Richard Clayderman

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www.eltiempo.com - JUEVES 4 DE OCTUBRE DE 2012 - EL TIEMPO

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El caballero del esmoquin blanco El pianista francés Richard Clayderman, el rey de la música ‘easy listening’, que originó un estilo, duerme relajado: ha vendido 70 millones de discos en todo el mundo. Hará concierto en Bogotá. Carlos Solano Cultura y Entretenimiento

Ocurrió en Viena, la ciudad musical del planeta, la casa de Mozart, Schubert, Brahms, Haydn, Von Suppé, etc. Finalizado su concierto, el pianista francés Richard Clayderman intentó retornar al camerino, pero el público no se lo permitió: tuvo que regresar al escenario para repetir no una, sino nueve veces más la pieza Ballade pour Adeline. De seguro, usted la recuerda, especialmente por sus citas odontológicas. Una imagen inolvidable, tanto para quienes aman a Clayderman como para los que lo vituperan: su video, en el que el músico, de esmoquin blanco, con su piano del mismo color, vistos a través de un filtro difusor, exaltaba esa idea de ‘inmaculado’. En Colombia trae recuerdos de la televisión de los

años 80, por el comercial en el que una mujer ligera de ropa susurraba: “Nunca olvidaré al hombre que usa camisas y pantalones Alberto VO5”. Clayderman vuelve a Colombia (ha venido en varias ocasiones, la última hace siete años) para dar un concierto en el Teatro Mayor de Bogotá, el próximo 27 de noviembre. “Pienso que en ese entonces (los años 80) mi personalidad, mi forma de tocar el piano y mi vestido blanco eran una buena combinación. Mucha gente se siente muy ligada a eso y aún hoy, por ejemplo en Alemania, donde he sido muy exitoso, algunas de mis piezas musicalizan programas de televisión, y

eso me permite estar más ligado al corazón de las personas”, cuenta a EL TIEMPO Clayderman, con su calmado y amigable acento francés. Faltaba más. ¿No debería el padre del mercado de la música easy listening ser el hombre más calmado sobre la faz de la tierra? En parte lo es, aunque afirma que pasa más de siete meses del año trabajando fuera de casa, de gira por el mundo. Cuando vuelve a su hogar, en una provincia de las afueras de Pa-

rís, al músico (de 68 años) lo esperan su esposa y su perro. “Realmente, compongo en casa. No tengo que ir a ningún otro lado. Cuando vuelvo de las giras, lo primero que busco es la cama, y en el cuarto hay también un piano. Suelo despertarme temprano, tipo 5 o 6 a.m., y practico hasta las 11; hago muchas cosas en mi casa... ¡Y amo salir de compras!”, dice. Clayderman ha vendido 70 millones de copias de sus discos en todo el mundo (otros cálculos hablan de 85). Comparte este escalón con artistas como Shakira, Red Hot Chili Peppers, Duran Duran, Iron Maiden, Green Day e incluso Bob Dylan, por mencionar algunos. Ostenta otros récords: en 1987, un concierto suyo transmitido por la televisión china llegó a 800 millones de espectadores. El libro Guinness Records lo reconoce como el pianista más exitoso del planeta. Paradójicamente, todo esto ocurre de manera silenciosa, pues se mueve lejos de la atención de los medios. Su próxima visita a Colombia coincide con el año en el que la reconocida emisora Melodía FM Estéreo –la única que programaba de manera habitual música de Clayderman– salió del aire para dar paso a una estación de noticias. El pianista admite que ese retroceso de este estilo de música es un fenómeno mundial, pero no

La música y el ‘look’ de Clayderman van de la mano.

Clayderman ha vendido 70 millones de copias en el mundo, lo cual lo sitúa al lado de Shakira, Iron Maiden, Green Day, Duran Duran y Bob Dylan.

“Cuando en la música hay una gran melodía, es fácil ser recordado por ella.” Richard Clayderman PIANISTA FRANCÉS

Una noche para Adeline

Para el ‘Guinness Records’, Clayderman es el pianista más exitoso del planeta. Todo a punta de conciertos. Fotos: Archivo particular

El concierto de Richard Clayderman, con todos sus éxitos, se dará en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo el próximo 27 de noviembre. Boletas, desde 78.000 hasta 225.000 pesos, en tuboleta.com.

se rinde. “Hoy es difícil tener una exposición en la radio con mi tipo de música –afirma–, pero creo que todo se mueve con las giras (...). He tenido que hacer a veces mis propias promociones, mis propios comerciales de televisión, pero está bien. Por ejemplo, en Asia tengo mucho éxito, pero es porque me mantengo de gira y eso permite que la gente no me olvide.”

Atrevido, en su momento Corría 1976 cuando Philippe Pagès (el nombre de pila de Clayderman), un pianista de formación clásica que había entrado al conservatorio a los 12 años, pero mostraba interés por hacer música popular –incluso tuvo una banda de rock–, recibió la invitación del productor Olivier Toussaint para participar en un disco con estilo ‘baladístico’, que fuera exclusivamente en piano. A la receta se unió el compositor Paul de Senneville, quien había escrito una pieza dedicada a su hija Adeline. Grabaron el álbum Amour y ese fue el comienzo de todo. “Ciertamente, fui un pionero en 1977, porque a los pianistas no se les ocurría lanzarse en este tipo de música. Hoy es perfecto y los músicos clásicos lo entienden”, dice. No siempre fue así. El pianista reconoce que el choque en cierto momento fue difícil con los músicos de academia, especialmente a la hora de invitarlos a hacer parte de sus proyectos. “En ese entonces, a algunos no les gustaba lo que estaba haciendo con mi música. Pero, por ejemplo, cuando aceptaban tocar conmigo, les explicaba que esto es música popular y que tenían que respetar mi elección. Además, tener respeto por la audiencia, que podía ser muy grande. Y después de 35 años, ellos están más orgullosos de tocar esta música conmigo”, cuenta. Después de que logró éxito con esa receta, ya nada lo desbancó. Y, musicalmente, tampoco tuvo que correr grandes riesgos: su fórmula comercial le permitió hacer versiones de clásicos románticos de todas partes, incluyendo un álbum completo dedicado a Abba, otros de temas navideños y en algunos, incluso, se dio el lujo de volver a su esencia clásica. En el disco America Latina... Mon Amour, de 1993, edulcoró Gracias a la vida (Violeta Parra), La chica de Ipanema (Jobim), La incondicional (Juan Carlos Calderón) y Querida (Juan Gabriel), entre otras. “Cuando experimento, lo pruebo solo sobre el escenario. Por ejemplo, mis títulos románticos los mezclo con melodías de películas, incluso agrego algo de estándares de jazz fusión, pero, para mis álbumes, todo es diferente –asegura–. Tocar distintos tipos de música, eso es bueno para mí y para la audiencia, pero solo en el escenario.” En total, supera nada menos que los 160 discos, incluyendo compilaciones. Y en 34 de ellos se encuentra en el título la palabra amor. En cuanto al futuro, Clayderman no ve nubes negras en el firmamento. “Si me mantengo haciendo conciertos, al menos los próximos 10 años, seré muy feliz –concluye–. Quiero que la gente me recuerde por mi éxito. Cuando en la música hay una gran melodía, es fácil ser recordado por ella”.


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