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FASHION CHRONICLES

por alexIS mustri fotografía. cortesía

Chagit Leviev, quien dirige una empresa multibillonaria, nos cuenta cómo le hace para ser la mejor versión de sí misma, algunos detalles de su pasión por los diamantes y cómo fue crecer en su familia. ¿A cuántos llamó la atención la historia que cuenta The Tinder Swindler?

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Hace unos meses, vi el documental y, al terminarlo, comencé a investigar sobre la familia Leviev… y me topé con Chagit. Originaria de Israel, creció entre Israel y Bélgica. Hace diez años, se mudó a Nueva York, donde dirige las compañías de su papá, Lev Leviev, en Estado Unidos, algunas relacionadas con inversiones, real estate y diamantes. “Lo especial de nuestra compañía es que estamos realmente integrados y que nuestra operación dentro del mundo del diamante comienza desde la mina y termina hasta la entrega al cliente”, comparte. “Mi padre comenzó este negocio hace 40 años; el nombre se ha hecho muy prestigiado dentro del medio, ya que él rompió el monopolio de los diamantes en el mundo y, desde entonces, la industria cambió”, dice Chagit. Hoy en día, piensa ella, el negocio es hecho de diferente manera.

Como segunda generación dirigiendo el negocio, ha añadido nuevos horizontes. Chagit es una mujer multicultural; tener que mudarse en varias ocasiones la hizo más flexible a los cambios: “Haber estado de ciudad en ciudad nos hizo independientes y fuertes a mí y a mis hermanos. Cuando eres un niño, esto te lleva a hacer nuevos amigos y aprender nuevos idiomas; además, te abre nuevos panoramas”.

Chagit estudió economía y negocios.Siempre soñó con ser diseñadora de modas, pero crecer en una familia rodeada por los negocios la llevó por otro rumbo.

“Aunque después de que me gradué, no quise comenzar a trabajar para mi padre enseguida. Quise crear mi propio nombre, y sumarme a la empresa familiar cuando me sintiera más preparada”, detalla. Al presentarse la oportunidad, Chagit se unió a la compañía… pero no fue fácil. “Mi padre nos educó de una manera en la que no había mucha explicación de cómo hacer las cosas, aprendíamos de los demás y al ver cómo se hacía todo. Teníamos que averiguarlo por nuestra cuenta”, explica. Fue lo mismo cuando llegó a Estados Unidos: ella misma tuvo que resolver cómo crecer la compañía en el continente americano.

Chagit, quien dirige las compañías de su padre en Estados Unidos, confiesa que disfruta mucho trabajar en el mundo de los diamantes, ya que es un negocio en el que está en contacto con los clientes, esforzándose por hacerlos felices: “Queremos estar siempre ahí para ellos, en sus momentos más felices, ya que es cuando compran diamantes”. Como la compañía de su familia maneja los diamantes más singulares de la industria, los clientes que se acercan a ellos saben lo que quieren, ya sea que busquen diamantes de un quilate o de veinte. No tienen ningún diamante igual, cada uno es especial.

A pesar de que su punto más fuerte son las ventas al por mayor, la empresaria busca ampliar la compañía para que todos puedan tener acceso a los diamantes, quiere convertir su venta en directa con los clientes… “Claro que tenemos nuestra carpeta de clientes, los cuales incluyen desde miembros de la realeza hasta las más grandes celebridades”.

Una anécdota que siempre recordará fue cuando sus padres le regalaron su primer diamante: al cumplir 12 años, en su Bar Mitzvah. “No importa qué tan grande sea su papá en los diamantes, cuando una niña recibe su primer diamante, es un momento que recuerda siempre. Hoy soy muy feliz de ser parte de las vidas de otras personas, poder compartir su momento especial de vida”. Y complementa diciendo que para ella, usar un diamante la da a cualquier mujer la satisfacción de sentirse empoderada.

Si planeas comprar diamantes, recomienda que siempre lo hagas de alguien que tenga una buena reputación, y no solo lo compres por el precio. “Nosotros tratamos de evaluar todos los aspectos que el cliente necesita, cuánto quiere gastar, qué es lo que busca. Hay gente que solo se enfoca en el tamaño, no en la calidad. Nuestro trabajo como joyeros es explicarle al cliente qué es lo que más le conviene: When and why to get it”.

Otro consejo que da es que es muy importante ver lo que estás comprando físicamente; de esta manera, puedes observar el diamante y su brillo. “Es importante sentirlo, ponértelo antes de comprometerte a comprarlo. Comprar un diamante es algo muy personal. Además, nunca pasan de moda y su valor solo incrementa conforme los años si es bien comprado y pasa de generación en generación”, comenta, y pone como ejemplo a Elizabeth Taylor, quien tenía toda una colección de joyas, algunas de las cuales han sido vendidas en subastas por miles y miles de dólares más de los que ella pagó.

También confiesa su predilección en joyas: “No tengo un diamante en especial que sea mi preferido. Las esmeraldas siempre se ven elegantes y clásicas. Todos tenemos una forma que nos guste más. Todo es cuestión de gustos y preferencias”.

Así es ella

Chagit tiene cuatro hijos y está casada desde hace 14 años con Greg Sofiev, a quien describe como su pareja en todos los sentidos: “Me apoya en todas mis decisiones, hacemos todo de la mano juntos en el negocio”.

También comparte que es “una mujer ortodoxa, y respeto religiosamente Shabbat, el día siete de la semana, en el cual los judíos nos desconectamos. Mi religión es algo que me da normalidad. Pienso que si no tuviera un día de descanso, yo seguiría en la oficina los sábados. Cuando es viernes, me desconecto y apago mi celular por 25 horas. Estoy en casa con mi familia, cocinando”.

Le parece increíble que su religión le dé este día para descansar, de otra manera no sabe cómo lo haría. Respecto a esta, Chagit la ve como una manera de vivir su vida, no como algo que la restrinja. De hecho, la “dirige hacia algo. Cuando algo nos sale mal, en ocasiones, nos rendimos, pero yo, como judía, pienso que dios tiene un plan mayor para mí. Yo hice el mejor trabajo que podía y si no fue para mí, dios me tiene algo más grande. Esta mentalidad me ayuda a motivarme y a seguir. Muchas veces, cuando algo no nos sale, perdemos la fe, y esta es la manera en la cual crecí, esto es lo que he visto, y beneficia mucho a mi vida”.

Recuerda que su padre estaba cada día de la semana en un continente diferente, pero cuando se trataba del viernes, estaba sentado en la mesa con ellos, cenando. Así sea el presidente a quien tuviera que ver, siempre estaba en casa. Esto es lo que mantuvo juntos a ella y sus nueve hermanos. Por otro lado, el balance entre ser madre y dueña de una empresa no es sencillo. Al estar involucrada en tantas organizaciones sobre empoderamiento a mujeres, la gente le pregunta cómo le hace. Chagit explica que ha encontrado el balance para ser la mejor versión para sus cuatro hijos, y trata de disfrutar lo que hace sin sentirse culpable. “Cuando te sientes bien contigo misma, eres una persona más feliz. Le digo a la gente que no deje que la culpabilidad les venga a la cabeza; entre risas, le digo que, sin importar cuántas horas des a tus hijos, siempre dirán que eres una mala mamá”. También ayuda que es muy organizada, sabe qué va a hacer cada día de la semana y lleva las cosas con reloj. Para terminar, Chagit cuenta que estuvo muy triste con lo que sucedió alrededor del show de Netflix, pues ellos no tenían idea sobre “The Tinder Swindler”. Fue muy triste para ella y su familia ver lo que Shimon Hayut –quien se presentaba como Simon Leviev–, le hizo a tantas mujeres, porque “lo hizo mientras usaba nuestro nombre y nuestra reputación”. Además, ellas fueron criticadas a raíz de este documental, “pero la gente no sabe que esta persona no solo defraudó a mujeres, también a negocios y bancos por miles de dólares”. Incluso, los negocios afectados se acercaron a su compañía para pedir que ellos pagaran.

Chagit y su familia sabían que “el estafador de Tinder” existía, aunque no estaban conscientes de su alcance y cuánta gente fue afectada por sus acciones. “Estábamos en shock al ver el show, nadie nos preguntó nada”… pero encontró la manera de ayudar, aunque ellos fueron parte de los afectados: creó una red de apoyo para estas mujeres.

[ @chagit_leviev www.leviev.com

CENTRO CULTURAL PLAZA FÁTIMA

El Centro Cultural Plaza Fátima está situado en San Pedro Garza García, Nuevo León, en el Norte de México. Una de sus vocaciones es la de promover exposiciones transciplinarias, performances y happenings, así como ofrecer una gran variedad de laboratorios experimentales para que todas y todas puedan aprender técnicas de creación y teorías relacionadas a las artes visuales y performáticas.

Uno de los grandes intereses del centro es la experimentación con textil y es por esta razón que exposiciones de moda e instalaciones textiles son muy frecuentes en su programación. Coordinado por la curadora Virginie Kastel, el centro siempre busca favorecer la experimentación.

Plaza Fátima Cultural Centre is located in San Pedro Garza García, Nuevo León, in northern México. One of the vocations of the centre is to promote transdisciplinary exhibits, performances and happenings, as well as to offer a broad range of experimental laboratories all year long, so that everyone can learn techniques and theories related to visual and performative arts.

One of the greatest interests of the centre is experimentation with textiles, so that fashion and textile installations are occurring very frequently throughout the year. Coordinated by curator Virginie Kastel, the centre always seeks to set experimentation in the core of its action.

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