Martin Stendal

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www.eltiempo.com - VIERNES 20 DE ENERO DE 2017 - EL TIEMPO

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Clayt Sonmore abraza a ‘Jesús Santrich’, a quien escuchó y ofreció una experiencia de sanación. Carlos Solano Cultura y Entretenimiento

Durante los últimos cuatro años, mientras el país se concentraba en el debate sobre la pertinencia de las negociaciones con las Farc, en medio de la división política cocinada por el plebiscito y atizada por las guerras de información, los escándalos, las pujas de poderes y las marchas, permaneció atracado en la marina Hemingway, al norte de La Habana, un pequeño barco llamado ‘El Viajero del Alba’. “Teníamos un barbecue en la orilla, unas mesas debajo de los árboles y unos buenos habanos, y pedíamos de algunos restaurantes cercanos”, cuenta su capitán, el misionero estadounidense Russell Martin Stendal. Allí recibió en varias ocasiones a ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’, entre otros jefes de las Farc, a quienes les hablaba de la palabra de Dios, en ocasiones durante largas jornadas que se podían extender toda la noche. Esta misión era la continuación natural de una labor que emprendió hace décadas, en la que ha llevado las enseñanzas bíblicas a combatientes de todos los bandos, sea a través de libros o de la frecuencia de la emisora Garita Radio, en lugares recónditos adonde llega la señal, porque Stendal, a lomo de mula, se ha colado entre líneas enemigas para instalar las antenas repetidoras. En su libro The Hidden Agenda, que publicó en el 2014, el misionero cuenta que a lo largo de estas décadas ha visto muchos casos de ese cambio en los guerrilleros a los que les habla, y dice que esa conversión es más sincera que el simple hecho de asistir a una misa interminable. “Cuando un comandante terrorista fiero empieza a escuchar cerca de ocho horas seguidas de enseñanza cristiana en un radio, acompañado del estudio de la Biblia y literatura cristiana, algo está cambiando en lo más profundo de su ser”. El contacto entre Stendal y los negociadores fue el guerrillero Noel Pérez, quien entró a formar parte de la mesa y además protagonizó un curioso episodio ocurrido en el 2006, en Cubarral, Meta, acontecimiento que luego inspiraría la película La montaña: una tregua temporal acordada por el bloque Centauros de las autodefensas y el frente 26 de las Farc, fruto de un encuentro fortuito entre sus comandantes, que Stendal propició por error y que permitió crear un corredor humanitario en una zona en la cual los guerrilleros morían de hambre. Un precedente de paz inesperado entre enemigos que no se podían ni ver. Ya desde su primer encuentro con ‘Márquez’, el 6 de enero del 2013, la experiencia prometía ser muy intensa, relata Stendal. “Ellos entraron pidiéndome perdón por las molestias que nos habían causado; me habían secuestrado varias veces y también a mis amigos. Ellos estaban muy compungidos por eso. Después pidieron que si los podía acompañar en el proceso”, recuerda. Sobre lo que pasaba allí, la forma de crear confianza para entablar un diálogo espiritual, solo explica que “todo empezó a girar alrededor del ‘Plan amigos’, en el que desde hace años comenzamos a buscar personas de buen corazón donde estén. Podemos ser amigos de los no corruptos, pero a quien está ‘untado’ y quiere salir de eso le damos un chance”. Al barco llegaron también, en apoyo a la misión de Stendal, personajes como el predicador cristiano estadounidense Clayt Sonmore, reconocido en su país porque mediante su ‘avivamiento espiritual’ ha practicado sanaciones y porque ha publicado libros acerca del sectarismo en las religiones, que han causado impacto en esas comunidades. En La Habana, Sonmore sostuvo un encuentro con ‘Santrich’,

‘Iván Márquez’ fue uno de los jefes de las Farc más abiertos a escuchar al misionero estadounidense.

Desde los años 80, Stendal logró tener acceso a las zonas más difíciles del conflicto armado.

El hombre que les habló de Dios a las Farc en La Habana El misionero Russell Martin Stendal recibirá el premio internacional Shahbaz Bhatti Freedom este domingo. Su intervención fue crucial en el proceso de paz con ese grupo.

Unos 120.000 radios que solo sintonizan Radio Garita se les repartieron a combatientes de todos los bandos. Fotos: archivo particular

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en Bogotá para aclarar una información que le habían consultado. Al llegar, se encontró con una orden de captura. Tan solo 24 horas después, una jueza lo dejó en libertad porque las pruebas del ente acusador eran “incipientes e insuficientes”. Stendal, usualmente silencioso ante asuntos que no son de sus prioridades, como sí lo es Dios, contó por medio de sus abogados que los testigos lo venían llamando meses antes para exigirle dinero, pero no les había prestado atención. Al día siguiente, cuando le explicaba a una reconocida periodista a través de su frecuencia radial por qué hacía lo que hacía desde hace más de 50 años, ella negaba repetidamente: “Eso está muy raro, eso no es posible”. Hasta teorías sobre espionaje intentaron endilgarle; también, de sufrir el síndrome de Estocolmo, pues la primera vez que las Farc secuestraron a Stendal fue en 1983, y fue allí donde empezó a hablar con los combatientes, episodios que inspiraron sus libros Rescue The Captors (rescatando a los captores). Días después, y ya enfriados los ánimos noticiosos, el portal La Silla Vacía revelaba quién era espía, al llamarlo “el infiltrado de Dios”. Hoy, Stendal empieza a celebrar los frutos de esa labor en La Habana, que significó extender un puente para hablar de cristiandad con líderes de formación ultramarxista: “En el bote pasaron muchas cosas que todavía no se pueden decir, porque la contraparte aún no quiere salir a la luz; pero había personas muy importantes en este proceso, extranjeros y colombianos que lograron convencer a los guerrilleros de que si entregan las armas, no los masacrarán y tendrán la oportunidad de iniciar una nueva vida”. “Sé que hay personas aún con el corazón muy dañado y sé que tendremos que luchar con malas actitudes y problemas. Un tratado firmado no arregla todos los corazones, es una licencia que tiene que ser peleada y trabajada. Pero sí me anima a seguir trabajando que muchos otros corazones sí han cambiado –añade–. Sí creo en su voluntad, ellos están muy optimistas y vemos deseos de tener un nuevo rumbo. Cada uno tiene su vínculo con Dios sin necesidad de religiosidad. Ellos han rechazado la religiosidad, pero no a Dios”.

Una fe sin sectarismos

Russell Martin Stendal, a bordo de su embarcación ‘El Viajero del Alba’, que permaneció estos años atracado en La Habana.

mediado además por Alethia, una de las hijas de Stendal. En The Hidden Agenda cuentan cómo Alethia transmitió un mensaje muy particular a ‘Santrich’, al conmoverlo con una grabación de la plegaria Amazing Grace y de cómo esta fue compuesta por John Newton, quien antes de ser compositor fue un negociante de esclavos que se convirtió.

Labor de largo aliento Para el misionero, esta negociación de paz no ha sido de cuatro años, sino más de 30: las cuentas de su campaña comienzan en 1984, cuando se unió al padre Rafael García Herreros en la ‘Cruzada nacional por la reconciliación’ –bajo autorización del presidente Belisario Betancur– y sostuvieron diálogos con las Farc en Casa Verde, así como también actuaron en la tregua de los esmeralderos de Quípama. “Luego, nos autorizaron los

El galardón también lo han recibido el papa Francisco y la líder birmana Aung San Suu Kyi.

presidentes Gaviria y Samper, estuve con Pastrana, con Uribe, y durante todo ese tiempo ‘regamos’ casi tres millones de libros, más de un millón de biblias y nuevos testamentos, y 120.000 radios Galcom, fijos con nuestra frecuencia –y que funcionan con manivela–. No hubo un secuestrado que saliera sin que hubiera tenido un radio de nosotros escuchándonos a diario”, cuenta el estadounidense, quien se instaló en Colombia hace más de 50 años, cuando llegó con sus padres, también misioneros. A bordo de ‘El Viajero del Alba’, Stendal suele permanecer desconectado. No solo por la dificultad de las conexiones de internet en la isla, sino como precaución –reconoce–, ante la amenaza de ‘hackeadas’. Hace unas semanas prendió el computador y encontró más de 100 correos electrónicos seguidos. Entendió que lo andaban buscando porque le habían otorgado el premio internacional Shahbaz Bhatti Freedom, reconocimiento que le entregarán este domingo en Bogotá.

Trabajar en silencio La labor de Stendal en Colombia habría podido continuar de forma silenciosa, fuera del radar de la opinión pública y sin atención mediática, si no fuera por el incidente de febrero del 2015,

El libro ‘The Hidden Agenda’ recoge su experiencia en el proceso de paz.

cuando fue capturado por la Fiscalía acusado de rebelión, según el testimonio de dos testigos que lo señalaban de auxiliar a los frentes 51, 53 y, en general, al bloque Oriental. En su momento, las autoridades presentaron a Stendal ante las cámaras esposado y escoltado por dos guardias armados. En sus titulares del mediodía, un noticiero nacional lo calificó de “cura de las Farc”. Lo que no había aclarado la Fiscalía es que Stendal fue detenido cuando asistió voluntariamente a sus oficinas

Stendal no está matriculado con ninguna Iglesia. Su labor es financiada por una organización de caridad canadiense llamada Colombia para Cristo, que ha permitido además que decenas de donantes vengan a conocer la labor del misionero y sus colaboradores en diferentes regiones del país, que incluyen brigadas médicas y educativas. Tal vez por ello, Stendal llamó la atención de la organización First Step Forum, que le concedió el premio anual Shahbaz Bhatti Freedom. Este galardón reconoce los esfuerzos por la construcción de paz y respeto entre diferentes religiones, y ha sido otorgado desde el 2012 a personajes como el papa Francisco (2014), a la líder birmana Aung San Suu Kyi; al médico egipcio Hany Hanna, predicador en la Primavera Árabe, y al obispo bautista georgiano Malkhaz Songulashvili. Todos, pertenecientes a religiones diferentes. Fue creado en honor del político paquistaní Shahbaz Bhatti, quien fue asesinado en el 2011 y que, como católico romano –el único en el gabinete ministerial entonces en su país–, combatió la llamada ‘ley de la blasfemia’, por la que han sido acusadas más de 1.300 personas desde los años 80. Un grupo talibán reconoció su responsabilidad en el asesinato de Bhatti al llamarlo “blasfemo de Mahoma”. Actualmente, hay una solicitud de beatificación (católica) en su nombre. La ceremonia tendrá lugar en el salón Los Héroes, en Bogotá, este domingo a las 4 p. m., donde los delegados de FSF y la Alianza Evangélica Mundial le entregarán el reconocimiento. Y con tantos amigos que se le han unido en estas décadas, podría pasar algo muy singular, dice Stendal: “Nosotros invitamos el domingo a todos, no sé quiénes vayan a ir, pero invitamos a altos militares, políticos, expresidentes; por ejemplo, Uribe está invitado. Y también a los de la insurgencia... Vamos a ver...”.


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