Edición mayo 2013

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REVISTA

BIOMA

MAYO 2013

ISSN 0719-093X

VIDA AL SUR DE LA TIERRA

HUINAY

Fuente de riqueza biol贸gica VARIEDAD CULINARIA DEL SUR Mercado de Angelm贸 ANILLADO DE FLAMENCOS Laguna Puilar


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BIOMA VIDA AL SUR DE LA TIERRA

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EN ESTA EDICIÓN HUINAY, fuente de riqueza biológica En la región de los lagos cuando comienzan los primeros días de abril, el clima llama, con las palabras del viento de la Patagonia norte, al manto de neblina que entra tímidamente a sólo unos metros por encima de las aguas del Fiordo Comau...

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MERCADO DE ANGELMÓ, variedad culinaria del sur Indudablemente los sabores del sur de Chile son muy particulares, ¿estará en el espíritu de su gente?, ¿tiene que ver con el frío y la lluvia? o ¿la esencia mágica de la tierra? Bueno, sea como sea, creemos que es la suma de un todo...

Cuatrocientos cincuenta flamencos andinos vuelan con anillo para su seguimiento En el marco del Plan de Conservación de Flamencos Altoandinos, la Corporación Nacional Forestal CONAF...

EL PULSO DE LA NATURALEZA Es un espacio donde la vida toma un carácter interpretativo, las sensaciones y la percepción de todos los sentidos humanos adquieren protagonismo. Textos de Mario A. Ortiz Lafferte.


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EDITORIAL EDITORIAL Huinay, fuente de riqueza biológica El ecosistema de Huinay es una suma de paisajes eclécticos y participantes de una simbiosis infinita donde las especies han sabido resolver su renovación constante desde tiempos remotos. Los sotobosques de estas latitudes han evolucionado en particulares distribuciones geográficas, algunos han logrado proliferar en las costas casi tocando el agua del Fiordo mientras que otros rozan el cielo y las nubes en una eterna búsqueda de luz solar. En tanto bajo las aguas, allí donde la luz del Sol llega tímida, las comunidades bentónicas compiten en diversidad con la superficie, mientras más abajo Corales, Anémonas, Braquiópodos, Gastrópodos o Esponjas llenan los espacios dando energía vital a estas heladas aguas. En la superficie las comunidades pelágicas tratan de brillar con sus propias virtudes, la vida brota y fluye por doquier en un ir y venir de formas y colores. Así es Huinay un lugar donde el Alerce milenario le da la mano al zooplancton y el oxigeno es tan puro como el azul del cielo que baña las aguas del fiordo en primavera. Exploramos el territorio indómito de Huinoi (Alerce retorcido en lengua Huilliche) una mágica tierra de contrastes naturales con una sorprendente belleza escénica. Pero este asombroso paraje aún nos guarda más secretos, que sin duda descubriremos para ustedes. BIOMA Magazine acknowledges the collaboration San Ignacio del Huinay Foundation, its manager Mrs. Maria Teresa Gonzalez, also a manager Mr. Reinhard Fitzek and all the team of scientists and volunteers who welcomed us. Bienvenidos a esta nueva edición de Revista BIOMA César Jopia Quiñones Director 05


Huinay


Fuente de riqueza biol贸gica


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n la región de los lagos cuando comienzan los primeros días de abril, el clima llama, con las palabras del viento de la Patagonia norte, al manto de neblina que entra tímidamente a sólo unos metros por encima de las aguas del Fiordo Comau. Una escena fantasmagórica que no tiene otro fin, más que dar un halo de mística a un paisaje tan profundamente hermoso que es difícil de imaginar sin ser testigo presencial de este espectáculo de la madre naturaleza. Provenientes desde la localidad de Hornopiren, llegamos en la “San Ignacio” una lancha con la que cruzamos el Golfo de Ancud para entrar posteriormente en el Fiordo que se interna en el continente unos 46 kilómetros. Las aguas están en calma mientras un grupo de Toninas (Cephalorhynchus eutropia) nos escoltan con saltos y juegos, lo que interpretamos como una señal de buenos augurios para nuestro viaje. El paisaje es sobrecogedor, los bosques laurifolios valdivianos se precipitan hasta el borde mismo del fiordo, como si los árboles se disputaran entre ellos por un poco de espacio. La frondosa vegetación compuesta por Arrayanes, Canelos, Tepús, Tepas, Ulmos o Mañíos -por nombrar algunos- no permite escudriñar más al interior de esta accidentada geo-

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grafía, por ello reflexionamos, que alegría es pensar que aun hay tantos remotos rincones no explorados y por ello están a salvo de la intervención humana, ¿Cuántos secretos guardarán? En el rumbo que llevamos por el fiordo, cuando el Sol desaparece tras las montañas que flanquean esta extensión de mar, podemos ver como lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens) se las ingenian para reposar sobre boyas que pertenecen a las instalaciones flotantes de las salmoneras que están repartidas por el borde costero. A la distancia y luego de una hora de navegación, en una ensenada está el Centro Científico Huinay administrado por la Fundación San Ignacio del Huinay, quienes lo fundaron en año 2001. Estos sofisticados laboratorios e infraestructura son un importante aporte al estudio del eco desarrollo sustentable del potencial biológico de la Patagonia norte, especialmente de los fiordos continentales como hábitats de una gran biodiversidad marina. La vista es magnifica desde el embarcadero del Centro científico, una ensenada decorada con las tonalidades más diversas que se puede imaginar y todo coronado por montañas escarpadas que sobrepasan los dos mil metros de altura, hasta donde alcanza la vista vemos como sus inclinadas laderas son masivamente pobladas por bosques siempre verdes patagónicos. Un Martín pescador (Megaceryle torquata stellata) posado sobre una piedra espera a ver que puede en-




contrar en las aguas más someras de este estuario. A espaldas de esta ave vemos como se alza el Cerro Tambor, un macizo vestido de verde que alberga una biogeografía botánica digna de explorar, un equipo de científicos europeos nos espera, ellos realizan investigaciones en Huinay por lo que su compañía es valiosa para nosotros. El ascenso comienza temprano, en tramos nos ayudamos por cuerdas de apoyo, la jornada se vuelve intensa y de alta dificultad, pero la magia sucede a nuestro alrededor, el aroma a tierra húmeda enriquecida con oxigeno extremadamente puro nos conforta. Al salir de los bosques con marcados elementos laurifolios tipo valdiviano que se encuentran a nivel del mar (hasta los 650 m.s.n.m.), entramos poco a poco a formaciones de bosques siempreverdes patagónicos, una densa presentación vegetal con características importantes de endemismo. En estos sotobosques los hongos terrestres hacen gala de su multiformidad y color, en un ambiente que uno esperaría naciera de un cuento de gnomos y de hadas. La fría noche nos sorprende con un manto de estrellas que iluminan el Fiordo, ochocientos metros más abajo. Un pequeño refugio con la vista más abrumadora que se pueda imaginar nos cobija, la mañana siguiente parte del equipo sube a la cima sólo para maravillarse con la bóveda azul del cielo patagónico. Sin que pudiéramos captar adecuadamente en la memoria de nuestra cámara una Vizcacha (Lagidium viscaccia) huye de nuestra lenta reacción, como di16


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ciéndonos este limite entre el cielo y la tierra me pertenece. Descender nos toma otro día más. Al ver hacia abajo, en la profundidad de esta falla tectónica longitudinal, que se extiende de norte a sur, especulamos sobre la rica vida bajo sus aguas más allá de las 34.000 hectáreas que corresponden a esta zona biogeográfica protegida por la Fundación San Ignacio del Huinay. Con un máximo de casi 500 metros de profundidad el Fiordo de Comau o Leptepu guarda una prominente diversidad biológica de especies bentónicas y pelágicas, este conocimiento se ha acrecentado gracias a los constantes sondeos e investigaciones realizados por la Fundación de mano con expertos de todo el mundo en este increíble ecosistema marino. Este paisaje modelado por antiguos glaciares continentales, heredaron en la actualidad un mundo aparte, con lo esencial para generar un hábitat primigenio, desde la fértil biomasa húmeda de sus bosques hasta la indómita profundidad de las aguas circulantes del Fiordo. Este es Huinay, una fuente de riqueza biológica, bien protegida y de la cual aún queda mucho que aprender y descubrir...

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Mercado de Angelm贸 variedad culinaria del sur

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ndudablemente los sabores del sur de Chile son muy particulares, ¿estará en el espíritu de su gente?, ¿tiene que ver con el frío y la lluvia? o ¿la esencia mágica de la tierra? Bueno, sea como sea, creemos que es la suma de un todo. En el mercado de Angelmó, en la décima región, que es un destino famoso por sus restaurantes sobre palafitos, muy típicos de la zona chilota, nos detuvimos a ver de cerca su quehacer diario y sus productos. Una paleta de colores, texturas y aromas brotan desde los puestos, los vendedores nos atienden amablemente acentuando los atractivos y beneficios de los alimentos que dan la tierra y el mar, mientras afuera llueve y la tarde se apaga pausadamente. En eso estamos cuando un par de Mellas o Chuañes puestos sobre un mantel roban nuestra atención, sin entender de qué trata, nos aproximamos… nos explican que consiste en una masa de papa cruda rallada, mezclada con harina y envuelta en hojas de Nalca (Gunnera tinctoria) una sencilla receta cocida en horno o al rescoldo a la que finalmente se le puede esparcir azúcar. A primera vista no tiene encanto para un Gourmet, pero es un alimento funcional, como pan en una mesa para una familia numerosa en los parajes solitarios propios de nuestro Chile austral. Ni bien nos volteamos para seguir

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buscando más sorpresas y distinguimos unos ataditos de Chupones o Quiscales (Greigia sphacelata) que no son más que un “caramelo” de la interminable despensa de la naturaleza, de la familia de las Bromelias este dulce producto de los bosques es casi un compañero de travesuras para niños. También en esta variopinta dosis de vegetales comestibles hayamos el famoso Ajo Chilote (Allium ampeloprasum) este gigante de la cocina chilota es apetecido no sólo por su sabor, sino que además nos enteramos de sus propiedades positivas para la salud incluso para mejorar el rendimiento sexual, bueno, eso dicen. Asimismo, vemos Piñones o Ngüilliu el fruto sagrado del pueblo mapuche, como semilla de la Araucaria (Araucaria araucana) tiene un gran valor nutricional llegando a tener, por ejemplo 100 gramos de esta semilla 221 calorías, además contiene proteínas, lípidos e hidratos de carbono. Inmediatamente al lado de los Piñones hay cajas de madera llenas de Chalotas de Chiloé o Escalonias (Allium ascalonicum). Si bien las Chalotas son de origen Asiático, esta pequeña cebolla apiñada en dientes como los ajos, de la familia de Liliáceas es parte importante del recetario sureño en sus diversas variedades. Finalmente nos rodeamos del sabor y el color de todo lo entregado por el mar, pescados, mariscos, crustáceos y cefalópodos. La Sra. Patricia Zúñiga prepara bandejas de jaibas y locos para la venta, en tanto nos regala su cordial sonrisa a los pies de su envidiado brasero en esta tarde lluviosa en el sur.




Anillado de Flamencos

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n el marco del Plan de Conservación de Flamencos Altoandinos, la Corporación Nacional Forestal CONAF, Región Antofagasta, realizó una importante actividad que consistió en la instalación decuatrocientos cincuenta anillos a flamencos andinos(Phoenicoparrusandinus) para su seguimiento. El anillamiento que se efectuó en la laguna Puilar, del Salar de Atacama de la Reserva Nacional Los Flamencos, permitirá mantener el seguimiento del desplazamiento de estas aves en el norte de Chile y los países fronterizos. En el evento estuvo presente personal de la Unidad Reserva Nacional Los Flamencos y Monumento Natural La Portada, personal de CONAF de la Región de Tarapacá, la comunidad indígena de Toconao y profesionales de SQM, entidad que actuó como facilitador en la gestión de la adquisición de los anillos en el marco del Convenio de Cooperación Técnica entre CONAF y SQM para las acciones de conservación de flamencos en el Salar de Atacama. La importante actividad forma parte del Programa Internacional de Marcaje de Flamencos Altoandinos del Grupo de Conservación de Flamencos Andinos que integran los países de Argentina, Bolivia, Chile y Perú.Sin embargo, a partir de la década de los ochenta en la región, la institución ha efectuado acciones de conservación de flamencos altoandinoscomo evaluación de colonias y marcaje. El año 2004 realizó anillamiento en la Laguna Puilar y el último, el 2006 en

la Laguna Barros Negros. Ricardo Moyano, Director Regional de CONAF destacó que “es importante conocer más sobre estas aves y su desplazamiento en la zona, a través de la aplicación tecnológica, y al mismo tiempo, aportar al conocimiento científico de la especie. También, es relevante destacar que CONAF ha realizado importantes estudios relacionados con la reproducción de los flamencos en el Salar de Atacama. Todo esto, en favor de la conservación y protección de la especie”. Enfatizó. Anillos Los anillos son instrumentosde marcaje, cuyo objetivo es distinguir individuos durante las acciones de monitoreos ejecutadas por Guardaparques, para luego obtener información a través de los avistamientos de flamencosanillados que se desplazan en la Subregión ecológica de la Puna de los Andes Centrales que comprende los países Argentina, Bolivia, Chile y Perú. En este contexto, el gerente de Medioambiente y Comunidad de SQM, Pablo Pisani, indicó “Aportamos con los anillos para estos 450 polluelos de flamencos porque nos ayudará con los monitoreos permanentes, que realizamos junto a CONAF, principalmente al ciclo reproductivo de los flamencos. Por lo que, con esta tecnología podremos efectuar un seguimiento a largo plazo de la vida de estas aves, permitiéndonos realizar un trabajo más sustentable”. 37


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El anillo consiste en un cilindro de plástico de doble capa, de color blanco con letras negras grabadas bajo relieve, con un código único de cuatro letras, su longitud es de 50 milímetros con un diámetro de 17 milímetros. En este caso, el anillo se instaló en la extremidad inferior de flamencos andinos de tres meses de edad. El sistema de códigos en anillos implementado, proviene de la experiencia aplicada hace 40 años en Europa en aves acuáticas. Cada anillo contiene una combinación única de cuatro letras fáciles de distinguir en terreno que no se confunden entre sí. En este caso, cada país mantiene asignada un conjunto de serie con códigos únicos, lo que permite diferenciar flamencos anillados en cada país; a Chile le corresponden 27 mil códigos únicos. Al momento de anillar a cada flamenco, se recolectó una serie de datos de muestreo estandarizado como código de anillo, país, fecha, coordenadas geográficas, sitio de la colonia, especie, peso, entre otros. La Corporación Nacional Forestal de la Región de Antofagasta, actúa como Secretaría Técnica de Flamencos Altoandinos en Chile; entre las diversas acciones que realiza para la conservación de estas especies, se encuentra la ejecución de un Programa de Seguimiento de individuos previamente capturados, a los que se les instala dispositivos para lograr su posicionamiento espacial a través de un tiempo determinado. Entre los métodos de seguimiento de flamencos más usados a nivel

mundial se encuentran la instalación de anillos, que permiten la observación directa de individuos a través de equipos ópticos como binoculares y telescopios terrestres, y el uso de transmisores satelitales, que permiten el seguimiento remoto a grandes distancias. Ambos métodos de seguimiento de individuos son complementarios entre sí, por lo que dependiendo de cuál se utilice será posible determinar aspectos como, la edad del individuo al momento de su registro en vida libre, edad aproximada de madurez sexual y fidelidad al sitio de nacimiento (filopatría), longevidad aproximada promedio de la especie, rutas de desplazamiento y frecuencia de éstos en el tiempo, patrones de distribución espaciotemporal, uso de los hábitats y sus recursos, entre otros. 39


El Flamenco Andino El Flamenco Andino se encuentra en Categoría de Conservación Vulnerable, su nombre científico es Phoenicoparrusandinus. En la zona norte del país habita en los humedales altoandinos de Chile, distribuyéndose en los países fronterizos como Perú, Argentina y Bolivia. En las lagunas salinas altiplánicas se alimenta de microalgas o deatomeas y microinvertebrados, posee en un plumaje rojizo que lo adquiere a través de su dieta. Alcanza un tamaño de 120 centímetros aproximadamente. Los bordes de sus alas son negras, cuando sus alas están plegadas, su cola forma un triángulo negro. Tiene un pico robusto y curvo, es la mitad basal amarilla y mitad exterior negra. Sus largas patas son de amarillo pálido. La etapa de reproducción de esta especie comienza cuando finaliza el invierno, con las marchas nupciales de cortejo, durante octubre y diciembre se cortejan y comienzan la etapa de nidificación, donde construyen sus nidos, algunos reparan o reutilizan los nidos antiguos que se mantuvieron de la temporada pasada. Durante diciembre y enero, las parejas copulan, y se preparan para la incubación. Anidan en colonias, en lugares solitarios, construyendo un nido con barro similar a una taza, en el que depositan un huevo blanco. no altiplánico; también, intervención Los agentes que amenazan su repro- antrópica donde las personas exducción son variados, depredadores traen los huevos. como el zorro invade sus nidos, la lluvia anega los nidos en las temporadas donde se manifiesta el invier40


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Descubriendo el Mundo Que buena noticia, traen los vientos que descienden de las cumbres poco accesibles del último feudo de las chinchillas... ... el regreso de un antiguo residente. Los reportes son inequívocos, en la cima de las fuertes pendientes, mas allá de los inexpugnables fortines rocosos adornados con chaguales, se proyecta la silueta de un guanaco solitario, que desde hace varios días, deambula por estos parajes, como un símbolo viviente, de la supremacía que alguna vez ostentaron sus antepasados en todo este territorio. La expectación que me provoca esta buena nueva, inevitablemente, me transporta a un episodio que tuve la suerte de observar hace algunos años, en el Parque Nacional Bosque de Fray Jorge. Sector El Mineral, cerca del medio día. Me encontraba en la pequeña terraza de la casa que yo habitaba, cuando llegó hasta mis oídos lo que parecía ser el ruido opaco del galope de un rebaño que provenía de la parte alta, aumentando su intensidad en la medida que se acercaba, provocando una leve vibración en el suelo... En un breve lapso de tiempo, un grupo de guanacos al galope, emergió desde los matorrales, cruzando por delante de la casa, en urgente descenso hacia el lecho de la quebrada.Todavía no salía de mi sorpresa, cuando un poco más atrás apareció una hembra seguida de una cría, que parecía tener pocos días de vida... La guanaca, paso frente a mi como si 42

no se hubiera percatado de mi presencia, siguiendo un itinerario que parecía inalterable, sin embargo, el pequeño volteó la cabeza, mirando con extrema curiosidad hacia donde yo me encontraba... Mientras me miraba con grandes ojos, ávidos por entender el mundo que se desplegaba ante el, intentó frenar, en una maniobra poco sincronizada, que dejo en evidencia, el todavía escaso dominio que tenía de sus largas y torpes extremidades. Como resultado de su temeraria maniobra, el pequeño lactante, resbaló en la tierra suelta. Haciendo gala de gran plasticidad, sus extremidades se abrieron completamente hasta que su cuerpo se estrelló en el suelo, levantando una cortina de polvo, que casi lo hace desaparecer de mi vista... A medida que el polvo se disipaba, pude ver que con movimientos temblorosos, intentaba infructuosamente ponerse de pie, en ese momento su madre llegó en su auxilio. Con extremada delicadeza, puso su frente debajo del vientre de la conmocionada criatura, levantándola del suelo, con un impulso maternal, que me pareció cautivante. En todo momento, pese a lo inesperado del incidente, el frágil chulengo no dejo de mirarme. Con la ayuda de su protectora madre se puso de pie, sin dejar de explorarme con sus grandes ojos profundos y parpadeantes... En medio del alboroto pude oír que la guanaca se comunicaba con él, con una mezcla de sonidos y bufidos casi inaudibles, mientras lo conminaba a retomar el viaje, empujándolo suavemente con su nariz y su frente.


ILUSTRACIÓN: César Jopia Q.

En ese momento me di cuenta que más adelante, los esperaba un grupo de cuatro guanacos adultos, que se mantenían alertas en la distancia, esperando al rezagado. Gradualmente retomó su camino seguido por su enorme madre, que parecía cubrir su retaguardia mientras avanzaban. Sin embargo a cada paso que daba, volvía su vista hacia atrás, para mirarme con un gesto que revelaba, que no podía comprender que diablos había visto. Mientras se unían al grupo y desaparecían galopando entre los matorrales, no tengo palabras para expresar lo que sentí, pero me quiero centrar

en ese momento subyugante, en que la prístina mirada de esta criatura salvaje, se cruzó con la mía, quiero poner énfasis en ese instante mágico, en que nuestras imágenes se reflejaron recíprocamente en nuestras retinas... Me pareció que en ese momento trascendente, convergieron dos mundos paralelos, sentí que en el intercambio de nuestras miradas, se entrelazaron sus circunstancias y las mías, en un conmovedor episodio impregnado por la pureza y la inocencia de una criatura, que recién comenzaba a descubrir el mundo. 43


Para explorar... para descubrir... para conservar...

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