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Capítulo 16: ¡Con mis sobrinas!...........................................................................................Pp
from Hokuou Kizoku 2
Capítulo 16 %
¡Con mis sobrinas!
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El día de hoy saldré con las lindas niñas, Edelgard y Adeltraud. El destino será la zona comercial en la ciudad.
Las amables niñas deseaban ofrecer una fiesta del té e invitar a Sieg, así que me ofrecí como voluntario para ayudarlas.
—¿En verdad sabes cómo hacer aperitivos, querido Tío?
—Desde luego.
En esta ocasión no sería una fiesta de té usual, ya que serviríamos pastelillos y mermeladas hechas por nosotros mismos, a diferencia de los nobles de la zona.
En cuanto al motivo por el que una fiesta de té como esa fue organizada, fue porque las princesas encontraron un libro llamado “La fiesta de té en el bosquecito”. En la historia había una Princesa de los animales que preparó pastelillos con bayas del bosque y un té de hierbas silvestres, luego invitó a la Reina del bosque vecino para que fuera a la fiesta del té. Tras leer eso, dijeron que también querían hacer una fiesta del té como esa.
Mientras echaba un vistazo al plan que Edelgard escribió, fuimos de compras. En el dibujo había un tipo de pastel redondo con un agujero en el centro y un pequeño aperitivo horneado con dos clases de mermelada y fruta.
—¿El pastel redondo es?
—Rosca de limón...
—Ya veo.
La usualmente callada Edelgard se esforzó por explicarme. Aunque dijo rosca de limón, al parecer era diferente a la idea de roscas que teníamos en casa. Para la base usaban uno formado al doblar varias capas hechas de harina y mantequilla. Ladeé la cabeza cuando dijeron que era crujiente, pero pensé que no tendríamos ningún problema si le pedía consejos al personal de cocina.
—Es necesario crema de limón para la rosca de limón.
—¿Crema de limón?
La crema de limón es algo producido cuando se cuaja el limón, por lo visto, se realiza al calentar el jugo con mantequilla, huevos y azúcar.
—Tenemos limones libres de pesticidas, así que son perfectos para hacer crema de limón.
Ya que incluso la cáscara se utilizaba, recomendaban que no tuvieran pesticidas.
—En ese caso queremos unos, por favor.
Aparte de los limones, compramos ingredientes para las mermeladas; como fresas, naranjas y toronjas para hacer jugo. Luego, continuamos a las otras tiendas.
Entretanto charlaba con la señora de la tienda, Edelgard y Adeltraud se escondían detrás de mí. Quizá era la primera vez que veían tan de cerca cuando salían de compras y por eso estaban avergonzadas.
Luego, fuimos a una tienda que se especializaba en artículos para hornear. Aquí compramos moldes para hornear pasteles, herramientas para hacer el agujero en la rosca y frascos para las mermeladas.
—Waa, Onee-sama, mira qué bonito.
Corrieron alrededor de la tienda como si la timidez de antes fuera una mentira. No había otros clientes, así que la señora de la tienda benignamente nos permitió tomar lo que necesitábamos. Aparte de las herramientas, también compramos harina para hornear, nueces de castilla e higos secos.
Una vez que regresamos a casa, los tres cocinamos. Lavamos nuestras manos muy bien y después dividimos el trabajo.
—Edelgard, por favor pesa el azúcar; mientras que Adeltraud, por favor limpia las fresas.
También les pedí a los otros sirvientes que supervisaran su trabajo. Aunque no les estoy dando tareas peligrosas a ellas, hay muchos cuchillos y herramientas filosas, así como el fuego en la cocina.
En cuanto a lo que yo hice, fue sacar una olla para hervir las frutas y hacer mermelada. Se trataba de una de cobre que pedí prestado del jefe de cocina de aquí. La conducción del calor era excelente y las frutas se espesaron muy bien.
—Esta es una olla especializada llamada tazón de mermelada.
Si las frutas se dejaban hervir por mucho tiempo, el sabor se disipaba un poco. Por lo tanto, la olla de cobre para hacer mermelada era una herramienta esencial gracias a que podía cocinar rápidamente con ella.
Después de regresar a la mesa de la cocina, me concentré en preparar la mermelada de naranja. Primero lavé las naranjas con agua tibia y las pelé. Las cáscaras también se lavaban con agua tibia. Luego, las corté en rebanadas delgadas y las dejé hervir para remover el sabor amargo. De hecho, solo el jugo que se exprimía se colocaba en la olla. Acto seguido, las puse a hervir con azúcar en la olla. Tenía que retirar la espuma durante ese proceso y estaba listo una vez que adquiría un lindo tono rojizo.
Guardé las mermeladas terminadas en los frascos esterilizados.
A continuación, hicimos el pastel de higo y nuez de castilla, el cual era muy sencillo. Los higos secos se desmenuzaban en trozos pequeños y las nueces de castilla se trituraban en trocitos. Se suavizaba la mantequilla en agua y se mezclaba con yema del huevo y azúcar, luego se añadía harina y leche. Una vez que estaban bien revueltos, la mezcla suave de las claras de huevo batidas se agregaba con una espátula de madera para que fuera más fácil de combinar. Finalmente, los trozos de higo y los pedacitos de nueces de castilla se añadían, luego se vertía la masa en un molde con mucha mantequilla alrededor y se ponía a hornear.
El pastel que tenía pedacitos de higo y crujientes nueces de castilla se volvía dulce si se dejaba reposar por un día, por eso era mejor esperar que comerlo recién horneado. Le pedí a alguien que lo guardara en algún lugar donde la luz del sol no llegara.
Tras hacer las mermeladas, las hermanas hicieron galletitas. Se mezclaba mantequilla suave, azúcar y leche, luego se agregaba harina y almidón de maíz. Una vez que la masa se tornaba brillante, la moldeábamos en delgadas formas de flores. Luego se perforaba la superficie con tenedores para crear agujeros pequeños y se horneaban en una bandeja para crear galletitas crujientes. No eran muy dulces, así que eran un buen acompañamiento parala mermelada.
Por el día de hoy terminamos, el resto lo haríamos mañana. Preparamos bastantes aperitivos, así que elogié a las princesas por eso.
Al día siguiente, también trabajamos antes de la hora del almuerzo. Primero hicimos la rosca de limón. Le pedí a Edelgard y Adeltraud que hicieran la crema de limón. En cuanto a la base crujiente de la rosca que haría por primera vez, lo hice con el apoyo del jefe de cocina. Lo primero fue revolver la harina y mantequilla, luego añadí agua y sal a la masa. Se mezclaba hasta que los grumos desaparecían, luego se amasaba en piezas delgadas y se dejaba reposar en un lugar frío por un rato. Tras eso, la masa se doblaba una y otra vez hasta terminar la base.
La base se horneaba en una bandeja similar a las galletitas. Luego le di el toque final al colocar la crema de limón encima.
El único problema fue que, quizá no terminaríamos a tiempo el jugo de toronja, así que pedí ayuda.
—¡De alguna forma lo hice a tiempo! ¿Creo?
—¡Asombroso, querido tío! ¡Todo luce delicioso!
Edelgard asintió a las palabras de Adeltraud.
Acaricié la cabeza de las princesas para recuperarme de la fatiga, luego pasé a los preparativos finales.
El lugar donde se llevaría a cabo la fiesta del té, era un jardín rebosante con las flores de primavera. Sobre la mesa, que trajeron desde la mansión, había un mantel blanco y encima habían alineado lindas tazas. Acomodaron los aperitivos en una bandeja de tres niveles, y los frascos de mermelada que estaban sobre la mesa fueron decorados con listonesa su alrededor.
Trajeron el jugo de toronja frío desde la cocina y las preparaciones para la fiesta del té estaban listas.
—¡Las dos hicieron un excelente trabajo!
—Tú también, querido tío… —¡Te esforzaste al máximo!
—¿Eso creen? Me alegra oír eso.
Mufufu, nos reímos y contemplamos la mesa lista.
Faltaba poco para la hora señalada, así que le pedí a un sirviente que llamara a la invitada de honor. Mientras tanto, me cambié rápidamente.
—Perdón por la espera.
Apareció Sieglinde siendo guiada por un sirviente. Sobre su cabello había un gran accesorio hecho de plumas de águila.
—Buenas tardes… Eeh, gracias, por venir. Edelgard tenía una banda para el cabello con orejas de conejo. —¡La estábamos esperando, Reina de las Águilas!
Adeltraud tenía orejas deoso. Ambas se veían tan lindas que deseaba abrazarlas.
Decidimos que nos disfrazaríamos como los animales del libro. Las orejas de animal hechas a la perfección fueron cortesía de mi habilidosa suegra.
—Princesas, Reina, les sirvo este jugo con las bendiciones del bosque.
El día de hoy sería un mayordomo, usando un frac y una corbata negra de moda, serví a mis maestras e invitada.
Al verme así, Sieg se rió mientras ocultaba su boca con un abanico.
—¿Hay algo extraño, Reina?
—No, simplemente pensé que las orejas de perro te quedaban muy bien.
— … No soy un perro, sino un lobo… Aunque, si Sieg me dijera «¡Dame la mano!», creo que felizmente le ofrecería mi mano, así que no podía negar que era como un perro.
Las mermeladas y los aperitivos que nos esforzamos por hacer, recibieron buenos comentarios. Solo con ver a las princesas sonriendo y disfrutando de los postres horneados, me sentí feliz.
En medio de la fiesta del té, mi suegro regresó del rancho con un perro. Luego las hermanas persiguieron al perro por el jardín. Mi suegro también terminó siendo perseguido y eso me dio mucha risa.
—Ritz.
—Sí~.
Cuando me giré hacia Sieg, hizo una seña para que me acercara. Ya que era un sirviente el día de hoy, puse una rodilla en el suelo.
—¿Qué desea, mi Reina?
—Nada, solo quería agradecerte.
—¿Por qué?
Cuando ladeé mi cabeza en confusión, Sieg me dio las gracias por hacer realidad el sueño de las hermanas. Al parecer, Edelgard y Adeltraud estaban realmente ansiosas por la fiesta del té de hoy.
—Aquí hay una recompensa para ti.
Sieg untó mermelada en la mitad de una galletita y luego la extendió hacia mí. Cuando abrí la boca, ella colocó la galletita en mi boca.
Mientras masticaba la galletita, Sieg acarició mi cabeza adornada con las orejas de lobo.
—Estaba rica.
—Qué bien.
—Pero… —¿?
—Me gustaría algo más dulce, mi Reina.
Sieg ladeó la cabeza y me entregó un frasco de mermelada, pero negué con la cabeza.
—Un beso, por favor.
Solamente pedí un beso y la expresión de Sieglinde cambió. Tal vez era presuntuoso para un sirviente pedir un tesoro que valía joyas preciosas. Así que me disculpé de inmediato.
—Eeh, me he sobrepasado. Por favor, perdóname.
—No, está bien, pero la mirada de papá… Cuando eché un vistazo hacia el jardín, encontré a mi suegro mirando hacia aquí.
Me levanté y corrí hacia ellos mientras movía las manos en el aire, uniéndome al juego de persecución.
Fue hasta la noche que pude recibir mi dulce recompensa.
❄❄❄ De esa forma, la divertida fiesta del té con mis sobrinas terminó.