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Buen estado corporal en las mascotas y el cuidado en su alimentación ¿moda o necesidad?

Por Rodrigo E. Cárdenas Salas Director comercial en Dinámica Empresarial Veterinaria

Décadas atrás empezó a popularizarse el gusto de verse bien físicamente; primero como una moda y posteriormente se generalizó en buena parte de la población, principalmente en la joven. Esta tendencia, además, se terminó por complementar con una alimentación y nutrición muy bien cuidada, que luego podríamos observar en los mejores signos de

Partiendo desde ahí, es que, paralelamente, el mayor cuidado e interés en el papel que juegan las mascotas en la familia permeó de tal manera que ahora se busca, también, cuidar el aspecto de los animales de compañía. Lo anterior sucedió también como parte -

Inicialmente, la incorporación de los perros al entorno familiar se debió a dos razones: compañía y protección. Básicamente, su alimentación dependía de los sobrantes de lo que los integrantes de la familia consumían, después eso evolucionó a los “caldos o cocidos” que se elaboraban con ingredientes con base a la intuición de quien los preparaba; posteriormente se dio la introducción de alimentos secos -las famosas croquetas-, elaboradas inicialmente sin grandes cimientos científicos ni nutricionales. De esa manera llegamos a la actualidad, donde ya existe una gigantesca industria que cuenta con investigadores especializados en nutrición animal y otras muy diversas áreas médico veterinarias, que incluye alimentos especializados para tratamientos terapéuticos y que considera también a los felinos domésticos por la importancia que ya tienen como mascotas.

A grandes rasgos, y aunque hay diversos parámetros en diferentes países, se estima que a nivel mundial entre un 30% y 60% de los perros y gatos domésticos sufren diferentes grados de sobrepeso u obesidad, ello a pesar de los avances en investigación y alimentos comentados en el párrafo anterior.

Los especialistas del bienestar animal consideran que el sedentarismo de la sociedad actual ha generado sobrepeso en ese alto porcentaje de las mascotas -se comenta que mientras más “desarrollada” está una sociedad, la incidencia de sobrepeso y obesidad es mayor entre las personas y las mascotas-, existiendo además una correlación en ello.

Aunado a lo anterior, los propietarios, por actitud, comportamiento de ellos mismos y/o creencias, muy difícilmente terminan por aceptar esa situación en sus compañeros de vida.

Cuando los propietarios sospechan, o finalmente deciden aceptar el hecho de que su mascota sufre de sobrepeso u obesidad, deben observar con detenimiento el comportamiento y algunos signos (que básicamente coinciden con lo detectado en humanos con esa condición de sobrepeso u obesidad) como son: cuerpo robusto, cara grande y redonda, cuello grueso y graso, baja tolerancia a actividades físicas o al ejercicio, pereza a moverse, respiración entrecortada, falta de aliento, exceso en periodos de sueño, por mencionar algunos síntomas.

En caso de que se haya detectado uno de los síntomas previamente mencionados, es recomendable llevar a la mascota al veterinario, para que, previa anamnesis (interrogatorio sobre raza, edad, actividad física, tipo de alimentación, estado fisiológico, etc.), realice una detallada inspección y evaluación de su anatomía desde el punto de vista topográfico, principalmente en las áreas costales, lumbar, cadera, base de la cola, así como una completa palpación de órganos internos, para confirmar o no tal condición.

Confirmado el diagnóstico de sobrepeso u obesidad del perro o gato, el veterinario implementará un programa basado en dieta y actividad física, que forzosamente tendrá que ser monitoreado regularmente.

Ahora bien, para lograr determinar con mayor seguridad el padecimiento de la mascota, necesitamos conocer primero qué es el sobrepeso y la obesidad. Están definidos como: un incremento excesivo de peso por acumulación de grasa que es perjudicial para la salud y puede generar enfermedad. Sin embargo, ahora la única diferencia entre ambos términos (sobrepeso y obesidad) es el porcentaje de exceso.

En perros el sobrepeso es cuando están entre un 15% y un 30% arriba de su peso ideal; por otro lado, obesidad es cuando el porcentaje supera el 30%. Es decir, la segunda supone un mayor riesgo en la salud del animal. La situación cambia para los gatos. Con estos animales el sobrepeso es cuando excede el 10% de su peso ideal y la obesidad es cuando supera el 20% del mismo.

Todo lo anterior debe tomarse en cuenta pero también considerando estándares de raza, edad, sexo, estado fisiológico, condiciones ambientales, entre otros, que tienen que ver con lo fisiológico. Los porcentajes pueden variar ligeramente de acuerdo con criterios personales, pero se sostienen entre esos intervalos.

Para determinar el sobrepeso, existe un sistema desarrollado por la empresa Purina, conocido como “Puntaje de Condición Corporal” (o BCS, por sus siglas en inglés: Body Condition Score), que es utilizado por algunos veterinarios, y que considera nueve puntos en total; en gatos el puntaje ideal son cinco y en perros el ideal varía entre cuatro y cinco. Entonces, con esa referencia, obesidad es cuando superan los siete puntos. No obstante, aunque esta regla se ha generalizado y es utilizada por muchas y muchos médicos veterinarios, hay algunos otros que optan por el diagnóstico en base a otros criterios y su experiencia.

Generalmente, tanto el sobrepeso como la obesidad son más frecuentes en hembras que en machos, así como en perros que en gatos, y puede iniciar en ambas especies a partir del primer año de vida, pero es alrededor del quinto año cuando aumenta la incidencia (por lo que hay que tener mayor cuidado en lo que ahora se denomina “senior”); la edad y actividad de los propietarios influye bastante, la esterilización y/o castración puede generar obesidad, ya que los procesos metabólicos son más lentos por la disminución de hormonas sexuales.

No podemos invisibilizar otros factores como, como lo son el estrés, el aburrimiento, los nervios, o la mayor incidencia de sobrepeso en invierno -ya que la ingesta de alimento en esa temporada es mayor y el consumo de energía disminuye por menor actividad física-, e incluso el uso constante y prolongado de algunos medicamentos hormonales, antiinflamatorios corticoides o anticonvulsivos.

Es necesario comentar que existen razas tanto en perros como en gatos más propensas a engordar. En perros las razas con mayor tendencia son: Collie, Labrador Retriever, Basset Hound, Rottweiler, Golden Retriever, Pekinés, Beagle, Pastor Shetland, Cocker Spaniel, Pastor Alemán, Dálmata y los Terriers; mientras en gatos las razas mestizas tienden más a la obesidad que las razas puras.

Las causas de sobrepeso y obesidad se pueden catalogar en dos grandes tipos:

+ Exógenas (las más comunes). Se dan por una ingesta excesiva de calorías y proteínas, combinada con una baja actividad física

+ Endógenas. Presentadas a partir de trastornos fisiológicos, metabólicos, genéticos, hormonales, endocrinos, neurológicos, trastornos de comportamiento, alergias, cardiacos y circulatorios.

Incluso, se puede hablar de casos en los que estos dos tipos se dan en un mismo animal. Lo que es una realidad es que tanto el sobrepeso como la obesidad, desencadenan un alto riesgo de enfermedades mortales o graves, como diabetes, trastornos hepáticos, pancreáticos, articulares, ortopédicos, dermatológicos, cardio- respiratorios, intestinales, ginecológicos (distocias/infertilidad), alteración de los periodos de sueño y descanso, cambios de comportamiento e incluso cáncer. Y, sin importar el tipo de patología, el resultado será una disminución en él tiempo y calidad de vida de nuestros animales de compañía. Por eso es tan importante hablar de prevención.

Al contar ya con un diagnóstico profesional, se deben contemplar diversos factores (raza, edad, sexo, actividad física, estado general de salud, enfermedades concomitantes) para implementar un tratamiento combinado de dieta, donde se determine la ingesta diaria de alimentos con una proporción adecuada de calorías y nutrientes esenciales (vitaminas y minerales), sin olvidar el aporte diario de fibra y proteína y, por supuesto, sin olvidar una rutina de ejercicio.

La meta de alcanzar el peso ideal de nuestra mascota debe ser realista. Definitivamente no es recomendable buscar una pérdida rápida de peso, ello por el riesgo de “rebote” (igual que ocurre con los seres humanos). Finalmente, la disminución del peso debe ser gradual. Se sugiere que en gatos sea entre un 0.5% y un 2% semanal y en perros entre el 1% y el 2% semanal, cuidando que el consumo de agua sea adecuado.

Durante el proceso de lograr el peso ideal de nuestra mascota, debemos supervisar constantemente y en forma conjunta con un veterinario el peso corporal, lo anterior, al menos, cada cuatro semanas, para ir ajustando la dieta y evitar caer en una pérdida de la Masa Corporal Magra (MCM), que es el peso que deben tener las mascotas en relación con el peso de sus huesos, más el de los músculos, la piel, los órganos internos y que además es libre de tejido adiposo.

Pero ¿por qué es importante no perder la MCM mientras alcanzamos el peso ideal de nuestra mascota? Pues para evitar caer en una afección conocida como sarcopenia, la cual se presenta generalmente en individuos de diversas especies durante la senectud, o cuando están afectados severamente por enfermedades crónicas, e incluso en algunos caso, en convalecencia postquirúrgica. La Sarcopenia consiste en la pérdida de masa, fuerza y funcionalidad de músculos, que se convierte en limitante o incapacitante, aun manteniendo el peso, pero que se debe a la acumulación de masa grasa y no a la pérdida de masa muscular. Como podemos observar, el tratamiento para reducir el sobrepeso o la obesidad debe ser controlado por un profesional, que en el caso de los animales de compañía es el veterinario especializado en pequeñas especies. Así que, no hay más, apoyémonos en él en beneficio de nuestros compañeros de vida.

Ahora bien ¿qué podemos hacer como propietarios para evitar que nuestras mascotas caigan en condiciones de sobrepeso u obesidad? Primero, evitar alimentarlos con las sobras de nuestra comida. Luego, cuidar su dieta: no darles golosinas, alimentarlos con alimento concentrado de buena calidad y no con marcas comerciales conocidas -los alimentos “baratos”, que generalmente están formulados con altas concentraciones de carbohidratos y grasas saturadas-, suministro constante de agua fresca y limpia, ejercitarlos regularmente, controlar la cantidad diaria de alimento y repartirla en varias porciones, proporcionarles juguetes como distracción y vigilar constantemente su condición corporal.

Debemos cuidar el no darles alimentos de alto riesgo como uvas, chocolate, ajo, cebolla, legumbres, huevos, té, café, alcohol, azúcar, carne de cerdo, cereales, pescado crudo, aguacate, y algunos otros alimentos más, que pueden provocarles desde alergias leves a severas, hasta intoxicaciones que pueden llegar a la muerte.

Actualmente hay disponible en el mercado de alimentos para mascotas una gran variedad de opciones de elevada calidad, con fórmulas balanceadas por especialistas, todas ellas van de acuerdo con la edad, raza, actividad física, e incluso con especialidades por condiciones de salud como alergias, trastornos digestivos, geriátrico, cuidado renal y trastornos urinarios, de la mascota. Inclusive, para una mejor decisión, es recomendable consultar con el o la veterinaria qué alimento le conviene a nuestro perro o a nuestro gato. Es de llamar la atención que en algunos países ya existen alimentos concentrados (secos y húmedos) vegetarianos e incluso veganos, de acuerdo al estilo de vida de sus propietarios.

Recuerde que un perro o gato con sobrepeso no es un animal feliz ni saludable, por ello es necesario proporcionarle los mejores cuidados, atención y alimentación para garantizar una vida larga y saludable.

Atención a clientes: 4 49 910936 3

E-mail: mercadodogstoy @summma.com

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