Boletín Salesiano Uruguay - Noviembre

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URUGUAY / Tercera época / Año XLI / Nº 9 / Noviembre 2019 / www.issuu.com/bsuru

Mamá Margarita Un CAIF con per l Salesiano en el Barrio Maroñas

Jesús González Delgado Del Paiva a la Teja, con escala...

en modo salesiano


¿Para qué es la vida?

PÁG 9.

SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Alejandro Bastos, codirector del Colegio Salesiano de la Costa “Siempre hay que celebrar la vida”

Don Ángel Fernández Artime “Un sueño misionero que sigue vivo”

FAMILIA EN OBRA Patricia Trías “Celebrar la vida nos hace más humanos y más felices”

MÁS HUMANOS, MÁS FELICES

Ping Pong a Matías Aires y Graciela Sánchez

PÁG 16. Cristina Giuria “No te preguntes por qué, preguntate para qué”

PÁG 23. P. Francisco Lezama sdb “Vivir: ¿para quién?”

Florencia Cruces y Pablo Moreira La misión, un proyecto de vida

PÁG 22.

PÁG 21.

SINTONIZANDO CON DON BOSCO Madre Yvonne Reungoat fma “La alegría como signo”

PÁG 29. Celebrar la vida con sentido

PÁG 24. AQUÍ Y AHORA Recuperar la fiesta

PÁG 30. PÁG 32.

DEL ÁRBOL SALESIANO Jesús González Delgado Del Paiva a la Teja, con escala…

UNA MANO AMIGA “Mamá Margarita” Un CAIF con perfil Salesiano en el Barrio Maroñas

PÁG 35.

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca

Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y Lic. Patricia Trías. Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Juan José Malvárez, Nicolás Vilche, y Ramiro Pisabarro.

Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286

Fotografía: Sebastián Andión, Sofía Cayota, Leonardo Pagliari, de ANS, Pixabay y fotos de archivo. Corrección: Graciela Rodríguez

Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

salesianosuy


P. Sergio Álvarez sdb

CARTADELDIRECTOR

¿PARA QUÉ ES LA VIDA? ¿Cómo se despiertan las preguntas en la vida? ¿Qué importancia tiene la escucha? ¿Cuánto tiene de incertidumbre y de correr riesgos el vivir? ¿A quiénes admirar por su modo de vivir la vida? ¿Quiénes y cómo son las personas capaces de acompañar las búsquedas a que nos llevan las preguntas vitales? ¿Hasta cuándo dura la vida? ¿Qué cosas vale la pena celebrar en la vida? ¿La eternidad está tan allá o anda también por acá? ¿Qué hacer si en la vida te engañan al decirte “te quiero”? ¿Qué puertas hay que abrir en la propia vida para que se vuelva plena? “Levantate, andá…” …a buscar las respuestas en el encuentro con los demás. Y ahora te invito, a este Boletín ¡léelo, te vas a encontrar! Buena lectura, es el deseo del Equipo de Producción, y en su nombre, un abrazo fraterno…

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Alejandro Bastos | Codirector del Colegio Salesiano de la Costa

Siempre hay que celebrar la vida El Colegio Salesiano de la Costa “Monseñor Jacinto Vera” celebra sus 10 años de vida. Apenas 53 alumnos distribuidos en 4 grupos formaron parte de este sueño en sus inicios, hoy son más de 400 niños y jóvenes que desde sus primeros añitos hasta Secundaria reciben formación y acompañamiento en clave salesiana. Alejandro Bastos, uno de los directores del centro educativo, pasa raya a la primera década de este proyecto que trasciende al colegio y alcanza a la comunidad de Lomas de Solymar, al tiempo que evoca a los Salesianos que los acompañaron desde entonces.

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¿Cómo surgió la idea de brindar una opción educativa salesiana en la Ciudad de la Costa? El origen del Colegio Salesiano de la Costa se gesta en un grupo de matrimonios de exalumnos salesianos, que se reunía entre los años 2007 y 2009 en el Centro Monseñor Lasagna, acompañados por el P. Yimmy Young sdb. Como matrimonios estábamos en los primeros años de vida de familia, ya estaban presentes los primeros hijos/as y aparecía en el horizonte la temática de la educación futura de ellos. Uno de los fundadores, Agustín González, había realizado una tesis de graduación para su licenciatura sobre la gestión laical de las obras salesianas. En ese marco comenzamos a gestar la idea de proponer a los Salesianos de Don Bosco (SDB) abrir un colegio de carisma salesiano en el entorno de la Ciudad de la Costa, para atender a una zona que albergaba a muchos exalumnos que querían tener la alternativa de la formación salesiana para sus hijos. Es así, que se enmarca la idea y se termina de conformar el grupo de las cuatro familias que van a asumir el proyecto, luego de un encuentro con el Inspector Salesiano de entonces, hoy Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla sdb. Finalmente, las familias fundadoras fuimos los González­Arnaud, Rava­Valle, Passeggi­Sánchez, Bastos­Valle. ¿Cómo fueron caminando? Durante los años 2008 y 2009 no reunimos semanalmente, y se fueron perfilando y pasando a papel las distintas ideas y el proyecto educativo pastoral del colegio que aún no existía físicamente. El 1 de setiembre de 2009, Agustín González, Pierino Rava, Gabriel Passeggi y yo firmamos con la Inspectoría Salesiana del Uruguay el acuerdo de partes para los inicios del Colegio Salesiano de la Costa “Monseñor Jacinto Vera”, en lo que entonces era el “Descanso Don Bosco”, una casa de retiros y campamentos de Lomas de Solymar. 6

Con todo resuelto en lo que respecta a lo administrativo, y claras las ganas de llevar adelante este proyecto, venía la parte de convocar a los alumnos ¿cómo fue esa parte del proceso? En setiembre del 2009 comenzaron las inscripciones del nuevo colegio. Las primeras familias tuvieron que imaginarse el colegio de sus hijos y confiar en la propuesta en medio de salones que eran dormitorios y un lugar que tenía aún campamentos y retiros. El colegio se abrió en marzo de 2010 con 53 alumnos. Estaban distribuidos en 4 grupos: dos grupos en Inicial (2 y 3 años; 4 y 5 años), primero y segundo año de Primaria. Junto a los cuatro directores, que cubrían distintas áreas de gestión y clases, también había un grupo muy reducido de funcionarios docentes y no docentes que ayudaban a hacer real esta propuesta educativa. En este proceso, recordamos de manera especial el acompañamiento que hizo en los seis primeros años de vida del colegio al P. Mario Piaggio sdb, que el Inspector había nombrado para acompañar a la nueva obra.


Junto con el colegio se abrió para la zona la posibilidad de misa dominical semanal en la Capilla, ya que antes se celebraba de forma mensual para una pequeña comunidad que se reunía. Todo era nuevo, todo un aprendizaje. Los cuatro directores acompañábamos cada etapa o paso que se daba, tiempo de mucha discusión, pienso y acción: las coordinaciones con las maestras y educadores, la dinámica del tiempo curricular, el campamento, el festival artístico de fin de año, etc. Todo era un desafío y requería estar coordinados y en comunión. Tras 10 años de funcionamiento ¿cuál es la realidad del colegio? Hoy tenemos una propuesta que va desde los 2 años de Inicial, hasta cuarto año de Secundaria. Son 400 alumnos entre Inicial, Primaria y Secundaria. Son más de 110 funcionarios docentes y no docentes que trabajan y viven la experiencia de una casa salesiana y han conocido a Don Bosco desde esta propuesta del “Salesiano de la Costa”. Es conocido en la zona, al punto que sus alumnos provienen desde la zona de San José de Carrasco hasta los balnearios pasando el peaje de Pando. Ediliciamente se han ido incorporando casas linderas, respondiendo a la expansión y crecimiento de los alumnos. Tenemos una propuesta educativa integral.

¿Y de qué forma celebra la vida la comunidad del colegio? Celebramos la vida de todas las formas que podemos. La primera del año es la de Pascua con Inicial y con Primaria. Después tenemos la fiesta de María, donde generalmente van todas las familias. Es un día entero. Este año la celebramos en setiembre junto con los 10 años del colegio. Otra que tiene mucha fuerza es, en agosto, la fiesta de Don Bosco, con Inicial, Primaria y Secundaria. El lema de este año del colegio, parafraseando a Don Bosco, es “Felices ahora y para siempre”. Hubo el fin de semana del 19­20 de octubre un festival de Primaria, donde los gurises mostraron su compromiso con el medio ambiente. Y el año lo terminamos en diciembre con

un pesebre viviente en la calle, donde juntamos a los gurises del barrio y del colegio. Es un lindo momento de la comunidad. La familia y la comunidad están unidas, y eso da una satisfacción enorme. La vida está muy presente y siempre hay oportunidades para celebrar, las vamos generando. Todos los meses buscamos hacer algo, encontrar un motivo para celebrar. Siempre hay que celebrar la vida y todos los días buscamos la forma de hacerlo. Siempre hay que agradecer, no me puedo olvidar de nuestras familias que nos hacen el aguante, y nos permiten darles menos tiempo en pro de esta idea. También a todos los salesianos que nos han ayudado en estos 10 años.

Alejandro Bastos

Alejandro Bastos, P. Antonio Mazza sdb y Pierino Rava

47 años, casado con Mariana Valle, que es adscripta en el Instituto Juan XXIII. Tienen dos hijas, Belén de 9 y Sofía de 11 años. Sus estudios de Inicial, Primaria y Secundaria los realizó en el IMA. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación, en el Área Educación. Hizo un posgrado en Gestión de Centros Docentes. Es encargado del Área Educativa de Talleres Don Bosco. Es uno de los cuatro directores del Colegio Salesiano de la Costa “Monseñor Jacinto Vera” ubicado en el km. 26.800 de Av. Giannattasio (bajada 29). También es encargado de Pastoral del colegio. 7


FAMILIAENOBRA

Estas palabras generan mucha fuerza, impac­ tan de una manera especial, me despiertan varias ideas a la vez. Desde mi profesión renuevo el valor de la vida en sí misma como un verdadero milagro. La vida es un regalo muy grande, cada día abre nuevos desafíos. Aunque me preocupe algún tema, comienzo la jornada sabiendo que “lo mejor está por venir”. Con Carlos, mi esposo, decidimos vivir en Melilla hace 21 años. Somos padres de Juani­ to, Santiago y Pilar. A veces es difícil la distan­ cia, los horarios de todos, pero nos gana lo lindo de dejarnos sorprender por la naturale­ za cada día, cada estación del año; hasta el frío y la helada son necesarios para la buena cosecha. Disfruto muchísimo cuando estamos todos juntos en casa, especialmente cuando une la música. Descubro cómo la vida renace permanente­ mente. En mi vida también celebro muchos nacimientos; obvio el día de mi cumple, lo disfruto desde las 0 horas con la llamada de mi mamá y mi familia. No me gusta mucho apagar la vela o que me canten el cumple feliz, pero me encanta que me regalen árbo­ les y plantas. Otro cumpleaños es el día de mi bautismo. La fe le da sentido a mi vida, me da el calor para jugármela cuando creo que algo vale la pena y en los momentos difíciles, es la que me sostiene y aguanta el temporal. Jesús marca mi vida, me da el impulso a seguir, a no quedarme en la orilla, me libera, me salva. Una vez que te encontrás con Él, lo seguís buscando siempre, en todo y todos. Su perdón también me hace nacer de nuevo y su alimento es fuerza vital. Cada día que pasa necesito tiempos de cali­ dad. A veces la tecnología aísla y comunicarse de manera profunda no es fácil. Es necesaria la pausa, contemplar más, mirar para dentro, valorar lo bueno que hay en 8

“Celebrar la vida nos hace más humanos y más felices” nuestro interior, ser capaces de hacernos cargo de nuestros límites y reconocer en qué crecer. Voy aprendiendo que no alcanza con tolerar o respetar solamente, es mirar al otro, ponernos en su lugar, aprender a mirar con los ojos de Jesús, y descubrir como Él nos mira, dar el paso en imitar la humanidad de Jesús, ser del “modo” de Jesús. De niña con las hermanas aprendí este “mo­ do” en la entrega generosa de Madre Mazza­ rello y Don Bosco. Recuerdo en una pared la frase de este santo que resonó fuerte: “El Señor nos colocó en el mundo para los de­ más”, así que me encontré celebrando con otros: animando el oratorio y en el CML, fueron muchos años felices e inolvidables. Es en el encuentro que se transforma la vida: lo importante de acompañar y el valor de aprender a escuchar. Es cuando comparto la vida con mis alumnos que celebro mi voca­ ción docente, poder evangelizar educando. Conocer la pedagogía del Sistema Preventivo es un privilegio inmenso. Es en la oración… en ese “aparente silencio de Dios”… el que me hace insistir, una y otra vez, pido descubrirlo, confiar más en Él, trato de estar atenta a los signos, a no darle lugar

a la queja o a la tristeza, descubrir la Provi­ dencia en lo que no entiendo y trato de ver las oportunidades que generan los cambios. Volver a Jesús seguramente sea la clave que necesita el mundo. Él me mueve a celebrar lo sencillo de cada día y a abrazar la vida desde mi memoria agradecida a tantos que sembra­ ron en mí, y aún hoy a los que me regalan gratuitamente sin darse cuenta esta capaci­ dad de ayudarme a crecer, a ser más humana. Eso me hace muy feliz. La felicidad se cons­ truye, si el otro es feliz, yo también lo soy. Cuando me pidieron la nota me encantó. También dudé. Tenía plazo al 28 de octubre. Ese día cumplía mi papá, así que lo sentí como un regalo de lo que la fe me regala: la esperanza, es así que celebro mi vida. Todo esto me lleva a una de mis frases preferidas: “Sean felices en el tiempo y la eternidad”.

Patricia Trías Lic. en Ciencias Biológicas. Diplomada en Educación Religiosa Escolar.


SINTONIZANDO CONDONBOSCO P. Ángel Fernández Artime / Rector Mayor de los SDB

UN SUEÑO MISIONERO QUE SIGUE VIVO Mis queridos amigos: Este sueño misionero al que me refiero, amigos y amigas del carisma salesiano, es el gran sueño misionero de Don Bosco. Ya desde los primeros años de la fundación de la pequeña y frágil Sociedad de San Francisco de Sales (sale­ sianos) envió a los primeros misioneros a Argentina (año 1875), con la intención de atender a los emigrantes italianos llegados allí a miles, y con el deseo profundo de que, en cuanto fuese posible, fueran a evangelizar a los pueblos originarios en la Patagonia. Este mismo Don Bosco de los grandes sueños misio­ neros, vio en uno de ellos cómo el desarrollo misionero y de extensión de la Congregación iría desde Valparaíso (Chile) a Pekín (China).

cruz misionera en Valdocco. Desconozco el número de nuestras hermanas misioneras fma, pero sin duda son varios miles. Entonces, ¿cabe alguna duda respecto del carisma tam­ bién misionero de las dos Congregaciones queridas por Don Bosco…? Ciertamente, no cabe ninguna duda. Hemos nacido como religio­ sas y religiosos para los jóvenes, chicos y chicas del mundo, y entre ellos los más pobres y nece­ sitados, pero también para ser evangelizadores y misioneros allí donde se nos necesite.

Antonio Fernández, y el P. Fernando Hernán­ dez, ambos muertos en Burkina Faso).

Todas estas hermanas y hermanos de hoy son los misioneros que han hecho y siguen hacien­ do realidad los sueños, el gran sueño misione­ ro de Don Bosco. Y soy consciente de que este sueño no termi­ na. Casi me atrevería a decir que si somos fieles a Jesús y su Evangelio con el carisma de

Pues bien, ese sueño misionero sigue vivo, muy vivo, y sin duda Don Bosco si estuviera presente físicamente entre nosotros se sentiría muy feliz, y nos lo expresaría así, al ver cómo sus dos grandes congregaciones, los Salesianos de Don Bosco, y las Hijas de María Auxiliadora (éstas últimas fundadas con la ayuda de la gran cofundadora que fue María Dominica Mazzare­ llo), no sólo siguen siendo misioneras, sino que sin interrupción desde la primera expedición misionera que él preparó, y otras más, le han sucedido muchas, hasta llegar este año a la número 150. El 29 de septiembre pasado, desde la Basílica de María Auxiliadora, en una hermosa Eucaris­ tía de envío se ha impuesto el crucifijo a 36 Salesianos de Don Bosco, y a 12 Hijas de María Auxiliadora, que irán destinados a cuatro conti­ nentes. La alegría era inmensa, el sentido de fiesta y de familia se podían tocar. Más de 100 sacerdotes concelebraron y muchas religiosas fma y religiosos sdb estaban presentes junto a los jóvenes del voluntariado misionero y a tantos miembros de la comunidad cristiana de Valdocco que acompaña tantos eventos sale­ sianos. En la homilía pude compartir un dato que tiene mucho de curiosidad, pero mucho más de valor carismático y de identidad. Manifesté que en el Dicasterio de las Misiones los sdb tenemos un libro en el que están registrados los nombres de los misioneros enviados en las 150 expediciones, desde el primer nombre: Juan Cagliero. El número total de sdb hasta el día de hoy recogidos en ese registro es de 9.542 misioneros, desde el año 1875. Pero sabemos que otros mil más han sido enviados en otras circunstancias sin haber recibido la

Esto lo saben muy bien las hermanas y los hermanos que han recibido la Cruz en Valdoc­ co el pasado mes, como misioneros de Jesús allí donde se les necesite. Y esta certeza trae a mi corazón tantos rostros y tantos nombres de hermanas y hermanos misioneros que me he encontrado por el mundo en estos casi seis años. Siempre en medio de los más pobres y humildes en los cinco continentes. Siempre compartiendo la vida, aprendiendo y dando lo que pueden y tienen. Anunciando a Jesús con la palabra y muchas veces sin la palabra, porque no pue­ den anunciarlo, pero sí con la vida, con el testimonio ejemplar, con el evangelio sencillo y callado vivido en lo cotidiano. Me he encontrado con hermanas y hermanos que han estado en cárceles diversas más de 30 o 40 años por motivos de su fe. Me he encon­ trado con hermanas y hermanos que han estado o llevan toda su vida compartiendo lo que son con los pueblos originarios. Me he encontrado con hermanos que después han sido mártires de la fe en una muerte sin senti­ do e injusta, como los dos últimos mártires misioneros salesianos españoles (el P. César

Don Bosco, este sueño no habrá hecho más que empezar. Hoy nuestros hermanos y herma­ nas siguen siendo misioneros en toda América, en la Amazonia y en toda la cordillera andina; misioneros en África. Misioneros en Mongolia, en la Europa del este, en el Nepal y otros tan­ tos lugares de Asia, en casi toda Oceanía…, y nos sigue llegando peticiones para que los hijos e hijas de Don Bosco se hagan presentes. Quiero concluir mi saludo de este mes agrade­ ciendo la generosidad de tantos de ustedes, amigos laicos, que siguen confiando en noso­ tros, en esta Familia Salesiana que intenta aportar su granito de arena en la Iglesia y mundo de hoy. Gracias por su afecto, su simpa­ tía e incluso su generosidad cuando algo se ha necesitado para los más pobres. Juntos llega­ mos a muchos más y más lejos. El buen Dios les bendiga a todos.

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60 años | Coordinadora de la Casa del Peregrino, Colegio Pío. Integrante de ADMA. Vive en Montevideo. ¿Qué te hace feliz? Mis hijos, mis amigos, ser íntegramente de ADMA, y mi trabajo. Se me aprieta el corazón cuando... Cuando hay falta de honestidad, mentiras, sobre todo si son de la parte más cercana a noso­ tros. ¿Cuál es tu mayor miedo? Hoy te puedo decir que es la salud, verme con limitaciones que me impidan hacer las activi­ dades que realizo. ¿Qué hacés cuando alguien no te cae bien, pero tenés que interactuar igual? Trato de poner mi mejor cara y de llevar la situación de la manera más amena. Quizás yo tampoco le caigo bien. Todavía no lo hice, pero me gustaría... Viajar a algún lugar del mundo donde pueda ver nevar. ¿Cuál es tu mayor orgullo? Sin ninguna duda mis hijos María José, Juan Ignacio y el nacimiento de mi nieto Santiago. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Tengo muchos, pero elijo cuando, gracias a Dios y la Virgen, fui mamá. Ese acontecimiento es maravilloso. ¿A quién admirás? A quien dio su Vida por nosotros, ¡JESÚS! Y a las personas que supieron seguir adelante después de haber pasado por un gran dolor. ¿Qué te cuesta entender? La falta de valores, el egoísmo, la envidia. Lo que más me gusta de Uruguay es... La gente positiva, la solidaridad, y nuestros hermosos lugares. 10

Lo que menos me gusta de Uruguay es... La inseguridad, la gente en la calle sin espe­ ranza, la drogadicción. ¿Qué música escuchás? Me gusta la música instrumental y los Oldies de los 80. ¿Qué te gusta celebrar? La VIDA. Esta palabra lo encierra todo. ¿Cómo celebrás? Dando gracias a Dios los domingos en la eucaristía por todo lo recibido, lo lindo, lo feo, las alegrías y las tristezas. Con las amis­ tades tratamos de reunirnos lo más seguido que podemos.


¿Qué te hace feliz? Me hace feliz compartir momentos con mi familia, con mis amigos, vivir las tardes de oratorio, compartir las experiencias de fe junto a las comunidades en las que participo. Se me aprieta el corazón cuando... Se me aprieta el corazón cuando escucho que la gente habla mal de la Iglesia generalizando todo, y no teniendo en cuenta a la gente que labura día a día por el bien de los que más nos necesitan, y no hablo solo de lo económico, hay necesidades más grandes como el amor, el cariño.... ¿Cuál es tu mayor miedo? Mi mayor miedo es no tener el apoyo de mis seres queridos a la hora de tomar decisiones importantes en mi vida. ¿Qué hacés cuando alguien no te cae bien, pero tenés que interac­ tuar igual? Uff ¡qué momento! ja ja. Seguramente evite hablarle, pero si tengo que hacerlo, no hay problema, me cuesta hablarle mal a la gente, interactuaría normal. Todavía no lo hice, pero me gustaría... Conocer otras culturas distintas a la nuestra, compartir con ellas viviendo experiencias de comunidad. ¿Cuál es tu mayor orgullo? Vivir en base a mis convicciones teniendo objetivos claros a alcanzar. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? En lo que respecta a mi vida de fe, trabajar en el Colegio San Miguel de Mercedes, ya que me dio la posibilidad de conocer la comunidad salesiana y cambiar mi forma de vivir la fe identificándome con el carisma salesiano. ¿A quién admirás? A las personas que logran manifestar lo que piensan y lo que sienten con sus buenas acciones en el día a día. ¿Qué te cuesta entender? Cómo todavía hay gente que piensa que la violencia puede solucionar las cosas, en pleno 2019, después de haber vivido tantos momentos de violencia, y haber experimentado sus consecuencias, debería bus­ carse otros medios para luchar contra las injusticias, primero experi­ mentando la empatía para comprender la realidad que vive el otro. Lo que más me gusta de Uruguay es... Sin dudas, su democracia, la libertad para expresarse, y las posibilida­ des de crecimiento académico que ofrece tanto en las escuelas, liceos como en la universidad pública. También la libertad para vivir la creen­ cia que cada uno elige. Lo que menos me gusta de Uruguay es... Lo que menos me gusta es que siendo un país chico no se fortalezcan las iniciativas para el cuidado del medio ambiente. ¿Qué música escuchás? Escucho de todo. Me encanta la música, escucho muchas canciones en acústico, pero me gusta variar, un día capaz que escucho cumbia, al

23 años | Técnico Logístico, actualmente trabaja en el Banco República. Integra Adma Jóvenes. Su familia está integrada por Ana Colo (mamá), Antonio Aires (papá) y sus hermanas Gabriela y Soledad Aires. Nació en Mercedes y desde este año reside en Montevideo por motivos laborales. otro día rock, después igual me llama escuchar temas medio románti­ cos ja, ja. ¿Qué te gusta celebrar? Me encanta celebrar los cumpleaños, me parece que siempre son excusas para juntarse y divertirse entre amigos. Me encanta celebrar también las fechas principales de la comunidad, por ejemplo Don Bosco, María Auxiliadora, cuando cumple años la comunidad, esas fechas crean un ambiente hermoso en los colegios y se puede sentir tanto desde el lugar de la planificación como desde el lugar del que vive las actividades que otros preparan. ¿Cómo celebrás? Celebro con las mismas ganas todos los años, son fechas en las que uno se siente parte de los acontecimientos a celebrar, yo creo que es por el sentido que tienen para mí, lo que me lleva a vivirlos de esa manera. 11


VALELAPENAVIVIRASÍ

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La misión, un proyecto de vida Hace 25 años, algunos jóvenes salesianos, comenzaron a manifestar el deseo y el llamado de entregar su vida al servicio de los demás en experiencias más profundas y extensas de lo que estaban acostumbrados. Se formó, entonces, un grupo que deseaba trabajar la vocación y la fe para poder salir al país y al mundo brindando un testimonio de vida que tiene como eje central a Jesús.

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Se busca que cada uno pueda hacer un discernimiento tomándose el tiempo que sea necesario para encontrar respuestas a las preguntas que se viene haciendo, y poder estar lo más preparado posible al llamado de Dios”, explica Pablo. DESDE LO SENCILLO Y LA VIDA MISMA El Voluntariado plantea tres aspectos importantes para ser vividos, y sobre todo potenciándolos en la misión que realiza todo el grupo en enero: la vida en comuni­ dad, el servicio y la oración. Este año el Voluntariado Misionero Sale­ siano (VMS) cumple 25 años de vida y Florencia Cruces y Pablo Moreira, quienes hoy forman parte del equipo Inspectorial, comparten con el BS trazos de la historia y el presente del VMS.

años fue surgiendo la idea de tener un equipo inspectorial que acompañe formal­ mente al VMS. Por más que los estilos y las formas de cada uno de los que estuvie­ ron fue distinta, la esencia sigue siendo la misma que hace 25 años: un grupo de jóvenes cristianos que tienen espirituali­ 25 AÑOS NO SON NADA dad salesiana y buscan responder a la El Voluntariado surgió en una reunión del pregunta de si el llamado a la experiencia 3 de julio del año 1994, en la que se de una misión por un tiempo más largo encontraban los Salesianos Amílcar Vicen­ tiene que ver con su proyecto de vida”, tini, Daniel Sturla y un grupo de jóvenes comenta Florencia. que explicaban la necesidad de empren­ der una misión anual. “En los encuentros quincenales se pretende trabajar la misión A lo largo de la historia del VMS hubo pero no como un hecho distintas formas de acompañar a estos concreto que abarca jóvenes con grandes inquietudes misione­ solo un año, sino la ras. Por lo general, un grupo funcionaba misión en nuestras en Colón, que era donde se encontraba el vidas, vinculán­ Padre Amílcar, pero también comenzó a dola y hacién­ gestarse otro en el Instituto Juan XXIII , dola parte de acompañado por el Padre Francisco Leza­ nuestro ma sdb. propio proyecto. Luego de un proceso de discernimiento, en 2013, justo al año del fallecimiento de Vicentini, se decidió unificar los grupos en una misión en conjunto en Cerro Chato. “Una vez unificado el grupo fuimos varian­ do el lugar, y las instancias de encuentro eran cada 15 días. Siempre hubo un Sale­ siano acompañando al grupo, hoy es el Padre Hugo Espinosa. A los largo de los 14

Se trata de acompa­ ñar los cues­ tionamien­ tos de


cada joven con la propia experiencia de vida y misión de otros que ya vivieron el proceso que está transitando. Si bien cada experiencia es distinta , surgen muchas vivencias y sentimientos comunes. “Acompañamos desde la vida misma, viendo los cuestionamientos e ideas que tienen los demás. Con la certeza de que no va a surgir una única verdad ni una sola respuesta posible, pero haciéndolo siem­ pre desde la humildad y sencillez”, destaca Pablo. A su vez este proceso es tan personal que no se puede abarcar en su totalidad, requiere de mucha intimidad, afectividad y salud mental que no pueden acompa­ ñarse en la masa, es por eso que en el VMS se considera de suma importancia tener un acompañante espiritual que ayude a guiar el propio camino. CÓMO, CUÁNDO Y A DÓNDE La propuesta del VMS está abierta a todos los jóvenes mayo­ res de 18 años que sean cris­ tianos, ya

que esta actividad está enmarcada por la espiritualidad salesiana, y que estén en un proceso de cuestionamiento sobre la misión en su vida. Generalmente la gente que manifiesta el deseo de participar es porque ya hizo un proceso de discernimiento y trata de tener un acompañamiento espiritual donde va confrontando con ese otro que conoce a fondo su proceso de fe y, en diálogo, va tomando decisiones. Una vez realizado el proceso, que es determinado por cada uno y por el equi­ po, cada joven va manifestando su deseo de irse de misión. “Por lo general es alguien que ya estuvo conversando con nosotros y se va decantando solo. Tratamos de juntarnos cada uno del equipo (que somos cinco) con esa persona de manera individual para ver distintos aspectos. Además de los tres ya mencionados, oración, vida

en comunidad, servicio, y sumamos la cultura y la vida intrapersonal. Cada uno nos dividimos un pilar y lo vamos traba­ jando. También tratamos de hacer algún retiro para los que se estén por ir”, agrega Florencia. El destino de ese voluntario depende de muchos factores, primero se le consulta si desea tener una experiencia en el país o fuera de fronteras. En la decisión se tienen en cuenta los procesos personales, y el perfil del joven y su facilidad para insertar­ se en una cultura determinada. Las expe­ riencias en el exterior suelen ser en países o ciudades donde ya se hayan tendido redes. Una vez realizada la experiencia comienza la otra parte del proceso que es el com­ partir la experiencia para poder aportar y colaborar en los cuestionamientos de los demás. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

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Cristina Giuria

No te preguntes por quĂŠ, preguntate para quĂŠ 17


Cristina Giuria cree firmemente en el reencuentro. A pesar de haber perdido a su hija Clarita seis años atrás, aguarda por el abrazo que se darán “del otro lado del camino”. Para acompañar a enfermos de cáncer y sus familias, cuenta que es necesario “saber llorar juntos, saber abrazar y estar `pum pa' arriba´ para ser buena compañía”. Cristina asegura que la “valentía” de su hija los “dejó a todos con una misión”. “No pienses en tu dolor, pensá en el de los otros”, se dice a sí misma. Para ella es como un “mandato”. Admira “muchísimo la fuerza de las personas que no tienen fe”, puesto que para ella fue “fundamental” para sostenerse. En diálogo con el Boletín Salesiano, Cristina Giuria comparte sus memorias, convicciones y motivaciones a cargo de la Fun­ dación Clarita Berenbau. Clarita Berenbau se fue en abril de 2013. Tenía 32 años cuando el cáncer de mama cobró su vida. Había sido periodista y actriz, parti­ cipando en la conducción de programas de radio y televisión. Ya diagnosticada escribió el libro Vivir con él, un testimonio autobio­ gráfico que no le rehúye al cáncer, sino que describe de cerca cómo transitarlo. Hoy su legado está presente en la Fundación Clarita Berenbau, erigida en su memoria. Cristina Giuria, su madre, es una de las directoras, y está desde sus comienzos, cinco años atrás. A través de cuatro proyectos distintos, la organización brinda apoyo a enfer­ mos de cáncer y a sus familias. Primero, cuenta con los teléfonos solidarios mediante los cuales un conjunto de voluntarios prestan oído y acompañamiento a quienes lo precisan. En segundo lugar, presenta el “Club del Gato”; en él, a través de donaciones de pelo, se confeccionan pelucas que son prestadas a quienes lo requieren. Además, un grupo de voluntarios acompaña de forma presencial a enfermos en la sala de espera del Hospital de Clínicas, todas las mañanas de lunes a viernes. La Fundación también cuenta con un servicio de atención psicológica. Aún así, Cristina ya tiene en mente nuevos proyectos, aunque pre­ fiere no compartirlos hasta que estén bien consolidados.

Yo a veces le digo a mis amigos: `Sí, todo es mensaje de WhatsApp. Pero yo necesito escucharles la voz en algún momento´ Su fundación presta apoyo y escucha a quienes lo necesitan. ¿Cuál es la importancia de escuchar en estas situaciones? La Fundación siguió el lineamiento que Clarita puso en vida. Yo la considero pionera en el sentido de que ella habló de su cáncer. Se dedicó a hablar, visitar y acompañar a gente que estaba pasando por el mismo proceso. No sé cómo hacía con sus tiempos. Lo lindo es que la Fundación hoy multiplicó su voz y su presencia a través de todos los voluntarios. Durante su enfermedad, conocimos a un excepcional oncólogo paliativo, el Dr. Eduardo García. Fue un médi­ co que le dio todo su tiempo a Clarita y también a nosotros. Se formó un grupo porque esta enfermedad —como muchas otras— involucra al enfermo y a la familia. Nos ayudó a saberla despedir con una paz increíble. Una vez que, como familia, nos dimos cuenta 18

del amor que con su accionar ella había despertado en la gente, dijimos “esto no puede quedar así”. Trayendo toda nuestra expe­ riencia en los distintos procesos, desde el terrible momento del diagnóstico, el miedo a la operación, a la quimio, a la radioterapia, y hasta lo que uno ni se imagina que viene, creímos que ese paliati­ vo, que nosotros habíamos descubierto al final, debía estar desde el momento del diagnóstico. Pensé en teléfonos solidarios ya que yo no era periodista como mi hija: no tenía micrófono, no tenía televisión. Tenía la escucha. Lo que más necesita uno cuando está viviendo esto es ser escucha­ do. Cuando una persona es sana y con valores, protege a su círculo más cercano; el paciente trata de no preocupar de más a aquellos que lo están acompañando, y termina guardando muchas cosas. Por lo tanto, la Fundación habla con algunos pacientes que están muy acompañados, y con otros que están solos. También hablamos con los familiares. Acompañar a alguien que está viviendo este proceso tan duro tiene todo un aprendizaje. Significa llorar juntos, saber abrazar, estar “pum pa' arriba” —como decía Clari— para ser una buena compañía. Nosotras teníamos una relación, más que de madre e hija, de amigas, y muchas veces discutíamos por mis mie­ dos. Los padres nos tenemos que controlar, porque hay miedos con los que tú estás limitando el día de esa persona. Clari, en el libro Vivir con él, dice: “Mis amigas sabían cuándo tenía ganas de que estuvieran, y cuándo no; cuándo tenía ganas de hablar y cuándo quería estar en silencio”. Es un gran aprendizaje para todos los que la rodean. De ahí es que la Fundación arranca con un primer proyecto que es escuchar. El teléfono, que está tan abandonado hoy, es un termó­ metro espectacular para saber cómo está la persona del otro lado. Yo a veces le digo a mis amigos: “Sí, todo es mensaje de WhatsApp. Pero yo necesito escucharles la voz en algún momento”. Uno de los logros de su hija fue dar visibilidad pública al día a día con cáncer, por ejemplo con el libro Vivir con él. ¿Qué le parece que aún hay por trabajar en este aspecto? Es un libro con una actualidad total. Yo lo uso mucho para mis charlas porque ella plasmó ahí toda su experiencia y las de otras mujeres muy distintas a ella. Un proyecto que tengo en la cabeza es tratar de hacer nuevas ediciones. Es un libro que lo podés tener de cabecera, sobre todo quien está pasando por este proceso. ¿Le parece importante volver sobre los recuerdos? La vida está llena de recuerdos: buenos, más o menos y tristes. Se trata de seguir aprendiendo, de recordar sin nostalgia. Es muy


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importante la fe en la vida. Las llamadas más difíciles son aquellas con personas que no tienen fe. La Fundación no se prende a un credo en especial, porque hablamos con gente que cree distintas cosas. Pero el hecho de tener fe, en nuestro caso la cris­ tiana, te cambia todo. Entendemos, como dijo Santa Teresita, que la vida es un minu­ to entre dos eternidades. Por lo tanto, estamos aquí aprendiendo. Yo creo firme­ mente en el reencuentro, en ese abrazo que nos daremos algún día del otro lado del camino. Le propongo ahora, de acuerdo a sus expe­ riencias, poder compartir los significados que usted encuentra en las siguientes palabras. Para empezar: cáncer… En ese momento, significó miedo y ser conscientes de la posibilidad de la muerte. Y Clarita… Clarita tuvo un gran camino y una búsque­ da cuando el Padre Gustavo Larrique —quien la casó— le dijo: “No te preguntes por qué, preguntate para qué”. La valentía de Clarita fue impresionante. Como su mamá, estoy muy orgullosa de ella; y tam­ bién de la familia. Esa valentía nos dejó a todos con una misión. No podíamos defrau­ darla. Vida… Evidentemente que al perder a un hijo nace una persona nueva. El que eras, no es más. Pero cuando por momentos ese ejemplo fue tan fuerte, seguís viviendo un poco para los demás. Creo que eso viene de familia, porque hemos tenido una vida muy fuerte en todo aspecto. Una vida divina, pero con grandes pruebas. Ha sido como un ejerci­ cio, como un entrenamiento. No te pregun­ tes por qué… nos seguimos preguntando para qué. Usted afirmó en otra entrevista que los muertos “no están ausentes, simplemente son invisibles”. ¿Cómo la ayuda esta visión en el día a día? En un momento que vino un brother del colegio de los chicos a visitar a mi marido, 20

lo primero que me preguntó fue: “¿Tú le hablás?”. Clarita había fallecido hacía poquito. “Sí, yo le hablo todo el tiempo. Y sabés que las respuestas llegan”. No es que ande por la vida caminando y hablando. A mí me llegan muchas respuestas por la noche. Dudas con las que me acuesto y para las que a la mañana tengo una res­ puesta. Realmente siento que lo que llama­ mos “cielo” está cerca. Y San Agustín habla de los caminos paralelos. Creo que esos caminos se juntan en puntos. Son paralelos, pero tienen sus puntitos de unión.

Cuando estábamos en los últimos momen­ tos de Clarita, yo me acosté al lado de ella. Ahí fue como una especie de mandato: “No pienses en tu dolor, pensá en el de los otros”. Fue en ese instante. Cuando tú empezás a pensar en el dolor de los otros, el tuyo se aminora. No sentí el dolor terri­ ble de la muerte. También la receta es vivir a full para quien te necesita, no escatimar fuerzas. A veces uno dice “estoy cansado, quiero dor...”. No. “Levantate, andá”. Dominar el cansancio y no pensar en él también te da fuerzas.

Una vez que, como familia, nos dimos cuenta del amor que con su accionar ella había despertado en la gente, dijimos esto no puede quedar así´ ¿Hay una receta para salir adelante? Yo creo que no hay recetas. Simplemente es aceptar lo que te pasa y seguir viviendo, seguir adelante. ¡Con bajones!, no todo es fantástico. Hay días que duelen mucho. El 7 de noviembre cumplíamos años Clarita y yo juntas. Los cumpleaños, las navidades, hay muchas fechas que son complicadas. En el día a día estás “pum pa' arriba”, como decía ella, pero un momento te bajoneás. Yo lo que hago cuando estoy bajoneada es tratar de ese día quedarme un poco más quieta, o charlo mucho con amigas. En este punto, una amiga de Cristina, que oye la conversación desde un costado, intercede: ‐Tu receta es como dijiste antes: pensar en los otros y darte a los otros— apunta la mujer. ‐Sí, es verdad…‐comienza a responder Cristi‐ na‐ lo he dicho antes… ‐Pero no es que lo hayas dicho: es lo que hacés. Tras un breve silencio, la entrevista conti­ núa.

¿Qué rol juega la fe en estas experiencias? En nuestro caso, fue fundamental. Por eso te digo: yo admiro muchísimo la fuerza de las personas que no tienen fe. Conozco personas con cáncer que no tienen fe. El doctor Eduardo —que nombré antes— acompaña a mucha gente al morir. Un día, charlando con él, me dice: “Casi no hay casos de personas que en el último momento no digan creo”. Es un muy lindo mensaje. Yo soy muy afín a leer la Biblia todas las noches desde hace muchos años. Es ese lindo mensaje de que hasta la última hora tenés oportunidad. ¿Qué cosas vale la pena celebrar en la vida? Todo. Absolutamente todo. De hecho, fui­ mos una familia que supo festejar todo, y de la manera que se pudo. Tengo una amiga de Clarita que decía: “Los Berenbau andan más o menos porque no hay Coca en la heladera”. Pero igual la casa se llenaba de gente. Realmente, si no hubiéramos tenido esa vida de casa abierta, de acoger a todo el mundo, no hubiera podido llevar adelan­ te la Fundación.


SINTONIZANDO CONDONBOSCO Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

LA ALEGRÍA COMO SIGNO Queridos amigos de la Familia Salesiana de Uruguay: Hoy no es fácil hablar de alegría, testimo­ niar que es posible ser feliz en un tiempo en que a menudo prevalece una cultura de tristeza, de miedo y de muerte; donde en muchas realidades hay una desertización espiritual, fruto del proyecto de sociedad que se quiere construir sin Dios o que destruye sus raíces cristianas. (cf. EG, n. 86). Sin embargo, es precisamente en los desiertos de la sociedad donde se pueden manifestar los signos más o menos explíci­ tos de la "sed de Dios". Para esto se necesi­ tan personas que sepan sembrar esperan­ za, “personas­cántaros para dar de beber a los demás” (EG, n. 86). Calmar la sed con el agua de la esperanza significa hacer que también la alegría brote en abundancia. Alegría y esperanza, elementos fundamen­ tales de la espiritualidad salesiana, nunca se pueden separar, porque surgen de una única certeza: el amor de Dios que acom­ paña, está presente y hace arder el corazón de ese fuego que genera vida y vida en abundancia.

La alegría nace del encuentro con Jesús resucitado, de la certeza de que Él nos amó hasta tal punto de dar su vida por nosotros. Si nos falta Él, nos falta todo y ya nada tiene sentido. Por lo tanto, la alegría no es un sentimiento efímero y superficial, sino un "hábito interior" que madura en una profunda vida de fe y en una intensa expe­ riencia de oración, dejándonos tocar por el Espíritu de Dios que habla cuando encuen­ tra corazones disponibles dispuestos a escuchar. La alegría de la que hablamos presupone una experiencia de encuentro, es acogida, confianza, escucha, humildad, paciencia, apertura del corazón para dejarse habitar por Dios y por los demás, teniendo en cuenta que la verdadera comunión se cons­ truye en el ser­con y no solo para los demás. También compromete a humanizar nuestras relaciones como lugar donde expresar nuestro "querernos bien".

Humanizar, también, el ritmo de nuestras jornadas para vivir cada encuentro como una experiencia de fiesta y de alegría, aun sintiendo el peso de los problemas que a veces nos causan ansiedad y preocupación. Un rostro sereno y sonriente permite trans­ parentar la alegría de Dios, la belleza de ser convocados para una misión que nos hace "signo y expresión de su amor" (C 1). Debemos amar nuestra vocación, la de cada uno, siendo felices de servir al Señor con alegría. Es un regalo que no podemos guardar para nosotros. Irradiar la alegría de nuestra vocación es una forma de evangeli­ zación a la que todas y todos estamos lla­ mados. Es una manera de dejarnos envol­ ver por el espíritu del Magníficat, por el clima de las bienaventuranzas característi­ cas de nuestra espiritualidad (cf. C 8 y 10).

DEOTROSLARES Italia: Casa Valdocco y PizzOratorio en Torre Annunziata Los salesianos de la ciudad italiana de Torre Annunziata inauguraron el centro polifuncional "Casa Valdocco" y el taller de formación para aprendices pizzeros “PizzOratorio”. “Casa Valdocco” es un centro diurno registrado en la municipalidad de Torre Annunziata para hospedar a 30 menores, de 6 a 18 años, que durante la jornada recibirán acompañamiento por parte de educadores y operadores especializados hasta que regresen a sus hogares. "El taller para pizzeros 'Mani in Pasta' (manos en la masa) servirá para enseñar un oficio a unos 30 jóvenes de 14 a 21 años, que serán acompañados por un formador profesional y obtendrán un certificado de capacitación reconocido por la región italiana Campania. Torre Annunziata entró hace poco en el Guinness de los Primados por haber horneado 10.893 pizzas en apenas 14 horas.

Argentina: “Corre Por los Jóvenes”: una acción solidaria que (re)corre kilómetros En 2016 Buenos Aires, Argentina, recibió a miles de personas unidas por una causa: actuar desde la solidaridad por los jóvenes. El 8 de diciembre de ese año se realizó “Buenos Aires Corre Por los Jóvenes", un evento organizado por Don Bosco en Argentina. Una gran convocatoria, junto al clima de fiesta y solidaridad que se compartió ese día, impulsaron que la propuesta se repitiera. En 2017 y 2018 Buenos Aires volvió a correr por los jóvenes en Vicente López, en la zona norte del conurbano bonaerense. Este año será la cuarta edición. Además de replicarse año a año, el encuentro salesiano superó las fronteras de esa provincia y se fue extendiendo a lo largo y ancho del País. Siempre con la misma propuesta de unir a la comunidad en pos de acompañar a quienes más lo necesitan, en especial los jóvenes. 21


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

Vivir: ¿para quién?

Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Lucas (23,35­43) proclamado en la Misa del 24 de noviembre, Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. ¿Cuántas frases de Jesús habrán quedado fuera de los evangelios? Es una pregunta absurda, lo sabemos, porque los evangelios no tuvieron, al ser escritos, la pretensión de ser una colección de dichos del Maestro, ni un diario que registrase pormenorizadamente sus ac vidades. Sin embargo, la pregunta ha ocupado a diversos inves gadores que han estado a la caza de los “ágrafa”, palabras de Jesús no mencionadas en los cuatro evangelios canónicos. Se han buscado en los evangelios apócrifos, en los escritos de los Padres de la Iglesia o en otras fuentes. P. Francisco Lezama sdb

Sin embargo, el primero de los ágrafa aparece en los Hechos de los Apóstoles: San Pablo, hablando a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso, les cita una frase de Jesús que no está en los evangelios, pero que se ve que era muy conocida por todos: “Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hch 20,35). No sabemos en qué contexto habrá pronunciado Jesús esta frase, pero la verdad que poco importa. Esta frase está en perfecta armonía con todo el mensaje del Maestro, pero sobre todo está en coherencia con lo que fue su vida. La lectura del Evangelio que la Iglesia nos invita a escuchar este año en la fiesta de Cristo Rey es una muestra de esto. El texto nos traslada al momento de la crucifixión; por tres veces, nos narra Lucas, dis ntas personas le repiten a Jesús “¡Sálvate a mismo!”. Primero son las autoridades, las mismas que habían pergeñado el complot para condenarlo. Luego fueron los soldados, los que abusando de su poder lo torturaron salvajemente y se burlaron de él sin ninguna compasión. Por úl mo, uno de los que estaban crucificados con él: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a mismo y a nosotros".

hacerse cargo del herido, él es el pastor que deja la comodidad en búsqueda de la oveja perdida, él es el grano de trigo que muere para ser sembrado y dar fruto. De tantas maneras, los que queremos seguir a Jesús con nuamos escuchando del entorno la misma provocación que él, en ese momento decisivo, escuchó por tres veces. “Salvate a vos mismo”. El legí mo cuidado de sí, el necesario amor a sí mismo (equilibrado, según el maestro, con el amor al prójimo), se desvirtúan cuando el centro de mi existencia paso a ser yo mismo. Es la autorreferencialidad, el “ombliguismo”, que tanto mal nos hace y que tanto daño ha provocado en las comunidades cris anas. Frente a esto, la propuesta de Jesús, radical hasta el final, es su camino de felicidad y plenitud. Así lo escribió Paul Claudel, en una conocida frase que “Perico” Pérez Aguirre uruguayizó y difundió: “¿Pa' qué es la vida, si no pa' darla?”

Pero Jesús no cae en la trampa. Él ha predicado y sobre todo vivido una dinámica dis nta, un modo diverso de encarar la existencia. Él es el samaritano que se aparta del camino para 23


AQUÍYAHORA

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Celebra la vida, celebra la vida, que nada se guarda que todo te brinda. Celebra la vida, celebra la vida, segundo a segundo y todos los días. Y si alguien te engaña al decir “Te Quiero”, pon más leña al fuego y empieza de nuevo. No dejes que caigan tus sueños al suelo… Así dice el estribillo de la canción Celebra la vida, del cantautor argentino Axel y que en enero de 2019 cantó en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), realizada en Panamá. De hecho, fue la cuarta vez que la interpretó ante el Papa Francisco. Ese día desde Panamá, el artista posteó en su Instagram que asume con su música “el com­ promiso de seguir llevando un mensaje de unidad y paz a millones de jóvenes de todo el mundo” que se hicieron presentes en la JMJ. Pero más allá de lo pegadiza que puede ser la canción, vale profundi­ zar en su mensaje y en la importancia de celebrar la vida.

Por eso agrega que “desde esta coyuntura vital se comprende mejor qué es la fiesta”. “La fiesta es una celebración de la vida, proclamar que ella ­¡a pesar de todo!­ merece ser vivida porque la vida no es un absurdo sin sentido, un túnel sin salida. Tal vez, sea por esto, que los pobres son quienes suelen festejar de mejor modo. En sus fiestas no se derrocha riqueza de dinero, pero sí riqueza existencial. Feste­ jando, afirman la vida y, a la vez, denuncian los atropellos a la vida. La fiesta es siempre una celebración de la libertad”, reflexiona el religioso.

El dominico Luis Carlos Bernal dice que la celebración es algo inhe­ rente a la persona, y que la hace más humana. Por eso habla de la “necesidad urgente de recuperar la fiesta, tanto en el proyecto exis­ tencial del ser humano como en la vida eclesial” en el entendido de que tenemos que “redimirla del deterioro y devaluación a la que está sometida”. Bernal, autor del libro Dimensión festiva de la vida humana. Refle‐ xiones antropológicas, aclara que se puede pensar que la fiesta es algo superficial, pero lo refuta. “La fiesta no es ni superficialidad ni frivolidad. Festejar es propio y peculiar del ser humano. El ser homo ludens ­hombre que juega y festeja­, es tan propio de la condición humana como el pensar, sentir, trabajar, hacer política, luchar o amar. Tanto es así, que la carencia del sentido festivo deshumaniza la vida, oculta sus horizontes de plenitud”, afirma. En un artículo titulado ¿Es posible festejar en tierra extraña?, el religioso sostiene que muchas fiestas se quedan en “puros intentos” porque “les falta gratuidad e imaginación, expresividad, soltura y vitalidad. La fiesta nace de lo más hondo del ser humano; no es un elemento de alienación, sino un encuentro lúcido y agradecido con las raíces de la vida”. En la fiesta auténtica “nos aligeramos de nuestra carga de tiempo y razón”, dice Bernal citando al poeta y ensayista mexicano Octavio Paz. Y agrega lo que decía el escritor sobre las celebraciones de su país: que “le dan ocasión [al mexicano] de revelarse y dialogar con la divinidad, la patria, los amigos o los parientes. Durante esos días el silencioso mexicano silba, grita, canta, arroja petardos, descarga su pistola al aire. Descarga su alma”. Bernal asegura que la fiesta es un “¡sí, a la vida!”. “Los pueblos, las mujeres y varones auténticamente festivos saben festejar la vida. Sus fiestas no son una evasión o un divertimento para olvidar las penas, sino un empeño lúcido de afrontar el dolor y las penas con valentía y con sentido”. 26

Los uruguayos y las fiestas El sociólogo Néstor Da Costa coincide en la trascendencia de la cele­ bración. “Las celebraciones son fundamentales para cualquier ser humano, reunifican, permiten alegrarse solo y conjuntamente. No hay civilización sin celebración, los cumpleaños, las fiestas de 15, los casamientos, la celebración es sustancial al ser humano”, no duda en afirmar. Según la cultura en la que se viva o la religión que se profese, las celebraciones tendrán determinadas características. Da Costa cuenta que vivió unos años en el País Vasco, España, y allí le llamó la aten­ ción comprobar que los cumpleaños se celebran siempre en los bares y jamás en las casas. Aunque vincula esa costumbre a que el bar tiene una presencia muy fuerte en la cultura española, las dife­ rencias también estaban marcadas en los gestos o demostraciones de afecto. “Les llamaba la atención que nos abrazáramos, que los invitáramos a nuestras casas. Tengo muchos amigos allá y entré a la casa de dos. Asimismo, la cultura marca otro tipo de celebración”, señala. A juicio del sociólogo, los uruguayos somos muy celebrativos aunque


“menos rituales –si se compara con las fiestas populares españolas o italianas­, salvo por el asado que es un ritual maravilloso”, dice. Añade que el asado es “la excusa para encontrarse, para compartir la vida, hablar del pasado, del futuro, de política, de fútbol, de todo”. “Nada más uruguayo que celebrar con los amigos o juntarse a comer un asado”. Para Da Costa, otro ejemplo de lo unida que está la celebración a la idiosincrasia uruguaya es la importancia que cobran las despedidas de año, ya sea en las oficinas o con grupos de amigos, cada vez son más y comienzan antes. También hay celebraciones que vienen de otras culturas, pero que han prendido en el país como puede ser los baby shower –para dar la bienvenida a un niño o niña que va a nacer­ o Halloween. “Si uno le impone solo el sentido literal nos quedamos con poco, pero lo que sucede en el fondo es la intención de acompañar a la madre, ayudar­

En definitiva concluye que celebrar nos hace más felices. Como suele expresar la gente en las redes sociales cuando recibe saludos por su cumpleaños y luego agradece diciendo que tantos saludos fueron “un cariño para el alma”. Celebración cristiana Jesús hizo el primer milagro en una boda. Cuando los novios se que­ daron sin vino en las bodas de Caná, intervino la Virgen María que les dijo a los mozos que hicieran “lo que Él les diga”, y luego Jesús convirtió el agua en vino. Comentando ese pasaje de la Escritura el Papa Francisco señalaba en la audiencia general del 8 de junio de 2016 en el Vaticano: “Una fiesta donde falta el vino, los recién casados se avergüenzan de esto. Imagínense ustedes terminar la fiesta bebiendo té”. El Papa subraya­ ba con ese ejemplo la alegría cristiana de celebrar la vida y sus mejo­ res momentos: las bodas, los nacimientos, los bautismos, la gradua­ ción, entre otras ocasiones especiales. Afirmaba que a Jesús le gusta la fiesta, la familia, la boda porque Él viene a santificar con su pre­ sencia las fiestas y las convivencias familiares, además de la unión conyugal. Pero no se puede olvidar que la señal del cristiano es la cruz porque Jesús murió en ella. Por eso Bernal se pregunta si es posible festejar la cruz. “¿Cómo poder honrarla y celebrarla, si la cruz es siempre dolorosa? ¿Por qué y para qué tenerla en cuenta?” En su escrito el dominico cita a San Pablo que nos ayuda a descubrir el misterio de la cruz en su carta a la comunidad de Corinto, cuando reconoce abiertamente que los cristianos “predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, locura para los gentiles; mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Porque la locura divina es más sabia que los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que los hombres” (ICo 1, 23­25).

la a preparar el nacimiento, celebrar la venida, o festejar vistiéndo­ nos de cosas raras ­en el caso de Halloween­ si vemos el fondo, son expresiones de alegría”, señala. Consultado sobre si los uruguayos tenemos un apego especial al pasado, al ser los únicos que celebramos “la nostalgia”, fiesta que se ha afianzado los 24 de agosto, Da Costa opina que si fuera la única celebración podría ser así, pero no es la única celebración. También están las fiestas tradicionales, los cumpleaños, las reuniones con amigos a las que se les da mucha importancia. El académico hace notar además otras expresiones de festividad en los actos masivos o marchas que se están viendo con mayor frecuen­ cia, por ejemplo el 8 de marzo por el día de la mujer. “También se expresan con alegría”, dice y agrega que lo mismo ocurre en los actos políticos que ya no terminan con un discurso, sino que incorporan música y tienen otra dinámica. “Todo lo que es celebrar, compartir la vida, genera mejor vínculo social, nos identifica con la propia historia, con nuestras raíces, da la idea de pertenencia y de la importancia de celebrarlo”, reafirma.

Entonces concluye Bernal que festejar la cruz sí es posible y recuerda que la cruz es “debilidad de Dios” pero también es “sabiduría de Dios” y “fuerza de Dios”. Dios se hace “débil” en Jesús crucificado que aceptó la cruz sin resistencias –explica­ pero es “sabiduría de Dios” porque es expresión de un amor mantenido hasta el extremo; y es “fuerza de Dios” porque Dios venció al pecado en la cruz. El religioso explica con una experiencia vivida en la Parroquia de Camino Maldonado, donde vive, cómo pueden confluir estos tres significados de la cruz en la celebración. Cuenta que hace unos años para celebrar el Viernes Santo hicieron una cruz de madera y en ella grabaron las cruces del barrio: “La falta de trabajo, la pasta base, los enfermos, los niños de la calle cuyos nombres conocíamos, las muchas pobrezas, las familias destruidas… Esa fue la cruz que adora­ mos y besamos, y además, la adornamos con flores. Aquella celebra­ ción, en la capillita de San Martín de Porres, construida casi ya a la afueras de la ciudad, junto a los campos, fue una auténtica fiesta, profunda, dichosa. Celebramos la debilidad, la sabiduría y la fuerza de Dios”. 27


Motivo de celebracion salesiana Los cumpleaños siempre son motivo de festejo y si el número es redondo, más aún. Este año la Parroquia María Auxiliadora está cumplien­ do el centenario desde que la Iglesia de Mon­ tevideo la consagró como tal. El origen se remonta a 1915 cuando un grupo de devotos de María Auxiliadora quiso cons­ truir una cripta para rezarle a la Virgen, pegada a Talleres de Don Bosco, cuyo edificio había sido construido en 1893. La Capilla, proyectada por el Padre Luis Galo Fernández y bendecida por el obispo Monseñor Isasa, pronto se trans­ formó en centro de devoción mariana. Presidía el altar una imagen de la Virgen que había sido tallada en los talleres salesianos de Sarriá. La talla y las joyas con las que fue adornada la imagen fueron donadas por el caballero de María Auxiliadora, Fernando Carballo. En la fecha en la que se conmemora el día de María Auxiliadora, el 24 de mayo de 1916, Monseñor Nicolás Luquese coronó la imagen con dos coronas y un cetro confeccionados con joyas y piedras preciosas, regalo para la Madre de Dios de cooperadores y fieles. Y en 1919 se la reconoce como Parroquia por parte del arzobispado. No fue sino hasta el 26 de mayo de 1945 que se bendijo la piedra fundamental del templo tal como se lo conoce hoy en la esquina de Canelones y Joaquín de Salterain. La bendición estuvo en las manos del entonces Nuncio Apostólico, Monseñor Alberto Lévame. La dirección de la obra y los planos de la iglesia con su cripta, sus amplias naves, sus magnífi­ cas galerías y el camarín, con su altísima torre, habían estado a cargo del padre Florencio Martínez, con la labor del padre José María Labrada, encargado de conseguir donaciones para las obras. Años después en el camarín se colocó el cuadro de María Auxiliadora, copia exacta del de Lorenzone del Santuario de Turín, y que sigue hoy allí. 28

Miguel Pastorino


SABORABUENASNOCHES En el mes pasado tuve la dicha de hacer una inolvidable experiencia misionera en las comunidades indígenas del Matogrosso. Allí los indios Bororos y Xavantes me regalaron momentos de convivencia, donde pude conocer algo de la riqueza cultural que los caracteriza. Practican muchísimos rituales, los cuales expresan una riqueza de sentido muy honda. El primer ritual en la vida de un Bororo es el de “Nominación”, algo así como el bautismo. El niño nace y es asumido de una forma social, religiosa y cosmológica recibiendo su nombre por parte del clan de su madre, la dueña de casa. El ritual comienza con el obsequio de adornos por parte de sus padres, presentándolo a la comunidad, a través de cantos y danzas en procesión por toda la aldea, dispuesta en forma circular, terminando en la casa central llamada “Baito”, del lado donde da al sol saliente. Ahí continúan los cantos y danzas alrededor del fuego, durante toda la noche.

Celebrar la vida con sentido

Antes de que amanezca, se despierta al bebé y se le unta todo su cuerpo con una resina adhesiva extraída de un árbol especial, pegándole plumitas blancas, quedando todo recubierto, como un blanco pichón de pajarito. Significa la novedad del nacimiento, un alma nueva, una persona nueva, un nuevo Bororo que está siendo introducido en la sociedad Bororo. Al amanecer, el padrino levanta al niño girándolo rumbo al sol que nace iluminando su rostro. Se invoca a los ancestros, nombres de familiares, de los jefes clanicos, de sus padres, hasta llegar a expresar el nombre que se le asigna al niño; es un nombre privativo del clan al cual comienza a pertenecer, que particularmente se refiere a algún animal de la selva; hasta culminar con un canto, donde se expresa que la criatura pasa a ser un Bororo de verdad. Además de otros muchos rituales, el otro más destacado es el ritual fúnebre. Para la cultura Bororo los muertos no son muertos, sino que para ellos están vivos. Para ellos el pasaje del mundo material al mundo sobrenatural espiritual, es una etapa muy importante, tanto que dura de dos a tres meses. Cuando un/a Bororo/a fallece se lo entierra provisoriamente en el “patio ceremonial Bororo” de la aldea donde vive, frente al salón central del lado que da al sol poniente. Luego, durante dos meses, se realizan una serie de rituales míticos fúnebres tristes y alegres, que expresan el pasado, el presente y el futuro. Recuerdan sus mitos, sus historias, celebran cantando y danzando, llorando e invocando a la naturaleza. Cuando la carne se ha descompuesto totalmente, los huesos son retirados, se limpian en el río, lo pintan con una tinta vegetal roja y son colocados en una cesta. Expresando que ahora sí el alma está libre para poder entrar en la gran aldea de Dios, junto a toda la gran comunidad de muertos que han pasado a la Vida. Se queman todos los elementos del difunto y con una calabaza que emite un sonido como una trompeta, la hacen sonar para llamar a todos los parientes fallecidos para que también ellos participen del ritual, expresando así la comunión de los santos, los muertos que para ellos ya están vivos. De esta manera, vivos y santos, acompañan la gran entrada definitiva del difunto en el mundo de los espíritus, que son invocados para proteger la aldea y sus tareas cotidianas. La razón de tal magnitud, en tiempo y dedicación de este ritual, es para reafirmar su creencia en que la vida continúa en su forma espiritual y puede más que la muerte. De ahí su esperanza y alegría más honda, en medio de la triste despedida, expresada a través de sus, pinturas, atuendos, danzas y cantos. Si bien ya están un poco más civilizados, su forma de vivir sigue siendo muy precaria en medio de la intemperie de la selva. Para nuestra concepción materialista, y comparándolos con nuestros modos de festejar, serían personas carentes de medios para celebrar, pero no hay duda

de que son dichosos de ser enormemente ricos de una espiritualidad que llena de sentido todos los aspectos de su vida, desde que inicia hasta que termina en esta tierra y en comunión con la eternidad.

P. Adrián García sdb

Qué pobres nos sentimos si solo postergamos celebrar un baby shower, el nacimiento, un bautismo, el primer añito, los 15 años, el recibimiento, el casamiento o el aniversario, por no tener un monto tal de dinero para poder festejar. Más bien pensemos por qué celebrar, y estoy seguro que todos podríamos tener muchos motivos por los cuales celebrar la vida, más allá si tenemos con qué festejarla. Que vacíos nos sentimos si solo festejamos ostentosamente, pero sin valorar lo que celebramos, ni con quien compartir nuestros sentimientos de verdad. No es imprescindible tener tantos medios para el encuentro, para reír, cantar, danzar y adorar, si sobran los motivos para celebrar. ¿Cuáles son hoy tus motivos? ¡¡¡Celebremos!!!


DELÁRBOLSALESIANO

Del Paiva a la Teja,

con escala

Jesús González Delgado tiene 62 años y hace 23 que trabaja en el Colegio salesiano de La Teja, “La Divina Providencia”. Sus inicios con los Salesianos se remontan al año 73, cuando ingresó al Instituto Benigno Paiva Irisarri , lo que le permitió, luego, estudiar y trabajar en la vieja Escuela Agrícola Jackson. El Colegio salesiano de La Teja celebra 95 años y Jesús es protagonista principal de su historia, testigo ineludible de su devenir y de la huella que este centro de estudios ha dejado en varias generaciones de exalumnos que lo recuerdan con añoranza y gratitud. 30


¿Cuándo entraste a trabajar en el “Salesiano de la Teja”? Yo entré a este colegio porque el Padre Raúl Dutra había ingresado como director, y en vista de que la Escuela Agrícola Jackson estaba por cerrar, me ofreció que viniera para acá a hacer una suplencia de una señora que trabajaba y se estaba por jubilar. ¿Vos estuviste en la Escuela Jackson? ¿Trabajabas ahí? Estuve alrededor de 20 años en la Escuela Jackson. Al principio vine a estudiar a Montevideo y me hospedaba ahí. Después me quedé trabajando en la administración y daba una mano en otras tareas del centro educativo. O sea que has pasado la mayor parte de tus años de vida en ambientes salesianos… Más de 40 años. Yo soy exalumno del Paiva, estuve del 73 al 76, soy la tercera o cuarta generación. En esas épocas era todo muy sencillo, las instalaciones, sobre todo, y sin duda que ha crecido mucho con los años. Lo que sí ya existía en esa época era un ómnibus que nos llevaba todos los días a estudiar a Sarandí del Yí. ¿Cómo has vivido estos 95 años del Colegio La Divina Providencia? Es muy lindo estar acá en este tiempo. Cuando ingresé, todavía estaban los Salesianos, eran cuatro o cinco. Luego, pasó a ser gestio­ nado por personal laico, aunque sigue acompañado por la Congrega­ ción. Son muchas las historias en estos años, esta ya es mi casa. ¿Cómo ves los cambios que ha tenido la institución a lo largo de todo el tiempo que has trabajado acá? Los lineamientos generales continúan, ya que siempre hay sacerdo­ tes que apoyan y acompañan, eso no cambia. Después, con las nue­ vas tecnologías y métodos se puede ver claramente que hay diferen­ cias, siempre para mejor.

tuvimos actuaciones musicales y el broche de oro con el mago Daniel K, que nos cautivó a todos. Él es exalumno de esta institución. Son varias las personalidades de diferentes ámbitos que han salido de este colegio. ¿Cómo es la relación de ellos con la obra? Sí, son varios y en diversos ámbitos. Yo al colegio lo catalogo como pequeño, pero a la vez grande, ya que por nuestros patios han desfi­ lado varias personalidades como, por ejemplo, el presidente Tabaré Vázquez, que fue exalumno del oratorio, y también el cantante popu­ larmente conocido como Fata Delgado, que siembre está a la orden para cuando se lo necesita, y recuerda con mucho cariño a la institu­ ción. Así como te nombraba hoy a Daniel que es un muy buen mago. No quiero dejar de mencionar a una cantidad de exalumnos que son exitosos en sus distintas profesiones y que también vienen y colabo­ ran con la institución. En todos estos años ya son muchos. El colegio es una referencia en el barrio, ¿por qué se da eso? Por su propuesta y porque mucha gente del barrio ha pasado por acá, por estos patios. Es una referencia ineludible. Si no viniste vos, seguro alguien en tu familia estuvo en esta casa de estudios.

Si tuvieras que describir cuáles son los pilares de la institución, ¿qué dirías? Por lo que yo he visto, lo principal es el grado de cariño que tienen las personas, las familias, los niños y adolescentes por la institución, la quieren mucho. Acá vienen exalumnos de hace muchos años y recuerdan cosas hermosas de su paso por este centro educativo. También se recuerdan a las personas, como, por ejemplo, el Padre Berrutti, que si bien era muy exigente, siempre estaba con los jóvenes y se ganaba su cariño y confianza.

Para vos, con todo el trayecto que has tenido en distintas obras y estando cerca de la jubilación ¿qué significa esta obra? Es una gran parte de mi vida laboral y familiar. Me identifico mucho con el lema de los salesianos de este año “Más humanos, más feli­ ces”. Más humanos porque estando cerca de los niños y adolescen­ tes y de las personas con las que uno se cruza, nos humanizamos. Y a su vez, somos más felices porque ellos te retribuyen con su cariño y valoración lo que uno hace por ellos. Eso te llena.

¿Cuáles son las cosas que más recuerdan y añoran los exa­ lumnos? El fútbol siempre fue muy apreciado por los chiquilines, esta cancha tiene su historia. También se hacían jornadas de cine, kermeses, cosas que antes se organizaban con mayor frecuencia, pero que hoy perdieron interés porque la gente se divierte con otras cosas.

Sos un educador más de la obra ¿cuáles son las tareas que realizás? Entré como administrativo, pero literalmente hago de todo. Incluso los sábados en el oratorio, arrimando las cosas que faltan o lo que se precise. Digamos que estoy para el apoyo logístico. Se ha hecho muy famosa mi frase “al retirarse, no se olviden de sus pertenencias”. Te digo más, he tenido éxito con eso, porque la mayo­ ría no se olvida de nada, incluso cuando me ven por la calle me recuerdan y repiten la frase.

¿Cómo han festejado estos 95 años? Se han hecho algunas actividades, de acuerdo con lo que nuestra realidad económica nos permite. Por ejemplo, el día de la familia se disfrutó muchísimo, presenciamos un circo,

¿Qué soñás para el futuro del colegio? Para el futuro me gustaría que se mantenga la línea del centro edu­ cativo y que se siga incluyendo tecnología en el aprendizaje de los chicos. Espero que se profundice más en este sentido.

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UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

Mamá Margarita Un CAIF con perfil Salesiano en el Barrio Maroñas Los pobladores del Barrio Maroñas conocen hace ya muchos años a los Salesianos a través de su presencia en el Colegio Domingo Savio, la catequesis y el oratorio. Hace unas pocas semanas, abrió en las instalaciones del Colegio el CAIF “Mamá Margarita” para dar res­ puesta a las necesidades educativas y de atención de los más chi­ quitos en “modo” salesiano. El Trabajador Social Richard Machado y el Encargado de la Pastoral Leonardo Pagliari cuentan los detalles de este nuevo emprendimiento. 32

¿Cómo aparece en la comunidad educati­ va la idea de poner un CAIF en la Obra Domingo Savio? La génesis está lejos. A nivel del equipo de Dirección hacía mucho tiempo que venía­ mos pensando la posibilidad de atender a esa franja etaria, los menores de tres años, que desde las familias del colegio y desde la realidad barrial nos demandaban mucho. Cuando, hace unos cuatro años atrás, le dimos forma a la extensión hora­ ria de Primaria, aumentó la demanda de las familias pidiéndonos que tuviéramos un espacio para los más chiquitos.


Foto Leonardo Pagliari

demanda que no estaban pudiendo aten­ der. De esos diálogos, aparece finalmente la propuesta del CAIF “Mamá Margarita”. ¿Qué tiene para ofrecer el CAIF “Mamá Margarita”? Creo que las familias del barrio ya nos conocen por el colegio, por la catequesis, por el oratorio… y reconocen lo carismáti­ co como un valor que buscan. Estos días se acercan muchas familias a preguntar y valoran el modo en que son atendidos y cuidados los chicos.

Foto Leonardo Pagliari

Nos pusimos entonces a explorar posibili­ dades. Pensamos en un Maternalito unido a la propuesta formal del colegio, pero los requerimientos de espacios propios y adaptados, de personal y de materiales específicos, hacen que por los costos sea una posibilidad difícil de implementar con la realidad de la población de esta zona de Montevideo. Así fue que aparece la posibilidad de reu­ nirnos con el Directorio de INAU. Ellos estaban buscando también un lugar por esta zona porque hay un radio de unas cuantas cuadras donde reconocían una

¿Cómo armaron el equipo? Ahí corrimos con mucha luz de la Virgen, que nos acompaña en cada iniciativa que hemos llevado adelante. Recibimos muchísimos currículums y tuvimos algu­ nos problemas en la forma de convocato­ ria por lo que al momento de analizarlos

tuvimos que tomarnos el trabajo de leer todos para clasificarlos. Recibimos una cantidad de currículums de personas alle­ gadas a diferentes casas salesianas y con formación en el carisma. Nos resultó muy interesante tener las entrevistas en pro­ fundidad y buscamos como criterio con­ servar el mismo clima que ya vivimos en la comunidad educativa. Así, en la variedad, aparecieron profesionales, animadores y educadores que podían comprender fácil­ mente de qué va esto de formar parte de una casa salesiana. En esta búsqueda de generar clima de equipo, es que decidimos incluir la figura de la Coordinación del Proyecto, lo cual no está previsto en el modelo CAIF. Luego de la búsqueda, definimos pedirle este servi­ cio de coordinación y vinculación con el equipo de Dirección de la Obra a Camila Gil.

Foto Leonardo Pagliari

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CAMILA GIL | Coordinadora del CAIF “MAMÁ MARGARITA” Camila Gil, tiene 31 años y una formación salesiana de toda la vida desarrollada en la Parroquia de Colón, el Colegio Pío y el Instituto Juan XXIII. Trabajó como educadora en Aires Puros y en el Instituto Pastorino. Tiene formación en Lic. en Comunicación, y se especializó en Comunicación Educativa, luego en gestión de calidad. Trabajó en Ñandé gestionando proyectos sociales. ¿Cuál es tu trabajo en el CAIF? Acá empecé recién en setiembre. Desde el equipo de Dirección de la obra estaban bus­ cando un rol de Coordinación que pudiera llevar adelante la animación del equipo: orde­ nar el trabajo, acompañar al equipo, asegurar el carisma. Eso es lo que me parece más interesante: acompañar sistemáticamente un equipo, hacer una experiencia concreta de lo que acompaño desde el asesoramiento a otros equipos. ¿Qué compartirías del inicio de este proyecto? Estamos recién comenzando. Yo me sumé a un trabajo de selección de las familias que ya se estaba haciendo, y con todo por hacer. Había que realizar las compras de todo, Camila Gil Foto Leonardo Pagliari

equipar las instalaciones, ya que teníamos un edificio vacío. En eso se fueron mis primeras semanas. Ahora estoy más enfo­ cada en la constitución del equipo que parte desde cero, lo cual es una dificultad pero también una oportunidad. Nos hemos reunido por primera vez hace unos días para empezar a conocernos desde lo más humano y básico. ¿Dónde creés que tienen que centrar la propuesta de este CAIF para que respon­ da al carisma salesiano? Los proyectos CAIF están bastante pauta­ dos en su modelo, pero su instrumenta­ ción concreta permite muchas cosas donde puede alimentarse el perfil propio. Depende mucho del diálogo del equipo con la supervisora y de la construcción grupal. Desde esta mirada es donde vamos poniendo la originalidad al proyec­ to. Yo creo que el modelo de gestión hace mucho a la cosa. La cultura que nos per­ mea a todos, la manera en que nos vincu­ lamos, el modo en que resolvemos las cuestiones que surgen. Hay aspectos que para nosotros son como la “tapa del libro”: la escucha, la cercanía, el afecto, el mirar a la persona… no sacar conclusiones en el aire, poder personalizar, la alegría, el hacer que el otro se sienta bien recibido. Veo que el equipo técnico que viene tra­ bajando con la familia la reciben y la ayu­ dan a reconocer lo que tiene, lo que la familia puede, lo que ha logrado, para desde allí continuar creciendo con el apor­ te del equipo. Eso me parece importante: no tener una mirada de que nosotros venimos a solucionar la vida a nadie, sino a hacer un humilde aporte y a buscar que los niños tengan primeras buenas prácti­ cas educativas y de hábitos de conviven­ cia.

https://www.domingosavio.edu.uy/caif 34


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