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Capítulo 31: Informe de Actividades ~Adalbert von Lüneberg~..........................Pp

Capítulo 31 %

Informe de Actividades ~Adalbert von Lüneburg~

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Una y otra vez las personas, que eran cercanas a mí, me decían que tenía una “cara tenebrosa”. Sin embargo, no pensé que fuera algo de qué preocuparse y no le presté atención durante mucho tiempo.

No entendí lo que significaban estas palabras hasta que mi primer hijo nació.

Al principio, me reía cuando me imaginaba niños. En realidad, pensaba así porque no tenía ninguna experiencia con ellos.

Sin embargo, cuando vi a mi hijo recién nacido, pues, era adorable. Sentí que mi hijo era la cosita más adorable en todo el planeta.

Mi esposa me entregó a mi hijo para que lo sostuviera entre mis brazos. Me habían dicho que era un bebé que no lloraba fácilmente. Aun así, en el instante en que lo sostuve, comenzó a llorar como si le hubiera prendido fuego. Cuando se lo regresé a mi esposa en pánico, dejó de llorar. Tal vez estaba de mal humor. Fue lo que pensé en aquel entonces.

Pero, incluso después de eso, mi hijo lloraba sin cesar cada vez que lo abrazaba. Cuando eso sucedió unas diez veces, empecé a ser cauteloso. Me di cuenta que tenía una cara que no era querida por los niños. Mientras transcurrían mis días ocupados, mi hijo creció rápidamente. Era tan pequeño, pero antes de notarlo; comenzó a caminar, hablar y comer por su propia cuenta.

Había estado tan ocupado que no tenía muchas oportunidades de pasar tiempo con mi hijo. Cuando lo vi luego de mucho tiempo, comenzó a llorar en cuanto nuestros ojos se encontraron.

Entretanto, mi esposa salió embarazada de nuestro segundo bebé. En esta ocasión, tendré que esforzarme para no ser odiado.

Pensé bastante cómo debería hacerlo. Son muy lindos, pero es doloroso que no te quieran. Para conseguir una idea, salí de mi oficina durante la hora del almuerzo y pasé el tiempo reflexionando en el parque.

Allí los niños estaban corriendo felizmente. Contemplaba la escena con satisfacción, pero cada vez que mis ojos se cruzaban con los de un niño, gritaba y salía corriendo.

Así que es la cara después de todo. No podía aceptarlo por alguna razón.

Al día siguiente, me dirigí al parque otra vez. Tenía el objetivo de entender y observar a los niños. Nuevamente los niños estaban jugando felizmente. Para mi sorpresa también había bastantes adultos. Me pregunté si todos estarían disfrutando de un momento de relajación. Cuando me senté en la banca, una mujer joven más o menos de la edad de mi esposa se acercó y me preguntó si quería comprar algunas flores. Las flores que vendía eran flores sencillas del campo acomodadas en ramos. No podía creer que vendiera esto. Ni siquiera tenía el dinero para conseguir flores apropiadas. Además, la ropa de la mujer seencontraba en pésimas condiciones también. Estaba luchando por salir adelante. Qué historia tan triste. El ramo costaba diez peniques. Como no tenía monedas de una denominación tan pequeña, le di unas cuantas monedas que estaban en mi bolsillo por las flores. Cuando miré con detenimiento alrededor, la mayoría de los adultos en el parque eran mujeres. Todas cargaban canastas para vender algo.

Escuché que la tasa de empleo para las mujeres era baja. Aun cuando necesitaban dinero, no tenían lugares dónde trabajar. Sin duda la situación actual era muy triste.

Bueno, más importante, los niños. Estaban jugando felizmente al “corre que te pillo”. Al parecer a los niños les gustaba jugarlo. Pensé que no me podría equivocar con eso, así que perseguí a mi hijo de cuatro años, pero solo conseguí que llorara como si su vida dependiera de ello.

Creo que no a todos los niños les gusta ese juego.

Seguí observando a los niños en el parque. Un día, vi algo asombroso. Un comediante con una apariencia extraña cautivó a losniños. Era muy querido como “el hombre del bigote”. Ciertamente la forma en como su bigote se encontraba arqueado hacia arriba era interesante.

Eso es, me sentí iluminado, es el bigote.

Con un bigote perfectamente recortado, esperé a que mi segundo bebé naciera. El cual resultó ser una niña. Las niñas son realmente lindas.

Tenía un bigote gracioso, así que pensé que estaría bien.

Pero, el resultado fue un gran fracaso. Con solo verme, ella lloró. ¿Qué es esto? Mi hija creció como una niña hermosa, peroyo no le agradaba para nada. Cuando me asomaba a la habitación de los niños, mi hijo e hija se acurrucaban juntos totalmente asustados. Fue una escena un poco cruel.

Pensé que se podían acostumbrar si los veía todos los días, pero por desgracia solo contaba con un cuerpo para cumplir con mi apretada agenda.

Dos años más tarde, nació otro hijo. Mi esposa dijo que era demasiado taciturno.

Aun cuando no creía eso, lo sostuve entre mis brazos. Tal y como mi esposa afirmó, nuestro tercer hijo era demasiado taciturno. No hizo ningún ruido, pero cuando lo abracé, lloró sin ninguna expresión en su rostro. Nuestro tercer hijo era excéntrico.

Luego de ser odiado por tres niños debí haberme rendido, pero todavía no lo hacía.

Pensé que tendría más tiempo libre si le iba mal a mi negocio, así que inicié un nuevo negocio en un intento desesperado. Tenía la esperanza de que podría pasar más tiempo con mi familia de esa forma.

El nuevo negocio se trataba de administrar fábricas que emplearan a mujeres. Se me ocurrió esa idea luego de ver a las mujeres en el parque.

Las personas a mi alrededor trataron de detenerme argumentando que era una idea tonta. Aun así, si hay menos trabajo, puedo pasar más tiempo con mi familia, así que era un buen trato.

O al menos eso creí, pero mi negocio nacido de la desesperación fue muy exitoso. Por consiguiente, estuve más ocupado y solo podía ver a mi familia una vez al mes.

Antes de que me diera cuenta, mi primer hijo llegó a su adultez y cualquier rastro de lindura desapareció. Mi primera hija se casó lejos. Se había convertido en una belleza como mi esposa, pero podía contar el número de veces que hablamos con los dedos de las manos.

No tenía dudas sobre mi segundo hijo. Ese excéntrico estaba realizando una investigación en la universidad. Además, no era un excéntrico cualquiera. Hablé con él también al respecto, pero carecía de emociones como ser humano. Pensé que sus emociones no cambiarían sin importar lo que hiciera, pero no fue así. Si había algo que le gustara, se absorbía tanto en ello que olvidaba comer. Ve y estudia sobre los sentimientos de las personas, cuando le dije eso, comenzó a investigar psicología o algo así. Me hubiera gustado regañarlo, que estudiar no necesariamente requería investigar, pero lo soporté con paciencia. Luego, por alguna extraña razón dijo que saldría de viaje y desapareció.

Después de que mi segundo hijo desapareciera, pasaron unos cuantos años y mi primer hijo contrajo matrimonio y tuvo su familia. Al año siguiente, nació mi nieto.

Por supuesto, yo no le gustaba al bebé. Ya me había rendido con ese tema.

Un par de años después de eso, arribó una carta detallando eventos sorprendentes de parte de mi segundo hijo, a quien había olvidado por completo. Me dijo que se había casado en una tierra muy lejana y que incluso tuvo un hijo. No perdí tiempo y envié regalos para felicitarlos, pero no obtuve ninguna respuesta. A pesar de eso, mandé regalos cada año y ahorré dinero para mi nieto. No me descuidé en lo más mínimo a fin de prepararme para el niño que todavía no había visto.

El nombre de mi nieto era Ritzhard. De acuerdo a mi hijo, era tan lindo como el Hada de la Nieve.

Le dije que viniera con su esposa e hijo varias veces, pero al parecer el padre de su esposa estaba renuente a venir a este país.

Mi deseo fue concedido cuatro años luego de eso. Mi hijo regresó a casa con su esposa e hijo.

Primero que nada, me sorprendí lo mucho que había cambiado mi hijo. Ahora desprendía un aura más suave y podía sonreír. Pude entender el motivo al conocer a su esposa. Mi hijo debe haber sido enormemente influenciado por ella.

Mi nieto era justo como lo había descrito mi hijo. Cabello blanco como la nieve y ojos azules como el zafiro. No podía evitar compararlo con otra cosa que no fuera el Hada de la Nieve del cuento de hadas. Además, aunque suene difícil de creer, el niño sonrió cuando me vio.

—¿Uh…? ¡¿Un niño me sonrió?!

Quedé anonadado por un momento. Cuando mi hijo me presentó como su abuelo, mi nieto trotó hacia mí y dio una reverencia.

—Encantado de conocerte, abuelo, soy Ritzhard.

Luego de presentarse, Ritzhard extendió sus brazos de lado a lado mientras se movía nervioso.

¡¿Qué se supone que significa eso?!

—¿No le vas a dar un abrazo, papá? —declaró mi hijo. Me di cuenta luego de que me dijo. Mi nieto quería que lo abrazara.

Me acerqué con cautela. Cuando le eché un vistazo, sus ojos resplandecían, así que lo abracé rápidamente.

Me preocupaba que pudiera empezar a llorar de repente, pero Ritzhard rió alegremente.

¿Qué debería decir? ¡Qué niño taninocente! Pensé que era la cosita más linda en el sistema solar.

Supuse que mis esfuerzos dieron fruto, que ahora era amado por los niños. Sin embargo, los hijos de mi primer hijo y primera hija todavía lloraban al verme.

Me arrepentí.

—Papá me dabas miedo cuando era niño —escuché la confesión de mi hijo una década después—. Aquella vez que me perseguiste, apareciste en mis pesadillas durante varios días…

Me preguntó qué estaba haciendo ese día. No podía decirle que trataba de jugar a “corre que te pillo”.

El nieto que me temía, también se casó y tuvo un hijo. No esperé nada, ya que, si me aparecía frente al niño, lloraría y me odiaría.

Bueno, podía mimar a Ritzhard, así que pensé que así estaba bien. No me arrepentía de nada.

Sin embargo, un cambio inesperado llegó a mí.

El hombre que no podía casarse, Ritzhard, contrajo matrimonio y milagrosamente yo les agradaba a los niños de la casa de su esposa. Encima de eso, sucedieron más milagros cuando el hijo de Ritzhard nació.

Estaba feliz con solo tener a un bisnieto, pero Ritzhard quiso que escogiera el nombre de su hijo. Me sentí conmovido de que algo como eso sucediera.

Agonicé durante días y días hasta decidir el nombre de mi bisnieto. Mi nieto y su esposa también estaban felices, así que me sentí grandioso.

Además, mi bisnieto era la cosita más adorable en el universo. También ocurrió otro milagro: el niño no lloró incluso cuando me vio.

Qué bendición.

Ese día pensé que haber vivido por tanto tiempo no era tan malo después de todo.

Me sentí agradecido con Ritzhard por lograr que mi sueño se hiciera realidad.

No se lo he dicho en persona, pero debería mostrarle mi aprecio en algún momento.

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