1 Conjuro
Carteros de la noche
EDICIÓN NÚMERO 5 julio 2018, Quimbaya, Quindío, Colombia
I M A G E N P O R TA D A :
CON T ENIDO: EDITORIAL P O R : J O H N JA I RO O S O R I O GIRALDO
duván lópez
DIRECCIÓN GENERAL: Lagar
IMÁGENES INTERIORES: duván lópez
IMÁGEN CENTRAL: Gabriel Botero. Imágenes pétreas # 5. Arenas sensibilizadas sobre papel. 56x76cm. 2016
REVISIÓN Y CORRECCIÓN DE ESTILO: Jhonathan E. Villegas Betancourth
COMITÉ EDITORIAL: Jhonathan E. Villegas Betancourth, Nini Johana Ospina, Lagar.
PERIODICIDAD: Conjuro
Semestral
DOMICILIO: Calle 15 No. 3-23. Quimbaya, Quindío, Colombia
ARTES PLÁSTICAS E N T R E V I S TA A D U VÁ N LÓPEZ P O R : R I CA R D O O S P I N A D A N Z A CACAO: UN LAMENTO VENEZOLANO P O R : V I CTO R I A M ATA BAILES, MITOS Y CUERPOS O POSIBLES CREACIONES DE MOVIMIENTO P O R : DA N I E L A B OT E RO CUENTO S E R M U J E R , S E R PA L A B R A P O R : M AU R I C I O L I N A R ES P R E G U N TA S A U N P O E TA P O R : L AGA R
D I S E Ñ O Y D I A G R A M A C I Ó N: Andrés Felipe Cifuentes
TELÉFONO: 300-660-9400 / 313-689-7079
EMAIL: carterosdelanoche@gmail.com
WEB:
POESIA P O R : A N D R ÉS GA L E A N O L I T E R AT U R A SENSIBILIDADES Y PRÁCTICAS ESTÉTICAS DECOLONIALES P O R : J UA N M A N U E L AC E V E D O
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COLABORADORES:
CONTRAPUNTO LOS POLÍTICOS Y SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO CIENTÍFICO: OTRO TIPO DE CORRUPCIÓN QUE URGE ELIMINAR P O R : Y U L I A N A SA AV E D R A MÚSICA LA MÚSICA ES UN JUEGO DE… ¿MAESTROS? P O R : J UA N DAV I D LO N D O Ñ O AMBIENTE AGROECOLOGÍA: GENERALIDADES P O R : M A RT H A LO N D O Ñ O T E AT R O M ATA C A N D E L A S P O R : C R I STÓ BA L P E L Á E Z FOTOGRAFÍA P O R : S E RG I O V E JA R A N O CIENCIA L O S R E L AT O S D E U N J O V E N VIAJERO INGLÉS P O R : H U G O M A N T I L L A- M E LU K A S T R O F O T O G R A F Í A , U N A V E N TA N A AL UNIVERSO. EL DERECHO DE TENER CIELOS OSCUROS P O R : CA R LO S A L B E RTO GA L E A N O I N T E R C U LT U R A L I D A D EL CAUTIVO P O R : H U G O R AÚ L M A N T I L L A- BA R R E TO CALEIDOSCOPIO NUESTRO TRABAJO. P O R : CA RT E RO S D E L A N O C H E
joan dániel vela velandia
D I R E C C I Ó N D E FA C E B O O K https://www.facebook.com/carteros.delanoche
Esta publicación es producto del esfuerzo de diversos artistas, gestores culturales, entidades y organizaciones, que apuestan por escaparse de lo cotidiano y ven en el arte y la cultura la posibilidad de transformar el mundo. A todos ¡Gracias!
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Resistencia (inter)cultural Por: John Jairo Osorio Giraldo Antropólogo Contacto: jjosoriog94@gmail.com
En este momento de la coyuntura política nacional, la cultura en sus diversas manifestaciones está llamada a convertirse en una herramienta de contrapoder. La concentración de las instituciones estatales en manos de un único grupo, que a su vez acapara los medios masivos de comunicación y es dueño de los grandes emporios económicos, representa una grave amenaza para la pluralidad y la diversidad cultural, fundamental en la construcción de un “estado social de derecho”. Frente a un gobierno que quiere convertir la cultura en mercancía, que pretende transformar las artes en vienes de intercambio y consumo a través de lo que los tecnócratas flamantemente denominan la ‘economía naranja’; nos vemos en la necesidad de ser más creativos y recursivos que nunca, para posicionar las expresiones (inter)culturales como nuestra estrategia de resistencia. Por eso, este número de Conjuro enfoca distintas experiencias estéticas que, desde un lugar y un acontecimiento concretos, se posicionan como manifestaciones alternativas a un orden y una visión unívoca del mundo. Ya sea la danza contemporánea como una posibilidad para narrar la crisis económica y la consecuente diáspora latinoamericana; la pintura moderna como el puente que explica ese diálogo roto entre lo local y lo global; o el arte empírico de los grupos étnicos rivereños en Guapi o Timbiquí; en esta ocasión la revista traza el itinerario del flujo, del intercambio cultural, que permea las barreras de lo establecido para abrirse paso más allá de los mundos posibles. De esta manera, y en coherencia con lo que ha significado la revista Conjuro como medio de expresión cultural, seguimos explorando las artes como el territorio de lo negado, de lo invisibilizado, de lo silenciado y de lo prohibido. En un momento crucial para la defensa de nuestros derechos y libertades, para la exigencia de justicia social y la protección del medio ambiente, tenemos claro que el papel de los inconformes, de los críticos, de los antagonistas, de los excluidos y de los olvidados, seguirá siendo el de incomodar, el de denunciar, el de protestar, el de boicotear, el de llevar la contraria y oponerse. Queremos invitarles, entonces, a leer las páginas que siguen en clave de una invitación a la resistencia. La resistencia inteligente y lúcida que seguiremos ejerciendo desde la cultura y las artes.
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Se ha dicho que la Historia (así, con H) es la versión de los hechos que cuentan los vencedores. El arte, en su sentido más genuino, es la versión de los hechos que cuentan los vencidos. Cuando en una sociedad la riqueza, los medios de producción, los medios de información y las comunicaciones les pertenecen a quienes ostentan el poder; la experiencia vital de la creación artística es la labor de contracultura más efectiva que nos queda a los derrotados. El arte obediente ante la autoridad, que le hace el juego al sometimiento ideológico de regímenes corruptos, deja de ser arte para convertirse en propaganda.
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Carteros de la noche
OBRA: DUVÁN LÓPEZ
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p i n t o r
Duván López Para el presente número de Conjuro Revista Cultural , Ricardo Ospina, integrante de la Fundación Cultural Carteros de la Noche, tuvo la opción de lograr esta entrevista con uno de los artistas colombianos más destacados del momento, quien, actualmente, reside en Barcelona, España.
Por: Ricardo Ospina Ingeniero, integrante de la Fundación Cultural Carteros de la Noche Contacto: ingeniarteos@gmail.com
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l pintor, escultor y poeta, nació en QuimbayaQuindío en el año 1954. Estudió la primaria en la escuela Santander y terminó su bachillerato en el Instituto Quimbaya. Una vez terminado el bachillerato se desempeña, desde los diecinueve años hasta los veinticinco, como profesor de danzas del otro colegio tradicional de Quimbaya, a saber, la institución educativa Policarpa Salavarrieta. Esta actividad como docente de danza, podría decirse, no lo alejó de su inquietud por la pintura, una sensibilidad que el artista cultivó desde los seis años, edad en la que expresó que quería ser pintor.
Ricardo Antonio Ospina: Maestro, ¿su experiencia como docente del colegio Policarpa Salavarrieta de Quimbaya le aportó algo a su formación como artista? Duván López: La experiencia como docente fue importante pues me permitió acceder, a una edad temprana, a un cargo de responsabilidad, no solo social, sino ética, dotándome de herramientas que luego me serían útiles en el desempeño de mi carrera como artista. 4
RAO: Duván López tenía claro, desde niño, que quería ser artista. Pese a que su padre quería que fuera abogado y su madre que fuera sacerdote, siempre tuvo un apoyo irresoluto por parte de ellos. A sus 25 años, ya definido como pintor, y aunque en Quimbaya no hubiese cultura pictórica, recibió de su familia el apoyo y la credibilidad que lo hacen el artista que es hoy. Después de la muerte de su madre, contando ya con 31 años, parte de su municipio natal. Conociendo su aprecio por la canción “Pueblo blanco” de Joan Manuel Serrat, quisiera preguntarle si esa bella canción le dio ánimo para salir de Quimbaya; y, de ser así, ¿aún hoy considera que, como dice la canción, si no hay nada que hacer es mejor irse y buscar otra luna?
vista. Como artista, ha manifestado que agradece a la vida por este incidente. Este hecho hizo que desde muy pequeño percibiera el espacio de otra manera. En términos plásticos y técnicos, ¿cómo se forma en usted el concepto de volumen y cómo lo plasma en su obra? DL: Soy unifocal, es decir, mi visión es diferente, razón por la cual he descubierto que veo planos donde los demás ven profundidad, esto me ha permitido destruir el concepto de volumen y lograr crear una perspectiva diferente a la tradicional, que consigue el mismo resultado que lograba la perspectiva del renacimiento. RAO: Desde un aspecto más general ¿es su obra una expresión de algún territorio específico o es alguna idea que abarca una estética universal?
DL: Creo que siempre hay que irse, el mundo familiar, conocido, seguro, no es un caldo de cultivo para lo nuevo, la zona de confort es peligrosa para el creador. RAO: Casi treinta años después de irse decide regresar a su territorio a aportar en los procesos culturales de esta región. Es ahí cuando suma sus esfuerzos para la creación del Maquí (Museo Arte de Armenia y el Quindío). Su esfuerzo también tiene eco en Quimbaya, ya que su propuesta de tener una exposición permanente encuentra apoyo en el actual alcalde, Jaime Andrés Pérez Cotrino. Ese esfuerzo mutuo hace posible tener un espacio en el centro de artistas de Quimbaya para la sala Duván López, sala de exposición que no tiene nada que envidiarle a ninguna otra en el mundo. En ese sentido, después de tanto tiempo lejos de Quimbaya y de la región en general, ¿qué lo hace volver y participar de una manera tan activa? ¿Volvió buscando sus raíces? ¿Acaso fue por gratitud o porque ve que existen condiciones óptimas para compartir su obra?
RAO: Cambiando un poco el tema, es evidente en su obra una sensibilidad y un compromiso social y político. ¿Cuáles de sus obras cree que representan con mayor fuerza dichas características? DL: No creo conveniente que sea yo quien defina lo que mi obra produce en los demás, ni cuáles son las obras más importantes, para mí el arte es un generador de consciencia, pero es en la lectura que hace cada persona donde se completa la obra, allí está su riqueza.
DL: Siempre fui consciente de haber nacido en un pueblo joven, con una historia remota y desconocida, razón por la cual supe que nos tocaba a cada uno gestar el perfil que definiría la época en que nos tocó vivir. El arte no solo educa, sino que preserva del olvido la forma en que cada pueblo vive, ahora regreso con mi obra para compartirla con quienes me ayudaron a forjarla, esto lo considero como un honor y un deber.
RAO: Su faceta de escritor es poco conocida. Después del libro de poesía sobre los Parques Nacionales Naturales, Una mirada que incide, ¿está entre sus proyectos escribir o publicar algo más? DL: Estoy preparando otros proyectos, pues he escrito toda la vida, y llegó el momento de compartirlos.
RAO: Como pintor, usted siempre ha sido un gran crítico del arte contemporáneo y constantemente debate a los conceptualistas a quienes considera que llegaron a esto por aburrimiento. Usted ha afirmado que acá no se ve buena pintura desde los años 50 y 60 y que además hay un facilismo en el arte contemporáneo. En relación con esa idea ¿qué apreciación tiene de la pintura y del arte quindiano actual? DL: Desconozco todo lo que se hace en la región, hace mucho vivo fuera, y sigo sosteniendo que casi todo lo mejor del arte colombiano se hizo en esa maravillosa época (en los años 50s y 60s).
RAO: Esto me hace pensar en la última pregunta. Con la idea de que “el gran arte siempre ha sido un producto social”, Duván López se ha empeñado en aportar a la conservación de los recursos naturales del planeta y además quiere ayudar a visibilizar a las comunidades afro-colombianas e indígenas. Bajo esa preocupación, frecuentemente realiza eventos de recolección de fondos, cuyos beneficios van destinados a estas comunidades colombianas y a la conservación de los Parques Naturales Nacionales de Colombia. En esa línea creo que va su proyecto “Concientizarte. Colombia un Parque Natural para el Mundo”. ¿Nos podría hablar un poco de ese proyecto?
RAO: A los 11 años, Duván López sufre un accidente en su ojo izquierdo y eso lo marca como unifocal. Este evento lo obliga a ver el mundo desde otro punto de
DL: Concientizarte es un proyecto de arte relacional, con el cual colaboro con una fundación de la Sierra nevada de Santa Marta en Colombia para reforestar. 5
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DL: El arte parte de lo local para llegar a lo universal, mi territorio es el humano, y con la posibilidad de viajar, he comprobado que mis premisas las comparto con muchos seres humanos, y que mi lenguaje es entendido y sentido por personas de distintas culturas, eso hace que mi obra no sea local; cruzando fronteras, el trabajo lleva mis raíces al mundo y comparte con él la búsqueda de humanidad. Apropiándome de un símil, no sé si justo, la orfebrería Quimbaya, es arte aquí o allá.
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Cacao: un lamento venezolano Por: Victoria Mata Soledad Bailarina y coreógrafa Contacto: victoriamatasoledad@gmail.com
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omo venezolana-canadiense, vivo en una relación perpetua con la frontera, los límites, la memoria, los idiomas y las comidas; pero más allá de eso, por la historias de asentamientos y desplazamientos. En esta oportunidad les cuento sobre mi más reciente creación artística “Cacao: un lamento venezolano” que intenta traer al escenario las complejidades dentro de los pueblos cacaoteros y las manos que están detrás del cacao venezolano disperso por cada rincón del mundo.
abandonar a las personas amadas, sino también que viví en mi propia piel el estigma de ser inmigrante. Mi madre siguió buscando nuevos horizontes e hicimos un largo periplo, viviendo en Chicago, Ft. Bleu (Francia), Nueva York, San Francisco, hasta que, finalmente, a los diecinueve años, tomé la decisión de construir mi hogar en Toronto, Canadá. Cada cambio de ciudad estuvo intercalado con periodos de estudios en Venezuela donde continué construyendo los pilares de mi identidad transfronteriza. Como resultado me he vuelto apasionada por las historias que nacen y mueren al cruzar fronteras y, a raíz de esta circunstancia, me empezaron a surgir varias preguntas, como por ejemplo: ¿qué se pierde en el exilio? ¿Qué se gana? ¿Qué se olvida? ¿Cómo el cuerpo se convierte en un depósito de memorias?
Esta obra será un homenaje a todos esos cultores que he resuelto en llamar libros vivientes, por esa capacidad de conservar cada historia de la lucha por mantener nuestra herencia. La obra está basada en destacar el valor de la preservación de nuestras culturas, la labor del cultivo y el resguardo de nuestras tierras. La obra se desarrollará en el transcurso de la celebración tradicional venezolana de San Juan, donde Milena y Yusleima, dos primas, se reencuentran después de ser separadas en la niñez por el exilio abrupto de una de ellas. A raíz de este encuentro nos embarcamos en un laberinto de controversias familiares donde afloran temas como la identidad, la cultura y el poder. Esta obra fusiona dos vertientes de la danza: la tradicional venezolana y la contemporánea, donde se congrega un cúmulo de herencias ancestrales, provenientes de la afrovenezolanidad y de las creencias mágicoreligiosas de las poblaciones cacaoteras de Venezuela.
La danza contemporánea se ha convertido para mí en una herramienta para responder estas preguntas y además explorar las confluencias de clase, géneros y razas dentro de contextos históricos. Desde mi experiencia, y a través del cuerpo, voy observando la transformación y el olvido de la memoria popular mientras pasa el tiempo viviendo en países ajenos. Ya de adulta, me di cuenta que yo misma era víctima del olvido y con el tiempo logré abandonar los lazos familiares de mis tíos cultores de quienes heredé una pasión por el cacao. Esta dolorosa realidad es la que me impulsó a iniciar una investigación con cacaoteras y cacaoteros venezolanos que lleva más de siete años en desarrollo desde los Andes venezolanos, en el Estado Mérida, hasta los conucos costeños del Estado Sucre, Miranda y Aragua.
Como bailarina y coreógrafa, busco proyectar el activismo en el escenario como herramienta para explorar las manifestaciones artísticas y, a su vez, evaluar nuestro impacto global y la concientización de un feminismo que está en constante evolución. Mi pasión por las historias fronterizas tiene su raíz desde el mismo momento en que estaba en el vientre de mi madre, una mujer resiliente, dedicada a cruzar las fronteras en búsqueda de un futuro promisorio. Crecí en Venezuela, entre el contraste del caos caraqueño y la tranquilidad de La Azulita, en el Estado Mérida. Mi primer quiebre emocional fue a los once años de edad, cuando mi madre me llevó a California, EE.UU, donde no solamente viví el dolor del desarraigo al
El proceso de creación ha sido uno de los elementos más enriquecedores de la obra, debido al extraordinario equipo de producción que se ha conformado en Venezuela y Canadá. Recientemente, en conjunto con Nahiti Ortega, directora artística y coreógrafa de la agrupación “Vasallos de Venezuela”, nos embarcamos en una exploración corporal de dos semanas utilizando herramientas de creación colectiva e improvisación con las bailarinas de esta agrupación, donde tomamos uno de los temas musicales creados para la obra por el reconocido músico y compositor venezolano Jesús Rondón, director musical de “Vasallos 6
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de Venezuela”. El proceso de esta primera etapa de creación ha sido apoyada por un equipo talentoso de artistas y soñadores que residen en Venezuela, como por ejemplo: Misset Parata, percusionista y asistente de programación junto a Carlos Lasala, Cyntia Irady y Luis Calderon, quienes no solamente están registrando los testimonios de los cacaoteras y los cacaoteros, sino también aportando una mirada íntima del proceso de esta primera etapa de creación.
de los grandes productores mundiales de cacao. Los expertos explican que este fenómeno es debido a la expansión y dependencia petrolera del siglo XX, lo cual llevó al abandono del campo y la producción agrícola. Hoy en día las condiciones de vidas de los cacaocultores son complejas, por la dificultad del acceso al agua, la luz, las maquinarias, los fertilizantes y la extenuante faena que requiere la cosecha de cacao. La inseguridad es otra realidad, a causa de los robos de los sembradíos para vender esa producción de cacao al otro lado de las fronteras con Brasil y Colombia.
El trayecto que nos queda es largo y requerirá mucha perseverancia, compromiso y visualización. La próxima etapa de creación estará enfocada en el montaje con bailarinas de Toronto, utilizando los temas musicales que se grabaron en esta última investigación con otros cultores y músicos venezolanos, como Belkys Figuera, Ivan Lira y el Grupo Tradicional “Elegguá”. En los próximos tres años se avizora un trabajo intenso de montajes coreográficos que enriquecerán esta obra. El estreno está previsto para finales del año 2021 en Toronto y Caracas. Más allá de llevar a escenarios una obra de danza, tambor y canto, “Cacao: un lamento venezolano”, es un proyecto que tiene la finalidad de destacar, preservar y difundir la historia, labor y cultura de los pueblos cacaoteros de Venezuela.
En estos momentos de crisis en la que nos encontramos los venezolanos, se emprende una gran necesidad de expresar y transformar la realidad cotidiana a través del arte, como instrumento fundamental para el desarrollo y progreso de la sociedad. Con este proyecto se pretende llevar al mundo una propuesta diferente de Venezuela, sin ignorar la cruda realidad, pero a su vez, transformando la imagen destructiva que evade e invisibiliza el movimiento artístico que se está fomentando en el país. Por esta razón, traigo a colación lo que decía Belkys Figuera Tovar (2018), maestra y directora de canto y percusión tradicional venezolana: “A los que aún siguen en pie de lucha, los que creen, los que con su sudor apuestan por seguir cultivando la tierra, por sentir orgullo cuando interpretamos nuestros cantos, cuando bailamos nuestra música, cuando tocamos por sentir y querer creer y por compartir experiencias de vida, experiencias de historias con personas llenas de amor y lealtad”
El cacao venezolano es considerado el mejor cacao del mundo por su sabor y aromáticas. Sin embargo, según la producción anual recogida por UNCTAD (United Nations Conference on Trade and Development), Venezuela no se encuentra en las listas 7
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FOTOGRAFÍA: LUIS CALDERÓN
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competencia comunicativa y de comprensión de los elementos poéticos, culturales y sígnicos de determinado sistema. La danza es entonces, según esta perspectiva, una estructura cognitiva y un conjunto de signos que permite establecer un vínculo con el orden social. Kaeppler (2013), además de sistema de movimientos, denominó a la danza como un artefacto cultural. Esta definición relaciona inmediatamente a la danza, con su contexto de producción y práctica, como cosas inseparables.
Bailes, mitos y cuerpos o posibles creaciones de movimiento
Así pues, danza como artefacto cultural, estaría directamente relacionada con la lengua y con las categorías nativas que la describen y la sustentan. En las danzas Uitoto de la Amazonía colombiana existe un término nativo: Rafue. Cuando se indaga por él, los Uitoto explican que Rafue es una actividad mediante la cual las palabras son cosas. Rafue también significa baile, o palabra de baile (Candre y Echeverri, 2008). Para ellos, las danzas son palabras que se reciben como comida, como movimiento, como tabaco, como hoja de coca. Rafue también es palabra de enseñanza. Así pues, este movimiento que nombra para transformar en realidad material el baile y el aprendizaje, resultan ser una sola cosa.
Por: Daniela Botero Marulanda 1 Antropóloga, investigadora, bailarina Contacto: danielabotero@gmail.com
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ste artículo se pregunta por las formas en que el estudio de la danza, desde su práctica con el movimiento y a partir del lenguaje, cuando hablamos de ella, resulta en disparadores poéticos para hablar del encuentro entre culturas. Entiendo dicho encuentro como un camino y no un estado absoluto al que se llega. La interculturalidad es siempre un lugar temporal, de paso, de cambio, pero al mismo tiempo de reafirmación de la diferencia. Una diferencia que nos lleva a reconocer otros cuerpos, otros pensamientos, y por qué no, otros sentidos.
El pueblo Uitoto, cuyo territorio tradicional se ubica en Putumayo y Caquetá, ha venido migrando de manera sistemática a diferentes lugares debido a diversos procesos económicos que desencadenaron violencia y desplazamiento forzado de sus territorios tradicionales. Una parte importante del pueblo Uitoto vive actualmente en la ciudad de Leticia en resguardos que, aunque hace poco eran periféricos, hoy en día están cada vez más cerca de la cabecera urbana del municipio.
Una parte de mi trabajo actual se enfoca en buscar conexiones entre el pensamiento, manifiesto en la mitología de pueblos indígenas amazónicos, y su relación con formas expresivas como la danza y el canto. Éstas últimas no son solo “escenificaciones” de la mitología, sino que son formas de construir pensamiento, explicar sensaciones y construir tradición. Para ello, me pregunto por la capacidad de creación estética con el cuerpo a partir de su relación con el mito y el pensamiento.
En este contexto, existe entonces un proceso de reterritorialización y unas negociaciones desde lo intercultural que no siempre son armónicas. Por el contrario, la interculturalidad es vivida también como un proceso de exigencia de derechos y de utilización de sus formas tradicionales de acción para su permanencia.
Dentro de los estudios de danza, así como dentro de disciplinas de las ciencias sociales, suele hablarse de la danza como una expresión universal. Si bien la danza puede considerarse una manifestación o un fenómeno presente en la mayor parte de las culturas del mundo, este afán generalizador ha conducido a una dificultad para definirla y rastrear sus particularidades dentro de cada cultura. No basta decir que la danza existe si no sabemos de qué forma existe, para qué sirve, cómo se manifiesta y se entiende dentro de cada cultura. Más importante aún, cómo es entendida por los miembros de dicha cultura y no solo desde la perspectiva del investigador.
Una forma común de dicha reterritorialización tiene que ver con la continuidad de las manifestaciones festivas. Sin embargo, este resulta ser un terreno incierto ya que justamente lo que hace de lo festivo y lo expresivo un arma importante es su capacidad de mutabilidad. Oliveira (2006) destaca la posibilidad de estudiar la cultura popular como una inevitable pregunta sobre la alteridad, más aun, pensar en nosotros mismos desde la alteridad. Esto sería básicamente una conciencia de que somos siempre diferentes para otros.
Algunas de estas preocupaciones llevaron a bailarines y antropólogos (y más comúnmente investigadoras que hacían parte de las dos disciplinas simultáneamente) a esbozar una perspectiva denominada antropología de la danza, para otros, conocida también, como danza en perspectiva antropológica.
En mi trabajo existe una pregunta constante por la idea de ritualidad y mito en diferentes culturas y la manera como el cuerpo se inserta en estas lógicas. Inevitablemente cuando escribo sobre este tema pienso en el misterio de las palabras cuando hablan sobre otros. El juego de palabras que, en el caso de mi trabajo con los Uitoto, se mezcla con tres idiomas diferentes, con nociones desconocidas y con sensibilidades a las que no tengo total acceso.
Autoras como Kaeppler (2013), cuestionaron de entrada el concepto de danza como categoría universal. Para esta autora, existen sistemas de movimiento con diferentes formas de estructuración que son puestos en práctica por grupos de personas que comparten una cierta
El mito parece hoy algo lejano a nosotros, excepto cuando trabajamos con pueblos indígenas. Al respecto me pregunto: ¿No existe un pensamiento mitológico en nuestra sociedad? ¿De qué hablamos cuando decimos 8
desmitologización del mundo? ¿Se trataría tal vez de la pérdida de referentes universales, de historias compartidas de dioses que creaban mundos? Cuando pienso en esta pérdida de referentes, pienso también en el tiempo del arte y el tiempo de la ciencia. En sus ritmos productivos.
imágenes y sensibilidades prefabricadas, pero rara vez experimentadas o cuestionadas a partir de los sujetos de los que hablamos. En ese sentido, ¿cómo cuestionar estos lugares desde los procesos creativos? El trabajo de campo es un lugar maravilloso para cuestionar supuestos. La posibilidad de un entendimiento de la ritualidad de la vida cotidiana ha sido parte importante de esta búsqueda. Esto es, entender que espacios con profundo contenido ritual pueden estar insertos en la vida cotidiana y esto nos está alertando a formas en que otros viven y construyen estéticamente su mundo.
El tiempo puede aparecer como ser devorador y arrasador. Estas imágenes evocan mi propia intuición cuando en la danza nos enfrentamos a la dificultad de ilustrar el tiempo. La danza se sustenta en el tiempo, pero es el tiempo y su paso lo que deshace todo, marchita todo, acaba todo. El tiempo que devora como un tiempo condenado que abre su boca. Como quien ya estando satisfecho no puede cerrar su cuerpo. El tiempo se escurre por todo lo abierto. La utopía de la poesía, la instauración de la no linealidad, se parece también a un tiempo narrativo en que los indígenas (y tal vez todos) hablaban con los animales, los tiempos en que nos tornábamos plantas, animales o piedras. El tiempo en que la intuición y el concepto eran partes de la misma piedra. Piedra que en un momento se transforma en arte o en residuo geológico sujeto de análisis científico.
Tal deseo de extrañamiento resuena en múltiples prácticas artísticas contemporáneas que, preocupadas por deconstruir lugares comunes de la cultura, se repliegan en un movimiento hacia el interior. Entender la danza, sin embargo, en mi opinión, obliga a una mirada siempre hacia afuera. Siempre en relación con otros (o al menos la danza que me interesa analizar). La danza como relación y como movimiento debe ser narrada y bailada en lo cotidiano, como una cosa del día a día, pero con una intencionalidad poética y sensible que prima. El pueblo Uitoto, incluso con su historia de desplazamiento y reterritorialización, en un sentido literal y tal vez más metafórico, continúa danzando. Hacen bailes para nombrar y dar cuerpo a sus mitos. Hacen bailes para continuar siendo un pueblo y restaurar el tiempo. Los Uitoto dicen que trabajan para poder bailar. Bailar para reconstituir el tiempo mítico y transformarlo. Para mí, palabra y danza, se parecen a una forma de hacer brotar la tierra. Crear poéticamente el espacio es poder seguir siendo, es conseguir llamar la memoria y alimentarse de ella.
Sumergirnos dentro del pensamiento del mito tiene que ver con separar la materialidad única como quien separa las palabras de una lengua y de otra. Encontrar caminos diversos para decir las mismas cosas. Clasificar y reclasificar de formas inesperadas. ¿Qué caminos pisar y hacer eco en ellos para que el paso del tiempo se parezca al cuerpo? ¿Y para que las palabras se parezcan al cuerpo? ¿Y la materialidad a la idea? Este proceso me arroja entonces de nuevo a dos palabras: exotismo y traducción. Ambos conceptos guardan en su interior la idea de traición y distorsión. Ahora bien, ¿cómo tensionar, cuestionar e intentar que estas ideas sirvan dentro de un proceso creativo? Retomar estas ideas, es para mí hacerle frente a algo inevitable: encuentro con otro. Entrar a un lugar al que no pertenezco y finalmente desestabilizar los lugares a los que creo pertenecer. Pararme de frente a unas personas aparentemente diferentes y jugar con la familiaridad y la divergencia radical. Encantarme. Sentirme responsable. Comprometerme ética, política y estéticamente.
Referencias Bibliográficas CANDRE, H., ECHEVERRI, J. (2008). Tabaco Frío, Coca Dulce: Palabras del anciano Kinerai de la Tribu Cananguchal para sanar y alegrar el corazón de sus huérfanos. Inglaterra: Themis Books.
¿Con qué ojos debo ver estos lugares? ¿Con qué cuerpo debo aprender a danzar, a andar por la selva, a soñar los sueños de los que duermen en la selva? ¿Con qué boca debo pronunciar las palabras en su lengua? ¿Qué lugar doy a eso que es diferente pero no quiero llamar exótico, porque me resuena, me hace eco? ¿Qué violencias encarna la exotización de las prácticas y las personas?
KAEPPLER, A. (2013). “A dança segundo uma perspectiva antropológica”. Trad. Giselle G. A. Camargo). En CAMARGO, G. A. (Org.). Antropologia da Dança I. (pp. 97-121). Florianópolis: Insular.
Root (1998) explica que el proceso de tornar exótica alguna cosa es una forma de generar una apreciación sofisticada sobre otra cultura negando el paso del tiempo y recurriendo a una nostalgia manifestada estéticamente. Lo que es diferente es consumido. Somos entonces incapaces de aprender algo sobre otros porque creemos que ya lo sabemos. La idea exótica predetermina la imagen que me hago del otro.
OLIVEIRA, E. (2006). A roda do mundo gira: um olhar sobre o Cavalo Marinho Estrela de Ouro (Condado- PE). Recife: SESC.
LÉVI-STRAUSS, C. (1974 [1962]). El pensamiento salvaje. Trad. Francisco González Aramburo. México: Fondo de Cultura Económica. MAFFESOLI, M. (2005). Elogio da Razão Sensível. Trad. Albert Christophe Migueis Stuckenbruck. Petrópolis: Vozes.
ROOT, D. (1998). Cannibal Culture: Art, Appropriation and the commodification of difference. Westview Press.
1 - Antropóloga, investigadora y bailarina. Candidata a doctora en Artes Escénicas. Trabaja sobre relaciones entre cuerpo, identidad y cultura. Centra su práctica docente y artística alrededor de la danza contemporánea y danzas tradicionales. Interesada en metodologías que vinculen las ciencias sociales y las artes para entender los usos sociales de la danza y las construcciones culturales alrededor del cuerpo en movimiento.
Esto es bastante común cuando se trabaja con pueblos indígenas. Existe una fascinación por 9
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Una especie de razón sensible, como a la que se refiere Maffesoli (2005) que se debate entre lo visible y lo invisible de las relaciones y que resultan en formas para “re-encantarnos” con el mundo. Así pues, y como respuesta al exotismo, me vuelco sobre la imperfección de la traducción y la posibilidad del extrañamiento.
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SER MUJER,
RAPSODIA SEIS
RAPSODIA TRES
Con el frío de los años dibujado en sus ojos de hierro, Ana Dulce Arboleda, había muerto una mañana de abril esperando la lluvia, con ella se llevó las cicatrices de su alma, las desventuras de su aliento de almendras, la soledad de sus vestidos, el vaivén del tiempo, la nostalgia de su acento, sus palabras remendadas, sus manos manchadas de mango y tristeza. Arrojó sus soledades al viento para que se marcharan, con su cansancio de sepulturero detrás de otros cuerpos y otros deseos, algunas se quedaron suspendidas en el cielo raso de su casa, a esas soledades, ella las lloró.
Se marchó dejando atrás el recuerdo de sus amores de adolescente, sus bolsillos repletos de mamoncillos y su sonrisa de pordiosero. Se fue como llegó a este mundo, con su extravío de anciano perfumado y su figura de ángel derrotado. Lo único que se llevó fueron su miopía de sastre y su tos de fumador empedernido.
Murió esperando la lluvia, mientras miraba las mariposas, que revoloteaban en el tendedero de su casa, tratando de escapar del peligro de ser ellas mismas, murió escuchando las desolaciones de la vida, dejando un silencio grave parecido al olvido, nublando los ojos del mundo, quebrando la garganta del silencio.
Le sobreviven su mesita de noche, sus sombreros de fieltro, su reloj de bolsillo, sus trajes de tres piezas, sus camisas almidonadas, sus zapatos John Lobby, su colección de pipas, seis bastones, dos paraguas, una navaja de rasurar, restos de sus naufragios y sus tristezas de madrugada.
Cargando con la vejez, sin ningún diente y todas las arrugas esparcidas por su rostro, Ana Dulce Arboleda, murió convencida que con el tiempo uno perdona casi todo, menos al amor, menos a la soledad, mucho menos a la vida.
ser palabra
Conjuro
Por: Mauricio Linares Cuentero, escritor Contacto: levendouna@gmail.com
RAPSODIA SIETE
Los únicos que murieron, junto a él, fueron sus secretos inconfesables, su amor por Santa Sofía Gamboa, una negra descomunal con un cuerpo arrollador capaz de hacer temblar al mismo Dios, su devoción por la Santa Muerte, una debilidad empedernida por los chocolates blancos y las nueces, los tomates secos y los corazones de alcachofas bañados en aceite de oliva y pimienta roja, sus extraordinarias peripecias en la cama que lograban que olvidara su solemnidad de confesionario y que hacían que Santa Sofía Gamboa pensara que no había mejor polvo en el mundo que él, a pesar que lo tuviera pequeño.
(Si no nos vemos el martes el universo entero podría detenerse)
Todos los martes a las seis de la tarde, cuando las mujeres en Buenaventura se ponían bonitas para olvidar que andaban tristes y la brisa del mar salía para acariciar sus cuerpos y jugar con sus vestidos de colores, el viejo Eliseo Domínguez, que tenía noventa años, y la vieja Sebastiana Mera, que ya cargaba con ochenta y ocho, se encontraban en la playa para entregarse a los sortilegios de sus amores clandestinos.
Se fue muriendo de a pocos, sin ningún afán, sin precipitarse, se murió calculando cada segundo, cada momento del día, organizando las cosas de la casa, despidiéndose de los amigos, tomándose despacio una copita de jerez, escuchando a Ellington para que la muerte lo viera feliz, sin ningún remordimiento, sin los afanes propios de la vida, para no sentir la soledad que arrastran los muertos.
La vieja Sebastiana Mera había sido casada por su familia hacía 69 años, ocho meses y veintitrés días porque no podían permitir que una muchacha blanca de la alta sociedad se enredara en amores con un negro de mierda llamado Eliseo, en cambio el viejo Eliseo Domínguez jamás se había casado, nunca se había entregado a una mujer distinta a su Sebastiana, porque sus sueños, las tristezas tan tristes que lo acompañaban, sus recuerdos y sus fantasmas, le pertenecían a ella. Y ahí parados en la playa, los dos se miraban, y a pesar de los naufragios de la memoria, sentían lo mismo que habían sentido la primera vez que se vieron hacía setenta años, se amaban con la misma intensidad, se necesitaban con angustia, se tomaban de las manos para no olvidar que existían, y en un abrazo profundo se perdían en los intrincados laberintos del amor, a tal punto que Dios se asomaba a la orilla del universo para mirarlos, entonces sentía como el cansancio de su envejecido corazón se iba desvaneciendo y su mano
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6 8 buscaba entre las sombras una mano que lo condenara al vértigo del amor pero no la encontraba, la muerte se quedaba dormida entre los brazos del tiempo para olvidar la devastadora presencia de su oficio y el tiempo andaba despacio para no despertarla. Cuando el viejo Eliseo Domínguez y la vieja Sebastiana Mera se despedían ella le gritaba desde el otro lado de la playa: - Si no nos vemos el martes el universo entero podría detenerse.
Y así todos los martes a las seis de la tarde, cuando las mujeres en Buenaventura se ponían bonitas para olvidar que andaban tristes y la brisa del mar salía para acariciar sus cuerpos y jugar con sus vestidos de colores, los dos se encontraban en la playa.
RAPSODIA OCHO
Y así se fue muriendo de a pocos, sin ningún afán, sin precipitarse, se murió calculando cada segundo, cada momento del día, organizando las cosas de la casa, despidiéndose de los amigos, tomándose despacio una botella de ron para que la muerte lo viera feliz, sin ningún remordimiento, sin los afanes propios de la vida, para no sentir la soledad que arrastran los muertos.
Pero un día el tiempo tuvo que despertar a la muerte para recordarle que la vida es lo suficientemente triste para seguir viviendo, así que ella bajo despacio a Buenaventura para arrastrar hasta el sueño profundo del olvido al viejo Eliseo Domínguez. Todos los martes a las seis de la tarde, cuando las mujeres en Buenaventura se ponían bonitas para olvidar que andaban tristes y la brisa del mar salía para acariciar sus cuerpos y jugar con sus vestidos de colores, la vieja Sebastiana Mera se paraba en la playa perdida en las lagunas de su mente que eran su refugio más seguro y allí, entre sus desvaríos, parecía encontrar sosiego al borde de un abismo del qué sólo la muerte podría venir a salvarla.
Los únicos que murieron, junto a él, fueron sus secretos inconfesables, su amor por Santa Sofía Gamboa, una negra descomunal de Buenaventura de tetas timadas y un culo arrollador capaz de desafiar al mismo Dios, su devoción por la Santa Muerte, una debilidad empedernida por los chocolates blancos y las nueces, sus peripecias en la cama dejando a un lado su solemnidad de confesionario y que hacían, que Santa Sofía Gamboa, pensara constantemente que no había mejor polvo en el mundo que él, a pesar que lo tuviera pequeño, tan pequeño como sus ojos de gorrión.
Dios no se atrevía a asomarse a la orilla del universo para no morir de tristeza, la muerte no dormía y el tiempo aceleraba su paso para que todo se sucediera con mayor velocidad. El universo entero empezó a detenerse y la vida no fue más que el rezago de un mal sueño; así que la muerte decidió bajar a Buenaventura para arrastrar a la vieja Sebastiana Mera al sueño profundo del olvido, la puso al frente del viejo Eliseo, para que los dos se miraran y así el universo entero no corriera el riesgo de detenerse, los dos se enredaron en un abrazo eterno y se amaron para siempre, porque el amor de este par de viejos era como el mar Caribe o el mar Atlántico, nunca como el Pacífico, porque este es un mar triste, gris y solitario.
No tenía reloj, pero lo acompañaba una profunda tristeza de flor del naranjo como si esta fuera su sombra. Escarbó en lo más profundo de su corazón, y tan sólo encontró una vieja herida que despertó los estremecimientos amargos del desamor.
Le sobreviven su mesita de noche, sus sombreros de fieltro, su reloj de bolsillo, sus trajes de tres piezas, sus camisas almidonadas, sus zapatos John Lobby, su colección de pipas, seis bastones, dos paraguas, una navaja de rasurar, restos de sus naufragios y sus tristezas de madrugada; su sombrero, sus anteojos de adolescente, su gabardina impecable, su paraguas recio, su mirada de viejo díscolo y desorientado. Ahora, en el otro lado del mundo, lo verán desnudo, convertido en un ángel sin alas, ataviado por el peso de sus años y la tibieza de su sonrisa, sin más vergüenza que su propia soledad.
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Conjuro
Se marchó dejando atrás el recuerdo de sus amores de adolescente, sus bolsillos repletos de mamoncillos y su sonrisa de pordiosero. Se fue como llegó a este mundo, con su extravío de anciano perfumado y su figura de ángel derrotado. Lo único que se llevó fueron su miopía de sastre y su tos de fumador empedernido.
Conjuro
Carteros de la noche
ILUSTRACIÓN: ANDRES CIFUENTES “PIPE“
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AG: Buena pregunta. Me he enamorado dos veces y he salido con muchas chicas, casi todas han terminado convertidas en poemas. Ellas lo saben. Aunque procuro no mencionarlas en los libros publicados, cada una sabe cuál es su poema. Ilane y Amarilla han sido mis más grandes fantasmas, anhelo que la lista se extienda. Ahora estoy más solo que un hongo, pero las mujeres, como las deudas, siempre vienen y van. El dolor me inspira. Cada vez que empiezo a salir con una chica pido al cosmos tres cosas: que me dé mucho sexo, que me mueva las neuronas y que al partir se quede convertida en poesía.
Preguntas a un
poeta
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L: ¿Qué no has dicho y quisiste decir en algún momento, pero fue apretado a través de la noche, y solo quedó allí, en la noche desdibujada? AG: ¡Hum!, no sé, creo que nada. En mis recitales me transformo y doy rienda suelta a lo que pienso. Creo que por eso me va también con el público. Van a ver a un poeta y terminan viendo a un comediante existencial. Hay momentos donde tengo en primera fila a chicas muy sexys, de esas que cruzan la pierna y te ven con esa sonrisa pícara. Me gustaría decirles que las amo y que las odio a la vez por no poder tenerlas, ahí mismo, delante de todos. Ese sí que sería un gran cierre poético, ¡ja, ja!
Por: Lagar Integrante de la Fundación Cultural Carteros de la Noche Director Conjuro Revista Cultural Contacto: carterosdelanoche@gmail.com
Lagar: ¿Cree usted que el humor negro plasmado en sus poemas es quizás la mejor manera de acuchillar la cotidianidad humana?
AG: Cada poema es un misterio distinto. A veces un poema me sale de un tirón, otras veces tardo meses en terminarlo. Considero que el poema tiene tres puntos claves. El título, La primera línea del poema y La línea final del poema. “El título” debe atrapar al lector y dejar claro la temática del poema. “La primera línea del poema” debe plantear un argumento narrativo (situación o emoción) y seducir al lector a seguir leyendo. Y “La línea final del poema” debe cerrar la línea argumental planteada y dejarnos secos, mudos y extasiados. Así concibo un gran poema, y es lo que busco generar con mi obra.
L: ¿Cuál cree que es la complicidad de los astros para que el amor no sea completo? AG: Pienso que los astros nos condenaron a un signo zodiacal y este a un carácter específico. Somos pues, caracteres en buscan de su media naranja. En mi más reciente poemario digo que el amor es una fiebre que dura lo que un beso dura. Es lo que creo. Somos seres de tránsito. No sabemos por qué estamos aquí, ni a dónde iremos a parar al morir. Solo nos queda seguir los cánones del siglo impuesto por el cosmos y sublimar nuestras pulsiones, para no terminar en la cárcel o en un manicomio. Frente a este oscuro panorama el amor aparece para salvarnos de lo trágico; el amor nos redime, nos devuelve a la infancia, al ridículo y al juego. Es una fiebre pasajera, un maleficio químico, un buen pajazo del cerebro. Bienaventurados los que aman, porque de ellos será el reino de los niños.
L: ¿Qué realidad cree que ha querido huir de la imaginación y la poesía? AG: La política, sin duda alguna. La mayoría de los poetas escribimos al amor, al desamor y a la soledad, pero poco escribimos sobre política, de un modo fino y alegórico, como debe ser. Aunque la poesía no debe tener ninguna posición política, por ser una expresión del alma que mantiene en cambio. El poeta sí debe tenerla. Cualquiera que sea. Así sea: la política es basura cósmica. Bien. esto ya es una posición política. En mis libros siempre conservo esta línea. En Poesía suicida para nunca matarse, tengo: “El pobre Raúl”, “Oración al obrero” y “Tiro al rojo”. En De lo que soy, me voy hasta el fondo con “Alvarito”, donde denuncio y condeno todo el mal que este ex presidente ha hecho a nuestro país. Nota final: agradezco a los Carteros de la noche por este espacio. Que la poesía, la locura y el amor reinen por siempre, aun en tiempos oscuros.
L: La poesía que hiere el ser, ¿hasta qué punto de la vida debe seguir cargando con un cuerpo muerto? 1. Entrevista realizada al poeta Andrés Galeano, en junio de 2018.
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Conjuro
L: ¿En qué momento la amplitud del poema debe terminar? ¿O será que en vez de terminar el punto final, comienza?
Andrés Galeano: Sí. Escribo porque la realidad no me basta, no me llena, me aburre. La cotidianidad es eso, co-ti-di-a-na. Odio lo cotidiano. Odio la rutina. Odio tener que ser yo todos los días y no poder despertarme siendo otro, u otra, en Japón, India o Marte. Acuchillo mis días ficcionándolos, es mi hobby predilecto, mi gran arte. Y bueno, respecto al humor negro en mis poemas, William Burroughs dijo una vez: “¿Por qué siempre uso la parodia? porque ni en la vida ni en la escritura encuentro sinceridad”. No creo que exista una mejor respuesta.
Carteros de la noche
Poesía
LA CONSULTA versión libre de “El Mal del Siglo” de José Asunción Silva
Por: Andrés Galeano1 Poeta Contacto: galeanor03@gmail.com
Desazón, pesadumbre, fatiga, apatía, fobia al día, fobia a la noche, falta de apetito, alergia al amor, alergia a los vecinos, repulsión, escozor, salpullido, asco, intolerancia, desgano, bulimia, aversión al sol, celos de luna, deseos constantes de trasbocar, miedo al no, miedo al sí, desidia, indiferencia, escalofrío, aborrecimiento laboral, pena ajena, irritación, repugnancia, inapetencia, impotencia, quemazón, trastorno obsesivo de personalidad; acidez, locura, repulsión, repulsión al polen, repulsión al sueño, repulsión al otro, fatiga, zozobra, desasosiego, desinterés por la vida, desinterés por la muerte, odio a la tarde, odio al despertar, indiferencia con el pobre, misoginia, claustrofobia, devoción por Hitler, devoción por Manson, ira de pasado, ira de futuro, pedofilia, necrofilia, síndrome de Gardner, síndrome de Horner, repulsión a las sopas, repulsión a los nombres que empiezan por E, fetidez, dejadez, devoción por Schopenhauer, Cioran y Caicedo, ayúdeme doctor, se lo suplico. Sexo y del sucio, es lo que usted necesita, señor.
ARS POÉTICA EN RE MENOR A Laura Yasán y su cofradía de poetisas porteñas.
Si el poeta no muere al terminar un poema no es poeta, solo escribe. MOTHER PLUS
Poetizar es echarse a perder irse de bruces contra el mundo mentir de verdad.
Devuélveme madre al hostal de los astros de donde me sacaste por andar de lujuriosa ¡Oh madre libinidosa! mordiste la manzana y pariste una piedra hoy soy piedra madre y estoy y no estoy hoy soy hijo llama, hijo lobo, hijo muerte la muerte me corroe y la vergüenza me abruma y no sé si podré soportar irme del mundo sin haber dejado impresas mis huellas en el tiempo, como tantos otros lo hicieron Los inmortales de la palabra.
Conjuro
Si el poeta no cree en lo invisible desaparece si no fracasa en el amor fracasa. El poeta es y será siempre el último en llegar porque siempre estuvo allí cazando silencios colmados de luz percibiendo latidos debajo de las ropas.
Los años pasan, madre los años pasan y el pelo se cae el pelo se cae y uno ya no corre como antes y hay que correr madre hay que correr aunque no lo entiendas o no lo quieras entender los lobos fueron hombres primero y a lobos volveremos por eso te pido ahora dame la estocada final
El poeta es un espía un fisgón un ebrio que finge estar sobrio un metabólico. Hay quienes escriben para matar el tiempo el poeta crea tiempos entre el tiempo y muere y resucita y vuelve a su tiempo.
quiero que seas tú la que acabe con mis sueños estos sueños míos no tan ajenos a los millares de sueños que noche a noche atestan al mundo ¿A dónde irán tantos sueños, madre? ¿Lo sabes? Deberías de saberlo somos tantos a las cinco de la tarde Tantos… que no sé cómo haremos para meternos por el ojo de una aguja y saquear el reino de los cielos.
El poema es la llave el corazón, la bóveda el poeta… quien se pierde. Piérdete entre los socavones de la muerte báñate con los dioses en su fangal inexistente escribe sobre esto y sobre la esquina también no dejes nada por fuera lo más pequeño es también infinito, como nosotros aquí en este mundo, mortales, poéticos, eternos.
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SEGUNDA ESTACIÓN
Mi abuela reirá de nuevo y le confesará a mi abuelo que hace años existió un vecino que la hacía estremecer con sólo mirarla
En otro siglo tuve en cambio a una princesa entre mis dedos pero como buen bufón tuve que matarla.
(Música) Ya no tiendo mi cama las pocas visitas me conocen mejor que yo y mentir después de los treinta es un acto bochornoso.
¿Por qué será tan difícil encontrar una chica dispuesta a darlo todo por un verso de Pessoa?
A veces el espejo viene a mí para mirarse. otras veces la imagen de Ilane cubre el cielo y lo desangra.
De niño Me robaron tres relojes: el ello el yo y el super yo. Ahora vivo en Bogocaos y mis viernes se han hecho lunes lluviosos donde recuerdo lo feliz que fui con mis viejos parceros en Pereira la ciudad de las puertas en llamas la ciudad de las chicas más sexys la ciudad pavo la ciudad sexta la ciudad que no existe más que en mi cabeza. Si tan sólo supiese dónde habrán dejado los dioses la salida de emergencia me arrojaría sin pensarlo y dejaría mis cosas a nadie ¡lo confieso! prefiero quemarlo todo, antes de concederlo a otros lobos. ¡Lobos…! Cuánta razón tenía Plauto “El hombre es un lobo para el hombre” y yo qué razón podría tener yo viviendo en un cuarto alquilado sin mujer ni calefacción. Mi abuelo morirá pronto mis tías llorarán flores y la casa se hará templo de llanto verde donde gatearán nuevas generaciones.
Si tan sólo… la poesía tuviese un par de piernas y dos senos ¡todo sería tan grandioso! Ay señor lector… si te contara esta poesía mía no me deja descansar. En las noches me asalta con un verso que según ella el mundo necesita. Ilusa poesía cuándo me darás al menos una nevera para conservar mi corazón cada vez que lo rompan. Maldita poesía usurpadora si tan sólo… aportaras la tercera parte del arriendo todo sería tan justo tan equitativo. He intentado dejarte Dioniso y Apolo están de testigos pero siempre vuelvo a ti ¡Oh santa entre las putas! Cuánto daría por vivir a costa tuya viajar a Marte y conquistarme tres marcianas diciendo:
“Podría escribir los versos más tristes esta tarde. Escribir, por ejemplo, la noche no está estrellada, y no tiritan azules, los astros, a lo lejos”. No quiero morir tampoco vivir para siempre sólo quiero dormir y despertar en la Francia del siglo XVI ser ese hombre de capa y sombrero que Descartes confundió con una máquina artificial. pero no se va a poder, me han vuelto a negar la visa Schengen. A veces lo infinito está tan lejos igual que mi hogar y mi madre con su roca en el vientre luminosa. Si tan sólo… hubiese tenido talento para el fútbol mi madre tendría hoy su casa frente al mar.
Mi abuelo le guardará la mejor butaca a mi abuela en el centro hirviente de la muerte negra y le contará lo que hace en las tardes en la oficina de Dios que mantiene vacía. 1. Escritor, poeta y guionista pereirano radicado en Bogotá. Licenciado en Filosofía, de la UTP. Autor de Poesía suicida para nunca matarse (2010); Besos de sal (2016); Misión Gobethlandia (2017); De lo que soy (2017).
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Conjuro
Quién sea que seas señor lector si te atreves podrás saber lo que he hecho con el mundo o lo que este ha hecho conmigo. Hace días tuve un amor fue un buen amor cuando estaba con ella, era ella y no yo ahora ese amor no quiere más mi amor y yo, he vuelto a ser yo.
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Carteros de la noche
FOTOGRAFÍA: SERGIO VEJARANO
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SENSIBILIDADES Y PRÁCTICAS
ESTÉTICAS DECOLONIALES
C
asi siempre, el primer acontecimiento que ocurre luego de la experiencia estética vivida es que el artista se marcha, esa migración suele facilitarse si además lo que circunda el solar de la casa es un río y un aeropuerto. Si te levantas a bañarte con el agua lluvia, si cargas el fardo sobre las espaldas y despuntas el lomo a la orilla del río para lavar las ropas, si recorres descalzo las alamedas del pueblo y anocheces viendo el brillante faro de un barco en la rivera de un río como esperándote, como llamándote, lo natural es que apenas amanezca la vida y puedas disponer plenamente de ti, te marches; y sin embargo eso no es lo que ocurre con un artesano tradicional de Guapi. Todo lo contrario, el río no separa al guapireño del guapireño tradicional, el río invisibiliza la distancia entre ellos, entre los de esta orilla y los de la otra, entre los de López y los de Timbiquí entre los de Guapi y los de Buenaventura solo hay agua, mucha agua de por medio, es cierto, pero el líquido no separa sino que une. Hablo entonces de una especie de vivencia líquida del espacio que diluye todas las millas que hay de por medio y que diluye o escurre el tiempo. Por eso el tiempo en Guapi es una especie de flujo húmedo, sensual y lento, una especie de serpiente que se levanta con el rumor del río y la brisa de la tarde.
Sin el impulso de separarse de su lugar de origen, acompañado de una asombrosa serenidad, sin afán, el hombre del oficio se levanta día tras día a cultivar lo que ha heredado de la tradición popular, una labor que nada tiene de ingenua ni de espontánea, porque a ella está ligado el sustento diario y la posibilidad de educación de sus hijos. Una tradición que nada tiene de inútil porque está ligada a las necesidades que les dieron origen: hicieron el sombrero para protegerse del sol, la banqueta para aliviar la fatiga de la faena diaria, la petaca para llevar las ropas sucias al río, el solitario para acompañar el viudo de pescado. Esos sencillos valores son suficientes para llamar la atención sobre los objetos que producen, a los que somos de otra parte. Sin mediar una palabra, el artesano muestra su canalete mientras orgulloso acaricia la talla de un delfín en el alto relieve de su superficie. Hay distancia entre el silencio del artesano y la curiosidad del forastero; como cualquier artista de vanguardia, él tampoco explica el valor que tiene el leño tallado; y es comprensible, el significado que emana de la pieza artesanal está visible en sus propias manos, en la lejanía de su mirada acostumbrada a otear el horizonte a grandes distancias. El canalete que ha producido es una tarea complementaria y gozosa a la de surcar el río cuando la marea baja para instalarse bien adentro, para no pensar en nada y sentirse feliz, mientras uno que otro pez llega hasta las alforjas para salvar el alimento del día. Entonces uno compra el canalete sin entender, lo cual no es un error, porque todo el que compra bajo la seducción, lo hace sin entender.
1. Cali, Colombia 1977. Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad de Caldas. Magister en literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira. Becario y Ph(c)D del Doctorado en Literatura Latinoamericana de la Universidad Andina Simón Bolívar.
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Conjuro
Por: Juan Manuel Acevedo Carvajal1 Docente y escritor Contacto: sinismos@hotmail.com
Carteros de la noche
se ha hecho mobiliario familiar) desconoce la Bauhaus, nada sabe de formas, ni de líneas de pensamiento abstracto, tampoco lo sabe el artesano-constructor.
Conjuro
Sin embargo, la alegría que da la venta del canalete no es suficiente como para sofocar la angustia acumulada al lado de las barcazas talladas hace más de un año y que todavía reposan en el almacén. La risa juguetona de sus decenas de nietos le hace pensar en el futuro, porque el futuro para los hombres del agua se escurre día a día, pero también se dibuja en el horizonte imperturbablemente azul de cada mañana. El artesano reconoce el ademán del hombre extraño que lo visita, establece la diferencia entre su forma de caminar y la nuestra, se ríe discreta y respetuosamente de nuestra forma de vestir y nos acoge y acompaña. Atando nudos extraños desde su imaginación de ultramar concibe, sin envidia, al valluno como hombre culto y educado y complejiza en su mente el problema: ¿qué hacen aquí?, ¿para qué vienen? En todo artista, por humilde y sencilla que sea su extracción, hay una compleja visión del mundo.
Este artesano escoge meticulosamente la soroga o enhigua: “la madera es todo para mí”, nos dice y se dispone a darle estructura a una metáfora de dos barcos, sí de dos barcos, porque los laterales de la banqueta son dos pequeños y sencillos barcos, como aquellos que construyen los niños para poner a navegar en los arroyuelos de lluvia de la ciudad. Treinta y ocho centímetros de madera blanda, cortada a la luz de la luna llena, alcanza la banqueta. Al finalizar el proceso estamos ante un objeto levemente inclinado, de superficie sensualmente curva, (como todo en Guapi, desde la estilizada figura de sus mujeres, hasta el misterioso sombrero de duende que acompaña la fiesta). Su forma reducida favorece la maniobra del que rema y su resistencia es tal que aguanta el poderoso daño que produce la humedad de la región.
Esto no quiere decir que el artesano no sea capaz de ocuparse de la política. Barbarita Paz, por ejemplo, es el metafórico nombre para una mujer de guerra, guerra en el sentido de fragorosa lucha por la vida, guerra en el sentido de fiesta. Una mujer artesana asume las riendas en compañía de muchas otras, en el destino de estas empresas artesanales del guapireño. Porque en Guapi las mujeres han afrontado el destino de la base social. La crianza de los niños y el sustento de la familia. Lentamente, al mismo ritmo que lleva el río, se han reunido otros artesanos y artesanas de Temeuei o Bonana para cultivar la paja tetera, producir y comercializar. La artesana negra en compañía de indígenas de la región transforma la tetera y el tetarón en una petaca. Y no deja de ser extraña y fascinante esa mezcla del silencio indígena: la mirada fija en el tejido que hacen sus manos con el material en estado vivo, la palabra enrarecida, entrecortada y distante, con ese ímpetu negro de su líder que habla intercaladamente de decepciones políticas y de los éxitos de su hija que acaba de ganar certámenes folklóricos a nivel nacional. Ambas (las indígenas y la negra) viven la misma relación problemática con el mundo, las mismas necesidades concretas, solo que mientras la una habla de lo afrocolombiano, las otras añoran silenciosamente la nación indígena. En el calor de la hoguera que enciende la artesana negra para cocer el generoso material con el que teje su vida, y en el sensual sonido que produce la mano indígena al deslizarse sobre la hoja que teje, ambas afirman desde la diferencia sus identidades. El trabajo que las une es el escenario cultural en el que se da la síntesis identitaria del proceso.
El constructor contemporáneo de banquetas sueña con un torno, un sinfín, un taller más amplio para producir un objeto tal, que obedece a una estética de máximo orden y mínima complejidad: sueña algo así como un mundo con corazón de madera y cuerpo de metal, que suene como la marimba, pero que se venda como el oro, que le permita estar aquí y allá. “Arranquemos”, nos dijo, cuando le insinué que sus banquetas lo podrían hacer rico en Estados Unidos. Cuerpo de madera y corazón de metal tiene también el mundo que construye el artesano que diseña joyas: el que sobre la corteza del coco inserta aletas de ballena, de delfines y tiburones hechos en oro y en plata, como recamando de belleza el mundo submarino, llenando de luz lo profundo y lo opaco para ponerlo al servicio de la legítima vanidad de una mujer de sólida belleza y abundante brillo, como lo son allá. Estos artesanos están cuidadosamente organizados en la estructura de producción de base, conforman un sólido equipo para la recolección y el procesamiento de materias primas, para la elaboración de los productos finales y su comercialización. Sus formas organizativas son las cooperativas o las asociaciones propietarias de los medios de producción que regulan los procesos de distribución. En el caso de Coomujeres, por ejemplo, cooperativa multiactiva de mujeres trabajadoras de Guapi, no solo se agrupa el colectivo en lo productivo sino en lo cultural y político dándole un carácter de género a la organización. Esta cooperativa agrupa otras pequeñas organizaciones: Asociación de artesanas Santa Teresa, Las Orientadoras y La Integración, entre otras, que están concentradas en una intensa “experiencia” con la paja tetera que como decimos incluye todo el proceso, desde la siembra de la planta hasta la comercialización de todo tipo de productos.
Síntesis también es lo que se da entre tradición y contemporaneidad en la visión de mundo del constructor de banquetas. En Guapi late un corazón de madera, el ritmo vivo y misterioso de la manigua se presiente, pero también ruge permanentemente el motor de la lancha prometiendo el viaje, la posibilidad latente del mundo contemporáneo. El artesano actual, en el que puja la tradición y el mundo moderno, construye banquetas en las que un guapireño ocupa el lugar de lo popular y de lo culto, de lo culto y lo popular. El desprevenido viajero (en el agua o en la tierra, porque la banqueta
Estos núcleos, humanamente valiosos del artesano de Guapi hacen más valiosa esa articulación entre belleza y función social, esa extraña capacidad, para nosotros los colombianos, y que en ellos se da para organizarse y trabajar en grupo salvando las diferencias, es la que los hace fuertes. 18
Son estas cualidades las que nos hacen soñar con la posibilidad de que estas prácticas puedan vivir la metamorfosis de lo local a lo regional, una expansión activa, creadora de las sensibilidades y prácticas estéticas guapireñas hacia otras regiones del país. Esta personalidad propia: síntesis entre lo sensual y lo práctico, lo bello y lo útil, está dada en gran medida por ingredientes culturales no occidentales: indígenas y afrodescendientes y por necesidades de orden social por todos conocidas.
para explotar la gran riqueza de su mundo simbólico. Lo que es innegable es que dadas estas y otras características nos parece que estamos situados ante un claro proceso de afirmación identitaria en marcha, mediada por procesos socio-estéticos de carácter productivo en el rango de los quehaceres propios de lo estéticamente considerado popular. Proceso atravesado por luchas sociales, políticas, culturales y por el autoreconocimiento y legitimación. Tales condiciones determinantes de los modos de hacer de dichas prácticas sitúan al artesano guapireño, paradójicamente, en un camino de avanzada en el concierto de los procesos estéticos contemporáneos que ligan radicalmente el hacer estético a la praxis social y a la eficacia simbólica.
Estos mismos factores y otros, en lugar de relegarnos a la frustración y a la pobreza, pueden potenciar un vigoroso renacer del mundo y la cosmovisión de esta parte del pacífico al resto de la región y el país. Renacer cultural que sería posible si en lugar de buscar y posicionar identidades cerradas empezamos a pensar, como lo sugiere Gerardo Mosquera, en un universo cultural constituido por síntesis identitarias afirmadas a través de la acción antes que de la exhibición.
Cuando observo las caracolas que le dan forma a la lámpara de mar que le compré a don Pedro, o los sombreros y las cestas, los potrillos y las butacas, no veo simplemente las raíces de los guapireños, ni su miseria, ni su impotencia, veo sus raíces trabajando, en acción, participo de su vida cotidiana, de sus valores, de sus ritos, de su ensoñación, por eso cuando acerco mi oído a la caracola de la lámpara, veo el mar.
Conjuro
En este sentido es valioso reconocer que muchos de los conglomerados sociales de Guapi se autoreconocen territorialmente como región pacífico y tienden a legitimarse como tales, y este proceso lo basan en: el autoreconocimiento y afianzamiento del grupo étnico afrodescendiente al que pertenecen y una clara y explícita aspiración a la gobernabilidad propia. Esta triada la entienden como un solo proceso y cada acción que emprenden debe dar cuenta de las tres. De este modo los procesos de afirmación cultural determinan la escogencia de los proyectos productivos, privilegiando aquellos que contribuyan al proceso de afirmación cultural. En este proceso de afirmación identitaria, siguiendo a Mosquera, antes que exhibir a los indígenas o a los negros de Guapi, de explotar comercialmente colores locales y folklore, o de revivir a ultranza tradiciones muertas, se debe actuar desde las síntesis identitarias existentes. Esto significa un desplazamiento del esfuerzo de la búsqueda programática de identidades hacia el ejercicio y fortalecimiento de las síntesis ya existentes. Hay temores que a todos nos asaltan, pero esta “acción de nosotros hacia el mundo” desde dicha afirmación, no tiene por qué aislarnos de la época convirtiéndonos en una foto fija para exhibir en aeropuertos internacionales: “Se vislumbra así la posibilidad de una tradición que no sea el armario de la abuelita, ni siquiera una fuente viva, sino un tronco general en continuo crecimiento, expandiendo ramas verdes hacia todas partes”2. Ahora bien, la expansión de este árbol, la potencia de esa identidad como acción y no como exhibición debe empezar por detectar claramente esas síntesis existentes, para luego acompañarlas en un proceso de consolidación y facilitación materialmente eficaz que las conecte con el resto del departamento, del país y del mundo, es decir, que produzca otras síntesis. Y en este sentido, pese a las fortalezas estéticas guapireñas como síntesis identitarias, en el campo de las prácticas estéticas contemporáneas, la verdad es que los lenguajes artísticos locales aún son precarios
2. Mosquera Gerardo, Contracandela: Ensayos sobre Kitsch, identidad, arte abstracto y otros temas calientes, Monte Avila, Caracas, 1995, p. 132.
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Carteros de la noche
Los políticos y su
r e l a c i ó n con el desarrollo científico, otro tipo de corrupción que urge eliminar
Por: Yuliana Saavedra Comunicadora Social-Periodista Contacto: yuliana.saavedra@gmail.com
Conjuro
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l crecimiento económico es el mantra que repiten una y otra vez los líderes mundiales, y ad portas de la elección de un nuevo presidente de la República de Colombia, les voy a contar una triste historia personal sobre otro tipo de corrupción que impide el desarrollo en el sector de la ciencia y la tecnología del país. Comencemos por el peso de las instituciones públicas en el PIB, 34,6%, por lo que un mal manejo de estas instituciones se traduce en pérdidas para todos los colombianos. En Colciencias viví, junto a muchos compañeros del área de comunicaciones, un despido masivo. Nosotros teníamos conocimientos del sector de comunicaciones de esta entidad, pero retrocedió y perdió dinero drásticamente al despedir un equipo entero y a un gran científico competente que la lideraba.
me llaman para decirme que el contrato nuevo ya no se realizaría y sin mayor explicación la felicidad se apaga, como cuando arrojamos agua al fuego, sin posibilidad de reclamos, sin posibilidad de nada. En esos momentos que el mundo se derrumba, a todos nos pasa, se toma conciencia de nuestra fragilidad. Me despidieron a mí y también la mayoría del equipo de comunicaciones. Días después se anuncia la salida del director de Colciencias, el doctor César Ocampo, en vísperas de la entrada en vigencia de la Ley de Garantías. Por decreto, el presidente Juan Manuel Santos lo declaró insubsistente. Ocampo tiene una interesante hoja de vida: Licenciado en ingeniería aeroespacial de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, con maestría y doctorado en astrodinámica, de la Universidad de Colorado. Trabajó por 20 años en la NASA y allí, rodeado de un gran talento humano, creó Copérnico, una herramienta que permite a las naves espaciales tener establecidas las rutas por donde deben viajar, lo que facilita las misiones espaciales a todos los lugares del Sistema Solar. ¡Por fin!, el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias), que depende de la Presidencia de la República de Colombia y lidera el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, tenía a un científico a su cabeza, pero, lamentablemente, no duró ni un año en el cargo.
La felicidad se define o se reinventa en cada persona que la busca. Encontré un trabajo con un equipo del que aprendía y compartía temas que nos gustaban y motivaban a todos: la ciencia, la tecnología y la innovación. Estábamos en celebración de fin de año y todos los planes para el 2018 estaban trazados, incluyendo el contrato de trabajo que sería por nueve meses con la modalidad de prestación de servicios, y tener la promesa de este contrato nos generaba tranquilidad y planes a futuro que se toman cuando se tiene la certeza de una labor pagada, así sea bajo el esquema de contratista.
Este gran científico asumió las riendas del ente rector de la ciencia en Colombia, pero se encontró con una burocracia y unos intereses muy fuertes que no lo dejaron actuar. Denunció prácticas poco ortodoxas, entre las más graves: el conflicto de intereses de quienes supervisan las convocatorias, que al tiempo son interventores y trabajan en las universidades que se quedan con las licitaciones. Colciencias es juez y parte de la supervisión de los proyectos. Otra perla, en Colciencias tienen en cargos
El panorama era muy positivo, seguiríamos trabajando en Colciencias con proyectos claves como la comunicación dirigida a niños y niñas con temática científica, y también, escribiendo sobre casos de éxito que demuestran las diferentes labores de Colciencias; hasta hicimos un piloto de un noticiero infantil. En resumen, felicidad absoluta por trabajar en lo que despierta pasión y que además genera estabilidad económica. No obstante, a fin de año 22
profundizar en el tema de la economía, porque es una ciencia que está en todos los rincones de la sociedad y permite tomar decisiones. Existen fallas del mercado en las que el Estado interviene a través de políticas públicas, también interviene regulando a los proveedores por los servicios prestados que se brindan a la sociedad desde el sector privado. Subsidios e impuestos se crean a diestra y siniestra excluyendo al que no puede pagar, ¿qué pasaría con la tienda de la esquina si no existiera un pago? La esencia es entonces bienes y servicios que se ofrecen de forma pública y privada, favoreciendo a unos y a otros no tanto.
directivos a personas que no tienen idea de lo que hacen y cuando él quiso cambiar esta realidad lo echaron. Este es uno de los ejemplos de la gestión incorrecta del Estado que genera pérdidas económicas y desperdicia talentos como el del doctor Ocampo. Los políticos realmente persiguen sus propios intereses, cuando se supone que sus decisiones deben ser para el bien común. Estamos rodeados de acciones de personas de carne y hueso con preferencias y gustos propios. Pero ¿de qué forma se estructuran incentivos para respaldar el bien común y que los políticos estén “satisfechos”? Normalmente los cargos directivos en instituciones científicas alrededor del mundo son ocupados por científicos de gran reputación y experiencia, los cuales son escogidos por una junta directiva que acompaña a la institución. Esa junta directiva se llama en inglés ‘Board of trustees’. En Bogotá el Jardín Botánico tiene una junta directiva idónea, que la conforman los rectores de algunas universidades, pero el director del JBB lo escoge el alcalde de turno, lo cual es un problema porque se vuelve un puesto muy inestable. Cuando los directores son escogidos por una junta directiva, mientras el director esté haciendo un buen papel, no hay excusa alguna para removerlo. Dos casos que dan ejemplo: el ex director del Jardín Botánico de Missouri, Peter Raven, duró como director aproximadamente 50 años, y logró que un jardín botánico sin mayor importancia en la mitad del Midwest se convirtiera en uno de los más importantes del mundo.
Mayor libertad económica en un país está relacionada con la protección de los derechos humanos, una sociedad avanzada tiene sus derechos protegidos y para esto repito, el ciudadano debe ser veedor del Estado. ¿Cómo tiene éxito un país?, apostando por la inversión de capital internacional, desarrollando sus propias tecnologías, apostando en la ciencia, por ejemplo, con nuevas ideas y nuevas empresas desde el sector privado, en una especie de híbrido con lo público, fomentando un ecosistema emprendedor con una transferencia de conocimiento, inventando cosas o productos que cambien la vida. Aquel país que no es innovador desaparece porque realmente es la apertura de los mercados lo que hace la diferencia y genera bienestar, y para todo esto la ciencia es vital.
Otro ejemplo es The Royal Botanic Gardens, donde el director es nombrado por un periodo de cuatro años y los nombramientos no los hace un político, son hechos por el Board of Trustees, conformado por expertos y representantes del gobierno y de la sociedad, y es muy raro que un director sea reemplazado sin terminar su periodo, y por el contrario, si hace un buen trabajo continúa en el cargo. Es clave quitarle al alcalde de turno o al mismo presidente del país este poder, y debe ser norma que los nombramientos se hagan con un organismo de control independiente, como la junta o un consejo directivo. Imagínense, por ejemplo, si de ahora en adelante el director de Colciencias lo nombrara un consejo directivo conformado por el presidente de la Academia Nacional de Ciencias, tres rectores de universidades, un científico reconocido como el doctor Rodolfo Llinás y un representante de la comunidad, sin intervención de intereses políticos.
El manejo eficaz de instituciones públicas depende del equipo y su conocimiento. La figura de prestación de servicios, y peor aún, el cambio constante de las cabezas líderes que son reemplazados a conveniencia del político de turno, disminuye la eficiencia de las instituciones y, por ende, el desarrollo de la sociedad. El resultado es que el país pierde productividad y el efecto es el mismo que genera la corrupción, es decir, cambios constantes del equipo de trabajo es equivalente a si un político se robara la plata. Estos niveles de corrupción e ineficiencia del Estado, que son soportados con los recursos de los impuestos que pagamos los colombianos, deberían generar entre la sociedad una total repulsión.
Si bien el Estado tiene la responsabilidad de administrar el bien público, dicha intervención debe estar avalada con reglas transparentes, es decir, una veeduría ciudadana en la cual actores privados y públicos puedan competir. Se supone que el ciudadano debe ser el veedor de dicha responsabilidad, tener claro cómo en la economía los individuos actúan para superar condiciones de escasez y cómo esas situaciones de escasez se toman por acciones individuales. Las acciones individuales le dan forma a la sociedad. El ejemplo que les doy de Colciencias me hace
En ese sentido, el crecimiento económico es un requisito de desarrollo, y salvaguardar los recursos del Estado, es regla inquebrantable para mejorar la calidad de vida de sus habitantes si se hace de manera equilibrada, resguardando la biodiversidad, el conocimiento científico, la dignidad humana de sus trabajadores, la solidaridad, la justicia social y la sostenibilidad ecológica.
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Conjuro
Existe un proceso global del mercado que se va ajustando de forma general. En ese sentido, ¿cómo puede el Estado generar ganancias y no pérdidas? Si el Estado falla en una de sus políticas o decisiones, ¿qué pueden hacer los ciudadanos? ¿Qué ente de control tiene en cuenta, por ejemplo, el caso de Colciencias? ¿Quién evaluó las pérdidas económicas que en este caso se generaron? Pero, si con las escandalosas cifras de Odebrecht no pasó nada, me temo el caso que viví es uno más de los tantos que pasa desapercibido en un sector tan vital para el país como la ciencia.
Conjuro
Carteros de la noche
OBRA: DUVÁN LÓPEZ
La música es un juego de…
¿maestros?
Por: Juan David Londoño Salinas Compositor, docente, guitarrista. Contacto: juanda2772@utp.edu.co
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rançois Delalande, en su libro La Música es un Juego de Niños, deja “pistas” para distanciarse de las metodologías convencionales de enseñanza musical en las que se da prelación al estudio de la técnica e interpretación de un instrumento musical convencional (piano, guitarra, violín…), como también de los fundamentos técnicos, teóricos, prácticos y la apreciación del repertorio que sienta las bases del sistema tonal, el cual, después de más de 100 años de haber sido completamente abandonado por compositores de vanguardia, sigue siendo el que da sustento a más del 90% de la música que consumimos. Él plantea que el entrenamiento en dichos fundamentos musicales hace que el estudiante sea cada vez más diestro y devoto a ellos,
pero por el contrario más alejado y, en algunas ocasiones, reacio a estilos que hacen uso de otro tipo de recursos musicales; es decir, estilos en los que hay presentes elementos extraeuropeos, antiguos o contemporáneos. La música concreta, género cuyos fundamentos teóricos y estéticos fueron originados por Pierre Schaeffer, conserva, según Delalande, un gran parecido con la exploración sonora presente en los niños, no solo por su resultado acústico, sino también por la manera en que estos llevan a cabo el descubrimiento de utensilios y cuerpos sonoros, además de la actitud mostrada ante los “instrumentos”, similar a la de “un músico encerrado en un estudio para hacer una grabación”. Esta exploración 24
acústica, el poco acompañamiento e interés hacia el proceso, la ausencia de apertura a manifestaciones musicales que pueden llegar a ser desconocidas.
sonora es natural en todos los seres humanos desde que nacemos e, infortunadamente, es acallada, en la mayoría de los casos, aún antes de llegar a una primera clase de música pues, para una gran parte de los adultos, este tipo de manifestaciones musicales no representa más que una serie de ruidos molestos.
Otro de los elementos que entra en juego en esta consideración es que el estudiante de música espera resultados tangibles desde el inicio y, ante esa perspectiva, la música académica contemporánea, o al menos, la compuesta a partir de procedimientos menos comunes, no puede competir contra la tradicional ya que la mayoría de personas, durante mucho tiempo, ha escuchado música basada en instrumentos musicales y tratamientos armónicos, la mayor de las veces, tonales, hecho que hace que no esperen resultados de otro tipo. Pese a ello, creo que este escenario, más que una dificultad, podría ser una oportunidad para sacar provecho de ambas metodologías, la tradicional y la postulada por François Delalande.
Por lo tanto, para Delalande, el camino a seguir es la potenciación en el estudiante de dicha búsqueda natural, a partir del juego ( jeu), hacia la producción de música concreta, pero con la mira puesta en la apertura, el desarrollo del gusto, el apetito hacia todo tipo de manifestaciones musicales (tradicionales, contemporáneas, experimentales, extraeuropeas…); lo que en su idea generará una transformación que hará pasar al estudiante, de un mero oyente e intérprete de un repertorio preseleccionado, a un improvisador, compositor, luthier, arreglista e igualmente, oyente e intérprete de las creaciones que irán teniendo lugar en su proceso.
En ese sentido, y basado en la pregunta planteada arriba, especificaré los objetivos del proceso y la aplicación, no de una sola metodología, sino de ambas, la tradicional y la contemporánea:
Por consiguiente, Delalande promueve la postura de cambiar la idea de que la poiesis musical es oficio solo de grandes maestros. Su búsqueda es la ampliación de los medios expresivos y de la conciencia sobre la utilización de los diferentes elementos que intervienen en el acto creativo musical; y, eventualmente, el dominio de los fundamentos técnicos, no solo de la música que sienta sus bases en el tonalismo y el uso de instrumentos musicales, sino de cualquier estilo.
ii. Potenciar en ellos el entendimiento de que el tonalismo, dodecafonismo, serialismo, instrumentación musical, instrumentación concreta y demás recursos utilizados en la composición, no son más que herramientas, las cuales, sin importar su popularidad, poseen igual importancia y merecen un reconocimiento y estudio igual de profundo.
Partiendo de esa idea, y contextualizándola en el ejercicio y proceso pedagógico alternativo que vengo desarrollando desde hace más de un año con un considerable éxito en el “Semillero de Composición” de la Fundación Cultural Carteros de la Noche, la pregunta sería cómo hacer para aplicar este método alternativo con adolescentes y adultos que apenas inician en la música y que solo ven una clase semanal.
iii. Hacer posible el desarrollo de fundamentos y parámetros técnicos y prácticos de diferentes estilos y la composición musical en general, hecho que no plantea una verdad absoluta, sino que está determinado solo por la imaginación del creador.
Hay que empezar entonces con la premisa que todos los métodos de enseñanza musical tienen una alta dosis de idealismo, pues fueron probados bajo condiciones específicas, las cuales permitieron la obtención de unos resultados esperados. Sin embargo, al tratar de ejecutar alguno de estos métodos en el contexto, se da uno cuenta de que poco se asemejan los resultados a los expuestos por los pedagogos en los libros de texto y entonces es preciso darnos a la tarea de tomar caminos alternativos como adaptar las metodologías al contexto, fusionarlas con otras para llenar vacíos o abandonarlas para hacer uso de una metodología distinta.
iv. Motivar el ejercicio de la composición a partir de la improvisación y la producción de piezas en diferentes estilos o de su mezcla, ya que la composición musical no es oficio exclusivo de grandes maestros, sino de quien tenga el deseo de llevarla a cabo. Para tal efecto, hay que prestar atención a dos aspectos fundamentales, los cuales están determinados el uno por el otro. El primero es el equilibrio que consta de la dosis adecuada de ambas escuelas, una correcta distribución del tiempo y los temas que pueden llegar a estar conectados a pesar de la diferencia de los resultados sonoros. El segundo, la forma de estructurar cada una de las metodologías, pues ambas escuelas tienen aspectos que para nuestro caso específico podrían mejorar, o por lo menos, adaptarse. En relación con esta experiencia en la aplicación de ambas metodologías, el principal problema con el que me he enfrentado
Es importante tener en cuenta el contexto porque en él hay situaciones, condiciones y acontecimientos que logran salirse de las manos en el ejercicio de la enseñanza de la música y que pueden entorpecer los resultados esperados. Además de las condiciones de desigualdad social, existen otras provenientes del círculo social del estudiante, las cuales afectan directamente el impacto que podría generar el proceso de enseñanza musical. Entre ellas está la exigua estimulación hacia la exploración 25
Conjuro
i. Ampliar el concepto de música de los estudiantes a partir del desarrollo del gusto y la curiosidad por otro tipo de manifestaciones.
Carteros de la noche
para generar una adhesión a estilos poco comunes como la música concreta y la electroacústica. Desde esta perspectiva contemporánea, además del atractivo presente en el desconocimiento de los recursos y la utilización de estos en la música contemporánea, el desarrollo eventual de actividades de exploración sonora con los estudiantes, enfocados hacia la música concreta, tal cual se recomienda por Delalande, funciona bastante bien; sin dejar de lado el equilibrio en el uso de ambas metodologías en este ejercicio pedagógico propuesto.
a la hora de organizar el plan de clases que ejecuto actualmente en dicho proceso, es el orden establecido de los temas a desarrollar. Por ejemplo, el estudio de la notación clásica (el sistema gráfico occidental), en la escuela tradicional, se lleva a cabo de manera previa al manejo de un instrumento musical, o por lo menos de un acercamiento profundo a la música, que incluya un fuerte desarrollo del apetito por esta.
Conjuro
No obstante, desde mi perspectiva, no tiene sentido que un estudiante aprenda notación tradicional antes de vivenciar la música, antes de desarrollar amor por esta. La notación musical tradicional, debe aprenderse a partir de la necesidad de leer el trabajo de otros músicos, de ampliar los recursos compositivos (que pueden ser graficados en este sistema), de escribir piezas propias. Propongo entonces un orden de temas adverso al presentado en la mayoría de los conservatorios, en el cual se inicia por el estudio de un instrumento musical, junto al de dicha grafía tradicional para que la armonía tonal solo tenga lugar después de años del perfeccionamiento de estos dos.
Sugiero por ello, en mis ejercicios docentes, iniciar con el estudio de un repertorio digerible, más cercano a lo ya conocido que puede o no ser una mezcla de estilos tradicionales y contemporáneos; permitir la exploración sonora basada en distintos ejercicios lúdicos que incluyan, al igual que en la metodología tradicional, un desarrollo de los elementos que juegan un papel indispensable en la composición musical; además de la eventual audición de un repertorio contemporáneo más denso que permita visualizar claros ejemplos de lo realizable a partir de procedimientos distintos de los convencionales y que sirva como punto de partida para la búsqueda personal y para la ampliación del concepto de música de los estudiantes. Posteriormente, propiciar el estudio minucioso y profundo de estilos contemporáneos más alejados de lo convencional, de los recursos técnicos y prácticos utilizados en cada uno de estos, a partir de ejercicios de composición e improvisación.
Planteo ( junto a la práctica de un instrumento musical), empezar por el estudio de la armonía tonal, teniendo cuidado de incentivar siempre la parte creativa a partir de ejercicios de improvisación, composición y del estudio de los elementos que juegan un papel determinante en estas, con el fin de aumentar significativamente la motivación, el apetito musical, la necesidad de leer los registros de otros y escribir piezas propias para que, finalmente, tenga lugar el estudio de la notación tradicional.
A manera de conclusión, puedo decir que, al igual que la composición, la docencia es una actividad que prescinde (y que debe prescindir) de reglas establecidas e inamovibles. Sin embargo, preciso que las pautas educativas mencionadas aquí son una simple socialización de los pasos dados por un docente, a partir del ejercicio de enseñar bajo unas condiciones específicas, sumadas a las aportadas por la calidad de su propio trabajo, su capacidad para transmitir, para conectarse, para enamorar al estudiante del tema que sea que se esté tratando, para que se enamore de la música.
Así es posible un ordenamiento de los temas que faculte una explicación más clara y motivante de los fenómenos escuchados por los estudiantes en su día a día, de las piezas que interpretan en su instrumento y que han incentivado su desarrollo de la actividad musical, construyendo un proceso que los motive a continuar en el aprendizaje musical, que les ayude a componer sus propias piezas y a entender todo este sistema como un valioso recurso a la hora de llevar a cabo el proceso creativo. Con respecto a la segunda metodología, la planteada por François Delalande, esta posee un punto no tan favorable y una solución bastante parecida a las presentadas en la metodología tradicional. Al igual que en la tradicional, el punto no tan favorable es que los temas, en este caso, los estilos abordados, están organizados contrariamente, a mi juicio, al que representa el mejor camino, la solución es entonces, reorganizarlos a conveniencia. Sin embargo, hay una particularidad que crea una brecha entre ambas escuelas. La contemporánea, a diferencia de la tradicional, es una metodología que, sin necesidad de grandes modificaciones, puede ser ejecutada con éxito en un porcentaje mucho mayor de estudiantes que apenas inician en la música, el problema es que deben ser niños, pues resulta necesaria su habilidad imaginativa, su apertura a nuevas cosas y su incapacidad de determinar parámetros inamovibles, 26
AGROECOLOGÍA:
a la necesidad de sostenibilidad a pequeña escala. Para los teóricos de la agroecología, esta solo es posible si se preserva la diversidad cultural que nutre a las agriculturas locales, dentro del contexto de una organización social que proteja todos los recursos y que permita la interacción armónica del agro-sistema, el medio ambiente y los seres humanos. Así pues, la agroecología se presenta como una de las más viables alternativas para la sustentabilidad de los pequeños campesinos.
GENE RALI DADES
Así pues, la agroecología es “una disciplina que promueve los principios ecológicos básicos para estudiar, diseñar y manejar agro-sistemas que sean productivos y conservadores del recurso natural, que también sean culturalmente sensibles, socialmente justos y económicamente viables”. (Altiere, 1999).
Por: Martha Londoño Licenciada en Ciencias Sociales Contacto: marlucia48@yahoo.es
E
l término agroecología se estableció en los años 70 del siglo XX. Sus bases filosóficas se encuentran en la ecología y son el resultado de las respuestas y propuestas de ambientalistas y ecólogos que, en los años 60 del mismo siglo, buscaban alternativas a la crisis ambiental; de allí surge la agricultura orgánica preocupada por producir alimentos sanos sin la necesidad de la utilización de pesticidas ni agro-tóxicos.
Los productores agroecológicos intercambian saberes académicos y el conocimiento empírico de los campesinos les permite producir sus propios abonos, biocompuestos y planear sus estrategias para el control de plagas y enfermedades; así, establecen relaciones de intercambio de semillas, insumos, productos y mano de obra. La producción se utiliza para el abastecimiento, el trueque y los mercados agroecológicos. De esta manera se eliminan los intermediarios y, por el contrario, se forman redes de organizaciones que constituyen una fuerza política con capacidad de asegurar una legislación a favor del campo.
En América Latina los movimientos ambientalistas investigan y cuestionan los resultados de la llamada revolución verde, análisis que para Miguel Alfieri tuvo mucha importancia en la evolución del movimiento agroecológico.
En consecuencia, se busca la soberanía alimentaria que significa el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrarias.
En efecto, las investigaciones hechas desde diversas disciplinas del conocimiento dejaron ver las consecuencias negativas, especialmente en las áreas rurales, de la revolución verde. Esta aceleró la desigualdad, marginalizó gran parte de la población rural, socavó las formas de acceso a la tierra por parte de los pequeños campesinos, aceleró la dependencia del medio agrícola de abonos, plaguicidas y pesticidas de síntesis química, haciendo los cultivos más vulnerables a las plagas, enfermedades y a los cambios de clima.
En Colombia, un país donde la palabra comunidad es subversiva, donde el pequeño campesino está cercado por múltiples violencias, donde el asistencialismo de Estado se convierte en una estrategia de poder, donde la mega-minería acaba las tierras laborables, donde las variaciones del clima afectan con mayor fuerza, hay diversos elementos que complejizan la labor agroecológica del campesino, a pesar de que la FAO, en mayo de 2018, reconoce la urgente necesidad de atender los suelos enfermos del mundo por la contaminación y su mal uso.
Con la consecuente contaminación de aguas y sus suelos se aceleró la erosión, las fronteras agrícolas se desdibujaron, los pequeños campesinos se enredaron con préstamos bancarios y la fluctuación de los precios, se destruyeron los códigos de trasmisión de las prácticas agrícolas ancestrales.
Ello hace tan imperiosa la necesidad de viabilizar la agroecología y recuperar los suelos: recordemos que sin suelo no hay agua, montes, montañas, ni alimentos sanos. Para conocer más información, consultar la siguiente página web: www.leisa.info. O comunicarse con el grupo “Tierra Alegre”. Celulares: 313 732 2372 – 304 576 2365- 310 215 5858.
La agricultura orgánica también es revisada y cuestionada por las posturas agroecológicas, para entender que aquella forma de agricultura, por sí sola, no es la solución 27
Conjuro
En la práctica, la agroecología se convierte en una opción de vida y sustentabilidad para el pequeño campesino, ya que el suelo es manejado como un ser vivo, es alimentado con micro y macro-organismos, aportándole una cantidad balanceada de nutrientes y de humedad, utilizando la labranza mínima, controlando, no destruyendo las arvenses (malezas), evitando los monocultivos e impulsando la asociación y diversidad de cultivos.
Carteros de la noche
Matacandelas Por: Cristóbal Peláez González Director Colectivo Teatral Matacandelas Contacto: matacandelas@matacandelas.com
L
os modos de la representación escénica son cambiantes. La percepción también. Tiene su propia historicidad. El cine y la televisión se han encargado de ello. La misma relación entre los hombres ha modificado los modos de ver y de oír, el cuerpo vive otros ritmos. En la literatura se han producido revolucionarios cambios narrativos que a la postre terminan por jalonar la manera en que se transforma el escenario.
A punto ya de cumplir los cuarenta años, en enero de 2019, el Colectivo Teatral Matacandelas ha podido disfrutar de un viaje entretenido y al mismo tiempo otear en el paisaje escénico nacional el avance y los cambios en el modo de enfrentar la práctica del oficio.
Conjuro
Al desprenderse el teatro del hórrido fardo de la entretención masiva, ha recalado en un espacio de ritualidad, de lúdica, recuperando su posibilidad poética.
Casi todo el teatro colombiano, por lo menos el grueso de obras y grupos que marcaron y aún hoy marcan los momentos más importantes de nuestra apretada historia, provienen de aquel agitado movimiento universitario de los años 70, con un teatro rebelde, contestatario y crítico.
A nuestro parecer, el teatro en este medio ha estado demasiado cargado de sudor y banalidad como en un complejo de inferioridad frente al circo y la farándula; en una desesperación por atraer audiencia, por cumplir con la sociedad y con el Estado, pero poco interesado en la reflexión y en la experiencia estética. Tal vez porque para el caso colombiano el teatro fue de orígenes tardíos, una práctica esporádica.
Ave rara es el Matacandelas, un residuo del ferviente teatro colegial que, durante una buena época, aún antes y durante el teatro universitario, estuvo orientado por la avalancha de la Galería Dramática Salesiana que, con su voluminosa biblioteca de guiones estudiantiles, permeó toda la región central del país, provocando un especial entusiasmo entre los jóvenes por el arte de la representación. Para nuestros inicios los espejos fueron Teatro
Obra: Ego Scriptor. Archivo: Teatro Matacandelas
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Obra: Juegos nocturnos 2, Velada Patafísica ¿de Alfred Jarry? Archivo: Teatro Matacandelas
La Candelaria, Teatro Experimental de Cali, Teatro Libre de Bogotá y, por supuesto, aquellas lejanas e imprecisas sombras que se movían en el cono sur del continente, caso El Galpón, de Uruguay, y Augusto Boal con el Teatro del Oprimido. Bertolt Brecht es el capítulo madre.
Matacandelas y que hoy, por supuesto, no voy a contestar, hay dos curiosidades que si quiero revelar: ¿Qué es el Colectivo Teatral Matacandelas? Es una mixtura, un matalotaje de espíritu bolchevique+malicia indígena+brío caribe+enjundia española+poesía+alma infantil.
Nacimos como un grupo vocacional, juvenil, solo comprometido con el gusto por hacer teatro y conformado en tu totalidad por jovencitos que lo hacían como una lúdica que les permitía el regocijo de utilizar creativamente su tiempo libre. Una suerte de terapia ocupacional para bachilleres confundidos que de pronto se ven lanzados a la casi imposible tarea -para aquella época de autodidactismo y empirismo- de la profesionalización. Vale decir, vivir por, para y del teatro.
¿Cómo se sostiene financieramente? Una economía dividida en siete partes: 1/7 de ingresos por convenios con entidades públicas y privadas. 1/7 de ingresos por taquilla. 1/7 de ingresos por venta de servicios. 2/7 por donación de tiempo y trabajo de los actores. 2/7 de ingresos que nunca ingresan y que nos alinean dentro de la inmensa humanidad, es decir, los pobres de la tierra.
Desde entonces todo el esfuerzo ha estado orientado a impedir que el oficio asesine la pasión y, en todo caso, a lograr que la práctica teatral esté mediatizada por la reflexión y la indeclinable poesía, nunca a partir de las exigencias de la taquilla.
Han sido cuatro décadas tratando de construir nuestro pequeño falansterio, una diminuta (y libertaria) república de 700 m² para tratar de no caernos de la infancia.
Aparte de la repetitiva y fatigosa pregunta que siempre me hacen por el significado de palabra 29
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Foto gra fía
Por: Sergio Vejarano Fotógrafo Contacto: mimundofotograficoq@gmail.com
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l entrar en caminos de otras personas se nos abre una nueva visión de vida que, contada a través de sus lugares, personas y rasgos, comprendemos de una mejor manera. Es inevitable sentirse forastero, pero la observación y respeto han sido fundamentales para estar dentro de ese camino ajeno sin perturbar o incomodar. Somos un espacio de tiempo corto en aquellos lugares, siendo alguien más que llega y que se va. Conmigo viene un recuerdo, una imagen de cotidianidad de un lugar del que fui parte de forma pasajera, mientras caminaba encontrándome con aquellos rostros afro que frente a mí hacían su día a día, regalándome ese fragmento de tiempo para llevarlo en mi caja oscura, como lo expresó Jesús Ferro Bayona en su libro El mito de la filosofía: “La filosofía es asombrarse de lo cotidiano”. Con asombro, y a través de estas personas, percibo de forma más cercana estos lugares. A pesar de verme diferente, logro ver similitudes que percibo en otros lugares en los que he estado o en el que vivo, una cotidianidad alegre, pero también construida con fuerza y empeño. Comparto de forma visual lo que cautivó a mis ojos, el fragmento de la historia que viví, la forma en que me adentré y ese instante, ese momento donde mis protagonistas cuentan una pequeña parte de sus vidas, siendo también mi participación una pequeña parte efímera de aquel lugar.
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FOTOGRAFÍA: SERGIO VEJARANO
FOTOGRAFÍA: SERGIO VEJARANO
31 FOTOGRAFÍA: SERGIO VEJARANO
Carteros de la noche
Los relatos
de un j o v e n
v i a j e r o
inglés
Conjuro
Es pertinente anotar que a lo largo del siglo diecinueve la literatura de viajes no solo cumplió la función inicial de documentar la diversidad natural y cultural de las colonias de los grandes imperios europeos, sino que también se constituyó en sí en una herramienta de divulgación de su poderío. Esta competencia por la atención entre los adeptos al género, incitó la exploración de nuevos modos de narración que terminaron por incorporar a los textos científicos elementos propios de las tendencias artísticas del momento. Entre estas, tal vez el más significativo de los aportes fue el matiz poético, enriquecido en figuras y metáforas que a las descripciones se incorporó del romanticismo naciente. El romanticismo introdujo, entre otras cosas, “una autorreflexión…, cuya raíz inspiradora fue la emoción y descubrió con los ojos del arte la naturaleza y la relación simbólica entre el paisaje y el sentimiento”.
Por: PhD. Hugo Mantilla-Meluk Director Centro de Estudios de Alta Montaña Universidad del Quindío Contacto: hmantilla@uniquindio.edu.co
El aporte de Alexander Von Humboldt a este respecto fue fundamental. Darwin, como tantos otros naturalistas era un declarado admirador de Humboldt como podemos percibir en el siguiente pasaje incluido en su autobiografía: “I first saw a tropical forest in all its sublime grandeurnothing but the reality can give any idea how wonderful, how magnificent the scene is… I never experienced such intense delight. I formerly admired Humboldt, I now almost adore him; he alone give any notion of the feelings which are raised in the mind on first entering the Tropics.”.
A
dolfo Prieto en su obra Los viajeros ingleses y la emergencia de la literatura argentina (1820 – 1850K), referencia acertadamente que: “En la versión inglesa de uno de los numerosos escritos de Humboldt sobre su expedición a las regiones equinocciales de América, Political essay of the Kingdom of Spain (Londres 1811), el traductor John Black, incluye un prefacio con estas reflexiones: ¨Ha sido observado por un popular escritor francés, Bernardin de St. Pierre, que de lejos la parte más valiosa y entretenida de la literatura moderna es el departamento ocupado por los viajeros…¨ Ningún individuo que haya dejado los límites de nuestra isla, vacila un instante acerca de las calificaciones necesarias para mostrarse al público a su regreso. Su educación previa, sus modos de acceso a las apropiadas fuentes de información… son objeto de menor concernimiento. Ha viajado, y ello es suficiente.”.
De manera interesante vemos que este acercamiento simbólico a la naturaleza y la incorporación del humano al paisaje, genera una horizontalidad que desmonta la percepción jerarquizada del universo, con el hombre en la punta de una pirámide casi excluido de la naturaleza. Estos elementos de inclusión y equilibrio nutrieron entre otras, el imaginario de la igualdad, de los derechos del hombre y por esa misma vía las ideas independentistas. 32
Un eje fundamental de la obra de Darwin es un repensamiento del ser humano como un elemento más de la naturaleza y no como observador que usufructúa los beneficios de un mundo creado, percepción típica del mundo victoriano en el que Darwin creció.
gaucho or countrymen, are very superior to those who reside in the towns. The gaucho is invariably most obliging polite, and hospitable: I did not meet with even one instance of rudeness or inhospitability. He is modest, both respecting himself and country, but at the same times a spirited, bold fellow. On the other hand, many robberies are committed, and there is much bloodshed: the habit of constantly wearing the knife is the chief cause of the latter. It is lamentable to hear how many lives are lost in trifling quarrels. In fighting, each party is trying to mark the face of his adversary by slashing his nose or eyes; as is often attested by deep and horrid-looking scars. Police and justice are quite inefficient. If man who is poor commit murder and is taken, he will be imprisoned, and perhaps even shot. But if he is rich and has friends he may relay on it no very severe consequence will ensue. A traveler has no protection besides his fire-arms.”
La obra de Darwin tuvo origen en su famoso viaje a través de América del Sur que marcó definitivamente la vida del joven Darwin, hecho que quedó registrado en su libro The Voyage of the Beagle. El joven inglés encontró otro inmenso “océano de tierra”, como tendieron a llamarla, otros viajeros de la época, a la imponente majestad y belleza de la pampa primitiva. En ella hombres resueltos y con salud a toda prueba, afrontaban sin temor el riesgo de las largas y penosas travesías. Darwin conoció los gauchos que lo acompañaron y escoltaron a través de la pampa. José Mármol en su Amalia dibuja el gaucho de la siguiente manera: “Naturaleza especial en América, naturaleza madre e institutriz del gaucho… Ese ser (el gaucho) que por sus instintos se aproxima al hombre de la naturaleza; y que por su religión y por su idioma se da la mano con la sociedad civilizada. Por sus hábitos no se aproxima a nadie sino a él mismo; porque el gaucho argentino no tiene tipo en el mundo… La naturaleza lo educa. Nace bajo los espectáculos más salvajes de esta, crece luchando con ella y aprendiendo de ella. La inmensidad, la soledad y las tormentas de nuestro clima meridional son las impresiones que desde su niñez comienzan a templar su espíritu y sus nervios, y a formar la conciencia de su valor y de sus medios. Solo, abandonado a sí mismo, aislado por decirlo así, del trato de la sociedad civilizada, siempre en lucha con los elementos, con las necesidades y con los peligros, su espíritu se ensordece a medida que él triunfa de su destino.
A pesar de la reticencia en ciertos círculos a las ideas evolutivas, podemos decir con orgullo que al menos la discusión sobre la dimensión natural del hombre como un elemento más de la escala zoológica no cuenta con el rechazo directo que recibió en tiempos de Darwin. También, a pesar de algunas prácticas sociales vigentes, podemos afirmar que al menos en la discusión teórica hay un repudio generalizado a la esclavitud. La ciencia y el arte o el arte y la ciencia, en fin, lo creativo, sigue siendo la salida en la solución de nuestras motivaciones primarias, y es lo creativo en sí, más que otra cosa uno de los elementos universales por definición.
La soledad y la naturaleza han puesto sobre su espíritu sus leyes invariables y eternas, y la libertad y la independencia de sus instintos humanos se convierten en condiciones imprescindibles de la vida del gaucho.
A nuestros dos personajes tratados les debemos profundas reflexiones sobre una problemática que nos atañe a todos, y es esta: el conflicto de la identidad. El viaje, o los múltiples viajes que experimentamos a lo largo de nuestras vidas no tiene otro norte que la búsqueda de respuestas a aquellas preguntas que pareciera ser un sello de nuestra especie: ¿Quiénes somos, de dónde venimos, y hacia dónde vamos? La solución de estos dilemas nos conduce inexorablemente a un retorno, a un viaje interior, un viaje al centro de nosotros mismos. Como todo viaje implica un reto, a la vez plantea alternativas, la de enriquecernos de cada uno de esos diversos universos que nos constituyen, enriquecernos de sus múltiples historias. Un joven de veinte años recorre la pampa, en cierta manera se siente gaucho, lo es y no lo es. Un joven de veinte años, a través de la digestión del paisaje, se siente universo, y lo es. Un hombre maduro reduce la brecha, sana la cicatriz entre dos mundos divididos, postula en sus teorías que hay un solo tipo de humano que somos todos. Por: Carlos Galeano
El caballo concluye la obra de la naturaleza: Sobre él, no teme ni a los hombres, ni a la naturaleza; y sobre él es un modelo de gracia y cultura que no debe nada al indio americano ni al jinete europeo”. En su trayecto, Darwin se halló inmerso en la vida cotidiana del gaucho como atestiguan solo dos de tantos ejemplos extraídos de su diario “This was the first night which I passed under the open sky, with the gear of the recado for my bed. There is high enjoyment in the independence of the Gaucho life- to be able at any moment to pull up your horse, and say, “Here we will pass the night.” The death-like stillness of the plain, the dogs keeping watch, the Gipsy group of Gauchos making their bed round the fire have left in my mind a strongly-marked picture of this first night which will never be forgotten.” O más tarde: “During the six months I have had an opportunity of seeing a little of the inhabitants of these provinces. The 33
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En este resumen final Darwin, y su poder sintético, nos lega una radiografía excelente de las características híbridas del gaucho, un ser que se debate entre lo natural y lo cultural, con la nobleza y la hospitalidad en una mano y el cuchillo dispuesto en la otra. Una interfase perfecta que dignifica lo rústico y le hace perder pompa a lo civilizado en el entendimiento del mundo.
Carteros de la noche
La Astrofotografía una ventana al Universo El derecho de tener cielos oscuros Por: Carlos Galeano Astrónomo, ingeniero Contacto: cosmonautikablog@gmail.com
stamos acostumbrados a ver de vez en cuando al cielo y vemos la luna y algunas estrellas, lo que nuestras contaminadas ciudades nos permiten ver. Pero si vamos al campo, libres de toda contaminación lumínica, veríamos un cielo lleno de estrellas, donde los humanos serían nuevamente soñadores, nómadas buscando nuevos mundos en el océano interestelar. Es una visión que antes teníamos cuando hace miles de generaciones nos sentábamos en una fogata y mirábamos a las estrellas, el espinazo de la noche.
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La fotografía, en los últimos años, ha dado un salto gigante, con cámaras que cada día son más eficientes y sensibles, tenemos la oportunidad de registrar los cielos nocturnos. En ese escenario es donde la astrofotografía juega un papel importante para mostrarnos el cosmos y se hace posible enseñar a nuestros niños y jóvenes la belleza de la astronomía y nuestra relación con el universo. Se dice que la astronomía es una experiencia enriquecedora y que es más maravilloso ver a un niño sorprendido y admirado cuando ve una galaxia distante a través del telescopio y, por un momento, sus preguntas nos emocionan cuando te dicen si hay otras vidas y conciencias fuera, viviendo en esa distante galaxia. Lo contrario sucede con los adultos que ven en esa galaxia un signo del mal. Al respecto me pregunto, ¿en qué momento de nuestra adolescencia dejamos de imaginar y soñar y nos entregamos a una cultura que no valora la noche, que tiene que estar iluminada constantemente por miedo a la oscuridad?
Hoy en día estamos perdiendo nuestra identidad ante el cosmos y tememos a la noche en vez de maravillarnos. Sin embargo, recientemente, gracias a la iniciativa de fotógrafos que se dedican a registrar imágenes del cielo nocturno en áreas que son lejanas y remotas, aún fuera de la irremediable acción colonizadora de las ciudades, aquellos nos brindan una visión de nuestro lugar en el universo.
FOTOGRAFÍA: CARLOS GALEANO
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que se fuera a legislar sobre este importante tema, vital para nuestros cielos y ecosistemas. La única ciudad en Colombia con una conciencia de no contaminación lumínica es la ciudad de Villa de Leyva que conserva una tradición en cielos oscuros para la astronomía.
En este punto debemos defender nuestros cielos, exigiendo cambios en la reglamentación para que las luminarias que se utilicen sean amigables con el cielo nocturno, como las luces led polarizadas que no emiten reflejo, y de esta manera reemplazar la luz anaranjada de las lámparas de sodio actuales o las de tungsteno que son las responsables de cielos rojizos o verdes que ciegan la noche. Este tipo de iluminación es la que produce contaminación lumínica.
Ahora bien, la contaminación lumínica no solo afecta la contemplación de los astros, también tiene consecuencias económicas sobre todos los ciudadanos, ya que cerca del 60% de la factura de alumbrado público, que pagamos entre todos, se debe a la inútil iluminación del cielo por las farolas. Esto supone que cada año derrochamos miles de millones de pesos de dinero público que podrían emplearse en muchas otras necesidades. Por ende, consideramos que la protección del cielo es la única acción medioambiental que no cuesta dinero, sino que lo ahorra. Por lo tanto, la campaña de Cielo Oscuro, no plantea el hecho de iluminar menos, sino de iluminar mejor, es decir, adecuando el sistema de iluminación hacia abajo en vez de hacia arriba, lo cual permitirá que veamos mejor, que gastemos menos y que preservemos el cielo estrellado y no afectemos el ecosistema nocturno. En consecuencia, la solución pasa por:
¿Qué es la contaminación lumínica? La contaminación lumínica es definida como el exceso de luz artificial que degrada los ecosistemas. También es conocida como el exceso en el uso de luz artificial nocturna que, en el caso de la astronomía, afecta la actividad de la percepción del cosmos. Sobre la contaminación lumínica, hasta el momento, existe muy poca conciencia social, pese a que genera consecuencias adversas como el despilfarro de energía, la emisión de gases contaminantes (CO2), gases de efecto invernadero y la pérdida de ecosistemas nocturnos. Además, los efectos dañinos en la salud de seres humanos y animales están comprobados. También genera interferencia en la navegación aérea y marítima. Todas estas consecuencias son signos de que estamos haciendo algo totalmente mal a escala global. En relación con lo anterior, estamos promoviendo la campaña del derecho al cielo oscuro. Ahora bien, ¿qué es la campaña cielo oscuro? Todos tenemos derecho a contemplar el cielo estrellado como parte de nuestro patrimonio natural. Por eso la UNESCO ha declarado formalmente que el Cielo Oscuro es un derecho de las generaciones futuras.
• Sustituir progresivamente las lámparas de mercurio-tungsteno y de sodio (farolas de color naranja), por lámparas led que son más eficientes y amigables con el medio ambiente. • Aprobar una legislación sobre eficiencia y ahorro energético.
Tenemos como contexto problemático que la mayoría de los niños de nuestra región no ha visto nunca la Vía Láctea, ni la Osa Mayor, ni la galaxia de Andrómeda. Así, si no frenamos la contaminación lumínica, no se podrá ver nada de este espectáculo. A menos que se haga un desplazamiento a grandes distancias fuera del área urbana.
En nuestro país aún contamos con lugares hermosos para la astrofotografía y es fundamental cuidarlos para las futuras generaciones de observadores y astrónomos que sueñan con el cosmos. En esa medida, es importante destacar a fotógrafos como Leonardo Villa y Joseph Hernández quienes, con su proyecto de Cundinamarca Nocturna, han resaltado la importancia de cuidar nuestros cielos y nos han alertado sobre la necesidad del adelanto de estudios de impacto ambiental en la pérdida del firmamento por culpa de la contaminación lumínica.
Como se dijo un poco más arriba, la contaminación lumínica es producto del exceso en el uso de la luz artificial; en nuestro caso, nocturnas, que nos impiden contemplar el cielo ya que las luminarias que se usan en las ciudades lanzan luz hacia arriba (sobre todo las farolas “tipo globo”), en lugar de iluminar hacia abajo que es donde se necesita, por lo que se deben evitar las luminarias de este tipo.
En relación con ello, actualmente nos encontramos en un proyecto que busca dar a conocer nuestros trabajos, tanto en Cundinamarca, Valle del Cauca, como en el Quindío. Nuestro proyecto consiste en educar a los jóvenes en la ciencia. No es fácil hacer ciencia en nuestro país, no hay apoyo de las entidades y muchas de las cosas que hacemos se financian con dinero que sale de nuestros bolsillos, pero bien vale la pena luchar por un cambio social y educativo para que los jóvenes de esta generación se conecten con el cosmos.
Por estos motivos, las campañas de Cielo Oscuro están teniendo lugar, en estos últimos años, en numerosos sitios de Estados Unidos, Canadá y Europa. En Europa y en varias partes del mundo ya hace décadas que se contempla este tema y diferentes países tienen legislaciones para adecuar su iluminación a las recomendaciones internacionales. En cuanto a Colombia, las campañas de Cielo Oscuro están archivadas en el congreso y hasta ahora no parece 35
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• Adecuar los niveles de iluminación a las recomendaciones internacionales actuales.
Carteros de la noche
“¿Acaso me he salvado de la muerte, sólo para pasar el resto de mis días bañado en el dolor y tristeza? Ya que nunca más volveré a ver mi aldea natal. Tampoco volveré a ver mi mujer tártara ni a mis hijos. Los he abandonado, por nada. Cuando caí cautivo de los tártaros, lloraba con desesperación por mi patria china. Y ahora he vuelto a mi tierra china, mis hermanos chinos me creen un tártaro -soy tártaro para ellos. Si yo me hubiera imaginado lo que sería mi destino, jamás habría intentado regresar a mi país natal. Porque los dos países, tan distantes el uno del otro, son iguales en el sufrimiento y en la amargura, triste destino que viven y llevan muchos de sus hijos. Cautivos tártaros encadenados: les digo que de todos los sufrimientos ¡el más amargo de llevar es el mío! Nunca jamás en la vida de los hombres hubo destino tan doloroso como el mío. Mi corazón y pensamiento chino como incrustados en el cuerpo de un tártaro ...” Alejandro Lipschutz, el “hombre más importante de mi país”, como lo destaca Neruda en sentida alusión al sabio, su vecino de Los Guindos, con quien intercambiaba de casa a casa “Hallazgos nuevos, flores y poesía”; médico y sociólogo, estudioso y erudito investigador nórdico radicado en Chile, que nos abre una luminosa perspectiva al anteponer al poema de Po Chu-I, como antítesis la parábola de Gonzalo Guerrero, que “NO QUISO VENIR”.
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Cautivo
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Por: Hugo Raúl Mantilla-Barreto1 Doctor en Derecho Especialista en Psicoanálisis
Quien haya sondeado la literatura china habrá encontrado referencia obligada del gran poeta Po Chu-I, también conocido como Bay Juyi, quien, a inicios del siglo noveno de nuestra era, compuso el poema “El Cautivo”; una conmovedora historia de un chino que fue tomado prisionero durante las guerras libradas entre la China y las tribus tártaras por los años 766 a 809; no obstante, pese a su asimilación al medio y a la cultura de sus captores, aún casado con mujer tártara que le dio varios hijos, guardaba en lo más íntimo de su ser y con profunda nostalgia, el vivo secreto del retorno a la tierra natal; celebraba siempre la festividad del fin de año a la usanza china, incurriendo en copioso llanto, dolido de su destino. Ya en la vejez, y pasados cuarenta años, le entra el temor de no ver cumplido su intenso deseo, y decide escapar sin importarle los grandes riesgos que implica tamaña aventura: “las flechas tártaras que siempre dan en el blanco” y los obvios peligros del desierto de Gobi, cuya travesía solo es posible de noche, pues debe ocultarse de día. Sorteados con fortuna los obstáculos y movido por la fuerza que alienta su osadía, se arriesga una vez más para cruzar el congelado Río Amarillo, cuando oye el repicar del tambor chino que acompaña una avanzada de jinetes. Presa de una súbita e irresistible agitación, se presenta ante los guerreros chinos haciendo pausadas reverencias, expresando con palabras y gestos de júbilo, todos los sentimientos reprimidos en los largos años de cautiverio, pero estos no perciben que les habla en su propia lengua, lo creen un tártaro; y sin más contemplaciones, lo encadenan y lo envían a un campo de prisioneros en medio de pavorosos pantanos. Es el mismo “cautivo del poema” que trasmite sus desgarradores quebrantos a los otros prisioneros tártaros:
Nos recuerda Lipschutz la extraordinaria crónica de la conquista de México narrada por Bernal Díaz del Castillo, de dos sobrevivientes de un naufragio en la costa oriental de Yucatán alrededor del año 1511: Gonzalo Guerrero más que marino, arcabucero de Palos de Moguer y Jerónimo de Aguilar, hombre de iglesia. Ambos fueron tomados como esclavos por un cacique maya, pero con suertes disímiles y contradictorias. Mientras Aguilar, el letrado, queda como esclavo durante los ocho años de cautiverio hasta su liberación, Guerrero, el grumete, se asimila al medio indígena, se casa con la hija del cacique y se convierte en un destacado capitán. Al desembarcar Cortés en 1519, tuvo noticias de los cautivos y de inmediato envía por ellos pagando su rescate. (Según otra versión, Cortés traía como encargo especial de la Gobernación de Cuba, la liberación de los cristianos cautivos). Aguilar se suma alborozado a los mensajeros, pero antes intenta convencer a Guerrero para que también lo hiciera: “Y caminó Aguilar (el esclavo, después de recibir para eso licencia de “su amo, el cacique”) a donde estaba su compañero, que se decía Gonzalo Guerrero, en otro pueblo, cinco leguas de allí, y como le leyó las cartas (de Cortés), Gonzalo Guerrero le respondió: Hermano Aguilar: Yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras. Idos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¡Qué dirán de mí desde que me vean esos españoles ir de esta manera! Y ya veis estos mis hijitos cuán 36
bonicos son. Por vida vuestra que me deis de esas cuentas verdes que traéis, para ellos, y diré que mis hermanos me las envían de mi tierra. Y así mismo la india mujer de Gonzalo habló a Aguilar en su lengua muy enojada, y le dijo:
Los demás pueblos de América han resentido dicho golpe de manera análoga y no faltan los símbolos del conflicto que subyace en el inconsciente colectivo de cada una de las agrupaciones sociales de nuestro continente. Por ende, creemos que se hace necesario tomar conciencia de nuestro pasado, para superar el presente.
-Mira con qué viene este esclavo a llamar a mi marido; idos vos y no curéis de más pláticas. Y Aguilar tornó a hablar a Gonzalo que mirase que era cristiano, que por una india no se perdiese el ánima, y si por mujer e hijos lo hacía, que la llevase consigo si no los quería dejar. Y por más que le dijo y amonestó, no quiso venir.” Esta página es decisiva en la historia del mestizaje en América, ya que confirma la predicción de Borges cuando advierte “yo he sospechado que la historia, la verdadera historia, es más pudorosa y que sus fechas esenciales pueden ser, así mismo, durante largo tiempo, secretas.”. Ese momento instaurador de un nuevo orden, a modo de doloroso parto, gesta una identidad. La parábola del náufrago español trasciende la del cautivo chino en opinión de Lipschutz. Y sí que la trasciende, pues desde el orden social representa una visión más ética, fundada en la introyección de auténticos valores. Resulta edificante para las nuevas generaciones, no sólo de México, sino de todo el continente, descubrir un arquetipo de tal semblanza; además, por su extraordinaria capacidad de sobrevivencia en las condiciones más extremas: naufragio, esclavitud, cautiverio; por su coherente asimilación a un medio hostil, por su entrega a una justa causa, que le depara la muerte en defensa de lo suyo, o de lo hecho suyo; sobre todo este rasgo, conmueve y lo mitifica. Aguilar es la otra cara de la moneda: por su conocimiento de un dialecto maya, pudo desempeñarse, al lado de la Malinche, como intérprete, resultando su colaboración clave para el éxito de la conquista; lo que llevó a Cortés a adjudicarle varias encomiendas.
Gonzalo Guerrero, padre de seis hijos mestizos, Gonzalo/Nomkukum nacido en 1515, Juan/Hamsz Ch., en 1517, Rosario/Zacmie’te en 1519, y Marina, Diego y Beatriz, fallecidos prematuramente, inicia en el continente americano el mestizaje biológico, pero este acontecimiento también ha dejado una profunda huella histórica, pues sus hijos trascienden en lo social como fruto de una sólida unión afectiva que, en un porcentaje relativo, garantizaba en su inconsciente el asentamiento de una identidad. La renuncia de Guerrero a la reincorporación a su propia cultura, entregando su vida en defensa de la causa indigenista frente al europeo, resulta un precio alto, pero a su vez permite probar una conducta digna que contrasta con la exhibida por otros protagonistas de la conquista. La imagen mítica de Gonzalo Guerrero no escapa a los prejuicios raciales y desde esta perspectiva, también resulta una paradoja de la Historia, pues fue durante siglos vilipendiada y sumida en el desprecio; solo después de la independencia de México, se reivindica la real dimensión histórica del suceso, cobrando sentido el visionario e invaluable aporte de Guerrero, para los pueblos de América.
De esta manera, Malinalli Tenepal, “Malinche” o “Marina” -dada la similitud fónica- y Hernán Cortés, gravitan en el imaginario del pueblo mesoamericano como las imágenes que condensan el fenómeno que desató el impacto del encuentro de las dos culturas que representan. Son numerosos los ensayos que han sondeado la profundidad del tema, aportando con sus luces valiosas reflexiones. En ese sentido, destaco de El laberinto de la soledad de Octavio Paz, la siguiente síntesis: “la extraña permanencia de Cortés y de la Malinche en la imaginación y en la sensibilidad de los mexicanos actuales revela que son algo más que figuras históricas: son símbolos de un conflicto secreto, que aún no hemos resuelto”. El efecto sociopsicológico del choque cultural que deparó la conquista española se traduce en un hecho traumático que no ha sido superado, como lo advierte Paz, por cuanto requiere del transcurso del tiempo representado en generaciones, para su relativa elaboración.
Así se desprende de la reveladora estrofa del himno de Quintana Roo, nombre del actual estado mexicano, correspondiente al emplazamiento geográfico en donde ocurrieron los hechos:
“Esta tierra que mira al oriente Cuna fue del primer mestizaje Que nació del amor sin ultraje De Gonzalo Guerrero y Za’asil”. 1. Profesor, por varios años, de Filosofía del Derecho y Derecho y Psicoanálisis en varias universidades. En la actualidad, estudia los elementos inconscientes en la creación artística, en particular la obra de Leonardo Da Vinci.
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En efecto, el Dr. Agustín Palacios, insigne psicoanalista mexicano, en su profundo ensayo, “MALINTZIN” (4), argumenta que “históricamente el mestizaje comienza con la unión de Malinalli Tenepal y Hernán Cortés”. Descarta a Guerrero a pesar de haber sido el padre de tres varones mestizos, de su intensa unión afectiva con la mujer y cultura que lo acogió, dado que “quedaron sin huella apreciable en la Historia, en la leyenda, en la tradición y en el inconsciente general del mexicano. En cambio, Martín el bastardo, hijo natural de Cortés y Malintzin, aquel que nació en 1523 siendo Cortés de Monroy, Pizarro y Altamirano, pero también Tenepal y Malinalli; hombre carente de identidad cabal, precursor abortivo de Hidalgo, ha venido a ser, para el mexicano, el primer espécimen de este grupo en el que nada es tan característico como los contrastes.”.
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Carteros de la noche
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Tumbaga, encuentro con la memoria Quimbaya (2018)
La tercera versión del festival Tumbaga, encuentro con la memoria Quimbaya, se llevó a cabo durante los días 27 y 28 de Julio del 2018, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura y el Programa Nacional de Concertación Cultural.
Por: Carteros de la Noche
Entre líneas, palabras e imágenes
Tumbaga, encuentro cultural y de saberes, cuya duración fue de dos días, estuvo precedido por un componente formativo y de difusión desarrollado con diferentes grupos poblacionales del municipio de Quimbaya y del departamento del Quindío. Entre ellos los estudiantes de las instituciones educativas Instituto Quimbaya y El Laurel, quienes participaron de este proceso que hizo posible un acercamiento crítico que promovió el interés por el conocimiento de los diferentes fenómenos sociales que han incidido en las prácticas de discriminación y falta de inclusión de grupos poblacionales afrodescendientes y aborígenes. Los talleres formativos (realizados con textos, videos y documentales) se enfocaron en temas como el de cultura e identidad y el de historia de las culturas afrodescendientes y aborígenes. De la misma manera, se desarrollaron talleres creativos sobre instrumentos musicales, músicas aborígenes y afrodescendientes, actividades en las que se contó con el apoyo de invitados especiales como la chilena Claudia Parra Aravena, quien se desempeña como bailarina, periodista, además de ser especialista en cultura y patrimonio inmaterial. Parra Aravena compartió su investigación “Gestión cultural en el proceso de reivindicación del pueblo Afroariqueño –Afrochileno” y su trabajo creativo relacionado con la música y la danza en esta parte formativa de Tumbaga.
De igual manera, pasamos del arte plástico a las oralidades, los poemas, los relatos, la cuentería y los monólogos; dicho de otra forma, al sabor de la palabra. La tarima de Carteros de la Noche recibió la ruta itinerante del Club Cultural Hechos Palabras. Así, la singularidad de las voces de los artistas fue puesta en escena y Mauricio Linares abrió el camino de las oralidades con su particular cuentería; luego, mes a mes, le siguieron Pipe Ocampo, El Vecino, Mateo Hennesy, Fredy Ayala, Rubén Montoya, Ana Wonka y, finalmente, el narrador oral cubanoespañol Aldo Méndez, nominado a los premios Grammy Latino 2016, por sus letras para canciones infantiles. Todos ellos, a partir de sus historias, cuentos cortos y poemas, sembraron la inquietud, la crítica, el romance, el existencialismo y el humor en el público asistente.
Uno de los resultados de este proceso formativo y creativo fue la realización de clips de video con los estudiantes participantes, en los cuales se reflexionó sobre las culturas aborígenes y afrodescendientes habitantes del territorio del Paisaje Cultural Cafetero, y se invitó al encuentro Tumbaga.
Y con unos Cuentos que son un rollo, Benjamín Cuervo compartió sus nuevas letras, acompañado de un público, en su mayoría, fieles amigos y cómplices de su ejercicio creativo. De igual manera, el autor colombiano Andrés Galeano presentó su último poemario De lo que soy, poemas en los que hace evidente el dolor, la angustia y otros sentires que provocan los pensamientos sobre la muerte, el amor, la amistad, la justicia social, lo existencial.
Cada trabajo hecho durante los meses anteriores fue de suma importancia para la preparación de la tercera edición del festival Tumbaga, que tuvo como objetivo reducir la brecha cultural y simbólica que aún existe entre las diferentes comunidades, intentando generar un espacio de reconciliación intercultural.
Durante lo que ha corrido de este primer semestre del año, hemos contado con estas actividades, las cuales han brindado, a un público diverso, alternativas culturales en nuestro municipio y nos han dejado múltiples experiencias estéticas, ya que el arte, y las palabras escritas y narradas, nos muestran otras realidades, quizá ajenas o quizá tan cercanas que nos parecen naturales, unas de ellas se nos muestran como obras plásticas, otras como cuentos y otras a la manera de poemas.
Así mismo, honrando la aleación de los ancestros Quimbayas, este año Tumbaga, encuentro con la memoria Quimbaya presentó un diálogo de saberes interculturales (saberes desde las espiritualidades, las comidas y las corporalidades) que vibraron al ritmo de marimbas de chonta, de tambores, de cantos ancestrales, de oralituras y otros sentires musicales. En ese contexto, las memorias de lucha, resistencia, arte, trabajo y cotidianidad, se tejieron a partir de relatos de los mismos actores: jóvenes indígenas de las comunidades Embera Chamí Kipara de la vereda el Laurel, integrantes del colectivo afrocolombiano Quilombo, mujeres de la comunidad afro de Quimbaya y Montenegro, representantes de los saberes populares quimbayunos y miembros del pueblo Kimbaya Kumba del municipio de Riosucio, Caldas.
En efecto, lo que podemos asir de todas las actividades del semestre (conversatorios, recitales, exposiciones…), es que han sido inspiradoramente conmovedoras, sensibles y provocadoras.
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Éticas y estéticas son las reflexiones de las exposiciones de los artistas Ignacio Hincapié y César Martínez, quienes, en momentos diferentes, marcaron con sus obras los pasillos y salones de la Fundación Cultural Carteros de la Noche. Ignacio Hincapié, desde la abstracción, y rompiendo con el arte figurativo, puso el centro de atención en lo indefinido, lo indeterminado, en las sensaciones del espíritu y la sensualidad de la esencia. Por su parte, César Martínez, destruyó las categorías cristalizantes del género y la sexualidad, superó la costumbre y propuso una reflexión que valora las diversidades y disidencias sexuales, las luchas LGBTI y, en últimas, las tramas de la identidad.
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FOTOGRAFÍA: HERNANDO ALBERTO GÓMEZ LONDOÑO
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