estímulo increíble que es el loguito de tal o cual marca.
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Bien llamado “Libertador”, entonces. Además de que liberó a tres países del “león español”, nuestro General intentó liberar un poco nuestras mentes de esa cosa tan molesta que se llama prejuicio. Prejuzgar es hacer un juicio sobre algo sin conocerlo previamente. O sea, es alejarse de la verdad que las cosas tienen. Y eso puede pasarnos, como país, en dos sentidos opuestos: en primer lugar, esta visión europeísta (o “norteamericanista”, actualizándonos un poco, o el extranjero que sea) que desconoce nuestras fortalezas propias o las pone siempre por debajo de las ajenas. Hoy en el colegio un grupo de adolescentes se sorprendió con una serie de televisión: “Bastante buena, para ser argentina…”, sentenciaron. Los más chicos, en el patio, no jugaban a la mancha venenosa sino al “infected”, que es lo mismo pero suena mucho más canchero (¿o debería decir más “cool”?). Pero también está el segundo prejuicio: el que dice que todo lo argentino es superior o naturalmente encomiable, otra falacia triste y un falso patriotismo. Los gobiernos van y vienen, cada cual con su prejuicio a cuestas. Con una postura, arengan a un sector más “nacional y popular”; con la otra, a uno más “global”… Sea como sea, es evidente que el General sabía que la libertad de nuestro país está en la verdad de lo que somos, no en lo que pretendemos ser o -peor- en lo que nos dicen que seamos. Ya lo sintetizó él una vez: “Serás lo que debas ser, o si no… no serás nada”.
¡A su salud! Y viva la patria.
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REFLEXIONES
Mechi Ruiz Luque
mechiruizluque@gmail.com
20 de agosto
Día del niño
@mechiruizluque
Con alma de niño El próximo 20 de agosto celebraremos nuevamente el Día del Niño. En esta oportunidad, los invito a reflexionar sobre algunas características propias de los niños que sería bueno considerar para refrescar en nuestra vida. Transparencia. Los chicos son sinceros, dicen lo que piensan. No tratan de ocultar sus sentimientos. Exceptuando los momentos en que juegan a ser otro personaje, no aparentan ser ni pretenden mostrarse de una manera que no son. Asombro. No tienen el afán de tener todo controlado, como tenemos los adultos. Se dejan sorprender por lo nuevo y admiran lo que los sobrepasa. Simplicidad. No se complican la vida. Actúan con sencillez, descartan lo innecesario y no se preocupan por lo que no está en sus manos. Confianza. Los chicos confían en los adultos. Descansan en sus brazos, se entregan a sus cuidados y se dejan guiar por ellos. Creatividad. Resuelven los desafíos que se les presentan con creatividad y usando la imaginación. Están abiertos al juego. Pureza. Tienen una forma de ser natural e inocente, con corazón bueno y mirada limpia. Se muestran claramente. No hay maldad ni prejuicio en ellos. Espontaneidad. No piensan tanto antes de actuar o
de decir algo. Si tienen ganas de cantar en alguna sala de espera, lo hacen; si tienen ganas de saltar en la mitad de la calle, lo hacen. No se autocensuran, sino que actúan de manera natural. Apertura. Están abiertos a lo nuevo, a aprender, a hablar con gente desconocida. Están predispuestos a hacerse nuevos amigos y a saludar a cualquier ser viviente con quien se crucen, por más distinto que sea. Lo que sugiero con todo esto no es “ser infantiles”: es lógico que ahora tengamos más responsabilidades y obligaciones, y aceptarlas y asumirlas forma parte de nuestro crecimiento. Simplemente, me parece bueno detenernos en aquellos puntos que nos pueden ayudar a recuperar la alegría y la paz interior que teníamos cuando éramos chicos.
Para terminar, les propongo reflexionar (e incluso rezar) con la letra de esta canción de la Hna. Mariana Gómez Carrillo: Con alma de niño Un niño en brazos de su madre se duerme ya, acaba de mamar, se siente muy feliz, y antes de dormirse sonríe al amor que le sonríe. No piensa por qué recibe tanto amor, confía en él, y se abandona en paz. Se sabe protegido, seguro en esos brazos, responde con amor al amor. Como un niño en brazos de su madre quiero vivir confiando en mi Dios, y no pretender más que lo que pretende un niño, y esperar en el amor del Señor. Como un niño pequeño en brazos de su madre, así quiero vivir en Dios, en Dios.
Libros Límites sanadores
Fascinados por su fulgor
ANSELM GRÜN Y M. M. ROBBEN Editorial Bonum
SEGUNDO GALILEA Editorial Agape El amor a la belleza es propio del hombre y puede conducirle desde la apreciación estética de lo natural hacia la contemplación de la Belleza infinita de Dios. A partir de fuentes bíblicas y patrísticas, pero adaptándose a los tiempos que corren, Segundo Galilea propone la experiencia de lo bello como un camino de crecimiento espiritual.
Anselm Grün es un monje benedictino. María Robben es licenciada en Pedagogía Social. El libro ayuda a revisar la cuestión de los propios límites y propone diversas maneras de identificarlos y reconocerlos, para poder así aceptarlos con el respeto que merecen.
RECOMENDADOS El staff de Bienaventurados selecciona sus preferidos y te los comparte. ¡No te los pierdas!
Película Un camino a casa (2016) La historia real de Saroo, que a los cinco años se perdió y, luego de andar solo por las calles de Calcuta, fue adoptado por una familia australiana. Veinticinco años después, decidió buscar a su madre biológica y luego contó su búsqueda en el libro homónimo. Para emocionarse y conversar sobre la búsqueda de la identidad.
Visitas Museo Histórico Nacional
Mis tardes con Margueritte (2010) La amistad inesperada entre un hombre analfabeto y una anciana culta. Se conocen en una plaza y los libros que ella lee poco a poco van acortando la distancia entre los dos. Divertida y tierna. ¡No se van a arrepentir!
Para chicos y grandes por igual, la historia de nuestra libertad no tiene desperdicio. Símbolos patrios, armas, pinturas, objetos, documentos, esculturas, pinturas y hasta el sable corvo de San Martín. Consultá la programación en www.museohistoriconacional. cultura.gob.ar. Miércoles a domingos de 11 a 18 hs. Entrada gratuita.
Web www.viviragradecidos.org Esta página en español tiene una infinidad de material práctico y actual sobre espiritualidad, y se va renovando permanentemente. Pertenece a la organización del hermano David SteindlRast, O.S.B (quien estudió artes, antropología y psicología; y participa activamente en el diálogo budista-cristiano).
AVISOS
PEREGRINACIÓN DIOCESANA A LUJÁN
El Obispado de San Isidro invita a todos los fieles a dar gracias por los 60 años de vida de la diócesis peregrinando a Luján el lunes 21 de agosto (feriado). Ese día se suspende la misa de 10 h en la Catedral. Podemos ir en auto, invitando amigos para aprovechar el viaje. O bien en micros que saldrán a las 9 h desde la Catedral. A las 11 h nos encontraremos con las demás parroquias en la entrada de Luján, para ir juntos caminando hasta la Basílica, donde Mons. Ojea y Mons. Fassi presidirán la misa de acción de gracias a las 12 h. Luego cada parroquia organiza sus actividades en forma independiente. Nosotros nos quedaremos en el Club de Tenis de Luján para compartir un asado con los miembros de nuestra comunidad. El Club queda a 9 cuadras de la Basílica, nos brinda lugar de estacionamiento, un salón, con mesas, sillas, vajilla y cubiertos. Aunque haga frío o llueva estaremos cómodos y al reparo. El costo de los micros, del alquiler del salón y del asado es de $ 250 por persona. Para los que no vayan en micro, el costo es de $ 150 por persona. Es indispensable que todos se anoten previamente en la Secretaría Parroquial para poder contratar los micros y encargar la carne y demás para el asado.
ASUNCIÓN DE LA VIRGEN (fiesta de precepto) Como es día laborable habrá horario especial de misas: Lunes 14 de agosto: 19 h Martes 15 de agosto: 8, 10, 19 y 20.30 h