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Capítulo 13:Al igual que un noble......................................................................................Pp
from Hokuou Kizoku 2
Capítulo 13 %
Al igual que un noble
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El almuerzo en la mansión de la Casa Wattin se llevaría a cabo en un salón comedor diferente al usual, uno más grande. Luego de recordarme a mí mismo que marido y mujer debían de entrar con los brazos entrelazados, saludar a los participantes en la puerta y tomar asiento, ingresé con Sieg.
En el salón comedor ya había muchas personas. Mostré una sonrisa superficial, luego hice una reverencia y fui hacia nuestros asientos según lo indicó el mayordomo.
—Qué sofisticadas —dijo Sieglinde en una voz tan baja, que solo yo pude escucharla, mientras contemplaba a las jovencitas bien vestidas.
—Pero, Sieg es la más bonita —susurré cuando me apartéde ella para sentarme en el asiento de enfrente.
Por lo visto, éramos los últimos en llegar, ya que tan pronto como tomamos asiento, mi suegro hizo un brindis para agradecer la asistencia de todos.
Conforme los sirvientes ajetreados comenzaban a preparar la mesa, yo charlé con las personas a mi alrededor. Todas parecían estar interesadas en mí, un extranjero, así que me hicieron muchas preguntas.
—Ese es un color inusual de cabello.
—De donde vengo, todas las personas tienen el mismo color de cabello.
—Ya veo. Parece un color de cabello que solo verías en los cuentos.
—Pues, sí.
—¿Cómo se llamaba? Había un cuento que leí cuando era niña.
Me pregunto si el cuento del Hada de la Nieve es famoso por aquí. Si muchas personas dicen que me parezco, es preocupante el nivel de similitud que tengo con eso.
El almuerzo terminó sin problemas. Había dos flores, jovencitas, junto a mí; sin embargo, descubrí que solo deseaba una flor. Considerando cómo solía amar a todas las mujeres por igual, sí que he cambiado bastante.
Luego de comer, nos dividimos en grupos de hombres y mujeres para relajarnos un momento. Las mujeres realizaron una elegante fiesta del té. Mientras que los hombres tenían charlas vulgares con alcohol y puros para ventilar sus frustraciones.
Comohabía muchas personas alrededor de mi suegro, me escabullí a un rincón para que no me vieran. Tomaba sorbos de una copa de licor de frutas, prácticamente parecía que lo bebía con gotero.
—¿Puedo sentarme junto a ti?
—Ah, claro.
El hombre que se acercó aeste rincón solitario, era el esposo de la dama que había tomado asiento junto a mí durante el almuerzo.
—Conrad von Baer Walbgen, a su servicio.
—Ritzhard Salonen Revontulet.
Nos presentamos e hicimos un brindis con nuestras copas. Conrad tenía la misma edad que yo. Además, él fue un subordinado de Sieg.
—El día de hoy fue muy tenso.
—Te entiendo.
Sieg parecía feliz durante el banquete porque disfrutó su reunión con un antiguo colega. También aprendí algo inesperado, que era un conocido del único amigo que tengo en este país, Kayneth von Brzenska.
—Le conté a él sobre la Teniente Wattin, ah, ella es Lady Revontulet ahora. Como sea… Al parecer fue él quien le contó a mi amigo sobre la “Águila Carmesí”. Qué coincidencia.
—A decir verdad, no sería extraño para ella que tuviera un rango más alto; sin embargo, rechazó los ascensos y permaneció en nuestra unidad para seguir liderándonos.
Las historias de Sieglinde en su carrera militar, eran gallardas y valientes.
—Me disculpo. Terminé hablando demasiado.
—No, no. Está bien.
Ya que no podría decir que deseaba escuchar historias sobre las hazañas heroicas de Sieg, le comenté que estaba agradecido de escuchar relatos tan valiosos.
—Cierto. Este fin de semana, habrá una competencia de caza. Kayneth vendrá. ¿Por qué no vienes tú también?
Ya que tenía la cabeza llena de Sieglinde, no había estado en contacto con mi viejo amigo. Me encontré con él en el baile del mes pasado; pero, solo intercambié un par de palabras con él, así que me gustaría tener una oportunidad para charlar tranquilamente con él.
—¡Ah!
—¿Qué te parece? ¿O es tu primera vez cazando?
—N-no, me encantaría.
No me preocupaba cazar, pero no podía decidir arbitrariamente sobre esto.
—¿Puedo preguntarle a mi esposa primero?
—Sí, desde luego.
En cuanto salieron esas palabras de mi boca, me arrepentí. Sería malo que pensaran que mis acciones eran controladas por mi esposa. Cuando me apresuré e inventé una excusa, él sonrió y anunció:
—La Teniente es una buena comandante después de todo.
Eresun buen hombre, Conrad.
❄❄❄
Una vez que finalizó en forma segura el almuerzo y tener una reunión reflexiva con mi suegro, cenamos. Cuando fui a mi habitación luego de tomar una ducha, la diosa se encontraba acostada sobre mi cama como de costumbre. Como me sentí agradecido, junté ambas manos en mi mente a modo de rezo.
Me puse la ropa de dormir y me zambullí en la cama. Luego, charlé sobre Conrad.
—Entonces, fui invitado a una cacería.
—Por supuesto que puedes ir.
—Gracias. ¿Qué hay de ti?
Mi esposa participará en una fiesta del té en la mansión de Conrad. A Sieg también la estaban presionando, así que traté de preguntarle.
—¿Yo también puedo?
—Está bien. Escribiré eso en la carta.
—Por favor.
Como ya no tenía nada más que decir, cerré los ojos para irme a dormir. Fue entonces que Sieglinde tocó mi hombro con sus dedos.
—¿Qué pasa, Sieg?
—Podemos charlar un poco más antes de dormir.
—Claro.
Sieg platicó sobre muchas cosas que sucedieron hoy. Mientras escuchaba su historia, pensé que era difícil ser una dama.
—El día de hoy solo había jovencitas hermosas; pero, me hizo feliz que dijeras que yo era la más bonita.
—Por supuesto, Sieg es la persona más despampanante del mundo.
—De verdad.
Al decir eso, coloqué su cabello detrás de la oreja y acariciéel arete en el lóbulo de su oreja con las yemas de mis dedos como si lo estuviera revisando. Quizá porque esa acción le daba cosquillas, abrió un poco los ojos.
—Solo quería hablar. Lo siento, esto es un poco vergonzoso, me tardé demasiado. Ya hay que dormir.
Sujetó mi mano que estaba acariciando su lóbulo de la oreja y la regresó a su posición original. A pesar de que estaba decepcionado, cerré los ojos con fuerza cuando pensé que Sieg también debía de estar cansada.
—Buenas noches, Sieglinde.
—Sí, queduermas bien.
Esa noche tranquila pasó pacíficamente.
❄❄❄
Durante la cacería del fin de semana, buscamos un animal pequeño llamado corzo. Por lo visto, y para mi sorpresa, la caza se realizaba como un deporte para los nobles. Incluso el objetivo era predeterminado: la realeza cazaba venados; los nobles, corzos; y el resto, conejos.
—Los perros encontrarán la presa en el bosque, así que por favor espera.
—Está bien.
Aprendí las reglas, monté el caballo y luego procedí al bosque con mi viejo amigo, Kayneth.
—Finalmente estamos solos, Kayneth.
—¡Idiota! ¡No digas algo tan desagradable!
—Perdón. Es solo que estoy feliz.
Kayneth von Brzenska. Debido a ciertas circunstancias se convirtió en un noble cuando tenía dieciocho años. No habla al igual que un noble; sin embargo, gracias a esa actitud, rápidamente pude volverme cercano a él. —En serio, no creí que te casarías con la “Águila Carmesí”. —Tienes razón. Nunca imaginé que ella aceptaría.
Cuando le conté sobre la vida temporal de pareja por un año, Kayneth dijo que fue bueno que hubiera tenido un milagro.
—Es verdad, Sieg es la diosa de los milagros.
—Entonces, tuve razón al recomendarte que consiguieras una esposa fuerte, ¿eh?
—Pues, sí.
Kayneth me aconsejó que buscara una esposa fuerte que pudierasobrevivir al clima hostil de las tierras remotas. No obstante, como solo iba tras mujeres que eran lindas, seguían rechazándome. No se equivocó en que necesitaba una esposa fuerte.
Como estábamos charlando mucho, los animales no se acercaron a nosotros y los perros parecían decepcionados al no poder encontrar ninguna presa.
—Ya que estamos cazando, pensé que irías con todo.
—Bueno, es un poco diferente a cuando estoy en casa.
Ciertamente, cazar animales por diversión no se sentía bien, así que no podía esmerarme en ello. Desde mi punto de vista, la caza era un medio para sobrevivir, no de entretenimiento. Los viejos hábitos eran difíciles de cambiar.
Cuando regresé al punto de reunión, las personas estaban evaluando quién había conseguido el más grande.Al ver eso, realmente sentí la diferencia en culturas.