Revista Psicologia del Comportamiento Anormal n16

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Psicología de Comportamiento Anormal Departamento de psicología, Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. Boulevard los próceres y Jardines de Guadalupe, San Salvador , El Salvador Centro América Tel:(503)22106600 Rebeca S. Cáceres Verónica L. Candray Elena E. García Benjamín G. González Karen A. Guevara


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Contenido Enuresis no Orgรกnica

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Encopresis no Orgรกnica Trastorno de la conducta alimentaria en la infancia Pica en la infancia La Espasmofemia

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Otros transtornos de las emociones y del comportamiento de comienzo habitual de la infancia o adolescencia

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F98.0 Enuresis

NO

Orgánica

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a enuresis no orgánica suele afectar el 15% de los niños mayores de 5 años y va decreciendo conforme al avance de la edad, así mismo es mas frecuento en niños que en niñas. Actualmente existe una fuerte asociación entre enuresis y factores hereditarios. La predisposición genética es la variable causales mas frecuentes, tanto así, que cuando ambos padres han padecido de enuresis existe un riesgo de 77% de que la descendencia la padezca (Páez, 2005). La enuresis no orgánica puede definirse como la emisión involuntaria de orina que ocurre generalmente en el niño mientras duerme en la noche, aunque también puede ocurrir durante el sueño diurno. Se considera patológico si este se da por encima de los 5 años de edad y si la emisión involun-

taria de la orina tuviese lugar al menos varias veces por semana (Esqueff, Rodríguez, Quezada y Jacomino, 2013). La enuresis nocturna aparece normalmente de 30 minutos a tres horas después de iniciarse el sueño, estando el niño dormido a lo largo del episodio o habiéndose despertado por la humedad. Sin embargo, en algunos niños, la enuresis puede ocurrir en cualquier momento de la noche (Páez, 2005). La enuresis no orgánica puede ser un trastorno aislado o bien puede acompañar a un trastorno de las emociones o del comportamiento más amplio. Los problemas emocionales pueden

presentarse como una consecuencia secundaria a las molestias producidas por la enuresis y al sentirse estigmatizado por la misma Esqueff, Rodríguez, Quezada y Jacomino, 2013). Es por esto que la enuresis puede causar baja autoestima, sentimientos de culpa, vergüenza y cierta tendencia al aislamiento social la cual puede agravarse cuando existe maltrato infantil por parte de los padres debido a atribuciones de intencionalidad al niño. En estos casos en que la enuresis genera conflictos a la vida cotidiana del niño suele dárseles tratamiento tanto


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farmacológico como psicológico brindándoseles confianza a fin de fortaleces la autoestima del niño (Páez, 2005). A los niños con enuresis nocturna se les debe inducir a que vayan al baño antes de acostarse, estimularlos las mañanas que amanezcan secos y consolarlos cuando amanecen húmedos. Nunca se les debe ridiculizar ni castigar por este hecho, ya que ello, muy al contrario de ayudarles, les puede provocar serios problemas emocionales (Páez, 2005).

Sin embargo en varios casos la enuresis nocturna se curará espontáneamente pero siempre es necesario resaltar que el entorno familiar del niño es importante para que la enuresis no orgánica pueda llegar a resolverse sin dejar secuelas emocionales en los infantes.

http://www.psicologiamadridsur.com/ninos


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F98.1 Encopresis NO Orgánica

egún (CIE 10) la encopresis es un trastorno caracterizado por la presencia reiterada de expulsiones voluntarias o involuntarias de heces con una consistencia normal o anormal, en sitios no adecuados para dicho fin, de acuerdo, con las pautas socioculturales establecidas. Ocurre en niños mayores de 2 años, es de tipo no orgánico porque es de origen psicológico. Suele darse más en niños que en niñas. Dicho trastorno se puede deber a una continuidad de una incontinencia fisiológica por parte del menor, aun después de haber adquirido el control de esfínteres o por la deposición reflexionada de expulsar heces en lugares no adecuados. Almonte, Rona ,Pérez & Sepulveda (1973) por su parte añade que existen dos modalidades de encopresis la primaria: caracterizada por el no logro del control de esfínteres anal de manera eficiente luego de los dos primeros años, y secundaria: cuando el control logrado a lo largo de un año de los esfínteres ha sido perdido, lo cual conlleva a que el síntoma persista por un tiempo prolongado. Por otra parte estas dos modalidades tienen un significado psicopatológico diferente por el tipo de disposición constitucional (no solo como una inmadurez funcional excretora, sino también, como la estructura psíquica funcional) en donde los factores ambientales en la primera actuarían como mantenedores del síntoma, y en la segunda como desencadenantes y mantenedores. Guiraldes, Novillo & Silva 2005) menciona dos tipos de encopresis:

encopresis retentiva; caracterizada por una incontinencia fecal asociada a constipación. Ya sea por la pérdida del hábito o como consecuencia de la evitación de la defecación prolongando su tiempo y por ello el temor asociado a este. Poner foto 1 Y la encopresis no retentiva; basada en la emisión inapropiada de heces en cantidad habitual, en otros lugares que no sean baños, el cual se da en forma repetida, ocurre en los niños mayores de 4 años. Para que sea diagnosticado de esta forma debe darse durante aproximadamente doce semanas, una o mas veces por cada 1 de estas.


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Diagnostico Las pautas para su diagnóstico son: la emisión inadecuada de heces, la cual se puede manifestar de diferentes formas entre ellas la de una enseñanza inadecuada del control de esfínteres, un fallo en el aprendizaje de este y por ello un continuo fracaso del control de los esfínteres. En segundo lugar, puede surgir como una expresión de trastorno psicológico en el cual se da un control fisiológico normal de la función, pero que de alguna manera existe un rechazo, resistencia o fracaso a la aceptación de las normas sociales sobre el defecar en los lugares adecuados.

Caso

En tercer lugar, puede ser consecuencia de una retención fisiológica por la impactación de las heces, con un desbordamiento y expulsión de heces en lugares no permitidos. Dicha retención pudo tener origen por consecuencias de tensiones entre padres e hijos sobre el aprendizaje del control de esfínteres por defecaciones dolorosas. La encopresis suele ser acompañada por algún grado de trastorno de las emociones o del comportamiento del infante. También puede implicar que el niño se unte de heces el propio cuerpo o su medio próximo y menos frecuentemente por manipulaciones o masturbaciones anales.

pequelia.es/41531/encopresis-clasificacion-y-sintomas

Saldaña & Escribano (2012) Presenta el caso de un niño de 4 años que muestra una retención voluntaria de heces y orina rechazando completamente el retrete, solicitando y exigiendo que le pongan el pañal y solo de esta forma defeca de forma adecuada. Durante la entrevista se menciona que le control de esfínteres se ha adquirido desde los 2 años y medio ya que desde entonces no mancha la cama por la noche o la ropa de forma

involuntaria, a sus 22 meses de edad, sus padres intentaron retirar el pañal e iniciar el uso del inodoro pero el niño no fue capaz de aprender a retener, por lo cual vivió este fracaso de manera negativa (negándose a hablar del episodio, mostrando vergüenza, etc.). En la actualidad el niño no lleva puesto el pañal pero cuando siente la necesidad de ir al baño le pide a su madre que le ponga el pañal, si la madre lo complace este lleva a cabo las

evacuaciones y luego la madre lo limpia, en ocasiones se presentan problemas ya que el niño no quiere quitarse el pañal. En el caso que la madre se niegue el niño se contiene voluntariamente incluso durante horas y muestra manifestaciones de enfado, llanto y rabietas. Los padres preocupados por el malestar de su hijo por la retención y la impotencia de tolerar y manejar sus rabietas estos ceden aceptando el ponerle el pañal.


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En la actualidad el problema surge diariamente e interfiere en varios ámbitos de la vida del niño: en la escuela es el único niño que no se sienta en el inodoro para realizar sus deposiciones y todavía lleva pañal, lo cual comienza a generar rechazo por parte de sus compañeros y con ello el aislamiento. Asi mismo las rutinas familiares también se han visto alteradas, ya que han dejado de realizar ciertas actividades y el malestar por parte de los padres es significativo. En cuanto al desarrollo evolutivo, el embarazo fue resultado de una fecundación invitro; por lo cual el niño era deseado y los padres tenían el temor de perderlo. Luego de su nacimiento la madre quizo darle un hermano pero por complicaciones médicas fue imposible. Por ello esta se siente culpable y manifiesta temor a cometer errores en la educación de este.

El niño presenta ligeros retrasos en el inicio del desarrollo del lenguaje, presenta deambulación con apoyo a los 19 meses, y la madre refiere que sus primeras frases ocurrieron a sus tres años, dos semanas después de su escolarización. Antes de eso solo empleaba tres palabras para comunicarse y algunos gestos, lo que lo llevo a una valoración el la intervención temprana. En relación a sus comportamientos y autonomías la madre expreso elementos significativos en el temperamento temprano, existiendo serias dificultades para tolerar las novedades y cambios, puede llegara negarse en participar en actividades lúdicas y placenteras si estas no estaban planeadas o se realizan a su manera, resistiéndose a actividades fuera de la rutina mostrando una actitud rígida. El niño lleva rituales precoses que se pueden considerar normales en cualquier

www.psiconet.es/encopresis/

niño de su edad, pero que sobrepasan la frecuencia e intensidad habituales, Por ejemplo: el poner un juguete en la silla de su habitación cada noche, presentando incapacidad de conciliar el sueño si esto no se lleva a cabo. Solo puede ver tele si ambos padres se sientan con el uno a cada lado cogiéndole la mano. La madre describe comportamientos de comprobación constante, como preguntar 20 o 30 veces al día a su madre si le quiere. En conclusión La encopresis es un trastorno del comportamiento que ocurre en la edad infantil lo cual acarrea disfunciones fisiológicas y psicológicas. Esta requiere de una intervención individualizada, según factores específicos que inciden y mantienen el problema en cada caso concreto ya sea una encopresis reactiva o retentiva.


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F98.2 detectar-bullying-escuela-3

Trastorno de la conducta alimentaria en la infancia

T

Bullying como desencadenante de trastornos de la conducta alimentaria”, comunicación presentada por Rafael Benito, psiquiatra.

rastorno de la conducta alimentaria con diversas manifestaciones que se presenta por lo general en la infancia y en la niñez. Suelen implicar un rechazo a la alimentación y representar variaciones extremadamente caprichosas de lo que es conducta alimentaria normal, que se llevan a cabo en presencia de la persona (de suficiente competencia) que cuida al niño. Además hay ausencia de enfermedad orgánica. Puede acompañarse o no de rumiación (es decir, de regurgitación repetida sin náuseas o malestar gastrointestinal).

Rafael Benito Moraga, psiquiatra de la Clínica Quirón de San Sebastián, presentó una comunicación oral titulada: “Bullying como desencadenante de trastornos de la conducta alimentaria”. Rafael Benito ha observado cómo

bastantes personas con trastorno de la conducta alimentaria (TCA) presentaban asociado al mismo una experiencia de bullying. Primeramente, disertó sobre el bullying, la definición de este concepto (“una forma de mal-


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trato intencionado de un estudiante -o grupo de estudiantes- hacia otro compañero, generalmente más débil, al que convierte en su víctima habitual”) diferenciándolo del teasing (“interacción social que comprende una serie de conductas verbales y no verbales entre pares que puede ser graciosa o lúdica, pero también dañina”) Seguidamente ofreció datos sobre la frecuencia del bullying en nuestro país basándose en los recogidos por el defensor del pueblo. A continuación, presentó datos de la frecuencia del bullying por comunidades autónomas. A esto le siguió una caracterización del perfil psicológico que define tanto al perpetrador como a la víctima y las consecuencias que tiene el bullying para ésta, aportando datos de estudios que ponen de relieve que las consecuencias de esta forma de maltrato entre iguales duran toda la vida. Así, expresó que: Estudio de seguimiento de 15 años de una cohorte de niños de 8 años. Se los controló a los 18 y a los 25 años. Prevalencia de trastorno mental: De los que eran al mismo tiempo víctimas y acosadores un 30% tuvieron trastorno psiquiátrico: De los que eran sólo víctimas tuvo un 17% De los que eran sólo acosadores un 18% En los controles sólo un 9% sufrió trastorno mental en el seguimiento.

entre bullying y trastorno de la conducta alimentaria, para terminar con la revisión de los casos clínicos de su investigación, en la cual observó: 74 pacientes admitidas sucesivamente en tratamiento en consulta privada.

Objetivos de la revisión: Valorar la prevalencia de bullying o teasing como desencadenantes de un trastorno de la conducta alimentaria. Presencia de vómitos u otras conductas de purga. Presencia de maltrato infantil y/o presión familiar para adelgazar asociada al TCA desencadenado por bullying: 19 con historia de acoso escolar y 2 con historia de teasing (36%) En todos los casos el acoso se lleva a cabo en el colegio y en la mayor parte se relaciona con la figura o el peso: En 15 de los casos las chicas protagonizan el acoso o secundan a los chicos. En 12 casos el acoso se inicia al comenzar la educación secundaria.

En los casos de teasing, éste actúa como acontecimiento “gatillo”. El bullying parece un desencadenante frecuente de los TCA. Por la importancia que la valoración de los iguales tiene en la forja del autoconcepto: Se está comenzando a demostrar la relación entre ambos fenómenos. En las chicas con TCA podría ser un fenómeno oculto. Dada la alta prevalencia del acoso escolar, su prevención podría incidir en la aparición de los TCA.

Tipos de trastornos: Los que eran acosadores y víctimas tenían 5 veces más probabilidades de tener trastorno antisocial de personalidad y trastorno por ansiedad. Los que eran sólo acosadores tenían casi 3 veces más probabilidad de recibir un diagnóstico de personalidad antisocial. Las víctimas tenían 2,6 veces más probabilidades de tener trastornos por ansiedad. Finalmente nos expuso que existe una relación directa e indirecta

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F98.3 farm3.static.flickr.

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ara poder diagnosticar la pica, la herramienta principal, es la entrevista, ya sea a los padres o al menor. También hay que tomar muy en cuenta las cantidades ingeridas por el niño, como también, el grado de deseo por la sustancia. Es necesario usar la observación como herramienta de diagnóstico, viendo qué tan constante es el consumo, si se da en todo momento o en situaciones específicas, etc. También debe cumplir los estándares del CIE-10 para ser diagnosticado como tal.

Pica en la infancia Incidencia: La pica se presenta mayormente en los niños con retraso mental, pero varía acorde a la severidad de este. En los casos leves, puede presentarse en un 10%, mientras que en los casos más severos, puede llegar hasta el 33%. También, según estudios, los porcentajes más altos de pica, por lo general,

se han observado en niños institucionalizados (66%), seguidos de cerca por estudios en gestantes asociados a la geofagia (Ingestión de tierra), con un 57%, o niños asociados a la pagofagia (Ingestión de hielo), con un 60,5%. Es decir, que la pica no solamente se presenta en menores con retraso mental, sino también, en niños con una capacidad mental “normal”.

Caso Se muestra el caso de un paciente de 4 años de edad, que fue llevado al Cuerpo de Guardia en el Hospital Pediátrico Provincial Cienfuegos (Cuba), referido por la madre, quien reportó que el niño expulsó piedras en las heces fecales. La madre mostró aproximadamente 100 piedras de un diámetro de 0,5 a 1,5 cm. La ingestión de piedras (pica) fue entre 2 a 3 días antes

del diagnóstico, cantidad ingerida, aproximadamente 200 piedras del diámetro anteriormente mencionado. El menor presentaba más o menos 5 meses de evolución de anorexia, con poco progreso en el peso, recurrente dolor abdominal. Afortunadamente, el caso no llegó a mayor complicación y las piedras del abdomen del


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http://www.crecerfeliz.es/Ninos/Desarrolloy-aprendizaje/Problemas-en-el-habla

La Espasmofemia

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a espasmofemia también llamado disfemia o tartamudeo Es un trastorno del habla que se caracteriza por la frecuente repetición o prolongación de silabas, sonidos o palabras o por frecuentes pausa o dudas que interrumpen el flujo rítmico del habla. (CIE-10, Mozos, Pérez, Portela, Tabernero, Pérez), puede afectar el desarrollo social y psíquico de los niños y adolescentes (Barrales, 1989). Debe ser clasificada como un trastorno únicamente cuando su gravedad afecta al lenguaje de un modo importante. El tartamudeo es diferente al farfulleo. Aún no están claras sus causas, presentándose como una alteración multifactorial (López, Begoña, 2009).


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Detección temprana

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egún la fundación española de la tartamudez (TTM), existe la detección precoz de la tartamudez, ya que es habitual que niños entre los 2 y 5 años no cuenten con una fluidez total del habla sino hasta que aprenden a organizar las palabras y frases. Pero hay que ser sensatos pues las disfluencias del menor pueden ser atípicas por lo que es necesarios diferenciarlas de las más corrientes para tratarlas, por ejemplo por medio de una consulta previa con un terapeuta de lenguaje, ya que la detección precoz es fundamental para el futuro del niño. Actualmente existen determinados métodos para su diagnostico los cuales ayudan a diferenciar entre errores normales de fluidez de aquellas expresiones indicadoras del inicio de la tartamudez, esto a través de intervenciones directas (niño/a) o indirecta (padres) cuando los menores son demasiado pequeños. Así mismo la Fundación Americana de la Tartamudez menciona que la disfluencia normal ocurre entre los 18 meses y los 7 años de edad vinculadas a sus esfuerzos por aprender a hablar, repitiendo sonidos, palabras o silabas. Pero luego de tres años de edad ya no repiten sonidos o silabas sino palabras “no-no-no puedo” y frases completas. En general la falta de fluidez puede hacerse más frecuente por varios días o semanas o casi desaparecer y luego de unos meses reaparecer, y estos no son conscientes de su disfluencia por tanto no experimentan ningún tipi de frustración. Por tanto la Fundación Americana de

http://www.cubahora.cu/sociedad/un-trastornopara-la-comunicacion

la Tartamudez también recomienda asistir a terapeutas del habla o logopedas para el diagnóstico. En donde existen tres tipos de tartamudez: la tartamudez leve; caracterizada por una alargación mayor de las palabras que la disfluencia normal, y las repeticiones se dan más a menudo, además el niño suele reaccionar ante su disfluencia y sentirse avergonzado, tener actitudes como cerrar los ojos, parpadear, apartar la vista o tensar los músculos de la boca u otras partes de la cara, a la vez puede preguntar a sus padres el porqué de su situación. La tartamudez grave; aquí los niños dan muestras de una gran tensión, esfuerzo físico y luchar para esconder su tartamudez, llegando incluso a evitar el habla, aun es mayor en los niños más grandes, también suele aparecer entre

el año y medio y los siete, a veces aparece luego de una tartamudez leve, o de repente sin ser precedido. Se caracteriza por una disfluencia de lenguaje en casi todas las expresiones verbales del niño. Es probable que persista en aquellos niños que llevan tartamudeando por 18 meses.


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Que hacer

n los niños con tartamudez leve, los padres no deben mostrarse preocupados sino ser pacientes a la hora de escucharlos, crear un ambiente en cual al niño le resulte gratificante hablar, y evitar la frustración o la vergüenza, así mismo que los padres hablan de manera lenta para que el niño sienta su apoyo y así se sentirán menos presionados. Aquellos con tartamudez grave deben ser trasmitidos a un foniatra que le proporcionen un tratamiento directo, al igual que los de nivel leve el que los padres hablen de manera lenta les ayuda, el mayor trabajo es ayudarles a perder el miedo a tartamudear y hablar de forma más lenta, suave y relajada, por tanto la tartamudez debe disminuir paulatinamente durante una duración de un año aproximadamente, en algunos casos puede desaparecer por completo, todo dependerá dela naturaleza del problema.

www.juguetes.es/categoria/educacion/page/2/


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F98.8

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nicofagia, rinodactilomanía, succión del pulgar, masturbación excesiva y tricotilomanía son trastornos psicomotores que indican ansiedad, abandono afectivo o sufrimiento ante situaciones de conflicto parental.

-Onicofagia:

Otros transtornos de las emociones y del comportamiento de comienzo habitual de la infancia o adolescencia

Es el hábito compulsivo de comerse las uñas. Las personas nerviosas están predispuestas a esto. Las diferentes causas de este trastorno pueden ser los estados obsesivos, compulsivos, la agresividad o puede ser una manera de calmar momentos de nervios, ansiedad, angustia, entre otros. Estos estados pueden causar que comerse las uñas sea de manera inconsciente.

-Rinodactilomanía:

Comportamiento repetitivo de hurgarse con los dedos la nariz.

-Succión del pulgar -Masturbación excesiva -Trastorno de déficit de atención sin hiperactividad: Este se caracteriza por pasividad, lentitud, somnlencia, falta de vitalidad y energía.

familiasenruta.com/crianza-viajera/ el-derecho-a-chuparse-el-dedo/

Hay problemas para regular el estado de alerta y focalizar la atención; la inatención de estos infantes en alta. Son torpes en sus movimientos, muestran desinterés y conductas inmaduras e infantiles. Tienden a aislaerse y a ser introvertidos, apáticos, muy sumisos; tienden a tener conductas de negación u desinterés, y al momento de enojarse, muestran excesiva cólera o excitación. Suele aparecer antes de los 7 años.


Departamento de psicología Universidad Centroamericana, “José Simeón Cañas” San Salvador, El Salvador, Centro América


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