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7. Peligro al Transigir
�� Año Bíblico: Números 3-4
Peligro al Transigir
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“En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Salmo 56:11).
“Mientras el alma permanezca inamovible y confiada en la virtud y el poder de la expiación, se mantendrá firme como una roca y todos los poderes de Satanás serán incapaces de apartarla de su integridad.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 4, pág. 351.
Lectura adicional: Patriarcas y Profetas, págs. 728–730, 746–753.
Domingo
1. CON AQUIS EN GAT 7 de febrero
�� Año Bíblico: Levítico 16-18
a. ¿Por qué la forma en que David eligió liberarse de la presión de Saúl era contraria a la voluntad de Dios? 1 Samuel 27:1–4.
1 Sam 27: 1-4 Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano. 2 Se levantó, pues, David, y con los seiscientos hombres que tenía consigo se pasó a Aquis hijo de Maoc, rey de Gat. 3 Y moró David con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada uno con su familia; David con sus dos mujeres, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel. 4 Y vino a Saúl la nueva de que David había huido a Gat, y no lo buscó más.
“La conclusión de David, de que Saúl ciertamente alcanzaría su propósito homicida, se formó sin el consejo de Dios. Aun cuando Saúl estaba maquinando y procurando su destrucción, el Señor obraba para asegurarle el reino a David. El Señor lleva a cabo sus planes, aunque muchas veces para los ojos humanos parezcan velados por el misterio. Los hombres no pueden comprender las maneras de proceder de Dios; y, mirando las apariencias, interpretan las dificultades, las pruebas y las aflicciones que Dios permite que les sobrevengan, como cosas que van encaminadas contra ellos, y que sólo les causarán la ruina. Así miró David las apariencias, y pasó por alto las promesas de Dios. Dudó que jamás llegara a ocupar el trono. Las largas pruebas habían debilitado su fe y agotado su paciencia.
“El Señor no envió a David para que buscara protección entre los filisteos, los enemigos acérrimos de Israel. Esa nación se iba a contar entre sus peores enemigos hasta el final; y sin embargo, huyó a ella en busca de ayuda cuando la necesitó… Dios le había designado para que levantase su estandarte en la tierra de Judá, y fue la falta de fe lo que le llevó a abandonar su puesto del deber sin un mandamiento del Señor.”—Patriarcas y Profetas, pág. 728.
�� Año Bíblico: Levítico 19-21
2. LUGAR EQUIVOCADO / DIÁLOGO EQUIVOCADO
a. ¿Cómo fue recibido David por Aquis, y de qué manera podríamos estar en peligro de cometer el mismo error que David? 1 Samuel 27:5–7.
1 Sam 27: 5-7 Y David dijo a Aquis: Si he hallado gracia ante tus ojos, séame dado lugar en alguna de las aldeas para que habite allí; pues ¿por qué ha de morar tu siervo contigo en la ciudad real? 6 Y Aquis le dio aquel día a Siclag, por lo cual Siclag vino a ser de los reyes de Judá hasta hoy. 7 Fue el número de los días que David habitó en la tierra de los filisteos, un año y cuatro meses.
“La incredulidad de David deshonró a Dios. Los filisteos habían temido más a David que a Saúl y sus ejércitos; y al ponerse bajo la protección de los filisteos, David les reveló las debilidades de su propio pueblo. Así animó a estos implacables enemigos a oprimir a Israel. David había sido ungido para que defendiera al pueblo de Dios; y el Señor no quería que sus siervos alentaran a los impíos revelando la debilidad de su pueblo ni aparentando indiferencia hacia el bienestar de dicho pueblo. Además, sus hermanos recibieron la impresión que él se había ido con los paganos para servir a sus dioses. Su acto dio lugar a que se interpretaran mal sus móviles, y muchos se sintieron inducidos a tener prejuicio contra él. Aquello mismo que Satanás quería que hiciera, fue inducido a hacerlo; pues, al buscar refugio entre los filisteos, David causó gran alegría a los enemigos de Dios y de su pueblo. David no renunció al culto que rendía a Dios, ni dejó de dedicarse a su causa; pero sacrificó su confianza en él en favor de la seguridad personal, y así empañó el carácter recto y fiel que Dios exige que sus siervos tengan.
“El rey de los filisteos recibió cordialmente a David. Lo caluroso de esta recepción se debió en parte a que el rey le admiraba, y en parte al hecho de que halagaba su vanidad el que un hebreo buscaba su protección.”—Patriarcas y Profetas, págs. 728, 729.
b. ¿Qué mal resultó de las palabras engañosas de David? Versículos 8–12.
1 Sam 27: 8-12 Y subía David con sus hombres, y hacían incursiones contra los gesuritas, los gezritas y los amalecitas; porque éstos habitaban de largo tiempo la tierra, desde como quien va a Shur hasta la tierra de Egipto. 9 Y asolaba David el país, y no dejaba con vida hombre ni mujer; y se llevaba las ovejas, las vacas, los asnos, los camellos y las ropas, y regresaba a Aquis. 10 Y decía Aquis: ¿Dónde habéis merodeado hoy? Y David decía: En el Neguev de Judá, y el Neguev de Jerameel, o en el Neguev de los ceneos. 11 Ni hombre ni mujer dejaba David con vida para que viniesen a Gat; diciendo: No sea que den aviso de nosotros y digan: Esto hizo David. Y esta fue su costumbre todo el tiempo que moró en la tierra de los filisteos. 12 Y Aquis creía a David, y decía: El se ha hecho abominable a su pueblo de Israel, y será siempre mi siervo.
“Mientras moraba en esa ciudad remota [Siclag], David hizo guerra a los gesureos, a los gerzeos y a los amalecitas, sin dejar nunca uno solo vivo que llevara las noticias a Gath. Cuando volvía de la batalla, daba a entender a Achis que había estado guerreando contra los de su propia nación, los hombres de Judá. Con este fingimiento, se convirtió en el medio de fortalecer la mano de los filisteos… David sabía que era la voluntad de Dios que aquellas tribus paganas fueran destruidas, y también sabía que él había sido designado para llevar a cabo esa obra; pero no seguía los caminos y consejos de Dios al practicar el engaño.”— Ibíd., pág. 729.
�� Año Bíblico: Levítico 22-23
3. NECESIDAD DE LA LIBERACIÓN DE DIOS
a. ¿Cómo se sumió David en problemas más profundos? 1 Samuel 28:1, 2. ¿Qué oración suya revela que finalmente aprendió de tales errores?
Salmo 141:3.
1 Sam 28: 1, 2 Aconteció en aquellos días, que los filisteos reunieron sus fuerzas para pelear contra Israel. Y dijo Aquis a David: Ten entendido que has de salir conmigo a campaña, tú y tus hombres. 2 Y David respondió a Aquis: Muy bien, tú sabrás lo que hará tu siervo. Y Aquis dijo a David: Por tanto, yo te constituiré guarda de mi persona durante toda mi vida. Sal 141: 3 Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios.
“David no tenía intención de alzar su mano contra su pueblo; pero no estaba seguro de la conducta que debía seguir, hasta que las circunstancias le indicaran su deber. Contestó al rey evasivamente, y le dijo: ‘Sabrás pues lo que hará tu siervo.’ Achis interpretó estas palabras como una promesa de ayuda en la guerra que se aproximaba, y prometió otorgarle a David grandes honores, y darle un elevado cargo en la corte filistea.”—Patriarcas y Profetas, pág. 730.
b. A pesar del error de David, ¿cómo lo libró el Señor misericordiosamente de su problema con Aquis? 1 Samuel 29:1–5.
1 Sam 29: 1 - 5 Los filisteos juntaron todas sus fuerzas en Afec, e Israel acampó junto a la fuente que está en Jezreel. 2 Y cuando los príncipes de los filisteos pasaban revista a sus compañías de a ciento y de a mil hombres, David y sus hombres iban en la retaguardia con Aquis. 3 Y dijeron los príncipes de los filisteos: ¿Qué hacen aquí estos hebreos? Y Aquis respondió a los príncipes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl rey de Israel, que ha estado conmigo por días y años, y no he hallado falta en él desde el día que se pasó a mí hasta hoy? 4 Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron: Despide a este hombre, para que se vuelva al lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva enemigo; porque ¿con qué cosa volvería mejor a la gracia de su señor que con las cabezas de estos hombres? 5 ¿No es éste David, de quien cantaban en las danzas, diciendo: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles?
“Hubiera sido mucho mejor para él hallar refugio en las poderosas fortalezas de las montañas de Dios que entre los enemigos declarados de Jehová y de su pueblo. Pero el Señor, en su gran misericordia, no castigó este error de su siervo [David] ni le dejó solo en su angustia y perplejidad; pues aunque David, al perder su confianza en el poder divino, había vacilado y se había desviado del sendero de la integridad estricta, seguía teniendo en su corazón el propósito de ser fiel a Dios. Mientras que Satanás y su hueste estaban activos y ayudaban a los adversarios de Dios y de Israel a hacer planes contra un rey que había abandonado a Dios, los ángeles del Señor obraban para librar a David del peligro en que había caído. Los mensajeros celestiales movieron a los príncipes filisteos a que protestaran contra la presencia de David y de su fuerza junto al ejército en el conflicto que se avecinaba.”—Ibíd., pág. 746.
c. Describe la actitud de Aquis al enviar a David a casa. Versículos 6–11. ¿Qué sentimientos debe haber despertado esto en David?
“La contestación de Achis debió causar al corazón de David un estremecimiento de vergüenza y remordimiento al recordarle cuán indignos de un siervo de Jehová eran los engaños hasta los cuales se había rebajado.”—Ibíd., pág. 747.
4. LA ÚNICA ESPERANZA
�� Año Bíblico: Levítico 24-25
a. ¿Cuán importante es que nuestro lenguaje sea puro, especialmente en estos últimos días, y cómo únicamente es esto posible? Apocalipsis 14:1, 5; Santiago 4:8.
Ap 14: 1, 5 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. 5 y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios. Stg 4:8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
“Vuestra vida esté libre de prácticas engañosas.”—Conducción del Niño, pág. 138.
b. Describe lo que David enfrentó en Siclag. 1 Samuel 30:1–6 (primera parte).
1 Sam 30: 1-6 Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. 2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino. 3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. 4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. 5 Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas. 6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas
“Con esto David era castigado nuevamente por la falta de fe que le había llevado a colocarse entre las filas de los filisteos. Tenía ahora oportunidad de ver cuánta seguridad había entre los enemigos de Dios y de su pueblo.”—Patriarcas y Profetas, pág. 748.
c. ¿Qué determinó David en esta hora de crisis? Versículo 6 (última parte);
Salmo 56:1–3, 10–12.
“¿Cómo podía esperar [David] que el Dios de Israel le diera protección, cuando se había involucrado con los enemigos más acérrimos de su pueblo?... ¿Podía esperar salvarse a sí mismo buscando asilo con un pueblo que Dios había designado a la extinción?”—The Signs of the Times, 9 de noviembre, 1888.
“David parecía privado de todo apoyo humano. Había perdido todo lo que apreciaba en la tierra. Saúl le había expulsado de su país; los filisteos le habían echado de su campamento; los amalecitas habían saqueado su ciudad; sus esposas e hijos habían sido hechos prisioneros; y sus propios amigos y familiares se habían unido contra él y hasta le amenazaban con la muerte. En esta hora de suma gravedad, David, en lugar de permitir que su mente se espaciara en esas circunstancias dolorosas, imploró vehementemente la ayuda de Dios. ‘Se esforzó en Jehová su Dios.’ Repasó su vida agitada por tantos acontecimientos. ¿En qué circunstancias le había abandonado el Señor? Su alma se refrigeró recordando las muchas evidencias del favor de Dios. Los hombres de David, por su descontento y su impaciencia, hacían doblemente penosa su aflicción; mas el hombre de Dios, teniendo aún mayores motivos para acongojarse, se portó con valor. ‘En el día que temo, yo en ti confío’ (Salmos 56:3), fue lo que expresó su corazón. Aunque no acertaba a discernir una salida de esta dificultad, Dios podía verla, y le enseñaría lo que debía hacer.”—Patriarcas y Profetas, pág. 748.
Jueves
5. NUESTRO GENEROSO PROVEEDOR
�� Año Bíblico: Levítico 26-27
a. ¿Cómo honró el Señor la oración de David? 1 Samuel 30:7–9, 16–19.
1 Sam 30: 7-9 Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. 8 Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos. 9 Partió, pues, David, él y los seiscientos hombres que con él estaban, y llegaron hasta el torrente de Besor, donde se quedaron algunos. Continuar lectura en 1 Sam 30: 16-19 RV 1960
“[Los amalecitas] resolvieron dejar con vida a los cautivos, para realzar más el honor de su triunfo con un gran número de prisioneros, pero pensaban venderlos después como esclavos. Así, sin quererlo, cumplieron los propósitos de Dios, guardando los prisioneros sin hacerles daño, para ser devueltos a sus maridos y a sus padres.”—Patriarcas y Profetas, pág. 750.
b. ¿Qué lección espiritual contiene la decisión de David sobre las recompensas obtenidas? Versículos 20–26; Juan 4:36–38.
Continuar lectura en 1 Sam 30: 20-26 RV 1960 Jn 4:36-38 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. 37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. 38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
“Los más egoístas e indisciplinados de los cuatrocientos insistieron en que aquellos que no habían tomado parte en la batalla no debían compartir el botín; que era suficiente que recobraran a sus esposas e hijos. Pero David no quiso permitir tal arreglo. [Se cita 1 Samuel 30:23, 24.] Así se arregló el asunto, y llegó a ser desde entonces ordenanza de Israel que todo el que estuviera relacionado honorablemente con una campaña militar debía participar del botín igualmente con los que habían tomado parte activa en el combate.”—Ibíd., pág. 750.
“Hoy día, en el gran campo de la mies, Dios necesita sembradores y segadores. Recuerden los que salen a trabajar, algunos para sembrar y otros para segar, que nunca han de atribuirse la gloria y el éxito de su obra…
“‘El que siega, recibe salario, y allega fruto para vida eterna; para que el que siembra también goce, y el que siega.’ (Juan 4:37, 38, 36.) Leed estas palabras con cuidado. Estudiad su significado; porque esbozan el plan de Dios.”—Obreros Evangélicos, pág. 425.
Viernes
12 de febrero
�� Año Bíblico: Números 1-2