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www.eltiempo.com - LUNES 18 DE JUNIO DE 2012 - EL TIEMPO
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El ‘palenquero fino’ que se va a Washington Charles King llevará su champeta a un evento del Banco Interamericano de Desarrollo. Es la primera vez que este músico costeño sale del país. Carlos Solano Cultura y Entretenimiento
Si a Charles King le preguntan en Washington qué es la champeta, él ya sabe cómo explicarles: “El blues es una champeta, es la misma música que llevamos en las venas (...). Yo le diría a un americano que es la revolución de la música afrosuramericana, esa identidad que nos fue negada desde el colonialismo”. El creador de ese éxito ‘picotero’ que fue El chocho estará el próximo 21 de junio con su banda Los Inteligentes en el escenario principal del festival Artomatic, que organiza el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la capital estadounidense. La invitación es una oportunidad que se ha ganado a pulso, saltando primero de la escena cartagenera de las ‘picós’ hasta Bogotá y, ahora, fuera del país. El día en que le dieron la visa, hace un par de semanas, King llevaba una sonrisa de oreja a oreja. Es la primera vez que va a salir del país. De hecho, también es la primera en que tiene un pasaporte. No lo había necesitado en estos 25 años en los que se ha dedicado a cantar sin mayores pretensiones que contar historias de su pueblo. “Esta es otra barrera que brincar, y estoy feliz de poder mostrar allá una parte cultural de Colombia que no se conoce y que ha sido víctima de estigmatizaciones. (...) Voy a decirles ‘aquí está la champeta, que ha hecho mu-
cho por mi gente’ ”, afirma. La música estuvo en la cabeza de Carlos Reyes (41 años) desde que nació, en San Basilio de Palenque, Bolívar: “Cuando era niño, no existía la luz, y la diversión de nosotros era cantar, porque casi todos los juegos que se hacen en el palenque tienen que ver con canto. Hacíamos rondas y cantábamos dándoles a latas y botellitas, nos divertíamos y pasábamos la noche hasta que nos mandaban a acostar”, recuerda. Poco faltó para que ese Charles King fuera el seudónimo de un pugilista: “Llegué a Cartagena de pelao e intenté ser boxeador porque esa era la forma de creer uno que podía salir de la miseria”, dice recordar de aquellos años en los que, cuentan, lo patrocinaba la madre de Pambelé. Pero el palenquero nunca hizo una sola pelea oficial: a los 16 años, conoció al grupo Son Palenque y ahí se integró a la música. Allí se encontró con otros
Es un cronista de la Cartagena real, sin moralismos ni posturas políticamente correctas.
cantores populares como Viviano Torres, Melchor el ‘Cruel’ y Kasimiro ‘Kassiva’ Valdez. En 1986, la participación con ellos en el Festival de Música del Caribe los puso en el radar: “Inauguramos esa edición y la prensa tituló en esos días ‘El festival empezó con fiebre de 40 grados’ ”. A partir de ahí, escribieron la historia de la champeta criolla. “Las cosas no eran tanto pensando en el éxito, sino en tener la oportunidad de disfrutar de toda la música –afirma el ‘Palenquero fino’–, y habríamos ido al festival 20.000 años solo para ver a todos los grupos que llegaban, sin pensar en lo que íbamos a lograr hasta ahora (...). Luego empezaron a llegar a Cartagena los productores criollos y a grabar a la gente desde el 92 para acá”. King es un cronista de la ciudad real, sin moralismos, posturas políticamente correctas ni pelos en la lengua. Y tiene más de 200 canciones. Por eso, no es coincidencia que haya grabado una sobre la Cartagena sexual apenas meses antes de que estallara el escándalo del Servicio Secreto estadounidense: Gigoló cuenta la historia de un hombre que con algunas frases en inglés y francés va a las murallas de Cartagena y no falla en hacer ‘levante’. “No es que sea ‘gigoló’ / pero las viejas le pagan, / las canosas 100 por ciento y las más jóvenes la mitad”, reza la letra. “Es lo que se vive cotidianamente en el mundo
Carlos Reyes, conocido como Charles King, tiene 41 años y nació en San Basilio de Palenque.
La champeta, marginal
Un largo camino LA CHAMPETA TIENE SU BASE EN ÁFRICA La champeta que se conoce en el Caribe es una derivación de ritmos como el ‘soukous’, la ‘socca’, el ‘mbquanga’ y el ‘ju ju’, que habrían llegado a Cartagena a finales de los años 60. Esta champeta, que extrae su nombre de un tipo de machete, encontró en el poder de los sistemas de sonido provenientes de Jamaica, conocidos aquí como ‘picós’, su principal vitrina. La explosión comercial del género fuera de Cartagena se dio en este siglo, con éxitos como ‘La voladora’ o ‘Busco alguien que me quiera’, y con artistas como El Sayayín o El Afinaíto.
–explica King–, es un tema que se ha visto siempre a través de las mujeres pero no de los hombres, y la canción me la cuestionaron porque ‘cómo así que el hombre sea trabajador sexual’, que no, que ‘él lo hace por placer, pero le pagan’ ”. Gigoló hace parte de un EP (compilación de sencillos) que King grabó en Bogotá este año, de la mano de un gigante: Richard Blair (Sidestepper, Totó la Momposina), en los estudios de Audiovisión. El ‘Palenquero fino’ se vino a la ‘nevera’ con Los Inteligentes, decidido a dejarse empapar por la visión del británico. “El hombre (Blair) sabe mucho sobre lo que se maneja en el Caribe y conoce la influencia africana, que nutre todo lo que hacemos”, cuenta el champetero. Grabaron todos los instrumentos en
bloque: “Nos sentíamos como haciendo un concierto en vivo, y de ahí se logra captar la esencia real de lo que uno quiere”. Y esa intención quedó registrada en una grabación que rescata el sonido original de la champeta, cuya base es la guitarra, por encima de los sintetizadores y las percusiones programadas que se han hecho más populares en Cartagena, pero, según King, extravían el sentido caribeño. “La champeta básica es el sonido que ha hecho bailar a muchísima gente (...). A la champeta que se está haciendo hoy la critican viejas y nuevas generaciones, la llaman ‘ranchanchán’, una cosa hecha a la ligera, más que todo algunos productores que reducen costos y le han quitado parte de esa esencia”.
Paradójicamente, King se presentará en Washington, pero no puede tocar en estos días en ningún ‘picó’ en Cartagena: aún está vigente una suspensión de dos meses debido a actos de violencia que ocurrieron alrededor de una fiesta. “Creo que unos agentes de Policía fueron a apagar un ‘picó’ en un barrio, con excesiva fuerza, y la que iba a ser agredida ultimó (mató) a un agente, y eso fue motivo para suspender los bailes de ‘picó’, pero uno se pregunta, ¿hubo algún ‘picó’ sonando en el momento del atentado al exministro Londoño? ¿Hay que estigmatizar una cultura? Yo veo una especie de persecución, nos acusan de violentos”, afirma. Según King, en Cartagena intentan callarlos porque los ‘picós’ denuncian las problemáticas de la ciudad: “Algunos burgomaestres han estado tratando de acabarlos, porque son nuestra fuente de información”. Pero algo lo perturba especialmente del tema: “Cuando es tiempo de campaña política, la champeta es la música preferida por la gran mayoría de los políticos, porque nosotros les cantamos a todas las masas, y ahí sí nos buscan para grabar jingles, (...) para convencer a la gente para que los posesionen en los diferentes cargos públicos, pero son la misma gente que luego de que se posesiona quiere sacarnos de la vida útil de la ciudad”. Charles King va a seguir denunciando con sus letras, no solo cantando El chocho: “Han catalogado mis canciones con las que dicen la verdad. Eso es lo que la gente quiere recibir siempre, buenos mensajes”.
“Cuando es tiempo de campaña, la champeta es la música preferida por los políticos, pero luego nos vienen a estigmatizar”.
Aunque este músico de San Basilio de Palenque, Bolívar, quería ser boxeador para salir de pobre, a los 16 años su vida cambió cuando conoció al grupo Son Palenque y se dedicó a la música champeta. Yomaira Grandett / EL TIEMPO