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Concursos de obra realizada El estado de la arquitectura
Arq. María Samaniego
María Samaniego Ponce (Quito, Ecuador) es arquitecta ecuatoriana, egresada de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central del Ecuador. Tiene vasta experiencia en diseño urbano y arquitectónico, conferencista invitada a nivel nacional e internacional en la Bienal de Arquitectura de Quito, dos nominaciones al Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana, finalista en V Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo Montevideo, mención de Honor American Architecture Prize 2017, longlist Dezeen Awards 2018, y finalista en los premios Architizer A+Firm Awards categoría Mejor de América del Sur y Central, 2021. Ha sido jurado de varios premios de arquitectura. También fue la presidenta de la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito BAQ 2018 y BAQ 2020, de Docomomo Ecuador desde 2017, miembro del consejo técnico de apoyo para el inventario y protección de los bienes inmuebles de arquitectura moderna del Ecuador del Ministerio de Cultura y Patrimonio, coordinadora de bienales y congresos de la FPAA, 2021-2024, presidenta del colegio de arquitectos de su país y de su núcleo Pichincha.
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En un escenario arquitectónico global en el que cada vez nos vemos más abocados a un sinfín de investigaciones, artículos, teorías y textos académicos, trabajos de aula o de escritorio y no “del hacer”, se aplaude la iniciativa de realizar los concursos, exposiciones o discusiones sobre la obra construida, el quehacer de nuestro oficio de arquitectos.
Sin de ninguna manera restar importancia a todas las actividades académicas, al análisis y construcción del pensamiento sobre la arquitectura y la ciudad, los espacios de confrontación de la obra arquitectónica resultan imprescindibles. Haciendo un símil con la razón fundamental en base a la que surgieron las bienales de arte, de ser espacios de exposición a gran escala y sin un fin mercantilista, que evidencian el estado del arte en ese momento, las exposiciones o concursos de obra arquitectónica realizada nos dejan ver el estado de la arquitectura.
La convocatoria realizada por la Sociedad de Arquitectos del Uruguay SAU para el 2021 fue sin duda un acierto, demostrado por la gran respuesta de proyectos participantes en las distintas categorías. Tuve el honor de formar parte del equipo de jurados integrado por Héctor
Berio y Fernando Giordano, con el acompañamiento de Cristina Bausero. Nos encomendaron juzgar la Categoría 4: edificios administrativos, institucionales y corporativos, y la Categoría 5: arquitectura para el trabajo, la producción y los servicios.
Es usual encontrarse con una gran diversidad de propuestas, diferentes escalas, lugares de implantación, usos; sin embargo, la búsqueda por parte de los jurados de una calidad arquitectónica y de una apropiada respuesta a su contexto -físico, social, cultural, etc.- fue constante. Ser jurado internacional supone cierta dificultad, al no conocer de primera mano los edificios sino limitarse a los paneles e información presentada; pero también puede ser una ventaja al tener una mirada tal vez más objetiva y una perspectiva desde fuera.
Las interesantes y profundas reuniones de deliberación, alimentadas por estas coincidentes y también diferentes condiciones y visiones, fueron un espacio propicio para concluir que, a pesar de la diferencia de latitudes, una arquitectura de calidad hecha con rigor y de manera responsable siempre tendrá un carácter universal.
Puede identificarse como factor común en las propuestas presentadas una preocupación constante por adoptar un lenguaje contemporáneo, que responde de manera clara y honesta a la técnica constructiva y material escogido y a las distintas complejidades funcionales requeridas. Las dos categorías requieren espacios especializados en los que se torna más complejo aproximarse con búsquedas o propuestas de innovación funcional. Más bien recurriendo a elementos tipológicos universales, los proyectos se presentan francos y bien resueltos y estructurados.
Otro elemento constante destacable es la preocupación por adoptar estrategias de respeto e integración con el espacio público, con plantas bajas abiertas o transparentes que permiten espacios urbanos fluidos y armónicos. De la misma manera, en sitios de mayor presencia de la naturaleza o del paisaje natural, se nota el interés de una implantación adecuada y una búsqueda de materiales que mimetice o potencie al edificio dentro de su contexto.
Se pueden diferenciar dos tipos de proyectos en el repertorio presentado en estas dos categorías: propuestas en sitios poco densos -proyectos aislados-, y los implantados en zonas urbanas consolidadas. Mientras los primeros presentan en su mayoría una arquitectura con mayor exploración formal, que se acerca más a las tendencias internacionales, las obras realizadas en las zonas urbanas consolidadas muestran una preocupación constante de respeto hacia el entorno, buscando estrategias de bajo impacto y además logrando edificios muy interesantes y potentes en cuanto a la propuesta arquitectónica, tecnológica y constructiva, alcanzando un resultado integral de muy buena factura.
En la formulación de este concurso se aplaude la propuesta de plantear cuatro destaques en distintos ámbitos, reconociendo las bondades o énfasis que muestran los edificios en temas tan importantes como la responsabilidad ambiental, social o económica, o las innovaciones tecnológico constructivas así como el carácter público o privado de los proyectos, que implican condiciones distintas de planificación y diseño, y también de ejecución. Es justo reconocer la iniciativa de incorporar al proyecto PIC América de FPAA, destacando las obras que aportan en generar ciudades y comunidades seguras, equitativas y sostenibles.
No tendría sentido repetir en este artículo los criterios emitidos por el equipo de jurados para elaborar el fallo de estas categorías -los cuales argumentan y describen ampliamente los criterios y consideraciones que se discutieron en las reuniones deliberativas- ya que el mismo se encuentra publicado. Es por esto que más bien pretende dar una visión general del repertorio arquitectónico analizado desde una perspectiva externa y desde una gratitud, por haber sido invitada a formar parte de este concurso y expresar un sentido cariño a Uruguay.