8 minute read
Capítulo 11: Diario de Actividades #3 ~Sieglinde~....................................................Pp
from Hokuou Kizoku 2
Capítulo 11 %
Diario de Actividades #3 ~Sieglinde~
Advertisement
Cuando escuché que Ritzhard se quedaría conmigo, estuve realmente feliz. El año pasado, pasamos todo el tiempo trabajando juntos, así que pensé que no estaría mal que descansáramos juntos.
Sin embargo, la realidad no fue tan satisfactoria como lo imaginé.
Ritzhard, siendo el adicto al trabajo que es, fue a ayudar a papá con el rancho. El tiempo pasó rápidamente sin espacio para relajarse.
Quería ayudar al menos con un poco de trabajo ligero en el rancho; pero, mamá lo prohibió. Me dijo que permaneciera quieta en casa hasta que entrara al periodo estable, por eso mis acciones eran restringidas.
Incluso yo entiendo mi situación. Comprendo que mis acciones arbitrarias podrían tener un impacto negativo en el bebé que llevo dentro. Argumenté con mamá que no sería tan malo, pero ella solo negó con la cabeza.
—La nieve se está acumulando y los vientos fríos del norte también están soplando. Sería malo si atrapas un resfriado.
— …
Comparado al frío de las tierras remotas, los vientos invernales de aquí se sienten como una brisa cálida de primavera.Le dije eso, pero no me creyó.
No obstante, era el consejo de alguien que había dado a luz a diez personas, así que decidí escucharla. Continué diciendo que quería salir el primer y segundo día luego de que Ritzhard llegara; pero, a partir del tercero, pasé el tiempo tranquilamente en casa.
Otro desarrollo inesperado fue que a mi familia le agradó Ritzhard.
Papá, así como mis hermanos, hasta a mis sobrinas les gustaba. De entre ellos, le agradó en especial a papá. Sufrí un dolor de cabeza cuando traté de averiguar el motivo.
Ritzhard también dijo esto, que no puedes medir a los miembros de la familia sobre quién es más importante. De verdad lo experimenté.
Quería regresar a la aldea remota y vivir solo nosotros dos; pero eso pondría demasiado estrés para el bebé, así que tenía que soportarlo.
No obstante, había estado guardando mi frustración y soledad de cuando nos separamos el mes pasado. Por eso pensé que disfrutaríamos de una segunda vida de recién casados.
Pese a eso, la realidad no era así de dulce, así que, una vez más, terminé esperando a que Ritzhard regresara a casa.
Aunque solo me estoy quejando, en verdad creo que Ritzhard es sorprendente. La mayoría de las personas no les gusta ir con la familia de su pareja y tampoco interactúan bien conellas.
Recibiría castigo divino si llegara a quejarme.
Por la tarde. Al regresar del trabajo, Ritzhard charló alegremente sobre lo que hizo con papá el día de hoy. Aunque estaba agradecida de que trabajara con papá en lugar de mis hermanos, que no hacían nada, sentí un celo mezquino hacia papá porque yo solía ser quien trabajaba junto a Ritz.
A partir del segundo día que volvimos a vivir juntos, llegué al límite de mi paciencia. Ahora, no podía evitar llamar su atención.
❄❄❄
A primera hora de la mañana. Luego de levantarme, fui en silencio a mi habitación para no despertar a Ritz. En el cuarto construido especialmente para guardar la ropa, había muchos vestidos. Llamé a una sirvienta y discutimos qué vestido sería bueno.
—¿Qué tal el oscuro de aquí?
—Ah, es verdad. Usemos ese.
El vestido que la sirvienta escogió tenía los colores del bosque veraniego que le gustaban a Ritz. Tenía un corte especial que no presionaba el estómago de una mujer embarazada. El escote empezaba alrededor del cuello hasta el pecho; luego se ajustaba en esa altura y por debajo del pecho la suave tela caía formando una falda larga que no presionaba el cuerpo. Para asegurarme de que no pasara frío, colocó un trozo de tela que parecía manta sobre mis hombros y que llegaba hasta mis rodillas.
Luego de eso, era el momento de maquillarme. Desde luego, la sirvienta lo hizo por mí y solo aplicó un maquillaje ligero.
Tenía un accesorio colgando sobre mi pecho que mi padre me regaló hace mucho tiempo… cuando cumplí dieciséis años y me presenté en la alta sociedad. Se trataba de un collar con gruesos diamantes. Estaba muy fuera de moda; pero, por desgracia este era el único accesorio que tenía.
Mi cabello, que llegaba un poco más abajo de mis hombros, fue recogido con varias horquillas y decorado con un listón floreado.
—Se ve hermosa, Sieglinde-sama.
—Gracias.
Las sirvientas y sirvientes detrás de mí elogiaron mi apariencia cuando me miré en el espejo.
Cuando eché un vistazo al reloj, ya era hora de levantar a Ritzhard. Mientras sujetaba la larga falda del vestido, me apresuré a su habitación.
❄❄❄
Ritzhard estaba acurrucado sobre la cama. Probablemente se encontraba cansado por hacer trabajo al que no estaba acostumbrado. Si bien dormía profundamente, lo desperté con una voz fuerte a pesar de que me daba lástima.
—Despierta, Ritz.
—… Sí…
Como de costumbre, le costaba trabajo despertar. Cuando le hablé, respondió, pero luego de eso, pestañeó un par de veces y volvió a dormir.
Como no podía hacer nada al respecto, puse una rodilla sobre la cama y me acerqué para sacudirlo hasta que despertara.
—¡Ritzhard!
Cuando nuestras miradas se encontraron, abrió los ojos de par en par y se levantó.
—¡Uwa, qué rayos!
—¿Qué pasa?
—Qué, solo es Sieg~. Iya, pensé que una diosa había venido por mí.
— …
Arreglarme desde temprano tuvo algo de efecto. Aunque solo actué como un reloj despertador.
Ritz se movió con una energía impensable en alguien que acababa de levantarse, se cambió de ropa y lavó su rostro. Pensé que le gustaría que trenzara su cabello, pero salió con el cabello ligeramente mojado y despeinado como ayer, y regresó con su cabello perfectamente atado.
Ritz tomó asiento junto a mí y me mostró una sonrisa amable.
—¿Saldrás a algún lado el día de hoy, Sieg?
—No, en realidad no. ¿Qué hayde ti, Ritz?
—Haré queso.
—De verdad.
Incluso arreglarme falló en atraer la atención del denso de Ritz. No obstante, no había motivo para preocuparme como ayer, así que respondí con tranquilidad.
—Aun así, estoy feliz.
—¿Sobre qué?
Ritzhard acarició el dorso de mi mano mientras tocaba gentilmente mis labios.
—No quiero que nadie más vea a una Sieg tan hermosa.
Retiro lo dicho. Mis esfuerzos de la mañana dieron fruto.
❄❄❄
Ese día, preparé aperitivos con mis dos sobrinas. El repostero de la casa nos guiaría. Haríamos unos dulces extranjeros conocidos como trufas de chocolate.
—Oye, ¿qué son las trufas de chocolate?
—Las trufas de chocolate son dulces que se hacen al cubrir pequeñas bolitas de ganache de chocolate con un chocolate líquido, luego se da el toque final al espolvorear cocoa en polvo.
—Eeeh~. ¡Suena bien!
La siempre curiosa Adeltraud continuó haciéndole preguntas al repostero, que venía del extranjero. Su hermana mayor, Edelgard de nueve años, escuchaba en silencio. Sus personalidades eran totalmente opuestas.
—Primero, cortamos el chocolate en trozos pequeños.
Solo Edelgard y yo usamos el cuchillo. Adeltraud nos observó desde un banquillo a lo lejos.
—A continuación, derretimos lentamente los trozos de chocolate en baño maría.
Había dos recipientes apilados. Uno tenía agua caliente, mientras que el otro era para el chocolate.
Mientras la hermana mayor sujetaba el recipiente con unos guantes, la hermana menor revolvía el chocolate con una espátula. Entretanto, yo calentaba crema en una cacerola y me aseguré de apagar el fuego antes de que comenzara a hervir.
Una vez que el chocolate se derritió excelentemente, lo mezclé en la crema hasta suavizarse.
—¿Esto es el ganache?
—Así es.
El chocolate suave hecho al mezclar chocolate y crema se le conoce como ganache. Una vez terminado el ganache, se deja enfriar para que resulte más fácil moldearlo en una esfera.
Hasta que el chocolate se endureciera, tomamos unpequeño descanso con té.
—¿Ustedes dos suelen cocinar?
—¡No, hoy es la primera vez! ¿Verdad, Onee-chan?
Edelgard asintió tímidamente.
Por lo visto, planean sorprender a sus padres y abuelos con un regalo.
—¡Tía Sieglinde, también tienes que contarnos la reacción del tío Ritzhard!
—Entendido.
Mientras charlábamos, vino un sirviente y nos informó que el chocolate ya estaba listo.
Con el chocolate endurecido formamos esferas del tamaño de un bocado. Luego, las colocamos en una brocheta y las sumergimos en un chocolate líquido llamado “couverture chocolate4” para cubrir la superficie. Luego de eso, se da el toque final espolvoreando cocoa en polvo encima.
Tras envolverlos impecablemente, parecían que los habíamos comprado en una tienda.
Le pedí a Ritzhard que me prestara un poco de su tiempo cuando regresara para el almuerzo.
—¿Qué necesitas, Sieg?
—Ah, hice esto con Edelgard y Adeltraud.
—Uwa, ¿qué es? —Ritzhard abrió la cajita—. Ah, chocolate.
—Es un dulce extranjero llamado trufa de chocolate.
—¡Eeeh!
4 N. de la T. Couverture chocolate: lo dejé así para que sonara fino, pero es cobertura de chocolate.
Ritz preguntó que si no habría problema en que yo comiera, luego lanzó un chocolate en su boca.
—Delicioso.
—Entendido.
Como pensé que quedaría un sabor dulce en su boca, le pregunté si quería un poco de agua mineral con jugo de frutas.
—En lugar de eso, necesito el beso de la Diosa.
— …
Incluso cuando pregunté dónde estaba esa Diosa, dijo mi nombre de una manera despreocupada. Como había dicho eso de repente, me apresuré a darle un beso en la frente.
—Eh, ¿no era para limpiar mi paladar, por qué lo haces en la frente~?
— … Entonces, esa era su intención. Dejé caer la cabeza.
Ritzhard cerró los ojos y se quedó quieto.
Como un beso superficial, no era tan vergonzoso, acerqué mi rostro. No obstante, en el instante en que nuestros labios se tocaron, nos abrazamos y lo disfrutamos.
Aunque Ritzhard parecía distante, cuando me acercaba, se entregaba por completo a mí y eso me sorprendía.
Podía saborear el chocolate por todas partes.
Una vez más, el recuerdo del chocolate se superponía a la memoria delbeso.