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TECNOLOGÍA APLICADA Realidad extendida médica

Dra. Giselle Ricur. Médica oftalmóloga, egresada de la Universidad Nacional de Cuyo y Fellow de la Asociación de Telemedicina Americana. Actualmente es directora ejecutiva de Cuidados Virtuales en el Bascom Palmer Eye Institute de la Universidad de Miami.

El uso de dispositivos de realidad extendida (XR) en el sector de la salud está experimentando un rápido avance, transformando tanto los exámenes médicos tradicionales como la experiencia del paciente en su interacción con el sistema sanitario.

Estos dispositivos están comenzando a desempeñar un papel fundamental en la optimización de los flujos de trabajo en clínicas y hospitales, mejorando la eficiencia y permitiendo a los profesionales de la salud dedicar más tiempo y atención personalizada a cada paciente.

En los últimos años, ha ganado popularidad el término medical extended reality o MXR, que se refiere a un concepto híbrido que combina la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV), potenciadas por las tecnologías hápticas que permiten involucrar otras sensaciones más allá de la vista.

Hoy por hoy, en un entorno simulado, los sensores presentes en los guantes hápticos permiten –por ejemplo– sentir la presión del tacto, pero también apreciar la temperatura. Uno puede percibir que toca algo y sentir, a la vez, que está caliente cuando en realidad no lo está. Es decir, uno percibe que está llevando adelante una tarea naturalmente cuando en realidad está simulada en un entorno de realidad virtual.

La elección del tipo de realidad utilizada dependerá de la aplicación y de la especialidad médica en cuestión. En este sentido, la realidad médica extendida está revolucionando campos como la oftalmología, donde la RV ha encontrado una aplicación significativa.

La incorporación de esta tecnología en oftalmología no es novedosa: existen registros de su uso que datan de 1992. Sin embargo, a partir de la pandemia de COVID-19, se ha producido un notable aumento en las publicaciones científicas relacionadas con el uso de la RV en la formación quirúrgica y en la educación médica. Este aumento refleja el potencial de la tecnología para mejorar tanto la capacitación de los profesionales como los resultados en la atención de los pacientes.

Ante una mayor demanda de soluciones portátiles y rápidas para la realización de exámenes visuales, los dispositivos de RV han despertado un gran interés, ya que permiten realizar exámenes oculares completos, que son cruciales para la detección temprana de anomalías que amenazan la visión y para la aplicación de intervenciones oportunas. Los exámenes oftálmicos fundamentales incluyen: agudeza visual, refracción, campo visual, alineación ocular, presión intraocular y examen del fondo de ojo, entre otros. Habitualmente, estos exámenes requieren de personal altamente capacitado y equipos sofisticados, que suelen ser costosos y voluminosos, limitando su accesibilidad para algunos pacientes.

Para superar estas barreras, la industria desarrolló plataformas basadas en RV que permiten evaluar con precisión algunas condiciones oculares. Estas tecnologías pueden estar montadas sobre plataformas exclusivamente de RV o combinarse con RA para proporcionar una experiencia extendida. Los dispositivos de RV ofrecen varias ventajas sobre los equipos diagnósticos convencionales, como una mayor precisión, reproducibilidad y velocidad en la realización de pruebas, además de ser ergonómicos y requerir menos espacio. Todo ello contribuye a la mejora de los flujos de trabajo en las clínicas, aliviando la carga sobre los profesionales de la salud y facilitando la atención personalizada al paciente.

En general, los cascos de RV se conectan con aplicativos web a través de WI-FI, lo que permite evaluar diversas funciones visuales como la perimetría, pupilometría, motilidad ocular, visión del color, agudeza visual y sensibilidad al contraste, tanto en adultos como en niños. Los informes generados se almacenan en bases de datos seguras en la nube —cumpliendo con los marcos regulatorios pertinentes— para su revisión inmediata o posterior por parte de los médicos.

Asimismo, algunos incluyen un asistente virtual integrado en los dispositivos que ofrece instrucciones claras en varios idiomas, lo que facilita la experiencia del usuario y alivia la carga de los técnicos de salud que ya no necesitan supervisar constantemente a los pacientes durante los exámenes. Sin embargo, es fundamental proporcionar instrucciones precisas para que los pacientes se sientan cómodos utilizando estas tecnologías innovadoras, especialmente en caso de dificultades técnicas.

Actualmente, grandes centros académicos están llevando a cabo estudios clínicos para validar el uso de estos dispositivos en comparación con los métodos oftalmológicos estandarizados. De confirmarse su efectividad, estos sistemas podrían reducir los costos, aumentar la accesibilidad y facilitar su uso fuera del entorno hospitalario gracias a su portabilidad y tamaño reducido.

En subespecialidades como el glaucoma, el uso de dispositivos de RV ha demostrado ser exitoso. Los resultados obtenidos con estas herramientas son comparables a los que se obtienen con equipos de perimetría automatizada, considerados el estándar de oro en la medición de campos visuales. Adicionalmente, se ha reportado un alto nivel de satisfacción entre los pacientes.

El Bascom Palmer Eye Institute es uno de los pioneros en el desarrollo e implementación de distintas plataformas de RV para oftalmología. En mi experiencia aquí, una de las grandes ventajas de su aplicación es la ubiquidad en la provisión de cuidados, por ejemplo, al testear pacientes internados en estado crítico que no pueden trasladarse para realizar pruebas tales como campos visuales. Estos pacientes, en algunos casos, definen la necesidad de cirugías descompresivas para salvar no solo la vista, sino también la vida.

Aunque la edad y la experiencia previa con la realidad virtual pueden influir en el tiempo necesario para completar el examen, la mayoría de los pacientes aprende rápidamente a utilizar los dispositivos y se sienten seguros haciéndolo por su cuenta. Incluso la RV ha ampliado su ámbito de aplicación para incluir a pacientes pediátricos mediante el diseño de exámenes que incorporan componentes lúdicos. No obstante, se han reportado efectos secundarios propios del cibermareo, como náuseas, fatiga visual, dolores de cabeza y mareos, lo que puede limitar su uso prolongado en algunos casos.

Otros desafíos que aún persisten se enfocan en la correcta selección de pacientes, la capacitación del personal, la curva de aprendizaje de los usuarios y el mantenimiento adecuado de los dispositivos, lo que incluye su calibración y carga.

FUTURO

Es crucial realizar más estudios para asegurar que estos dispositivos puedan funcionar eficazmente fuera del entorno hospitalario, especialmente en áreas con acceso limitado a la atención oftalmológica, como comunidades desatendidas, escuelas rurales o misiones médicas internacionales. Además, se vislumbran posibles aplicaciones en el ámbito espacial, donde se busca un dispositivo liviano y efectivo para evaluar la visión de los astronautas.

Finalmente, las futuras innovaciones en software y hardware podrían permitir que estos dispositivos ofrezcan exámenes oftalmológicos aún más completos, integrándose con los sistemas de registros electrónicos de salud y facilitando un diagnóstico más preciso y eficiente, lo que subraya el potencial de estas plataformas para revolucionar el diagnóstico y la evaluación oftalmológica.

La Dra. Giselle Ricur junto a Shalini Shaw, su Fellow en Teleoftalmología, en el Bascom Palmer Eye Institute de Naples, Florida, durante la semana nacional de telesalud.
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