Boletín Salesiano Diciembre de 2017

URUGUAY / Segunda época / Año XXXIX / Nº 10 / Diciembre 2017 / www.issuu.com/bsuru

Entrevista al P. Néstor Castell sdb

Encender algo con los demás En Uruguay y en Taizé…

Jóvenes que salen a descubrir qué hay en los otros Daniel K

Un mago que busca que la gente sea más buena

Propiciadores

de encuentros

SUMARIO 3 CARTA DEL DIRECTOR Cada encuentro nos transforma 4

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4 ¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL! Natalia Casco Los Oratorios: espacio de encuentros que potencian la transformación

8 FAMILIA EN OBRA

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Sebastián Mas Hacia una pedagogía del encuentro

9 SINTONIZANDO CON DON BOSCO

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Don Ángel Fernández Artime La Navidad según Don Bosco

10 HACIENDO HISTORIA El Mago Daniel K Encuentros mágicos y transformadores 10 16

12 VALE LA PENA VIVIR ASÍ En la campiña francesa, Taizé…

Un pedacito del cielo en la tierra para encontrar y encontrarse

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16 CON NOMBRE Y APELLIDO Entrevista al P. Inspector Néstor Castell sdb “Busquemos encender algo” 22

21 SINTONIZANDO CON DON BOSCO Madre Yvonne Reungoat fma Acompañar a los jóvenes en su encuentro con Jesús

22 GALERÍA DE FACEBOOK Y TWITTER

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23 ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO P. Francisco Lezama sdb Arte del encuentro

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24 AQUÍ Y AHORA Propiciadores de encuentros

29 SABOR A BUENAS NOCHES P. Adrián García sdb En la tapera del nacimiento

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30 DEL ÁRBOL SALESIANO Hna. Nibia Lista hma Arte, comunicación y espiritualidad al servicio del encuentro

32 UNA MANO AMIGA Una mano amiga Salir al encuentro desde el Centro de Capacitación María Auxiliadora de Rivera

35 GALERÍA DE INSTAGRAM

CARTA DEL DIRECTOR P. Sergio Álvarez sdb

CADA ENCUENTRO NOS TRANSFORMA …sí, cuando se da el encuentro.

He leído lo que tenemos para brindar en este último Boletín del año y me han entrado ganas a mí también de compartirte un encuentro, de esos que son pequeños y traen vida nueva.

Ayer me encontré en Madrid con Carlos Luna, quizás lo recuerdes del Boletín de octubre.

La mutua pasión por la pastoral, y un poco, solo un poco de mi parte, por la comunicación, nos ha llevado a este diálogo: ‐ Yo veo, Carlos, que en nuestro modo de hacer las cosas, muchas veces si no colocamos una cruz o un rostro de Jesús en cada imagen de comunicación nos parece que no estamos evangelizando. Pero eso no nos permite conectarnos con el otro, especialmente si es un joven. ‐ Mira Sergio, – me dijo – yo creo que debemos comenzar por conec‐ tarnos con lo que el otro vive, que se sienta elegido por mi para compartir ese momento; luego que viva aquello como una bendición, y que se sienta bendecido por poder vivirlo; entonces sí, que vea que puede ser tal cual es, compartiendo su autenticidad, aún de los propios límites; y ahí sí, el otro puede recibir la invitación o provoca‐ ción a entregar lo propio a ti, a los demás, entregar la propia vida.

Mirando como de reojo la Navidad que comenzamos a preparar… ¿Qué fue el anuncio del Ángel a María sino eso? ¿Qué fue el nacimiento de Jesús sino eso? ¿Qué fue su vida hecho hombre sino eso? ¿Qué es la Resurrección y su presencia Resucitado entre nosotros sino eso?

ELEGIDO, BENDECIDO, ACEPTADO, PARA ENTREGAR LO MEJOR DE UNO MISMO

…encuentros de Dios con los hombres que traen vida nueva, vida en abundancia.

Te cuento algo más… luego, cuando ya nos habíamos despedido, caí en la cuenta de que eso es lo que me había pasado en ese pequeño encuentro entre pinchos de tortilla española y algo para beber.

En nombre del Equipo de Producción, llegue a ti el deseo de una agradecida mirada del año 2017, y una Navidad con encuentros que te traigan vida nueva...

Te invito a que hagas tu propia lectura de las experiencias de quienes comparten en esta edición, y puedas vivir, de este modo, algún encuentro de esos… de los que traen vida nueva.

Ah… a este Boletín ¡léelo, te vas a encontrar!

Boletín Salesiano

Comunicación Salesiana ‐ Uruguay

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Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, Sebastián Mas y P. José Adrián García sdb Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Gianfranco Brandi sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro y Lic. Selene Cardarello.

Fotografía: Sebastián Andión y Sofía Cayota.

Corrección: Graciela Rodríguez Diseño: gustavo@tanganika.com.uy

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ยกSร , HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL!

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NATALIA CASCO, MÁS DE 10 AÑOS SINTIENDO QUE LE EXPLOTA EL CORAZÓN

LOS ORATORIOS: espacio de encuentros que potencian la transformación 5

“El animador llega a un barrio y vive cosas que solo allí puede experimentar. Esto transforma su corazón y lo traspasa a los gurises, a sus familias y el barrio”. Así describe el proceso que vive un animador de oratorios Natalia Casco, integrante del Equipo Inspectorial de Oratorios (EIO).

Ella vivió esa transformación en carne propia cuando en una misión sintió que le “explotó el corazón” .

Natalia asegura que el oratorio es para los chicos un hogar, una escuela, un patio y una Parroquia; todo a la vez.

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¿Cómo tomaste contacto con los orato‐ rios?

Hice la Primaria, Secundaria, el Bachillerato y participé del Grupo de Exalumnos en un colegio salesiano en Las Piedras. Estando en 5to. de liceo organicé en el JMS mi primera misión y ahí me explotó el corazón. Eso fue durante cinco días, pero sentí que quería que eso se prolongara todo el año. En 6to. hice otra misión y al terminar, hablando con el encargado de pastoral del colegio, me dijo que había posibilidad de animar un oratorio. Él me contó sobre la responsabili‐ dad que era y me animé, y fui a trabajar en el Oratorio del Carmen, en el barrio Corfri‐ sa, en Las Piedras, uno de los más complica‐ dos de la ciudad. Caí allí en 2002, un momento difícil del país, donde descubrí un montón de cosas con la gente.

El proceso duró 12 años y me fui metiendo cada vez más animando, dando catequesis, estando en el Centro Juvenil y con todos armamos un grupo de jóvenes llamado “Maracaná”. Luego, por prioridades perso‐ nales que mi vida me iba pidiendo, dejé mi vinculación directa, pero mi corazón sigue ahí. Además sigo vinculadísima a los orato‐ rios, primero con la coordinación de los cuatro oratorios de Las Piedras y ahora en el EIO, que integro desde hace dos años. El EIO coordina, en general, el trabajo en los

oratorios, acompaña las redes de oratorios y da cursos de formación para los animadores. ¿Qué hacen en los encuentros de los oratorianos?

Una vez al año se encuentran los grupos que funcionan dentro de los oratorios y Centros Juveniles. Siempre buscamos una temática y un hilo conductor que marca de qué va ese encuentro. Acá se reúnen los gurises de Montevideo y de Las Piedras. Estos encuentros son preparados junto con los animadores de cada uno de esos espacios. Este año pusimos una especial atención en planificar pensado mucho en los destinatarios. Armamos una refle‐ xión previa que enviamos a los animadores para que los gurises llegaran al encuentro preparados. La pregunta era “¿cuáles son las necesidades de los gurises hoy?”. La idea es potenciarlos, partiendo de sus propias realidades, y esto también involucra a los mismos animadores. A pesar de las diferencias, siempre se encuentran cosas que los unen.

En el encuentro de los “grandes” en La Teja ¿qué compromiso asumieron los oratorianos?

La consigna era qué tiene cada oratorio para aportar a la realidad en la que están los gurises. Eso les genera un gran protagonismo. Primero que cada uno descubra que tiene

Casa, escuela, patio y Parroquia Consultada sobre qué caracteriza a un oratorio, Natalia explicó que “es la cosa más original y esencial de los Salesianos, del proyecto pedagógico de Don Bosco. Se trabaja con las personas más vulnerables a nivel social y económico. Siempre están en las periferias y en los barrios más complejos, y se busca un desarrollo integral de los niños y adolescentes que se acercan. Se trata de priorizar lo espiritual, ayudarlos a descubrir y tener un vínculo con Jesús. También que descubran sus valores, ayudar‐ los a que potencien esas cosas buenas que tienen”.

Puntualizó además que “el oratorio es una casa, una escuela, donde se mezcla el rol de la familia y de la educación formal. Es un patio también, porque la recreación y el tiempo libre ocupan un lugar importante en la vida, porque se desarrolla el físico, lo lúdico, es donde se hacen amigos. Y lo principal es ser Parroquia para que encuen‐ tren a Jesús”.

cosas buenísimas para entregar. Eso tiene mucho del Sistema Preventivo. Hay un haz de luz que sacás para darle al otro. Y cuando descubren esto bueno que tienen, deben definir cómo lo vuelcan a su barrio, escuela, oratorio. Algunos asumieron limpiar el campito, arreglar la plaza, llevar la Virgen a diario. Esto tiene que ver mucho con transformar. El oratorio transforma mucho al barrio. Todo eso lo escribimos en bloquecitos y con ellos fueron construyendo una pared con la realidad. Y con esos pequeños gestos el barrio se transforma. El animador también tiene su rol, y se involucra con la familia de ese oratoria‐ no, lo que está buenísimo. Se genera una confianza que es necesaria para trabajar desde el oratorio y aportar a la casa de esas familias.

El animador es clave…

Sin dudas. Los animadores caminan con una mirada positiva del otro, y con esa mochila van al oratorio. Por su parte, los gurises, muchos de ellos excluidos del sistema, descubren que los tratan distinto, que los miran desde lo positivo, y lo mismo pasa con las familias. Además el Sistema Preventivo nace de una experiencia, no desde lo teórico. De lo que vivió Don Bosco. Es totalmente vivencial, al oído, vínculo, acercamiento, supone el valorarse mucho.

Y como el animador lo vive a fondo, también se transforma. Aquel animador que se encontró posta con el oratorio, se transformó, y veo ejemplos de eso a diario.

A veces van a barrios muy complicados y sus familias se preocupan, pero al estar allí, ven que hay otras cosas, que solo pueden experimentarlas en ese lugar. Estas expe‐ riencias transforman el corazón al anima‐ dor y lo traspasan a los gurises, a sus fami‐ lias y al barrio. Primero debés encontrarte contigo, luego involucrarte con el otro, y tras esto, ayudar a que el otro se encuentre consigo mismo para que luego se de el cambio del gurí y a través de él de su entor‐ no.

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FAMILIA EN OBRA

Hacia una pedagogía del encuentro Si entendemos la pedagogía como la reflexión y la acción sobre lo educativo y su permanente interacción –praxis ‐, hay una dimensión de esta que tiene que ver con el encuentro con el otro y por lo tanto con una relación. En el campo de la llamada pedagogía social existe un amplio y profundo estudio de esta categoría de análisis: la relación educativa.

Todos recordamos una maestra, un profesor que ha dejado huella en nosotros. No hay posibilidad de transmisión si no es desde un vínculo que la posibilite. El encuentro con el otro es un tema que tiene un trasfondo filosófico. Tiene que ver con la construcción de la identidad, que siempre se va formando en relación con los demás y se va trasformando a lo largo de la vida.

Pasar de concebir al otro desde la subestima‐ ción, “este alumno no sabe o no puede”, a concebirlo como otro al que no puedo controlar, al que no puedo comprender totalmente, nos desafía a reconocerlo desde sus posibilidades.

Lo que el pedagogo uruguayo Pablo Martinis llama “sujeto de posibilidades”.

Esto también tiene que ver con pasar del para‐ digma de la tolerancia al de la hospitalidad, desde la perspectiva del planteo de Jacques Derrida, abrirse al encuentro del otro es dejar que entre a nuestra vida, no según se adapte a nosotros, sino como un enteramente otro, un visitante que llega con todo lo que es y que desde allí interactúa con nosotros. La tolerancia, explica el filósofo, tiene que ver con soportar al otro, con pretender que el otro se integre a mí tal como el órgano del donante se tiene que inte‐ grar al cuerpo de quien lo recibe, tiene que ser tolerado por este.

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En una relación educativa desde la confianza en lo que el otro puede, en la que podamos experi‐ mentar nuestros límites como educadores, así como también nuestros sentidos y horizontes, aprendemos y enseñamos todo el tiempo.

Otra dimensión de la pedagogía del encuentro tiene que ver con la educación personalizada, que supone trazarnos objetivos específicos para cada sujeto de la educación. Pensar metodolo‐ gías concretas y diferenciales, asegurando que los legados culturales, que todos tenemos como derecho, se trasmitan. En los tiempos en los que nos encontramos, uno de los desafíos es poder generar propuestas pedagógicas que privilegien el “cara a cara” y permitan desarrollar en los alumnos las competencias de relación desde el respeto. Es importante el desarrollo de la dimensión afectiva desde la habilitación de espacios de intercambio grupal, desde el trabajo en proyectos, desde la experiencia de una educación dialógica.

Una “pedagogía del encuentro” supone la nece‐ sidad del encuentro entre colegas como buena práctica. Privilegiar espacios de diálogo, de reflexión permanente, de planificación colabo‐ rativa, propician esta perspectiva. Una pedago‐ gía del encuentro puede mirar siempre un poco más allá de lo concreto, puede descubrir al ser humano más allá de cualquier estereotipo o pre‐ diagnóstico. Puede esperar los procesos y los recorridos específicos de cada uno de los suje‐ tos. Salir al encuentro del otro es existir, porque existir es salir de sí, nos enseñaba el Padre Lucas, un dominico, psicólogo y docente universitario que vivió su vida sirviendo a los demás, sobre todo encontrándose con personas adictas en rehabilitación. Al decir de Graciela Frigerio “la

puerta de entrada al conocimiento es el recono‐ cimiento. No es fácil que alguien quiera aden‐ trarse en los territorios del saber cuando no es visto por el otro, cuando no existe para el otro, cuando no es reconocido por el otro. Reconoci‐ do como igual, reconocido par, reconocido como semejante, no como sujeto adjetivado; no son las juventudes descarriadas, no son los chicos estigmatizados, no son los repertoriados de pobres, pobrecitos, miserables; es otro, otro, sencillamente y complejamente un otro” (Frige‐ rio, G, 2016) Si nos animamos a dejar presupuestos y a salir al encuentro del otro, podremos habilitar posibili‐ dades insospechadas de realización en donde este otro se reinvente, se encuentre consigo mismo y con los demás y se recree. Cuando el otro ‐ el ser humano ‐ es lo más importante, todo lo demás se va dando por añadidura.

Sebastián Mas. Técnico en Educación Social Supervisor de Acción Social St. Patrick's College y Preuniversitario Carrasco. Coordinador General – ONG Por los Niños Uruguayos Referencias bibliográficas.

Borradori, G. (2004). La filosofía en una época de terror. Diálogos con Jürgen Habermas y Jacques Derrida. Buenos Aires: Taurus.

Frigerio, G. (Febrero de 2016). Educar en el mundo contemporáneo. Conferencia inaugural de comienzo de cursos en IFES, llevada a cabo en Montevideo, Uruguay.

Martinis, P. y Redondo, P. (2006). Igualdad y educa‐ ción. Escrituras entre dos orillas. Buenos Aires: Del estante Editorial.

SINTONIZANDO CON DON BOSCO

P. Ángel Fernández Artime / Rector Mayor de los SDB He visto en todo el mundo Salesianos que defienden a los muchachos y jóvenes de tantos Herodes de nuestros días, y que siguen soñando, guiados por los ángeles, como Don Bosco.

Un espectáculo así, los buenos turineses de 1842 no lo habían visto nunca. En las elegan‐ tes calles del centro de la ciudad, un grupito de muchachos cantaba una cancioncilla navideña y el que les dirigía era un sacerdote.

La música era un poco ingenua, pero aquellos muchachos la cantaban tan afectuosamente que conmovían.

Don Bosco no tenía un lugar para los ensayos de canto con los muchachos y los hacía por la calle. Aquellas calles que los muchachos conocían bien. Incluso la canción estaba escrita sobre el marco de una ventana.

Aquellos muchachos vivían la Navidad cami‐ nando, como los padres de Jesús que debie‐ ron ponerse en viaje y de Nazaret trasladarse a Belén. Allá experimentaron qué cosa signifi‐ ca encontrar‐se en tierra extranjera: para ellos no hubo lugar en la posada. Las casas de los hombres estuvieron cerradas para ellos.

María y José comparten la suerte de tantos desplazados y trabajadores extranjeros, que buscan una casa y son rechazados, hoy como hace 2000 mil años. También los muchachos de Don Bosco buscaban un espacio que les protegiera para poder crecer, lejos de los peligros. Don Bosco lo buscó junto a ellos y empeñó su vida para lograrlo.

LA NAVIDAD SEGÚN DON BOSCO

El pobre techo Pinardi habría desanimado a cualquiera. Así lo testimonia Don Giovanni Battista Francesia: «Cuando Don Bosco visitó por vez primera aquel local, que debía servir para su oratorio, tuvo que tener cuidado de no romperse la cabeza, pues de un lado no tenía más que un metro de altura; por piso tenía la tierra desnuda, y cuando llovía el agua penetraba por todas partes. Don Bosco sintió correr por entre sus pies grandes ratones, y sobre su cabeza el revoloteo de murciélagos».

Pero para Don Bosco era el lugar más bello del mundo: «Corrí duro hasta mis jóvenes; les reuní entorno a mí y a alta voz me puse a gritar — ¡Ánimo, hijos míos, tenemos un Oratorio más estable que el anterior; tendre‐ mos iglesia, sacristía, salones para las clases y lugar para el recreo! ¡El domingo, el domingo, iremos al nuevo Oratorio que se encuentra allá en la casa Pinardi! — Y les señalaba el lugar. Aquellas palabras fueron acogidas con el más vivo entusiasmo. Había quien corría o daba saltos de gozo; quien se quedaba como inmóvil, quien gritaba a voces y, diría yo, alaridos y aullidos.» (MO, 168).

En mis visitas a los salesianos de todo el mundo, he conocido tantísimos muchachos y jóvenes que encuentran casa y protección en los brazos y el afecto de los hijos de Don Bosco. Y he visto en todo el mundo mucha‐ chos y muchachas cantar felices juntos.

Porque Juan Bosco soñaba. El ángel de la Navidad se manifiesta en modo diverso al del evangelio de Mateo. Aquí no es el esplendor lo que circunda el nacimiento. El ángel se aparece a José en sueños y le ordena a nombre de Dios que cuide de aquel Niño. El ángel se le presentará en sueños otras veces y José hará exactamente lo que le dirá, hasta que el hijo de María alcance una edad en la que ya nadie podrá atentar contra su vida.

Jesús nació en un pesebre. Los hombres no le habían acogido, y unos animales compartie‐ ron con él su refugio. Don Bosco comenzó con una techumbre sucia y en mal estado. El pesebre, con el nacimiento de Jesús se llenó de luz, una luz cálida y tierna y todo aquello que era pobre y despreciado se volvió precio‐ so. Y un comedero para animales se convirtió en el trono del Altísimo.

En sus sueños, Don Bosco es invitado a cuidar de los muchachos y jóvenes, a ayudarles a crecer con el afecto y la bondad, a hacer en modo que ningún Herodes les amenace. He visto en todo el mundo salesianos que defienden a los muchachos y jóvenes de tantos Herodes de nuestros días, y que siguen soñando, guiados por los ángeles, como Don Bosco.

“HAGAN COMO LOS PASTORES” Dejo que sea Don Bosco mismo el que conclu‐ ya mi felicitación navideña. En las “Buenas noches” que precedían una novena de Navidad en el Oratorio dijo: «Mañana comienza la novena de Navidad. Son dos las cosas que les recomiendo en estos días.

Recuerden a menudo a Jesús Niño, el amor que les trae y las pruebas de amor que les ha dado hasta morir por ustedes. Por la mañana levantándose inmediatamente al toque de la campana, sintiendo frío, recuerden al Niño Jesús que temblaba de frío sobre la paja. A lo largo del día anímense a estudiar bien la lección, a hacer bien el trabajo, a estar atentos en la escuela por amor a Jesús. No olviden que Jesús crecía en sabiduría, edad y en gracia ante Dios y ante los hombres. Y sobre todo por amor a Jesús cuídense de cualquier falta que pueda disgustarle. Hagan como los pastores de Belén, vayan seguido a visitarlo. Envidiamos a los pastores que fueron al portal de Belén, que lo vieron recién nacido, que besaron su manita y le ofrecieron sus dones. ¡Afortunados pastores! Decimos nosotros. Y sin embargo nada hay que envidiarles pues su suerte es la misma que la nuestra. El mismo Jesús, que fue visitado por los pastores en el portal se encuentra aquí en el sagrario. La única diferencia está en que los pastores le miraron con los ojos del cuerpo, nosotros sólo con la fe, y no hay cosa, que podamos hacerle más grata, que visitarlo a menudo. ¿Y visitarlo cómo? Primero con la comunión frecuente. Otra manera es ir alguna vez a la iglesia durante el día, aunque sea sólo por un minuto».

Donde quiera que haya una obra salesiana he visto iglesias pequeñas y grandes, pero todas con la imagen de María con el Niño Jesús en brazos. Justo como en Belén hace dos mil años.

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HACIENDO HISTORIA

El Mago Daniel K

ENCUENTROS MÁGICOS Y TRANSFORMADORES Los pequeños espectáculos familiares que se montaban en la sobremesa, los juegos que se compraban en “La casa de los chascos”, las enseñanzas de un odontólogo aficionado a la magia, y una carrera de estudio y vocación, llevaron a Daniel Ketchedjián a tener una vida colmada de ilusiones y encuentros.

No titubea al afirmar que se siente hijo de San Juan Bosco, el Patrono de los ilusionistas, y asegura que su vasta experiencia como animador salesiano le ayuda a conectar con su público.

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LOS PRIMEROS PASOS A los seis años comenzó a sentir una gran atracción por la magia. Los domingos la familia se juntaba en la casa de su abuelo paterno luego de ir a misa, y se montaban pequeños espectáculos de sobremesa que iban desde una ronda de chistes hasta trucos de magia. Sumado a esto se empezaron a transmitir por televisión los especiales de David Copperfield. Esta combinación de sucesos fueron los que hicieron que desper‐ tara en Daniel la vocación de mago.

Al notar que su gusto por la magia iba en serio, su familia lo ayudó desde el primer momento comprándole juegos en “La casa de los Chascos” y libros sobre magia. Posterior‐ mente, su tío le trajo de Brasil materiales de una casa de magia que darían lugar a los primeros trucos.

Tras hacer algunos trucos de magia en el Colegio Divina Providencia, los hermanos de sus compañeros de clase y varios amigos de su padre comenzaron a llamarlo para ir a sus cumpleaños. “Iba como si nada, con mi amigo Pablo o mi hermano Alejandro que hacían de asistente en los shows. No cobrábamos nada, íbamos por la torta. Me llamaban por teléfo‐ no para preguntar cuánto cobraba y les decía que era a voluntad”.

A los 14 años se encontró con un aficionado de la magia, Alfredo Panizza, un odontólogo que conoció en un show del mago Ariel Jr. Ese mismo día se fue a la casa de Alfredo, quien le enseñó algunos secretos, pero sobre todo que la magia no se reducía a hacer trucos sino que es mucho más. “No es comprar un aparato para mostrarlo, sino que es estudiar al público, la presentación, como pararte, como hablar y manejar los tiempos. Ahí recibo la primer cachetada de la magia ya que no es lo que venía haciendo sino que es algo que requiere de mucho estudio”, comenta Daniel.

Al terminar el liceo sus padres le dieron la libertad de optar por estudiar magia de lleno o alguna otra carrera. La decisión fue muy sencilla, comenzó a estudiar cosas que tuvie‐ ran vinculación directa con su vocación de mago como comunicación, idiomas y realizó viajes para perfeccionar la magia.

EL MAGO Y EL SALESIANO Su vínculo con los Salesianos es muy estrecho ya que es exalumno de los Colegios Divina Providencia y Maturana. Don Bosco y María Auxiliadora eran para él algo de todos los días.

El Colegio fue su segunda casa, participaba de los grupos asociativos y participaba en cuanta actividad se proponía. Además, dos tíos fueron sacerdotes Salesianos.

“Para colmo, como curiosidad, mi padre se llama Juan Bosco. Después de grande me di cuenta de que tengo la vocación de mago y Juan Bosco es el patrono de los ilusionistas y Salesiano. Soy el hijo de él, es algo anecdótico pero que no deja de ser interesante”.

Fue animador salesiano durante varios años, lo que le ayudó a generar buenos vínculos con niños y jóvenes y lograr una gran comunica‐ ción con ellos. Todo eso lo traslada a sus shows donde se siente un animador cada vez que hace magia. “Todo mi aprendizaje del carisma lo vuelco en la magia. Trato de incul‐ car algunos valores que corresponden al ser salesiano”.

UNA ILUSIÓN QUE TRANSFORMA Daniel afirma que la magia es una vocación que transforma siempre, ya que permanente‐ mente está recibiendo energía y amor por parte de su público. “Me ha pasado muchas veces que la gente se me acerca a decirme que no están pasando por un buen momento pero que en el ratito que estuvieron conmigo lograron despejarse y sonreír, eso va más allá de ir a demostrar lo que sé con mis trucos porque permite que podamos jugar juntos, eso es algo totalmente transformador. Tener esa capacidad de que la gente entre en el juego de dejarse asombrar y verlos divertirse

a todos por igual, para mi es fantástico. Ese contacto con el público me deja sentir la felicidad de ellos a medida de que hago lo que hago”.

En este sentido puntualiza que la transforma‐ ción se tiene que dar siempre que hay un encuentro, ese debería ser el objetivo de todo artista en donde hay que dejarle algo al otro.

Daniel siempre busca germinar un poquito de esperanza e ilusión donde la gente pueda asombrarse con las cosas simples. Romper con lo racional por un rato, no haciendo trampas para engañar, sino ilusionando mediante el juego en el que te puede demos‐ trar que lo imposible se puede realizar. “No vamos a cambiar el mundo pero capaz que por un momento podemos lograr que la gente se divierta y transformarla en un ser más bueno y lindo. Porque nosotros también cuando hacemos magia nos transformamos un poquito en mejores personas”.

Hay dos mensajes claros que son los que pretende dejar en cada espectáculo. El primero es un mensaje integrador en donde se puede hacer una propuesta que sea para todos, adultos y niños unidos en un mismo show. El eje central es la familia, “generar ese encuentro en donde todos puedan ir. Actualmente hay muy pocos espectáculos en donde la familia pueda disfrutar por igual. Busco transmitir, aunque sea de manera muy inconsciente, que todavía hay tiempo para la unión, existen momentos para romper con la rutina”.

El segundo mensaje es que vale la pena arriesgarse a vivir de lo que a uno lo apasiona.

Hacer lo que uno realmente siente es posible si se le pone dedicación y esmero.

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VALE LA PENA VIVIR ASÍ

En la campiña francesa, Taizé…

Un pedacito del cielo en la tierra para encontrar y encontrarse Roger Schutz, con 25 años, cuando comenzaba la Segunda Guerra Mundial, tuvo la certeza de que, al igual que su abuela había hecho durante la primera, tenía que ir sin demora a ayudar a las personas que atravesaban esa difícil situación. En ese tiempo se instaló en Taizé y albergó a quienes necesitaban asilo, sin importar su raza, cultura o religión. Ese pueblito en la campi‐ ña francesa se convirtió en una gran comunidad que es un signo concreto de reconciliación entre cristianos divididos y pueblos separados.

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Pablo Panizza

mismo y retomar las clases. Así fue que, inserto en el Proyecto Minga, de la mano del Padre Mateo, puso en acción su deseo de progresar y de “no querer ser un ignorante”.

Pasaron los años y a pesar de que el sabor a poco cuando llega fin de mes sigue siendo casi el mismo, las metas de Maxi crecieron con él. En junio de este año armó la valija, y con miedos y ansiedades, sin saber inglés, pero con su carta de invitación directamente enviada desde Francia en mano, voló hacia Taizé con todo lo cargado en la mochila de la vida, para abrirla y compartir con descono‐ cidos lo que guardaba en lo más profundo.

A Pablo la propuesta lo agarró rezando. En el 2015 el joven de 18 años se encontraba en Sarandí del Yi, acompañando en la tarea educativa de “El Paiva", feliz de esa oportu‐ nidad, pero en una búsqueda personal que lo movía a salir al encuentro de otros. La invitación le llegó volviendo de un retiro de “Hay Algo Más”, una propuesta de fe que justamente sigue los pasos de Taizé. Lo asumió como un regalo de Dios, como una respuesta hasta “demasiado rápida” a lo que venía rezando en silencio.

Samuel Sainz

De distintas razas, religiones y de todos los continentes, miles de personas llegan cada semana a Taizé para experimentar la diná‐ mica de orar tres veces al día mediante cantos, lecturas y silencios. Algunos lo hacen por unos días, otros durante tres, seis o doce meses y unos cientos por toda la vida. Maximiliano Sánchez, Samuel Sainz y Pablo Panizza son tres jóvenes que en etapas diferentes pasaron tres meses por Taizé, y Taizé pasó y se quedó en ellos. Emprendieron un viaje personal, pero conscientes de que con cada uno peregrinaba el MJS de Uruguay entero y sus comunidades. En su equipaje llevaban los nombres y caras con historias concretas.

Con una carta de invitación, enviada direc‐ tamente desde Francia, entraron al país y a la comunidad, sin tener del todo claro con qué se iban a encontrar, qué les deparaba ser voluntarios en un lugar ecuménico y

cosmopolita, pero seguros de que era un regalo que Dios mismo les estaba haciendo a cada uno.

Maximiliano nunca había imaginado vivir una experiencia como esta: “Lo de viajar fue increíble. Me fui bien uruguayo a cho‐ carme con el mundo, estuve cuatro horas perdido en el aeropuerto”, narra. Su histo‐ ria de vida es un signo vivo de superación, esperanza y confianza en la bondad de Dios.

Con 9 años su papá lo abandonó y desde ese momento tuvo que convertirse en el hombre de la casa, y junto con su madre hacerse responsable de cinco hermanos menores. Pasaba días y noches en la calle, revolviendo contenedores para tener qué comer. Dejó la escuela porque no le encon‐ traba sentido al estudio, pero este senti‐ miento de vacío cambió cuando un educa‐ dor Salesiano le dijo que si quería ayudar a su madre primero debía ayudarse a sí

Samuel fue el primero en emprender este camino. Ya instalado en Montevideo desde hacía un par de años, cuando había dejado Mercedes para comenzar la Facultad de Ingeniería en el 2014, en medio de estudio, trabajo y apostolado, los Salesianos que habían tomado contacto con los monjes en Francia, apostaron las primeras fichas para que dos jóvenes uruguayos fueran los primeros abanderados del MJS en la comu‐ nidad entre las colinas. Luego de tomar la decisión de ponerle freno a su carrera por un tiempo, partió a descubrir un mundo nuevo, ese lugar del que le habían hablado como sitio privilegiado para encontrar al Espíritu Santo.

LA GENTE BUSCABA ENCONTRARSE A LOS DIFERENTES Cada sábado se renovaba la lista de tareas.

Como voluntarios, dieron bienvenidas a los grupos que llegaban de distintos países, cocinaron para 3.000 personas en la “Big Kitchen”, se encargaron de mantener el orden y la limpieza de las cabañas, apronta‐ ron materiales para las oraciones e hicieron pedidos de compra industriales a la provee‐ 13

duría. Cada una de estas tareas y tantas otras que les tocó hacer, fueron un motivo para salir al encuentro con los otros y descubrir culturas, idiomas, historias, modos de vivir la fe nuevos y transformadores.

Los tres viajeros coinciden en que en Taizé se dan tres grandes encuentros: con los otros, con uno mismo y con Dios. Y estos encuentros transforman la vida, no es la misma persona la que se va y la que vuelve.

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Samuel cuenta que “algo que tiene Taizé es que la gente está saliendo a descubrir lo que hay en los demás, entonces el encuentro se da todo el tiempo y con todo el mundo. Cada persona con la que vas a hablar quiere descubrir de dónde sos, qué tenés para contar”. Y muchas veces era contar lo mismo.

Repetirlo una y otra vez. “Pero cada vez que lo decís, te vas asentando más en eso que vas diciendo, cada vez te cae más la ficha de lo que hacés y cada persona te devuelve algo diferente y te ayuda a entenderte”. Pablo hizo este ejercicio incansables veces en su tiempo en Taizé. El encuentro con los demás implicaba abrirse, explicar ‐en su mejor versión en inglés‐ dónde queda Uruguay, qué es “El Paiva" y qué hacía allí, cuáles habían sido sus experiencias en la Familia Salesiana; así como también compartir sus miedos, sus cuestionamientos y pensamientos más ínti‐ mos. Y en esta práctica, sumada a largas caminatas, tiempos profundos de oración, silencios habitados, logró reconocerse a sí mismo, encontrarse, descubrir a otros y llegar a Dios. “El encuentro que más transforma es el encuentro con Dios, que se puede dar a través de las personas si se tiene la capacidad para verlo. A mí me quedó eso de que Dios tiene sus tiempos, sus cosas y Él habla y no hay que exigirle nada ¿por qué le vas a exigir a Dios? Dios es Dios. Una de las cosas que nos decían es que cada uno tiene que ayudar a Dios, pero uno es tan como es que puede decidir cerrarse. Ayudar a Dios va en darle paso, va en el rezar, va en la postura, en la actitud. Hay que ayudar a Dios a que entre en vos, a que pueda hacer su trabajo, a que pueda manifestarse a través de vos”.

bién, la vida de los demás”. Egipcios, ale‐ manes, palestinos, japoneses, y muchos al compartir sus historias pasaron por la vida de cada uno en ese tiempo y trascendieron las realidades de estos latinos; pero no hay duda de que la transformación fue recípro‐ ca. Con “alegría y orgullo”, mostraron sus vidas que fueron respuesta y transforma‐ ción para otros. “Una experiencia que tuve en un momento fue decir `bueno, así como soy yo plenamente, súper auténtico, con mis cosas buenas y malas, Dios me acepta, y los demás me pueden aceptar´ y esa experien‐ cia de lanzarte a ser vos mismo es super fuerte”, confiesa Samuel.

Y en esto de que Dios pueda manifestarse a través de cada uno, Maxi sintió que “con pequeños momentos fue tocando, tam‐

Se sintieron identificados con gente que al principio era totalmente distinta; valoraron la realidad de su país y de su cultura al

Maximiliano Sánchez

escuchar historias de violencia en otras regiones o de compañeras a las que al llegar a su tierra su familia les tenía el matrimonio arreglado con desconocidos… Caminaron, caminaron y caminaron; escribieron en sus cuadernos; hicieron completo silencio por una semana; dialogaron con otros que los ayudaron a poner sobre la mesa aspectos que hasta el momento no habían conside‐ rado, y con eso y mucha meditación toma‐ ron decisiones importantes, se reconocie‐ ron “super latinos”; enseñaron español y aprendieron palabras en varios idiomas; transmitieron con su vida a Dios y guarda‐ ron silencio y calma… Estos jóvenes, con grandes deseos de encontrarse y encontrar vivieron en una gran comunidad que los transformó para siempre.

Empieza el verano y queremos acompañarte por eso, a partir del 5 de diciembre empieza ¡Juventudes Radio Verano!

Festejaremos la Navidad con saludos especiales y momentos para preparar el corazón y celebrar a Jesús.

En enero, preparamos un gran acontecimiento como Familia Salesiana:

La fiesta de Don Bosco.

Por eso haremos la previa a esta fiesta. A partir del 24 de enero, a las 10, a las 15 y a las 20 horas compartiremos un momento de oración y reflexión para esta fiesta.

También seguí escuchando Puzzle, con entrevistas donde jóvenes como vos comparten sus experiencias.

Y te seguiremos acompañando con la

música que tanto te gusta, estés donde estés.

Descargate la App Salesianos UY y escuchanos cuándo y dónde quieras.

CON NOMBRE Y APELLIDO

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El Padre Néstor Castell sdb pasa raya a su gestión como Inspector de los Salesianos en Uruguay

“Busquemos encender algo” Tras seis años de gobierno en la Inspectoría San José, el Padre Néstor Castell confiesa que su primera expectativa era “encender algo”, aunque sabe que nada comienza y termina con él.

El Superior de los Salesianos en Uruguay hasta el 23 de enero de 2018, se percibe como alguien que lleva adelante su servicio con la dinámica del “surfista” y destaca que la palabra “sinergia” refleja cabalmente su forma de prestarlo.

Entrevistado por el BS Castell comenta cuáles eran sus metas al iniciar su servicio, si se lograron concretar o no, repasa los momentos más difíciles, cómo los pudo sobrellevar, qué le recomendaría a su sucesor, quién es su referente, qué transformaciones experimentó en su persona y en la forma de relacionarse con sus hermanos en los años como Inspector, y qué aspira para su futuro como religioso. ¿Qué expectativas tenías al asumir tu responsabilidad como Inspector? ¿Se cumplieron?

Me acuerdo que lo que primero que me surgió cuando me eligieron fue lo que yo llamé encender algo. Mi expectativa era un poco “busquemos encender algo, que nos vean juntos haciendo algo en bien de los jóvenes para despertar en ellos lo vocacio‐ nal”. Esa fue un poco la idea. Tanto es así que algun Salesiano me decía “el encende‐ dor”. Reuní a los Salesianos encargados de la pastoral, a los más jóvenes y a los que quisieron sumarse y les planteé… “herma‐ nos ¿qué podemos generar juntos? vos sabés hacer tal cosa, vos otra, vos música…. con eso ¿qué podemos lograr juntos para comunicar la pasión por nuestra vocación en bien de nuestros jóvenes?”. Ese fue un gesto primero. ¿Cómo fue recibido el planteo?

Bien. Uno de los frutos significativos, aun‐ que obviamente no es de las cosas más importantes de estos seis años, fue la propuesta de “Hay Algo Más”, que busca acompañar a los jóvenes y Salesianos desde

el punto de vista vocacional. Esta propuesta no se reducía a hacer una actividad, sino a un “ hagamos las cosas juntos, Salesianos, laicos, jóvenes”. Buscando generar sinergia, es decir, unir las distintas fuerzas que tenemos, talentos, grupos, equipos, identi‐ ficar qué queremos lograr y hacerlo juntos. ¿Y se logró?

Bueno, creo que esto es una tarea para toda la vida, no sé responder si se logró, más bien se va logrando, algunas personas lo hicie‐ ron, hay gente que se involucró y no sola‐ mente Salesianos, también hay jóvenes y laicos que se involucraron en esta dinámica.

Y esto de trabajar juntos no es algo que empezó conmigo, ya se venía trabajando así. Se qué conmigo no comenzó todo y tampoco termina todo. Si tuviera que definir con una imagen lo que fue mi rol de Inspector sería la que presenta el desafío del surfista: vos tenés que pararte en una ola, no sos dueño de la ola, te dieron una tabla (capaz que un servicio, un cargo, entonces la experiencia comunitaria está andando) y tenés que pararte ahí, respe‐ tando la ola si no corres el riesgo de no

lograrlo (llamale comunidad, procesos), pero también de cierta manera tratando de imprimir tu estilo, tu manera de hacer las cosas. ¿Y cuáles fueron las experiencias más fuertes que viviste en este tiempo como Inspector?

Algunas son experiencias personales, pero quizás las más importantes son las que involucran a los hermanos religiosos en momentos de crisis, de situaciones doloro‐ sas. Esas son las experiencias que puedo decir que quedan como más marcadas de las vividas en estos seis años. ¿Qué le recomendarías a tu sucesor?

Un error común, es creer que esto lo llevo yo. Y corro el riesgo de olvidarme que esto comenzó sin mí, seguirá sin mí y va conti‐ nuar sin mí. No me puedo olvidar que esto lo va llevando Alguien que nos trasciende, uno es simplemente un instrumento. En ocasiones sentí “no puedo con esto” o pensé “mirá dónde me metieron”. A Alfon‐ so (Bauer) le diría que si Dios lo trajo para acá es porque es lo mejor que Él tiene para 17

esta comunidad, en este momento. Y eso no es soberbia, porque te eligió con tus pobrezas y es Él quien va a llevar a cabo la obra a través de ti. Tú ponés creatividad, pero el camino , el proyecto no es nuevo… como expresaba el lema que tenía la Pastoral Juvenil brasileña que decía: “No tengo un camino nuevo, lo que tengo de

“Lo más gratificante es generar oportunidades, darle entrada a gente con talento, con carisma, y que tenga los recursos como para generar y concretar una idea que buscamos juntos” nuevo es el modo de caminar”. ¿Y cuáles fueron tus oasis en esos tiempos en que las cosas se hacían difíciles?

El principal: la comunidad. Obviamente yo tengo un hobby que es pescar, cosa bien difícil poder lograrlo, con decirte que este año fui solo dos veces. Pero el oasis principal es la experiencia comunitaria, no sé estar solo, no estoy hecho para estar solo, si voy de vacaciones aunque esté en silencio tengo que tener a alguno que esté en la vuelta, que esté en la casa, no soy de irme de vacaciones solo, hace años intenté irme una semana y al tercer día volví…

Y tu familia, tu papá y tu mamá ¿qué lugar ocupan en tu vida y en estos años?…

El lugar de la presencia y compañía.Si tengo que elegir uno de los que me acompañaron en estos tiempos, primero son ellos. Pero su 18

compañía no es de ahora, es de siempre. Tienen 87 y 84 años, están a 500 Km y se vienen seguido a Montevideo para momentos importantes de la vida de la Familia Salesiana y de la Congregación en donde ellos sienten que deben estar. Son unos capos, día por medio me están llamando, a veces los llamo yo. Sin dejar de mencionar la presencia de mis hermanos de sangre. ¿Qué es lo más difícil y lo más gratificante de ser Inspector?

Lo más difícil es sentir que vos tenés la última responsabilidad, que de ti dependen decisiones que involucran a la gente y a vos te pesan. Hay veces que ni lo pensás, que decís te tocó y es una de las tantas cosas que tenés que ir haciendo. Y lo más gratificante es generar oportunidades, darle entrada a gente con talento, con carisma, y que tenga los recursos como para generar y concretar una idea que buscamos juntos… Para mí eso es lo más lindo. ¿Cómo sobrellevaste esa soledad que suele acompañar a las personas que tienen en sus manos las últimas decisiones?

Yo tengo la suerte de que siempre tengo la posibilidad de estar en una comunidad, aunque obviamente está la soledad de las decisio‐ nes. Yo creo que la figura del Consejo Inspectorial es muy interesan‐ te, también la del Vicario Inspectorial y después están los inmedia‐ tos colaboradores, los delegados o el responsable de la Pastoral Juvenil que te ayudan a llevar el trabajo y también a adoptar decisiones. Cuando hay una decisión gruesa que tomar se la comparte con el que más uno confía, con el que está más cerca, y después están las decisiones típicas del ser humano que aunque se esté recontra acompañado se las toma en soledad.

“Lo mejor que les podemos ofrecer a los jóvenes es nuestra pasión por la vida vivida en coherencia con lo que profesamos” ¿Cuándo sentiste “acá actuó la Auxiliadora”?

Diariamente , pero si tengo que elegir una me sale pensar… sentí su presencia mater‐ na a través de Las Hijas de María Auxiliado‐ ra, comunitariamente, han sido una compañía muy significativa y en momentos personales embromados ellas estaban, con la fraternidad, la oración, la cercanía. Real‐ mente son monumento vivo de la Auxilia‐ dora en mi vida.

¿Hay alguna frase que te iluminó en este tiempo en concreto?

Sí, Lucas 22,27 que es el lema de mi ordena‐ ción sacerdotal. “Estoy entre ustedes como el que sirve”. Obviamente es mi proyecto, nunca alcanzado, pero a eso quiero tender, siempre a ser servidor, a estar entre la comunidad, entre la gente y compartir la vida como un servidor.

¿Qué característica hubieras querido acre‐ centar en vos o te gustaría poder cultivar si todavía no la tenés?

La empatía. Cuando me encuentro con el otro lograr que sienta que yo lo aprecio, que lo quiero, porque ahí uno logra lo que considera bueno para él. En estos seis años en que tenía que hacer la función de padre, que no es lo primero que me sale ya que me siento más ejecutivo, sentí que si hubiese sido más padre, más empático, hubiese logrado más cosas. Es lo que resu‐ me aquella afirmación de Don Bosco “No basta con amar, hay que hacerlos sentir que son amados:”. Pero si lográs que el otro se sienta querido, si lográs sintonía con el otro, lo demás se logra fácilmente. ¿Un referente que te inspiró o te inspire de la actualidad?

En primer lugar Don Bosco… pero si me preguntás un referente de la actualidad… la figura del Papa Benedicto para mí es muy fuerte. Nosotros lo vemos como un hombre teórico, quizás muy parado en las ideas, y si lo comparamos con el Papa Francisco, a quien valoro también, vemos a Benedicto pobre de gestos, muy poco “simpático”. Y estamos diciendo que el mundo necesita más de gestos que de ideas, pero creo que si miramos con detención al Papa Benedic‐ to tiene mucho de contenido que no tiene desperdicio, sin dejar de tener gestos muy fuertes… y quizás por eso lo considero un hombre completo… con ideas y habiendo realizado uno de los gestos más grandes que la Iglesia haya presenciado de un Papa, que fue decir “hasta acá llegué en este servicio y por bien de la comunidad está bueno que lo deje”, dando la posibilidad de Francisco…

nomo inspectorial y hoy Inspector. ¿Y cómo te imaginás en la Congregación dentro de 10 o 20 años?

Hay una distinción entre el servicio apostó‐ lico y la misión. Dentro de unos años capaz que estoy imposibilitado físicamente, no sé, y con un apostolado reducido, pero la misión, ni la enfermedad ni estar debilitado en las fuerzas, te la van a sacar. La misión es la capacidad de que tu vida esté orientada, en el caso de los Salesianos, a los jóvenes, ya sea por la oración, la compañía, por estar enterado de las cosas, o de dónde andan tus hermanos que capaz andan más en servicio apostólico… ¿En qué sentís que te transformó ser Inspector?

Siento que hoy me preocupo más por mi vida espiritual. Es que si no soy santo no soy nada hoy, y menos mañana, en la eterni‐ dad. Entonces creo que salgo tomándome más en serio la vivencia de la vida cristiana, y en la vida religiosa es llevar esto a la excelencia… También aprendí a ponerme un poco en los zapatos del otro, hay cosas que uno le pide al hermano y a veces es comprensible que no llegue a eso. La posibilidad que tengo de dialogar con mis hermanos me hace conocerlos y compren‐ derlos. Otra tema son los procesos, yo por característica soy ejecutivo, inmediatista y aprendí que hay procesos. Yo no soy de los eventos, me encantan que salgan bien y todo eso, pero creo en los eventos marca‐ dos por los procesos y no al revés, procesos marcados por los eventos

¿Qué es lo que más te atrae de tu nuevo destino?

Obviamente volver a estar todos los días en la misma comunidad, el poder tener contacto con los jóvenes y compartir el trabajo educativo evangelizador con los laicos cotidianamente. Me gusta el lugar que tiene pensado el nuevo Inspector y lo acepto como un desafío, así como fue un desafío en su momento ser delegado de pastoral juvenil, Director de Maturana, ecó‐

¿Qué aprendiste de tus hermanos y colaboradores en este tiempo?

Aprendí que en primer lugar uno tiene que cuidarse, tanto a nivel físico como psicológi‐ co. Cuanto uno esté más sano a este nivel más puede aportar a los demás. Después aprendí que la espiritualidad y el tener encendida la vocación asegura una fecundi‐ dad pastoral y un disfrute de la vida, y no caer en andar haciendo las cosas porque me tocó, ya que lo mejor que les podemos ofrecer a los jóvenes es nuestra pasión por la vida vivida en coherencia con lo que profesamos.

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“Entre ustedes me siento bien”

Nos encontraremos para prepararnos el

13 de diciembre, a las 19.30 h,

Vení a la misión en Salto, donde jóvenes y Salesianos compartiremos la vida y la misión para ir descubriendo a lo que Dios nos llama.

en la Casa Inspectorial, Avda. Agraciada 3181.

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Si estás interesado en participar o querés más información: Facebook Comunicación Salesiana Uruguay / E‐mail: faremoameta@gmail.com / o algún referente de tu casa…

SINTONIZANDO CON DON BOSCO Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

ACOMPAÑAR A LOS JÓVENES EN SU ENCUENTRO CON JESÚS Queridos amigos de la Familia Salesiana de Uruguay: Estamos en Adviento, tiempo propicio para la Iglesia que este año prepara el Sínodo 2018 con el ojo puesto en los jóvenes; en todos los jóvenes sin excepción, porque todos tienen derecho a ser acompañados en el camino y a sentirse protagonistas de la Iglesia en salida.

Nosotras, las Hijas de María Auxiliadora, nos consideramos particularmente involucradas en la preparación de este Sínodo porque el amor a los jóvenes y la entrega para que alcancen una vida plena forman parte de nuestro ADN. Como nuestros Fundadores, tenemos confianza en ellos, en su generosidad, en su capacidad de soñar y de poner en juego la propia vida por grandes ideales. Pero lo que afirmo de nosotras, sin duda es idéntico a lo que vive cada integrante de la Familia Salesiana.

Por la fe, sabemos que el Espíritu Santo actúa en los corazones de los jóvenes y los invita a respon‐ der a su proyecto. Y a todos nosotros, nos llama a acompañarlos para que reconozcan su voz, que los invita a la alegría del amor y los sostiene para

que sean capaces de responderle con opciones decisivas. Dondequiera que trabajemos, nos ha puesto a su lado para sostenerlos en el camino de fe y orientarlos hacia el encuentro con Jesús hasta poner su vida al servicio de los demás.

Siempre nos resulta sorprendente reconocer que la Familia Salesiana nació en la Iglesia gracias a la novedad del compromiso y a la generosa colaboración de los jóvenes, acompa‐ ñados por la sabiduría de los Fundadores. Y la historia misionera de nuestro Instituto –ustedes en Uruguay lo saben muy bien– tiene sus orígenes en un grupo de mujeres jóvenes, de entre 17 y 25 años, que tuvieron la audacia de llevar a Jesús hasta su tierra.

La opción de estar con los jóvenes es una llamada a abrirnos al don recíproco y a las sorpresas de Dios. El regalo más precioso que podemos darles es caminar juntos para encon‐ trar al Señor hasta sentirse elegidos y amados por Él. Creemos que Jesús es la expresión de la humanidad plenamente realizada y su presencia

DE OTROS LARES India ‐ La preciosa contribución de las Universidades Católicas a la nación La Congregación Salesiana ha sido precur‐ sora y sigue desempeñando un papel importante en las Universidades Católicas de la India, el país con el mayor número de Universidades en el mundo. El jueves 16 de noviembre, representantes de cinco Universidades Católicas de la India se reunieron en Calcuta para reflexionar sobre el tema: “El futuro de la educación superior cristiana y los cambios contemporáneas en la India".

“Nos estamos enfocando en el escenario educativo y sobre su crecimiento y sutil tentativa de discriminación de las escuelas en la India”, explicó el Salesiano P. George Thadathil, uno de los presentes. Dos Universidades, “Don Bosco” y “Christ University”, existen hace más de nueve años. Otras tres se han abierto en los últimos dos años. Fuente: ANS

en la historia puede dar respuesta a las expecta‐ tivas más profundas de cada hombre y mujer, de toda cultura, religión y fe.

Nuestra presencia en medio de los jóvenes y nuestro compromiso de acompañarlos en las opciones de vida les abre al encuentro con Él.

Vivimos nuestra vocación en los patios, en las aulas, en las redes sociales, en los ambientes donde los jóvenes, especialmente los más pobres, viven.

Que en este tiempo de gracia, renovemos "la decisión de dejarnos encontrar por Él, de buscar‐ lo cada día sin descanso" (EV, n. 3). Que nuestro vínculo con Él sea contagioso, genere vida y despierte la alegría en los demás. Que los jó‐ venes adviertan que estamos entre ellos por su bien. Que nos dejen acompañarlos al encuentro con Jesús, el amigo que puede transformar sus vidas en un don de amor para los demás.

Italia ‐ Trasladan los restos mortales de los Sucesores de Don Bosco hacia Valdocco En la tarde del lunes 20 de noviembre llegaron desde Roma a Valdocco los restos mortales de los Rectores Mayores: P. Luigi Ricceri, sexto Superior Mayor; P. Egidio Viganó, séptimo Superior Mayor y el P. Juan Edmundo Vecchi, octavo Superior Mayor. En la Casa Madre, una delegación de la Comunidad María Auxiliadora recibió los restos de los Superiores que inmediatamente fueron trasladados a la Capilla de las Reliquias de la Basílica de María Auxiliadora. La importancia de este cambio reside en la voluntad de reunir en un solo lugar a los Sucesores de Don Bosco, junto al Padre Fundador, que se encuentra en una Urna de bronce en el altar dedicado al Santo, en el interior del Santuario Mariano, y en Valdocco, donde vivió con sus primeros hermanos y dio inicio a un incansable trabajo pastoral. Fuente: ANS 21

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Arte del Encuentro Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Lucas (2,22‐40) proclamada en la Misa del Domingo 31 de diciembre, Fiesta de la Sagrada Familia.

“A vida não é brin‐ cadeira, amigo.

A vida é arte do encontro, em‐ bora haja tan‐ to desencon‐ tro pela vida”.

Así canta Vinicius de Mo‐ raes, en un portu‐ gués bastante com‐ P. Francisco Lezama sdb prensible, en su conocida “Samba da Bênção”. Es una manera interesan‐ te de contemplar la existencia humana la que ene el ar sta brasileño: parecería que bien podríamos leer la vida de cada persona a par r de los encuentros (y desencuentros) que se han producido en su vida, desde su concepción por el encuentro de dos personas, el encuentro con el mundo fuera del útero y todos los otros que se van dando luego, hasta el encuentro con la “hermana muerte”, al decir de San Francisco, y el abrazo defini vo con Dios en la eternidad.

También la vida de Jesús podría ser analizada en esta clave… Y si bien el Evangelio está lleno de encuentros, hay uno par cular que en el

Oriente cris ano se le ha llamado tradicional‐ mente “Hypapan ”, que quiere decir, precisa‐ mente, “Encuentro”. Este episodio del Evan‐ gelio según Lucas, que en Occidente hemos llamado “Presentación del Señor”, es el que se lee el 31 de diciembre de este año que, como cae domingo, es además la fiesta de la Sagra‐ da Familia de Jesús, José y María.

El episodio es muy conocido: Jesús entra al templo en brazos de sus padres, que van a cumplir la Ley de los judíos al respecto, y se da allí el encuentro con alguien especial: el ancia‐ no Simeón. Nunca antes o después, en ningu‐ na parte de la Escritura, es mencionado este personaje. De él nos dice Lucas que era “justo y piadoso, esperaba el consuelo de Israel, y el Espíritu Santo estaba en él”. No se nos men‐ ciona la edad, pero el hecho de que se le haya revelado que no moriría hasta ver al Salvador ha provocado que se lo iden fique con un anciano.

Sí se nos da una idea de la edad de otro perso‐ naje que entra también enigmá camente en escena: Ana, una profe sa, que llevaba ochenta y cuatro años de viuda, y había esta‐ do siete casada, por lo que es fácilmente

calculable que había sobrepasado los cien años de vida. Ellos representan al pueblo de Israel y a toda la humanidad, sedienta de esperanza, anhelante de la salvación que viene de un niño.

Se conforma así un cuadro muy par cular: un bebé recién nacido, una joven madre, un hombre silencioso, un veterano piadoso y una anciana agradecida. Tres generaciones coinci‐ den en el mismo lugar, y se produce entonces la magia del encuentro, que a cada uno de ellos les transforma la vida. ¡Razón enen José y María para quedar “maravillados” por todo lo que sucede!

Es una preciosa coincidencia que el año 2017, en que los Salesianos hemos profundizado en la realidad de la familia, termine justamente el día de la Sagrada Familia, y que este año sea esta lectura la que ilumine la fiesta: un episo‐ dio que nos revela que en la familia resplande‐ ce la belleza del encuentro, y que nos abre a una Presencia que ilumina y transforma.

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AQUÍ Y AHORA

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Propiciadores de encuentros Este 2017 comenzó violento y alborotado en el barrio Conciliación. Des‐ pués de esos hechos que terminaron con la muerte del padre de unos de los niños que iban al Oratorio, y causaron que varios vecinos se mudaran del barrio, los animadores decidieron aprovechar la Semana Santa para organizar una misión allí y estar cerca de las familias.

Florencia Giancarelli

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El Sábado Santo, último día de misión, organizaron almuerzos en las casas de las familias, distribuidos en grupos de tres. Una de las mujeres a la que decidieron agasajar fue Eliana, jefa de hogar y madre de cinco hijos. Al enterarse de que el grupo de jóvenes la visitaría se emocionó. “Nunca había recibido una visita”, cuenta Florencia Giancarelli, una de las animadoras que participó de la misión.

“Cuando me enteré de que habían estado ordenando la casa y barriendo porque éramos la primera visita que recibirían, me recontra movió. Nos pusimos a conseguir sillas, mesas, vasos, ni siquiera teníamos platos ni cubiertos para todos, comimos en el aire pero fue lindísimo. Se vio el amor de Dios en todos nosotros, fue muy transformador”, recuerda Florencia.

La animadora guarda en su memoria innumerables momentos vividos que implicaron desde lo sencillo de un gesto o una palabra, una transformación tanto en la gente del barrio como en los propios voluntarios.

LA MEDIDA DEL ENCUENTRO Clara Dighiero, socióloga, trabajadora social y exalumna salesiana, asegura que la palabra “encuentro” resume muy bien lo que se hace en los oratorios. “Es estar al servicio para ayudar a los otros, a conocer a los otros, a tener empatía, ver cómo puedo aportarle, se trata de conocer sus proble‐ mas. El voluntario hace su aporte pero también recibe, ellos tienen algo para compartir y yo también tengo algo para dar”, explica.

En la medida en que ese encuentro “sea genuino, los dos se benefician, que es muy diferente a un encuentro frío o distante en el que uno viene a decir la verdad y el otro a

“Nos sentimos una familia, en el barrio

Florencia tiene 24 años y es exalumna del Colegio Pío de Villa Colón. Asiste todos los sábados al Oratorio, que es uno de los siete u ocho que corresponden a la Parroquia de Colón. El Oratorio tiene la particularidad de ser “nómade”. No tiene sede fija. El punto de encuentro entre los animadores es el Teatro de Verano de Colón, donde les prestan un espacio para guardar algunos materiales. Allí preparan las actividades que realizarán y la merienda para los 120 niños y adolescentes que atienden. Una vez en el barrio desarrollan las actividades ‐un rato de juegos, la catequesis y la merienda‐ en el Monte de la Francesa, a la intem‐ perie.

Por esa condición si llueve no pueden asistir. Este año, que fue particularmente lluvioso, se las ingeniaron para no dejar de ir y llevarles la merienda y visitar a las familias, aunque el clima no acompañara. “Muchos cuentan con la merienda”, explica Florencia.

es muy querido el Oratorio, nos tienen mucho respeto... siempre nos abren las puertas y nos convidan con lo que tienen”

Pero lo que más destaca es el sentido de pertenencia de los vecinos al Oratorio después de veinte y pico de años de siembra salesiana en la zona. “Nos sentimos una familia, en el barrio es muy querido el Oratorio, nos tienen mucho respeto. Vamos a las casas a visitar a la gente sin nada del otro mundo, a compartir un mate, y siempre nos abren las puertas, y nos convidan con lo que tienen. De repente caemos en un cumpleaños y nos invitan a quedarnos. Las chiquilinas nos han invitado a sus cumpleaños de 15. Desde lo sencillo, desde lo que somos nosotros y desde lo que son ellos”, recalca la animadora.

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acatar, eso no aporta al encuentro. El voluntario debe ser habilitador de encuen‐ tros”, resume.

En su caso, el trabajo que desarrolló en el Oratorio como alumna primero y después exalumna del Juan XXIII “tuvo sustancial‐ mente que ver” con la elección de la carrera de socióloga y trabajadora social. Hoy vive en Durazno y trabaja para una fundación en el medio rural y afirma que desde su profe‐ sión sigue buscando “sumar calidad al encuentro, tiene que ver con la alegría, transmitir esperanza, alegría que mi vida vale la pena”.

“Para el voluntario implica tomar concien‐ cia de un montón de realidades diferentes a la propia, valorar encontrarse en otra situación, relativizar lo que uno tiene.

Poder mirar al otro, ponerse en el lugar del otro, dejarme a mí de lado. Alimenta muchí‐

Nicolรกs Pintado

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simo y no tiene tanto que ver con la merienda que le vamos a dar, tiene que ver con que vamos a dar mucho más que eso, les vamos a dar un momento de esparcimiento, y un lugar donde los quieran, como decía Don Bosco. Capaz es el único momento de la semana en que alguien jugó con ellos y los trató con cariño. Eso es fundamen‐ tal, el encuentro desde el amor, el sentirse querido”, dice.

Desde su experiencia en el Oratorio de Conciliación, Florencia señala que muchas veces a los niños del barrio les cuesta expresar‐ se “y capaz que son rebeldes, tratan de chocar contigo para llamar tu atención pero cuando no podés ir, te escriben o están arriba tuyo porque se genera un lazo de cariño”.

Junto a ese vínculo que se va haciendo estrecho desde el acompa‐ ñamiento del animador al niño y a su familia surge la transmisión de valores y junto a los valores se transmite la fe.

plantearme mi vida vocacional”, confiesa. “Todavía estamos en eso de caminar y ver dónde terminamos”, responde a la pregunta de si descubrió cuál es su llamado.

Ahora prepara a otros para que se transformen en animadores. ¿Qué es ser animador? “Es acompañar a cada uno en su estilo de vida y con la experiencia propia. Lo que vos aprendiste y recibiste cuando eras niño y en tu vida, esas cosas volcárselas a los demás”, responde.

“He visto montones de historias parecidas a la mía. Me vienen pila a la mente, Florencia una chiquita que también entró con cinco o seis años y tampoco tenía idea de Dios; Fiorella también, que a pesar de que el oratorio estuvo cerrado unos años entre 2003 o 2004 no perdió el vínculo y cuando se volvió a abrir, se bautizó y terminó siendo animadora”, recuerda.

“Lo clave del voluntario es que va al encuentro del otro para que se sienta querido”

Florencia reconoce que transmitir la fe en ciertos ambientes puede parecer complicado pero “se va transmitiendo desde lo sencillo. No hace falta dar discursos, pero a través de una palabra de aliento, de sentarse a charlar un ratito, de escucharlos, Dios actúa. A algunos los invitamos a rezar, hay una señora que me manda cosas por Whatsapp, le encanta que le dejemos estampitas”, cuenta.

En el Oratorio de Conciliación este año se sumaron dos teólogos –dos seminaristas que están en proceso avanzado de sus estudios, uno de ellos misionero vietnamita‐ y el apoyo de ellos les resultó fundamental, asegura.

ACOMPAÑAR Y SER EJEMPLO Nicolás Pintado es ejemplo viviente de que con el cariño que reciben los niños en los oratorios se transmiten valores y la fe. Se acercó al Oratorio del Colegio Domingo Savio cuando tenía 11 años y nunca más se alejó de los salesianos. Hoy tiene 29 años y es animador del Oratorio del barrio Maracaná, al que fueron durante años alumnos y exalumnos del Instituto Juan XXIII. Nicolás colabora con el Centro Juvenil y es uno de los 25 animadores que cada sábado reciben a unos 70 u 80 chiquilines.

“Cuando entré al Colegio no sabía nada de Dios y ahí fui conociendo quién era Dios, sobre religión, los salesianos y Don Bosco. Todo eso me ayudó a crecer, a intentar ayudar a los demás. Y también 28

Según Nicolás, el proceso interno de transfor‐ mación comienza por lo que ves en el otro.

“Te preguntás qué tiene este de diferente que lo ves alegre, lo ves de otra manera, entonces decís yo también quiero vivir así porque me gusta”.

En ese sentido recordó el caso de Bryan. “Yo estaba tratando de acompañarlo y estaba metiendo la pata en la casa, revisando la cartera de la madre, portándose mal en la escuela. La madre me contó lo que estaba pasando. Hablé con él, terminó el año y no lo vi más. Cuando volví, lo vi y estuvimos hablando y me dijo: ´¿Te acordás de aquella vez que me hablaste y me dijiste que no robara a mi madre? Ya no lo estoy haciendo y me estoy portando mejor, voy a pasar de año'. Hace poquito volví y fue lo mismo. Sirvió”, cuenta orgulloso.

Sobre el valor del ejemplo, Clara explica que tiene que ver también con la calidad del encuentro. “Cuando logro conectar con el otro veo cosas que me gustan, veo que es lo mejor para mí y quiero imitar ese ejemplo, lo central o lo clave del voluntario es que va al encuentro del otro para que se sienta querido”, afirma.

Ese cariño mueve al otro: “Yo quiero ser como él porque me dio alegría, me mostró o me dio un ejemplo, hay algo que tiene que ver con el encuentro, con el cariño, con la fe”, dice la trabajadora social.

Clara concluye que el Oratorio “es un puntapié”. “Después el Oratorio sigue en la vida de cada uno de nosotros de diferente forma, poder vivirlo en mi casa, en mi trabajo, propicia encuentros, y marca la diferencia, uno incorpora esa vivencia y trata de vivirla en la vida cristiana y eso se contagia”.

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SABOR A BUENAS NOCHES Cuentan que cuando Jesús estaba por nacer, Tata Dios resolvió dirigirse al “Pata Santa”, un hábil trabajador rural, conocedor entrañable de la naturaleza, de buen sentido común y profunda espiritualidad. Le pidió que reuniera a todos los animales del campo para elegir a los más idóneos que acompañaran en el lugar en que pronto iban a parir al bebé. Como había poco espacio, solo podían entrar dos animales.

Inmediatamente se desparramó la noticia por todos lados. Desde el gallinero de las casas, hasta los lugares más recónditos del monte. El día de la elección había llegado. Las mangas estaban repletas de cuanto bicho podía haber, todos en fila para entrar al brete de observación.

El primero que entró a los gritos planeando por el aire fue el tero, haciéndose valer por haber sido quien dio la noticia a la mayor cantidad de animales. Así como entró en el tubo por un extremo, Pata Santa también lo hizo salir por el otro lado, como chicharra de un ala, diciéndole: “Si por haber avisado te considerás el primero sin respetar a los que están en la fila no es un buen proceder para merecer tal privilegio”.

El segundo que entró fue el toro, pues estaba en el primer lugar de la fila. Nadie le había podido decir lo contrario. Se consideraba en ese lugar por ser el más fuerte del campo, y haber sido el último Gran Campeón del Prado.

“Vengo a cuidar al niño que va a nacer. ¿Quién se va a meter conmigo?. No solo por mi fuerza sino también por mi prestigio, soy merecedor de tan importante lugar” ‐ le dijo a quien lo evaluaba, el cual le respondió: “gracias por tu buena intención, pero no se necesitan guardia‐ nes para esta gau‐ chada, y menos considerándote más importante que los demás”.

Inmediatamente se presentó una comadreja y le dijo: ¿Dónde se piensa P. Adrián García sdb alojar el pobre gaucho y su buena china?” El peón le respondió: “Por lo que me dijeron, ya están desprendiendo la volanta allá en la tapera”. “Yo soy el animal más apropiado para estar con esa pobre familia”. “¿Por qué?”, le preguntó. “¿Quién mejor que yo pa robar gallinas, y llevarles todas las maña‐ nas haciéndoselas a las brazas? ¿Qué le parece?”, dijo mientras se sonría pícaramente.

Pata Santa no contuvo la carcajada y luego le

EN LA TAPERA DEL NACIMIENTO dijo: “Gracias, por preocuparte de lo que van a comer, pero acá no se trata de ser sabandija sino honesta, justo para estar con el Patrón de la Verdad, debería merecérselo con un proce‐ der más justo”.

También llegó la avestruz, considerándose ella misma con la dignidad absoluta, por ser la más apoderada de todos los animales, teniendo tantos huevos en su nidal y una familia tan numerosa. “Lamento para esto no se trata de prestigio por lo que se tiene, sino más bien por lo que sencillamente se es, acá en el campo”, le dijo el jurado.

Ya a media luz, llegó otro animal y el peón le preguntó “¿Quién anda por ahí?”. “Yo soy el pavo real, ¿acaso no te has dado cuenta? Soy el más vistoso y bello de todos los animales de esta zona, y quién mejor que yo para estar en el lugar del nacimiento, adornando con mis hermosas plumas un lugar tan pobre, sucio y abandonado”. El encargado de la elección le dijo: “Gracias, pavo real, pero eres demasiado vanidoso para estar junto a quien ha querido venir al mundo, en la sencillez de una casa abandonada en el medio de la nada”.

Y así fueron pasando todos los animales, sin que ninguno lograra agradar al Pata Santa.

Cuando ya se había puesto la noche, se dio por terminada la presentación, convencido de que no habría ningún animal digno de estar en la tapera del nacimiento. Montó en su zaino y se fue al galope hasta dicho lugar.

A lo lejos divisó la luz del fuego que José había encendido en la vieja estufa. Esta fue la forma en que lo guió hasta allí. Al bajar para abrir la

portera ya no solo la luz del fuego era la señal, sino que el llanto de un bebé era la confirma‐ ción segura de que allí, había sucedido lo que él no pudo cumplir con su cometido. Tímida‐ mente y con semejante vergüenza golpea las manos para saludar, así como también ofrecerse para lo que necesitaran. Cuando José abre la puerta “Pata Santa” quedó hipnotizado al ver la ternura de aquel bebé, y asombrado al ver junto a la camita de pasto seco, a la rata y al zorrillo muy horondos acompañando al Emanuel.

Disimulando el gran enojo, luego de felicitar a los padres de la criatura, los llama aparte a los dos animalitos y les dice: “¿Qué hacen ustedes acá? Manga de sabandijas, ¿no debían haber ido a la selección?”. “¿Y a usted le parece que nosotros dos teníamos oportunidad de ser elegidos?”, le responde el zorrillo. A lo que acota la rata: “Nos quedamos quietitos, ¿y qué íbamos a pensar que el parto iba a ser aquí en nuestra casa? No nos dio tiempo a nada, lo único que hicimos fue hacerle lugar y ayudar‐ los en lo que fuera necesario”. Esto fue suficiente para calmar al Pata Santa, que al mirar la sonrisa del niño Dios, comprendió por donde venía el yeito.

Dios no elige dónde va a nacer, así como quiénes son los bienaventurados de recibirlo, son aquellos que por su humildad son capaces de hacerle lugar en sus vidas, y aquel que cumple la voluntad del Padre.

DEL ÁRBOL SALESIANO

ARTE, COMUNICACIÓN Y ESPIRITUALIDAD AL SERVICIO DEL ENCUENTRO El arte, la comunicación y la espiritualidad son tres dimensiones que la definen por igual y le ponen su sello a la hora de salir al encuentro con otros.

Hace 14 años que sale al aire cada sábado muy temprano en la mañana de Radio Oriental con su programa “Ven y verás”, una propuesta de encuentro por excelencia en el que el “oyente” es el escuchado. La Hna. Nibia Lista HMA vive la interacción con la audiencia como una posibilidad de enriquecimiento recíproco y asegura que el programa es un producto comunicacional que hace a medias con el Espíritu.

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¿Cómo fue que empezaste con la comuni‐ cación?

Yo creo que esta vocación de comunicación la tengo desde la cuna. Desde niña en el Colegio todo lo que era teatro, música, lo que fuera armar y trabajar con otros, crear, motivar fiestas, estaba en mí.

Nací en Montevideo pero mi familia era de Santa Rosa y fui al Colegio de las Hijas de María Auxiliadora en Canelones. Así que mamé desde muy chica todo lo salesiano: el patio, la alegría, los encuentros, las celebra‐ ciones… Conocí a la Auxiliadora, a Madre Mazzarello y a Don Bosco, y a través de ellos a Jesús. Después, cursando el liceo en IMA, tuve la oportunidad de encontrarme en un ámbito donde podía desarrollar todo lo que era comunicación y arte. Tanto que yo en este momento de la vida preguntándome ¿quién soy? ¿cómo me veo, cómo me siento? me digo: en mí, vive el arte, la comunicación y la espiritualidad. Y se dan con mucha fuerza los tres. ¿La estética y la comunicación cómo tocan tu vida?

Están en cada gesto, en cada cosa. Así yo esté hablando con un grupo de niños o preparando un retiro, una jornada, una charla, aparece el gusto de lo estético, la belleza por la armonía. Tuve la posibilidad de prepararme en toda la dimensión artísti‐ ca en un Instituto privado de Bellas Artes que había en los Conventuales, el Instituto San Francisco de Asís. Luego la Congrega‐ ción me posibilitó ir a Italia. En Milán hice

Comunicación Visual y después en Roma junto con Espiritualidad, estuve atenta a seguir preparándome en el ámbito de la comunicación. Hice todos los cursos que podía en Italia. Belleza, arte y espirituali‐ dad: son tres cosas que se dan en todo lo que vivo.

Llegada de Italia, con muchas ganas de volcar todo lo que había incorporado y aprendido, armé talleres de comunicación y educación crítica sobre publicidad, cine y fotografía para liceales y niños. Después comencé a trabajar motivando en este campo a mis hermanas, maestras y docen‐ tes. Las hermanas me encargaron la coordi‐ nación del área de la comunicación en las comunidades del Cono Sur y estuve en el Departamento de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal en dos oportuni‐ dades. Y ahí también mirando más allá, comenzamos el proyecto de formar a jóvenes en el área de la comunicación, convencida de que la Iglesia necesita de buenos comunicadores para que el mensa‐ je de Jesús pueda llegar con las palabras y gestos de hoy. ¿Y cuáles son los condimentos necesarios para generar el encuentro con otros?

Yo creo que lo primero es mirar al otro y aceptarlo tal cual es. Y desde ahí hacer un camino juntos, experimentando que yo también vivo y aprendo con el otro. Enton‐ ces me parece que hay una actitud diferen‐ te. Aún con niños yo trato de tomar con‐ ciencia de que con ellos hago el camino.

Creo en la gente, creo en la vida, y en despertar lo mejor que tienen. Entonces, cuando yo daba Historia del Arte, antes de comenzar proponía siempre hacer un ratito de meditación como para que cada uno se pudiera encontrar consigo mismo, se pudie‐ ra serenar y dar lo mejor de sí. Después los contenidos salían de otra manera. ¿Y el programa de radio cuándo empezó?

Cuando la Iglesia compra la radio, yo volvía al sur desde el interior. Hablando con Monseñor Cotugno y con el Pbro. Jorge Techera se dio la posibilidad de un espacio.

Estoy hace 14 años en Radio Oriental. ¿Y cómo le pusiste el nombre al programa?

Cuando comencé a soñar el programa

dentro de mí resonó fuerte la propuesta evangélica “Ven y verás”. Es la propuesta que hizo Jesús a los amigos y es la que quiero hacerle a la gente: que mire, que escuche y haga experiencia de Dios. ¿Cómo está armado?

Lo armé en 4 bloques. El primero es la invitación a “Un buen amanecer”: tomar conciencia de que tenemos un regalo, un nuevo día, el despertar el gusto de vivirlo a pleno, de que uno pueda buscar dentro las motivaciones. Se trata de dar ánimo. Y después invitar a la experiencia de un momento de silencio que lleva a un diálogo profundo, a encontrarse con lo mejor de sí y desde ahí percibir el espíritu de Dios que está en nosotros.

Esa propuesta la hago con un poco de música, entregando a la gente algunos ejercicios que puedan ayudar, como el ejercicio de ser consciente de la respiración y el de la repetición de una jaculatoria, un trocito de un salmo o un mantra. Y en ese lugar donde percibimos a Dios, permane‐ cer, llenarnos de paz y de serenidad para luego ofrecer lo mejor de uno a los demás.

Luego está la propuesta “Por los caminos de Jesús de Nazaret”, una invitación a volver a este Jesús del Evangelio, que la gente pueda descubrir a un Jesús muy cercano, muy humano. Respecto a la lectu‐ ra del Evangelio subrayo que hay un mensa‐ je para mí hoy, aquí y ahora, que no me puedo quedar en el texto solamente a un nivel histórico literario, que tengo que buscar ese mensaje, el tesoro para aterrizar y llevar a la vida.

Posteriormente, está la invitación a “Des‐ pertar la conciencia” frente a los temas de hoy, cómo puedo mirar la actualidad. Sin duda que este Jesús me está llamando a actuar, a mirar al otro de otra manera, a sentir y hacer la experiencia de que todos somos uno. Todos somos uno. Con la naturaleza, con el entorno, con Dios. Insisto mucho en esto: que lo que yo haga lo sepan o no, influye en el universo. Aún mis pensa‐ mientos de bien o mis pensamientos nega‐ tivos, eso está marcando a los demás. Sentir que yo soy responsable del mundo, soy responsable de lo que está sucediendo. Las

cosas no suceden por allá y yo estoy por acá indiferente.

Y te llama mucha gente…

Sí, porque también tenemos un último espacio que es “Compartir la vida”. La gente tiene una gran necesidad de ser escuchada, de compartir sus vivencias.

Y la gente sale directamente al aire. ¿Cómo manejás eso?

En 14 años de programa en vivo jamás tuve dificultad, al contrario, me siento muy querida y apoyada.,.

A veces pasa que me llama gente y habla‐ mos más de media hora después del pro‐ grama. Yo dejo el número de recepción por si alguien quiere comunicarse. Entonces llaman porque tienen algo que compartir que no lo quieren hacer en público. Es muy lindo acompañar desde ahí.

Hay mucha soledad. En algún programa he llegado a emocionarme muchísimo al aire.

Uno de los programas fue sobre historias de perdón y yo de verdad, que no pude seguir por un buen rato porque era muy fuerte poder escuchar a la gente desde su dolor y que uno no puede dar recetas. Solamente se puede ayudar a que encuentre en el interior de sí, la fuerza para sentir que Dios está perdonando en ella, que Dios está amando en ella….

Un acompañamiento bien salesiano, les ponés el oído…

Muchas veces lo único que hago es escu‐ char y al final me dicen “muchas gracias porque me das tanta luz, me das tanta paz”.

Como también me dicen “tú dijiste en aquel programa tal frase” y me repiten la frase y yo digo ¿cuándo la dije? ¿Cómo la dije?

Otra cosa linda es que en la semana el programa va madurando dentro de mí, por lo que leo, por la meditación de cada mañana, por lo que escucho de la gente, por lo que va aconteciendo. Y cuando llega el viernes siento que es el Espíritu que actúa. La verdad es que lo hacemos a medias. Yo pongo todo de mí, dones, cualidades, y digo “Señor, vos poné lo tuyo…”

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UNA MANO AMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…”

Don Bosco (MO)

SALIR AL ENCUENTRO El Centro de Capacitación María Auxiliadora es una Obra Social localizada en el barrio Bisio de la ciudad de Rivera. En el año 1996, realiza convenio con INAU y cambia su perfil a Centro Juvenil, sin perder la primera intención de educar para la vida. Gracias a las Hijas de María Auxiliadora que estaban en su momento viviendo en la comunidad local, así como a algunos laicos, lograron armar el proyecto inicial mediante la propuesta de Talleres de oficio hacia la inserción laboral.

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Durante el año 2013 el INAU realiza un convenio con UTU y surge la propuesta de la Formación Profesional Básica (FPB) en los Centros Juveniles, para adolescentes mayores de 15 años. En tal sentido, en nuestro Centro comienzan a funcionar dos propuestas de FPB en las áreas de Deportes y Belleza Capilar, los cuales han finalizado los seis módulos (3 años), actualmente funcionando un 2º año de Deportes.

Sin dudas, esta primera experiencia con los FPB y las intervenciones realizadas desde nuestro Centro permiten visualizar la sensibilización de los adolescentes con su proceso educativo, el inicio del diseño de sus proyectos de vida, el mejoramiento de sus relaciones y vínculos con pares y educadores, hacen que el sostenimiento de la propuesta sea más efectivo, con un nivel de desafiliación muy bajo.

Frente a esta experiencia vivida con UTU se constata la necesidad de responder a las demandas de los adoles‐ centes entre 12 y 15 años, que desertan de los Centros Educativos Formales después de haber finalizado la Educación Primaria. Desde UTU se propone que nuestro Centro pueda acompañar un grupo de Ciclo Básico Tecnológico (CBT) realizando nosotros la captación de los adolescentes para la reinserción educativa. Se acuerda que UTU proporcione los docentes y nuestro Centro a dos Educadores referentes para el acompaña‐ miento y nexo entre las dos instituciones; además del Equipo Coordinador y Equipo Psicosocial con que ya cuenta nuestro Proyecto.

Es así, que en el presente año comienza a funcionar la propuesta de 1º año de CBT, sumado al grupo de FPB en el área de Deportes en Trayecto II (equivalente a 2º año de Educación Media Básica) y con la proyección que en el 2018 comience otro 1º año de CBT. La finalidad principal es la Reinserción de los Adolescentes a la propuesta de Educación Formal, teniendo en cuenta la complejidad de factores que implica la exclusión y para la mayoría de los adolescentes su único vínculo institucional se da mediante nuestro Espacio, con participación previa en los Talleres de Educación No Formal.

Entendemos que no basta solamente con una inscripción, se hace esencial el Acompañamiento socio‐ educativo de cada uno de los adolescentes.

A partir de esta experiencia la propuesta se ha fortalecido con el trabajo articulado entre Educador, Equipo Psicosocial y Equipo de Coordinación. Se acompaña a través de un vínculo fuerte con las familias, la comunica‐ ción fluida con los profesores, reuniones de seguimiento con Equipo directivo de UTU, reuniones y coordina‐ ciones semanales con el equipo docente, además de las intervenciones por situaciones especiales. En la segunda generación 2016‐2018 llevamos un nivel de compromiso aceptable, con las carencias comunes al trayecto que transitan. En el 2016, la desafiliación ha presentado niveles muy bajos, mejorando el resultado de cualquier centro de Educación Formal Pública, si bien las dificultades en cuanto a las realidades psico‐sociales imposibilitan un rendimiento óptimo en la propuesta (Promoción total de 21 alumnos y 2 desvinculaciones).

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PROTECCIÓN: La realidad de la gran mayoría de nuestros adolescentes lleva a la necesidad de sentir‐ se identificados con personas y espacios donde afectivamente les genere una pro‐ tección frente a todas las amenazas.

Muchos de ellos/as se sienten perseguidos ante la amenaza de los drogas y violencia física como psicológica. Están en conflicto constantes entre lo que quieren para su vida y lo que realmente viven o son induci‐ dos a vivir. El Centro de capacitación es un “refugio” que no lo encuentra en los demás centros Educativos por tratarse de institu‐ ciones que atienden a miles de estudiantes, perdiendo la personalización en el acompa‐ ñamiento. El liceo Nº 3 de Rivera, institu‐ ción correspondiente por su zona geográfi‐ ca, cuenta con 17 primeros años por lo que realmente pasan desapercibidos ante toda amenaza e inseguridad. Aquí se sienten bien, que se lucha por sus derechos. Gran parte de ellos recibe Becas del MEC, logran‐ do una muy buena administración de sus recursos, a través del asesoramiento de los educadores.

CUERPO A CUERPO: La educación más significativa para los alumnos de UTU en nuestro Centro Juvenil se da por medio de la integralidad de la persona. El adolescente percibe el afecto en la receptividad, que las puertas están abiertas para él, principalmente en la comprensión de sus virtudes y debilidades.

Se siente querido, comprendido, atendido, 34

aceptado y acompañado. Conocemos a su familia, su hogar, su barrio, así como sus necesidades, transformándose el Centro en una referencia, incluso para los que ya han egresado. La educación es integral, no solo dentro del aula, sino también en el patio, en las salidas, paseos, campamentos, campeo‐ natos y otras actividades que fortalecen sus aprendizajes, pero que se transforman en una verdadera construcción del conoci‐ miento. El equipo sale al encuentro de su realidad, no espera en la puerta para reci‐ birlos y contenerlos por algunas horas.

En cuanto al CBT, se visualizan grandes dificultades para sostener la propuesta curricular (realidad familiar, escasa motiva‐ ción, jornada extensa a la cual están desa‐ costumbrados, asistencia irregular, entre otros), los profesores detectan obstáculos en el acercamiento a algunos de los alum‐ nos, muchos conflictos entorpecen el desarrollo óptimo de la clase por lo que se hace necesario un continuo replanteamien‐ to de la propuesta y orientación a los docentes para comprender el perfil del adolescente. Una de las estrategias son las clases de apoyo extraturno para los que presentan dificultades en los aprendizajes.

Todo este proceso ha ayudado a la continui‐ dad educativa de los adolescentes (sola‐ mente se desvinculó 1 de 25 inscriptos).

Para el 2018, el Centro de Capacitación aspira continuar con la experiencia, imple‐ mentando un tercer grupo en Educación

Formal, contando con 1º CBT, 2º CBT y 3º FPB, además de continuar pro‐poniendo los talleres no formales para los adolescentes totalmente desvinculados del sistema formal, así como para los que participan en la propuesta de UTU, y que por su grado de vulnerabilidad, necesitan una atención y contención de tiempo completo.

Para llevar a cabo una mejora de sus apren‐ dizajes y propiciar una Educación de calidad real a los más necesitados y vulnerables, se hace necesario invertir en varios recursos materiales, ya que sin inversiones no se puede brindar igualdad de oportunidades.

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31 DE ENERO DE 2018

Fiesta de

San Juan Bosco

Descubrí tu arte…

Vení a encontrarte y a celebrar…

En el encuentro hay vida nueva para vos…

Maturana: Bvar. Artigas 4365 18.30 h / Bienvenida 19.30 h / Eucaristía 21.00 h /Encuentro de Familia Salesiana