En el corazón de la Navidad late una verdad irrevocable, un acontecimiento que no solo marcó la historia de la humanidad, sino que transforma cada vida de manera única. Este hecho, tan profundo como misterioso, desafía nuestra lógica y sentido común, revelándose como una contradicción divina, el Dios eterno se hace pequeño para abrazar a su criatura. Este “movimiento maestro” de amor eterno redefine nuestra relación con Dios y con nosotros mismos.