Boletín Salesiano de Uruguay - Noviembre 2018

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URUGUAY / Tercera época / Año XL / Nº 9 / Noviembre 2018 / www.issuu.com/bsuru

Referentes Comunitarias en Melo: Mujeres que hacen la diferencia Entrevista| P. Alfonso Bauer sdb, Inspector Salesiano en Uruguay

El primer animador de un vasto movimiento al servicio de los jóvenes


SUMARIO PÁG. 3 CARTA DEL DIRECTOR ¡YO BARRUNTO! ¿Tú barruntas?

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FAMILIA EN OBRA P. Juan Algorta sdb “Encuentros que transforman. Escuchar para aprender”

¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL! Referentes Comunitarios de Obra Social “Picapiedras” Mujeres que hacen la diferencia en Melo

HACIENDO HISTORIA María Eugenia Sehara Los jóvenes piden pista y se hacen cargo

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SINTONIZANDO CON DON BOSCO Don Ángel Fernández Artime “Todavía hay buenas noticias: nuevos misioneros SDB y FMA”

PÁG. 12 VALE LA PENA VIVIR ASÍ Laura Comini Salir de uno mismo para encontrar las respuestas

PÁG. 16 CON NOMBRE Y APELLIDO P. Alfonso Bauer sdb El primer animador de un “vasto movimiento” al servicio de los jóvenes

PÁG. 23 ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO P. Francisco Lezama sdb “Jirafear”

PÁG. 22 GALERÍA DE FACEBOOK Y TWITTER

PÁG. 29 SABOR A BUENAS NOCHES P. Adrián García sdb “Encuentros que marcan”

PAG. 21 SINTONIZANDO CON DON BOSCO Madre Yvonne Reungoat fma “María: mujer de encuentros, maestra del acompañamiento”

PÁG. 24 AQUÍ Y AHORA Una sociedad fragmentada en busca de cercanías

PÁG. 30 DEL ÁRBOL SALESIANO Santiago Martínez Animarse a + en la certeza de no estar solo

PÁG. 32 UNA MANO AMIGA P. Néstor Castell sdb Crecieron y ahora ayudan a crecer

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y P. Juan Algorta sdb Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Gianfranco Brandi sdb, Hna. María Baffundo hma, Sofía Cayota, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Ramiro Pisabarro y Juan José Malvárez. Fotografía: Sebastián Andión, Sofía Cayota, de Pixabay y fotos de archivo Corrección: Graciela Rodríguez Diseño: gustavo@tanganika.com.uy

Impresión: Mosca Departamento Comercial: Luis Gómez E-mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286 Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

PÁG. 35 GALERÍA DE INSTAGRAM

salesianosuy


P. Sergio Álvarez sdb

CARTADELDIRECTOR

¡YO BARRUNTO! ¿Tú barruntas? El Adviento es Dios saliendo del cuadrado. Me explico. Mirá esos nueve puntos. Únelos con cuatro líneas, ¡a los nueve!

modo. Solo cuando no logramos lo que queríamos es que comenzamos a intentar un cambio…solo que el cambio primero tiene que ocurrir en nosotros. Ahora vuelvo al Adviento. Dios nos creó humanos y para la felicidad. Intentó hacer camino con sus hijos…hasta que decidió “salir del cuadrado” y se hizo hombre, humano, hermano. El Adviento es “barruntar” ese proceso de humanización y felicidad. Y… ¿qué es “barruntar”? Por si aún no lo buscaste: “prever, conjeturar o presentir algo por alguna señal o indicio”. Esta edición del Boletín Salesiano te acerca muchos y variados testimonios de quienes pueden reconocerse entusiasmados con la vida por lo que les pasa en la relación con los demás. Hay algo bastante en común entre ellos… salieron del cuadrado y se levantaron de la silla.

¿Lo hiciste? Si lo lograste, habrás llegado al sentido de la expresión “salir del cuadrado”.

Verás que este Boletín barrunta una Iglesia que sale del cuadrado, lo cual quiere decir que nosotros salimos del cuadrado. Nuevamente te invito, a este Boletín ¡léelo, te vas a encontrar!

Cuando nos proponemos algo solemos hacer como venimos haciendo, como sabemos hacer. No nos sale de primera hacer de otro

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Equipo de Referentes Comunitarios de la Obra Social “Picapiedras�

Mujeres que hacen la diferencia en Melo

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En Melo hay un grupo de madres y abuelas con ganas de hacer, con energía, entusiasmo, alegría, empatía y, fundamentalmente, un gran amor por la Obra Social salesiana “Picapiedras”. Ellas integran el Equipo de Referentes Comunitarios, un puente de la Obra con la comunidad. Su quehacer es apuntalado por dos educadoras que valoran su compromiso, responsabilidad y entusiasmo. Entrevistada por el BS, la educadora Ana Rosano detalla el trabajo de este equipo de mujeres que tiene por misión hacer de lo que tienen siempre algo mejor. ¿Qué es ser referente comunitario? Son personas de buena voluntad, con apertura, ganas de crecer, promotoras de la educación de niños/as, adolescentes, familias y sobre todo con mucho amor por “Picapiedras”, Obra Social que es la presencia Salesiana en Melo. La Sociedad Civil San Francisco de Sales convenia con INAU en tres proyectos: un Club de Niños desde 1996; el CAIF “Padre Pancho” de 2004; y el Centro Juvenil “Nuestra Esperanza” de 2005. Desde allí salen las madres o abuelas que integran el equipo de referentes. Actualmente lo conforman Graciela, Gabriela, Ema, Bettiana, Nancy, Viviana, Belén, Regina (Educadora que acompaña) y yo (Educadora referente).

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¿Cuáles son los orígenes de esta propuesta? Esta experiencia tiene sus orígenes en el año 2005-2006 desde CAIF, que en ese entonces tenía la modalidad de atención semanal integral con sus dos programas: Experiencias Oportunas y Educación Inicial, para niños/as de 0 a 3 años. La propuesta de trabajo de CAIF permite realizar propuestas en conjunto con las familias, así es que en esta interacción se visualiza un grupo de mujeres, madres de estos pequeños con ganas de hacer, disponibilidad, energía, entusiasmo y alegría. Se les planteó la posibilidad de formar un grupo que les permitiera ser parte activa en la propuesta educativa de

Picapiedras. Con el acompañamiento directo de Josefa Correa y Verónica Souza comenzó a transitarse el camino de los Referentes Comunitarios. Después de unos años esta propuesta tuvo un corte. Ahora desde hace ya aproximadamente tres años se volvió a conformar un grupo con dos integrantes de la primera experiencia, que se ha consolidado, y que tiene la misión de conocer la realidad para ayudar, y metas para fortalecer la formación del Equipo. Destaco el trabajo del Equipo por su compromiso, responsabilidad y entusiasmo admirables. Las referentes son convocadas para diferentes actividades de la Obra, más las propuestas propias del Equipo, y siempre se organizan y cumplen con todo.


¿Qué actividades realizan? Realizan visitas a las familias o a algún vecino que está muy solo o enfermo. Entregan donaciones en casos puntuales o a Instituciones de nuestra sociedad como ser Hogares de Ancianos, Capillas, Parroquias, Maternidad, Centro de Salud. En el mes de febrero se realiza el campamento con el Equipo, propuesta que es de corte recreativo, de disfrute pero también se trabaja en el proyecto de trabajo anual. Se mantiene contacto con la comunidad para dar a conocer la propuesta educativa de Picapiedras pero también para hacer un relevamiento de las inquietudes, necesidades y expectativas de los vecinos. ¿Qué genera participar en referentes comunitarios? Una gran energía, impulso, entusiasmo, es un Equipo que contagia las ganas de hacer por amor. Creo que Picapiedras tiene el gran privilegio de contar con este grupo de personas voluntarias denominadas Refe-

rentes Comunitarios. A nivel personal, Referentes Comunitarios me enriquece, aprendo mucho de estas mujeres luchadoras. A la comunidad, esta propuesta le deja una entrega desinteresada, responsable y de calidad. Porque ellas trabajan con la comunidad desde la empatía, el respeto y la sencillez, son parte también del sentir comunitario. Estamos seguros de que ayudamos en algo a mejorar, desde diferentes aspectos, escuchando las inquietudes, necesidades de la gente y buscando dar respuesta desde lo que está a nuestro alcance, acompañando, orientando respecto a dónde y cómo realizar determinadas gestiones. Y en las otras personas se generan diferentes sentires, por ejemplo, en unos, admiración por la tarea de entrega del grupo, otros agradecimiento, valoración, destaque, expectativas. También nos genera a nivel personal como seres humanos una sensibilización espe-

cial, empatía ante determinadas realidades complejas que visitamos, aprendizajes, valorar la vida propia y la de las demás personas. ¿En qué están ahora? Tenemos pendiente para mediados de noviembre una instancia formativa y la animación del pesebre viviente para la fiesta de cierre de las actividades 2018. A nivel de la Obra, la evaluación del segundo semestre de las actividades planificadas, la asamblea de Picapiedras y convivencia final. Para el año próximo las actividades arrancarán con la preparación para el campamento y proyección 2019. Y para terminar, recuerdo una frase linda que dice “La alegría compartida es la plenitud de la vida” y este grupo humano desde su sencillez, entrega responsable, autonomía y compromiso, logra conjugar la plenitud de la alegría en el compartir su tiempo con los demás.

Arq. Gabriel De Benedetti

“Satisfacción y amor” Graciela, de 49 años, es casada y tiene tres hijos de 14, 8 y 3 años. Es una madre y ama de casa que integra el grupo de referentes comunitarios de la Obra Salesiana Picapiedras. Explica que las referentes comunitarias son “un nexo entre la Obra y la comunidad. Las familias se sienten escuchadas cuando salimos puerta a puerta y eso nos enriquece como personas, nos ayuda a crecer y valorar lo que tenemos, y lo que podemos dar. Nos llena el alma de pensamientos positivos y de alegría. Nos sentimos respaldados por el equipo de la Obra. Todos tenemos algo valioso que aportar. Y con lo poco que tenemos queremos hacer algo mejor, esa es nuestra frase de cabecera, resume nuestra misión”. 7


FAMILIAENOBRA

Encuentros que transforman

Escuchar para aprender El 18 de julio de 1976, invitado para dar un curso en La Rioja (República Argentina) conocí a Mons. Enrique Angelelli. Fue un encuentro muy aleccionador para mi. El 4 de agosto el obispo fue asesinado en un “extraño accidente automovilístico”. Pero jamás pude olvidar la persona del Pelado (así lo llamaban) y una de sus máximas que marcó mi vida: "Un oído para escuchar la palabra de Dios y otro para escuchar al pueblo". En el año 2018 me embarqué en un taller teológico con una pequeña comunidad de laicos y curas. Los encuentros tenían como título: “Creer con los ojos abiertos”. El punto de partida fue meditar cómo Jesús anunciaba su Evangelio. No enseñaba dogmas universales ni leyes morales innegociables, sino que a partir de sus observaciones de la naturaleza y de las experiencias humanas desvelaba la presencia y la acción de su Padre Dios en el mundo. Afirmábamos entonces que Jesús utilizaba “un lenguaje experiencial” y decíamos que nos invitaba a utilizar el mismo lenguaje para descubrir el rostro y los susurros de Dios. Mirar con los ojos abiertos la realidad y escuchar la voz del pueblo son dos formas válidas de acceder a la gramática de Jesús para ir descubriendo al verdadero Dios. También el Papa Francisco, con su propuesta sinodal, invita a toda la Iglesia a ponerse a la escucha de la gente, para discernir los caminos de Dios: “Una Iglesia sinodal es una I-

glesia de la escucha, con la conciencia de que escuchar es más que oír"1. La verdadera evangelización surge del encuentro con la gente, de escuchar su voz muchas veces lastimera, de ver sus sufrimientos (Cf. Ex 3,7-8). "No existe la evangelización de laboratorio: la evangelización siempre es cuerpo a cuerpo, personal"2.Es lo que verdaderamente parece haberse establecido de una manera más coherente en ese largo camino sinodal de dos años que ha sido el Sínodo ordinario y extraordinario de la familia. Entonces se escuchó la voz de los matrimonios y las familias. También para este Sínodo de la Juventud la voluntad de escucha fue total. Aprender para encontrarnos Es un deber escuchar atentamente, ¡para aprender! Ninguno puede ser únicamente identificado ni con la enseñanza ni con el aprendizaje. Vale aquello de Paulo Freire: “Nadie educa a nadie, nadie se educa solo. Nos educamos educando”. Nadie enseña a nadie, nadie aprende solo. Aprendemos escuchando y escuchamos aprendiendo. Todos necesitamos escuchar y aprender de los demás (de los científicos, de los sabios y… ¡de los pobres!) para cumplir la noble función de enseñar. Debemos ejercitarnos en un diálogo en el que todos debemos aprender a escuchar y ver la realidad, iluminándola con el mensaje bíblico.

Encontrarnos para humanizar Cuando escuchas con los oídos atentos y el corazón abierto, reconociendo como persona a quien te confía sus experiencias, te haces más humano, porque ganas descubriendo que eres persona, al mismo tiempo que tu confidente, al sentirse reconocido y atendido igualmente se hace más humano. Cuando aprendes y te enriqueces de la experiencia que escuchas, quizás descubriendo allí la presencia amorosa de Dios, te haces más humano. Cuando enseñas porque has asimilado lo que has escuchado y has aprendido, te haces más humano, compartiendo tu riqueza con tu hermano. Son encuentros que transforman. Son encuentros que humanizan. Son encuentros que evangelizan.

Todavía seguimos instalados en un sistema de enseñanza vertical, de adultos a niños. No debemos quedar encerrados en perspectivas

1 Discurso del Santo Padre Francisco en la conmemoración del 50º aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos (Aula Pablo VI, 17 de octubre de 2015). 2 Papa Francisco a un grupo de jóvenes franceses, en Religión Digital 29/10/18. 3 Cf. J. DE LA TORRE, Humanae Vitae 14. Una propuesta desde Amoris Laetitia (Maliaño 2018) 324-325.

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rígidas . Es hora de abandonar un mo-delo jerárquico, que parte de una doctrina que poseen los sacerdotes, que son los que “saben”, hacia unos laicos que “no saben”.

Juan M. Algorta Salesiano sacerdote


SINTONIZANDO CONDONBOSCO

P. Ángel Fernández Artime / Rector Mayor de los SDB Les escribo, queridos amigos del Boletín Salesiano, pocas horas después de haber entregado el crucifijo misionero al grupo de 10 Hijas de María Auxiliadora y 25 Salesianos de Don Bosco de la 149ª expedición misionera, desde la primera preparada por el mismo Don Bosco el 11 de noviembre de 1875. En aquella ocasión fueron 10 los primeros salesianos enviados a Argentina, seis jóvenes sacerdotes y cuatro salesianos coadjutores, que han sido seguidos por 11000 salesianos y por 2500 Hijas de María Auxiliadora (más de 2000 italianas), que han partido de Europa para el mundo. Es una realidad maravillosa que me hace decir que existen todavía buenas noticias por conocer y comunicar. Al entregar el crucifijo he visto en los ojos de estos jóvenes, hombres y mujeres, una luz común, el reflejo de las palabras pronunciadas por uno de ellos: «Siento estar viviendo el versículo del Salmo 105 que dice: 'El Señor envió a Moisés, su servidor, y a Aarón, su elegido´. El mío es un llamado, no una opción». Su actitud serena y decidida nos ha hecho revivir de alguna manera nuestro llamado personal, un llamado que no se refiere solo a los salesianos o salesianas consagrados, sino a todos los miembros de la Familia Salesiana porque, de algún modo, todos nosotros estamos llamados a ser discípulos misioneros de los jóvenes y de los más necesitados en cada rincón de nuestro bello, amado y sufrido mundo. Los cristianos en realidad no tienen una misión,

son la misión. Todos los cristianos están llamados a vivir el misterio de la encarnación, es decir, a vivir en el cuerpo físico y en el cuerpo moral de la comunidad la presencia de Dios. Misioneros tenaces y valerosos Luego de la primera expedición misionera de 1875, Don Bosco envió otra en 1876, con las primeras Hijas de María Auxiliadora acompañadas por la bendición materna de Madre Mazzarello. Eran seis jóvenes hermanas de entre 17 y 25 años. En el tiempo de Don Bosco se sucedieron las expediciones de 1878, 1881, 1883, 1885, 1886, 1887 y 1888. A la muerte de nuestro amado Don Bosco eran ya 149 los salesianos enviados en misión y 50 las Hijas de María Auxiliadora presentes en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Ecuador. Son la valiente vanguardia de nuestra Familia. No fueron enviados para “hacer” y “hacer” y “hacer” aún, sino para llevar un espíritu, para alargar el abrazo de Don Bosco, la tierna humanidad de Madre Mazzarello y la audacia de quien vive la pasión del Evangelio. Lo que he dicho a los nuevos misioneros lo quiero decir a todos ustedes: «Esperamos que la caridad pastoral sea el verdadero centro de su ser y actuar; que el Cristo del Evangelio, amado y seguido por Don Bosco y por nuestros santos, esté de verdad en la fuente de su persona; que vivan con humildad e intensidad un filial sentido de Iglesia, la predilección por los jóvenes, y la amorevolezza típica del Sistema Preventivo, en espíritu de familia, con incansable laboriosidad y

con templanza. Siempre unidos a Dios, sean optimistas y alegres, creativos y flexibles, y nunca, nunca olviden que nos espera el abrazo del Padre en el Cielo a donde llegaremos no solos, sino acompañados por tantos a los que daremos nuestra vida». Estamos llamados a testimoniar la presencia de Dios en el mundo con un inconfundible estilo salesiano: comenzando de abajo, desde los más pequeños. Somos salesianos si, donde quiera que nos encontremos, escuchamos la voz de los olvidados, de los invisibles. Estamos llamados a ser los misioneros tenaces y valientes de los pequeños y de los últimos. Estamos llamados a arrodillarnos para lavar los pies de los demás, como hizo nuestro Maestro y Señor. Solo quien se rebaja puede escuchar y, sobre todo, escuchar a los pequeños. Ellos tienen algo que decir y una vida que compartir. «Preocúpense especialmente de los enfermos, de los niños, de los pobres y de los ancianos, y se granjearán las bendiciones de Dios y la benevolencia de los hombres». Y también un recado a Don Cagliero: «Hagan lo que puedan: Dios hará lo que no podamos hacer nosotros. Confíen todo a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y verán lo que son milagros».

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HACIENDOHISTORIA

Entrevista a María Eugenia Sehara

Los jóvenes piden pista y se hacen cargo María Eugenia Sehara, de 21 años, partió en el mes de marzo desde el Barrio Gruta de Lourdes de Montevideo rumbo al Vaticano. Allí junto a otra uruguaya y a 300 jóvenes de todo el mundo participó en el Pre-Sínodo de Jóvenes. Superando la barrera del idioma logró conectar con sus pares y, juntos, delinearon la hoja de ruta para una Iglesia que empodere a los jóvenes. Entrevistada para el BS opina sobre una Iglesia que, a su juicio, “ha sufrido cambios, y los va a seguir sufriendo, sin dejar de lado su mensaje esperanzador”. 10


¿Cómo surgió la invitación para viajar al Vaticano y participar de ese Pre-sínodo de jóvenes? Una de las hermanas de la Parroquia me invitó a participar. No entendía mucho, me tomó por sorpresa y era mucha responsabilidad para mí. Me enteré en diciembre de 2017 y el viaje era en marzo de este año. Enseguida empecé con el papeleo y me iba informando sobre qué tenía que hacer, cómo era todo. Igual tuve incertidumbre hasta que llegué allá. Sabía que iba otra chica uruguaya, desde la Conferencia Episcopal del Uruguay, con quien nos encontramos y conocimos allá. ¿Cómo fue el primer contacto con tus compañeros de este encuentro en Roma? Fue una semana intensa de trabajo en un documento que teníamos que entregar al final de la semana. Al principio mi barrera era el idioma, pero poco a poco nos fuimos entendiendo en todo sentido, y esas barreras se fueron diluyendo. No fue un impedimento. ¿Y el encuentro con el Papa? Fue muy lindo y cálido. Nos invitó a trabajar juntos con los adultos, y a ayudarlos a ver las cosas que no están tan buenas, porque a veces ellos al estar con más preconceptos que nosotros hay cosas que no ven. Hacer las cosas en conjunto ayuda. Y solo nosotros éramos 300. Había ateos y de otras religiones, de más de 80 países.

sociales, que debe abordar y no aislarse de ellos. Son temas de conversación en todos lados, incluso en la Iglesia. Son temas polémicos en nuestra sociedad ¿allí también se veían así? Sí, claro. Generaban debate, polémica. La visión de muchos jóvenes era de una Iglesia catalogadora de cosas, ya que para pertenecer a ella tenés que ser así, cumplir con aquello, hacer este otro. Era interesante cómo lo veían los otros, desde su país. En otros países la Iglesia está mucho más metida en la sociedad, más allá de que el Estado sea laico. Si bien acá es escuchada, le dan el espacio para expresarse pero no le dan el peso que se merece. ¿Qué te quedó de esta experiencia, y creés que las cosas que salieron de ese encuentro van a ser tomadas en consideración por la Iglesia? Me marcó el clima de tolerancia que hubo. Sin diferencias, con un respeto muy grande, sin ofensas, y eso que había temas que podían llevar a eso, como ser el aborto. Logré obtener herramientas para la vida común. Había gente que pensaba de determinado tema de una forma y eso te ayudaba a tal vez cambiar tu forma de verlo, sin cambiar tu esencia.

¿Todo eso te hizo ver a la Iglesia de manera diferente? Este encuentro ya es muestra de un cambio que se está dando en la Iglesia. Siento que lo que hicimos allí va a dar frutos, que va a prosperar y que lo vamos a ver. Y por Francisco también. Es un tema de supervivencia de la Iglesia. El Papa dijo que hay que volver a la forma de vivir de las primeras comunidades, pero desde la perspectiva del hoy. La Iglesia ha sufrido cambios, y los va a seguir sufriendo, sin dejar de lado su mensaje esperanzador. El desafío está en darles lugar a los jóvenes y que los jóvenes nos hagamos cargo de ese lugar. Muchos, tras analizar el documento que sacamos, nos decían que era un reclamo, y nos preguntaban a qué nos comprometíamos nosotros La pregunta que nos hacían era: como joven ¿qué querés de la Iglesia? Como jóvenes tenemos las ganas de comprometernos y ocupar ese lugar, sentirnos parte. Me sentí privilegiada porque muchos manifestaban que tenían problemas en sus parroquias, que no tenían lugar, y yo pertenezco a una comunidad donde los jóvenes somos el centro. El mensaje que nos llevamos es la necesidad de empezar a transformar tu comunidad. Si hay algo que no está bueno y lo critico, debería empezar a cambiarlo yo, no imponérselo al otro. Practicar lo que uno dice, con la acción.

¿Se complicó para encontrar temas en común a plantear? El primer borrador fue muy caótico, porque no usaba lenguaje joven, no abarcaba todas las realidades. Parecía que no era hecho por nosotros. Eso lo analizamos en el plenario los 300. El clima era desesperanzador, pero nos pusimos a trabajar más en los grupos, a mejorarlo. ¿Lograron mejorarlo? El día de la presentación final, que fue al domingo siguiente, el lenguaje mejoró mucho, se abordaron temas claves con más profundidad. O sea, quedó bien, y refleja lo que vimos entre todos, si bien a mí me hubiera gustado profundizar en algunos otros. La Iglesia está dentro de la sociedad y no puede ser ajena a los temas que esa sociedad está cuestionando o abordando, como ser la sexualidad, aborto, el rol de la mujer, que son temas

María Eugenia tiene 21 años. Vive con su madre. Cursó Primaria en la escuela pública, el liceo en el Jubilar y el Bachillerato en el Instituto Pastorino. Actualmente cursa el segundo año de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la UdelaR y trabaja en un club de niños en el barrio de Piedras Blancas (Belloni y Repetto). 11


VALELAPENAVIVIRASĂ?

Salir de uno

uno mismo

para encontrar

las respuestas

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Un día recibió esa invitación que tanto anhelaba. Sabía que la experiencia llevaría su sensibilidad al límite pero igualmente decidió aventurarse. Necesitaba crecer, mejorar y redescubrirse. Nada fue igual después. Laura Comini, una joven salteña de 23 años, que decidió vivir la experiencia de Shemá en la Misión en el Cottolengo Don Orione Masculino, cuenta en el Boletín Salesiano cómo logró superar sus miedos para permitirse vivir de lleno esa experiencia transformadora que aún la nutre. “Fue como un regalo aquella invitación, lo que anhelaba tanto había llegado para que lo pudiera vivir. No implicaba más que solo decir sí. En ese entonces lo único que deseaba era vivir esa experiencia: irme de misión, la cual sabía que me ayudaría a seguir mi camino. Era tiempo de crecer, mejorar y redescubrirme”, comienza diciendo Laura. Cuando le comunicaron en qué consistía la experiencia y cuál sería el destino aparecieron muchas preguntas, sentimientos y temores. Pero también un deseo de búsqueda donde lo importante era dejarse llevar y que las cosas fluyeran. Partió hacia Montevideo para dar comienzo a la aventura. El recibimiento fue muy grato y con una indicación muy clara: no dejarse llevar por las emociones y tratar de controlarlas lo más posible. “En ese momento quedé bastante estatua ya que soy una persona sensible y me emociono fácilmente, por lo que todas las indicaciones se hicieron a un lado y pensaba en qué tanto me podía sorprender ese lugar. Al llegar nos dieron las bienvenida, felices por nuestra llegada, sin siquiera saber quiénes éramos”, narra. A medida que hacía el recorrido se fue encontrando con un lugar frío, de pasillos largos, con poca luz de sol. En los cuartos las camillas estaban ocupadas, algunos andaban en silla de ruedas y otros sentados en los asientos que estaban a lo largo de esos pasillos. Laura comenzó a cuestionarse por qué los habían llevado allí, qué iba a hacer y cómo se iba a relacionar. Nada de lo que había averiguado se parecía a lo que estaba viviendo. “No estaba viendo más allá de esos miedos y de eso que me resonaba. Pensé: `vengo, estoy unos días y me voy´. ¿Dónde estaba aquello de misionar, de ir a donde no quiero ir sin saber qué me puede esperar? No me frustré, sino que dejé que la experiencia me guiara”. UNA GRAN FAMILIA Al día siguiente cuando volvió a visitar el centro fueron corriendo a recibirla, emocionados porque había vuelto. Allí notó que estaba llegando a un hogar, con una familia que era realmente grande y donde iba a recibir más de lo que ella podía brindar. Una experiencia muy similar a la de cada sábado en el oratorio donde los chiquilines se ponen felices por el simple hecho de ser acompañados. 14


¿Qué es Shemá? Es un proyecto que busca animar experiencias que ayuden y acompañen a los jóvenes en sus decisiones vitales. Es para aquellos que se preguntan por el proyecto de Dios en sus vidas, que están en búsqueda y quieren hacer partícipe a Dios de esas búsquedas y proyectos. Es una experiencia de escucha de Dios. - Shemá en el silencio: experiencia de retiro de silencio. - Shemá en la misión: experiencia misionera. - Shemá en el Éxodo: experiencia de peregrinos. - Shemá en el Tabor: experiencia de Ejercicios espirituales compartidos entre salesianos y jóvenes. - Shemá en el diálogo: experiencia transversal de acompañamiento personal. Shemá está pensado para jóvenes mayores de 18 años dis-puestos a entrar en un camino de discernimiento en el encuentro con Dios. “No me preocupaba no saber una actividad, solo quería compartir con cada uno. En todo momento me dejaron ser, me enseñaron a compartir, jugar, vivir, a encontrarme en ellos y con ellos. Comenzaba a entender por qué Dios quería que estuviera ahí”. Las experiencias eran totalmente distintas a lo que uno puede llegar a vivir día a día y a medida que pasaban las jornadas se generaban nuevas preguntas que perduran y siguen intactas generando diferentes emociones. Los acompañamientos en la merienda y los paseos por el patio eran como compartir con la familia de cada uno, como si cada uno fuera un hermano, un padre o un abuelo, una relación muy fraterna. Pero todo esto no quedaba solo en el Cottolengo ya que había momentos de compartir con el resto de los compañeros, que también estaban realizando la propuesta del Shemá y se fue generando una relación y convivencia muy linda, que hacía que todo se disfrutara un poquito más. TODO COBRA SENTIDO Muchos fueron los encuentros en el Cottolengo pero Laura destaca

sobre todo aquellos con los más pequeños: “Uno de los niños siempre jugaba en el pasillo con un vaso, se lo tirabas y te lo devolvía. Después en un puf estaba otro pequeño con parálisis cerebral. Cuando me acerqué a él, le empecé hablar y por sus ojitos corrían unas lágrimas. Finalmente estaba un niño en silla de ruedas, que en la ida a la capillita para celebrar la última Misa, tomó mi mano y me dijo `mamá´. Miré a mi amiga y fue inevitable no llorar. Por varios motivos, sabía que había terminado ese viaje, esa misión que tanto anhelaba y deseaba tener, y esa familia donde no necesitaba nada más que ser yo misma”. Encontrarse con Dios a través de la mirada del otro, del abrazo y la oración, descubriendo un encuentro cercano fue llevando a Laura a encontrar respuestas. No tener que buscarle el sentido a todo en la vida sino vivir, con la fe que ayuda a transitar y nos demuestra mediante los demás el amor que Dios nos tiene. “Supe entonces que esa misión que tanto deseaba la estaba viviendo hacía tiempo, y en esa experiencia me estaba preguntando si quería reeditarla todos los días. Después de algún tiempo la experiencia me sigue transformando, me sigue enseñando y guiando. Ellos me enseñaron la virtud de saber vivir, del valor de mi persona y la del otro”. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

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Alfonso Bauer sdb, Inspector de los Salesianos en Uruguay

El primer animador de un “vasto movimiento” al servicio de los jóvenes Hace 11 meses asumió como Inspector Salesiano en Uruguay. Asegura que tomó su nombramiento con mucha serenidad, con la certeza de que no todo depende de él y que no ha sido una búsqueda suya. Se sabe simplemente un instrumento y resalta que son muchos los que están “poniéndole el hombro” a la tarea de animación desde la Inspectoría San José. Alfonso Bauer tiene 50 años de edad y 22 de sacerdote. En su familia de origen se entrenó para vivir en ambientes de fraternidad, algo que quisiera que se profundice en cada casa salesiana. Ha desempeñado diversos roles de responsabilidad en la Congregación pero desde su nuevo servicio, y tras visitar a todos sus hermanos, afirma que no deja de sorprenderse de la riqueza y la vida de las comunidades educativo pastorales salesianas. Está convencido de que la misión debe impulsarse de la mano de los jóvenes y los laicos porque “la identidad uno no la descubre solo”, y de que las transformaciones institucionales comienzan por conversiones personales. Entrevistado por el BS el Superior de los Salesianos en Uruguay repasa su primer año en ese rol sin escabullir ninguna pregunta y compartiendo sus descubrimientos, los desafíos y expectativas.

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En estos 11 meses de tu primer año como Inspector Salesiano, ¿cuáles fueron los pasos que fuiste dando? Lo primero y muy importante es el conocimiento de la realidad. Si bien conocía algo de la realidad inspectorial, como salesiano y como vicario inspectorial, creo que el acercamiento a las comunidades locales, el encuentro personal con los hermanos y con los laicos es una riqueza muy grande. Una de las claves que yo tenía antes de comenzar en este rol es pensar a Don Bosco como animador de un vasto movimiento al servicio de los jóvenes. Creo que eso es fundamental y siempre lo estoy diciendo. Si bien los salesianos somos menos, la misión no debe decaer. Y eso es posible porque hay un montón de laicos y de jóvenes que viven nuestra espiritualidad salesiana y forman parte de este vasto movimiento, de este sueño de Don Bosco en llevar adelante la misión con la espiritualidad salesiana. ¿Qué metas te planteaste al recibir este servicio? No muchas de antemano, porque quiero que la realidad me hable. Poder escuchar a los equipos que están funcionando pues uno no trabaja solo. Por lo tanto, considero imprescindible la escucha y la disponibilidad para comprender mejor la realidad. Lo primero es acompañar a mis hermanos salesianos, somos una Inspectoría y la primera ocupación de un Inspector es acompañar a los hermanos en su vocación y misión. Para ello hay que crear un clima de confianza y fraternidad, que vaya más allá del rol, de las responsabilidades que le toca a cada uno. Acercarme como hermano, llamado por Dios a vivir en comunidades fraternas y al servicio de los jóvenes. Sé que la misión no es mía, es nuestra como comunidad inspectorial, sabedor de que el dueño de la mies es del Señor y uno se suma a servir. Lograr concebirnos como este vasto movimiento, ir conformando comunidades educativas, donde vayamos integrándonos, sirviendo a los jóvenes desde la vocación que cada uno ha recibido, es una visión a no perder. ¿Qué fue lo primero que se te pasó por la cabeza y por el corazón cuando te llegó el anuncio de tu designación como Inspector? 18

Cuando me llamó Ángel estábamos cargando unas cosas de “Hay algo más” que llevábamos para la celebración. Estaba frente al Santuario de María Auxiliadora en Villa Colón y con la puerta de vidrio contemplaba la estatua de María, adelante mío, la miré y le dije: “Ayudame, aquí estoy, vos sabes porqué”, y bueno, uno una vez más dije Sí!, Dios sabe porque lo pide y decidí confiarme a Ella. También sentí mucha serenidad. Los miedos normales, pero quizá el confiarme y de-

hermano, no es porque sea Alfonso, sino porque soy sucesor de Don Bosco en esta Inspectoría. Los demás te ayudan muchas veces a ubicarte en el rol, en el servicio, y lo vas asumiendo desde allí, vas aprendiendo, yo no voy renegando de lo que me va tocando, sino que con mucha paciencia lo asumo. Soy bastante dócil, y lo que me toca trato de cumplirlo y llevarlo adelante. Terminará esto y tocará otra cosa, no tengo problema en adaptarme a lo que venga.

“Hay que experimentar la familiaridad con los jóvenes, también en nuestras propias casas comunitarias” cirme “no depende de mí”, no es una búsqueda mía, soy un instrumento. Me lo planteé como claro servicio, por supuesto que conlleva responsabilidad, pero sabedor de que es un servicio como he tenido en otros lados y todos tenemos responsabilidades. Ahora me tocó este y quiero vivirlo con naturalidad. Es vital concebirnos un equipo. Somos muchos salesianos y laicos sirviendo desde diversos equipos de trabajo y tantas comunidades religiosas y pastorales donde hay muchos que están poniéndole el hombro a esta tarea de animar una Inspectoría. ¿Cómo es llegar a las casas a donde antes ibas como un hermano más, ahora con el rol de Inspector? ¿Notás que cambia algo? Creo que cambia más en los demás porque bueno, soy el Inspector, y yo no renuncio al rol, al compromiso, a la responsabilidad que eso supone, pero trato de relacionarme no desde el rol, sino desde lo que soy. Yo antes que ser Inspector, que ser religioso, salesiano, soy Alfonso, trato de no asumir un papel ficticio, creo conocerme lo suficiente y con mis límites y cualidades confiar a lo que el Señor me ha pedido desde una mirada de fe. Y reconozco lo fuerte de nuestra tradición salesiana. Lo veo cuando llego a hablar con un hermano, por ejemplo, y siento que estoy allí en el lugar de Don Bosco, y percibir la confianza que se establece en el vínculo, las cosas compartidas en el abrir el corazón del

En todas tus visitas ¿descubriste algo que te llamó la atención? ¿Te asombraste con cosas nuevas? Lo que más me llamó la atención es la riqueza y la vida en nuestras comunidades educativo pastorales. A veces nos miramos y vemos que son tres o cuatro religiosos en una comunidad, animando varios sectores, y se percibe que hay mucho trabajo pero que la misión no decae gracias a que es compartida por un número de laicos y jóvenes. Es precioso ver a tantos educadores con la “camiseta puesta” es decir, consustanciados con la espiritualidad y misión salesiana. Tantas veces aprendo tanto de ellos. Da la sensación por momentos que no damos abasto para todo lo que tenemos entre manos, y sabemos que siempre se puede hacer mejor las cosas, pero es bueno reconocer que hay un gran trabajo y es digno de destaque. Otra cosa importante es el reconocimiento social a lo que es ser salesiano. Se abren las puertas por lo que somos, por lo que se hace, hay una valoración muy positiva. También es lindo ver la cantidad exalumnos agradecidos por lo que han recibido. Me ha tocado estar en los 125 años de Talleres Don Bosco, en los 50 del Paiva, y hay gente que pasó por ahí y armó su proyecto de vida gracias a lo que aprendió en esos lugares. Me encontré con gente agradecida, que sin duda es la mejor recompensa porque vemos como lo sembrado dio fruto en tantos.


“Para nosotros no es secundario crear ambientes fraternos” ¿Qué encuentros transformadores experimentaste en este año? Se me ocurren dos. El primero la venida del Rector Mayor, porque ahí vi muy vivo el carisma, la presencia una vez más de Don Bosco entre nosotros, más allá de Don Ángel, en lo carismático es Don Bosco el que nos visita. Fue muy lindo ver tan vivo el carisma en la variedad de grupos y realidades que se hicieron presentes y que contagiaron vida en cada uno de los encuentros. El otro fue la Pascua Joven que se hizo en Aguas Blancas con los jóvenes de los oratorios. Fue una propuesta muy linda en la que participaron dos o tres por Centro Juvenil, quienes se encontraron con Jesús y revisaron su propia vida. Ellos valoran que alguien los escuche. En uno de los momentos de reconciliación, una muchacha decía “yo no tengo a nadie a quien contarle esto que me pasa”, y que uno pueda ser canal de escucha, de vínculo con el otro en las cosas más profundas, en realidades donde la están luchando solos, te hace pensar que con que poco podemos ser útiles abriendo espacios de confianza. Para mi esa experiencia fue muy movilizante. ¿Dónde están los mayores desafíos de la Congregación acá en Uruguay? Yo creo que uno de los principales desafíos es visualizarnos no simplemente como los salesianos religiosos, teniendo presente que somos menos y que hay comunidades más frágiles. Creo que la reflexión que el capítulo nos está proponiendo “Qué salesianos para los jóvenes de hoy”, nos ayuda a buscar nuevamente un lugar al servicio de los jóvenes, salir de los lugares tradicionales que teníamos buscando nuevos roles para ser más eficaces en nuestra llegada a los jóvenes. Es importante pensarnos junto con los laicos y con los jóvenes porque creo que la identidad uno no la descubre solo, sino que con ellos podemos ubicarnos me-jor.

Por ejemplo, en un rol de gestión te pueden decir “acá no te precisamos porque nosotros lo podemos hacer muy bien”, o los jóvenes que te dicen “yo te necesito aquí, conmigo”. Escuchar al laico o al joven permite redescubrir esas nuevas realidades y el sentirnos juntos en esto es realmente muy lindo. Algo que también he dicho en la formación de religiosos y laicos, que es muy básico y hasta puede sonar un poco romántico, es que nos queramos. “Querer” con estos dos sentidos: uno, es el querer trabajar con el otro, valorar su aporte; el otro, es el querer afectivo. Es muy importante que el salesiano quiera trabajar junto a los laicos, dándole espacio en la misión y también viceversa. Pienso que a los salesianos nos da un poco de miedo pensar que ahora los laicos asumen roles de gestión y pueden preguntarse ¿y nosotros qué? Por eso es importante que el laico también quiera al salesiano, lo valore, le de su espacio, y que ambos tengan presente esas dos facetas del querer, para estar orientados al fin que nos une que es trabajar por y para los jóvenes.

En la última circular que le enviaste a tus hermanos salesianos, hablaste de la fraternidad, ¿es este uno de los aspectos que hay que trabajar más en nuestra Congregación hoy en día? Yo vengo de una familia grande, somos siete hermanos y tengo una preciosa experiencia de fraternidad y familiaridad. También mi vocación nació en un ambiente de familia que había en ese momento en Maturana, donde Mateo era el catequista. Se vivía en un ambiente de familiaridad muy lindo y eso fue lo que me cautivó: la cercanía. Creo que el mejor testimonio que podemos dar como religiosos es vivir en un ambiente de familia, porque en la misión estamos todos incluidos. Eso ha cambiado mucho pues, antes una motivación del consagrado era estar dedicado exclusivamente a la misión y hoy, los laicos y jóvenes, se metieron de lleno también en la misión. Entonces creo que el déficit en el mundo juvenil está en la familia, donde se viven vínculos frágiles, por realidades laborales donde se trabaja mucho, y aparece una mayor soledad en los jóvenes, entonces ahí hay algo que nosotros 19


podemos ofrecer y aportar, que se vuelve un diferencial y que responde a una necesidad humana: la fraternidad. Para nosotros no es secundario crear estos ambientes. Yo he “dejado” una familia – por así decirlo, aunque nunca se deja – para encontrarme con otra familia, por lo que valoro que en mi comunidad exista clima de familia y en eso somos corresponsables, constructores, no se trata de ser idealistas porque sabemos que existen dificultades, pero tenemos que decir “estoy en mi casa, esta es mi familia”. Nos hace mucho bien compartir la vida comunitaria con los jóvenes, abrir nuestras comunidades, sin irnos a los extremos. Nosotros hablamos de clima de familia, pero muchas veces no nos bancamos que venga un joven y nos abra la heladera, caliente agua para el mate, estamos bastante rigidizados en nuestra estructura. Hay que compartir juntos, experimentar la familiaridad con los jóvenes, también en nuestras propias casas comunitarias. Estas son experiencias que se están haciendo y que yo en lo personal las valoro como muy positivas. Nosotros no tenemos colegios como negocio como puede suceder en algún ámbito, sino para educar y evangelizar. Esa es nuestra razón de ser y la cercanía un medio adecuado propuesto por Don Bosco en el arte de educar. Es importante también, no perder la orientación de nuestra misión por sostener estructuras, saber que ellas son una mediación que hoy puede estar y mañana no, lo que importa es la misión encomendada. Se trata de ser significativos en aquello que el Señor a través de Don Bosco nos invita, que es seguir formando honrados ciudadanos y buenos cristianos. ¿La Congregación está en proceso de conversión institucional? ¿En qué consistiría esta conversión? Muchas veces al hablar de conversión institucional, ponemos el problema afuera y la realidad es que la institución no existe en sí misma, lo que existen son personas en las instituciones. Por eso, para mí, consiste en una conversión personal, ya que nadie cambia al otro, es uno el que va cambiando porque encuentra razones, nuevas maneras de respuesta, va comprendiendo la realidad y desde ahí responde, desde dentro, de manera libre, no forzada. Esa conversión personal es la que luego se transforma en un 20

conversión institucional. A nivel institucional, tenemos que darnos cuenta de que los problemas son una oportunidad. Intuir que ya en las dificultades están gestándose las soluciones. Por eso tenemos que tener una forma de mirada inteligente.

para que pueda desarrollar sus potencialidades y no mirarlos con miradas críticas y despectivas. Los jóvenes, a veces, son los que menos oportunidades tienen y por eso se los estigmatiza, se los juzga o se les pone etiquetas. Hay que confiar y dar esperan-

¿Cuál sería el aporte que se podría mejorar de los Salesianos de Don Bosco a la sociedad? Una mirada esperanzadora frente a la estigmatización, principalmente de los jóvenes y de los pobres. Es nuestro campo de misión desde el carisma salesiano y fue lo que hizo Don Bosco en su tiempo. Hay un lema en una camiseta que dice “creemos en los jóvenes”, y eso se plasma si damos oportunidades, si acompañamos, si valoramos la capacidad que hay en el otro, esa confianza

zas, apostando a ellos y a que en cada instancia formativa desarrollen las potencialidades que poseen. Cuando termine tu período, ¿qué te gustaría que digan sobre tu animación? Alguien cercano, que ha acompañado procesos, que se ha interesado en la vida de los hermanos y de las comunidades como ambientes más plenos donde vivir nuestra vocación para desarrollar mejor la misión que Dios nos ha encomendado.


SINTONIZANDO CONDONBOSCO

Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

MARÍA, Mujer de Encuentros, Maestra del acompañamiento Queridos amigos de la Familia Salesiana de Uruguay:

Pero cuando diciembre haya cumplido apenas siete días, la solemnidad de la Inmaculada saldrá a nuestro encuentro para decirnos que en la historia de salvación no hay nada fortuito, sino que el buen Dios nos ama y dispone todo para nuestro bien… Cuando el ángel la llama "llena de gracia", confirma explícitamente la ternura y la satisfacción de Dios por Ella. Desde entonces María se ha convertido en canal del cual fluyen la misericordia y la bondad del Señor que no cesa de mirarnos con sus ojos misericordiosos.

bestias feroces y que se le confiaba la misión de transformarlos en corderos, él se puso a llorar. María lo tomó de la mano; no le dio explicaciones. "A su tiempo lo comprenderá", pero mientras tanto lo envuelve de ternura y le acaricia el cabello... También le indica el sistema que debe emplear en la educación y lo acompaña en la misión de prevenir, bendecir, consolar, ayudar a discernir y a buscar a Jesús. María es Maestra de acompañamiento. De ella aprendemos a ser hijos, a confiar, a saber guardar y hacer memoria.

En este mundo, lleno de violencia, desconfianza y temor; donde los jóvenes no consiguen soñar con un futuro de paz y esperanza, Ella nos enseña a confiar y a confiar en ellos. Nos toma de la mano, nos acompaña, nos guía y nos ayuda en la difícil tarea de educar.

Este mes la presencia de la Inmaculada nos hace mirar el mundo con los ojos y el corazón de María. Con ella, asegura el Papa, volvemos a creer en la fuerza revolucionaria de la ternura y el afecto (cf EG 288). Aunque no sepamos explicar tanta violencia y sufrimiento en el mundo, podemos expresar cercanía, comprensión, afecto.

Recordemos, a propósito, el sueño de los nueve años de Juanito: contemplando a las

La mirada de María nos ayuda a acoger lo que es pequeño, herido y tiene necesidad de ser

sostenido y curado. Aquello que está discriminado, marginado y que necesita ser escuchado; su mirada nos ayuda a sostener y acompañar la vida que es frágil y pobre. Con Ella aprendemos a estar en las periferias, a tocar las fragilidades, a estar disponibles para el diálogo, a reforzar las relaciones fraternas y humanizadoras. Aprendemos a atesorar todo lo que nos ofrece la experiencia, a narrar y contar con el amor según la lógica del Magníficat; a caminar en la fe, a custodiar el misterio, viviendo según el Espíritu, porque “donde está María, el Espíritu nos impulsa y lanza”. María, madre de misericordia, nos conceda ojos y corazón para amar y compartir, llorar y alegrarnos, proteger la vida y sembrar con esperanza un futuro mejor.

DEOTROSLARES Chile Una App: “para llevar cariño, amor y atención profesional a los niños que sufren en las calles” Con la presencia del Ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno Charme, el Gerente General de Microsoft Chile, Sergio Rademacher y el presidente de la Fundación Don Bosco, P. Víctor Mora, se lanzó la aplicación desarrollada por la Fundación y la multinacional llamada “Registro Circuito de Calle”, aplicación que favorecerá en el acompañamiento de los niños y jóvenes en situación de calle. Desde 1998, la organización sin fines de lucro, “Fundación Don Bosco”, acompaña a niños, niñas y jóvenes que sufren fragilidad en su entorno social y falta de oportunidades. Fuente: ANS

Compañía "Motul" colabora con salesianos en India El "Centro de Aprendizaje Don Bosco - Instituto Técnico Industrial San José" (ITI) en Kurla, en las afueras de Mumbai (India), firmó un acuerdo con la compañía "Motul-ALSI", del grupo francés “Motul”, especializado en la producción de lubricantes. Gracias a este acuerdo se construirá un centro de formación profesional dedicado a la mecánica de las motocicletas. La iniciativa permitirá a los jóvenes estudiantes del centro salesiano desarrollar habilidades de alto nivel en la industria mecánica de dos ruedas. En los últimos años el instituto ya ha hecho convenios con otras 14 empresas como "Tata Hitachi” y “Toyota”, entre otras. Fuente: ANS

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MEGUSTACOMENTOCOMPARTO


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

Jirafeando Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Lucas (21, 25-28. 34-36) proclamado en la Misa del 2 de diciembre, Domingo I de Adviento. El pedagogo español Xavier Aragay, que fue entrevistado por el Bole n Salesiano en el mes de abril de este año, propone que una herramienta muy ú l en el discernimiento y la búsqueda pedagógica de las comunidades educavas es la capacidad de detenerse y “alargar el cuello” para ver de dónde se viene y adónde se va: es lo que él llama “jirafear”. Jirafeando se aprecia la realidad de una manera dis nta: con una perspec va más amplia, se le da más fácilmente a cada P. Francisco Lezama sdb cosa su lugar justo. Es par cularmente ú l en momentos de dificultad o de crisis, cuando fácilmente perdemos la mirada amplia y nuestra percepción está sesgada por los problemas por los que se está pasando. Por eso no es tan extraño que el mismo Jesús

haga una invitación similar cuando habla a sus discípulos sobre las dificultades que vendrán. En el texto de hoy, el Señor advierte sobre la llegada de momentos de miedo, angus a y violencia. Ante esas situaciones, que afectan lo profundo de las personas y que alteran la manera en la que vemos la realidad, Jesús advierte: “Cuando comience a suceder esto, enderécense y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación”. Este empo del año nos ofrece diversos es mulos para jirafear. Por un lado es un empo de mirar hacia atrás: echar un vistazo al año y sobre todo a las relaciones en las que hemos crecido, y también las que hemos descuidado. Es un empo de contemplar los encuentros que nos fueron transformando, para descubrir en ellos la fuerza de la Vida Abundante que da sen do a toda nuestra existencia. En este empo recibimos también es mulos para mirar hacia el futuro: comenzamos a plantearnos propósitos, barruntamos las oportunidades y los riesgos que el año 2019 comienza a insinuar… Jirafear nos lleva a tener pers-

pec vas a más largo plazo, a pensar y sobre todo a soñar con una libertad que no necesariamente esté de malas con el realismo. Es, también, empo de adviento: la mirada desde lo alto se ñe también de color esperanza, no la ingenua ilusión del “todo estará bien”, ni la obs nada convicción del que niega las amarguras que la realidad le depara, sino la realista certeza del que se con a en la palabra del Dios Fiel; ese Dios que dice: “No temas, estoy con go”, y permite, a quien con a, experimentar la verdad de estas palabras. Por eso el “jirafeo” al que Jesús nos invita concluye con esa frase que transmite tanto fuerza como serenidad: se acerca la liberación. Todos los encuentros que nos han transformado, todos los anhelos que el mismo Dios pone en nuestros corazones, son una sombra y un anuncio del Encuentro por excelencia: el que nos da la Libertad y la Vida abundante.

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AQUÍYAHORA

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D A D E I C O S A N U A D A T N E M G A FR E D A C S U B EN S A Í N A C CER

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Imagen de tapa del Documento "Construyamos puentes de fraternidad en una sociedad fragmentada de la CEU. Ilustración Paulo Olascoaga.

“Hace cuatro horas que lo único que siento es este helicóptero dando vueltas. ¿Qué siento? Impotencia y rabia. ¿Por qué? Porque Matías me pregunta si en algún momento habrá tiroteos, si tenemos donde escondernos o si mañana hay escuela, si el ómnibus puede pasar. Tiene 8 años y es víctima de esta cruel realidad. Así nos sentimos no-sotros. Acá también hay gente que estudia y trabaja. No tenemos derecho ni siquiera de ir a la plaza nueva, porque realmente no sabemos si volvemos todos. No es justo vivir así. Decirles a nuestros familiares que traten de no venir o que si lo hacen lo hagan con la luz del día, tomando precauciones. ¿Por qué nosotros no tenemos los derechos respetados? ¿Por qué vivimos encerrados y a merced de la delincuencia? ¿Qué futuro les espera a nuestros gurises? Que son las 5 de la tarde con un sol a pleno disfrutable y están encerrados. Así vivimos los que no jodemos a nadie. Así vivimos los que nos rompemos el lomo para salir adelante. Solo me pregunto, ¿hasta cuándo? Y acá sigo charlando con mi hijo que me cuenta que el día del tiroteo en Leandro Gómez, junto con la maestra se tiró al piso. ´Sabés mamá, ese día hasta la maestra lloraba, y se ensució la túnica por tirarse al piso con nosotros. Éramos muchos y nos quería abrazar a todos y no podía'. Así vivimos en Casavalle”. Este relato fue publicado por una mamá de la escuela de Casavalle en su muro de Facebook y leído por Adrián Arias, un trabajador social de la Obra Padre Cacho, en una mesa redonda de la que informó El Observador el 27 de agosto pasado. Lo que cuenta esta mamá es ejemplo de la fragmentación social que vive la sociedad uruguaya y es muestra de la dura realidad de barrios donde bandas de narcotraficantes han tomado el control dejando de rehenes a familias y niños ajenos a esas situaciones.

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El sociólogo Danilo Veiga, investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República sobre el tema de la desigualdad social, explicó que la brecha entre pobreza y riqueza siempre fue menor en Uruguay si se lo comparaba con otros países como Brasil, pero el

escenario ha cambiado. “Aquello de que íbamos a la escuela pública y todos éramos iguales ya no es así, también por la intolerancia y la violencia que es una manifestación de toda la sociedad pero en determinados sectores se llega a formas extremas”. Según señaló, en estos sectores -más carenciados- los cuatro mecanismos básicos de socialización no están presentes: la familia, la escuela, el empleo, y el barrio. “No hay contención de la familia, ni a nivel escolar -son niños cuyos abuelos tiene 45 años y tampoco fueron a la escuela- ni de empleo y tampoco en el barrio, todo unido al fenómeno de la droga y delincuencia ha llevado a formas extremas de violencia y de fragmentación cultural, que es más profunda”, advirtió. En su última investigación “la segregación residencial y fragmentación urbana en Montevideo entre 2001 y 2015”, Veiga relacionó las diversas formas de segregación residencial y educativa con la pérdida de los valores que se reflejan en “los cambios verificados en los niveles de educación, el aislamiento e individualismo, las nuevas pautas de consumo y las desigualdades emergentes”. En ese trabajo afirmó que durante la crisis de 2001 y 2003 fue notorio el aumento de la pobreza que “consolidó diversas formas de desigualdad y vulnerabilidad; las cuales fueron fuertemente compensadas por las políticas públicas implementadas desde 2005 por el gobierno del Frente Amplio, que estimularon la recuperación económica y consecuentemente los niveles de pobreza se redujeron significativamente”. El aumento de los ingresos laborales y del empleo, así como las transferencias públicas redujeron la pobreza a la cuarta parte desde 2005 -la pobreza infantil era del 60% en 2006 y hoy es del 17%- y la desigualdad de ingresos también disminuyó hasta el año 2014, así como los salarios reales y los aumentos de producción.


El director de Evaluación y Monitoreo del Mides, Juan Pablo Labat, dijo en el programa Todas las Voces de Canal 4 el 13 de noviembre, que también la pobreza en el sentido más amplio -la multidimensional- se ha reducido al menos a la tercera parte. Pero señaló que la pobreza “es un fenómeno de una entidad tal” que solo con políticas sociales y transferencias monetarias la gente no sale de ella. “La generación de empleo es la verdadera explicación de que haya bajado la pobreza. El Mides paga $1.500 o $1.600 por niño en las asignaciones familiares por lo tanto eso no puede explicarlo. El modelo de salida del FA está basado en el mercado de trabajo. Lo otro son apenas apoyos que ni siquiera logran fidelizar. La gente que recibe una transferencia monetaria no llega al mercado de trabajo”, dijo Labat. Además de la reducción de la pobreza Uruguay logró bajar el desempleo, el cual “al 2005 era del 14% y hoy es del 8,5%”. A su vez, el Mides ha ampliado su atención e incorporó a un total de 9.583 niños de cero a tres años a servicios de educación y cuidados entre 2015 y 2017; se inauguraron 48 CAIF y se ampliaron 39. Se abrieron tres centros de cuidados en liceos para que madres estudiantes puedan continuar sus estudios. En materia de empleo, en 2017, 3.100 personas participaron en el programa Uruguay Trabaja a través de 119 convenios con 55 orga-

Danilo Veiga

Adrián Arias

nizaciones de la sociedad civil; 1.800 emprendimientos productivos recibieron asistencia técnica o financiera o apoyo a la formalización; se capacitaron 550 emprendedores en instrumentos de inclusión financiera; 450 jóvenes y adultos participaron de las jornadas permanentes de talleres de orientación sociolaboral; 220 jóvenes iniciaron su Primera Experiencia Laboral en seis organismos públicos de Montevideo y Canelones y 800 personas que residen en localidades pequeñas del medio rural recibieron asistencia y capacitación específica en oficios vinculados al medio rural. Aun así Veiga coincidió con Labat en que las políticas sociales si bien han ayudado no son suficientes. “Falta educación que si bien ha aumentado no llega a todos, sobre todo educación secundaria, falta vivienda y condiciones de vida dignas”, manifestó. Además, admitió que entra a jugar un rol importante “la percepción subjetiva y eso lleva a los estigmas. Si nos roba en la calle una persona de determinadas características o en moto, cuando vea una moto voy a tener miedo. Es algo donde lo subjetivo te golpea mucho”.

Consultado sobre por dónde se debería aportar, opinó que es un tema multidimensional y así se debe abordar. “Si tenés educación pero no tenés empleo y un salario digno, y condiciones de vida, y a su vez el vecindario tiene influencia negativa y llegan a ser guetos con contextos terribles, es muy difícil. Los arreglos familiares que se ven hoy con otro tipo de hogares son pautas culturales que no las podemos modificar pero sí podemos modificar la educación, el empleo, y el contexto barrial para que favorezcan la integración social que sería lo contrario a la fragmentación”. Veiga consideró que el aporte de las ONG que trabajan en los barrios es fundamental: “Desde la Iglesia Católica a Aldeas Infantiles, ha sido importantísima la tarea que han hecho como contención. No es solo el Estado el que aporta”. UN APORTE DE LA IGLESIA Preocupados por este tema los obispos de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU), presentaron en abril el documento “Construyamos puentes de fraternidad en una sociedad fragmentada” con la intención de que sea un

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aporte para el diálogo en una sociedad plural. En la presentación que estuvo a cargo del Cardenal Daniel Sturla (Arzobispo de Montevideo), el Presidente de la CEU, Monseñor Carlos Collazi (Obispo de Mercedes) y el Secretario General y portavoz de la CEU, Monseñor Milton Tróccoli (ahora Obispo de Maldonado), explicaron que “a pesar de las mejoras de los últimos años en los indicadores económicos y del impulso dado a políticas redistributivas, que crearon las condiciones para disminuir el número de familias en situación de pobreza, aún subsisten sectores que no han podido acceder a niveles de vida digna”. En ese sentido afirmaron que se perciben “muchos signos de deterioro del relacionamiento social, como el aumento de la violencia en di-

versos ámbitos: la familia, la educación, las calles, los espectáculos públicos”. El Cardenal Sturla puso el foco en “una mirada desconfiada que se va dando en nuestra sociedad”. Sostuvo que “la Iglesia quiere decir 'estemos atentos'. Este país está llamado a ser un país integrado, no somos muchos, tenemos que volver a ser un país de cercanías, donde nos miremos confiadamente”. Monseñor Tróccoli, por su parte, enfatizó que a los obispos no les corresponde dar recetas pero sí “dar esperanza”. Además aseguró que “superar esta situación es responsabilidad de todos”. Por eso recomendó aumentar “el trabajo en redes”, tanto con el Estado, como el sector privado y la sociedad civil y para ello llamó a “empoderar a las familias para que cumplan su misión”.

“No se trata solo de `dar´ o de `trabajar para´ sino de `trabajar con´, y `trabajar entre´, abriendo cauces para encontrar sentido, recuperar la autoestima, la confianza en la posibilidad de construir con esfuerzo propio y apoyo de otros un destino distinto que haga posible una vida digna para todos”, señaló el documento. En las conclusiones se citó una significativa frase del Papa Francisco: “Ustedes, los uruguayos, […] con el termo y el mate en la mano, adelante y en salida. Porque ustedes son gente de cercanías, ustedes enseguida resuelven las distancias, lo llevan en el corazón. Son un pueblo que ama la libertad y, sobre todo, que buscan la justicia y la igualdad de oportunidades”.

EN BUSCA DE SENTIDO Esa búsqueda de sentido que ayuda a tener una vida más digna es abordada por el filósofo catalán Francesc Torralba, especialista en inteligencia espiritual, en sus libros y conferencias. En una conferencia publicada en Youtube aseguró que “el ser humano no tiene bastante con vivir, quiere vivir una vida con sentido”. Esa necesidad de hallar una vida con significado forma parte de la condición humana y emerge de la inteligencia espiritual que es otra forma de inteligencia. “Una persona educada además de saber que es la fotosíntesis o una sonada de Bach es una persona capaz de identificar emociones, expresarlas y canalizar emociones de índole negativo”, explicó. Según Torralba, el ser humano tiene la capacidad de preguntarse para qué está y qué puede esperar. “La inteligencia espiritual permite tomar distancia, asombrarse, maravillarse, pasmarse frente a la realidad del ser humano, identificar lo que une, lo que es esencial, permite conectarse con un todo más grande; y la inteligencia emocional permite gestionar las propias emociones: sobrellevar las críticas, vivir con ecuanimidad, pensar antes de hablar, canalizar los celos o la envidia, el rencor”, dijo. Desde esta visión el filósofo da un paso más y afirma que el hombre que encuentra sentido se siente parte de un todo, lo que le permite tener una relación armónica con los otros seres, y evitar agredir a una parte porque eso afectaría al todo. 28


SABORABUENASNOCHES

Hace ya unos años, en un campo que arrendábamos con mi hermano y que tiene una preciosa costa sobre un río con su frondoso monte criollo que le genera un entorno realmente maravilloso, y sabedores de que ese regalo natural de Dios era para compartir, convenimos con un grupo de misioneros de llevar unos días a disfrutar de playa, monte y aventura a un gran grupo de niños de asentamientos del Cerro de Montevideo, que desconocían lo rural y los paisajes ribereños de Tratando de acomodarle el pelo, enredado nuestros ríos. por los piojos, intenté consolarla puesto que La estadía, de unos 8 a 10 días, se sucedió en el motivo de su llanto es que no se quería ir, el disfrute de esos niños, no solo por el des- había pasado muy contenta y feliz, e imagicubrimiento de ese “turismo”, si no que la naba el retorno a una vida que, me contó, era convivencia, los juegos, la vida en el silencio muy triste y dura, vivía con una señora “que de la noche, las excursiones y los animales, no la quería” y en el monte había conocido sacudían las entrañas de e- gente que sí la quería, que era buena y le habían dado el cariño que en su corta vida sos niños de ciudad. nunca había recibido. El día de la despedida hacíamos un gran a- Me costó convencerla (bueno, no lo logré) de sado en las casas, con que quedarse conmigo era imposible y debía los ómnibus ya car- regresar. Pasé el asunto a conocimiento de gados con los bolsos. uno de los educadores y se fue con todos. Yo disfrutaba de la caP. Adrián García sdb tarata de cuentos, anéc- Una noche, bien oscura, transitando por una dotas y canciones aprehen- carretera vecinal, solo, en mi camioneta y sin didas en la estadía, dando gracias a Dios por tránsito, caí en la cuenta de que en esos días se estaba cumpliendo el año de ese camesos días. pamento y se llenó mi cabeza de los recuerEl lugar es grande de manera que había dos de los gurises y apareció también el regurises por doquier. En una recorrida, en- cuerdo de la nenita y el “no me quiero ir”. contré a una nenita, de las más chiquitas, sentada en una piedra llorando compungi- ¿Qué habría sido de ella? ¿Cuánta tristeza seguiría acumulando en su alma? Quizás ya damente.

ENCUENTROS

QUE MARCAN la habían introducido en la droga para que no le pese robar, quizás ya la habían violado arrancándole la alegría de ser niña, quizás los gritos destemplados suplían los ruidos de los animales que la acompañaron aquellos días de campamento. Y me dolía, el inevitable: “No te podés quedar, es imposible” y me di cuenta de que estaba llorando, quizás con la misma congoja que ella aquel día o más, pues me veía, a mí mismo, condenando a esos infantoladrones que no nos permiten vivir tranquilos; el escándalo pacato del conocimiento de casos de prostitución infantil, todo desde mi comodidad desestresada. Y lloré, lloré mucho apoyado en el capó de mi camioneta, hasta que me di cuenta: ESA NENITA ERA EL SEÑOR (Él tiene esas formas de encontrarse con nosotros), Jesús se sentó en esa piedra para hablarme.


DELÁRBOLSALESIANO

Santiago Martínez | Animador del Oratorio Nuevo Valdocco

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en la certeza de no estar solo

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Aunque había ido a un colegio católico no era creyente. Conoció a Jesús y a María después, en la catequesis barrial. En la “Acampada” de 2015 lo marcó el apostolado en un Hogar del INAU y afirma que se sintió “salesiano a morir”. La visita a Uruguay del Sucesor de Don Bosco fue para Santiago Martínez un acontecimiento transformador, que lo impulsó a tomar decisiones importantes en su vida como el replanteo de su vocación. Aún siente que tiene pendientes otros retos como “animarse a más” y a decir que sí, pero los avizora con paz porque sabe que ya no está solo.


¿Cómo te vinculaste al MJS? Mi primer contacto con la religión católica fue en la Parroquia del Carmen, en Agraciada y Buschental; ahí me encontré por primera vez con Jesús. En 2012 un amigo me invitó a participar en la catequesis barrial de Maturana. Yo ese año no quería nada con la religión. Había cursado en un colegio católico, pero no era creyente. En 2013 me insistió otra vez y acepté. Estuve tres años en catequesis barrial. No sabía nada de Don Bosco, apenas conocía a Jesús y a María. Ni bien entré ya me cambió la mentalidad; me sentí seguro, me dieron ganas de descubrir desde el vamos y darle para adelante. Empecé a conocer a Don Bosco y a María, a comprender por qué era tan fuerte el lazo entre ellos. Maturana fue mi primera casa salesiana; fue como mi escuelita. Después de ahí me incorporé a un grupo en la Parroquia de Colón, donde los animadores presentaron una propuesta de escuela de formación de animadores para entrar a un Oratorio. En 2015 llegó la Acampada, que me hizo salesiano a morir. Lo que más me queda de ahí es el apostolado que me tocó en el Hogar del INAU de Suárez y Bulevar. Me marcó hasta el día de hoy. Siempre que puedo voy a arrimarme a ver qué necesitan, a darles lo que puedo. En 2017 comencé a animar en el Oratorio Carlos Fabre y luego pasé a animar en Nuevo Valdocco. En 2018 lo que me marcó fue la Misión con el Colegio Pío en Semana Santa; ahí me sentí en familia, tomando un mate y conociendo a los otros. El lema de este año es “Encontrarte Transforma": ¿hubo algún encuentro que te transformó? Hubo dos: la misión en Semana Santa y la visita del Sucesor de Don Bosco. Ahí fue donde María y Don Bosco me llevaron de la mano y me dijeron: "Tu vocación está en ser comunicador". Durante los cinco días que estuvo Don Ángel en el país exploté mi verdadero potencial. Yo ya estaba mentalizado para estudiar Abogacía hasta que con su visita se me mostró el camino. Si bien ya participaba en Juventudes Radio, aún no me percataba de que fuera lo mío. Con lo del Sucesor de Don Bosco me di cuenta de que esa es mi vocación, y hasta ahora no he parado.

Santiago Martínez tiene 20 años; es animador del Oratorio Nuevo Valdocco y da catequesis en la Obra Social La Tablada. Está cursando algunas materias pendien‐ tes y el año que viene ingresará a la Facultad de Información y Comunicación (FIC). Pasando raya a la visita del Rector Mayor, ¿en qué te transformó en concreto? En el sentido espiritual, alimentando mucho el vínculo con María. Me acuerdo que en la misa Don Ángel dijo: “Ante cada decisión que estemos tomando, o que vayamos a tomar, y nos preguntamos dónde está la Madre, debemos saber que Ella ya está ahí". Me acuerdo que volvíamos el miércoles; llegué a casa, me senté, y Sergio me avisa que al otro día a las 6:30 de la mañana me pasaba a buscar para ir a Talleres Don Bosco. Yo le dije que sí, sin dudarlo. Me acosté a las dos de la mañana, y 5:30 ya estaba levantado para bañarme y desayunar; y no estaba cansado. Eso es algo que transorma, que te da energía que para otras cosas no sacás de ninguna manera. Algo que también me transformó fue mirar más el entorno, estar atento a detalles que muchas veces podemos dejar pasar; me di cuenta de que el comunicador abarca todo en el contexto en el que está. Me dio un impulso tremendo saber que María y Don Bosco van a estar a mi lado siempre, por más que yo me sienta cansado o no me tenga mucha fe. ¿Qué fue lo que más te impactó de los mensajes que Don Ángel dejó? Me impactó mucho su testimonio de Siria. Lo hablado me movió por dentro a buscar más sobre el por qué empezó todo. Te das cuenta que ahí se están haciendo mal las cosas; es una lucha continua de guerra, de espiritualidad y de conflicto de intereses. También me quedó un mensaje que dio acerca de no pedirle a Dios algo que es del

momento, sino pedir de corazón la fuerza para conseguirlo y todo se dará a su tiempo. Como María le dijo a Don Bosco en uno de sus sueños: "A su debido tiempo todo lo comprenderás". Eso también me marcó, pues hasta que el Rector se fue yo no comprendí todo lo que viví. Cuando llegó el Rector Mayor al aeropuerto, el Padre Inspector Alfonso Bauer dijo: "Que esta visita nos vigorice". ¿Sentís que su visita cumplió con este cometido? Sí. Es un sí como el dicho por María a Dios y al plan que tenía. Es un sí al que me aferro. Vigorizó en todos los sentidos. Me mostró mi vocación, me hizo ver algo que yo antes no comprendía. Vigorizó en el creer un poco más, sabiendo que no se está solo, sino que también hay gente a tu alrededor y está María aferrada a vos. Me acuerdo de levantarme temprano todos los días, y cuando tocó estar en Talleres se me acercó el P. Horacio (el secretario del Rector Mayor) a decirme: "Che, ¿no estás cansado, todo el día atrás de nosotros?". Yo resoplé y le respondí: "No estoy cansado, esto es lo mío". Después de eso se formó un gran lazo con Horacio; hasta el día de hoy mantenemos contacto. ¿Qué otras transformaciones pensás que necesitás en tu vida? Animarme más; decir: "yo puedo" y no encerrarme en un "no sé". Animarme a creer, sabiendo que uno es capaz de más de lo que piensa. El "no" saca objetivos del camino; animarme a decir que “sí". 31


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

CRECIERON Y AHORA AYUDAN A

CRECER

Desde 1992 los jóvenes de Casavalle encuentran una posibilidad de trabajo y un acompañamiento que los anima “a más", de la mano del Movimiento Tacurú, fundado por los salesianos. Hoy muchos de esos jóvenes que viven la experiencia laboral en Tacurú son formados para transformarse en educadores de otros pares que, como ellos, llegan al Movimiento en busca de una oportunidad. El Director de Tacurú, P. Néstor Castell sdb, entrevistado por el Boletín Salesiano comparte los detalles de esta iniciativa.

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¿Cómo surge la iniciativa? ¿A partir de qué mirada de la realidad? ¿A qué necesidad responde? El equipo que acompaña los procesos educativos pastorales del sector de Tacurú llamado PEAL1 ve la necesidad de formar a jóvenes que tienen algunas características y aptitudes para ser, más adelante, educadores en el Movimiento o en otro ámbito educativo. Mirando la realidad, y ante la necesidad de integrar nuevos educadores, consideramos importante ir formando a estos jóvenes como educadores salesianos. ¿Cuáles son los objetivos de los PEAL? Desde 1992 los Proyectos Educativos de Acompañamiento Laboral son una experiencia que los salesianos tenemos en el Barrio Lavalleja de la ciudad de Montevideo, que nuclea a jóvenes mayores de edad de distintos barrios (especialmente de la cuenca Casavalle, de los Barrios Marconi, Lavalleja, y Cuarenta Semanas), también a educadores, talleristas, técnicos, instituciones de diversas áreas públicas y privadas, y vecinos que trabajan por una sociedad más justa y equitativa en la igualdad de oportunidades y derechos. Actualmente se desarrollan gracias a convenios que se realizan con la Intendencia de Montevideo y el Ministerio de Deporte. Uno de los objetivos de los PEAL reside en ofrecer una propuesta laboral que busca acompañar, a través del trabajo, el crecimiento del joven en humanidad y en fe. También tienen el cometido de, en una dinámica educativa, aportarles a los jóvenes elementos fundamentales para su experiencia laboral y estimularlos a retomar o continuar con su proceso de formación en lo que se refiere a su inserción en la educación formal, ya que la mayoría de ellos han desertado por situaciones personales, familiares o propias del contexto de donde proceden.

¿Cómo se desarrollan los PEAL? Todos los miércoles, durante 5 meses, se ofrecen de acuerdo a un programa dos horas presenciales de formación. La asistencia y actitud positiva y proactiva es el requisito principal para recibir al final un diploma que certifica su participación en el mismo.

¿Por qué se ve como fortaleza esta propuesta de formación de jóvenes educadores? Porque la experiencia de vida que ellos traen hace muy concreto y encarnado este proceso que aporta elementos prácticos y teóricos para la tarea educativa. Porque ya

Una primera mirada de evaluación… Lo primero que el equipo siente es una valoración altamente positiva. La asistencia y perseverancia de los jóvenes en el curso en comparación con otras realidades es muy alta, eso nos llena de alegría y nos anima a volver a ofrecer esta propuesta para años

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están siendo destinatarios de la propuesta educativa salesiana en esta casa salesiana, Tacurú, y eso los hace críticos ante la educación que están recibiendo y capaces ya de poner en práctica lo recibido. Porque a pesar de las múltiples adversidades que afrontan pueden mantener de forma semanal una asistencia que ya los hace entrar en una dinámica de compromiso que pone de manifiesto que es posible en este contexto. Y porque la experiencia de permanecer tantos meses encontrándose genera el deseo de seguir profundizando los temas a partir del conocimiento de ellos y de sus intereses.

Proyecto educativo de acompañamiento laboral, que está integrado por jóvenes mayores de edad que por lo menos durante un año se integran al Movimiento asumiendo un trabajo y siendo acompañado por procesos educativos.

venideros. De 47 que iniciaron el curso finalizaron 31. Algunos nos han pedido hacer práctica de lo recibido, cosa que teníamos pensado ofrecer y que no alcanzamos a hacerlo. La idea es que que ellos puedan tener experiencias breves que los pongan en situación de educador o animador salesiano. Varios de los jóvenes, además de participar de esta experiencia frecuenta la propuesta asociativa “Huellas”, una instancia semanal durante el invierno en la que los que participan salen al encuentro de personas en situación de calle, con el pretexto de acercarles un plato de comida. Esto hace que lo recibido en esta instancia de formación se vuelva práctica en esta otra experiencia apostólica solidaria. ¿Y después qué? Terminado el curso se les ofreció, a los que quisieran, y ya fuera del proceso de formación, la posibilidad de durante 7 miércoles continuar con encuentros haciendo una experiencia de Comunidad Juvenil Salesiana. Dicho proceso ya se inició y cuenta con la participación de unos 16 jóvenes con el interés principal de profundizar la fe, hacer una experiencia comunitaria y recibir alguna claves para ayudar a la fe de otros. Con ellos nos reunimos una vez a la semana con la dinámica de reflexión y oración a partir de la vida. 33


APRENDIENDO A CRECER

EN HUMANIDAD Esteban Ferrón | 25 años ‐ Barrio Marconi Trabaja en el barrido de calles en la zona del Zoológico. “La capacitación me sirvió para sacarme dudas, moldearme más como persona, fortalecer cualidades que me ayudaron a descubrir. Me incentivó a no dudar de mi fortaleza interior y humana. Me gustó mucho porque pude asociar opiniones y vivencias de otros para incorporarlas y ponerlas en práctica".

Evelin Daiana de los Santos | 26 años ‐ Barrio Las Acacias

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Trabaja en el barrido de calles en la zona de Millán “El curso de formación me enseñó muchísimo a conocerme a mí misma. Profundicé en lo que somos y el mensaje que traemos; lo que somos en grupo e individualmente. Me enseñó a expresarme con el otro, a saber que con una mínima acción se puede ayudar a otra persona y cambiar su vida. También me enseñó que siempre estamos acompañados, que hay una persona que nos pone en ese camino, que nos da las herramientas necesarias y que por eso nos puso en este curso. Muchas de esas cosas que aprendí las agradezco y las aplico en mi vida como por ejemplo en la resolución de conflictos. También valoro haberme relacionado con otros compañeros, haber conocido sus historias, todos tenemos algo en común.Si bien con diferentes situaciones, todos necesitamos esa mano, y ese consejo para poder seguir adelante”.


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