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CatedraldeSanIsidro catedraldesanisidro
CATEDRAL DE SAN ISIDRO - SANTA MARÍA DE LA CABEZA NUESTRA SEÑORA DE LA RIBERA - STELLA MARIS
Año 15
Noviembre 2018 n 146
Distribución gratuita
Peregrinamos a Luján Árboles
Nuestra fe en un mundo secular
INFO
CAPILLAS
Párroco
Nuestra Señora de la Ribera Elcano 172, Acassuso Tel. 4742 7198 Horarios de misa:
P. Carlos Avellaneda
Párroco emérito P. Pedro Oeyen
sábados 18 h domingos 19 h
Vicarios parroquiales
Horarios de secretaría:
P. Juan Manuel Bianchi Jazhal P. Gonzalo Rebollo
jueves 15 a 17 h sábados 17 a 19 h
Diáconos permanentes
Santa María de la Cabeza
Wenceslao Gómez Caride José Hamed
33 Orientales 1301, Beccar Horario de misa:
Horarios de misa
domingos 11 h
Stella Maris
Lunes a viernes 8, 10 y 19 h Sábados y feriados 10 y 19 h Domingos 9.30, 12.30, 19 y 20.30 h
España 1016, Beccar Horarios de misa:
sábados 19 h (de niños) domingos 11 h
Confesiones Diarias: media hora antes de la misa de 19 h Dominicales: media hora antes de cada misa
Distribución gratuita Tirada: 3.500 ejemplares 1era edición: año 2004
Secretaría parroquial De lunes a viernes de 8.30 a 12 y de 16 a 20 h Adrián Beccar Varela 530 Tel.: 4743 0291/4990
Cáritas Atiende en Anchorena 469
Si querés anunciar en Bienaventurados, escribí a publicidadbienaventurados@ catedraldesanisidro.org Para hacernos llegar un comentario, escribí a bienaventurados@catedraldesanisidro.org
1 de noviembre
Día de todos los santos
“La santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría”
Santa Teresa de Calcuta
STAFF Director Padre Pedro Oeyen Dirección y coordinación Mechi Ruiz Luque Diseñadora Mechi Brousson mercedesdesign@gmail.com Correctora Sofi Costa fb e inst: Lantia Traducciones Ilustradoras Ana Ugarte ugarteana@outlook.com Paula Martínez reynartallerdecuentos@gmail.com Redactores Cata Beccar Varela Mechi Ruiz Luque Juanjo Mayer Felipe Dondo Ignacio Rico Agustina Santa María
CARTA DEL PÁRROCO
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Nuestra fe en un mundo secular Todos reconocemos estar inmersos en medio de una cultura secularizada. La energía y la mirada de los hombres están puestas en metas e inquietudes de este mundo. Los proyectos y las preocupaciones, así como las alegrías y las angustias, parecen quedar concentrados en motivos concretos, inmediatos y palpables. La vida de las personas parece transitar sólo por alternancias de logros y fracasos, de placeres y cansancios, de trabajo agotador y diversión compulsiva. En contextos tan inmediatistas y sensibles, crece el papel de los medios de comunicación que llevan y traen los acontecimientos en tiempo real y en formato hipersensorial. La aceleración de las comunicaciones digitales está generando ansiedad en nuestros ritmos de vida y convivencia. Todos parecemos estar sometidos por apuros que nos apremian. ¿Cómo repercuten estos fenómenos en la experiencia religiosa? Los más afectados son los jóvenes, a quienes las prácticas de fe les resultan pesadas, aburridas y poco atrayentes. A los adultos católicos, especialmente a los sanisidrenses que asocian de manera indisoluble la fe con el ir a misa, les duele ver el alejamiento de hijos o nietos de la Iglesia. Pero hay muchos adultos que también abandonan la práctica religiosa por diversos motivos: los escándalos de la Iglesia (amplificados por la difusión mediática), el enojo con el Papa, o por no encontrar luz para sus confusiones ni vida para sus desalientos. Hace unos años un gran teólogo alemán, Karl Rahner, decía: “La nota primera y más importante que ha de caracterizar a la espiritualidad del futuro es la relación personal e inmediata con Dios… Cabría decir que el cristiano del futuro será un ‘místico’, es decir, una persona que ha ‘experimentado’ algo o no será cristiano. Porque la espiritualidad del futuro no se apoyará ya en una convicción unánime, evidente y pública, ni en un ambiente religioso generalizado, previos a la experiencia y a la decisión personales”. En San Isidro los católicos nos hemos acostumbrado a una religiosidad que en el pasado
El cristiano del futuro será un místico o no será cristiano parecía ser más pública y compartida por la mayor parte de la sociedad. Los colegios católicos, la Catedral, las instituciones y asociaciones del municipio, todo nos hablaba de una cultura más o menos homogénea y con valores cristianos. Hoy no se respira “catolicismo” en nuestros ambientes; más bien, en muchos casos, “anticatolicismo”. Por eso creo que los cristianos hoy estamos llamados a vivir la fe de manera mucho más personal, sin apoyar nuestras certezas en las del entorno social, sino en una experiencia inmediata y personal de Dios. Dejar de ser meros católicos institucionales para ser cristianos místicos, como decía Rahner. Hombres y mujeres con una familiaridad íntima con Dios y un compromiso convencido con el prójimo. Nuestra fe es un don recibido de Dios a través de nuestras familias, colegios y parroquias, pero como fe adulta sólo puede mantenerse viva si es fruto de una decisión personal. Ser cristiano debe ser para nosotros una decisión; no aquella que brota de la terquedad y el empecinamiento, sino del encuentro con el Señor que es fiel. “Sólo en Dios descansa mi alma, de Él me viene la esperanza. Sólo Él es mi Roca salvadora” (Salmo 62). Que nuestra vida comunitaria en la Catedral nos ayude a hacer esta experiencia personal de Dios y así ser hombres y mujeres del misterio. Que podamos afirmar: “Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él” (1 Juan 4,16). Un abrazo, Padre Carlos.
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PADRE GONZALO
Jóvenes, fe y discernimiento vocacional
El Sínodo de los obispos sobre “jóvenes, fe y discernimiento vocacional” se reunió en el Vaticano del 3 al 28 de octubre. El papa Francisco convocó a este sínodo para ayudar a la Iglesia a acompañar mejor a todos los jóvenes en una vida alegre y construir activamente la Iglesia y la sociedad. Dice la introducción al documento de trabajo: “Anunciar la alegría del Evangelio es la misión que el Señor ha confiado a su Iglesia. El Sínodo sobre la nueva evangelización y la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium han afrontado cómo llevar a cabo esta misión en el mundo de hoy; en cambio, los dos Sínodos sobre la familia y la Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris laetitia se han dedicado al acompañamiento de las familias hacia esta alegría. Como continuación de este camino, a través de un nuevo camino sinodal sobre el tema: «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», la Iglesia ha decidido interrogarse sobre cómo acompañar a los jóvenes para que reconozcan y acojan la llamada al amor y a la vida en plenitud, y también pedir a los mismos jóvenes que la ayuden a identificar las modalidades más eficaces de hoy para anunciar la Buena Noticia”. ¿Qué es exactamente un sínodo? La palabra se refiere a una reunión de eclesiásticos para asesorar sobre un tema. La raíz griega de la palabra SÍNODO significa caminar juntos. Al abrir la cuarta sesión del Concilio Vaticano II (1962-1965), el papa Pablo VI declaró su intención de establecer un sínodo de obispos para que los futuros papas pudieran reunir a un grupo de líderes de la Iglesia procedentes de diferentes regiones del mundo para examinar asuntos que afectan a toda la Iglesia. Hay tres tipos de sínodos de obispos: ordinario, extraordinario y especial. Las
asambleas generales ordinarias son el sínodo de obispos más común. La asamblea general ordinaria se reúne cada tres años. El Papa elige un tema y se preparan unas líneas base que se envían a las Iglesias locales para que ellas aporten sus sugerencias. Estas respuestas son la base del documento de trabajo preparado antes del sínodo. ¿Quiénes asisten? Representantes seleccionados por las conferencias episcopales nacionales, algunos miembros de la curia romana, representantes de órdenes religiosas y, ocasionalmente, expertos y observadores laicos. El Papa también elige a algunos obispos para asistir. El sínodo está cerrado a los medios y al público. Durante la primera semana, los delegados hacen presentaciones individuales. Después se reúnen en pequeños grupos divididos por idiomas. Las asambleas generales extraordinarias se reúnen para examinar algunos asuntos urgentes que le interesan a la Iglesia. Los sínodos extraordinarios requieren menos participantes. Sólo ha habido tres asambleas generales extraordinarias, que se reunieron en 1969 (conferencias episcopales), 1985 (Vaticano II) y 2014 (Familia). Finalmente, hay asambleas especiales que están limitadas a un área geográfica limitada. En 2019, por ejemplo, habrá una asamblea especial programada para enfocarse en el Amazonas. El sínodo de los obispos tiene su propio equipo permanente, que ayuda a los obispos a preparar lo que se llama “exhortación apostólica” (un documento que el Papa puede publicar y que expresa las conclusiones del sínodo). El Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional fue la XV Asamblea General Ordinaria del sínodo de los obispos.
ESPIRITUALIDAD Cata Beccar Varela
22 de noviembre
Santa Cecilia Día de la Música
catalinabeccarvarela@gmail.com
Música de vida
Tengo la excelentísima suerte de haber nacido en una familia que se caracteriza por su gran musicalidad. Familia que comienza parte de su historia en el momento en que mis abuelos se conocen al participar de un mismo coro. Hoy en día, abuelos, tíos, primos y hermanos nos encontramos cantando a una sola voz en cada cumpleaños, evento, Navidad… De hecho, hace algunos años, una de mis tías, con mucha franqueza, grababa en su CD: “Cantar en familia no es ninguna ciencia, pero sin dudarlo es la mejor herencia”. Mi papá solía despertarnos a la mañana para ir al colegio con canciones de Mercedes Sosa a todo volumen. Creo que eso y la costumbre familiar fueron importantes factores que hicieron que hoy en día en casa la música fuerte sea un integrante más de la familia, y que las canciones en el auto, cantadas a los gritos, sean siempre bienvenidas con total normalidad. Gracias a crecer rodeada de guitarras, pianos, violines y hasta violas, hoy la música tiene un lugar muy especial en mi vida, tan especial que me resulta muy difícil entender cómo hay gente que no se moviliza con el arte de escuchar, cantar o tocar una canción. Creo que la música es un arte que conecta. La música nos conecta con nosotros mismos, con lo más profundo de nuestro ser. Hay canciones que hablan de nuestro pasado, como recordándonos aquello que no hicimos, como reprendiéndonos por callar, por no amar, por olvidar. Hay canciones que, en cambio, nos recuerdan la importancia de vivir, de querer, de atrevernos a más, dejando en sus melodías el gusto de la alegría.
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La música nos conecta con los demás, nos reúne, nos hace iguales. Yo, desde mi casa escuchando una canción, soy igual a aquel otro que la escucha en su casa en Jujuy o incluso en otro continente. La música nos hace iguales porque entra por igual a través de nuestros oídos y llega directo a nuestro corazón. Creo que la música es un arte que sana, repara y logra limpiar muchas heridas. Hay canciones que nos hacen perdonar a los demás y a nosotros mismos. Hay canciones que nos invitan a una segunda oportunidad, que nos invitan a volar alto. La música sana porque nos lleva hasta los lugares más recónditos de nuestro ser, permitiéndonos olvidar por un rato aquello que nos pesa y nos agobia. Hay una canción que me hizo entender un poco esto que dice “… se curarán todas las heridas del corazón, (…) convertiremos las heridas en canción…”. Creo que de eso se trata: de entregarle a una simple melodía la complejidad de un nosotros mismos para que, entre silencios y armonías, todo aquello se convierta en un gran himno de vida. Hoy la música me acompaña, me refresca la cara, me invita a siempre seguir adelante. En ella encuentro un refugio, un lugar en donde puedo habitar. El 22 de noviembre se celebra el Día de la Música. Que en este día sepamos aprender a ser un poco como ella. Que podamos ser melodía para los oídos de los demás, que podamos ser remanso para quienes necesitan un poco de paz. Hoy la música nos recuerda la importancia de saber escuchar, para volver a empezar de nuevo, dándonos también la chance de sanar.
REFLEXIONES
6 Juanjo Mayer
juanjomayer@gmail.com
Saber esperar
Es difícil escapar al ritmo de Buenos Aires, sobre todo a la vorágine que vivimos día a día, en la que no podemos esperar 10 segundos para que cargue un sitio web; en la que desesperamos cuando el colectivo lleva 15 minutos de retraso, cuando el tren está lleno o cuando el tráfico no nos deja avanzar; en esos días en que la fila del supermercado copa los pasillos o la fila del peaje es eterna. Ni hablar del tiempo que perdemos en la sala de espera de una guardia médica, en donde hay carteles que indican que los que esperamos somos o debemos ser pacientes. Tener la calma o tranquilidad para esperar hoy en día no es para cualquiera. Para los diccionarios, se trata de tener la capacidad de tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, sin quejarse ni rebelarse. Sin embargo, pienso que saber esperar o ser consciente de que las cosas tienen su tiempo implica también conocerse a uno mismo y entender que hay cosas que no podemos controlar, que dependen de alguien más. La paciencia, que todo lo alcanza, en palabras de Santa Teresa, es un fruto de los dones del Espíritu Santo y reflejo
de nuestras experiencias, de nuestra sabiduría y del valor que le damos a nuestro prójimo. ¿Acaso no nos sentimos bien cuando alguien más está siendo nuestro “paciente”? Cuando tenemos esta actitud, no sólo estamos compartiendo nuestro tiempo, también estamos transmitiendo nuestra confianza en el otro, reconociendo que tiene capacidades. Luego el tiempo dirá si las cosas que esperábamos que sucedieran llegan a buen puerto y en el momento adecuado. Al mirar atrás, nos damos cuenta de que tenía que ocurrir de esa manera, de que los planes y los tiempos de Dios no son iguales a los nuestros; y, de estos momentos, tomar el aprendizaje. ¿Qué hay de bueno en haber esperado un poco más? ¿Qué hubiera pasado si ocurría antes? Podemos hacer el ejercicio de la paciencia con quienes nos rodean, aunque sea con cosas simples. Podemos pedirle al Espíritu Santo sus dones para que nos inspire, y ayude a atravesar momentos difíciles. Es una muy buena oportunidad para encontrarnos, para tomarnos las cosas con calma, y de a poco aprender a esperar.
ESPIRITUALIDAD 7 REFLEXIONES Ignacio Rico
ignaciorico01@gmail.com
Árboles
Hacia las alturas, por las profundidades.
Los árboles son, para el hombre, algo más que una expresión viva de la creación. Son sombra, vida, medicina, leña, fuego, calor, color y belleza. Pero, para la semilla, es el sueño hecho realidad, su plenitud. Pues todo comenzó ahí. Resulta milagroso, y uno de los mecanismos más increíbles de la vida, cómo de algo tan pequeño pueden surgir los árboles, las plantas, las flores… ¿qué sería de la tierra sin su presencia? Desde el brote de pasto más tierno hasta el Eucalipto más imponente, una misma vida corre por el tronco del Roble y por la generosidad del Naranjo. No importa cómo, todos están en su lugar, ofreciendo lo mejor de sí. En el momento que les toca, respetando las etapas y las estaciones. Experimentan que hay verano porque hay invierno. Algunos, como el Fresno o el Arce, tienen la capacidad de adornar sus ramas con las más profundas tonalidades antes de entregar sus hojas al alfombrado suelo otoñal. Otros, en cambio, como el Jacarandá o el Lapacho, se visten de fiesta para recibir a la primavera, luciendo flores de colores vivos, que transforman el paisaje allí donde se encuentran. Uno de los secretos del crecimiento de la semilla es que para empezar a vivir necesita de la oscuridad; las raíces no pueden crecer en plena luz, pues se secarían. Los nutrientes se encuentran en la oscuridad de la tierra y, si la semilla no transita la oscuridad, no puede llegar a la luz. Esta oscuridad está llena de movimientos vitales. Una vez que la humedad activa la vida, la semilla comienza a mutar. Después crece la raíz, que cumple la función de absorber los nutrientes y anclarse en lo profundo para que pueda brotar, en su momento, el tallo. Para ir hacia arriba, necesita primero ir hacia abajo, para recién ahí asomarse en la tierra.
Los árboles son maestros en el arte de la paciencia. Son lo que son gracias a ella. Nunca van a crecer lo suficientemente rápido, ansiosos por percibir más luz, si sus raíces no pueden mantener erguido el tronco. Y, sin que nadie lo perciba, estas raíces siempre siguen creciendo, cimentando en la tierra. También son maestros de la humildad, el arte de andar en la verdad. Enraizado en el latín “humilitas”, guarda relación con “humus”, tierra, porque el humilde apoya sus pies en la tierra. Y los árboles, más que los pies, están plantados en ella. Nacen del suelo y siempre permanecen unidos a él, como todo proyecto que nace de la tierra y que, si se desarraiga por alcanzar el cielo, se secaría. A su vez, quien anda con los pies en la tierra, quien empieza a aceptar su geografía, se abre a verla con una chispa viva que se llama humor, que va de la mano de humus. Y esa chispa, si prende en la realidad, la ilumina con una nueva luz, que en los hombres se llama sonrisa, risa o carcajada. En los árboles se llama fruto, aroma o flor. Me gusta creer que en el cielo debe haber muchos árboles, de los más diversos colores y tamaños. A lo largo de las montañas y hasta la orilla de los mares. Y que, si hay un templo en donde se encuentra Tata Dios, este es un gran bosque en el que las columnas no son de piedra sino que son troncos, los arcos no son macizos sino ramas esbeltas, y el techo es un gran tejado de hojas por donde se filtra la luz diáfana que ilumina a todos los que salen a abrazar al Padre. Los árboles que se caen luego de dejar su descendencia entregan su leña para el fuego que reúne a todos los hermanos. Y la madera más fina se usa para confeccionar las guitarras y los violines que entonan canciones e himnos en torno al gran fogón.
8 JÓVENES
44 ° PEREGRINACIÓN
“Madre, danos fuerzas para u El pasado sábado 6 de octubre peregrinamos hasta la Basílica de Luján junto a los seminaristas del Seminario Diocesano San Agustín, el Colegio San Juan el Precursor y la Parroquia Niño Jesús de Praga. En esta edición, contamos algunas de las experiencias. “Algunos dicen que es un sacrificio. Yo no sé si todos se lo toman así. ¿Es un camino largo y cansador? Sí. ¿Te duelen los dedos, los pies y los gemelos? También. No es la primera vez que hago esta peregrinación, y gracias a Dios en todas estuve acompañado por mis amigos del San Juan. Sí, obvio que un sábado preferimos ir al río a tomar unos mates; pero cada uno de nosotros sabía que, cuando llegáramos a Luján a visitar a la Virgen, iba a valer totalmente la pena (como todas las peregrinaciones pasadas). Por eso mismo, no lo vemos como un sacrificio, sino como un día compartido con amigos y acompañados por la Virgen. En medio del camino, un policía sorprendido nos dijo que estábamos locos. ¿Estamos locos? ¿O somos los más cuerdos del mundo...? Depende de lo que elijas creer”. (Juancho Wernicke, 20 años)
“Caminar hasta Luján fue una experiencia muy linda y distinta a todo lo que vivo en mi día a día. Me encantó ver cómo no sólo la comunidad de la Catedral sino también miles de otras personas caminábamos con un mismo objetivo. Por momentos pensé que no llegaba; pero la energía y la buena onda de todos me dieron fuerzas para seguir. Pude reflexionar, reírme y charlar con personas que no conocía y que me iba encontrando durante la caminata. ¡Valió la pena el esfuerzo y lo disfruté muchísimo!” (Pili Maschwitz, 18 años)
“Hace varios años que no iba a la peregrinación, pero aún me sigue sorprendiendo la cantidad de gente que se acerca a rezarle a María. De distintas edades, provincias y comunidades… Al llegar a Luján, me impresionó el recibimiento de la gente, el apoyo que veía en cada una de las personas que llegaban, abrazadas y juntas. Fue un lindo momento para rezar, conocer gente nueva y peregrinar en comunidad”. (Mili Pacheco, 23 años) “Del camino hacia Luján puedo rescatar muchas cosas. Conocí a un seminarista de nuestra diócesis y me contó mucho acerca de cómo era un día en el seminario. Conocí a la comunidad de Benavídez Sur, quienes fueron un enorme impulso cuando ya el cuerpo me pedía que frenara poco antes de llegar a Luján, y que no pararon de transmitir su alegría y ganas a todo el resto. También me gustó mucho cómo nos recibió la gente al entrar en la ciudad, al abrir las puertas de sus casas y salir a la vereda para arengar a los peregrinos. Por último, y lo más importante, me llevé muy adentro la gran fe de la gente más humilde, personas que me hicieron reflexionar mucho sobre que no hay que ser un gran teólogo para conocer a Dios, sino simplemente poner delante de Él todo lo que uno tiene por más ‘poco’ que sea”. (Pedro Lando, 23 años)
JÓVENES 9
ACIÓN A LUJÁN
ara unirnos como hermanos”
“¡Luján fue una experiencia muy linda! Cansadora, pero al mismo tiempo divertida, para pasarla bien con amigas y a la vez reflexionar. El camino te pone pruebas que a veces te hacen pensar que no podés más, pero hay que seguir porque la sensación de llegar es realmente indescriptible. Vale la pena el esfuerzo y el sacrificio. ¡Lo disfruté mucho!” (Anita Lynch, 18 años)
“Hacia el final de la peregrinación me faltaban las fuerzas, el cansancio ya se había acumulado, los pies me dolían mucho y las ampollas tenían pocas ganas de dejarme llegar hasta la Basílica. Unas 15 cuadras antes de llegar, nos encontramos con un grupo de Benavídez Sur, que venían caminando desde General Rodríguez. Con sus cantos, aplausos y gran alegría, hicieron que lo que quedaba del camino fuera mucho más disfrutable. Caminamos juntos hasta el final y llegué feliz gracias a ellos, ¡muchas gracias Benavídez!” (Cata Beccar Varela, 22 años)
“-Así es nuestra realidad, la decisión de caminar en grupo es ganar, es sentir que el afecto nos mueve para decir que si canto solo no quiero cantar-. ¡Y no cantamos solos! Fuimos tantos de distintas partes, llevando personalísimos agradecimientos, pedidos y fatigas. Todos en una única ofrenda, en una misma oración unidos. Gracias María por recibirnos como somos, por darnos ocasión de rezar (caminando y no) y reconocernos hermanos”. (Tebi Mentruyt, 25 años)
“La peregrinación fue un experiencia muy distinta. Es una locura ver a toda la gente, de distintos lugares, edades y parroquias, que va caminando a la par de uno; todos ahí por razones completamente distintas y sin embargo unidos por un mismo objetivo. Me sorprendió mucho la buena onda de todos, no sólo de los peregrinos sino de la gente que ofrecía agua y comida, siempre con una sonrisa. Eso te daba la fuerza para seguir y finalmente tener la satisfacción enorme de llegar a la Basílica. Esa alegría no te la saca nadie”. (Cami Ambrosoni,18 años)
10 SOCIEDAD Agustina Santa María
agus.sm1988@gmail.com
¿Cómo desarrollar hábitos saludables en la alimentación de nuestros hijos? Los niños aprenden a través del ejemplo. Por eso invito a los padres a ser ejemplo, una experiencia a través de la cual se enriquecerán todos como familia. Como psicopedagoga, el objetivo de esta nota es ayudar a concientizar a las familias acerca de la alimentación de los hijos. Voy a trabajar desde una mirada preventiva, a través de la cual se puede ir educando en hábitos. Desde pequeños aprendemos la importancia de la alimentación saludable. Los primeros años de vida son fundamentales para desarrollar hábitos y gustos que pueden durar toda una vida. He aquí la importancia de que los padres puedan comunicar efectivamente a sus hijos la mejor manera de alimentarse, evitando fomentar complejos o aversión a la comida. Cada niño es un mundo y los padres deben adaptarse a los temperamentos de cada uno, a sus etapas de vida y a las circunstancias que rodean a la familia. No siempre se puede comer de modo 100 % saludable y cada etapa de desarrollo tiene sus necesidades particulares. Los niños aprenden más al ver a sus padres comiendo que de lo que ellos les dicen. Es un trabajo en equipo. Los niños imitan. Si los padres les dicen “hay que comer vegetales” pero ellos no lo hacen, los niños tampoco lo harán. Por ende, la manera más efectiva es con el ejemplo. Y hay que ser consistentes. Si los menores ven que sus padres incluyen frutas, vegetales y otros en su alimentación diaria, es probable que ellos estén más dis-
puestos a intentarlo. Por otro lado, tampoco es saludable obsesionarse con la alimentación o ser muy críticos. Si una madre está obsesionada con las dietas o el peso, es posible que sus hijos aprendan de lo que ven. En este aspecto, la educación es primordial. Como padres debemos ser conscientes de lo que proyectamos a nuestros hijos. El mejor momento para hablar sobre la alimentación es cuando comemos juntos sin distracciones, ya sea durante el desayuno, el almuerzo o la cena. Esto, además, ofrece una oportunidad para los padres para establecer límites a las distracciones que pueden llevar a los niños a comer de más o muy poco. A la hora de cenar, tener reglas es de vital importancia. Por ejemplo, no fomentar que los niños ingieran sus alimentos frente al televisor o, en el caso de los adolescentes, que usen el teléfono celular en la mesa. Los niños van a manifestar tendencias que no son aprendidas, sea por su etapa de desarrollo o por su personalidad. Hay que respetar las características individuales de cada uno: mientras algunos en edad preescolar presentan poco interés por la comida, otros presentan hambre constante, y otros ingieren sus alimentos dependiendo de la apariencia. No obstante, es importante conocer los gustos y presentarles nuevos alimentos para que vayan ampliando su alimentación.
ESPIRITUALIDAD Mechi Ruiz Luque
3 de noviembre
San Martín de Porres
mechiruizluque@gmail.com
11
@mechiruizluque
Sencillos y humildes de corazón
El 3 de noviembre celebramos a san Martín de Porres, conocido también como “el santo de la escoba”. En las imágenes siempre se lo representa con este elemento, como símbolo de su humildad. Martín nació en la ciudad de Lima, Perú, en el año 1579. Era mulato, hijo de un caballero español y de una negra libre panameña. En 1594 entró en la orden de los dominicos, en donde practicó los oficios más humildes y siempre puso las necesidades de los demás antes que las suyas. A lo largo de su vida, realizó innumerables milagros y curaciones, a los que no daba importancia y trataba como si fueran cosas naturales. Sumado a eso, el estar siempre a disposición de los demás hizo que fuera visto como un hombre santo, a quien muchos acudían para pedirle ayuda y consejo. San Martín de Porres fue un hombre manso y humilde de corazón, que consagró su vida a Dios a través del servicio, la humildad y el amor a los demás. Ser como vasijas de barro La palabra “humildad” viene del latín humilitas, cuya raíz es humus, que significa “tierra”. Ser humilde no es tener baja autoestima. Al contrario, la humildad está relacionada con el amor propio, con reconocer lo que uno es y aceptarse incluso con las propias limitaciones. Nadie es superior a nadie. Cuantos más dones tiene una persona, más debe esforzarse por ponerlos al servicio de los demás. Las virtudes no son para “creerse mil”. Porque, si se llega a ese punto, dejan de ser virtudes. Por eso es conveniente ser conscientes de dónde venimos y de las oportunidades que tuvimos. Por más de que algunos logros sean en parte fruto de nuestro esfuerzo, debemos reconocer que siempre alguien nos primereó en algún sentido: tuvimos padres que nos estimularon desde temprano, algún amigo que nos enseñó determinada habilidad, un profesor que nos transmitió algún conocimiento
con pasión, alguien que nos motivó a llevar adelante algún proyecto... Y, lo más importante, tuvimos a alguien que nos amó primero; nos perdonó todo por anticipado; nos regaló una vida, una familia, amistades, dones para desarrollar, oportunidades para aprovechar. Ese alguien es Dios. Todos los cristianos somos como vasijas de barro: somos frágiles y podemos quebrarnos fácilmente. Pero llevamos dentro de nosotros un tesoro: el Espíritu Santo, que nos habita y nos hace fuertes en la debilidad. Por eso, en esta oportunidad les propongo que tratemos de ser conscientes de nuestras pobrezas y limitaciones humanas. De nuestro barro. Y ser conscientes, también, de que todo lo que tenemos es un regalo de Dios. Nosotros sólo somos instrumentos en su obra. Por lo tanto, todos nuestros esfuerzos y logros no deberían ser para gloria nuestra, sino para la de Él. Que Dios, por intercesión de san Martín de Porres, nos conceda el don de ser sencillos y humildes de corazón.
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SOCIEDAD
Felipe Dondo
felipejmdondo@gmail.com
20 de noviembre
Día de la Soberanía
De habitantes a ciudadanos
En una carta dirigida a su amigo Tomás Guido desde el exilio, San Martín afirmaba, refiriéndose a los ingleses y franceses: “Habrán visto por esta muestra que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca”. Así comentaba uno de los hechos de armas más renombrados de nuestra historia: la batalla de la Vuelta de Obligado. El 20 de noviembre de 1845, una flota anglo-francesa formada por 22 barcos de guerra y 92 buques mercantes llegó a un recodo del río Paraná denominado Vuelta de Obligado. Su objetivo era llegar a Corrientes y entablar relaciones de comercio libre con la región sin la autorización de Buenos Aires. Para detener el paso de los dos países más poderosos del mundo, el general Lucio Norberto Mansilla había cruzado tres cadenas a lo ancho del río usando 24 lanchones y, a su vez, había dispuesto un ejército de dos mil hombres en las costas. Fue una larga jornada de acciones heroicas por ambos bandos, que terminó con la derrota del ejército argentino ya que los invasores lograron cortar la cadena y navegaron río arriba. Sin embargo, su superioridad numérica (más de cien cañones suyos contra unos 35 nuestros) y tecnológica (mayor alcance y puntería) no les garantizó una victoria rápida. Definitivamente, el ejército argentino resistió con bravura, según los testimonios de la época, porque lo que estaba en juego era ni más ni menos que nuestra soberanía. Y valió la pena, porque poco tiempo después tanto Inglaterra como Francia abandonaron sus pretensiones sobre nuestro territorio.
En reconocimiento a ese esfuerzo por defender lo propio, desde hace algunos años celebramos, cada 20 de noviembre, el Día de la Soberanía. No porque hayamos vencido, sino porque ese día luchamos por defenderla aunque parecía inútil el intento. Hoy seguimos teniendo nuestras “Vueltas de Obligado”. Como parte de un mundo globalizado, las influencias entre los distintos países son cada vez más rápidas, directas y, a diferencia de antes, incruentas (al menos en estas latitudes). Sin embargo, la soberanía implica pensar por nosotros mismos. Es decir, ser capaces de elegir qué queremos tomar de afuera y qué no, sin dejar que nadie nos imponga nada. En particular, este año se está dando con mucha fuerza el avance del feminismo, el aborto y la ideología de género sobre nuestra vida nacional. Todas estas concepciones forman parte de los programas de desarrollo que proponen la ONU y otros organismos internacionales, custodios del pensamiento hegemónico actual. A nosotros, como ciudadanos de una patria libre y soberana que fue de nuestros padres y será de nuestros hijos, nos toca hoy elegir qué hacer con eso. ¿Los dejamos navegar libremente por nuestras aulas, hospitales y hogares o nos ocupamos nosotros de pensar las soluciones para esos problemas, en lugar de tomarlas de otros lados tal cual vienen diseñadas? A fin de cuentas, el dilema siempre es el mismo: seguimos siendo colonia o nos convertimos en un país libre, seguimos siendo meros habitantes o nos convertimos en ciudadanos.
RECOMENDADOS El staff de Bienaventurados selecciona sus preferidos y te los comparte. ¡No te los pierdas!
Libros
Películas
PAPELES EN EL VIENTO
Mi obra maestra (Argentina, 2018)
EDUARDO SACHERI Alfaguara, 2011
La historia de cuatro amigos de la infancia que, de grandes, toman caminos muy diferentes. El Mono muere dejando una hija y un problema: invirtió todos sus dólares en un delantero que no mete goles y ahora es invendible. Fernando, Mauricio y el Ruso intentarán resolverlo. Una novela sobre la amistad, el fútbol, la muerte y el humor. ¡Sí, todo eso!
Arturo, exitoso dueño de una galería de arte, está preocupado por su amigo Renzo, pintor con talento pero en decadencia. Entonces diseña un plan para remontar la carrera del artista. Una película divertida sobre el valor de la amistad en los momentos difíciles de la vida.
La vida de Pi (Estados Unidos, 2012) Un orangután, una cebra, una hiena y un tigre son la compañía de Pi en un bote salvavidas en el medio del océano. Una película con una historia sumamente original, por momentos surrealista y con un final que da mucho que hablar.
Salidas Museo de Arte Moderno
LA LLAVE DE LA BUENA VIDA
JOAN GARRIGA BACARDÍ Planeta, 2014 Saber ganar sin perderse a uno mismo, saber perder ganándose a uno mismo. Este libro cuenta la historia de la llave que un hijo recibe de sus padres, y que encierra una gran metáfora del buen vivir.
Acaban de terminar su remodelación y vale la pena visitarlo. Martes a viernes de 11 a 19 h. Sábados, domingos y feriados de 11 a 20 h. Jubilados gratis. Av. San Juan 350, CABA. Para aprovechar el viaje, pueden pasar también por la feria de antigüedades de San Telmo, que queda a dos cuadras.
Música Concierto coral en la Catedral El Ensamble Vocal Nubia, dirigido por Pablo Luciano Zartmann, invita a disfrutar de su concierto coral, que será el domingo 2 de diciembre a las 16 h en la Catedral. La entrada es libre y gratuita.
AVISOS VAMOS A LUJÁN
¡Qué linda experiencia es ir a Luján como comunidad parroquial! Lo vivimos el año pasado cuando, convocados por nuestros obispos, fuimos a festejar los 60 años de la diócesis. Y allí, María nos puso en movimiento y dejó su huella. Por eso este año queremos repetir el gesto y vivir esa experiencia de comunión viva y real. Con el consejo pastoral, nos propusimos peregrinar nuevamente como comunidad. Sabemos que peregrinar es caminar por algo y hacia un lugar de llegada. El camino que nos proponemos es siempre una marcha hacia adelante; porque vivir es caminar, es dar pasos hacia el futuro. Vamos a agradecer a María por todo este año y a pedirle que nos enseñe a vivir como una comunidad abierta de corazón, unida, solidaria, misericordiosa y alegre. Queremos invitarlos nuevamente a visitar la casa de nuestra Madre y, unidos, pedirle por toda nuestra gran familia parroquial. Elegimos el feriado del lunes 19 de noviembre. A las 11 h celebraremos misa en la Basílica y después iremos al mismo club que el año pasado, a compartir con los demás, y de paso comer unos choris y algo de carne a la parrilla. Es una buena oportunidad para conocernos, escucharnos, comprendernos y pasarla bien. Para los que no tengan auto, habrá ómnibus que saldrán de la parroquia. Por favor, anotarse en la secretaría parroquial. La invitación es abierta a todos, para los que vienen o no a misa, para los que se sienten que están más o menos alejados, para los que no se sienten recibidos. ¡Vamos todos, vengan todos! ¡María nos espera!