Boletin Salesiano Agosto 2017

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URUGUAY / Segunda época / Año XXXIX / Nº 6 / Agosto 2017 / www.issuu.com/bsuru

Michelángelo Ferreira Con el apoyo de otros dar un paso más

P. José Tejero sdb Educarnos a la admiración de tanto bien que nos rodea

Podemos ser mejores

CON OTROS


Sumario PÁG. 3 CARTA DEL DIRECTOR ¡Mirá para allá!

PÁG. 10 HACIENDO HISTORIA Karina Aparicio “Soy pobre, pero fui más pobre y valoro lo que tengo”

PÁG. 4 ¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL! Las “ollas” salesianas: Un encuentro Transformador

PÁG. 8 FAMILIA EN OBRA Andrea Baccino y Mauricio Passeggi “Soy porque somos, porque somos soy también”

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SINTONIZANDO CON DON BOSCO Don Ángel Fernández Artime Exprimir la vida para ser felices junto con otros

PÁG. 12 VALE LA PENA VIVIR ASÍ Michelángelo Ferreira “La fuerza siempre está en la familia y en los amigos”

PÁG. 16 CON NOMBRE Y APELLIDO Entrevista al P. José María Tejero sdb Vivir persiguiendo la salvación de las almas

PÁG. 23 ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO P. Francisco Lezama sdb ¿Qué dice la gente?

PÁG. 22 GALERÍA DE FACEBOOK Y TWITTER

PAG. 21 SINTONIZANDO CON DON BOSCO Madre Yvonne Reungoat fma Ser junto con…

PÁG. 29 SABOR A BUENAS NOCHES P. Adrián García sdb “El queso: con otros somos uno”

PÁG. 30 DEL ÁRBOL SALESIANO Colegio San Miguel de Mercedes 125 años siendo Casa y Familia

PÁG. 24 AQUÍ Y AHORA Ser mejores con otros

PÁG. 32 UNA MANO AMIGA Escuela de Deportes Tacurú

PÁG. 35 GALERÍA DE INSTAGRAM

En este número:

Separata del Instituto Salesiano de Formación

A PROPÓSITO DE LA DESIGUALDAD


CARTA DEL DIRECTOR P. Sergio Álvarez sdb

¡MIRÁ PARA ALLÁ! Me parece que esta vez al Boletín lo tenemos que leer como quien está asistiendo a un encuentro de familia en torno a una mesa donde todos aportan, comentan, dialogan sobre algo que les mueve, les interesa.

¿Qué dicen? ¿por dónde va el tema? ¿desde qué perspectiva está cada uno? ¿cómo se complementan? Te decía que miraras hacia allá, porque allí están los rostros de las personas que hemos convocado para que este tema del SER CON LOS DEMÁS tuviera aportes desde el testimonio, la reflexión y la meditación de la propia vida. Karina, Michelángelo, Yvonne, Pancho, Ángel… José ¡el cambio epistemológico de José! El niño Juan Bosco cuando soñó lo contó en el espacio familiar… el hermano, la mamá, la abuela no callaron… tampoco lo habían hecho María y Jesús en el mismo sueño. Así vivió y aprendió el discernimiento de la propia vida con otros, desde la experiencia de la fe. Todos, especialmente los jóvenes, necesitamos y esperamos ser escuchados, necesitamos ser apoyados desde nuestros sueños para arriesgarnos a ir hacia los horizontes que se nos presentan como inspiradores de la vida.

Sino ¿cómo haremos para jugárnosla entre tantas incertidumbres que tiene la vida? Porque las cosas de la vida llevan tiempo, y es necesario ser acompañados, date un tiempo para a este Boletín leerlo, ¡te vas a encontrar!

Boletín Salesiano

Comunicación Salesiana ‐ Uruguay

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Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, Andrea Baccino, Mauricio Passeggi y P. José Adrián García sdb Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Gianfranco Brandi sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández y Lic. Selene Cardarello. Fotografía: Sebastián Andión y Sofía Cayota. Corrección: Graciela Rodríguez Diseño: gustavo@tanganika.com.uy

Impresión: Mastergraf Departamento Comercial: Luis Gómez E‐mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286 Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

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¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL!

LAS “OLLAS” SALESIANAS …

Un encuentro

transformador

“Todos los días le doy gracias a la Virgen por estar vivo”, “sabe que no muchos hacen esto que usted hace”, “antes que nada vamos a rezar”… Estas expresiones son de Alvarito, Alexis y del “predicador”… compañeros de tantos otros que habitan en las calles de Montevideo y que comparten no solo una porción de vereda y un techito que los cobije, sino su mayor miedo: la indiferencia.

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Durante los meses de invierno, al menos cuatro casas salesianas de Montevideo se transforman, en las noches, en una gran cocina donde se fusionan los ingredientes que logran aplacar no solamente el frío y el ham‐ bre sino la necesidad de escucha, de hablar, de compartir sueños y esperanzas y de sentir que se es importante para alguien. La actividad de “La olla” en el Instituto Juan XXIII surgió a partir de la inquietud de un grupo de alumnos del 5º Humanístico B “como una forma de propiciar el encuentro entre personas”, explica el Diácono Perma‐ nente y profesor de Literatura de ese curso, Damián Velázquez. “A partir de la experiencia se aprende, poco a poco, a mirar la realidad y a los otros de una manera distinta. Se derriban prejuicios, surgen cuestionamientos, se generan dudas”, destaca. Al intentar traducir en palabras la vivencia, el docente describe que “se experimenta esa sensación, intensa y linda, de que cada uno es único y que tiene una historia para contar, pero a la vez, igual a todos. Porque todos tenemos sueños, buscamos ser reconocidos y sentirnos queridos por alguien, hablemos de lo que hablemos y digamos lo que digamos. En definitiva, se experimenta y se siente la alegría ajena como propia”. Por eso, como afirma Belén, una de las coordi‐ nadoras, “en cada salida siempre somos nosotros quienes más recibimos'. O como le ocurrió a Santiago, que luego de la primera salida sonreía en la parada del ómnibus, solo, y no sabía por qué”. “En el fondo late el convencimiento de que no se puede ser feliz excluyendo a los otros. Y que el cambio de cabeza está en nosotros, como el tomar las oportunidades correctas”, subraya. “Ojalá llegue el día en que no haya nadie para

darle de comer en la calle”, expresa. La concreción de esta iniciativa es posible, también, gracias al apoyo incondicional del Padre Hugo Espinosa sdb, actual director de la institución, y del “Canario”, titular de la subdirección académica del Juan XXIII, área de la que depende “La olla”. LA HISTORIA Y LA DINÁMICA Los jóvenes se plantearon la posibilidad de “La olla” el año pasado, luego de tratar “Las Bienaventuranzas” como libro de texto en clase de Literatura. En principio, como forma de aprendizaje, se sumaron al grupo del Colegio Seminario que presta el mismo servicio. En 2017 Velázquez nombró a cuatro coordinadores de aquel grupo inicial –que hoy están en 6º‐ para que, a su vez, organiza‐ ran a los alumnos de 5º: Agustina Ferraz, Belén Montes de Oca, Julieta González y Santiago Benvenuto. “La Olla” funciona los lunes –seguramente agregarán una nueva salida semanal‐ en manos de 15 jóvenes por semana, que no participan de otras actividades integradoras del Colegio. En su mayoría no son católicos prácticos o son ateos. A ellos se suman los cuatro coordinadores. Cada joven solo puede hacer parte de esta movida en tres oportunidades. Se reúnen a las 19 horas y la cocinera Yamila –que es contratada‐ organiza a los alumnos voluntarios asignándoles las tareas como pelar papas, cebollas, preparar sopa o los jugos, etc. Por ahora, hacen y reparten un guiso de lentejas de calidad. Salen tres brigadas que se juntan en la parte de atrás de la Intendencia Municipal (IM) y desde allí hacen tres circuitos: uno que va desde la comuna hasta el Colegio, otro desde la IM hasta la plaza Cagancha y el tercero, que va en camioneta con el Padre Espinosa, por toda la Ciudad Vieja. 5


La olla de Tacurú

Con relación a los productos, estos provienen de donaciones, tanto de verduras y lentejas, o en efectivo, muchas de ellas anónimas. Cada jornada requiere, en promedio, de $1900 y tienen fondos para unas 10 salidas, adelantó Velázquez. “Al principio vivíamos al día”, acota. También hay una alcancía en el Colegio donde los estudiantes colaboran con monedas. La idea, en principio, es salir hasta noviembre pero “si fuera por los gurises saldrían hasta en Navidad”, asegura el Diácono Permanente.

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“LOS TRANSFORMADOS SOMOS NOSOTROS” Un grupo de exalumnos universitarios del Colegio Pío de Lezica se reunían todas las semanas junto con el P. Sebastián Ferreyra sdb para conversar sobre lo que les pasaba en su interior, sus dudas, sus vicisitudes, y entre ellos se ayudaban. Empero, siempre les quedaba la sensación de que faltaba algo… Buscando tener un gesto que les renueve la experiencia de fe que tienen, las ganas de servir, de mostrar su sensibilidad hacia los más pobres de “una manera simple, aunque muy movilizadora” es que encararon hacer una olla popular. Cada viernes, unos 10 jóvenes (aunque el grupo es más numeroso) , acompañados por el P. Sebastián, de 37 años, encargado de la Pastoral del Pío y de la Parro‐ quia de Colón, salen a repartir comida calenti‐ ta a las personas en situación de calle del barrio y aledaños, a la que le ponen como plus el escuchar a los comensales y manifestarle su

cariño a través de una simple sonrisa, saber sus nombres o darles un abrazo. Sin embargo, “los mayormente transforma‐ dos somos nosotros. Nos desinstala de nues‐ tras comodidades de la vida. Nos pone en jaque. Pero nos hace muy bien”, afirma el P. Sebastián. Esta propuesta cuenta con el apoyo del Pío pero no involucra directamente al Colegio, ya que se nutre de las personas que quieren ser solidarias y este es su espacio. Lo que sí usan son las dependencias del centro de estudios para cocinar, y los ingredientes los consiguen de donaciones de personas o comercios de la zona, de pequeños aportes de los mismos jóvenes o de ayudas de otros grupos. Florencia Pozzi y el P. Ferreyra son los que coordinan porque tienen alguna idea de cocina y son los autores de los guisos, con la ayuda de los restantes integrantes del grupo. LA LOGÍSTICA Desde abril pasado, los viernes se encuentran a las 19 horas en el patio del Colegio. A las 19.30 comienzan a cocinar y entre las 20.45 y las 21, tras rezar, salen a repartir los entre 20 y 30 platos que se acondicionan en bandejas descartables, y que van acompañadas con una cuchara también descartable. A veces le suman jugos o postres que reciben en donación. Se arman dos grupos; uno hace toda Av. Lezica y por Av. Garzón hacia La Paz hasta la terminal, y otro hace Av. Garzón hacia el centro.

Tienen algunos puntos de concentración, como ser Lezica y Garzón, y también recorren la zona dejándole el plato a cada una de las personas que se encuentran. Cuando tienen, reparten abrigos o frazadas. Desde la Parroquia de Colón comenzaron también la recorrida llevando un plato de comida, una buena escucha y conversación, los días sábado. “NADIE ME HA AGRADECIDO TANTO MI TIEMPO” En la recorrida “ves la miseria. Uno piensa que vamos a suplir la necesidad más grande que es la alimentación, pero la más grande es que no socializan. Quieren que la gente los mire y les diga algo”, comparte Andreína Rodríguez, de 20 años, que estudia para ser contadora pública y es animadora en el Oratorio Mamá Margarita. “Los domingos también reparto en el puente de La Paz. Llegás y te hablan hasta que te vas. Nadie me ha agradecido tanto mi tiempo como ellos. Valoran ese tiempo que les damos”, asegura. “Nos interpelan, porque uno que siempre tuvo todo no es capaz de tener gestos con el otro. Y ellos que no tuvie‐ ron alguien que los encaminara en la vida, sí los tienen con sus compañeros de la calle”. “Aprendimos a no juzgar. Algunos nos cuentan los delitos que cometieron. Encontramos el significado verdadero de la misericordia como dice el Papa Francisco. Cómo realmente mirar al otro con ojos como lo haría Dios. Además


en ellos vimos la influencia de los Salesianos, ya que muchos estuvieron de chicos en oratorios, y cuentan sus experiencias, las recuerdan como lo mejores momentos de sus vidas”, destaca Andreína. Agustín Muterza, de 21 años, estudiante de Derecho, que anima hace dos años en la Pastoral de Secundaria del Pío, es otro de los jóvenes que salen a repartir la comida.

Preparando la olla del Juan XXIII

“Está buena la confianza que se da, porque al principio no se daba la charla y desde los últimos encuentros se da una conversación, una oración. A mí me pasó que fui al super con unos amigos y estaban los señores a los que les damos la comida, y charlamos. Es nuestro barrio. Nos vemos todos los días. No somos invisibles el uno y el otro”, dice. “Lo más gratificante es que te den un abrazo y que lo sientas. Me crujieron los huesos y el alma. Les dejamos que hay alguien que los está acompañando. Saben que vamos los viernes. Que en nosotros encuentran una persona con quien charlar. Eso está buenazo. Además que los que menos tienen reparten lo poco que poseen”. El P. Ferreyra subraya “el agradecimiento sincero que nos dan. Las expresiones de alegría que nos muestran. Nos encontramos con gente que pide el guiso para el otro, y si no tenés lo comparten. Cosas que no esperás encontrarte. Vamos al encuentro, pero ellos nos reciben. Eso es un signo de algo bueno”. “Nos cuestionaban si lo que hacíamos era asistencialismo. No dejemos de hacer el bien por miedo a que nos encasillen. Que los cuestionamientos nos ayuden a crecer y a madurar, y que no nos achiquen. Una fe sin obra es una fe muerta, decía San Pablo”, enfatiza. LA COMIDA ES LA EXCUSA El “Proyecto Huellas” del Movimiento Tacurú lleva 9 años saliendo todos los miércoles de invierno al encuentro con unas 40 personas en situación de calle. Repartir un plato de alimento caliente es la excusa para el principal cometido, que es salir al encuentro, desde el respeto, compartir

Ignacio, Andreína y P. Sebastían de la olla del Pío

pesares y alegrías. Coincidiendo con quienes llevan adelante las otras ollas “salesianas”, lo que buscan quienes están involucrados con “Huellas” es sobre todo escuchar, darse y compartir un momento con otros. UNA EXPERIENCIA INTEGRADORA EN SÍ MISMA A la tardecita, en Casa Tacurú, preparan la olla educadores y sus familias, curas, junto a jóvenes que participan en sus proyectos (en su mayoría que viven en los barrios Borro, Marconi, 40 semanas, entre otros…) luego parten en distintos recorridos hacia zonas donde se encuentran las personas en situa‐ ción de calle. Miércoles a las 22.00 horas. Asilo y Domingo Ereño, a una cuadra del Hospital Pasteur. Sin nada más que un par de mantas y una carpa de nylon para guarecerse del frío, la mujer no aguanta más y llora su desgracia. Que tiene 69 años y no tiene salud, que no tiene un techo sobre la cabeza, que en ninguna pensión le aceptan sus dos perros, que si su madre la

viera, que no hay derecho a vivir así. Hincado frente a ella la escucha José Rodrí‐ guez, el “Canario”. Tiene 33 años, de lentes, es bajito, moreno y fornido. Hace diez años que es chofer del Movimiento Tacurú, de los Salesianos, en el barrio Lavalleja. Pero esta noche, como todos los miércoles invernales, es voluntario del proyecto Huellas, para ayudar a gente en situación de calle. El Cana‐ rio tiene un humor a prueba de balas y una gran facilidad para imitar a El Gucci (“¡Adu‐ ken!”), pero ahora está haciendo de psicólo‐ go, confesor o, mejor aún, de oreja; es una persona escuchando a otra que no tiene donde vivir: le dice que no baje los brazos, que qué va a decir su madre viéndola llorar, que hay lugares que aceptan animales, que hay otros lugares donde puede recibir ayuda, que coma algo rico. Y le da una bandeja con un guiso de lentejas y pollo, la excusa de este grupo para acercarse a la gente… (Fragmento de la crónica realizada por: Leonel García / Portal ECOS. Huellas: la comida como excusa para acercarse a los sin techo)

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FAMILIA EN OBRA

“Soy porque somos, porque somos soy también” La decisión de amarnos a pesar de las dificultades, y de elegir caminar con otros, fue determinando nuestra identidad. Hoy sigue marcando nuestras elecciones en los ámbitos laborales y de militancia social: Cristianos en Red, Nodos Ambientales Participativos, Pastoral Ecológica, Econo‐ mía Solidaria, cooperativas de Canelones, y los espacios multiactorales locales o mesas de desarrollo local. Tomar estas decisiones implica asumir un estilo de vida contracultural, que es como nosotros entendemos la propuesta de Jesús. Esto tiene consecuencias, implica renunciar al éxito, a los reconocimientos, al buen pasar. Hemos aprendido que pasar la vida atrás de proyectos propios, por más nobles que parezcan, nos conduce a la búsqueda obsesiva del éxito y del reconocimiento. Esto nos aleja del “nosotros” y del proyecto de Dios. Los proyectos colectivos que buscan el bien común, y en especial el bien de los más vulnerados por la sociedad, son brotes del Reino por los que vale la pena gastar la vida. Nuestras fuerzas y nuestra lucidez son insuficientes para mantener el paso en el 8

camino elegido, por eso fallamos y por momentos nos perdemos. Nos hemos perdido cuando las tensiones y los conflic‐ tos en experiencias de convivencia han superado nuestras capacidades, y no siem‐ pre las hemos podido atravesar con nues‐ tras mejores virtudes. Nos tensiona diaria‐ mente el acompañamiento del crecimiento de nuestros hijos en una sociedad bombar‐ deada por el consumismo y por el “vale todo”. El encuentro con otros en la pequeña comunidad eclesial, donde el Espíritu se hace presente para despabilar la concien‐ cia, y la Eucaristía, donde Jesús mismo se nos da como alimento, nos resultan esen‐ ciales para discernir, para mantener el paso y encendida la lámpara de la esperanza, especialmente cuando la noche se adentra y la tentación está al acecho. Estamos invitados a buscar el Reino de Dios, de un Dios que es Padre. Estamos invitados a buscar un Reino fundamentado en la fraternidad. La fraternidad es una experien‐ cia que solo se puede vivir entre seres próximos. La familiaridad en el encuentro con otros, entendemos que es una clave para encontrar el Reino. Vivimos en la cultura del vértigo, la masificación y la

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incomunicación. Es necesario generar espacios de encuentro, en pequeños gru‐ pos, dentro y fuera de la Iglesia, entre quienes queremos gastar la vida por el sueño de Jesús. Estos espacios articulados en redes son fermento en la masa y sal del mundo: en la familia, en el ambiente labo‐ ral, en los sindicatos, en el compromiso social y político. Para que el fogón ilumine hay que arrimar los leños, y si los leños no se queman se pudren. 1

Galaz, Caterine, Prieto, Rodrigo. Economía Solidaria, de la obsesión por el lucro a la distribución con equidad (2006:10).

Andrea Baccino y Mauricio Passeggi Andrea es asistente social y trabaja en la Intenden‐ cia Departamental de Canelones (Comuna Canaria). Mauricio es ingeniero químico y trabaja en el Instituto de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería (Udelar).


SINTONIZANDO CON DON BOSCO

P. Ángel Fernández Artime / Rector Mayor de los SDB

En una buena parte del mundo el mes de setiembre es inicio de actividades académicas y muchas familias organizan su vida en torno a esta realidad. En otras partes se sigue con el ritmo propio. Será el inicio del año nuevo el que determine los cambios. Y del modo más natural damos por supuesto que es normal amanecer cada día, disfrutar de buena salud, tener tantas oportunidades en la vida… pero no siempre es así, ni lo es para todos. Es cierto que el tiempo, o mejor dicho la vida ‐ que tiene como medida de la misma el tiem‐ po‐, encierra un cúmulo de posibilidades, realizaciones, vivencias… Hace unos días, conversando con un laico octogenario, me daba el consejo de que viviera apasionadamente la vida, que la exprimiera como se exprime un limón o un racimo de uvas para sacarle el jugo. Lo decía él, un hombre con una excelente formación intelectual, académica y religiosa. Y no quería decir que se debiera vivir alocadamente de acá para allá, o buscando, por insatisfacción, esto o lo otro. Se refería, más bien, a ese apasionante ejercicio de ser dueño de la propia vida, ese regalo recibido con verdade‐ ro don por el Señor de la Vida. Imaginémonos que existe un banco que cada mañana abona en nuestra cuenta personal la cantidad de ochenta y seis mil cuatrocientos euros. Este extraño banco no arrastra nuestro saldo de un día para otro, sino que cada noche borra, de nuestra cuenta personal, el saldo que no hemos gastado.

Pues bien, cada uno de nosotros tenemos ese banco. Su nombre es ¡TIEMPO! Cada día ese banco, además de abonar cuenta nueva, elimina lo restante del día anterior. Nunca queda saldo. Si no se usa el saldo del día, es uno mismo quien lo pierde. No se puede dar marcha atrás. No existen cargos a cuenta del ingreso del día siguiente. Se debe vivir el presente con el saldo de hoy. Y es por eso por lo que: Para entender el valor de un año podemos preguntarle a algún estudiante que repitió curso. Y para entender el valor de un mes le pode‐ mos preguntar a la madre que alumbró a un bebé prematuro. Para entender el valor de una semana le preguntaremos al editor de un semanario. Para entender el valor de una hora pueden ayudarnos los enamorados que esperan encontrarse muy pronto. Para entender el valor de un minuto le pre‐ guntaremos al viajero que perdió el tren o el avión, justamente por un minuto de tiempo. Para entender el valor de un segundo pode‐ mos preguntar a quien estuvo a punto de tener un accidente en un instante. Para entender el valor de una milésima de

segundo le preguntaremos al deportista que ganó por esa diferencia de tiempo la medalla de oro en unas Olimpiadas. Así es el tiempo Y por eso creo que podemos desearnos unos a otros que atesoremos cada momento que vivamos, y ese tesoro tendrá mucho más valor si lo compartimos con personas tan especiales como para dedicarnos su tiempo. No lo olvidemos, el tiempo no espera a nadie, y lo que es más importante todavía: como creyentes sabemos que el tiempo es solo una medida, pero el don es justamente la vida misma, ese regalo maravilloso recibido por gratuidad, recibida como don de Dios, recibi‐ da para compartirla y ser, ‐en ese compartir‐ realmente felices. Les deseo, amigos lectores, que no se nos vaya pasando la vida de cualquier manera. Una vez que se ha hecho la experiencia de vivir así, en profundidad, exprimiéndole todo lo bello que encierra, y a pesar de las dificultades que puedan darse, es apasionante aceptar este reto. Que sean felices.

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HACIENDO HISTORIA

KARINA APARICIO

“SOY POBRE, PERO FUI MÁS POBRE Y VALORO LO QUE TENGO” Con 44 años es madre de 6 hijos y está a punto de ser abuela por segunda vez. Esta ex oratoriana que nació en Casavalle, donde aún vive, aprendió en su numerosa y humilde familia valores como la honestidad, que consolidó con su paso por los “salesianos”. Está convencida de que “hay que disfrutar de lo que se tiene” y de que “lo bueno es dar de lo que tenés, no de lo que te sobra, porque enton‐ ces no entendiste nada lo que es ayudar”. Hace dos años Karina disfru‐ ta y se entrega en el Cottolengo de Don Orione. 10


“La gente no distingue entre buenas personas y las otras. Son todos iguales solo por el lugar en que viven, y no es así” cen. La de 12 años también canta conmigo. Nosotros ayudamos en todo lo que hace la Iglesia. Desde hace dos años colaboramos con los Misioneros en el Cottolengo Don Orione Masculino (ubicado en Av. de las Instrucciones y Bvr. Batlle y Ordónez). Ayudamos a quienes viven ahí en lo que necesitan, cantamos con ellos, comparti‐ mos, los sacamos a pasear dentro del predio, y después los llevamos a la Misa. Quisiera estar más tiempo con ellos, traba‐ jar allí si tengo la oportunidad, pero por ahora doy todo lo que puedo. ¿Qué te quedó de los años que estuviste con los Salesianos? Todo. Es mi vida. Lo que compartí. Lo que viví. Tengo el álbum con mi historia salesia‐ na y lo miro constantemente. Lloro... ¡re‐ cuerdo todos esos momentos con tanta alegría! Conservo todos los valores y hay gente que te queda en la memoria para siempre. Estoy vendiendo en la calle y me encuentro con unos y otros y recordamos esos momentos únicos. Al Cardenal Sturla lo conozco desde muy chico, cuando era seminarista y flaquito. Cuando me lo cruzo converso mucho con él.

¿Cómo te vinculaste con la Familia Salesia‐ na y tu tarea comunitaria y social? Con 8 años entré al Oratorio San Andrés que fundó el Padre Amílcar Visentini y no me fui más hasta que cerró en 2004. Estuve en el Centro Juvenil, allí fui madre pero igualmente iba a los retiros y campamentos con mis hijos. Fui animadora y ayudaba en todo lo que podía. Las dos grandes (21 y 17 años) estuvieron conmigo hasta que cerró. ¿Y tus hijos siguen tu camino? Sí, todos van ahora al Oratorio de Tacurú o participan de otras actividades que ofre‐

¿Los valores esenciales quedaron en vos para siempre pero tuviste compañeros que no fueron por el mismo camino? Y no todos somos iguales. Éramos todos jóvenes, algunos estaban en la droga, pero no era como ahora. Hoy es más difícil. Y de los de antes, algunos se recuperaron y otros siguieron por el mal camino. Los animado‐ res les hablaban, iban a sus casas, pero eran ellos los que decidían. ¿Y del Centro Juvenil qué te queda? El sacrificio que hacíamos todos juntos para ir a los campamentos. Juntábamos chatarras y los vendíamos para juntar el dinero para ir. Teníamos una satisfacción enorme. Conoci‐

mos el interior gracias a eso. Miro mi historia salesiana y lloro, porque mi futuro es difícil y complicado. Nunca pedí nada y sigo ayudando si me lo piden. Voy a cantar a todos lados, y ahora con la compañía de mi hija de 12 años, Candelaria. La lucho, pero a veces peleo con Dios porque considero que hago las cosas bien y me pasan cosas malas. ¿De qué vivís? Mientras estuve casada no trabajaba, sí lo hacía mi marido. Pero después de separar‐ me para llevar adelante mi casa y a mis hijos vendo ropa interior. Desde que estaba en el Centro Juvenil también hago limpieza en casas, y la voy llevando, a pesar del barrio que está fácil. ¿La sociedad los encasilla por el barrio y eso lo hace más complicado? Nos tienen como 'zona roja' al Casavalle, Cuarenta Semanas y Lavalleja. La gente no distingue entre buenas personas y las otras. Son todos iguales solo por el lugar en que viven, y no es así. Nosotros íbamos a las casas y conocíamos sus realidades, y eso ayuda a entender el por qué son de una forma u otra. Es tan así que hace poco llegaron al barrio jóvenes del Juan XXIII a hacer una experien‐ cia y los hice pasar a mi casa. Mostré que soy pobre, pero fui más pobre y valoro lo que tengo. Y ellos entendieron cómo es la vida, y me decían que ahora valoraban más tener oportunidades que otras personas no tienen. Hay que disfrutar de lo que se tiene. Les decía que lo bueno es dar de lo que tenés, no de lo que te sobra, porque enton‐ ces no entendiste nada lo que es ayudar. Cuando trabajo con los gurises del Cotto‐ lengo siento que me dan mucho más de los que les doy. Son abrazos, sonrisas, de verdad que lo sienten. 11


VALE LA PENA VIVIR ASÍ

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Michelángelo Ferreira

La fuerza siempre está en la familia y los amigos Michelángelo nació y creció en el Barrio Caqueiro de Rivera. Tiene 17 años y desde los 12 frecuenta el Proyecto Social Salesiano que lleva el nombre del Barrio. Allí aprendió e incorporó el valor de la amistad, de apoyarse unos a otros, de esforzarse para “tener lo suyo” y cumplir sus metas.

Michelángelo ¿cómo llegaste a Caqueiro? Cuando tenía 12 años me invitaron unos amigos que me dijeron que iba a ser diverti‐ do…Poco a poco empecé a venir hasta que me dijeron que había “eso” del grupo. Un día quise participar y vi que era algo intere‐ sante para mí. Entonces empecé a venir todos los días. ¿Qué actividades te atrajeron más de Caqueiro? Primero empecé jugando al fútbol los lunes, miércoles y viernes. Los otros días les toca a los más chicos. Después hice lucha libre y cuando fui ganando confianza, poco a poco comencé a participar en los grupos. También fui a los campamentos de verano en Paso de los Toros. Un lugar lindo, hace mucho calor pero me gusta. Ahí hablamos entre todos. Y ¿cómo es el ambiente con la gente de Caqueiro? Es un lindo lugar. No tenés con quien darte mal, se ganan muchos compañeros y todo eso. Acá todo el mundo se ayuda, todos comparten. Ta, a veces hay peleas, pero después nos arreglamos. Quedamos una semana mal …. pero después todo bien. Podés tener confianza en los amigos, podés contarles algo y lo guardan. Si precisás algo te ayudan, o si prestaste algo te lo van a devolver. Poco a poco vas ganando confian‐ za en ellos. También Silvia y Daniel (educadores del proyecto) son grandes personas. Yo valoro mucho su amistad, la confianza de ellos. Cuando necesitás algo están ahí para apoyarte. Cuando se complica con un deber siempre están acá para colaborar y están arriba tuyo para ver si necesitás algo. Hay mucha gente que no tiene qué comer en la casa y ellos ven algo acá y lo reparten. También juntan los útiles escolares y se los dan a los que no tienen. A veces hay ropa que nos donan y nosotros se la damos a los que necesitan. Eso se aprecia mucho. Acá llegás y ya tenés una pelota para jugar y todo lo demás. Extrañamos a Enrique que se pasaba jugando a la pelota con nosotros, pero ahora jugamos con “El Cholo”, aunque juega tipo Messi, nosotros vamos p´allá y él va entre todos solo, no la pasa (risas). 13


¿Cuáles son los mayores problemas que ves en tus compañeros o amigos? Y hay veces que vamos a un baile y la mayoría de los gurises toman y cuando salen empiezan los líos. En vez de irse, no, se quedan para esperar… ¿El alcohol es un problema importante acá? Ah, es sí. ¿Es más que la droga? Casi lo mismo. La droga es peor porque te lleva a cosas que nunca hubieras pensado: a robar, matar … Igual las cosas han mejorado de un tiempo para acá. Ahora hay mucha más confianza, se juntan más en grupos. ¿Y cuáles son tus mayores certezas? Lo que yo siempre les digo a mis amigos es que nunca hay que dejar los estudios. Aunque tengas bajas, siempre debés dar tu mayor esfuerzo para subirlas para tener un futuro mejor, cumplir tus metas, sueños, tener algo que sea tuyo, que no estés pidiendo a todo el mundo. ¿Y de dónde se sacan las fuerzas para lograrlo? Porque algunas veces uno lo quiere lograr pero no siempre se tiene la fuerza o la perseverancia necesarias… La fuerza siempre está en la familia y en los amigos que te dan un apoyo para dar un paso más adelante y nunca van a dejarte... Yo lo que quiero en un futuro es tener una mujer que ame mismo y que ella me ame a mí, porque estar con una mujer que des‐ pués te abandone es horrible. Por eso siempre digo, que mujeres hay millones y que no hay que pelearse por ninguna porque un día te deja y vas a estar peleado con ese amigo.. y un buen amigo es para toda la vida. ¿Qué sueño tenés desde el punto de vista de una profesión o un oficio? Yo quiero ser policía o profesor de deporte.

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Como Silvia… Sí, como Silvia. Ella trabaja en UTU también y es buena profesora, buena compañera, los hijos de ella también son excelentes compañeros y amigos. Además de gustarte ¿qué beneficios en‐ contrás en el deporte? ¿por qué le recomen‐ darías a un amigo hacer deporte? Es bueno para la salud, te mantiene en línea. Hay mucha gente que tiene poca salud por no hacer deporte. Vos haciendo ejercicio estirás los huesos y tenés más fuerza. También hay que comer más verdura.

tiempos no se olvidan. Ahora algunas veces también voy a la campaña, a Lapuente, para ver a mi abuelo y quedarme unos días con él. Mi abuelo me enseña a esquilar y orde‐ ño, aunque a ordeñar aprendí con mi abuela. Es un lugar tranquilo, es lindo levantarse allí y disfrutar de ese silencio.

¿Considerás que sos feliz? Ah, soy sí. Mi padrastro nunca me dejó faltar nada. Mi padre, que vive en Montevideo, es una gran persona también, no me deja faltar nada tampoco, él me pregunta a dónde quiero salir. Me enseña muchas cosas como nunca ignorar a una persona. Cuando ves a una persona mal en la calle nunca hay que darle la espalda, siempre hay que ayudarla y hacerla levantarse. Porque hay mucha gente que ve a las personas caer y no las ayudan, eso es porque no lo aprendieron, no les enseñaron a ser solidarios. Y vos ¿qué necesitás para ser feliz? Mi familia. Mi familia siempre es lo princi‐ pal, después los amigos, pero siempre principalmente la familia. Lo más importan‐ te para mí es tener a mi madre feliz, verla siempre con una sonrisa y también ver a mi padrastro bien. Yo siempre quise a mi familia. Cuando era chico me gustaba ir a la casa de mi abuela, que ya murió, en el campo. Ella cocinaba un fideo que era exquisito y me hacía reír mucho, los viejos

FICHATÉCNICA Michelángelo Ferreira tiene 17 años. Nació y aún vive en el Barrio Caqueiro. Tiene 3 hermanas meno‐ res, pero vive solo con una junto con su madre y su padrastro. Estudia Bachillerato de Deporte en la UTU.


Peregrinación de María Auxiliadora a

Corralito en Salto

30 de Setiembre y 1º de Octubre 2017 Te proponemos compartir la oración, una noche de vigilia, caminata y termas.

CRONOGRAMA Sábado

Domingo

06:00 / Salida, Colegio Maturana 13:00 / Llegada al Colegio en Salto 14:00 / Almuerzo 15:30 / Termas 19:00 / Regreso de las Termas 20:00 / Vigilia Mariana 21:30 / Cena 22:30 / Descanso

05:00 / Levantada 05:30 / Desayuno 06:00 / Caminata de 10 Km. 09:00 / Llegada a Corralito 09:30 / Misa 11:00 / Volvemos al Colegio 13:30 / Almuerzo 15:00 / Par da 21:00 / Llegada a Montevideo

Costo: $ 800 Modalidad de pago: En agosto se paga el total o el 50%, quedando el pago del 50% restante pendiente hasta el 25 de se embre.

Inscripciones: Manuel Pizzo 091 555 055

Luis Gómez 092 432 286


CON NOMBRE Y APELLIDO

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ENTREVISTA | P. JOSÉ MARÍA TEJERO SDB

VIVIR PERSIGUIENDO LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS Un Salesiano que con 76 años sueña con cruzar fronteras y vivir entre los más pobres. Aunque la política se le presentó como una opción vocacional, eligió “salvar almas” y hacerlo al estilo de Don Bosco. Vivió dos años con el Padre “Cacho”, fundó junto con otros el Movimiento Tacurú, pasó por el Colegio Pío, fue Párroco en Juan Lacaze y actualmente está en “El Paiva”. Tras esa vasta experiencia pastoral, asegura que lo más valioso es gestar amor y corresponsabilidad. Plantea como un desafío educar en otra manera de mirar, “más con los ojos y el corazón de Dios, que descubre, admira y agradece tanto bien”. Asegura que el Cielo también se puede vivir en la tierra cuando, con humildad, se entra en comunión con la alegría y el dolor del otro.

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Lo más importante que podía hacer en la vida es salvar almas mi quedó clarísimo que lo más importante que podía hacer en la vida era salvar almas, al estilo de Don Bosco, colegio, oratorio, los pobres. Casi que dudas de vocación no tuve, era muy evidente que si era honesto conmigo mismo no tenía más remedio. Y así fue.

¿En qué familia naciste? ¿Cómo se presentó Dios en tu vida para definir tu vocación? Nací en lo que era Pueblo Rodríguez, que queda entre Santa Lucía y San José, de esos pueblos donde todos somos amigos. Éramos siete hermanos. Ahí estuve hasta los 10 años. Cuando mis hermanos quisieron hacer la universidad papá cerró el negocio y nos vinimos a Montevideo, cerca de Talleres Don Bosco, porque quería que fuéramos a un colegio salesiano. Dios era visto como lo imagina un niño, todopoderoso, inmenso. Vivía en una sociedad teocrática. En Rodríguez mamá iba a Misa con nosotros y yo siempre ayudaba. Las tías eran todas catequistas, mujeres de una piedad y una capacidad de oración tremendas. Me crié rodeado de ese clima. Después de almorzar salíamos toda la familia a caminar, a veces a un arroyo, otras íbamos hasta la vía del tren. En una de esas salidas nos encontramos con las Hermanas que estaban en la vereda esperando a que llegaran los gurises al oratorio, y una de ellas pregunta “¿y bueno, quién de ustedes va a ser sacerdote?” ¡Yo!, le dije, siendo un niño de 8 años, pero fue un ¡YO! Teníamos un Párroco muy bueno y la figura del cura para mi se plantaba de una manera muy linda, muy ejemplarizante. Me gustaba también mucho la política y en casa se vivía bastante. La pregunta que te decidía era “¿qué es lo más importante: la política o salvar almas?” Esa era la fórmula, para 18

Siempre somos con otros… Con tus 76 años has compartido con muchas perso‐ nas, recorrido diversas obras salesianas. Estuviste en el Aspirantado, en el Colegio Pío, Talleres Don Bosco, Tacurú, Juan Lacaze y ahora en El Paiva . ¿Qué te dejaron esas personas y esos lugares? La comunidad donde estés marca mucho. El Aspirantado de alguna manera fue la pro‐ longación de donde venía, mucha sintonía, el mismo clima. Después me mandaron a estudiar dos años en Roma, otro mundo. Una riqueza de mirada y de gente de todos lados. Luego fui al Colegio Pío, donde estaba uno de los Salesianos que me marcó fuerte, el padre Landa. Viví ahí la época de la dictadura. Las huelgas eran frecuentísi‐ mas. Fueron momentos muy intensos porque no era cuestión de someterse a lo que nosotros creíamos que estaba mal, pero tampoco podíamos poner en riesgo a los alumnos, así que había que estar muy unidos, ir reflexionando juntos, saber los límites que teníamos, pero también los pasos que podíamos dar. Estábamos rodea‐ dos de personas muy sabias pero con discreción, para no invadirte, entonces era posible reflexionar, madurar, tomar decisio‐ nes no aisladas, sino en comunidad. En Tacurú estuve de 1988 al 2006. Venía de estar dos años con el Padre Cacho, dos años muy preciosos donde vi toda la realidad que él estaba haciendo, transformar al barrio en el gran colegio. Ahí comenzamos el deporte y me di cuenta de lo bueno que es, en todos sus sentidos. Como los chiquilines no podían competir en el baby fútbol oficial,


con el Padre Cacho hicimos una liga. Recorrimos todos los barrios, había cosas bravas. Siempre estaban las rivalidades, qué barrio era el cacique. A través del seleccionado de fútbol que integraba todos los barrios, yo veía que se iba afirmando la noción de pertenencia, todos somos Tacurú, porque ganábamos y ganábamos todos. Y comenzamos la Escuela de Deportes. Lo que siempre nos impresionaba de Tacurú era la alegría de los gurises. Gurises que a veces no comían bien, con realidades compli‐ cadas, que se les llovía el ranchito, vivían violencia. Y sin embargo ellos llamaban a Tacurú “una isla de libertad”. El chiquilín lo que necesita inmediatamente es aprender a emplear su tiempo de una manera productiva y ver que esa producción pueda llegar a casa. El Salesiano lo que hace es motivar y contagiar a los adultos. Para mí, vivir eso de engendrar la institución, las personas que están dentro, y gestar amor y corresponsabilidad, es de lo más valioso. Juan Lacaze fue un cambio que también me marcó. Ya Párroco, más mayor, encontrarme con un pueblo que para mí es la capital de la solidaridad fue realmente una experiencia distinta. Me hizo crecer y ver más la realidad total en una sociedad que es muy horizontal. Ahora en El Paiva, lo vivo más de abuelito. Lo experimento a través del deporte que es la herramienta que me queda. El deporte es un momento donde el chiquilín se encuentra pleno en el juego, entonces uno lo anima, lo vive y ahí se da una comunión invisible que después te permite, por ejemplo, en las Buenas Noches ‐que son momentos muy fuertes‐ o cuando tenés una charlita, persona‐ lizar el encuentro: “Tu zurda qué bien que marcha” y sentir que hay un campo en común de afecto. ¿Qué cosas admirás de los más jóvenes y qué consejos les darías? Mi época era más moralista, estar o no de acuerdo con la ley, con la regla y el juicio. Los curas más jóvenes tienen una mística que yo admiro, tan natural, tan espontánea, no de arrobo, sino de transmi‐ sión de fe desde la sencillez. Creo que en nuestra época era más razonadora, más apologética, más de convencer sobre esa verdad. Hoy en día se parte con que “ya con fe, ejercitemos esto”. Entonces esa vivencia no está tan filtrada por lo racional, sino que viene del sentido de la vida, viene como una interpretación que no necesita la mediación de la razón en primera instancia, sino que la funda‐ menta, la solidifica. Una de las cosas que recomendaría tal vez es educarnos a la admiración de tanto bien como hay entre los hermanos y en los destinatarios, en los niños. Hay otra manera de mirar, más sabia, más con los ojos y el corazón de Dios, que descubre y se admira y agradece tanto bien. A veces siento que podríamos crecer en esa dimensión entre la familia salesiana y los jóvenes. ¿Qué desafíos ves para la sociedad en general y para la congrega‐ ción salesiana? No ser ingenuos en esta admiración al mundo, sino calibrar el egoísmo radical que tiene el sistema que estamos viviendo. El disfrute está quitando a todos, no solo el que está en la pobreza material, sino también al otro pobre que trabaja y trabaja y vuelve deshecho a casa y prende la televisión porque ya no aguanta. Esto es una maldad del sistema, cuando podríamos estar disfrutando de

otra manera la familia, los amigos, la creación del trabajo, no solamente ser una máquina que reproduce cosas. Pero, ¿cómo ponernos en esa orientación, en ese camino? Tomar conciencia de eso y unirnos en esa dirección con más vigor sería una de mis aspiraciones. Trabajar con amor, con disfrute, porque el disfrute es tal si hay amor, sinergia. La Biblia comienza diciendo “Fiat Lux”, “Hágase la luz”, ¿qué es la luz? En hebreo es que todo está ordena‐ do para que el sentido de lo que vivís sea el amor. Eso tendría que ser el lunes, el martes y el miércoles, no la esclavitud. Con todo, hay grandes progresos, no todo es inútil, pero como humanidad ¡cuán‐ to nos cuesta madurar! Que un grupo de creyentes vea más claro ese “Fiat Lux”, ese vivir con sentido, pero no con un sentido micro, nosotros acá, una islita, no, macro, la verdad no tiene límites, el amor no tiene límites… Centrarnos en esto.

¿Cómo ves en la congregación la opción por los más pobres? Y medio que yo pienso que tendríamos que acelerar. Hay algo que es la conversión epistemológica que quiere decir que nosotros tenemos la mirada del benefactor, que vamos al oratorio y hacemos el bien, volvemos a casa y nuestra vida es en casa. Al otro sábado con mucha entrega, amor y generosidad, renunciando a muchas cosas, volvemos a ir al oratorio, pero no es conversión epistemoló‐ gica. El Padre Chacho sí efectuó la conversión, cruzó la frontera y se hizo del barrio. ¿Y cómo sería para ti esa conversión? Sería una comunidad de inserción, que implicaría dejar a los institutos en manos de laicos y en el barrio asumir la vida, no como beneficiario, sino uno más. Que los laicos tomen la dirección de las instituciones salesianas es enriquecimiento. Puede ser la oportuni‐ dad para que nosotros estemos más con los destinatarios, compar‐ tiendo la vida, no solo dándole beneficios, sino con ellos. Que tu mente razone con los criterios y las metas que tienen ellos. Creo que puede ser un remate de mucho encuentro con Dios, con el amor, que se logra con el servicio y la entrega al “estilo Cacho”. La Gloria de Dios es cuando vos con toda humildad sentís que estás en comunión con la alegría o el dolor de ese fulano. Esa es la Gloria de Dios y es tu gozo también, porque el Cielo también es acá. 19


“Llamados a perdonar de corazón a nuestro hermano” (cr. Mt. 18, 35)

HAY ALGO MÁS Jueves 14 de setiembre | 20 a 21:30 horas CAPILLA DE MATURANA


SINTONIZANDO CON DON BOSCO Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

SER JUNTO CON… Queridos amigos de la Familia Salesiana de Uruguay: El último Capítulo General de las FMA nos dejó el compromiso de estar "juntas, con las jóvenes". Desde los orígenes, ser junto con ha dado un rostro característico al carisma salesiano. Así nacimos. En Valdocco y en Mornese se actuaba siempre como comunidad y en sinergia, para desarro‐ llar y fortalecer el compromiso educativo. Nuestra historia documenta maravillosamen‐ te el espíritu de familia y la total sintonía entre SDB, FMA, jóvenes y adultos, todos orienta‐ dos hacia un único objetivo: anunciar a Jesús a través de la educación. Él es el Gran Educador. Por amor a Él y a los jóvenes de nuestro tiempo, mirando al Maestro, nosotros anun‐ ciamos la buena noticia del Evangelio y les abrimos caminos de encuentro con Él. La Providencia me ha permitido vivir muchísi‐ mos encuentros, por todo el mundo, con jóvenes y seglares. En cada oportunidad comprobé, con alegría y esperanza, cómo esas personas de diferente edad, cultura y

religión, son mediaciones de la llamada de Dios. Nos permiten leer rápidamente la realidad, señalándonos situaciones urgentes que se nos escapan o que leemos con criterios inadecuados. Sus palabras, sus gestos, indican caminos que hemos de tomar como Iglesia, Pueblo de Dios en marcha… Nuestra participación específica en ese camino, como portadores del carisma salesia‐ no, está impregnado de escucha y de diálogo. Ser junto con… El fundamento lo encontramos en Jesús, a quien seguían apóstoles y discípu‐ los –hombres y mujeres‐ de edad, origen y clase social diferente. Una presencia diversifi‐ cada que aporta riqueza a todo grupo itine‐ rante y testimonia la alegría y la fatiga de compartir el mensaje de Jesús.

res. Una visión retomada varias veces por los papas del post‐concilio y que el Santo Padre Francisco propone, con acentuaciones nuevas, la experiencia de ser, juntos, Iglesia en camino. Así pues, estamos invitados a vivir esta expe‐ riencia de Iglesia en nuestra vida cotidiana, pero, ¿nos sentimos "Pueblo de Dios" llamado a ser profecía de los tiempos nuevos, a la escucha de las nuevas generaciones, y parti‐ cularmente de los jóvenes pobres, los privile‐ giados de Jesús? O, inconscientemente, conservamos formas de auto‐referencialidad anticuadas, lejos del estilo vivido por Don Bosco y Madre Mazzarello? Que María nos ayude a acercarnos a los jóvenes como a nuestra "tierra santa", de puntillas, custodiando como tesoro precioso las enseñanzas que ellos nos dan.

Ser junto con encuentra raíces más cercanas en el magisterio del Concilio Vaticano II, que propuso, en el contexto social de hoy, la comunión en una Iglesia concebida como pueblo de Dios en camino junto a sus Pasto‐

DE OTROS LARES Una Etiopía que sorprende sirviendo a las madres y a los hijos En el oeste de Etiopía, en la peque‐ ña ciudad de Abobo, donde en verano se registran temperaturas de 50 grados, desde 2002 un grupo de voluntarios de Italia y España junto con los Salesianos del lugar, crearon un pequeño “Centro de salud”. Hoy en día el Centro de Salud es el símbolo de una comunidad que no solo está al servicio del pueblo de 4.000 habitantes, sino que sirve a unas 20.000 personas que habitan en la zona, llegando a abarcar 200.000 en toda la región. El alma del “Centro de Salud” son Mary y Tere, dos doctoras ítalo‐ españolas que representan un importantísimo punto de referencia para una población que se encuentra afectada por la malaria, la tuberculosis, el SIDA y varios tipos de infecciones. Fuente: ANS

Venezuela: Una luz de esperanza y alegría por Pre‐novicios Salesia‐ nos “En medio de situaciones difíciles a nivel político y social, en nuestro amado país Venezuela, van sucediendo signos de esperanza”, señalaó un Salesiano al compartir el cuarto encuentro de discerni‐ miento vocacional desarrollado del 23 al 27 de julio. “Es verdad que nuestro país pasa por momentos difíciles, conflicti‐ vos y de muchos retos y sentimientos encontrados para cada uno de nosotros, pero que esto no sea un velo de oscuridad que nos impida ver las maravillas que Dios obra en cada momento, como lo son los 14 futuros Pre‐novicios”, destacó el Salesiano. Fuente: ANS 21


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¿Qué dice la gente? Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Mateo (16,13‐20) proclamada en la Misa del 27 de agosto, Domingo XXI del Tiempo Ordinario.

P. Francisco Lezama sdb

“Se dice de mí…” Así comienza la famosa milonga uruguaya inmortalizada por Tita Merello y por la telenovela “Be y la fea”, de rela vo éxito hace algunos años. En la canción, que originalmente interpretaba el uruguayo Carlos Roldán con la orquesta de Francisco Canaro (y, por lo tanto, estaba toda en masculino), el cantante expone que poco le importa lo que afirman de él los demás (que bastante mal lo tratan), terminando con el lapidario y musical “Yo soy así”.

La milonga acierta en quitarle valor a las crí cas del necio y del envicioso, en lo que coincide con la tradición de la Biblia (Pr 11,9). Pero más allá de lo que afirme la letra de esta canción, nadie puede afirmar “yo soy así” prescindiendo de los demás: nos vamos construyendo a nosotros mismos siempre junto con otros, en el reflejo de sus rostros y en el eco de sus palabras. Quizás a algunos de los apóstoles les habrá llamado la atención la pregunta con la que Jesús comenzó el diálogo aquella vez que se encontraban en Cesarea. ¿Por qué pregunta el Maestro qué dice la gente acerca de él? ¿Se está de golpe preocupando por su imagen? ¿Contrataría acaso una consultora de opinión pública para medir el impacto de su campaña evangelizadora? Los apóstoles responden con las diversas percepciones que recogían del contacto con la gente… Jesús es visualizado como un profeta, ¡uno de los grandes profetas! Pero la pregunta

inicial de Cristo no era más que una introducción, una excusa para la que vendría después: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy?”. Es un momento de definición. La pregunta se la habían planteado ya muchas veces los discípulos y toda la gente: ¿Quién es este que perdona los pecados? ¿quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen? Pero ahora debían dar una respuesta por sí mismos: ¿quién dicen ustedes que soy? Di cilmente Jesús sufriera una crisis de iden dad, o estuviera pasando por un período de adolescente necesidad de autoafirmación… Pero, como humano que era, precisaba al igual que nosotros escuchar un “tú eres” para poder afirmar un “yo soy”: es ante el rostro y la palabra del otro que nos construimos en nuestra iden dad. Lo que sucede a con nuación en el relato es muy bonito y sugerente: después de que Pedro responde y confiesa su mirada sobre Jesús (“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”), el Maestro le responde “devolviéndole el favor”: le revela al pescador la verdad sobre él mismo, “Tú eres Pedro”. Este confesarse mutuamente la iden dad se da a través de dos “Tú eres” que se cruzan, de un modo asimétrico y diverso, pero que nos muestran que Dios mismo se revela par endo de esta dinámica tan humana. Y así, cuanto más te acercás a Jesús y ahondás tu experiencia de fe, él te va revelando más profundamente tu propia iden dad, y va quedando más evidente ese sueño de Dios para vos, inscrito en lo profundo de tu alma.

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AQUÍ Y AHORA

Ser mejores CON

otros

El profesor de la Universidad de Harvard, Howard Gardner, advierte que los títulos y los méritos educativos no son un factor decisivo para conocer la inteligencia de una persona. La investigación del experto ha logrado identifi‐ car y definir hasta ocho tipos de inteligencia (inteligencia lingüística, inteligencia lógico‐ matemática, inteligencia espacial, inteligencia corporal, inteligencia musical, inteligencia intrapersonal, inteligencia interpersonal e inteligencia naturalista, esta última incorpora‐ da en 1995). Gardner afirma que cada persona es dueña de cada una de las ocho clases de inteligencia, aunque cada cual destaca más en unas que en otras. De ahí la importancia del trabajo en equipo o en red, porque nadie puede reunir todas las condiciones para hacer las cosas a la perfec‐ ción pero en la suma de inteligencias se poten‐ cia el valor de las acciones.

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Nicolás Arenas, coordinador de los proyectos del Centro Bosco de La Tablada, explica que justamente esta teoría de las inteligencias múltiples demuestra que “la riqueza no está en un ser humano solo, no vamos a encontrar la plenitud en ninguno, y por eso en un buen trabajo en equipo podemos llegar a encontrar esa plenitud”. En un equipo, “cada uno aporta un tipo de inteligencia y eso también quita presión. Si uno se equivoca no hay que frustrarse porque las cosas no salgan bien y hay que pedir ayuda. A su vez, tampoco tengo que creérmela cuando le pueda iluminar el camino a otro porque es parte de mi riqueza que pueda dársela. Aunque después haya que compartir los éxitos, es bueno hasta para la salud mental porque uno se siente más acompañado, más respaldado”, asegura. Además, aporta que para el creyente “teológicamente está más que argumentado el trabajo en equipo”, y agrega: “Dios es comunidad, es tres y uno. La unidad está basada en las tres personas, y por eso para un cristiano no se concibe otra forma de trabajar que no sea en equipo”. MÚLTIPLES MIRADAS Por su parte, el doctor en Sociología Javier Pereira, explica que el trabajo en red o en equipo es fundamental por muchas razones y lo explica desde la tarea de las organizaciones. “Se ha ido dando un proceso de creciente especialización. Antes todos hacían todo, ahora las organizaciones se han ido especializando, la contracara de eso es que ya nadie puede trabajar solo. No hay manera de que una organización pueda resolver por sí misma todos los problemas”. 26


10 RAZONES PARA TRABAJAR EN RED 1. Al trabajar en red se aprovechan y maximizan las cualidades de cada uno: sus fortalezas se replican en los otros miembros; sus debilidades se disminuyen gracias a las fortalezas del resto. 2. Al trabajar en red cada parte se transforma en un eslabón indispensable de una cadena más larga y poderosa. 3. El tamaño importa. Trabajar en red es una forma de ser “grande” sin dejar de ser “pequeño”, es decir, de ocupar un lugar en el mundo sin perder de vista las necesidades cotidianas de la gente. 4. Cooperación: Se juntan las preguntas de unos y las respuestas de los otros. 5. Creatividad: Dos mentes piensan mejor que una, y cien mejor que dos. Las mejores soluciones son aquellas que salen de un proceso de creación colectiva. 6. Se generan más oportunidades. 7. Diversidad: La riqueza está en la diferencia. 8. Motivación: Trabajar en red es más entretenido. 9. Existen las herramientas (tecnología) para hacerlo de manera fácil y eficiente. 10. Las redes se hacen de personas y esa es su riqueza.

Pereira afirma que la compleja realidad social obliga a contar con “múltiples mira‐ das”. “Si trabajo con niños, no me puedo olvidar que también hay que trabajar con la familia, también con los centros educati‐ vos”. A su juicio, se trata de “alinearse todos detrás de un objetivo compartido” que debe ser “consensuado”. El Sociólogo

destaca como modelo “el trabajo en alianza con otras organizaciones”: “América Solidaria construye una alianza con otra organización que ya viene trabajando en el territorio y a partir de encontrarnos, identificamos un problema y elaboramos un proyecto conjunto y luego de ese trabajo conjunto queda instalado el proyecto que la comunidad sigue desarrollando, pero América Solidaria no se queda en el territo‐

“En la suma de inteligencias se potencia el valor de las acciones” asegura que “un equipo logra que cada persona aporte de sí lo mejor y que al final del día resulte la suma de las fortalezas. Lejos de anularnos unos a otros podemos potenciar nuestras fortalezas”. Poniendo como ejemplo el trabajo que realiza junto al equipo de la ONG América Solidaria, dedicada a sacar adelante proyectos junto a organizaciones sociales que ya trabajan en un barrio, Pereira

rio ni está llamada a perpetuarse ahí. Es posible hacerlo en el marco de esa alianza”. Como forma de concretar esa alianza se intenta también sumar a los medios de comunicación, para que contribuyan a visibilizar la problemática que intentan atacar, por ejemplo, el desempleo juvenil, como ocurre en Casabó donde trabajan con el centro educativo Providencia. También intentan sumar a empresas, para que se

sensibilicen y generen oportunidades para los jóvenes, y a las universidades para que le den un espacio a esta problemática dentro de sus líneas de investigación. El voluntariado de esta organización ‐que trabaja con profesionales jóvenes que vienen de otros países, o uruguayos que son enviados a destinos como Haití o Colombia‐ apuesta a que sea una experiencia de transformación para el voluntario. “Marca y genera una impronta que deja huella en la trayectoria profesional y en la persona”, señala Pereira desde su rol de acompañar a esos voluntarios. CONFIAR, TOLERAR, SALIR DE LA COMO‐ DIDAD Para contribuir al trabajo en equipo cada integrante debe poner de su parte. Pereira explica que es necesario sacrificarse por el objetivo del equipo, y lo explica con un ejemplo futbolero: “Cavani (el futbolista de la selección) es delantero pero es el prime‐ ro que marca, antepone el objetivo para dar una mano al equipo. Es esa capacidad de salir del rol de uno mismo para hacer algo en función de un objetivo mayor”. 27


“Dios es comunidad, es tres y uno. La unidad está basada en las tres personas, y por eso para un cristiano no se concibe otra forma de trabajar que no sea en equipo”, Nicolás Arenas

“Hay que despertar el potencial de solidaridad que existe en la sociedad uruguaya. Hay un gigante dormido...”, Dr. en Sociología Javier Pereira

Arenas, por su parte, habla de salir de las estructuras y de la forma de hacer las cosas de determinada manera. “A veces no vemos que sea por acá, pero hay que confiar y eso después se evalúa. Casi ninguna decisión es de vida o muerte, no sé cómo será para un médico pero en el trabajo socioeducativo uno tiene más oportunidades, probamos por acá y después vemos como salió la cosa”. También se pone en juego la tolerancia. El educador afirma que en el equipo del Centro Bosco hay gente que no es creyente aunque sea un centro católico. “La argumentación de sus acciones no tiene el fundamento teológico pero tenemos que saber dialogar con ellos. Saber razonar con el otro para entender lo que dice y por qué lo dice”. En opinión de Arenas hay que contar con “el dato de la buena fe, de saber que los demás no están con segundas o terceras, lo que dice, lo está diciendo convencido y a partir de ahí dialogamos”. Agrega que la confianza es la base de la tolerancia. “Es difícil ser tolerante cuando no hay confianza”, dice. Siguiendo con el ejemplo de quienes no comparten la fe en Jesucristo afirma: “Si cree en Mahoma no lo hace porque odia a los cristianos sino porque lo educaron en eso. En el equipo es fundamental tener confianza en el otro, saber que no me odia, ni me está serruchando el piso, sino que dice lo que piensa porque lo siente así”. Pereira aporta otro elemento de la ecuación para poner ese trabajo al servicio de los demás: la solidaridad. “Se trata de abandonar la comodidad, y de alguna manera poder sentirme que soy corresponsable de las necesidades del otro, tiene que ver con ser ciudadanos de este país, habitamos este espacio, nos sentimos responsables de lo que pasa alrededor nuestro, de la suerte de hermanos que no la están pasando bien. Nos 28

tiene que llevar a hacer algo, a comprome‐ ternos”. Consultado sobre si los uruguayos somos solidarios, Pereira responde que “lo somos pero muy a la uruguaya”. “Para salir de esa zona de comodidad, para meternos la mano en el bolsillo tiene que llegar una situación límite, cuando hay inundados, cuando pasa un tornado por Dolores la sociedad se moviliza pero en estado normal le cuesta activar su capital de solidaridad”. En su opinión “tiene que ver con nuestra matriz de estado de bienestar muy fuerte”. “Esperamos a que el Estado lo resuelva, tercerizamos la solidaridad en el Estado, que se fue consolidando como el gran repositorio de solidaridad, pensamos que el Mides (Ministerio de Desarrollo Social) acuda a las personas en situación de calle. Tengo que darme cuenta de que con eso no alcanza, hay que despertar el potencial de solidaridad que hay en la sociedad urugua‐ ya. Yo siempre digo que hay un gigante dormido. Hay un potencial de solidaridad que está desaprovechado”, concluye.


SABOR A BUENAS NOCHES

“EL QUESO: CON OTROS SOMOS UNO” En el campo se trabaja con la vida. Es el rasgo esencial de la tarea rural. La paciencia y la observación atenta de los ciclos vitales, en los animales, los vegetales, el clima, las personas, se hace un rasgo connatural al hombre y a la mujer rural. Allí se hace imprescindible el respeto a los procesos. Nada se inventa ni se apura, si es que se quiere llegar a lograr algo puro y natural. El queso no se hace de un día para P. Adrián García sdb otro, es un largo proceso que parte del cuidado en la calidad de la pastura que come la vaca, su sanidad, la higiene del ordeñe, el proceso de elaboración, su estacionamiento de maduración, hasta que llega a la mesa. Ese es el propio queso artesa‐ nal, el que se realiza produciendo la leche y su elaboración es fundamentalmente manual. Si bien son unos cuantos elementos que entran en juego, vamos a resaltar en este caso solo los que forman parte de los agregados a la leche en el momento de su elaboración. Primero tenemos que lograr una temperatura apropiada para favorecer la coagulación de la leche, luego agregamos cloruro de calcio para colaborar con la posterior función del cuajo y el nitrato de sodio, fiel guardián que ayudará a conservar mejor el producto final. La incorpo‐ ración del fermento es fundamental para dar identidad propia al estilo del queso que se quiere elaborar. La cantidad de fermento es pequeñísima, en comparación con el total de la leche que se

está elaborando. Es tan intensa la vida que contiene ese fermento, que logra así que toda la masa del queso adopte sus notas funda‐ mentales. De él depende el gusto y la identi‐ dad específica. Un queso es de tal variedad, y no de otra, gracias al fermento que lo ha hecho madurar. De aquí su propio valor. Llega finalmente el cuajo, aquel líquido “mágico”, que produce la maravilla de separar los sólidos de la leche del suero líquido. Al tener la cuajada pronta, se la calienta y se la trabaja revolviéndola, hasta separarla com‐ pletamente del suero, para introducirla en los moldes, encargados de brindarle la forma, que al prensarse toma consistencia y libera el suero que aún sigue estando en su interior. Una solución de agua y sal es la encargada de darle hospedaje por unas horas, al queso ya formado, brindando varias propiedades, entre ellas la firmeza y sabor. Finalmente el sótano o la cámara de frío lo recibirá por un tiempo para culminar este largo proceso. Cada elemento tiene su orden para ingresar a la leche, en una temperatura determinada y en una dosis ajustada según la cantidad de leche que hay en la tina. Algunos son indis‐ pensables como colaboradores para que otro elemento pueda llegar a realizar su función. Todos y cada uno tienen su protagonismo pero sin sobresalir por encima de los demás. Si esto sucede, inmediatamente produce una alteración en la composición del queso. Todos y cada uno de ellos están siendo complemen‐ tarios para lograr la unidad final. Los elemen‐ tos interactuaron de forma equitativa y con el tiempo esta armonía de variados componen‐ tes logran esa unidad, manifestada en la belleza de su estética, la exquisitez de su sabor, la suavidad de su textura y lo agradable de su aroma: el queso. La esencia de esta dinámica no es simplemen‐

te la funcionalidad del trabajo en equipo, sino que expresa el valor del ser en sí mismo de cada uno de los elementos, que en su natura‐ leza ya está impuesta la complementariedad con los demás. ¿No será que también hay algo de esto entre los seres humanos? ¿Dónde está la naturale‐ za de nuestro “ser con los demás”? Primero está dado por la confianza implícita que tenemos, en que el entorno donde nacemos nos va a acoger. Este recibimiento amoroso nos permite ir creciendo éticamente para poder desarrollar relaciones de mutuo respeto, descubriendo quiénes somos, cuáles son nuestras limitaciones, nuestras cualida‐ des y para qué misión estamos creados. De la misma manera vamos descubriendo y valo‐ rando a los demás. Sobre todo cuanto más intensa vaya siendo la experiencia inicial de aceptación y cariño recibido, nos irá impor‐ tando aún más la vida de los demás, sabiendo cuanto podemos aportar en el crecimiento del otro y cuanto podemos dañar a los demás con nuestras limitaciones. Los elementos del queso no tienen otra que ser con los demás, a través de la voluntad del quesero, permitiéndoles que estos interac‐ túen entre sí para llegar a cumplir su función. Nosotros los seres humanos, ¿queremos convivir? ¿para qué? ¿qué sentido tiene ser tú mismo, con y para los demás?


DEL ÁRBOL SALESIANO

Colegio San Miguel de Mercedes

125 años siendo Casa y Familia El 15 de febrero de 1892 llegaron los primeros Salesianos a Mercedes. Un mes después, abrió sus puertas el Colegio denominado San Miguel, en homenaje al primer sucesor de Don Bosco, el Padre Miguel Rúa. Hoy el Colegio alberga a más de 600 niños y adolescentes, es el único centro educativo católico de la ciudad de Mercedes y la única Secundaria de la Diócesis. Y sigue creciendo… El 20 de febrero de este año abrió el Maternal para 1 y 2 años. Las crónicas de la época narran que la llegada de los Salesianos a Mercedes se produce cuando en el Uruguay “se vivía plena época de liberalismo anticlerical; siendo ello motivo del grave conflicto que se vivía entre la Iglesia y el estado. Ejercía la presidencia de la República Julio Herrera y Obes”. En el libro “Del Terruño” del Padre Salesiano Ramón Montero y Brown se detalla: “Hallá‐ bame un día de febrero de 1892 en el atrio de la iglesia, cuando vi venir por la vereda a tres clérigos y dos seglares. Saludé y contes‐ taron todos con amable sencillez. Eran los `salesianos´, venían a saludar al señor Cura don Faustino. Después supe que eran el Padre Juan Pedro Rodríguez (Director), el Padre Ferrando, el clérigo Petronillo Pérez y los seglares don Carlitos y don Candidito”.

para Director del nuevo Colegio, todos están ocupadísimos. Pero en fin, aquí ha llegado de Paysandú el Padre Juan Pedro Rodríguez, de viaje a Italia. Como es el primer sacerdote salesiano de América, nuestro superior General, el Padre Rúa, le ha dado permiso para visitar la cuna de nuestra Congregación. Si usted lo disuade, ya tenemos Director”. El P. Arrospide formó dos comisiones, una de damas y otra de caballeros, que alquila‐ ron un edificio de Ramón Marié, en las calles Asamblea y Salto. Edelmiro Guerrero donó el terreno de la Capilla antigua (hoy salón de actos o multiuso), bendecida en 1894 por Monseñor Luis Lasagna. Don Faustino Arrospide envió el 1 de marzo

de 1892 una circular a la prensa anuncian‐ do la apertura del Colegio: “Obedeciendo a la necesidad muy sentida entre nosotros de un Colegio de varones que respondiese a las rigurosas exigencias de la moral, de la ciencia y del progreso, ha venido a fundarse el que se llamará Colegio San Miguel”. En sus inicios el Colegio contó con 146 alumnos y solo se impartieron 4 Cursos Elementales. En el año 1963 se habilitó el primer año de Secundaria, cumpliéndose allí el anhelo de Arrospide cuando lo fundó. Había alumnos pupilos, medio pupilos y externos. En el 2000 se abrió el Bachillerato por algunos años. Ante la apertura del Colegio “La Voz del Pueblo” publicó: “Es realmente consolador,

"El 15 de marzo abrieron el tan suspirado Colegio Salesiano en la calle Asamblea (hoy Artigas) esquina Salto (hoy Serafín Rivas)”. Según consta en el relato de Montero y Brown “se necesitaba un buen colegio católico para que las ideas protestantes y liberales no siguiesen en su apogeo”. Cuan‐ do el P. Faustino Arrospide, párroco de la catedral, habló con Monseñor Soler pla‐ teándole esta posibilidad, le contestó: “Hablen con el Padre Lasagna, los salesia‐ nos saben estirar la masa sin romperla”. Cuando se le consultó a Lasagna respondió que no tenía personal, pero ante la insisten‐ cia dijo: “No tengo una persona disponible 30

Fachada original


EL Colegio hoy día

ver como la protección de Dios se muestra palpable sobre este centro de enseñanza recientemente establecido en esta ciudad bajo la dirección de los Salesianos. El número de alumnos es ya relativamente crecido si se tiene presente que solo cuanta con veintitantos días de establecido y todo hace esperar que la obra será coronada del éxito más feliz”. CASA Y FAMILIA Ciento vienticinco años después, el Director del Colegio San Miguel, P. Miguel Suárez sdb, destaca que “generaciones y generaciones de familias, tienen al San Miguel como punto de referencia”. “El ambiente de familia y el sentido de casa es muy fuerte entre nosotros”, subraya. Como toda propuesta salesiana, el patio fue y es el lugar de encuen‐ tro y de reencuentro de todos los exalumnos. Son infaltables los Campeonatos Nocturnos y los Papis Fútbol, así como los encuen‐ tros de Mami Handbol. Los grupos asociativos reúnen en torno a la figura de Domingo Savio, Laura Vicuña, Miguel Magone y misioneros, tanto a los niños de primaria como los jóvenes de Secundaria que integran el MJS.

El P. Suaréz enfatiza que el Oratorio del Parque Don Bosco “ha sido siempre preocupación y germen de nuevos animadores que hacen su primera experiencia apostólica y de compromiso social”. La Iglesia de María Auxiliadora, ya más que centenaria, es lugar de referencia y motivo de un amor entrañable a la Madre y Maestra, la Virgen de Don Bosco. Desde hace muchos años, primero la OMA y actualmente la ADMA, nuclea a madres y abuelas, que rezan y propagan la devoción a la virgen. Después de 125 años la Comunidad Educativa del San Miguel está conformada por más de 150 educadores laicos que junto a la comunidad salesiana religiosa (4 religiosos sacerdotes), hacen posible que el sueño de Don Bosco siga siendo realidad en la comunidad mercedaria. Actualmente tienen entre sus manos la atención de más de 600 niños y adolescentes en el centro educati‐ vo, de un centenar de niños en el Oratorio del Parque Don Bosco, la atención de la Parroquia San Pío X, en el barrio del Cerro (la zona más carenciada de la ciudad) y acompañando también sacramen‐ talmente la Parroquia San Juan.

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UNA MANO AMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

Proyecto de promoción y fortalecimiento de la actividad Física, Recreación y el Deporte

Escuela de Deportes Tacurú El Movimiento Tacurú es una ONG Salesiana que cuenta con 34 años de actividad socio educativa y pastoral en un contexto de la ciudad de Montevideo que presenta el mayor índice de necesidades básicas insatisfechas de la población de la capital.

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Promueve desde hace más de 15 años espacios de deportes y actividad física para niños, niñas, adolescentes y jóvenes de sectores carenciados de Montevideo, donde las propuestas de esta índole esca‐ sean. El Proyecto Escuela de Deportes del Movi‐ miento apunta a generar una transforma‐ ción social, utilizando el deporte y la activi‐ dad física como herramienta. Esto se hace en conjunto con la comunidad del barrio que participa activamente en las propuestas.

Tanto educadores como padres son prota‐ gonistas en la marcha del Proyecto, cues‐ tión que ha permitido fortalecer la adhe‐ sión de niños, niñas y adolescentes a la propuesta deportiva. Nuclea a 350 chicos y chicas de 5 años en adelante, con 11 propuestas deportivas: fútbol infantil, fútbol adolescente, fútbol femenino, handball, básquetbol, tenis, tenis de mesa, karate, boxeo, zumba. Desde hace un tiempo algunas empresas y programas se han interesado en la Escuela de Deportes de Tacurú como un lugar donde apoyar para la promoción de depor‐ tes. De esta manera el Programa K.O. a las Drogas con boxeo, la Fundación Celeste con escuelitas deportivas, Directv con la escue‐ la de Basquetbol, ADIC, la Federación de Tenis de Mesa con escuelitas y la Secretaría Nacional del Deporte, han propiciado una explosión de actividades deportivas varia‐ das para todo el público de Tacurú y del barrio. De estas iniciativas y apoyos ninguna presta

ayuda económica para contratación de recursos humanos, sino que han fortaleci‐ do las actividades desde lo locativo y en materiales. El 90% de los profesores que están al frente de estas actividades son honorarios. Los profesores rentados son los enviados por ADIC o la Secretaría de Depor‐ tes. Objetivo General Contribuir al desarrollo integral a nivel bio, psico, social y espiritual de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de nuestra zona trabajando con la comunidad a partir de la práctica sistemática de Deporte. Objetivos específicos 1. Continuar con el desarrollo de escuelas de iniciación deportiva en la zona. 2. Consolidar el proyecto Escuela de Depor‐ tes del Movimiento Tacurú como un espa‐ cio de referencia en deporte y actividad física en los barrios de influencia del Movi‐ miento. 3. Que la comunidad se apropie de los espacios y puedan llevar adelante el Pro‐ yecto Escuela de Deportes.

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LA ESCUELA DE DEPORTES SEGÚN SUS PROTAGONISTAS Alejandro Borrazas, 39 años | Educador fútbol infantil Llegué al proyecto porque traía a mi sobrino a practicar fútbol infantil. Como me gustaba la dinámica y la actividad, los coordina‐ dores me invitaron a participar como ayudante. Al principio no quería porque no sabía si me podía comprometer; pero me volvieron a invitar y acepté. Comencé ayudando en una categoría de 10 años, y al año siguiente me propusieron realizar el curso de técnico en fútbol infantil. Actualmente estoy con el grupo de fútbol infantil de 8 años. ¿Te imaginabas trabajar con niños? Me imaginaba con niños más grandes, pero con el tiempo acepté el desafío de trabajar con gurises chiquitos y ¡me encantó! Yo no sabía si estaba capacitado pero descubrí que me gusta mucho. ¿Qué te gusta de participar en la escuela de deportes? Lo que más destaco es trabajar valores como el compañerismo y la integración que se ofrece a los gurisess donde no son un número. Aquí lo deportivo está en último lugar, antes está que sean compa‐ ñeros, que se respeten. Yo acá encontré mi lugar en el mundo, me siento en familia. 34

Tatiana Pucherelli, 13 años | Participa en Tenis de Mesa y fútbol femenino. Hace 2 años llegué a la Escuela de Deportes porque el profesor de tenis de mesa me fue a invitar. Quise probar un deporte nuevo y como me empezó a ir bien lo seguí haciendo. Al año siguiente empecé con fútbol femenino y me gustan los dos. Me agrada el ambiente de Tacurú porque son buenos compañeros. En este tiempo he aprendido a hacer más amigos, y los educadores son buenos porque no son como en otro lado, te tienen paciencia y te tratan de enseñar. En fútbol femenino tenemos lindo ambiente y hay mucho compa‐ ñerismo entre las gurisas.


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Me veo, me escucho y formo parte PROGRAMACIÓN Escuchanos acá:

TU VOZ RESUENA EN MI Evangelio comentado CARTELERA Noticias del MJS PUZZLE Testimonios de las vivencias de jóvenes en las casa salesianas

Mixrl

HISTORIAS PARA RESIGNIFICAR Reflexiones de temas de actualidad VALE LA PENA Programa que trata temas de actualidad hecho por jóvenes BUENAS NOCHES El Padre Mario nos comparte una pequeña reflexión del día

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palabra y vocación Un programa que reflexiona y da pistas para vivir la vida como vocación


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