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DEFEN DIENDO el fenómeno del NEAR SHO RING

Podemos considerar el nearshoring como un primo recién nacido de un concepto mucho más difundido y globalizado en las políticas macro-económicas involucradas con la exportación y la importación: el offshoring. Así pues, el nearshoring, un concepto completamente opuesto, surgió recientemente como un fenómeno en el escenario nacional, ello como consecuencia de los acontecimientos involucrados a algunos protagonistas de nuestra prensa y redes sociales; basta decir que Elon Musk, el segundo hombre más rico del planeta, al parecer ha terminado de digerir la compra de Twitter para tomar una siguiente decisión, por supuesto no menos polémica, ni relevante: en acuerdo con el gobierno federal presente, ha decidido domiciliar las operaciones de Tesla en Nuevo León.

Un rápido vistazo a las notas disponibles sobre la noticia, los variopintos análisis disponibles, ya tanto de la pluma de economistas de ocasión como de figuras consagradas en el medio y así como las diversas interpretaciones políticas del suceso, entre ellas, por supuesto, la del fin de la globalización de manos del nearshoring, nos deja con varias interrogantes de utilidades gravables: ¿cuál es la intención de diferenciar dicho fenómeno respecto a la implementación de plantas de manufactura más allá del océano para incrementar los márgenes de utilidad y facilitar diversos movimientos de producción y distribución? ¿Es este el fin de la globalización? ¿De qué platicaron Marcelo Ebrard y Samuel García mientras manejaban recientemente por la flamante nave industrial de Santa Catarina? Así en la tierra, algunas preguntas quedarán sin respuesta.

Pero no todas. El extraño temor al fin de la era de la globalización es un fantasma relativamente reciente que se acerca lentamente a la década de edad. Me explico: el 23 de junio de 2016, cuando Reino Unido celebraba en Gibraltar ese referéndum respecto a su participación en la U.E. iniciando la otrora denominada era del Brexit, un coro devenido de los medios enfocados al mundo empresarial marcaron este hito como el inicio del fin de la globalización. El 20 de enero de 2017, al asumir la presidencia de los Estados Unidos, Trump desplegó el America First y sí, ese también fue el fin de la globalización. Para Marzo 2020, The Economist signó la portada de su edición coincidente con la leyenda goodbye globalization. Y sí, con el advenimiento de la invasión rusa en Ucrania, el presagio permaneció vigente. Y sí, proclamar el fin de alguna era parece ser uno de esos extraños y extraordinarios deportes secretos internacionales (Actis, 2022).

Respecto al movimiento empresarial, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó en su mañanera que la decisión es consecuencia de una serie de compromisos, principalmente relacionados con el empleo del agua para el uso industrial que buscan proteger el recurso en su consumo doméstico, algo que fue tema cerca de un año atrás, cerrando el acuerdo siempre que "el uso en todo el proceso de fabricación de automóviles eléctricos, la utilización de agua reciclada y de tratamiento del agua, incluso para la pintura de los automóviles" no afecte su disponibilidad para la población (Navarrete, 2023). De momento se calcula una inversión inicial de mil millones de dólares, que, durante las distintas etapas de operación podría sumar hasta 10 mil millones USD durante el desarrollo de la “gigafábrica”.

Las cifras hablan. Aún así, en ninguno de los momentos históricos citados hubo un paro dramático a las operaciones económicas de ningún país. Con todo, la participación del comercio en el Producto Interno Bruto (PIB) mundial apenas si ha disminuido ligeramente de su máximo histórico y para muchos teóricos, queda bastante claro que la globalización se encuentra lejos de un estado agónico. Eso sí, está mutando a una velocidad sin precedentes. La analogía puede ser algo lúgubre respecto a los hechos de nuestros últimos años, pero es necesaria.

En general, las interpretaciones carecen de un viraje necesario sobre el enfoque tradicional, que da a la geopolítica en operaciones tradicionales del offshoring el mismo valor que a la música de un ascensor. Así, se pasa por alto que una característica central de la globalización es la infraestructura, a la que corresponde la triste célebre cadena de suministros, y que esta necesariamente atraviesa corredores que jamás se han gestado en un vacío impoluto, sino que necesariamente se corresponden con los intereses de múltiples estados y no-estados; que dicho corredor, vamos, es moldeado activamente por las fuerzas políticas locales que los levantan.

Es en estos marcos que debe entenderse el fenómeno del nearshoring, en el geopolítico y geoeconómico, lo que deja de manifiesto que la infraestructura relacionada no es, y nunca ha sido, ni apolítica, ni neutral. Es en este mismo marco en donde se entiende que el nearshoring venga de la mano con un término acuñado a modo, el del capitalismo estratégico, cuya definición enarbola el hecho ineludible de que los estados intervienen cada vez más en la producción y el flujo de bienes, servicios, datos; en el desarrollo mismo de la tecnología. Es en este escenario en donde nos encontramos inmersos: en el de la reorientación de las relaciones económicas a gran escala con base base al cruzamiento de la geovariable y esto por sí mismo, sí establece un cambio de juego.

La friendzone internacional

De acuerdo con los cálculos del BID (2022), el fenómeno del nearshoring tiene el potencial de generar una derrama económica en la región de América Latina y el Caribe (ALC) de hasta $78,000 millones de dólares en nuevas exportaciones de bienes y servicios, generando importantes oportunidades de crecimiento para la región en cuanto a la industria automotriz, textil, farmacéutica y energías renovables. De ellos, 64 mil millones corresponden a comercio de bienes y 14 mil millones a servicios. Esta información fue entregada recientemente a los representantes de gobiernos y empresas del hemisferio reunidas en la Cumbre de las Américas, que tuvo como punto central la reconfiguración de las cadenas globales de suministro, la sostenibilidad del comercio, el cambio climático y la creciente digitalización de la economía.

Diversos funcionarios de administraciones estadounidenses han ya evaluado este cambio, de la política del free trade, a la del secure trade. La motivación tiene en el fondo la fricción actual con otras potencias mundiales como China y Rusia aunado al hecho de que la mayoría de los países presentan déficits de cuenta corriente, debido a una menor producción (Leal, 2021); y explica la lógica no solamente del nearshoring, sino del reshoring e incluso, del friend-shoring que se basará en los mismos principios pero enmarca las inversiones y negocios con países aliados, sobre todo en cuestiones de salud y tecnología.

Blackstone

En su discurso de 100 días, Joe Biden declaró:

Y todas las inversiones en el Plan de Trabajo Americano serán guiadas por un solo principio: comprar americano. Comprar americano. Los dólares de los impuestos americanos van a ser usados para comprar productos hechos en América, para crear trabajos en América. Esa es la forma en la que debe de ser y será durante esta administración (Llobet, 2022).

Lejos de la sugestión del proteccionismo, esto coincide con el análisis de la OCDE (2022), que señala que la pandemia pone en la mesa ciertos temas respecto a la creciente complejidad y fragilidad de las cadenas globales de valor. Es una respuesta a los cuestionamientos entre la internacionalización contra la regionalización de las cadenas de valor, con la finalidad de reducir el time to market. Coincidentemente, las cadenas de producción en México han demostrado con los años su rapidez, efectividad y seguridad. Los costos laborales son razonables y las industrias automotrices han demostrado un desempeño notable, lo que lo pone directamente sobre la balanza para todos los países cuya buena parte del PIB corresponde directamente a este sector (Medina, 2022).

Rutas alternas

Algunas décadas atrás, antes de que incluso existiese un concepto de globalización cuyo fin se temiese colectivamente, hubo un país que llegó a centralizar una enorme cantidad de operaciones como resultado del offshoring y debido principalmente a sus condiciones laborales casi siempre deplorables. Ese país era China. Con el tiempo y la aparición de Donald Trump en la Casa Blanca, que forzó a disminuir las relaciones económicas internacionales a muchos actores globales, China terminó por convertirse en un generador de inversión extranjera y ha comenzado una fuerte expansión económica con su proyecto de la ruta de la seda, que en realidad involucra comercialmente a todo el planeta. China, también, es uno de los países que instala fábricas en México, lo que representa todo un reto para la tradicional influencia de Estados Unidos sobre nuestra nación. No existe ninguna confusión en que México resulte atractivo para China y otros países.

En este sentido, nuestro mayor atractivo radica en nuestros tres mil 152 kilómetros de frontera y en cierto tratado iniciado hace ya casi treinta años con Estados Unidos, el T-MEC. Con los aranceles impuestos durante el periodo de Trump, China necesita generar una ruta alterna para acceder a uno de los mercados más importantes a nivel global. ¿Para qué pagar un 25 % extra de impuestos para entrar en él si puedo producir en México y exportar desde ahí sin pagar ninguno? Aunado a los aranceles, la pandemia ya había generado profundas dificultades en la cadena marítima de suministro desde el país oriental. Eso sin mencionar el conflicto de Rusia-Ucrania, que desnudó los peligros de depender de las cadenas de suministro provenientes de China para vender en el mercado estadounidense. Finalmente, alrededor del 80% de la producción industrial del país ya tiene como destino al país vecino del norte.

Por otro lado, el fenómeno es todo menos nuevo. Desde 2015, César Santos ha sido testigo del cambio desde el momento en el que celebró una alianza comercial con dos grupos empresariales chinos, Holley Group y Futong Group, para construir un parque industrial en 850 hectáreas de Monterrey, a 220 kilómetros de Texas. La explosión económica en el área es tal que, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados, queda poco espacio para rentar en los parques industriales. Incluso se está rentando espacio industrial cuando apenas se está construyendo y, de acuerdo con un comunicado de la firma mexicana de desarrollo de parques industriales, FINSA, el mercado nacional mantiene una tendencia de crecimiento y ha aumentado en un 28% con respecto de las cifras del año pasado.

Y es todo, menos aislado. Entre las firmas que se han acercado de forma estratégica para producir en México y exportar a Estados Unidos, se encuentran Hisun, BMW, que anunció una inversión 870 millones en los próximos tres años, la mayoría se dedicaría a un centro de producción de baterías eléctricas en su planta localizada en San Luis Potosí. El cofundador y director ejecutivo de Tecma, una empresa especializada en relocalizar manufactura de grandes empresas en el país, Alan Rusell habla de cómo sus clientes ya no quieren depender de las cadenas de suministro chinas para vender en el mercado norteamericano.

Por supuesto, se trata de un cambio en la política internacional con dos filos. Taussig

(2020), hablando directamente de las operaciones de nearshoring, mencionaba ya hace un par de años la presencia de dos narrativas contradictorias, ambas válidas y coexistentes en la economía global contemporánea.

Una, altamente negativa, surge cuando un negocio busca recortar costes siempre que puede hacerlo, así que contrata diversos terceros para localizar obreros de bajo coste en una localidad fuera de fronteras. Una vez que la operación está montada, el negocio norteamericano despide a sus propios obreros de bajo coste y relocaliza ese aporte en la operación en ultramar. Cuando observadores externos señalan las condiciones deplorables de la cadena de suministros, la compañía norteamericana evade la responsabilidad por sus subcontratos con alguna variación de "esa es su responsabilidad, no nuestra".

La otra, altamente positiva ocurre cuando un negocio dirigido por managers cuidadosos y absolutamente enfocados en mejorar sus competencias nucleares, siempre en la búsqueda de relocalizar la distracción de actividades críticas pero no centrales, irá descartando opciones y contratando firmas más especializadas en dichos trabajos. Esto mejora las operaciones y genera ahorros que son compartidos por varias partidas. El negocio local retiene algo de su inversión para reinvertirla en talento local, entrenamiento y recursos humanos. La compañía fuera de la frontera disfruta también de esos ahorros para invertir en sus propios recursos humanos y desarrollo.

Los empleados de esta compañía disfrutan algo de estas ganancias mediante mejores beneficios y sueldos, y esas ganancias se derraman en su comunidad mejorando las condiciones de vida de toda la población.

Referencias

Actis, E. (2022). La era de la globalización de riesgos. CEBRIRevista: Brazilian Journal of International Affairs, (2), 91–111. [Recuperado el 16 de marzo de 2023] de https://cebri-revista. emnuvens.com.br/revista/article/view/31

Banco Interamericano de Desarrollo (2022). Nearshoring agregaría US$78.000 millones en exportaciones de América Latina y Caribe. Comunicados de prensa. [recuperado el 16 de marzo de 2023] https://www.iadb.org/es/noticias/ nearshoring-agregaria-us78000-millones-en-exportacionesde-america-latina-y-caribe

Barría, C. (2023). "Nearshoring": el multimillonario boom industrial que vive México como alternativa al "Made in China". BBC News. [recuperado el 16 de marzo de 2023] https://www.bbc.com/mundo/noticias-64590655

Deloitte (2013). Offshoring — How to ensure success. [recuperado el 16 de marzo de 2023] https://www2.deloitte. com/content/dam/Deloitte/se/Documents/strategy/ Offshoring%20-%20How%20to%20ensure%20success%20 130902.pdf

Juárez, C. (2023). ¿Qué es el offshoring, nearshoring y reshoring y cómo se beneficia la frontera de México? The Logistics World. [recuperado el 16 de marzo de 2023] https:// thelogisticsworld.com/comercio-internacional/que-esoffshoring-nearshoring-y-reshoring-y-como-se-beneficia-lafrontera-de-mexico/

Lázaro, E. (2022). ¿Qué es el nearshoring? El economista. [recuperado el 16 de marzo de 2023]. https:// www.eleconomista.com.mx/empresas/Que-es-elnearshoring-20221108-0093.html

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