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SELECCIÓN
Juan Caorsi Castillo
Proyecto
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Arq. Juan Caorsi Castillo
Equipo de proyecto
Arq. Cristina Guido
Arq. Cecilia Juri
Cálculo estructural:
Ing. Fabian Wynter
Instalación sanitaria:
Téc. Sanitario Diego Ochoviet
Instalación eléctrica:
Ing. Felipe Burgueño
Rubrado y precosteo:
Arq. Nicolás Arburúas
Supervisión de obra:
Arq. Sebastián Estol
Supervisión inst. sanitaria :
Arq. Cecilia Suárez
Supervisión inst. eléctrica:
Téc. Ricardo Bacigalupi
Dirección de obra:
Ing. Camila Harguindeguy
Capataz general:
Jorge Rodríguez
Empresa constructora:
Fedal Construcciones
Fotografías:
Arq. Mateo Rodríguez Matonte
El C.B.T. Toledo es un local educativo público de ciclo básico de educación media que está enfocado en la enseñanza técnica.
En un predio determinado por la diferencia de nivel de cinco metros entre sus lados y se ubica en una zona suburbana poco caracterizada, enfrentado a un barrio de pequeñas viviendas. El edificio, resuelto en una sola planta, se retira de la calle cediendo parte de su terreno para ofrecer al barrio un necesario espacio público, a la vez que se ubica en una cota intermedia que le permite gestionar su impacto en el lugar, ganando altura en la fachada principal e incrustándose en el suelo, reduciendo su presencia a medida que discurre la pendiente.
La intensidad al exterior se concentra en la plaza y el acceso, para luego diluirse en unos extensos y cada vez más bajos muros de ladrillo de campo que alternan el recorte abstracto de los vanos con los cambios de textura en el aparejo calado. Se tiende un vínculo con la comunidad, pero resguardando su interior para establecer un paisaje propio al que volcar su espacialidad interna de forma de proponer una experiencia vital independiente del entorno.
La totalidad del edificio se estructura a través de un gran espacio en forma de “L” que se percibe por completo desde el acceso y conforma una “plaza” y una “calle”, que resultan a la vez circulaciones, áreas de estar, de estudio, de juego, suprimiendo el espacio corredor y la zonificación programática de los locales, los cuales se alternan con los patios y el jardín en todo su perímetro.
Cada uno de los brazos de esta L define una espacialidad singular que multiplica sus posibilidades de apropiación, una amplia y encerrada iluminada desde arriba (plaza) y otra longitudinal completamente abierta al exterior protegido (calle).
El módulo de aula cuadrada de 7x7 m, el uso de pizarras móviles y la extensión hacia los patios dan la posibilidad de explorar configuraciones alternativas al salón de clase tradicional.
A partir de lo acotado del presupuesto, el proyecto saca partido de la materialidad de la obra rústica, llevando al mínimo los recubrimientos y matizando la textura cruda del bloque a la vista y el hormigón, con el uso localizado de placas revestidas con melamínico, elementos de color y algunas anécdotas figurativas como el estampado de los cerámicos o la sombra del quiosco de la adscripción.